Partida Rol por web

Alek respiró hondo, si continúan como hasta el momento solo lograrían que más guardias lleguen. Le hizo una seña a Hernán, esperando que este listo, luego abrió la puerta con rapidez, mirando a los sorprendidos guardias con mala cara. En su bolsillo estaba el revolver, obviamente no lo sacó, pues seria muy sospechoso.
-¡¿Que?!- dice con mala cara-. No puedo trabajar si me interrumpen a cada instante- los miró como si los reconociera-. ¿Ya trajeron el cable?- dio un paso atrás como para dejarlos entrar, manteniendo la puerta de tal forma que Hernán quede a cubierto-. No estará contento- murmuro al ver las manos vacías de los guardias-. Tengo mucho que hacer y el alcalde lo quiere ya, si estoy rodeados de incompetentes jamas lo lograré- en su voz se evidenciaba el desprecio que sentia por los guardianes.
Si lograba confundirlos quizás tuvieran una oportunidad. Solo esperaba que nadie de arriba hiciera ruido…

Lorenzo se dirige rapidamente hacia la mesa y coge el mapa que a nombrado el alcalde, lo mete junto a los papeles debajo de su abrigo.

-Dudo que nos escuchen...- dice en un susurro y zarandeando la cabeza de lado a lado- no creo que sean personas muy razonables si han hecho estos actos diabolicos...

Sale de la habitación rápidamente y sin llegar a bajar observa el piso de abajo.

No tengo respuesta a esas preguntas - se limita a decir el alcalde con una sonrisa.

Asomandoos con sigilo a las escaleras, podéis ver el piso de abajo. Parece que la puerta está abierta y Alek habla con los guardias. No sois capaces de ver mas...

Los guardias no parecen saber como reaccionar y miran a Alek con recelo.

-Hemos recibido una llamada de emergencia del alcalde ¿Donde está? - dice uno de ellos con tono serio.

Puedes ver como se abre la puerta del Ayuntamiento y ante los guardias aparece Alek.

-¡¿Que?! - les dice - No puedo trabajar si me interrumpen a cada instante. ¿Ya trajeron el cable? - dio un paso atrás como para dejarlos entrar - No estará contento - murmuro al ver las manos vacías de los guardias - Tengo mucho que hacer y el alcalde lo quiere ya, si estoy rodeados de incompetentes jamas lo lograré.

Los guardias parecían algo perplejos, hasta que uno de ellos dijo, con tono serio:

-Hemos recibido una llamada de emergencia del alcalde ¿Donde está?

-¿que estará pasando allí abajo?- le pregunta a John en un susurro.

-¡ni se te ocurra bajar como un loco!- lo advierte con una mirada intimidatoria, era un simple cura pero aun tenia cierto carácter- estaría bien acercarse para ver de que hablan...- dice a la vez que baja por las escaleras con el mayor sigilo posible.

Con una mano le hace una señal de que espere arriba.

No te preocupes seguro que nos están traicionando, pero yo tengo un as en la manga. Quieren al alcalde por lo que tiene su precio y gracias a ello puede que salgamos sin un rasguño. Si quieren ganas de bronca dile al que este al mando que suba y negociaremos.

Alek pone cara de fastidio, como si el tipo fuera un retrasado mental al que hay que explicarle todo mil veces.
-¡Que el infierno se congele!- exclamó exasperadamente-. ¿Por que creen que estoy aquí?-. Dejó la frase en el aire como esperando una respuesta pero retomó la palabra rápidamente-. Esa mierda no funciona, hay un cortocircuito masivo, corre peligro de prenderse fuego toda la instalación eléctrica. El alcalde me levantó de la cama para venir arreglarlo, pero no puedo hacerlo solo con mi bello rostro- arrugo la cara en lo que podría ser una sonrisa torcida-. A menos que crean que puedo hacer algo con mi miembro espero que hayan traído lo que pedí…- enmudeció un segundo refregándose los ojos con furia-. La cosa es así, la alarma no funciona correctamente, al estar en corto se acciona sola, lo único que tengo que hacer es cambiar un puto cable- a modo de disculpa dijo-. Estoy cansado y con sueño así que me gustaría terminarlo cuanto antes.
Las palabras habían salido sin ningún problema, le gustaba quejarse e inventar problemas era algo que le fascinaba. Lo único era que nunca resultaba del todo convincente, quizás era por su forma tan desagradable de ser, o porque inspiraba cierta rabia con cualquiera que lo conociera. No tenia la voz suave y calmada del padre, ni su facilidad para manejar a la muchedumbre.

