Partida Rol por web

Oyes un ruido cercano, como si alguien estuviese muy cerca. Además, jurarías que ves una silueta pasar a través de una de las pequeñas ventanas de la biblioteca.

Un escalofrío recorre tu cuerpo...

Corres sin dudar, no eres consciente de donde sacas las fuerzas pero lo haces. Aún no has llegado al pueblo, pero te encuentras lo suficiente lejos de esos zombies como para poder tomarte un descanso. Entonces vuelves a escuchar su voz:

¿Te encuentras bien? No te habrán mordido ¿Verdad? ¿Necesitas ayuda?

Alza rápidamente la cabeza al escuchar esa voz, tarda un segundo en caer en la cuenta de que los zombis no hablan. Ve a la chica a pocos pasos de él, no la había visto u oído en su alocada carrera, quería responderle pero le era imposible hablar y tratar de recuperar el aliento al mismo tiempo. Sentía la garganta en carne viva y sus pulmones parecían introducir fuego en vez de aire fresco, su costado le dolía como el demonio y estaba seguro que estuvo a punto de hacerse encima.
-No… estoy bien, pero por poco- alcanzo a decir jadeante. Su corazón poco a poco volvía a latir con relativa normalidad, la adrenalina comenzaba a extinguirse de su sangre, estaba a salvo. Por ahora-. Gracias…- dijo sorprendiéndose a si mismo, pero lo cierto era que esa chica le había salvado la vida-. ¿Quien eres?
No recordaba haberla visto en el campamento, pero no le importaba, ella tenia algo que daba seguridad, algo que te decía que podía enfrentarse a cualquier cosa sin pestañear siquiera. Miro a su alrededor preocupado, cada sombra parecía moverse y cada rumor se asemejaba a una horda de hambrientos muertos. Había estado siempre muy cerca de morir, pero nunca como esa vez.

Meto la mano en el bolso y cojo el arma, preparada para sacarla y disparar en cualquier momento. Miro a mi alrededor bien no dejando ningún punto muerto. aunque parezca una zona segura, no puedo fiarme.

Pongo una pequeña cantidad de explosivos en el candado de la verja, !Pequeña¡¡ para volar solo el candado.

El candado de la valla y un considerable trozo de esta explota, pero se nota que Jonn es un experto en el tema. No sufrís daño alguno pero los zombies parecen bastante desconcertados, sabéis que no tardarán mucho en reunirse todos allí, debéis actuar rápido.

Tenéis un amplio supermercado repleto de comida para vosotros, decirme que vais a coger cada uno.

Michelle... pero mi nombre poco importa ahora. Sucesos extraños están pasando en este pueblo... no quiero que me vean, debo irme. Pero, si la fortuna te sonríe, volveremos a vernos pronto - se gira para irse pero antes añade: - Y por cierto: no te fies de nadie - y antes de que puedas añadir nada desaparece de tu vista a gran velocidad.

Los segundos transcurren mas despacio que nunca, todos tus músculos están en tensión, atenta al mas mínimo movimiento...

pero no ocurre nada.

La anciana regresa, tras lo que te han parecido horas y te entrega el libro.

Firmame aquí, bonita - te dice con tono amable - y ya podrás llevartelo. No tardes mucho en devolverlo, por favor, los libros son un bien muy preciado.

Alek queda con la palabra en la boca, Michelle desaparece tan misteriosamente como había aparecido. Solo y mas confundido que asustado, el electricista evalúa sus posibilidades. No le interesa correr a ciegas por el bosque y la última advertencia de la mujer le volvió algo paranoico. No quedaba otra opción que volver al campamento, quizás aun este ese muchacho rebelde dando vueltas por ahí.
-Puta madre- murmuro enojado-. Lo único que quiero es que me dejen en paz. ¿Es mucho pedir? ¿Acaso siempre algo tiene que joderme la vida?
No sabia si se hablaba a si mismo o si le hablaba a “el”. No era muy creyente, pero estaba seguro que por cada desgracia que tenia alguien allí arriba se le estaba muriendo de risa. Escupió al suelo enfilando sus pasos hacia el campamento. Sabía bien lo que tenía que hacer. Una vez armado se largaría en cuanto pudiera. Solo esperaba no terminar muerto camino al refugio.

Yo cojo suministros de comida enlatada, sal, arroz, y carne en conserva, todo lo que pueda transportar.

Viendo que los zombis se desorientan con las esplosiones, me preparo en la puerta hasta que mis compañeros esten con su material, para un momento antes de salir tirar una pequeña carga para despejar el camino de salida del supermercado y proporcionar un momento de confusion producido por la onda de la detonación.

Thomas sale corriendo y empieza a meterse en los bolsillos de la chaqueta y en uno de sus brazos varios medicamentos en especial antibioticos y medicinas que son mas escasas que los botiquines de vendas y alcohol. Tras llevar todo lo que pudo llego donde el hombre que habia volado los explosivos les esperaba y se posicionó junto a el. 

-Muchas gracias por volar la cerradura con tanta velocidad, estariamos en una situacion bastante desesperante si no fuera por ti. 

Quedo en tensión unos segundos más. será mi imaginación, he pasado tantas cosas que ya me parece que va a salir un zombie en cualquier momento. firmo donde me indica. Gracias, lo devolveré en cuanto lo lea, no suelo tardar mucho. y...¿suele venir mucha gente por la biblioteca?

Miro de nuevo por donde me ha parecido ver la silueta. ¿es posible que sea alguien más que está leyendo en la bibliotea?

Aun no hemos salido, no me des las gracias hasta estar fuera de esta ratonera. 

Hernán entro corriendo en el supermercado tras la explosión. Al principio se cargo la mochila de arroz, legumbres y comida de primera necesidad. Aunque en un despiste de sus compañeros, se metió un par de botellas de ron, con una sonrisa en su rostro.

Cogió una bolsa de tela suficiente resistente para cargar aún mas comida que la que llevaba en su mochila, pensando en que si necesitaba huir a toda prisa, podía dejarla tirada ahí en medio sin demasiados problemas.

- Es ron dominicano, pero no hay tiempo para buscar el cubano - se decía a si mismo mientras volvía de su viaje hacía la puerta de nuevo.

No, jovencita. Las visitas no son muy habituales por aquí. Eres la primera que entra hoy. Que pases un buen día - te dice a modo de despedida mientras abandonas la biblioteca, no sin antes volver a mirar donde antes viste la silueta para comprobar que no hay nadie ni nada allí. Abandonas el lugar con un montón de dudas asaltando tu cabeza.

Emmy camina tranquilamente por el pueblo, con aspecto pensativo, cuando por el camino que va hacia la "Central" aparece Alek, con rostro cansado, cualquiera diría que hubiese envejecido dos años de golpe.

Os encontráis de frente y no podéis evitar miraros, mientras una explosión, seguida de disparos salen de la zona donde se encuentra el Centro Comercial.

Jonn utiliza explosivos para cubrir la huida pero, aunque muchos de los zombies parecen confusos y aturdidos, aún queda algún cabronazo resistente que se lanza sobre vosotros con increible furia y sus dientes preparados para daros un mordisco que, sin duda, sería mortal. Mas os vale esquivarlos o esta será vuestra última aventura...