Partida Rol por web

Pobre hombre, parece desesperado de verdad...

Levántese buen hombre, levántese... -le dijo Juan al fraile viendo que, primero se arrodillaba y luego era reprendido por el frater Ambrosio-.

¿Qué les parece si vamos a ver a esa mujer? De todas formas, la única forma de convencernos de ello es viéndola en persona. Frater Ambrosio, no querría ser recordado como un hombre que le negó ayuda a alguien, y menos a una mujer santa. Eso no nos llevaría mucho tiempo...

No seré yo quien deje a una Dama sin auxilio pero tampoco pecaré de inocente aunque mi nombre asegure lo contrario-dijo bromeando, aunque su tono grave no había cambiado ni un ápice-¿Que es eso de que quieren aprovecharse de ella?

Con cierto recelo, Teófanes no parecía convencido de las palabras del fraile. Sus actos le parecían demasiado  apurados y conciertos signos de miedo y preocupación, como si  intentase escapar de algo... Sin embargo, ante tal petición y la reacción de sus compañeros en acudir en su ayuda, no tuvo mas remedio que encogerse de hombros y asentir con el cuello que ayudaría.

Desmontó del caballo, he hizo  lo posible por ayudar a levantarse al que llamaban  Fray Agustín. Mirándole fijamente a los ojos  habló:

-... Como han dicho aquí mis hermanos, no es necesario tales actos de pleitesía.llevadnos  con vuestra protegida para que podamos juzgar  por nosotros mismos si mereceís nuestra  ayuda.-

El hombre se levantó como le habían sugerido los fráteres.

Las gentes de Arévalo rinden mucho culto a la hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo... -dijo negando con la cabeza y cerrando sus ojos-, pero éstos ¡Hay que quieren rendirla culto como tal a esa pobre anciana, como una imágen! ¡Qué despropósito! ¡Mis hermanos, los otros frailes que me esperan, me mandaron para encontrar a alguien y que ésto no se haga posible!

El fraile habíase postrado... junto al barro que pisaban los caballos... precisamente para una súplica de justicia. ¿Qué más podía hacer? Rebajarse de tal forma incluso le duele a un siervo de Cristo. Lógicamente, el fraile se despidió cortésmente y rezando una oración por vosotros, para que tuviérais un camino placentero.

¡Con Dios, señores de Luz Verdadera! ¡Siento haber interrumpido su viaje!

El fraile alejóse por la dirección en que habíais venido.

-¡Alto, Fray Agustín, todavía no os hemos dado respuesta!

Qué hombre tan impulsivo, no hay forma de tener un verdadero parlamento.

Fray Agustín se dio la vuelta soprendido, en medio del camino. Miró fijamente a los hermanos.

-Por favor, explicad más claramente qué es eso de querer rendir culto a la anciana como imagen. ¿Estáis diciendo que un grupo de idólatras intentan deificar a una mujer viva o hay algo más?

Poniendose a las espaldas de Ambrosio, dispuesto a usar la fuerza  si fuese necesario; Teófanes escuchaba las palabras de su compañero.

Con cierta incredulidad,había sido espectador de algo extraño: Una petición de ayuda, una respuesta afirmativa  y  una extraña reacción por parte del padre Agustín...

- Ambrosio, me da en la nariz que fray Agustín nos esta pidiendo  que le sigamos  sin cuestionar  su historia y sus porqués...- susurró al  oído para no ser escuchado por el expectante  fraile.

Pienso que un hombre de Dios no debería tener tales secretos, y si vuestros motivos son por la seguridad de la doncella, podéis estar tranquilo pues somos de confianza. Pero entended que no podamos fiarnos sin antes saber toda la historia-dijo Inocencio mirando al fraile- de todas formas os seguiré sea cual sea vuestra decisión pues no es potestad mía judgar a este hombre.

Bueno vamos a ayudar o no al pobre hombre? Parece tener prisa y con tanto parlamento no vamos a solucionar las cosas.

Luego se dirige al fraile.

Venga, llévenos hasta esta santa que usted dice y verremos si les podemos ayudar.

Esta bien -cedió un poco- "lo de Dios, a Dios, y el fraile aguanta...". Mis hermanos frailes esperan. Hemos de tomar a esa mujer... ¡es una santa y la pobre poco puede hacer ya por la edad! A Ávila la llevamos con la Gloria del Señor, pero no de su rebaño... no se si me entienden, mis fráteres... ¡vayamos!

—Fray Agustín, la santa puede venir con nosotros a Toledo. Ésa es una ciudad tan buena como Ávila y estará a salvo. Es una solución que puede servirnos a todos.

Inocencio asintió ante la idea de Ambrosio pues como bien decía satisfacía a las dos partes. Aunque algo le decía que aquel fraile no estaría dispuesto a cambiar de destino. Inocencio siguió sin decir nada, esperando pacientemente a que sus compañeros tomasen una decisión. Al fin y al cabo el haría lo mismo que el resto... y esperaba que de una forma u otra se encaminasen a desvelar el misterio de lo acontecido en la posada.