Es evidente que Alek está mintiendo, pero los guardias parece que se lo van tragando por el momento, esperaré a ver que pasa durante unos segundos más, si la cosa se pone fea, me acerco por detras con mi arma a unos de los guardias.

Hernán se mantenía callado detrás de la puerta. Estaba acostumbrado a aguantar situaciones tensas, y viendo por donde estaba yendo Alek, no estaba seguro que esa mentira fuera suficiente para alejar esos guardias.

¿Qué chingada estaban haciendo arriba para que el alcalde llame de emergencia?, pensó el joven latino.

Ahora estaba apuntando hacia uno de esos guardias, pero a través de la puerta sin dejarse ser visto. Si veía un movimiento sospechoso, iba a actuar.

Uno de los guardias empuja a Alek con fiereza e intenta entrar en el ayuntamiento, el otro le sigue. Parecen estar a punto de hacer uso de sus armas.

¿Que vais a hacer?

Uno de los guardias empuja a Alek con fiereza e intenta entrar en el ayuntamiento, el otro le sigue. Parecen estar a punto de hacer uso de sus armas.

¿Que vas a hacer? ¿Te acercas sigilosamente a uno de los guardias? ¿Disparas directamente? ¿Continúas observando?

A pesar de que el sigilo no os acompaña, nadie abajo parece percatarse de vuestros intentos de observar lo que pasa. Parecen muy ocupados: Podéis ver como uno de los guardias, que se encontraban fuera del edificio, empuja a Alek con fiereza, que estaba delante de la puerta principal, bloqueandoles el paso, e intenta entrar en el ayuntamiento, otro guardia sigue al primero. Parecen estar a punto de hacer uso de sus armas.

Me acerco sigilosamente apuntando a uno de los guardias por la espalda con el arma.

Alto los dos o disparo

Su treta no surte efecto, era obvio, pero les permitió ganar unos segundos, solo esperaba que no lo cocieran a tiros. Trata de mostrarse confundido e inocente, no quería que empezaran ahora a acribillarlo.
-Hey viejo- dijo con el seño fruncido-. ¿Me puedes decir por que mierda me empujas?- justo en ese momento detrás de ellos vio la cabellera rojiza de la doctora, y sus palabras fueron como el coro de angeles. Debería agradecerle mas tarde, pero ahora… Aprovechando que el encañonamiento los había hecho distraerse, saca su revolver y le apunta a la cabeza al otro, sabia que Hernán saldría de las sombras en cualquier momento, o eso esperaba.
-Gritas, te mueves o te rajas un pedo en mi dirección y te parto la cabeza de un tiro- la sonrisa de Alek era francamente desagradable, como si el repentino cambio de roles le hiciera sentir muy contento y sádico.

Hernán al ver que la actitud era hostil, y que aquellos guardias iban a usar las armas, salió de detrás de la puerta.

- Si hermano, mueves un dedo y te vuelo los sesos, ¿entiendes? - dijo respirando muy fuerte, como si de repente estuviera muy cansado y apretada su pistola contra la sien del mas cercano.

Lorenzo observa desde el interior del ayuntamiento, oculto entre las sombras intenta escuchar la conversación. La situación parace muy tensa y lo peor que podría hacer era aparecer en ese preciso momento. Observa a Jonn y con el dedo le hace el signo de silencio.

Su mirada era nerviosa y una fina película de sudor comenzaba a ser fácilmente perceptible.

En cuanto observa el fuerte empujón echa una rápida mirada hacia atrás en búsqueda de alguna puerta trasera o alguna ventana que diera al exterio. Tenían que salir de allí rápidamente.

Parece que la súbita aparición de la doctora ha inclinado la balanza a vuestro favor. Los guardias os observan algo sorprendidos por el giro de la situación y rápidamente sus rostros de asombro se cubren por el odio y el desprecio mas absoluto.

En el pueblo todo parece igual que antes, no creéis que nadie se haya enterado de nada, al menos de momento...

Os encontráis medio dentro medio fuera del Ayuntamiento ¿Que vais a hacer?