Partida Rol por web

Turno 905

Fréagulf tomaba a sorbos lentos el te de Marga, sujetando el cuenco con las dos manos y manteniéndolo cerca de la cara para respirar sus vapores. La lluvia ahora apenas repiqueteaba contra la lona y parecía que lo peor había pasado, al menos de momento. Cogió sus ropas, al fin secas, y se vistió con ellas y con su armadura, colocándose de nuevo los brazales, grebas y demás. Se puso por encima las ropas de Agranil nuevamente y cubrió su cabeza con la capucha.  Para finalizar se ajustó el cinturón con la vaina de la espada a la cintura y se colocó a la espalda el resto de sus cosas, su lanza la llevaría en la mano para simular un bastón al andar.

Fue agradable sentir la comodidad de la ropa seca de nuevo, y durante los primeros segundos las telas incluso mantenían el confortable calor que habían retenido de la hoguera. Fréagulf salió al exterior y echó un vistazo al cielo que no parecía tener buena pinta. Esperaba que la tregua durara al menos hasta que encontraran otro refugio. Le recordó a Draupner la posada que le había comentado anteriormente, y le dijo que si la marcha ahora era más ligera podrían llegar antes de que el chaparrón volviera a pillarles.

El explorador vio como Yves proponía ir en busca de plantas y vegetales que pudieran servir de utilidad. Decidió unirse a la búsqueda, él conocía la zona y era un buen explorador así que podría indicarles que plantas había que coger y cuales había que evitar.

Cuando regresaron vio como el enano trataba de recoger el tejado que habían improvisado y comentó al respecto. -La lona y las cuerdas seguirán siendo de utilidad pero esas mantas están demasiado raídas y rotas ya para ser de utilidad. A menos que pretendáis avivar un fuego con ellas cuando hayan secado.

Turno 905

-Yves, me has leido el pensamiento. Justamente me preparaba para revisar la zona en busca de alguna hierba de utilidad. Qué bueno que podamos unirnos en esta tarea. - Groal hace una pequeña pausa y se vuelve hacia Draupner -No nos alejaremos demasiado. Supongo que no será problema ¿o sí?- Una vez dicho esto, Groal se aleja del campamento y se pone a buscar en los alrededores.

Antes de hacerlo sin embargo, hace una breve detención junto a su estimado amigo Wyd. Se acerca a él a examinar si la lluvia de la noche anterior, o el trayecto lo habían afectado de alguna manera. Tras hacer un breve chequeo y acicalarlo un poco, Groal puso manos a la obra.

Turno 905 II

Me alegre de ver a Freagulf y a Groal buscando en los alrededores,  despues de unas lluvis tan intensas, propician poder encontrar hogos, setas y raices con más facilidad, así como algunas variedades de musgo... aunque realmente mas que hoy sera en los proximos dias, pero el ambiente humedo de la zona parece  que será bueno para nuestros propositos...

Turno 905

Oin se despierta un poco entumecido por la humedad pero al menos descansado. Se estira y gruñe para luego vestirse de nuevo y colocarse la cota de mallas. Se pone de nuevo las botas y echa un leño al fuego. Mira en derredor.

"Maldita lluvia"

Busca algo que comer y se toma el té de Marga poniendo caras raras por el sabor. Al menos, el té ayuda a calentar el cuerpo después de la húmeda noche. Se coloca el hacha al cinto y ayuda a Draupner a recoger el chiringo y escurrir las mantas, lo que hace que pronto esté otra vez calado.

Una vez todo recogido, vuelve por su martillo y su escudo. Una vez dispuesto se queda a la espera de que los demás se pongan en marcha.

