Partida Rol por web

Pues poco, buen hombre -dijo el tabernero. En la judería las pequeñas rebeliones como de costumbre, los robos y pillajes, etc. El Pater Toleti intenta mantener el órden, aunque en realidad está la cosa tranquila... bueno, exceptuando las altas esferas de su Majestad... Por lo demás, como siempre, señor... ¡ah bueno! ¡Ahora importan muy buena lana pirenaica!

Y usted señor -miró a Inocencio- ¿quiere un trago?

PNJOTIZADO.

Si por favor, un vinito a medio vaso.

Permanecí atento y cauto, tras ambrosio.

No, señor... ¿directamente? No -respondió el mercader- No podría desplazarme hasta todos los lugares de las mercancías, tengo mujer e hijos en la ciudad. Yo suelo comprar también a otros comerciantes sus productos y revenderlos, como esta lana que usted me dice. Pero como puede ver, es de gran calidad.

PNJOTIZADO.

Creo que deberíamos movernos un poco ¿habrán averiguado algo los otros fráteres? -decía al oído a Juan mientras intentaba sonsacar información a ese tipo acerca de unas telas...

—Me han hablado de un judío que está causando bastantes problemas, aunque no recuerdo su nombre.

Por supuesto! -dijo Juan-. Verá, es que tengo por costumbre no comprar nada que haya pasado por manos judías... Sólo... es pura precaución. ¿Sabe si los comerciantes judíos venden aquí en el mercado o si los comerciantes cristianos pueden entrar a comerciar en los mercados judíos?

Por supuesto señor, aquí vendemos y compramos todos: cristianos, judíos, musulmanes y gente norteña, de esos de franceses e incluso alguno de tierras frias. Los judios -continuó- suelen salir de la aljama para venir aquí y adquirir sus productos. Pero... no se si lo que busca oir es si los judios dan más problemas que otros... en tal caso he de decirle que, bueno, "en la viña del señor hay de todo".

El vendedor comenzó a atender a otro comprador que se acercó.

Muchas gracias buen señor, supongo que tiene razón... Le agradezco su tiempo. Vaya con Dios.

Y así se despidió, dando su consentimiento a Teófanes para reunirse de nuevo con sus compañeros.

Mientras Juan Olivares realizaba sus pesquisas ,intentando descubrir algo mas sobre los judios ; Teófanes  entregó las veintitrés monedas en total por la espada y las sendas túnicas. Siendo de pocas palabras al pobre Teófanes no le gustaba nada regatear el precio de algo, le hastiaba de tal manera que a menudo zanjaba el trato , desembolsando las monedas justas; para evitar oír el lenguaje empalagoso del comerciante de turno.

Mirando al joven que le había vendido los materiales,  y después regresando la vista al  saquito con sus   monedas  repiqueteando suavemente, Teófanes el susurró:

-  Muchacho, si os interesa ganaros unas cuantas piezas de oro  mas, ¿ Que sabéis de los judios de la Aljama?- cruzó su mirada con el muchacho al tiempo que se ajustaba en la cintura su espada recién adquirida.-... y  si podéis ser lo mas sincero posible,  seréis bien pagado.- Teófanes se aseguró que la conversación entre susurros que mantenía con el joven  vendedor no cayera en oídos curiosos.

Teófanes adquirió su espada y sus telas*, pero continuó hablando con el tipo.

Ahora si. Una moneda no viene mal a nadie en estos tiempo. El vendedor se volvió a girar hacia el fráter, y le habló:

¿De los judíos? Mmmm... -se puso como a pensar. En realidad no necesitaba pensar nada, un mercader sabe, en general, lo que ocurre en su ciudad-. Últimamente corree por Toledo un fraile que, con sus ardientes prédicas contra los judíos, está encrespando los ánimos de los crédulos y de los violentos, de aquellos a los que no les importaría violar un par de judías, degollar a sus maridos y saquear los tesoros de los asesinos de Cristo.

Luego se paró un instante para devolver un cambio a otro cliente, y continuó.

