Partida Rol por web

Lo que antes había sido Brown lanzó la cabeza hacia atrás y grito de pura rabia y dolor. Habría llorado si su nuevo yo tuviese ojos para hacerlo y se habría encogido para vomitar ante las escenas de degradación a la que la veía a ella sometida. El resto no eran más que sombras... Pero el ya no era Jeremiah Brown, el estúpido hijo de un predicador demasiado cobarde como para aceptar sus sentimientos por una mujer blanca, ahora era Venganza y en su ser solo cabían sentimientos de violencia hacia los que habían pecado y tenían el alma condenada.

El cuerpo de Orphen agonizaba enviandole imagenes de violaciones, de perversiones y degradación contra la mujer que el otro -Brown- amaba. Empezó a golpear el cuerpo muerto del demonio rival hasta que los huesos del cráneo se volvieron astillas y las vísceras asomaban por los ojos reducidos a pasta. Pero quería más, había otra alma condenada... Hanna. Se levantó dispuesto a seguir con su tarea pero lo poco que quedaba de Brown sujetó a la bestia y Venganza se colapsó sobre si misma.

Intentaba identificar quien era la persona que llevaba en brazo a Hanna, no podía tratarse de Rachel ella no tenía tanta fuerza como para eso.
Me pare al ver la puerta que se había, no me extrañe al ver al director de cine, preferí guardar silencio y dejar a Murphy que hablase pues yo había tenido algunas palabras con el cineasta y no quería tensar más la situación.
Tras la buena escusa de Murphy y una vez acabada la conversación, me puse a correr tras notar el tirón de Murphy.

- En el baño de vuestra habitacion, encerrada, Ryan le pidio que no saliera.- Explico el joven mientras terminaba de sanar a Hanna.

No era Hanna pero oliste el aroma de otra mujer. Alguien que habia salido al pasillo alertada por los gritos y el humo. Toda ella rezumaba corrupcion. Vanidad, sobervia, avaricia, lujuria, pereza... pocos eran los pecados que no cumplia. Medio Borracha se quedo mirandote esperando que fueras otra alucinacion mas. Incluso sonrio dejando entender que habia tomado algo mas que alcohol

Vamos, Rachel, ¡Deprisa! Salí a toda velocidad, sin siquiera despedirme, y tratando de no llamar la atención de ningún demonio o bicho raro de los que parecía haber por ahí. Corrí y me moví con agilidad buscando con desesperación el baño. Teníamos prisa. Mucha prisa. Deseé que aquel puto Ángel pudiera ayudarnos a cargarnos al demonio o al enos evitar que matar a alguno de los nuestros.

Mientras había allí por un momento me asaltó el miedo de pensar que era una niña... Yo odiba a los niños! ¿¿¿Qué iba a hacer ahora??? Tal vez si todos fingimos que es una mujer echa y derecha nadie se de cuenta...

Venganza se quedó observando a la puta de Babilonia que tenía delante, a los llameantes ojos azules la mujer no representaba ninguna tentación de la carne. No era más que una zorra colocada, percibió como el que cata un vino agrio el sabor de su alma, hedía a vicio, avaricia y droga. Venganza dió un paso hacia ella, las cadenas que salieran de su pecho volvieron como serpientes vivas se enroscaron en su cuerpo y antebrazos.

Además aquella desdichada no era Hanna y por tanto nada hacía Brown por retener a Venganza, sin decir nada avanzó un par de pasos hacia la mujer para que sintiera el calor de las llamas del juicio que la esperaba.

La mujer grito y se retorcio intentando soltarse sin ninguna posibilidad de hacerlo. Si Venganza tenia alguna duda, ante el miedo a morir, su mente se abrio y pudo ver sus pecados. Muy joven, con mucho dinero y unos padres permisivos. Tal vez comenzara por llamar la atencion o por carencias afectivas pero su vida podia resumirse en un colocon constante dentro de una habitacion de hotel con algun hombre... o mujer, tan colocado como ella. Algunos eran hombres casados, otros apenas crios... pero eso solo le hacia daño a ella misma.. hasta que un dia se metio en un lio con tipos malos de verdad y para saldar cierta deuda con ellos les regalo a su amiga ya que no admitieron un cheque. Su amiga era una cria de clase media que se habia convertido en algo asi como su mascota. Otra chica desaparecida en las calles de una gran ciudad ¿a quien le importaba? Podia tener todas las amigas que el dinero pudiera comprar.

Hanna se levanto aturdida. No sabia que habia pasado pero necesitaban el cubo y salir de alli. Miro a aquel hombre como si lo conociera pero no recordara de que. No habia tiempo para eso.