Draupner II

- Fréagulf, usarlas para avivar el fuego puede ser una opción. También podríamos usarlas para tenderlas en el suelo para aislarnos un poco de la humedad y del barro cuando hagamos cualquier alto, o emplearlas a modo de sacos, o llegado el momento se podrían deshilachar para obtener un ovillo de lana y remendar algún agujero en nuestras ropas... Contamos con muy poquitos materiales, quién sabe para que podremos necesitarlas.-

Luego en cuanto surgió el tema de forrajear,  y vio que Illidan volvía y Marga se encargaba de preparar la infusión les señaló a Yves-ashe y Alian, que era su turno de vigilar mientras el resto desayunaba y recogía el campamento. Una vez que se recogiera saldrían. - De momento tenemos provisiones para una semana de viaje, así que el forrajeo de be hacerse de modo que no interfiera ni en las guardias ni en la marcha. -

Turno 905 II

Estaba tan cansado y tan dormido aún que no se dió cuenta que su hermano y Fréagulf se pusieron a forrajear, cosa que a él se le daba bastante bien. Para cuando se enteró, Draupner comentaba que no era momento para ello, así que no dijo nada y siguió preparandose para partir.

Turno 905

Bolgo se despertó algo entumecido pero sorprendentemente descansado para haber pasado la noche en el húmedo suelo. El calor del fuego encendido y la forma en cómo se había acurrucado le habían permitido mantener bastante bien el calor corporal durante la noche.

Se estiró bajo la lona y movió los brazos con energía. Se enfrentaban a una nueva jornada de viaje y debía despejarse.

Vamos allá, Bolgo. Un día más, se dijo en silencio hablando para sí mismo como solí ahacer.

Turno 905

Despertó finalmente el bosquimano, entumecido y oxidado como un arma de hierro de mala calidad. Pero aún así al levantarse se quedó quieto, como queriendo rememorar y rápidamente comenzó a sacar útiles de escritura y en dos minutos había tomado algunas notas, palabras sueltas, esquemas. En aquel lugar tan lleno de humedad no se atrevía a escribir más, tenía miedo de que se estropease el papel. Pero apuntar aquello le pareció importante.

Se desperezó y se apresuró a desayunar agradeciendo a Marga la infusión. Confiado en la destreza de la enana apuró el brebaje hasta el final y luego se dispuso a preparar el petate. Saldrían pronto y había que estar preparados para el viaje. Había que esforzarse para adelantar la mayor cantidad de terreno posible.

Algunos habían dedicado algo de tiempo a forrajear y por extraño que pareciese Gelion no había aprendido a hacerlo. Se quedó allí sin saber qué hacer. Se preguntaba qué estaría haciendo Siempreviva. Probablemente cazando algún conejo que se atreviese a salir ahora que había amainado algo la tormenta.

RESOLUCION TURNO 905
 

Cada uno se pertrecho con sus pertenencias. Más o menos secas por el fuego, pero aun húmedas, se pegaban a la piel según se las iban colocando. Con todos vestidos y habiendo tomado la infusión de Marga, se prepararon para partir.

Antes de hacerlo desmontaron con cuidado el tenderete, que había quedado mas destrozado que cuando lo montaron. Las mantas raídas habían alargado sus rasgaduras por el peso del agua. Las cuerdas cortadas se fueron deshilachando cuando intentaron soltarlas, teniendo incluso que cortar muchas de ellas, dejándolas inservibles, aun así, las guardaron por si podían usarlas como yesca.

Draupner dirigía al resto de enanos, a Bolgo y a Temudyin, en la tarea de deshacer el refugio. Mientras, Gelion se apresuraba a escribir algo en sus notas, palabras rápidas mientras la techumbre iba desapareciendo, para guardar las hojas antes de que el agua corriera la tinta o estropease los pliegos. Ilidan tapo la fogata y recupero algunos de los troncos a medio quemar, para guardarlas en las alforjas del caballo de Freagulf, el único modo de transportarlos sin que se empaparan demasiado.

Mientras el resto trabajaba recogiendo, Yves-ashe, Freagulf y Groal, fueron en busca de algunas hierbas. La falta de tiempo, pues no podían perder demasiado si querían llegar hasta la posada, y las lluvias abundantes, hicieron que encontraran una sola dosis de Amoramargo, un pequeño trébol de cuatro hojas, del que se decía podía aumentar la visión. Volvieron pronto junto a los demás.

