Partida Rol por web

-Esa manera de mirar la campana no presagiaba nada bueno. - afirma sumándose a la acusación y negando con la cabeza. - Si tenemos que vigilarnos los unos a los otros, no hay quien trabaje...

Miro muy mal a Góblop.

-No te hemos robado nada, la culpa es tuya. Espera a que el amo se entere de que has perdido la campana, te la quitará y se la dará a alguien importante de verdad, como Karabás. Ahora no nos eches la culpa de tu incompetencia. Si no te ha comido el gato, ha sido gracias a nosotros- digo muy enfadada.

No sólo me toca aguantar a un lutin vago como Tobias, o a Chim mojando todo y tocando las narices.

-Pongo a Lucifer por testigo, de que nunca volveré a trabajar así-

Trolop se rascaba la cocorota pensativo mientras observaba la campana y escuchaba discutir a sus compañeros lutines sobre lo que había sucedido, echándose la culpa los unos a los otros.

-Entonces, si Goblop no la ha hecho sonar... ¿Quién ha sido? Trolop puso los ojos como platos recordando al gato. ¡Oh, oh! ¡Lucifer suele acudir a la llamada de la campana como un loco, por que sabe que los lutines debemos reunirnos a su toque! Aquello ya era bastante malo de por si, pero la idea de una trampa ejecutada para convertirse en la comida del gato era escalofriante. En cierta medida, a Trolop le aliviaba que aquella fuera la explicación, si la campana había sido hecha sonar por otra cosa que no fuera el gato el asunto podía ser más siniestro.

El lutín se puso en guardia mirando a todos lados mientras comenzaba a retroceder para salir de allí cuanto antes.

-Estooo, creo que deberiamos seguir con las tareas del amo... Dijo, a punto de echar a correr.

¡Eh, menos lobos! -Chillo a Goblop- ¡Si la has perdido, es sólo culpa tuya! ¡Más enfadado estoy yo porque me hayas hecho venir para nada! ¡Así que lo que tendrías que hacer es dejar de hablar y buscar la campana, que nosotros tenemos nuestros propios asuntos!

Dicho esto, como no tengo nada más que añadir en lo referente a la dichosa campana y al dichoso Goblop, vuelvo a por el busto, mientras digo al resto- Venga, ayudadme a ver dónde puedo dejar el busto... Y luego, a por el libro en la biblioteca...

Me acerco a Condemorl.

-Yo te ayudo, y después podemos buscar ese libro, asi terminamos antes. Pero me despisto muy rápido, si ves que me pongo a otra cosa, me llamas la atención y seguro que me pongo a trabajar en lo que debería- aviso confesando mi peor defecto.

-Jus, si pudiese estar un poco más atenta a todo...- pienso sintiéndome un poco avergonzada de mi momentos de evasión.

Muy bien -contesto a Pirita- Yo cogeré el busto, y tú me dirás donde será el mejor sitio para dejarle. Vamos...

Dicho esto, me dirijo al lugar donde dejé el busto parlanchín, para levantarlo y echármelo a hombros- Vale, tú dirás.

Trolop siguió a Condemorl y a Pirita para continuar con la tarea.

Será mejor desaparecer cuanto antes, no sea que venga el minino con ganas de marcha. Pensó mientras caminaba de puntillas por si acaso.

-Vamos con lo siguiente, que todo esto me escama demasiado y no quiero andar cerca de la campana si nadie necesita nuestros servicios. Les dijo mientras les acompañaba a continuar con la labor.

Quedándose algo rezagado, Karabás no puede reprimirse y emite un fiero maullido entremezclado con un bufido a la espalda de los demás.
Las miradas sorprendidas se encuentra a un rostro sonriente y unas cejas que se alzan.

-Trece años son muchos años. Un día bajaremos la guardia y ahí estará ese maldito gato... Bueno, espero que no viva tanto. Cuando muera, y no digo de envenenarlo o hacer que caiga por accidente al foso, ¿creeis que podríamos convencer a Rudesindus para que elija como mascota a algo menos carnívoro?

Sigo a Condemorl por la salas hasta que llego a la princial, donde he encendido el fuego.

