Partida Rol por web

Wonderland

Cena de la Reina Roja

Cargando editor
23/01/2021, 14:12
Sombrerero loco
Cargando pj

Y con las manos en la masa estaban los wonderlandianos, elaborando sus recetas con la supervisión de la persona más indicada para que no se partieran demasiado la cabeza, aunque el Sombrerero los interrumpiera sin ningún tipo de consideración o simplemente por tontería congénita. El caso es que en aquella mesa se vieron los más exquisitos ingredientes venidos de todas partes de la imaginación. Unos venían corriendo, otros venían en la bodega. Hasta que al fin la mesa se llenó de viandas que habían aparecido de las mangas infinitas de la Cosinerra y las recetas del buen hacer y el buen saber del resto de exquisitos comensales.

El rojo ya llenaba el valle hasta el punto de que los contertulios podían distinguir el número de las cartas soldados que venían en primera línea. El Sombrerero los oteó con cierto temor en la mirada pero cuando se volvía y repasaba uno a uno los ojos de cada uno de sus amigos la sonrisa volvía a su cara. Vamos chicos, hemos hecho un buen trabajo. -Hemos hecho... ¡Un maravellízimo trabajo! No hay de lo que temer ¿Vale?

Era cuestión de... era cuestión de... Vaya, pero si no tenían Tiempo. Quizás eso hubiera servido para que nunca llegaran hasta allí, pero se ve que la Reina Roja se regía por otras normas. ¿O es que era ella la que tenía al Tiempo prisionero? No importaba. Lo verdaderamente importante era que... se chupara los dedos tan profundo que ella misma se ahogara de esa forma. O que los contratara a todos para llevar las cocinas del Reino Rojo. O mejor aún, en cuanto terminara la cena de la Reina podían irse todos con Ostara y ayudarla a preparar el Brunch de primavera, eso sí que sería crear sinergias, siempre y cuando no tuvieran alergias. Aunque no se había dado el caso en la mesa y eso que había flores y gatos a porrillo. 

Atardecía, el cielo se disgregaba en vetas amarillentas, tonos rojizos, algunos grises rencorosos y el palanquín de la Reina Roja se vislumbraba entre las filas de las barajas reales. Se acercaba. Con toda seguridad llegaría en cuanto el último rastro de sol se ocultara en el horizonte, momento en que el negro y el rojo se convertirían en el oráculo de su llegada. Rojo sobre negro. Así era la Reina Roja. Y cualquier wonderlandiano lo sabía. Incluso Alicia lo sabía. Ay, Alicia. ¿Que dirá la Reina Roja cuando te vuelva a ver? El Sombrerero se desenroscó el sombrero de los domingos y se lo encasquetó a Alicia, pero en la cabecita de la joven no se enroscó sino que cayó sobre sus hombros tapándola por completo. Azí al menos puede que no la reconozca. Pensó el Sombrerero aunque no las tenía todas consigo porque se rumoreaba que la Reina Roja podía ver más allá de los ojos, más allá de las muros, más allá de las mentes... 

En cuanto llegara la Reina Roja sin más espera deberían enseñarle los platos para ver si conseguían con ellos aplacar su ansia ¿Le gustarían los platos? ¿Escupiría sobre ellos y les mandaría cortar a todos la cabeza? Eso solo lo sabía la Reina Roja.

Cargando editor
05/03/2021, 03:01
Reina Roja
Cargando pj

Desde lejos los naipes soplaban sobre los rosales un polvo brillante como el de una estrella carmesí, en sus manos enguantadas pequeños frascos llenos de arena de mar, polen y susurros de hadas permanecían esperando su turno a volar lejos hacia las flores que esperaban pacientemente al borde del camino. Cuando los contenidos perdían el intenso color se acercaban al baldaquín de la reina y esta los devolvía otra vez coloreados, resumantes de rojos de ocaso de verano y de lunas eclipsadas.

¿Por qué la reina ordenaba de rojo las flores pintar?

