Partida Rol por web

Tanto el elfo como el humano se dirigen al camastro de la habitación, y, mientras el fornido gladiador recusca en el malherido psionico el taimado elfo rebusca minuciosamente alrededor del mismo

Sonrio complacido al ver el arma, nunca he tenido algo tan valioso entre mis manos y seguramente nunca mas vuelva a tener este privilegio.Cojo la daga y la blando en el aire como haciendo frente a un enemigo imaginario.Bien , al menos no tendré que luchar con las manos vacías..Observo de reojo al elfo y sin dar tiempo a nada mas deguello al doblegamente .No tendrás nada en contra, no?Supongo que no te has tragado su oferta y sabes como yo que cuando esto termine volverán a encadenarnos.Pero te aseguro que yo moriré antes que volver a ser esclavo y me llevare por delante al que se me oponga..Digo con la daga empuñada firmemente y mirándole a los ojos .Sin esperar su respuesta y evitando dar la espalda al orejas picudas me dirijo a la siguiente habitación .

El joven elfo rebusca en el camastro meneando la cabeza, aquí no hay una mierda.

Luego ve como el psionico pasa a mejor vida.

No, no tengo nada en contra, pero hasta saber que se atreve a atacar una caravana, yo no me lo hubiera cargado, puede que no tardes mucho en morir, libre eso sí.

El elfo salió de la habitación, sin preocuparse del hombre y su daga. Sabía que no le gustaban los elfos, y seguramente tendría sobrados motivos esa animadversión.

Pero no tenía sentido preocuparse por el hombre, si iba a matarlo, podía haberlo hecho hacia solo un instante.

Ahora había que preocuparse por cosas más urgentes, como encontrar algo de verdadero valor para negociar por su vida. Luchar estaba bien, si no quedaba más remedio, siempre había otras formas de hacer las cosas, incluso si era a costa de un poco de dolor como hacia un rato.

Ahora sabia que la caja que le habían dado al líder de la caravana era un buen pago, y seguro  que tendría verdadero valor, igual que para él su vida.

Al abrir la puerta ves una habitación enorme, decorada con un gusto exquisito una gran cama con dosel justo debajo de un respiradero cuidadosamente tapado con telas para ventilar la habitación sin que entre la arena del desierto, al lado derecho de la cama una pequeña mesa con una jarra un poco de agua fresca y unos guantes de piel muy poco elegantes. Una voluminosa  mesa con patas decoradas con motivos animales preside el extremo opuesto de la habitación, sobre ella un contenedor de tinta, un calamo, un candelabro y unos pergaminos. 

Esa era la habitación indicada. Kal guardo un segundo y medio para comprobar que estaba solo allí, y luego empezó la búsqueda. Estaba seguro que el pago por ellos tenía que estar escondido en alguna parte, así que no se iría con las manos vacías.

Comenzó por la cama, era un lugar tan bueno como malo para esconder cosas, así que revolvió la cama sin miedo.

Ahora mismo, bajo un ataque, una cama seria el menor de sus problemas si alguien lo veía.
Luego seguiría por el resto de la habitación, incluso por el conducto del aire.

 Sorak empezaba a removerse en su lugar, poco a poco la resistencia de mul de la que honrado se sentía le ayudaba, tras abrir los ojos y mirar a su alrededor se da cuenta de su nueva posición. Tras incorporarse un poco y ver que realmente no esta atado y tampoco solo se gira hacia las dos figuras femeninas y pregunta con su voz carrasposa.

- ¿Qué esta pasando? – comenta mientras con mayores esfuerzos trata de incorporarse mejor y tener una línea de visión de lo que sucede a su alrededor.