- Vamos por la niña, que me diga donde esconden el cubo y yo ire a buscarlo mientras tu subes a la azotea con ella. No tenemos mucho tiempo

Agarró a la puta del antebrazo, apretó hasta que se olió a carne quemada y la mujer chillaba, ante los ojos llameantes pasaron sus noches de sexo sin compromiso, de drogas y se aborrecimiento. Por un segundo Venganza titubeó, la loca solo se hacía daño a ella misma hasta que vio como entregaba engañada y vendida a una de las pocas almas que la habían llegado a apreciar. Aquella cerda merecía el castigo, ella también, todos lo merecían...

PORQUE LOS LABIOS DE LA MUJER EXTRAÑA DESTILAN MIEL, Y SU PALADAR ES MÁS BLANDO QUE EL ACEITE; MAS SU FIN ES AMARGO COMO EL AJENJO, AGUDO COMO LA ESPADA DE DOS FILOS. SUS PIES DESCIENDEN MUERTE...

¡ES HORA DE PAGAR MUJER! -Y Venganza quemó su alma-

Rachel salio al pasillo, Hanna, milagrosamente recuperada salio detra de ella. Corrieron y escucharon el grito desgarrado de una mujer. No hubo tiempo a esconderse, aquella cosa envuelta en llamas azules las habia visto. Entre sus manos quedaba como un despojo la que habia sido una de las mujeres mas ricas y deseadas del planeta, igual que una muñeca de trapo, muerta.

Venganza vio a Hanna viva, sabiendo lo que sabia... y aun asi su aura era radiante como la luz del dia ¿Como era posible?¿Se habia arrepentido y Dios la habia perdonado?

Rachel tenia un alma hermosa, si, habia pecado y tenido un hijo sin estar casada, habia deseado a otros hombres o posesiones materiales pero no mas que cualquier mortal.

- Mierda. - Musité al ver que aquella cosa nos había visto. Miré a Hanna, teníamos una misión y debíamos llevarla a cabo, una de nosotras debería entretener al demonio... Miré de nuevo a Hanna. Yo no me veía muy capaz de entretenerle lo más mínimo, a fin de cuentas... ¿Qué iba a hacer yo contra ese bicho? No. No. No. No. No. Yo no me quedaba allí.

Traté de salir corriendo para buscar a la niña. A fin de cuentas eso era prioritario según lo que nos había dicho "nuestro ángel"

Hanna hizo un gesto de aceptacion. De todos modos era su destino luchar contra deminios...- Vete.- dijo a Rachel y se interpuso entre ambos dejando que corriera por el pasillo. No tenia su espada pero era habil, encontraria el modo, podia esquivarle y ganar tiempo.

- Oni, devuelve ese cuerpo a su dueño o vas a llorar. - prometio.

La criatura llameante quedó inmóvil durante los instantes que trataron las dos mujeres en decidir que hacer. Por un momento tuvieron la sensación de que aquella cosa a la que Hanna llamaba Oni se introdujera por sus ojos para bucear en sus almas, no pudieron más que sentirse violadas en su interior. Fuese lo que fuese que viese pareció que las llamas disminuían en su intensidad .

La criatura aún no se movía y giró la cabeza siguendo a la joven rubia que se plantaba delante de ella y le amenzaba.

-¿HANNA?- Preguntó con la voz cavernosa que surgía de un pecho sin pulmones.

Rachel no se quedo mucho mas, tuvo la sensacion de haber sido desnudada y observada, como si esa cosa pudiera ver el alma desgranando cada infimo centimetro de intimidad pero no le causo daño. Avanzo por el pasillo hasta dejar a Hanna con aquella cosa que habia llamado Oni.

La niña debio leer la mente de Rachel mientras se acercaba pues nada mas llego a la puerta, la pequeña salio y se asomo al pasillo estirando los brazos para que la viera.

-HAAAANNA... Dijo la silueta sin moverse pero siguiendo a la joven con la mirada.

- Si, soy Hanna... no quiero hacerte daño, solo quiero que dejes a Jeremiah ¿De acuerdo?.- pregunto Hanna esperando poder liberar a su compañero de aquella cosa. - No se que quieres de el, pero es una buena persona y no te dejare que te lleves su alma.

La criatura continuaba mirando a la mujer rubia indecisa a dar un paso más hacia ella. Las llamas bailoteaban y amenazan con extinguirse. Extendió la mano hacia ella lentamente como si quisiera tocarla pero temiese hacerla daño con su mero toque. Cerró el puño y casi extinguido lo dejó caer pegado al cuerpo.

HANNNA...

NO...

NO QUIERO HACERTE DAÑO...

A TI NO...

AAA...

APARTATE...