Partida Rol por web

Como renovado con nuevas fuerzas Yathyan y Sorak se encuentran en la bodega de carga

Desde la parte superior de la caravana veis como los elfos terminan por derribar la puerta de entrada...

Segundos despues sacan a la humana hechicera a la fuerza.

Jaseela se debate pero poco puede hacer, la arrastran por los brazos varios metros hasta la cabeza de la caravana, delante de un elfo y la dejan allí.

Al ver la parte delantera de la caravana os percatais que el el humo y el fuego se debe a que algo a partido el mastil que une el vehiculo con las bestias de tiro, y, ambos mekillotes no se encuentran adheridos al transporte.

Sorak se aproximo a las armas que observo y tratando de evaluarlas, adquirió para si mismo una Espada Larga y otra Corta, tratando de evaluar el peso y el manejo de las mismas a la vez. Haciendo unas maniobras para ver como era recordar el tacto de las mismas. Tras buscar algo donde sujetarlas a su cintura o a su espalda se aproximo junta a la semielfa para tratar de buscar una salida del lugar antes de que el humo les ahogara. Tras pensarlo bien, recoge un par de dagas y tras estar cerca de la semielfa le ofrece una y comenta.

- Por si surge el momento en que la necesites. Me llamo Sorak y tenemos que darnos prisa por salir de aquí. ¿No crees?

Acepto gustosa la daga ofrecida por el Mul, mientras sonrio timidamente, y observo como la posibilidad de escapar, y quizá de algún tipo de escaramuza, han hecho recobrar las fuerzas al que, por su manejo de las armas, parece haber sido, al igual que muchos otros miembros de su raza, un gladiador en el pasado.

- Encantada. Mi nombre es Yathyan. - hago una pequeña pausa, mientras hago un leve gesto de afirmación con la cabeza. - Me parece fantástica idea lo de salir de este lugar. No se a ti, pero a mí no me apetece morir abrasada en este infierno. -

Después, comienzo a buscar en la sala una posible salida hasta el exterior, la cual nos facilite el poder escapar sin tener que hacer frente de manera directa a nuestros asaltantes.

Un fuerte sonido delata la rotura de la puerta principal.

¡¡SOLTADME CERDOS!!... DEJADME...

Las voces de la humana resuenan, esta en peligro.

Se escuchan pasos...

La mayoria de la tribu elfo se agolpa en la entrada de la caravana, el momento de huir...

Si es que existe un buen momento en la situación en la que os encontrais, es ahora.

Solo unos pocos enemigos vigilan el flanco¹ contrario de la caravana. El humo propicia la furtividad, y, la ausencia de vientos fuertes asegura que este no se disipe rápidamente.

Por un segundo dudo entre intentar  alcanzar la libertad o intentar liberar a los demás.Al fin y al cabo solo hemos compartido unos días de cautiverio  no significan nada para mi y no les debo nada.Doy la espalda a la caravana y me arrastro en dirección contraria intentando no dejarme ver , con la daga firmemente empuñada dispuesto a saltar sobre cualquiera que se interponga en mi camino hacia la libertad.Esta vez serie libre o moriré en el intento.

Desplazandose sigilosamente el gladiador se descuelga lentamente por una de las paredes de la caravana...

Amparado por el denso humo, parece que sus atacantes no son conscientes de su presencia.

El elfo sabia que la cosa pintaba mal. No era una mala opción salir huyendo, pero en mitad de ningún sitio, con gente que podía tomarse ese gesto mal, sería una estupidez.

Tampoco pensaba esconderse, se quedaría allí. Si lo veían, cosa con la que contaba, les diría que era un hermana esclavo, y que solo quería huir, que no daría problemas.

A partir de ese punto podían pasar dos cosas, amenazas y muerte, u ofrecerle un trato. Sea como sea, no iba a estar mucho mejor que vagando solo por el desierto.

Así que espero. Y si no lo veían, los seguiría de lejos, y conseguiría algo de provisiones, para luego irse. Porque estaba claro que en la caravana no iba a quedar nada en pie.

Ignorando los gritos provenientes del exterior, comienzo a buscar una posible salida oculta que nos ayude a escapar de la ardiente prisión.

- Siento mucho lo que pueda ocurrirle a la humana, pero si acudimos en su ayuda, lo más probable es que todos acabemos muertos, o nuevamente encerrados. - pienso, intentando justificar mi modo de proceder.

Mientras la semielfa de distrae en su búsqueda desesperada de una salida alternativa. Las voces se aproximan a la entrada de la habitación.

Os queda muy poco tiempo antes de que los asaltantes de la caravana lleguen a vuestra posición.

Sorak se mantenía firme mientras esperaba que su compañera encontrara una salida de alli. Oía como se acercaban a su posición. Dispuesto a darle el tiempo necesario a la joven para que encontrara una posible vía de escape, el debía darle ese tiempo y los atacantes descubrirían porque habia sobrevivido hasta ahora como Gladiador. A pesar de todo lanzo una mirada rápida desde su posición por si encontraba un resquicio para indicar a la joven por donde puede mirar.

Frustrada por no haber podido encontrar todavía ningún lugar por el que poder escapar de la ardiente prisión, decido seguir buscando, con la esperanza de tener más suerte esta vez.

- Por favor, Espíritus de la Tierra, apiadaos de vuestra servidora, y ayudadla a encontrar una salida. No puedo morir calcinada en este lugar. Todavía tengo que serviros durante mucho más tiempo. -

Tanto Sorak como Yathyan buscaban desesperadamente una salida, su infructuosa busqueda solo hace que la frustración crezca de forma desmesurada.

El humo empieza nublar la estancia y a sofocar el ambiente¹

En ese mismo instante se abre la puerta de un portazo...

Entran cuatro elfos armados con espadas obsidiana y antorchas. ²

Ante la imposibilidad de encontrar una salida oculta en la habitación en la que me encuentro, y tras observar que la sala comienza a llenarse de humo, y que comienzan a aparecer varios enemigos, le hago una pequeña señal a mi nuevo compañero, para que me siga, y decido salir por la puerta contraria, con el fin de encontrar una nueva estancia en la que poder buscar nuevamente un forma de escapar.

- Si nos entretenemos en luchar contra los elfos, entonces seguro que nunca conseguiremos salir de aquí. - pienso, mientras abro la puerta.

Sorak vio los problemas del humo y de los elfos recién llegados. Esto no hacia mas que precipitar la situación ya de por si problemática. A pesar de ello decidido se mantuvo protegiendo a la semielfa mientras retrocedían hacia la habitación a la que se encaminaba Yathyan. Con las espadas en sus manos le daba algo mas de seguridad en caso de llegar a tener que usarlas, no dudaría, no titubearía, era lo que se esperaba de el y daría hasta la ultima gota de sangre por encontrar la salida de allí.

Al salir por la otra puerta os dais cuenta de que la única salida que conocéis es por la cual han accedido los atacantes.

El humo¹, al igual que los asaltantes amenazan con acabar con vuestras vidas.

La caravana esta rodeada²... en un momento de incertidumbre dislumbrais a dos figuras corriendo hacia las dunas.

El elfo y el humano gladiador huyen sin mirar atrás. Saben que, volverse a observar puede ser su maldición...