Partida Rol por web

Un mensaje de Leucas llega por un canal privado. La voz en ella es artificial, pero Aegror (y el resto del consejo) ya la había escuchado antes; era el traductor que utilizaba para poder hablar en su idioma natal. 

- Siempre luchando contra la corriente, eh, hermano? Si tuvieras la lengua del Corsario o la disposición de Ark'sul tendrías a casi todos comiendo de la palma de tu mano, jej. Lo que me lleva a pensar: Si los candidatos más aptos para el puesto de "Señor de la Guerra" son tu y Magnar, qué planeas hacer al respecto?-

Unos segundos pasaron antes de que volviese a reanudarse la voz. Por lo bajo podía oírse la voz del tiburón. 

- Fuera de ello, necesito cobrar el favor que me has prometido. Veo difícil que me entregues un planeta o la localización de uno como el que acordamos. Por lo que me gustaría si pudieras cederme algunos recursos o reclutas... o artefactos; aquello que veas más conveniente para tí...-

- Tu me das todas las pruebas que necesito para no confiar en tus movimientos. Yo no he ocultado ninguna de mis acciones, Magnar es testigo de ello, también he mediado entre hermanos cuando ha sido necesario e incluso peleado con ellos en momentos de necesidad, pero ya te advierto que te estoy vigilando.

Declaro públicamente mi desconfianza, porque una cosa era tener diferentes criterios sobre un curso de acción u otro, y otra evitar preguntas directas sobre conductas sospechas.

El Cadáver interviene con su voz de campana de bronce:

-Uliq deNugnat... eres un loco... pero sólo... los locos tienen... fuerza para prosperar... sólo los que prosperan pueden... juzgar quién está loco. 

Se incorporó alzando sus sistemas de armas. 

-El Señor de la Guerra Arcturus... dispuso que la XV apoyase... el ataque final... a Ullanor Prime. Honraré su... última voluntad: la misión de... un verdadero guerrero es... morir y la muerte... su deber. Los Caminantes Silenciosos... te seguirán.

Quedaban muy pocas compañías de la XV en el mapa, la mayoría destruidas en terribles teatros de guerra. Unas pocas alteraron su curso en dirección a Ullanor. 

Aegror deja de mirar su panel de datos... está claro que la futura elección a Señor de la Guerra es una preocupación en su mente.

Si los candidatos para Señor de la Guerra somos Magnar y yo... diría que es escoger que veneno te van a poner en tu copa, hermano - la voz del primarca suena humorística -. He hablado con otros que considero mejores para el puesto, más... líderes, por decirlo de alguna manera, pero no estoy seguro de quienes serán candidatos, así que sólo puedo esperar a ver que pasa. Te aviso de que la posibilidad de que caiga sobre mí el puesto no me hace nada de gracia, eso seguro.

Aparentemente se quiere iniciar una campaña contra Ullanor Prime... si al final sale a cabo y me llevo algo interesante de ese planeta, será para tí. Si no atacamos o si la invasión falla, hace varias semanas que mandé unas cuantas compañías de apotecarios para apoyar en otros sistemas. Les diré que se mantengan a la espera y si no puedo ofrecer el botín de Ullanor ellos pasarán a tu servicio.

Por supuesto, si deseas apoyar el ataque para que haya más posibilidades de éxito, tus leviatanes son bienvenidos. Nos vendría bien un poco de honestidad y de decir cosas a la cara... se echa a reir bajo su máscara. No pretendo reirme de tí, hermano, ni ofenderte. Es que resulta gracioso que el primarca que usa el idioma más diferente y que tiene más problemas para comunicarse sea el que más claro habla.

En cuanto sepa algo te lo comunicaré.

Se despide con una ligera inclinación.

Colaborado con Magnar... el miembro de este consejo que más se ha esforzado para trabar los esfuerzos del resto de las legiones, que más rencillas ha causado y que más recursos ha dedicado en contra del resto de nosotros... si, desde luego que es un testigo estrella de tu lealtad, Nicola.