Algunos decían porque su alma era roja y su corazón negro y quería en sí el mundo abrasssszar. Otros, porque su corazón era rojo y negros sus pensamientos; por ese camino era seguro caminar. Quizás, porque una lección a quienes tocaran las flores quería enseñar… porque la reina, como toda soberana era ante todo tirana, ante todo madre, ante todo amante y maestra de lo que su reino formaba.

Eso incluía al sombrerero y a los manjares servidos en su mesa desensombrerada. Y, por qué no, a alguna que otra invitada.

-¡¡Rápido, inútiles!! -se dejó oír la orden cortando el cielo crepuscular.

Los naipes apresuraron el paso tropezando unos con otros formando una catarata de baraja para que el baldaquín no cayera y este se deslizó montado en aquella ola hasta donde estaban el Sombrerero y sus invitados.

La soberana, un rostro duro y cruel que supo ser bello enfundado en un cuerpo aún más cruel y bello como una vara de sauce, esperó a que se acercaran los pajes con los brazos cruzados y su pie tamborileando como un reloj señalando pronta la hora de su enojo acercarse.

Finalmente descendió con gran pompa y circunstancia repasando uno a uno con su mirada de carbones encendidos, de infierno consumido, de lava.

Carraspeó y alzó el mentón mientras era anunciada con todos sus títulos escritos en letras de suelta floritura en el aire con la voz aguda y algo chillona de su sirviente que le hizo lanzarle una mirada furibunda.

Quédose luego en el silencio más silencioso, esperando a que quien la hubiera invitado le saludara.

Cargando editor
05/03/2021, 11:28
Sombrerero loco
Cargando pj

Ya... no... queda... nada. El rostro del Sombrerero cambió cuando sintió el aura de la Reina tan cerca de sus dominios que consistían en esa simple mesa a la que invitar tomar el té. Pero esta vez sus dominios estaban bien guardados por sus invitados. No obstante no pudo evitar un escalofrío que recorrió en varias ocasiones su espina dorsal en ambas direcciones. Aunque no le tenía miedo, pues eran muchas y variadas las ocasiones en que lo había amenazado con cortarle la cabeza y cosas mucho peores que trataba de no recordar, no podía evitar estremecerse por la presencia de su mirada profunda y escrutadora.

Luego sonrió. Sí. Sonrió como sonríen los locos que ya nada tienen que perder o quizás como los magos que guardan un último hechizo entre sus dedos por si algo se tuerce. Chasqueó un par de veces en el aire y se dirigió a la Reina haciendo una leve reverencia -Bella Dueña de todos los Reinos de Wonderland y parte del extrarradio... con perdón de la Reina Blanca jojojijo ...Me complace tanto zu prezencia que no hemos podido más que prepararle una bienvenida que le zerá difícil de olvidar... No lo zabes tú bien jojojijo... -Con un gesto de la mano presentó a los contertulios que permanecían junto a la mesa -Tiene a la flor y grana de Wonderland trabajando para enaltecer zu famozidad y abominancia, mi alcúrnica dama...

La mismízima Cozinera ha dirigido toda la producción alimenticia, ezo es una garantía de éxito... y uno de los platos lo ha elaborada la mísmizima Ostara -No mencionó al Caballero Blanco porque la Reina podía mandarlo pintar de rojo -Y otro de los platos lo ha realizado el Hada de los vientos -sabía de la predilección de la Reina por las Hadas y del más que seguro poco aprecio a las tazas trovadoras -Por zupuesto, también ha querido agazajarla el chico de la oruga, eze de las manitas -y esa manía de los mayores de no presentar a los chicos por su nombre sino por el de sus padres, de la flor ya ni hablar aunque era roja... -¡Y Camelia! ¿Ha conocido usted una flor más rojiplática que ella? -Se quedó callado, pensativo, taciturno y al punto remató -Bueno, y los gatos, han estado jugueteando con la comida, no ze que tal plato habrán elaborado. Pero de cualquiera de las formas Cozinera ha dispuesto una gran tarta para usted... puede zentarze a disfrutar de la degustación... y espero que nos aproveche jijijo.

