Partida Rol por web

-Está oscureciendo ya... pero podemos seguir camino si quiere. Con suerte Walder Frey no está en el castillo y quizás ni siquiera nos invitan a pasar la noche, aquí nadie hace nada sin su permiso.

Llegaron a las puertas de la torre-fortaleza que guardaba su orilla del río y los detuvieron. Esta vez la insignia que llevaba a la vista Ser Henry hizo que el recibimiento de los soldados fuera algo mejor, aunque probablemente ninguno de ellos sabía distinguir la casa a la que pertenecía, solamente que se trataba de algún noble del norte.
Al entrar al interior les ofrecieron agua y algo para los caballos. Un mayordomo les invitó a que descansaran un momento mientras anunciaba su presencia. Minutos después volvió a aparecer.

-Lord Walder Frey os invita a disfrutar de su hospitalidad y pasar la noche aquí. Os llamarán para la cena.

La invitación no dejaba casi ninguna opción a escabullirse, no sin hacer una grosería o provocar el enfado del señor de aquellas tierras, que era conocido por hacer lo que le venía en gana.
Los jóvenes fueron conducidos a una habitación, lo suficientemente amplia para alojar dos camastros y que carecía de ningún lujo, tan solo un par de sillas, una pequeña mesa y en una esquina un cubo para las necesidades. Sin otra cosa que hacer los jóvenes decidieron descansar hasta que llegó la hora de la cena y fueron guiados hasta el salón principal donde les esperaba Walder Frey presidiendo una gran mesa.

-¡Sed bienvenidos, Henry Deepburied y Dan Onino! Nos alegra tener a verdaderos norteños con nosotros. Por favor sentaros y disfrutad de nuestra mesa. Espero que todo sea de vuestro agrado. El viejo Walder no era de los que ocultaba sus pensamientos y mucho menos en su propio castillo, así que el tono pareció a los jóvenes algo burlesco, sobre todo cuando les llamó verdaderos norteños. El mayordomo les indicó dos asientos, no muy lejos de donde él estaba sentado y a una señal del viejo el resto de comensales comenzaron a sentarse. Sus hijos naturales y herederos más cerca y el resto se iban alejando. Dos jóvenes mujeres se sentaron a cada lado de Henry y Dan sonrientes y complacidas por su compañía. ¿Y que os trae por Los Gemelos? ¿Os habéis aburrido del norte?

Dan miró a Henry algo nervioso esperando que su amigo consiguiera manejar bien la situación, sabía que era un joven encantador con talento para ese tipo de situaciones, pero con Walder Frey había que tener cuidado. Además que la chica que se había sentado a su lado, una tal Diana Ríos y bastarda de Walder Frey, le hubiera puesto la mano en el muslo no mejoraba la situación.
Henry también sintió la misma presión en su pierna de parte de Anne Ríos.
Todo el mundo sabía que había dos cosas que le sobraban a Walder Frey: dinero e hijos. Tenía hijos e hijas naturales y bastardos para regalar y parecía que aquellas dos jóvenes Ríos no habían sido sentadas allí por casualidad. Las chicas estaban encantadas de la agradable compañía de los jóvenes e intentaban mostrar sus mejores encantos, quizás alguno de ellos se fijara lo suficiente para ofrecerles un futuro mejor al que les esperaba allí.
Pronto Henry se dio cuenta que debía afrontar la situación con Walder Frey en solitario pues Dan parecía más interesado en conocer a su compañera de mesa que en lo que sucedía a su alrededor.