Pasando a cosas que realmente merecen atención: Al parecer Uliq está decidido a probar la fuerza de sus legiones en Ullanor Prime, y debo admitir que Nekriam tiene algo de razón. Hay que estar un poquito loco para atacar allí, pero a veces un poco de locura es necesaria.

¿Hay algún otro loco que desee apoyar esto? Poca o mucha ayuda, sería bienvenida.

Nekriam acaba de ofrecer su ayuda... quizás deberíamos pedir más. Podemos intentar hablar con otros, a ver qué intenciones tienen.

La verdad es que sería la batalla más importante que hemos realizado hasta ahora, así que debemos ir lo más preparados posible.

- El único que ha ido de frente con todos - sonaba a reto para que alguien pudiera levantar la voz - Pero entre los vivos también tengo a Hantei, por ponerte un ejemplo al que puedas volver a cuestionar.

Parecía la tónica habitual, cuestionar todo lo que dijera, yo o cualquiera, jugar con las palabras para que dijeran lo que a él le interesaba, sólo que eso no cambiaba la realidad del asunto.

- Mis astartes irán a enseñarle su lugar a cierto monarca con aire de superioridad, al menos por ahora.

Mensaje a los Doblegares por linea prioritaria.- Capitán Orval he sangrado al lado de los vuestros y jamás he enviado una legión a algo que yo no hubiera ido, la guerra es cruel compañera pero es deseo del Emperador que así se haga. Para honrar vuestro sacrificio os concedo ayuda con vuestra semilla genética y un lugar de honor como compañía independiente entre los míos hasta que hayáis repuesto vuestras filas o encontrado a vuestro primarca. Eso si no toleraré ni un insulto más hacia los míos ni vuestros caídos, puedo pasarlo por alto dado el fragor de la batalla pero no como algo frío y reiterado.

 -El daño ya está hecho, lord Vulkor. Mi legión ha sido reducida a unos pocos centenares de astartes, apenas suficiente para una guarnición, mucho menos para una campaña. Agradezco vuestra muestra de apoyo pero la sangre de los míos ya está derramada y se cuentan historias inquietantes de vuestros experimentos. Los protocolos de la XVII en una situación así son claros: retirarse a Terra para colaborar en su defensa mientras se reconstruyen nuestras compañías.

El capitán duda un instante antes de seguir.

-Permitidme haceros una advertencia: mis hermanos, los que murieron en Ullanor Tertia me informaron acerca de Lord Hantei y lord Nicola: ambos dos están cegados por la codicia y no se detendrán ante nada en su camino a la gloria. ¡Nada! Haced lo que debáis con esta información, yo no soy un primarca y mi posición en el Consejo es muy precaria.

- Pues yo creo que con la ayuda de los cadáveres podemos ocuparnos de ese enclave orko sin problemas. Visto lo que ha sucedido en los últimos ciclos galácticos creo que lo mejor es que no participen más legiones de las necesarias - contesta Radius mientras realiza unos rápidos cálculos en la pantalla que tiene frente a sus ojos

- Yo podría aportar seis capítulos completos para la invasión. Solo os solicito que, en el caso de que no sobrevivan, me entreguéis uno de esos artefactos antiguos que se dice que tienen los pieles verdes en su poder. Si os comprometéis a esa entrega, no tengo inconvenientes en otorgaros el mando de las fuerzas de ataque -

- Realmente no he tomado una decisión al respecto - contesta Radius más preocupado por planear sus movimientos para el próximo ciclo galáctico que por los argumentos políticos referidos a la selección de un señor de la guerra.

- Prefiero a alguien que sea capaz de coordinar los esfuerzos de los primarcas en el combate. Seguramente Ark´Sul e incluso tu seríais mejores candidatos para la posición -

El holograma volvió a ser Grulah.