-Fray hermano, ambos sabemos que los caminos del señor son inexcrutables, y que escribe recto en renglones torcidos. Si la Divina Providencia, pusonos a un fray y a  un sequito en nuestro camino, ¿ quienes  somos nos, humildes servidores para negar la providencia?.
Eso si, para calmar nuestras consciencias y arrinconar a la tentación ,fray,  cuéntenos los detalles  de aquesta expedición, et por qué precisase nuestras presencias et nuestras espadas. Gaste en detalles et matices, pues luengo es el sendero  y ameno será si las palabras de su boca nos lo hacen tal.

A pesar de esta aparente humildad, Inocencio no pierde detalle en  otear y observa  un tanto reacio tanta prisa y tanta duda.

Levantando los ojos al cielo, Teófanes aún se preguntaba por que perdían el tiempo con este fraile que solo entendía medias tintas. Con la mosca detrás de la oreja, se mantuvo  concentrado en las frases que cada compañero  relataba,siempre en silencio y sin  pronunciarse para no entorpecer la misión.

En cuanto vio avanzar al resto de fráteres, no dudó en acompañar sus pasos, siempre alerta de lo que podía pasar. Sin embargo, prestaba mas atención a las palabras de fray Agustín que a lo que acontecía a su alrededor.

Teófanes e Inocencio: tiradas fallidas, (además Inocencio tiene -25% en otear).

Definitivamente, Fray Agustín, al ver que pedían (y como era lógico) una explicación más o menos decente, decidió probar fortuna con otros hermanos. Pronto perdísteis su vista. Ciertamente, sus planes podrían ser de lo más sutiles y reservados como para explicarlos a las buenas de Dios en mitad de un camino transitado por soldados...

Una vez en Talavera, comprobáis que el joven Jacob no se encuentra, estando las puertas de la judería las cuáles están cerradas para los cristianos... No queda más remedio que, una vez que seguís los preceptos que os fueron encomendados antes de la aparición de San Rafael, viajar hasta Toledo. Allí se encuentra el Páter Toleti.

Fue en estas que continuásteis vuestros viaje, llegando finalmente a Toledo. En dicha ciudad podíais contemplar grandes puentes, monsterios, academias, un montón de portones con sus respectivnos nombres y sobre todo el Alcázar, a fortificación entre las rocas.

Debido a algun que otro viaje anterior por aquella ciudad, conocíais donde estaba la aljama, y en seguida llegásteis a ella. Sin embargo, la aljama (que como ya se sabía era un lugar donde se aglomeraban la gran cantidad de judíos de la cuidad), poseía sus puertas cerradas, como si de tiempo de Cuaresma se tratase. Las gentes van de aquí para allá, con sus quehaceres, sus cántaros, sus puestos ambulantes, sus gallinas en mano, chiquillos corriendo, etc., todo justo a vuestro lado.

-Hermanos, antes de hablar con el Pater Toleti, sería interesante indagar de incógnito por nuestra cuenta en la judería. Y por indagar de incógnito me refiero a hacernos pasar por judíos, mal que nos pese y nos avergüence, pero la necesidad de nuestra empresa es mayor. Necesitamos un atuendo acorde a nuestras necesidades. En mi caso que esconda mi tonsura.

Enarcando la ceja a modo de incredulidad, Teófanes pregunto:

- ¿Ocultar nuestro  santo oficio?- acercándose al oído del buen Ambrosio ,continuó; no sin antes echar un ojo al lugar para evitar oídos ajenos.- ... dejadme hacer a mi, tengo cierta experiencia en   entrar en lugares "difíciles"... mientras ocupaos vuesas mercedes del resto, ya que si me descubren mejor a uno de nosotros que a todos...-

Luego, observando las calles de la ciudad, estiró sus brazos  para desentumecer su cuerpo y anunció:

- Ya que estamos en Toledo, haré buena cuenta de su acero ,y me  agenciare un buen filo para   mi mano...- mirando a su compañeros, concluyó:- ¿ que dicen mis frateres?-

¡Ay, qué me temo que hemos salido del hoyo para meternos de lleno en el pozo! Hacernos pasar por judíos. Y como se supone que debemos burlalos, si ni siquiera sé a qué se dedica un judío...

Suspiró profundamente.

Aunque supongo que comer tendrán que comer, y beber también. Pues por el trueque tengo diestra la mano, quizás podría pasar por mercader, aunque de pobre estampa.

-Estamos entonces en vuestras manos, hermano y maese Teófanes. Mientras indagáis en la judería quizá sería buena idea que nosotros preguntemos entre el vulgo católico qué nos pueden decir acerca de los judíos de esta ciudad. Pero hay que andar con mucho tiento, el judío es ladino y puede tener ojos y oídos en muchos sitios. Prefiero reservar el hablar con el pater Toleti hasta que hagamos nuestras pesquisas.