En poco menos de media hora estuvieron listos para irse. Comieron algo, apuraron la infusión y recogieron las últimas cosas. Cuando se pusieron en marcha prácticamente estaban empapados de nuevo. La lluvia no caía como antes, pero seguía siendo incesantemente insistente. Resignados se pusieron en marcha en la misma forma que habían llegado hasta allí. Ahora el cielo estaba algo más claro, las plomizas nubes dejaban pasar bastante más luz y todos podían seguir el camino sin problemas. Algunos habían comenzado a sufrir los efectos de in incipiente resfriado que amenazaba con enfermar a algunos. La infusión de Marga sentó más que bien a todos, y no solo por las propiedades de las hierbas que utilizaba, sino también por el calor interno que proporcionaba el líquido caliente.

Así pues, un paso tras otro, comenzaron a caminar cuando el día casi tocaba a su fin. Seguían el camino, el Men-i-Arraw. Un camino repleto de charcos en los que lo normal era que la tierra pisada no plantease mayores problemas, pero que en ocasiones se convertía en un barrizal que casi hizo perder la verticalidad a más de uno. Finalmente la noche llego un par de horas más tarde.

Ya de noche el avance se hizo más lento, el hecho de que la luna fuera ocultada por las nubes, y apenas dejasen pasar los rayos de luz, hacia que el grupo se viera inmerso en una casi total oscuridad, retrasando la marcha considerablemente. Los enanos no tenían tanto problema, se podían guiar bien con la poca claridad que de cuando en cuando traspasaba el cielo encapotado. La lluvia no cesaba, pero ahora se había convertido en una ligera cortina. Las ropas y cabezas se mojaban, las manos se arrugaban y el ánimo iba decayendo poco a poco.

Así, al cabo de casi siete horas de continuo avance, cansados, agotados por el barro, hartos del agua, pararon a descansar. Junto al camino había algunas rocas que, aunque no era así,  parecían haber sido dejadas allí a propósito. Junto a ellas sí que se habían acercado varios tocones de madera que servían de asientos y algunos troncos descortezados que hacían las veces de mesa. Freagulf conocía ese sitio, apenas a uno o dos kilómetros se encontrarían con la bifurcación del camino. El punto donde el Men-i-arraw, se unía al Men-Romen, que a su vez descendía por los barrancos y era la ruta que habían elegido. Desde aquel punto otras seis horas los llevarían hasta la posada “El Caballo Blanco”, tal y como informo Freagulf. Todos deseaban llegar hasta allí, poder dormir bajo techo, lejos del agua, junto a una ardiente chimenea… Pero aun quedaba trayecto por cubrir, un camino que de día y sin lluvia hubiera sido más rápido y menos cansado.

Comenzaban a sacar algo para comer, poco importaba ya guarecerse de la lluvia, tan calados como estaban. Al oeste, muy lejos, dos relámpagos de mil brazos iluminaron el horizonte, para al cabo de unos segundos escuchar el tronar de su réplica sonora. La tormenta volvía, aun estaba lejos, pero volvía. El ánimo decayó, parecía que con aquel calabobos se habían conformado, hasta el punto de casi no pensar en el. Pero la realidad era que se acercaba algo peor. Tendrían que descansar solo el tiempo suficiente como para lograr recuperar las fuerzas, una hora seria suficiente para descansar los doloridos pies y destensar los músculos.

Turno 906

Groal se desanimaba a cada paso que daba. El camino era difícil, pero esa lluvia ya lo tenía hasta la coronilla. Tanto él como Wyd deseaban llegar pronto a algún lugar donde pudieran descansar y, principalmente, secarse. No estaba realmente cansado, y de salud se sentía bastante bien,especialmente gracias a la infusión de Marga -Debo aprender a preparar bien esta infusión- pensaba Groal. Sin embargo, la salud de sus compañeros le preocupaba. Su constitución robusta le daba cierto resguardo contra el cansancio y la enfermedad, pero no podía decir lo mismo de todos. Y siendo animista como era, la salud de todos era para él muy importante. Eso sin siquiera tomar en consideración el hecho de que especialmente estas circunstancias, en donde se ocultaban de posibles enemigos, era doblemente importante conservar la salud y el buen estado físico.