-Aquí estará bien. Seguro que al amo le agrada- indico al lutin señalando una de las esquinas de la sala.

Me giro cuando Karabás bufa, lista para salir huyendo.

-Menos mal que no es el estúpido gato, deberíamos deshacernos de esa cosa-

-Yo estoy contigo. Ese bicho tiene que desaparecer de la torre-

Karabás se esfuerza en imitar algo pero no conseguís entender exactamente qué pero en fin, consigue llamar la atención de todo el mundo, incluido Goblop que seguía encaparrado en echar la culpa al resto, por golpearle traidoramente por la espalda, por robarle la campana y por acusarle. Cuando de repente una gota de agua cae por un lateral de la enorme mesa de la estancia.

Plof.

Las salpicaduras empapan a Karabás que, algo confuso no consigue ver, como el resto de lutines, la enorme sombra, peluda y negra, que se alza sonriendo con malicia en lo alto de la mesa. Su diabólica mirada os mantiene petrificados pero, por suerte, sois demasiados y Lucifer se toma un tiempo para escudriñar la estancia y decidir a quién ataca primero.

Ahora a uno, ahora a otro, ahora al de más allá. Se lo toma con parsimonia pues sabe que tiene la ventaja de la sorpresa.

- La verdad, Goblop, es que tienes mucho morro. Dejas que Tobías te robe la campana y encima eres un desagradecido por haberla recuperado y porque hayamos evitado que se te coma el gato.- está un poco ofendido, pero la verdad es que empieza a pasar del tema cuando ve que el resto de lutines empieza a salir de la habitación. Además, la idea del gato rondando tampoco le hace mucha gracia. Ya se apañará Goblop con Lucifer.

Empieza a caminar cuando Karabás hace un ruido raro a su espalda. ¿Se está atragantando? Se girá para ver si necesita ayuda, pero parece que sólo quiere llamarles la atención sobre Lucifer. Este lutín es un poco raro... Y entonces es cuando Karabás queda empapado y una gran sombra se cierne sobre ellos. Ay, parecía que iban tan bien...

- ¡CUIDAAAAAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOO!- grita Chim señalando hacia arriba.- ¡Corred!!- y mientras dice eso se recoge la colita y predica con el ejemplo, echando a correr hacia el almacén.

Sonríe viendo la cara de miedo de los demás. Sin duda, una gran interpretación. De pronto se da cuenta de que los ojos asustados apuntan detrás de él.

-¡ELGATOELGATOELGATOELGATOCORREDINSENSATOSVAMOSAMOOOORIIIIIIIIR! - se le atropellan las palabras.

Intentando no resbalar con al agua, echa a correr todo lo rápido que puede en dirección al almacén, tras los pasos de Chim.

No tengo que correr más que el gato, solo más que otro lutín. No tengo que correr más que el gato... - se repite para animarse.

Sí. Sin duda, van a ser trece años muy largos.

Con disimulo, agarra el frasco de la grasa que usa para limpiar y mantener sus armas y lo derrama a los pies de Goblop cuando pasa a su lado.

Buen provecho, je, je.

Es lo que quiero saber antes de postear nada, que Trolop también se largo con Pirita y Condemorl.

-Karabás, el gato- aviso al lutin horrorizada. Tenía que haber quemado a ese monstruito cuando tuve oportunidad.

-Te vas a cagar, animal de las narices- pienso mientras empiezo a conjurar fuego en el lomo del bicho. Espero que sea suficiente para quitarle las ganas de intentar comernos cada dos por tres.

Tobías se acreca dando saltitos a Chim y súbitamente se lanza encima e él, quedando agarrado a su chepa...

"¿Cómo que yo he robado la campana? ¡Miserableeeeeeeeeeee! Si yo estaba... estaba... Trabajando por ahí en... Haciendo mis cosas... Hummm... Buscando un buen regalo... Uaggggggggggggghhhh, ¿quieres pelea?"

De repente... ¡Trepa encima de la cabeza de Chim llegando a pisarle la cabeza! Se pone la mano encima de los ojos para atisbar mejor lo que se les viene encima y comienza a chillar...

"¡EL GATOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡VIENE OTRA VEZ! ¡EL GATOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!"