-Disculpad, las comunicaciones no son muy estables y está más pendiente de cualquier pista o dato sobre el primarca Nimrod, ya le informaré de lo que ocurre con Eon, así como de todo lo que ha ocurrido en el consejo. Mi señor me ha permitido ofrecer dos capitulos, nada más, para un posible apoyo al ataque de Ullanor. No es mucho, pero es todo lo que podemos ofrecer ahora mismo. 

Un mensaje llega desde el comunicador personal de Aegror.

Duncan, espero encontrarte de mejor humor, o bien dicho, con tu humor habitual. Debo decir que entiendo tu enfado y que no logro hablar con Eon, al menos de momento. Espero que esto sólo sea un malentendido, porque las otras opciones no son nada halagueñas.

¿Has pensado en lo que hablamos? ¿En tu candidatura a Señor de la Guerra? Sigo creyendo que eres una de las mejores opciones, y viendo que nuestro Padre va a elegir entre los más exitosos de la Cruzada, en mis ojos eres ahora la única buena opción, los demás a los que considero dignos del puesto no han tenido demasiada suerte en sus conquistas.

Me gustaría saber tus planes, no al detalle, pero sí en general. Ahora mismo mi legión goza de más relevancia que la tuya pero no me importaría... perder "accidentalmente" un poco de esa importancia si eso te hace llegar un poco más alto. No hablo de nada oscuro o traicionero, todo lo contrario: puedo movilizar varias de mis compañías para que presten apoyo allá donde se necesiten. De hecho es lo que solemos hacer normalmente, lo único que tendría que hacer sería decirles que vayan en tu ayuda en lugar de ir hacia otros.

Esto aumentaría tu... estatus, al tener bajo tu mando muchas más tropas, y nadie podría decir nada porque creo que todos los que habéis hablado conmigo sin insultarme o tratarme de sospechoso por todo lo que hago sabéis que mi interés por el honor de ser nombrado Señor de la Guerra es mínimo.

Lo dicho, me gustaría que me dijeras si sigues interesado en ser candidato, porque obviamente apoyar a alguien que ni siquiera desea estar en el puesto no sería una estrategia muy inteligente, y podría dedicar mis recursos a otras cosas.
 

-Sé contar, Nephilim-replicó Duncan-he hecho cálculos, que quizás vosotros no hayáis tenido en cuenta, porque me interesa "conocer el futuro" para poder adaptarme a él. Y porque me preocupa a dónde nos dirigimos. Y sí, a no ser que logre tener un éxito apabullante, Aegror y Magnar son los dos candidatos más probables para alzarse con el título. Y sí, tampoco me cabe duda de que ninguno de ellos es bueno para la unidad-añadió.

-Magnar y Aegror han tardado poco en generar enemistades y brechas, y ninguno de ellos aceptará de buen grado que el otro sea nombrado. Y me arriesgaría a decir que no serían los únicos. Además, diría que al menos uno no quiere el puesto-prosiguió.

-En cuanto a lo que yo quiera... Es irrelevante. Lo lleva siendo desde que nos reunimos. ¿Alguien me ha preguntado algo alguna vez o seguido mis consejos? ¿O sólo acudían a mi en busca de mi ayuda? Pero ya que lo preguntas, lo que quiero es unidad. Un Señor de la Guerra que no nos lleve a un suicidio. Si es que algo de eso es aún posible.

Duncan seguía esperando respuesta de Magnar cuando Nicola decidió añadir más leña al fuego, consiguiendo que el primarca se riera levemente, aunque desde luego no era una risa alegre, si no más bien corrosiva.

-Nicola, al señalar que Magnar es "el único que ha ido de frente con todos"-empezó, dando especial énfasis a la palabra único-¿debo entender que me acusas de haber conspirado a vuestras espaldas? Quizás has escuchado a Hantei más de lo que sería saludable para ti.

