Partida Rol por web

-Hermanos, no hay necesidad de disputas agrias y sin sentido. No somos enemigos, y esto no es una competición hasta las últimas consecuencias-dijo Duncan, preocupado ante el cariz que estaban tomando las cosas entre Magnar y Aegror. 

- Hermano, enviaré a mi maestre con la información pare realizar el cambio antes de que termine este ciclo galáctico - contestó Radius aceptando el primer pago propuesto.

- Respecto a la colonización, lamentablemente mis legiones no suelen ser demasiado hábiles en la tarea, por eso debo ceder este trozo del imperio a quien lo pueda aprovechar -

-Me parece bien, pero yo tendré acceso primero a lo que encontremos y luego te lo cederé con unas notas para un mejor uso. ¿Trato?.

-Magnar, hermano, ponerte a su altura no será ningún tipo de solución. No puedo defender tus actos cuando increpé a Aegror los suyos, así que, por el bien de la cruzada, terminad con esta pelea de chiquillos. Sois primarcas y teneis un deber, no sigais haciento el tonto.

Esa situación entre sus hermanos le empezaba a dar dolor de cabeza.

-Ya que es anterior a mí, tal vez podríais iluminarnos con vuestra sabiduría y contar que pasó en ese lugar sin omitir detalles.

-No te preocupes, mi legión se encargará. Estate tranquilo hermano todo se hará según lo establecido.-fue la seca pero sincera respuesta del primarca. Al poco devolvió la conexión esta vez era él quien estaba algo apurado.- Mantengo mi palabra dada y el pago se te hará tal y como acordamos pero mis asignaciones en Charadon no me permiten entregarte ahora el primer pago al completo. Si no te molesta, juro por mi señor el Emperador y mi vida misma que lo adjuntaré al segundo pago además de una compensación por mi negligencia, espero sepas disculparme hermano.-

-Mi despliegue en Pacificus me ha impedido considerar en todo su valor tu oferta, hermano -dijo Eon-. Te pido disculpas.

Asintió ante la imagen de Radius.

-El título de señor de la guerra me resultaría incómodo, y sé que a nuestro Padre le gustaría más dárselo a otros más cercanos a su voluntad -omitió nombres, pero sin duda el Primarca Luminoso sabía que se refería a él-, aún así, pronto terminaré mis asuntos más acuciantes y podré dedicar recursos a otras operaciones. Si el próximo ciclo aún no has recibido una oferta sólida de otro de mis hermanos, procuraré satisfacerte, será un honor.

-Duncan, te presento mis disculpas. La campaña en Pacificus me ha absorbido y... bueno, no es necesario que fabrique excusas; lo cierto es que mis pensamientos se han distraído. Espero terminar mis acciones aquí pronto y unirme a vosotros en Tempestus. Cuando eso ocurra, estaría encantado de echar un vistazo a tu PCE, sin duda ayudaría a facilitar expansiones incruentas como las que pretendo.

No había respondido a la oferta de Radius por un único motivo, pero este parecía no llegar a entenderlo a pesar de no ser difícil de comprender.

- A mi solo me preocupa encontrar nuevos planetas, de hecho, conquisté Feith únicamente por la inyección de recursos que suponía para mis exploraciones - le suelto lógico en primer lugar - No ansío un título oficial que resalte algo que todos ya saben pero se niegan a aceptar.

Resalto dado que no había más que hacer una pequeña vista al pasado para comprender que mi legión era de las más poderosas, por no decir directamente la mayor, a pesar de las maravillosas estadísticas que tanto gustaba mostrar a Nimrod.

- Si necesitas aumentar tus recursos y considerando los fuertes de tus astartes... Deberías buscar planetas en Tempestus o Pacíficus. Según mis informes es donde se encuentran los planetas potencialmente más ricos, solo que deberías cuidarte de los orkos, son mucho más duros de lo que puedes imaginar.

Hablaba con la voz de la experiencia, por lo que más le valía hacerme caso.

-Recuerdo algo del incidente -dijo Eon-. Todo un misterio, la verdad. Fue preocupante, en especial porque reavivó nuestros temores sobre los espías de la XX. Sin embargo, todo quedó en unos cuantos informes sellados y en un par de palabras duras por parte de Padre, Hantei. Tus Dragones Esmeralda son demasiado honorables -estirados, poco imaginativos, siesos- para tener espías entre sus filas. Nadie sospechó de ellos.

El Príncipe Corsario, recuperada la compostura, sonrió como siempre hacía.

-No deberíamos reñir, hermanos. Y menos aún cuando la promesa de Ullanor es tan funesta y cuando el devenir de la Cruzada nos fuerza a sacar lo mejor de nosotros. Cuando uno de esta mesa se convierta en señor de la guerra, ¿también nos reciminaremos entre nosotros? Permitidme proponeros un objetivo, uno que envíe un mensaje a toda la Galaxia y demuestre al Imperio que sus primarcas están unidos: V´run. Bastará con uno o dos capítulos de cada hermano que quiera participar en el ataque. Nuestros ingenios, nuestras fuerzas combinadas, pondrán de rodillas a esos pieles verdes. Y luego entregaremos ese planeta a aquel de nosotros que más necesidad tenga de él, o a aquel que más haya sacrificado por la victoria. Quiero ese triunfo y esa hermandad para nosotros, hermanos. 