Con todo, ese fraile amigos poderosos ha de tener, pues en circunstancias normales eso se resuelve con impuesto por parte de los judíos, a cambio del cual los alguaciles detienen al predicador y le enfrían los ánimos en una celda... en fin.

PNJOTIZADO.

Si, es un tal Pero Gil -se adelantó Inocencia apoyando a su compañero. Parece ser que es un tipo... peligroso.

Cuando sirvieron el vinito al fráter, éste le daba pequeños sorbitos, atendiendo más a las palabras del tabernero que a la propia acción.

Pues no forasteros, ya saben que los judios, aquí en Toledo, viven el la aljama -respondió. Algunos roban, otros son hombres honrados... como los cristianos diría yo, que hay de todo en la vida. Pero jamás escuché tal nombre.

-Claro, todo pueden ser habladurías.

Bebo el vino y doy cuenta de la comida. Disimuladamente intercambio pareceres con el hermano Inocencio sobre el tabernero, cuando éste no esté cerca.

-¿Qué opináis de esto? Yo diría que es sincero, quizá no haya nada más que hacer aquí. ¿Os parece que si le deslizo alguna propina de las que hacen recordar resultaría insultante?

PNJOTIZADO.

Es posible hermano -dije disimulando con otro sorbo. Ciertamente estos tipos ven entrar y salir mucha gente en sus locales (pecadores y no pecadores). No tengo ni la menor idea, ni siquiera una corazonada. Puede que unas monedas le refresque la memoria... pero no sé.

Me apoyé en la barra, esperando que Ambrosio decidiera.

-Buen hombre -digo al tabernero- sé que en estas tierras las gentes por bien criadas son discretas y a veces olvidan decir cosas que saben o que podrían ayudar. Me considero un hombre justo que sabe pagar por una información y que no recuerda de dónde la obtuvo. Sería de gran ayuda que pudiera hacer memoria un poco e intentar recordar si alguna vez oyó algo sobre ese judío Gil -le deslizo una generosa propina de forma discreta en la mano-. Si la memoria le sigue fallando le agradecería de todo corazón que tuviera los oídos despiertos a partir de ahora.

¿Un tal Gil? Mmm... -se quedó pensativo. La verdad es que no me suena de nada; si tanto interés tiene en los judíos puedo contarle, según he escuchado a borrachos y algún que otro maleante en mi taberna, que existe un fraile que encarna la maldad en persona y critica a los judíos a la diestra y a la siniestra, pues se dice que éstos siempre tienen "pleitos y peleas" para con el resto de la sociedad... en fin, no se qué mas ofrecerle señor.

¿Y por casualidad no sabrá como se llama ese hombre o donde se hospeda? No querría tener problemas por estar en el momento y lugar inoportunos... -dijo de forma lo más inocente posible Juan-.

-Gracias por la información, señor. ¿Tiene algún indicio sobre dónde podría estar ese fraile?

Tras esperar la respuesta y acabar la comida:

-Gracias de nuevo por todo. Ésas alubias y garbanzos han sido mano de santo. Estaré un tiempo por Toledo, si oye algo más recompensaré generosamente una buena información, así como su silencio respecto a quién pregunta. Tenga un buen día.

Sacando cuatro monedas de su pequeño zurrón, extendió su mano hacia el  vendedor a modo de pago por su información. Antes de que  le entregase su bien merecida recompensa, frenó su mano al escuchar la pregunta de Juan y miró a los ojos al tendero. Con un chasquido  de sus labios, casi entre dientes,  inquirió:

- Responded, tendero, a mi compañero...si queréis ganaros el sueldo...-

-Hermano fray, ocurreseme bueno para nuestro pleyto, ahondar más entre estos pecadores, pues seguro que alguno fabrá más virtuoso en rumores que en juicio. Aunque poco juiciosos aquestos truhanes,estos, pueden ser más virtuosos para el embuste que para el don de la ayuda al projimo cristiano o no.

Digo pues, que preguntemos más por aca, y que seamos precavidos pues alguno de estos puede darnos gato por liebre, aunque creyendo nos, que es la mejor liebre de Castilla.

dicho lo cual reza unas breves plegarias, pidiendo al Altisimo juicio y talento en aqueste nido de ratas herejes.