No mencionó para nada, para nada, para nada que su sirviente el conejo se había apeluchado y al parecer se había escondido, por miedo, dentro del mismísimo Strafford. Tampoco mencionó a la liebre que ya estaba en marzo y como tal lucía más loca que una regadera, ni a la lirona que seguro que dormía debajo de cualquier servilleta. Y por supuesto... No dijo nada sobre la señorita Liddell...

Notas de juego

Edit- he añadido un último párrafo

Cargando editor
06/03/2021, 19:15
Camelia
Cargando pj

Oh-oh... La Reina Roja llegaba y a Camelia después de dedicarse a preparar el postre le había subido el rubor a las mejillas, dejándolas aún más sonrojaditas de lo que ya eran por sí mismas. La florecilla se inclinó ante Su Maligna y Roja Majestad, pero lo hizo más bien por cumplir y que estuviera contenta, porque a ella esa señora no le caía nada bien. 

Carraspeó y se estiró cuan larga era, que no era demasiado, llamando la atención para que todos la mirasen a ella antes de hablar. 

—Mi Majestad, te hemos preparado un banquete singular entre los singulares, aunque bien podría ser un plural por lo abundante, pero no lo llamaremos banquetes. El plato más importante de una comida es el postre, eso oí una vez, así que, dada su importancia, es el primero que te vamos a ofrecer. 

Y, después, sus ojos se fueron hacia Stanley y una sonrisita se asomó a sus labios. Se lo imaginaba convertido en diente de león y estaba aún más mono. ¡Pero no era momento de andar distrayendo la mente con esas cosas! ¡Había un banquete que servir!

—Stanley tiene ahí el postre y ya lo trae. ¡Ya está aquí! ¡Un pastel rojo, rojísimo! Abajo un buen bizcocho de remolacha, roja, bien regada con zumo de granada —y una pizquita de peligro, bien disimulado entre muchas dosis de amor, pero esa parte se la calló—, con una mermelada —de guindillas maceradas— en una buena base de pasión apasionada, roja también... Por encima fresas y frambuesas, de adorno, junto con una dosis generosa de drama. Y para bañar los frutos rojos vino de grosellas, rojo, con una buena dosis de sirope, rojo también. —Se guardó con picardía también el detalle de que el sirope era un sirope de muerte y vida, hecho con toxicidad de rana mágica. 

Tras explicar aquel plato se inclinó otra vez y le guiñó a escondidas un ojo a su compañero de cocina. Ya solo faltaba mostrar la tarta que daría inicio al banquete, bien bonita y reluciente. Cargada de amor y cosas «fuertes».

Cargando editor
06/03/2021, 20:58
Derby Share
Cargando pj

Derby y Cheshire aparecieron a continuación empujando un carro con una sopera de plata. La gatita colorida se subió a la mesa volviendo a dejar Colorado su pelaje. 

-Nosotros le traemos este humilde entrante-dijo destapando y apartándose hacia un lado- Sopa de Marisco- sonrió ampliamente imitando la expresión habitual de su compañero de cocina y prefiriendo reservarse el nombre completo de la sopa-po. 

 -Con los mejores y más rojos Ingredientes-añadio. Agua del mar rojo, guindilla... no lo dijo, tan sólo miró de reojo a Chesire con una leve inclinación a modo de guiño. -Esperemos que lo disfrute. 

Aunque no vaya acordarse de que no. Pensó para sí. 

Cargando editor
06/03/2021, 21:44
Stanley "Mano alienígena"
Cargando pj

Allí estaba Stanley plantado al lado de Camelia hecho un precioso diente de león. Por supuesto que en la imaginación de la flor. Pero todo se andaría. Solo tenían que buscar a una hechicera buena para que lo hechizase una tarde cualquiera, que no hiciese mucho viento a poder ser, no fuera que el niño de la oruga acabase sin su dorada melena rubia al recibir una ráfaga de viento.

Resultó que por el camino de casa del sombrerero llegó una bruja que incluso se hacía llamar majestad y llevaba corona. Era una mujer fría y cruel pese a que intentaba aparentar lo contrario usando el color de la sangre o el corazón rojo vida de las buenas personas porque ella lo tenía negro como el carbón. 

Soy un diente de león. 