Henry mostró su blanca sonrisa, que contrastaba con el ambiente algo oscuro de aquel puente fortificado. El joven sabía que podría aparentar "amistad" pero a la vez ir clavando una dura molestia que no se le olvidaría al viejo Frey. Miró de reojo a Anne con cara picaresca y volvió a mirar a Walder para contestar a la pregunta lo antes que pudo.
-¡Ja! Es verdad lo que dicen de que usted sabe tratar a la gente, con estas preciosidades ¿Quién no vendría a los Gemelos de paso?.. El caso es que me dirijo a Desembarco del Rey, un heredero no puede dirigir una casa por pequeña y desconocida que sea si no conoce el mundo que le rodea, usted deberá saberlo más que nadie, sabe elegir muy bien a sus aliados en cada... momento- Henry sonrió una ultima vez antes de apretar la mano de Anne para que parase a la vez que la miró de forma que al menos se entendiera que hablarían luego.
-Cuénteme mi Señor, ¿es común el paso de los norteños por aquí? He visto que ha reconocido a la primera que somos puros y verdaderos norteños-
Henry soltó la mejor risa que pudo, cosa que se le pasó cuando recordó que tendría que hacer sus necesidades en un cubo, aunque eso le dio una idea al joven que quizas llevase a cabo, dependiendo, claro está, de como transcurriera la cena en aquella tensa mesa.
Henry no empezaría a comer hasta que el Señor de los Frey empezara, quería molestar pero no ofender, pues se vería en problemas de ambas formas.

Ciertamente la sonrisa y la alegría del joven Deepburied contrastaban con el ambiente taciturno que dominaba el resto de la sala, salvo quizás Diana y Anne que parecían la mar de contentas y no pudieron dejar escapar unas risillas tras el piropo que Henry les había dedicado. Algunas de las otras mujeres susurraban entre ellas mientras las miraban, quizás con cierta envidia, aunque en general los rostros eran anodinos o serios, sobre todo cuando hablaba el cabeza de familia. Ante las respuestas de Henry casi todas las miradas de la sala se clavaron en él, incluso Anne retiró la mano por un momento, y luego pasaron a mirar directamente a Walder en espera de su respuesta.
Walder comenzó a comer, dando así por empezada la cena de manera oficial y permitiendo al resto hacer lo mismo y antes de contestar bebió un trago de su copa.

-Pareces un chico listo Henry Deepburied, así que voy a darte un consejo, no dejes que los errores de tu padre te arrastren, creo que puedes tener un buen futuro si juegas bien tus cartas. Desembarco del Rey es un nido de vívoras donde se puede hacer carrera y nombre, yo mismo tengo un hijo allí, pero hay formas más fáciles y sencillas de conseguir lo que uno quiere. Pero disfruta de la cena junto a tu acompañante y hablaremos después.

Parecía que a Walder le apetecía comer más que hablar en esos momentos, aunque no dejó sin respuesta las preguntas del joven.

-Todos los que quieren pasar del norte al sur o al revés deben hacerlo por mi puente, es el camino más corto por tierra y el único que no les desviará cientos de millas o les arriesga a ser arrastrados por la corriente. Por supuesto mantener el puente y su protección tiene unos gastos, por eso cobramos un arancel, pero de eso también hablaremos luego. Sobre tu pregunta, tu mismo le dijiste a mi mayordomo quien eras y además venís del lado norte, no tuve que esforzarme mucho.

Walder siguió comiendo y una vez que parecía que ya no iba hablar más las conversaciones entre unos y otros comenzaron a formar un murmullo. Dan parecía encantado con las atenciones de Diana y una vez que su padre dejó de dirigir su mirada hacia allí Anne se atrevió a hablar con Henry.

-Ser Henry, es usted muy amable. Dijo algo sonrojada. Usted también es muy guapo y muy gracioso. Bajó la mirada avergonzada mirando a su plato. ¿Es la primera vez que viaja al Sur? A mi también me gustaría viajar, visitar Desembarco o el Norte...

Henry empezó a comer junto a los demás y esperaba a responder hasta que no hubiera tragado, por lo que se diaculpaba tapandose la boca antes de hablar con Anne. La joven podría aparentar vergüenza pero no sabría si era verdadera o infundida por sus deseos de irse de los Gemelos y casarse.
-No me gusta decir mucho a donde o cuanto viajo, pero no conozco el sur ¿Sabes? Me vendría bien alguien que conociera el sur, usted debe saber bastante, ha debido ver pasar muchos sureños por lo que conocera lo que necesito, al menos mas que Dan- miró a su amigo y le dio un golpecillo en el hombro -No te ofendas Dan.
Henry prefirió no continuar hablando si fuera posible con Walder. Aquellas palabras sobre su padre le habían desorientado sin saber el motivo, ya que si que sabia que se referia a apoyar al lado "equivocado".