-Pues si nos prefieres a mi o a Ark'sul, entenderás que tus preferencias no lo tienen tan fácil. Nuestro hermano Ark'sul no ha tenido el éxito... No diré que debería, si no que se merece-dijo, sin vergüenza ninguna para reconocer que la Araña de Marte habría merecido una fortuna mucho mejor que la que ostentaba-tanto es así que no puede competir por el puesto de Señor de la Guerra. No sin que prácticamente medio Consejo se hunda en la miseria con sus correspondientes legiones. En cuanto a mi mismo y a mis hijos, si mis cálculos no me fallan, estamos terceros. Con la posibilidad de disputar el segundo puesto. Pero no si perdemos planetas en el proceso, o demasiados legionarios-explicó pacientemente.

-Por tanto, para conseguir lo que tu quieres... Y lo que yo debo, visto lo visto... No puedo prescindir en estos momentos de planetas. 

-Me temo que no me encuentras de mejor humor, Aegror-respondió Duncan, con un fondo furioso en su tono, pero sobre todo cansancio y dolor, aunque quizás no del tipo físico-la traición, junto con los insultos constantes, no están ayudando a que eso mejore. En cuanto a Eon... Esperaré un poco más, antes de contar lo que me ha sido revelado.

-He pensado en mi candidatura, desde luego. Y no es algo que desee con verdadero fervor como otros. Pero, sea así o no, es algo que debo hacer. Si aún queda alguna esperanza de mantener la unidad, esta pasa por tender puentes e intentar aunarnos a todos. Y Magnar no parece el hombre adecuado para ello. En cuanto a mis planes...-empezó, aunque soltó una leve risa después.

-¿Sabes, hermano? He hecho cálculos y estimaciones, dedicando horas al repaso de la carta estelar y los datos conocidos o estimados de las legiones, para saber qué nos depararía este ciclo... Y cual sería la tabla de posiciones. Y lo cierto es que "lo tengo difícil". Admito que esto es así porque así lo he querido. Podría haberme situado por mi mismo en un puesto lo suficientemente elevado, pero no quise, no así al menos. La producción acelerada de semilla genética es problemática a veces, y no deseo hipotecar el futuro de mi legión a base de producir soldados para ganar puntos en un estúpido concurso de popularidad. Si debo ganar, no quiero que sea así.

-Así que...-prosiguió-he optado por la "vía difícil". Los mundos bajo mi manto, aunque en general poco impresionantes, me permiten un despliegue logístico suficiente para organizar una cantidad de acciones interesante a la vez. Y he empezado con dos de ellas: la exploración de Solar, y la colonización de Hacha Radiante. Lamentablemente, la primera no ha sido un éxito, aunque la segunda sí, a no ser que alguien se haya adelantado. Por lo demás, me encuentro indeciso sobre el resto de mis posibilidades. Otro intento de explorar Solar y reclamar otro mundo perdido para el Emperador, quizás atacar Hécate para borrar a esos orkos de la faz de la Galaxia... Y desde luego, una campaña de producción intensiva de semilla genética. Pero solo una, es todo lo que arriesgaré, pues necesito seguir compensando mi baja producción de hombres, pero no a cualquier coste.

Ante el ofrecimiento de Aegror de bajar en la escala, Duncan permaneció unos segundos en silencio.

-... Es un ofrecimiento generoso. Pero no soy amigo de jugar con las vidas de los hijos de otros, ni me gusta enviar a gente al matadero innecesariamente. Si así lo deseas, descarga tu furia sobre Ullanor para acallar a nuestros hermanos, o explora para intentar dar con más planetas que unir al Imperio. Pero a no ser que tengas alguna sugerencia, poco puedo añadir. 

Y ahora Duncan buscaba fantasmas dónde los había.

- Quizás si - no aclaro a qué - o quizás sea algo tan simple como que tenga interés en buscar respuestas a un comportamiento extraño.

Respondo con acritud, puesto que no estaba para jugar con las palabras.

- ¿O acaso tú te has dedicado a acumular fuerzas sin un propósito claro? - la respuesta era obvia - En cualquier caso, creo que todos ya han visto lo que ocurre.

Y suponía que actuarían en consecuencia a ello, pero tanto si lo hacían como si no, yo si que iba a tomar mis precauciones.