La mano derecha de Stanley comenzó a temblar de una forma compulsiva. "clicliclicli" hasta le hacían ruido los huesos de los deditos temblando de sólo ver a la reina roja. - ​​​​Ahhh, tranquilo que no te va a pasar nada. ¿No creerás de verdad que yo me desharia de ti? Que haría sin ti Stan Jr. ¡Eres mi mano derecha! 

Hablar con Camelia le había ayudado a alejar ese pensamiento malo de su cabeza. Estaba fatal lo de pensar guillotinar su diestra. Uy, que mal, que mal, y lo que tenía que doler eso y lo triste que se pondría al tener un muñón y no su mano derecha tan prolífica como era. 

Él estaba de los nervios y no se le daba bien hablar en público y esa mujer era un alto cargo público, muy público y estaba loca, pero si que podía sostener la tarta que había preparado junto a Camelia y enseñársela con una sonrisa como lo que era, una verdadera obra de arte roja aterciopelada. Así que dejó que la florecilla lo hablase todo por él y miró preocupado a la reina, su gesto, esa primera impresión que le ayudase a intuir que le parecía el postre "a la vista". 

Miró orgulloso a la flor por lo bien que habló como si hubiese ido al colegio y hubiese salido muchas veces a la pizarra a hablar o cantar la tabla de multiplicar. 

¡Bravo Camelia, bravo!

Cargando editor
07/03/2021, 11:13
Caballero Blanco
Cargando pj

El Caballero Blanco no se había mantenido ocioso. Después de ayudar a Ostara a preparar parte del banquete, pero antes de que la Reina Roja y su séquito llegaran hasta la casa del Sombrerero, el caballero se había ocupado de preparar a su caballo, poniéndole de nuevo su silla de montar y asegurándola en su grupa. Después, había revisado sus armas y su armadura, ajustando los correajes. 

-Mi señora- Había dicho, dirigiéndose a Ostara. -Preferiría que mi presencia pasara lo más desapercibida posible mientras la Reina Roja esté aquí. Pues su Corte y la de mis señores son enemigas acérrimas, y no hay amor entre nosotros. Y aunque es difícil que no se dé cuenta de que me encuentro aquí, quizás al mantener una actitud discreta podamos fingir que no nos hemos visto el uno al otro, y podamos mantener una semblanza de paz- El Caballero Blanco no temía entrar en combate, ni siquiera con tantos soldados como había traído la Reina Roja. Pero una batalla era un asunto serio que debía evitarse en la medida de lo posible, pues eran asuntos que se sabía cómo empezaban, pero no cómo podían terminar.

-Os dejo la bebida que he preparado al lado de vuestra tarta, y os pido que solicitéis a otro que la presente ante la nueva invitada del Sombrerero- Dicho lo cual, el Caballero Blanco dejó las distintas copas con Cóctel Afrodita en la mesa y se marchó junto a su caballo.

Y allí estaba ahora el Caballero Blanco, con su espada al cinto y el escudo sujeto por la correa de cuero a la silla de su caballo. Estaba algo alejado del resto, y usaba su montura como escudo para ocultar siquiera un poco su presencia. La situación, no se podía negar, era ciertamente peliaguda.

Cargando editor
07/03/2021, 13:38
Gato de Chesire
Cargando pj

Llegó el momento que todos esperaban aún cuando hasta ese momento no sabían que lo esperaban. Algunos más que otros habían adivinado lo que había de acontecer, mirando con nerviosismo como el verde primaveral que los rodeaba se había ido tornando, pétalo a pétalo, hoja a hoja, en encarnado carmesí. El aire se había cargado de expectativa, entre el temor a que lo que habían planeado con tan poca antelación fuera efectivo, y la seguridad de que, al menos, lograrían sorprender a la roja magnate que se acercaba.

El gato de Chesire ronroneó hacia su compañera para brindarle seguridad. Para ser un par de gatos habían hecho un trabajo del cual podían sentirse claramente orgullosos. Más dejaría que fuera ella quien lo presentara, después de todo, el gato de la gran sonrisa no era del especial agrado de la Reina Roja, y seguramente desconfiaría de probarlo si era él quien lo ofrecía. Se desvaneció entonces del lado de Derby, para aparecer por unos instantes frente a su Real Majestad. O al menos, aparecer sólo su cabeza, a la misma altura que la de la realeza, pues un gato nunca se ha rebajado ante aquellos que andan sobre dos pies, sin importar si es reina o paje.