Anne pareció preocupada por un momento, pero no tardó en responder.

-Por aquí pasan muchos Ser Henry, del norte y del sur, no todos paran y no siempre podemos conocerlos como a ustedes.

Estaba claro que dependiendo del rango del visitante Walder Frey sentaba a su lado a alguna de sus hijas, a los más importantes las legítimas intentando alianzas con otras casas y a los de menos importancia a las más feas o a las bastardas. Anne era una ríos, pero para ser hija de Walder Frey no era desagradable, ni en el físico ni en el trato. Con una mano cogió a Henry suavemente del antebrazo, en su voz y en su comportamiento parecía intuirse cierta desesperación, cierto miedo.

-Lo siento Ser Henry, apenas he viajado, desde pequeña me crié en Los Gemelos y no solemos salir mucho. Pero me gustaría ayudarle, si me deja, solo dígame como.

Dan se volvió risueño hacia Ser Henry riéndose de alguna de las ocurrencias de Diana que parecía mucho menos discreta y más alegre.

-No me ofendo Ser Henry y no seré yo quien rechace una buena compañía en el camino jajaja.

La cena continuó y Anne parecía dispuesta a agradar a Henry, aunque parecía algo perdida y no saber como. Parecía una chica tímida y acomplejada a la que no pegaba mucho la situación en la que la habían puesto. Sin embargo Dan y Diana a medida que la cena avanzaba y las copas de vino se vaciaban parecían caerse cada vez mejor.

Henry termiño de comer y agradecio la "hospitalidad de los Frey en los Gemelos. Dan parecia muy contenfo con su nueva amiga/conpañera mientras Henry pensaba en la manera de ir pronto a su habitación para no mantener una incomoda conversacion con el señor de los Frey.
-Señor Walder Frey, no quisiera ofenderle ni mucho menos, pero mi compañero y yo necesitariamos descansar un poco antes de partir al sur de nuevo, llevamos unos dias agotadores.
Henry esperaba ademas que ambas señoritas les acompañasen a las habitaciones y asi hablar un poco.

El intenso murmullo que recorría la sala durante la sobremesa de la cena quedó abruptamente interrumpido por las palabras de Henry al pedir permiso para retirarse. Todas las miradas fueron primero al Deepburied para pasar de inmediato al señor de los Frey que presidía la mesa. Walder Frey hizo un gesto con la mano para que todos lo vieran y lo acompañó con unas pocas palabras.

-Fuera todos. Quiero hablar a solas con mis invitados.

Sin esperar más palabras todos abandonaron sus asientos a excepción de los hijos legítimos más mayores de Walder y los guardias que velaban por la seguridad. Diana y Anne se despidieron rápidamente y se fueron junto al resto dejando solos a Henry y Dan.

-Espero que la cena y la compañía fueran vuestro agrado Henry Deepburied y Dan Onino. ¿Que tal las cosas por el norte? Según dicen se acerca el invierno, malas noticias para todos. ¿No es verdad? Cuando llega el frío no hay nada como tener una buena esposa que caliente la cama y un buen fuego. ¿No estáis de acuerdo?

Henry soltó una pequeña carcajada ante los tan ciertos comentarios de Walder Frey, el invierno sin embargo suponía cosas más graves que dormir solo o no tener un fuego, suponía la escasez de alimentos y la muerte de muchos en las tierras más cercanas al norte. Henry sólo deseaba que este invierno no fuera tan duro como otros.
-Ciertamente ha sido de nuestro agrado la cena de hoy Señor. Hablando de todo esto del invierno, ¿Es realmente la situación del norte la que ocupa su mente o es otra cosa?- Henry desconfiaba de las palabras del anciano, que no por falta de corazón hay falta de cerebro; Walder era un gobernante inteligente en el fondo.
-Además, el norte siempre ha sabido defenderse bien del invierno, sin más herramientas que la fuerza de los norteños y su constitución.

Walder Frey esbozó una mueca parecida a una sonrisa antes de seguir hablando.

