Partida Rol por web

Turno 1 (Dayana y Amaris)

Dayana lanzó flipendo contra el primer diablillo de Cornualles que se le acercó, aunque consiguió esquivar a los demás con mucha facilidad, eran en verdad, más una molestia que una amenaza real.

Amaris comenzó a tartamudear y a trabársele la lengua, pronto se vio rodeada de aquellos duendecillos, sus dientes se clavaron en la piel de la joven. Los mordiscos desgarraron la piel de su pecho y espalda, de su mejilla y de su brazo izquierdo

—Duendecillos de Cornualles —susurró Amaris antes de que el profesor Quirrel destapara aquellas jaulas. El ligero murmullo que se insinuaba bajo la sábana era inconfundible. 

Y así fue. 

Cuando el profesor descubrió la "sorpresa" que les tenía preparada Amaris hizo un gesto de disgusto recordando aquella ocasión en la que a su hermana Alice se le habían escapado unas de aquellas fastidiosas criaturas en el laboratorio de su padre. El destrozo provocado fue terrible, así como el castigo que le impuso William Prince a su primogénita: le quitó su preciada escoba y le prohibió la práctica de quidditch. Alice estaba sin consuelo, y aquel fue su peor año en Hogwarts. 

Amaris apretó los labios. En fin... Al menos no tendremos que atacarnos entre compañeros, pensó. Y se preparó para lo que venía a continuación. 

Pero lo que llegó no fue ni de soslayo lo que Amaris imaginó. ¿Dos, tres, cuatro mordiscos de aquella nube azul eléctrico colmada de chillidos histéricos? Era esperable, pero no...

Lo que vino a continuación fue una batalla campal en la que Amaris poco y nada pudo hacer. Sintió como aquellas horripilantes criaturas la sobrepasaban y la escarnecían entre burlones chillidos y mordiscos. Con el orgullo herido y heridas en la cabeza, el torso y el brazo derecho, Amaris temió por sus ojos cuando sintió la sangre manar de su ceja y por su mano izquierda (la misma mano con la que sostenía la varita, la misma con la que escribía). ¿Qué sería de ella si no podía leer? ¿Y si no podía escribir? 

Y el miedo a perder lo que más amaba, leer y escribir, la llenó de furia, de una furia rencorosa. Pero no por aquellas estúpidas criaturas, sino por aquel que permitía que ella sufriera; por el verdadero y único responsable de que Ella estuviera en aquel trance: Quirinus Quirrell.

—¡Ya basta! ¡Deténgalos! (*) —gritó señalando (o amenazando quizá, conclusión muy factible si se tenía en cuenta los chispazos que salpicaban la varita) al mismísimo profesor Quirrel, con verdadero odio. —U-usted... usted es... —balbuceó con los dientes apretados y una mirada relampagueante.

Finalmente, Amaris se dio vuelta y se marchó del campo de entrenamiento rumbo a la enfermería. 

Turno 1:

Al entrar y ver la hilera de jaulas. Me asusté un poco al ver esos bichos. Entonces se abrieron las jaulas... Y DAYANA ENTRÓ EN MODO BERSERKER. 

Aluciné con la agresividad e esos bichos cuando atacaron a Amaris, y junto a eso y a la contagiosa sed de sangre (de Dayana) me envalentoné y me puse a por ellos- FLIPENDO!! - dije con potencia contra no, haciéndole bastante daño en dirección a la jaula.

- !Maldito diablillo no te atrevas a herir a Amaris! - sin duda le importaba poco lo que el profesor dijera, Dayana simplemente no podía quedarse quieta dejando que alguien fuera herido ante ella. Y si, sabía y notaba que estaba agotada mágicamente, pero era impensable no hacer nada... El golpe dado al diablillo fue equivalente a su enfado, aunque este acabara en hacer que la niña cayera por agotamiento al suelo.

Turno 1 (Murphy y William)

Murphy se movía con rapidez consiguiendo esquivar los ataques de los duendecillos, cuando uno de ellos estuvo cerca lanzó flipendo mandándolo dentro de la jaula, solo le quedaban cuatro.

William no estaba preparado para esa clase de prueba práctica, no sabía realizar el hechizo flipendo, por lo que cuando lo intentó no sucedió nada, comenzó a esquivar a los duendecillos, evitando que le mordieran

Turno 2 (Amaris y Dayana)

Dayana al ver que Amaris tenía problemas, lanzó un flipendo para ayudarla, pero el hechizo se deshizo antes de que lo golpeara, miró atónita su varita, ¡lo había realizado bien!

-Señorita Nilcorb es un trabajo individual, céntrese en los suyos -dijo el profesor Quirrel.