Mientras reflexionaba sobre estos temas, una idea acudió a la mente de Groal. -La salud es mi oficio. Mas, hasta ahora, Marga es la única que ha podido mantener la enfermedad a raya. Mis habilidades no son suficientes para combatir a este enemigo invisible. Pero podrían serlas. Tal vez el Oso pueda iluminarme en sueños, revelarme en una epifanía, o guiarme de alguna manera desconocida hacia el camino que me lleve a descubrir y aprender a manejar las enfermedades y dolencias que aún no logro comprender del todo. He de rezar fervientemente por esta revelación.-

Y ¿Qué mejor momento para entablar diálogo con el Espíritu del Oso que mientras caminaban? De modo que Groal se puso a ello.

Turno 906

Cuando oscureció, el enano volvió a tomar la cuerda para pasársela al resto para avanzar como lo hicieran la noche anterior, tratando de esta forma de conseguir un mejor ritmo debido a la falta de visión de los humanos. 

Por cada hora hacían una pequeña parada de 10 minutos para que el cansancio no se acumulara en exceso en las piernas, minutos en los que Yves-ashe y el joven Alian se encargaban de velar por la seguridad del resto. No quería que la parada se prolongara más para evitar que la rigidez del esfuerzo llegara a los músculos de la gente tras quedarse fríos por la inactividad y evitar de este modo la pérdida de demasiado calor corporal pues el agua seguía calando sus huesos y en aquellas cortas paradas no podían entretenerse a hacer un fuego. Tendrían que esperar a llegar a la posada si es que finalmente hacían alto allí a encender un fuego y secar bien sus ropas.

Turno 906

Al reanudar la marcha se notaba de mejor animo. No había conseguido dormir bien así que debio de ser la infusión de Marga, si no, no entendía porque se notaba así. Pareciera que las ropas hoy no le pesasen tanto como el día anterior.

Lo que sí que no había conseguido la infusión era parar el goteo de su nariz que después de un rato andando empezo de nuevo a molestar. Al principio volvía a limpiarse con las ropas, pero viendo que era imposible limpiarse nada con la ropa humeda, dejó que el goteo siguiese su rumbo hasta el suelo confundiendose con la lluvia que no dejaba de caer.

Turno 906 I

Tome el trébol y lo deposite junto a mis demás hiervas, para preservarlo, pues aunque ahora no lo necesitábamos, quien nos dice que mas adelante no nos seria de alguna ayuda.... Gracias Groal y Freagulf, por la ayuda, mañana será otro día y otro lugar mejor espero, comente pensando mas bien en el lugar de descanso que en otro campo en donde buscar....

Terminamos de recoger el campamento y nos dispusimos en marcha hacia la encrucijada, allí tendríamos que tomar la nueva dirección que Draupner tenia en mente.

....tras horas de viaje, el cansancio seguía haciendo mella, las escasas paradas para estirar las piernas y las condiciones en las que ayer dormimos no fueron precisamente buenas, muchas lluvia, mucha humedad, poco calor....por lo menos mi cuerpo parecía aguantar, pero hasta cuando, es una incógnita... esperemos que por lo menos hasta llegar al siguiente refugio, solo pensar en que será mas calido y guarecido de la lluvia me reconforta y me da fuerzas para continuar.
¿Queda mucho para parar?, alcance a decir, estaba realmente agotado, no extenuado pero no creo que faltase mucho para llegar a ese punto...

Turno 906

Bolgo cerraba los ojos cada tanto y se imaginaba a si mismo en una cálida cabaña, junto a un fuego crepitante, sosteniendo ante sí una taza de caldo humeante. Envuelto en una gruesa manta oyendo la lluvia caer. Pero enseguida tenía que abrir los ojos, pues el peligro de tropezar y caer de bruces crecía conforme avanzaba a ciegas. Podía calcular unos cuantos metros de camino sin obstáculos, pero no lograba ver más allá.

Una vez más, cerró los ojos e imaginó su cabaña, con al lluvia azotando las paredes y el techo, incapaz de penetrar en aquel cálido cobijo. Pero de nuevo abrió los ojos y notó la lluvia cayendo sobre su cabeza y el frío atenazando sus huesos.