-Eres un hombre inteligente Henry Deepburied, algo que no es frecuente y que debe ser tenido en cuenta. Ha sido un largo verano, pero se acerca el invierno y todos coinciden que será un inverno más largo y más duro de lo habitual. Os diré que hago todo lo posible para hacer que este invierno sea lo más llevadero posible para mi casa. Muchos quizá no tengan la preparación y la fuerza necesaria para hacerlo, pero nosotros sí y cuidaremos también de nuestros aliados. ¿Como os va a los Deepburied? ¿Aguantaréis un invierno rodeados de lobos que acechan para quedarse con las pocas sobras que os dejaron? Se lo que se siente cuando uno está rodeado por gente que no le es propicia y no guardo rencor a tu padre por el pasado, cada uno ha de labrarse su propio camino y buscar la gloria de su familia aunque al resto no les guste. Walder se colocó mejor en su asiento y se inclinó un poco hacia los jóvenes. Lo que os ofrezco yo no os lo dará nadie del norte y mucho menos alguien del sur. Una alianza con mi casa, como dije antes, prefiero tener a la gente inteligente de mi lado.

Henry sabia que Walder no era exactamente un hombre de fiar por su turbio pasado a la hora de ser respetuoso con las alianzas hechas por su casa. Walder sin duda desconcertaba al joven norteño, sin saber a que venía ese interes repentino por hacer una alianza con una casa tan mal tratada como era la casa Deepburied.
-Espero no ser indiscreto señor, pero hay algo que no entiendo, ¿Para qué querría una casa como la suya una alianza con una casa tan mal vista por la mayoría como la mia? No es que rechaze su oferta, sólo la considero.
Henry esperaba sacar algo de información además de la respuesta de Walder Frey.

Walder no pareció inmutarse ante las preguntas de Henry y se limitó a contestarle las dudas que tenía el joven.

-Eres listo Henry Deepburied, de eso no hay duda. Para serte franco, no creo que ni tu ni la mayoría de los Señores del norte o del sur pasara a verme si este castillo no fuera el único sitio por donde cruzar en muchas leguas. Y tampoco me respetarían si no tuvieran miedo de que no les dejaría pasar si se entromenten en mis asuntos, todo el mundo sabe que los Frey tenemos suficiente oro para defender este castillo ante cualquier ataque y a los señores les interesa que el puente siga intacto. ¿Me quieren? No, pero me da igual mientras nos respeten. ¿De una casa como la de tu padre? Poco le quedó, es cierto, pero tu tienes mucho futuro por delante y no creo que vayas a decepcionarme, y yo tengo muchas hijas bastardas. ¿Os gusta alguna de las que os acompañaron? En caso contrario tengo muchas más, estoy seguro que podréis encontrar alguna de vuestro gusto. Puedes considerarlo bien Henry Deepburied, y también tu amigo Dan Onino pues lo mismo le ofrezco. Se acerca el invierno y es mejor tener aliados que enemigos. ¿No os parece? Por supuesto si aceptáis no solo os llevaréis una buena mujer y una alianza, podemos discutir algunas rentas mientras cumpláis vuestra parte y respetéis el trato.

Henry paró a pensar en las palabras del anciano; era cierto que en el invierno era mejor tener aliados, cosa que la casa Deepburied apenas tenía, sin embargo lo que le desagradaba era que la alianza fuera con el señor que menos confianza le transmitía de todos a los que conocía.Por un lado estaba la alianza y por otro lo de la buena mujer, solo que Henry no aceptaba los matrimonios por alianza como algo que el quisiera, además el futuro compromiso con una sureña le impedía pensar en esas cosas, sin embargo siempre podría tener compañía para el viaje.
-Mi señor, obviamente no soy un analfabeto pero tampoco soy tan inteligente como decís que soy, de hecho necesitare tiempo para pensar sobre la oferta que usted me propone. Si no fuera mucha molestia me gustaría conocer mas a la dos chicas de antes y por eso pediría que nos acompañasen a mi y a mi escudero en nuestro camino al sur. Ya sabes... para hacernos compañía-Henry terminó la frase con una risa.
Además de lo dicho anteriormente, Henry escuchó algo de una renta, y tratándose de los Frey no es algo que uno pueda pasar por alto en tiempos cercanos al invierno.