-Ark'sul sabes que cuentas con todo mi honor y mi respeto por tú conocimiento pero no puedo dejar que su afrenta permanezca sin castigo, le pagaré con la misma moneda que el oso usar conmigo. Si en algún momento os hubiera escuchado, ya no a mi sino al resto o si su tono hubiera sido conciliador o de disculpa podría haber transigido pero encima alardea de su error con orgullo y tiene la desfachatez de intentar usurpar mis palabras para volver a atribuirse méritos que no le corresponden delante de nuestros. Eso no volveré a consentirlo¡Jamás!- a pesar del enfado de Magnar se le veía muy templado, muy frío incluso demasiado y en ese estado bien sabían algunos de sus hermanos de lo que era capaz el primarca.

Dejó el tema de lado para volver a los pormenores de la reunión.-¿Orkos que roban servoarmaduras? Es cuanto menos inquietante, con más premura marcharé sobre sus mundos para acabarlos de una vez por todas. Espero que eso no tenga anda que ver con esa legión perdida que mencionáis. No concibo a ningún hermano, ni siquiera la XX capaz de llegar a cometer semejante atrocidad como colaborar con los pieles verdes.-por último escucho a Eon, algo en el siempre le hacia reír, como si fuera ese travieso hermano pequeño que calma la furia del mayor.-Cuenta con mis legiones para tumbar V´run, apoyo la moción de entregarle dicho planeta a Radius para homenajear su valor en el campo de batalla.-dijo aseverando la generosa propuesta.

Nephleim se puso hacia adelante con un gesto muy serio.

- Hermano Magnar, los hermanos Aegror, Ulliq y yo ya hemos dicho que vamos a marchar sobre Charadon, es mas nuestras naves YA estan asediando el planeta. Deje pasar lo de Attila por no crear discordia en el consejo, pero si sigues interfiriendo en los movimientos de mi legion o incluso en los de cualquier otra legion solo por buscar la gloria personal... atente a las consecuencias.

Miro en inicio confuso a Nephleim y repasó las notas para comprobar sus palabras.-Creo haberlo indicado varias veces y nunca nadie me dijo nada al respecto, lamentablemente yo también he dispuesto mis flotas para la conquista. A diferencia de otros no tengo problemas en reconocer la falta de coordinación entre nosotros, no tengo problema en discutir las cuestiones contigo y con Ulliq pues sois los únicos a quien me importa ofender. Lamento que las comunicaciones hayan sido tan malas durante la guerra, al menos dejad que retiré mis pujas como muestra de buena fe por el desentendimiento entre nosotros.- el Magnar no era dado a mentir ni a las falsas posturas, no tenía pega en reconocer errores pero en este caso las atribuía a ambos bandos.

—Gracias por acordaros de mi hermano, sin embargo, me temo que tengo que declinar vuestra oferta. Mis legiones encontraron un planeta similar al vuestro y estoy teniendo problemas en la colonización, doble de planeta infructuosos, doble de problemas de colonización. Os deseo suerte en vuestra subasta —.

-¡Trato!-exclamó el Primarca, con voz alegre y risueña-aunque espero no arrepentirme con la cesión temporal de lo que sea que guarden los xenos-añadió, riéndose. 

Guardo un tenso silencio cuando escucho las intenciones de Magnar, sin duda es de los que no practica lo que predica. Se queja de algo y acto seguido hace lo mismo, bastante incronguente. No ayudó tampoco la información de Nekriam. De cuerpo presente me quedé mirando a Magnar, creo que habría que seguir su comportamiento de cerca.

Parecía que más hermanos pensaban igual, así que deseé que entrara en razón. Al menos pareció hacerlo en parte cuando Nephilim le llamó la atención. No consideré necesario intervenir, más aún cuando esperaba informes de las operaciones de mis legiones.

-No te preocupes, Eon, no habrá ningún problema con que pujes. Al fin y al cabo, es perfectamente posible darte una copia de dicho artefacto para usarla y colonizar esos mundos abandonados. Me alegra que no sea el único que ve que la sangre no es el único método de expansión del Imperio-dijo, con un tono alegre. 

—Hermano, creo que con el fragor de la batalla me olvidé de tratar contigo. Estoy muy interesado en el artefacto que ofreces, me sería de suma utilidad —tecleé en la pantalla de datos.

—Desconozco las otras ofertas pero podría presentar la mía —.

-Saludos, hermano, me alegra hablar contigo-replicó Duncan con un tono cálido y sincero-bueno, no debes preocuparte por ello. Estoy dispuesto a escuchar vuestras ofertas, e incluso a aceptarlas-dijo en lo que era una broma de forma evidente.

Nephleim asintió.

- No habra problema en que retires a tus capitulos del planeta.