La jornada se hizo larga y dura. Poco importaba que se detuvieran a hacer paradas cortas o caminaran continuado y descansaran del tirón. Bolgo se sentiría igual de abatido hasta que encontraran un buen refugio en el que cobijarse. Un lugar que los protegiera del viento, de la lluvia y el frío. Un lugar cómodo, cálido y mullido sobre el que dormir...

Abrió de nuevo los ojos y siguió caminando, hacia un horizonte que parecía no alcanzar nunca ¿Llegarían algún día a su destino? ¿Cuánto tiempo llevaban caminando? ¿No llevaban una eternidad caminando?

Turno 906

Volvieron a retomar el camino bajo una incesante lluvia, que parecía que no los iba a abandonar durante un siglo, y por si aquello no fuera poco, cuando pararon pudo entrever por los signos del cielo y del viento que una tormenta aun peor se acercaba. Debían de parar el menor tiempo posible en aquel refugio si querían tener alguna posibilidad de llegar a la posada del "Caballo Blanco" antes de que descargara toda su fuerza sobre ellos.

Aunque sus fuerzas menguaban poco a poco, incluso en más de una ocasión estuvo a punto de caer en el camino debido los barrizales, no le cabía duda de que si por él fuera podrían llegar hasta ese destino soñado. Y aun mejor llevaba los efectos secundarios de haber estado completamente calado hasta los huesos casi desde que partieron, que parecían no afectarle como a otros, que comenzaban a mostrar síntomas de un resfriado.

Turno 906

Siete horas caminando. Al bosquimano le gustaba caminar y a menudo en su infancia se perdía en los bosques vagando tranquilamente. Lo hacía incluso durante horas. Pero se paraba a descansar y a beber agua en el río o a comer algún fruto de las plantas que rodeaban su casa.

Era la curiosidad lo que le movía y se paraba a mirar tanto como podía las maravillas de la naturaleza. Pero no había nada de divertido en aquella lenta y tediosa marcha, constante y agotadora al mismo tiempo.

Lo único que le distraía era mirar al cielo. Lo miraba abstraido una y otra vez y parecía hacerlo de modo obsesivo.

Uso la habilidad conocimiento de los cielos para intentar hacerme a grandes rasgos una idea de dónde puede ser el sitio que he visto en mi sueño, teniendo en cuenta que he visto el cielo en el sueño. Aunque no sé si sé qué son las runas lunares.

Hago una tirada de leer runas por si pudiera llegar a identificar qué ponía en las runas que vi en el sueño.

Turno 906

Por fin llegó la parada aunque no en las condiciones que el enano deseaba. A pesar de su enorme resistencia, el empapado enano, agradecía el detenerse a descansar un momento. Por desgracia, parecía que la tormenta los seguía allí donde fuesen y ya anunciaba su inminente llegada con ensordecedores truenos. 

Oin busca la inútil protección de las piedras más por animarse que por lo que las piedras puedan ofrecerle y se sienta en uno de los troncos mientras mantiene el escudo sobre su mojada cabeza.

- Agua y más agua... por t'ós los Valar... Ulmo muy enfurecido c'nosotros  está... malditasea... - rezonga mirando desesperado en derredor a sus abatidos compañeros. 

Mira al hobbit y siente un poco de lástima. Le ha cogido cariño al pequeño "hondacertera".

- Hey... Mediano... acércate... un'rato... refúgiate - le espeta haciendo una seña con el escudo sobre la cabeza.

Turno 906

Freagulf se encontraba bien, el te habia resultado efectivo, al parecer. Caminaba aferrado a la cuerda, mientras con la otra sostenia las riendas de la montura.

Caminaban sin descanso, tan solo unos instantes antes de continuar, avanzarian bastatne si las piernas aguantaban el ritmo. Cuando hicieron la ultima parada, se quedo pensativo, preguntandose cuanto quedaba para lelgar al calor de la posada...

Turno 906

Alian era un muchacho fuerte, pero no lograba entender por que su compañero se empeñaba en caminar. Tras uno de los descansos alian continuo a lomos de su caballo, permitiendole descansar las piernas. Su paso era muy lento, tratando de adecuarlo al de los caminates.