Walder Frey se revolvió incómodo en el sofá como si algo de lo que Henry había dicho no le hubiera terminado de gustar. Alguno de los presentes empezaron a cambiar gestos y miradas entre ellos pero nadie dijo nada. Durante unos segundo hubo un incómodo silencio en la sala solo roto por las siguientes palabras del cabeza de familia de los Frey.

-¿Pensarlo? ¿Quizás piensas que en sur os tratarán mejor que en norte? ¿Por eso vais a Desembarco? Creo que te equivocas, pero es algo que tendrás que comprobar por ti mismo, algunas casas simplemente no somos bien recibidas, por eso lo mejor es permanecer unidas. Volvió a revolverse en el trono antes de continuar. En cuanto a lo de mis queridas hijas bastardas... Creo que no os podrán acompañar mientras no haya un compromiso en firme, pero si durante la noche alguno cambia de opinión podemos arreglar el acuerdo, o incluso llamar al septón si tenéis mucha prisa. Walder también terminó con algo parecido a una sonrisa aquella frase. Ahora no quiero entreteneros más, alguien os acompañará a vuestros aposentos. Que tengáis buenas noches amigos del norte.

Walder hizo un gesto con la mano y uno de los soldados que custodiaba la puerta se acercó para acompañaros, parecía que de momento el resto de Freys que quedaban allí seguirían disfrutando de la sobremesa.

Henry dedico unas últimas palabras antes de irse de la sala a Walder Frey -En ningún momento he dicho que vaya a Desembarco del rey por un casamiento.-
Acto seguido Henry miró a Dan y espero a que los dos guardias les acompañasen a sus habitaciones. Había sido un duro día y estaba siendo una dura noche, lo único qie quería ahora era descansar y aclarar su mente en la almohada.
Por la cabeza del joven pasaban muchas cosas, entre ellas las propuestas de Walder y las exigencias de su padre.

El guardia los fue alejando poco a poco del salón donde habían estado cenando hasta llegar a una estrecha escalera que subía hacia los pisos superiores. Al llegar al primer piso dos mujeres se acercaron a ellos.

-Puedes regresar, ya los acompañamos nosotras.

Eran Anne y Diana, mucho más sonrientes que durante la cena. El guardia al reconocerlas hizo un simple gesto de asentimiento y regresó escaleras abajo. Diana se agarró del brazo de Dan y Anne hizo lo propio con Henry.

-Todavía nos quedan un par de pisos por subir. ¿Que tal os fue la cena? Parecía que teníais muy impresionado a nuestro padre. Sois un hombre muy valiente Ser Henry, no todo el mundo es capaz de hablarle con tanta soltura como usted.

Y hablando de soltura ambas parecían mucho más sueltas que en la cena, como si la presencia de Walder Frey atenazara a las personas. Siguieron subiendo hasta llegar al tercer piso de la torre y se metieron por un pasillo mientras seguían hablando plácidamente. Las muchachas se mostraban agradables y simpáticas en todo momento, además de atentas con sus invitados. Llegaron a una puerta de madera y detuvieron.

-Bueno, esta es su habitación. Espero que le guste y pase una buena noche Ser Henry. Anne se estiró un poco sobre sus puntillas y le besó en la mejilla para luego retirarse un poco esperando que el caballero recibiera bien su gesto de cariño.

A Dan parecían haberle asignado el cuarto contiguo pues se habían parado un poco antes frente a otra puerta y en aquellos momentos Diana parecía estar diciéndole algo gracioso al oído a juzgar la cara que ponía su amigo.

Henry respondió a la pregunta de la joven sobre la cena con agradecimientos por la buena comida y sobre todo por la hospitalidad recibida, que fuera buena o mala sería cosa que Henry guardaría para sí mismo, además no era un tema de conversación muy interesante para él aquello de la cena.
Henry recibió el beso con una sonrisa tranquilizadora y cercana, la chica había sido amable con él y ciertamente tenía curiosidad, por la casa de los Frey y por ella (e.e). Así que con un gesto con la mano la invitó a pasar dentro para hablar un poco.
-Anne, ¿Te importaría pasar un rato para hablar un poco? Realmente no tengo sueño aún y siempre es bueno tener una buena compañía con tan bella sonrisa.
Henry la dejó pasar y cerró la puerta tras ella, observando entonces su habitación para ver que había de nuevo por allí o por la ventana.
-Bueno Anne, siéntate donde quieras y pregúntame lo que quieras, me gusta que me pregunten.