Así que había sido eso, el profesor había repelido su hechizo. La distracción de Dayana que dio la espalda a sus propios duendecillos, hicieron que tres de ellos consiguieran morderla, uno en la cara, otro en el brazo izquierdo y uno más en la pierna derecha. La joven estaba bastante magullada de repente

Amaris intentó defenderse, al ver que no podía gritó que detuvieran aquella lucha. El profesor Quirrel con un movimiento de la varita hizo que las cinco criaturas que luchaban con la joven se metieran en su jaula, no antes de que una de ellas volviese a morder a la pequeña ravenclaw en la espalda mientras se alejaba.

La joven gritó al profesor y se marchó conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir

Turno 2:

Los duendecillos atacaban sin piedad a Dayana y Amaris haciéndola salir por la puerta - Amaris!! - grité preocupado mientras se iba. Miré con rabia al profesor. *Que clase de adiestramiento es éste??? - pero con más rabia a los duendecillos. Eran criaturas muy peligrosas!! las más peligrosas que había visto en mi vida!!  - Por suerte "parecía" que el profesor tenía las cosas sobre control, al menos en lo que respecta a los Duendecillos. Pero esto ya era el colmo!! dejar que hieran así a los alumnos?? 

- FLIPENDO!! - dije con potencia contra el otro, rabioso perdío.

Turno 1

William intento prepararse mentalmente para luchar con los pequeños seres voladores, pero el hechizo seguía resistiéndose, dejándole como única opción esquivar, por ahora había logrado mantenerse alejado de los dientes y los objetos arrogados, pero si no lograba usar el hechizo seria una carrera de resistencia que terminaría perdiendo.

Turno 1

Decir que Jonh se quedó impresionado sería decir poco. Había escuchado que las clases eran peligrosas pero... ¿esto? ¿duendecillos de Cornualles? Sintió como la garganta se le quedaba seca, y como sus manos empezaban a sudar. Tenía miedo. Mucho miedo. Por unos segundos casi sintió ganas de llorar. Pero tenía que reponerse. Tenía que aprobar.

Conocía el conjuro flipendo. Solo tenía que... y así empezó a responder, acabando con el primero de esos seres.

Los rumores de que esta lección sería desastrosa llevaban circulando por los pasillos toda la semana. Algo iba a ocurrir y aún no sabía si era un examen sorpresa o si iban a ganar un pase gratuito a la enfermería. Eduardo apostaba por lo segundo, entrando en la clase algo nervioso.

El momento en que el tartamudo profesor confirmó que se trataba de una clase práctica, sacó su varita con seguridad, pues había practicado todos los hechizos de esta asignatura y estaba preparado para todo lo que vendría.

—¡Es la primera vez que los veo! —susurró emocionado a sus compañeros.

Apuntó con su varita al frente, sin miedo de que esas molestas criaturas.

Turno 1

Los duendecillos se dispersaron por la clase. Eduardo detectó a uno que se le acercó.

—¡Flipendo!

la master ha dicho que la quitemos a partir de ahora, porque se ha ido

Turno 2 (Murphy y William)

Murphy perdió la concentración cuando vio que Amaris salía corriendo, por lo que su hechizo de flipendo no acudió a él, sin embargo, consiguió esquivar a los cuatro molestos duendecillos que le quedaban.

William sabía que cada vez le iba a costar más que a los demás aprobar esa clase, había ido sin saber realizar el hechizo y eso se notaba, no le salía ni una vez bien el hechizo. Por suerte, conseguía moverse rápido antes de que aquellos seres azules le mordiesen.

Turno 1 (John y Eduardo)

John vio con alegría como su flipendo lanzaba a uno de los duendecillos a las jaulas, llenándole de satisfacción y reduciendo el miedo que sentía, dándole algo de confianza cuando consiguió esquivar el ataque de aquellos seres azules.

Eduardo lanzó a otro duendecillo dentro de su jaula, consiguió esquivar a todos, aunque había visto a uno de ellos cara a cara, a punto de morderle la nariz, por suerte se agachó a tiempo

Turno 3

El abandono de Amaris distrajo al chico, el cual se sentía cada vez más presionado, el hechizo no lograba salirle y estaba esquivando por los pelos a las criaturas, sabia que seria sobre pasado si las cosas seguían así y talvez fue eso lo que logro que su voluntad y concentración en el mismo dieran frutos.

-FLIPENDO-

Turno 3

William había conseguido el hechizo! - BRAVO WILIAM!! - le grité contento mientras esquivaba duendecillos a diestra y sinistra. Eduardo y Jonh también habían conseguido un tanto. Estaba motivado. Estábamos a TOPE. Y teníamos que vengarnos de esas criaturas por hacer daño a Amaris!.

-FLIPENDO!! -grité envalentonándome, lanzando a otro duendecillo a su jaula, mientras esquivaba y evitaba arañazos.