La muchacha sonrió y aceptó con alegría la invitación de Ser Henry, lejos de mostrarse recelosa como quizás pudiera hacerlo alguna de las pocas damas que Henry había conocido.
Se sentó al borde de la cama mientras escuchaba al Joven hablar y conversó con él amablemente, parecía muy simpática y agradable.
Le hizo muchas preguntas pues parecía verdaderamente interesada por él, de donde era, como era su familia, su casa, sus amigos, que cosas le gustaban hacer y cuales no, que solía comer, todo lo que Henry le permitió preguntarle ella lo hizo con gusto, parecía un chica de conversación interesante y placentera.

-Ser Henry... Dijo finalmente mirando hacia el suelo como temerosa o avergonzada. Supongo que mi padre le ha... me ha... ofrecido para ser su esposa. No se si que me invitara a su cuarto significa que acepta o simplemente está siendo amable conmigo. Es usted muy amable Ser Henry y es un hombre atractivo. Una mirada de ruego acentuada por su tono de voz se clavó en los ojos de Henry. Le prometo que seré una buena esposa si acepta, nunca le llevaré la contraria y seré una buena ama de casa, nunca le avergonzaré y le seré siempre fiel. Se que quizás no vea suficientemente digna para usted, pero si acepta no se arrepentirá Ser Henry.

No se atrevió a decir nada más, ya se había sincerado y por lo que parecía la muchacha veía en Ser Henry la oportunidad de tener un buen y feliz matrimonio, corriendo mucha mejor suerte que muchas de las hermanas que había tenido y se habían casado con otros caballeros de mayor o menor alcurnia.

Henry paró al borde de la ventana y se apoyó en la pared para poder mirarla bien. La chica parecía buena persona y además algo le decía que estaba deseosa de salir de aquel lugar que era su casa.Por una parte podría desatender las peticiones de su padre por el casamiento con la sureña (cosa que no era segura) y por otra podría elegir a Anne, una chica que parecía ser una buena esposa.
Henry suspiró profundamente cerrando los ojos y sopesando ambas ideas-Anne...- Henry hizo una intencionada pausa para que ella le mirase a la cara.-Estaré encantado de que seas mi esposa de ahora en adelante, algo me dice que nos vamos a necesitar mutuamente en el futuro y que no me defraudarás, ¡Ah!, otra cosa, no quiero que seas como se supone que debes ser, se mas bien como quieras ser, dentro de unos limites claro. Odio que siempre me den la razón...
Henry y Anne hablaron animadamente por un poco más de la noche sobre lo que suponía aquella idea y sobre como sería en adelante la vida de ambos ahora que serían de casas aliadas.(Incluyendo escenas XXX n.n)

Tras hablar de todo lo que quiso y hacer de Anne una mujer visiblemente muy feliz llegó la hora de acostarse y dormir, aunque la verdad los nervios hicieron que el sueño tardara en llegar. Solo cuando alguien golpeó la puerta Henry abrió los ojos de repente.

-Ser Henry, soy Dan, vengo a buscaros. Parece que Lord Walder Frey quiere vernos antes de partir.

Dan estaba visiblemente descansado, se había despedido de Diana en la puerta y se había acostado de inmediato. Ahora esperaba a su amigo a la puerta de la habitación.
Cuando estuvo listo ambos bajaron a la planta baja y un soldado los escoltó hasta el salón de audiencias. Allí Lord Walder Frey les esperaba sentado en un trono con algunos de sus hijos varones presentes y entre todos ellos, nerviosa en un lateral se encontraba Anne.

-Ser Henry ¿Pasa algo? Preguntó Dan extrañado por la situación mientras se iban acercando al frente.