-Excelentísima y escarlatísima señora de los Reinos, no podía dejar pasar la oportunidad para miraros a los ojos y desearos con todo mi corazón que disfrutéis de tan encantabuloso banquete, y que os haga estallar... de dicha. Que os pare el corazón... con gozo. Y que os mate... de gustativo placer.- Con esto, y un atrevido beso en los fruncidos labios de la reina, el gato se desvaneció.

Cargando editor
07/03/2021, 17:30
Cosinerra
Cargando pj

-¡Oh, oh, mi Majestruosa Señorra Muy Enseñorrada!, ¡De Roja capa y Roja carra! Ya llega, ya llega...

No podía ir más deprisa, más atareada, más congestionada. Los Invitados de Sombrerero habían hecho un trabajo exquisito con sus elaborados platos, y los estaban disponiendo sobre la mesa del Banquete, mientras Cosinerra alisaba el mantel, sacaba cubiertos, platos y copas, adornaba con luciérnagas y flores, iba y venía de un modo atroz.

La Reina Roja llegaba y debía encontrarlo todo tentador, absolutamente tentador, era la oportunidad y la baza de Sombrerero.

-Aquí está mi Pastel de Carne Roja, lo dejo aquí, junto a estas otras delisias que os están mostrando, y que hemos elaborrado espesíficamente parra vos, dulses, salados, suaves, durros, luminosos, picantes... perro todos sin exsepsión rojos, rojos como vos misma.

Y con vuestrra esensia, vuestrro corrasón. 

  

Cargando editor
07/03/2021, 22:19
Mr. Teapot Strafford
Cargando pj

¿Céfira se había impresionado

con tanta pompa y ceremonia?

No creyó que fuese parsimonia

si no que el lunes no ha llegado.

 

Carraspeó Stafford cavernoso

decidió presentar su postre rojo,

Puede que ésto generase enojo.

No puede evitar ser algo ansioso.

 

Aquí tiene, mi reina, galletas

hechas con grandísimo cariño,

más sabrosas que un pestiño,

más bonitas que sus tet.. bayonetas

 

Son éstas galletas deliciosas

hechas de ricos ingredientes

¡Van a alegrarse sus dientes

de encontrar tantas glucosas!

 

Están hechas con hálito de hada, 

De cantos de amor junto a la charca

De dorada miel dos veces robada

De pétalos obsequio de un monarca

 

Del rocío perlando el verde prado

De mantequilla (no necesita rima)

Del fruto que es el mal encarnado

De lo rojo que hubiera en la cocina

De chocolate, que eso nunca falte

De tres colores, eso si que es arte.

Y para acompañar un licor fuerte,

Mas no tanto como para traer la muerte

Cargando editor
07/03/2021, 22:38
Céfira, El Hada de los vientos
Cargando pj

¡Uish! ¡Su majestad! Mil perdones. 

El hadita apareció de repente junto a Strafford para presentar su plato. Desde ya que su compañero había tomado la iniciativa y le pareció bien a Cefira ya que se quedó fascinada por la presencia de la mujer allí en la mesa. 

—Tal como lo ha explicado mi compañero, son galletas deliciosas y creadas por manos habilidosas—dijo al señalarlas—. Las coronas son para representarla, es un honor cocinar para usted mi señora. 

Y no dijo nada más, solo que sus alitas se movían con ahínco, nerviosa e inquieta. Aún así, mantuvo la sonrisa y le dió una palmadita en la espalda a la tacita. Al fin de cuentas pese a sus diferencias, habían trabajado en equipo. 

Cargando editor
08/03/2021, 00:08
Mally la lirona
Cargando pj

Todos creían que Mally dormía. Nada mas lejos de la realidad, se encontraba tramando una pequeña maldad. Carraspeó desde la otra punta de la mesa, portaba una coronita como una princesa.

Su majestad grandilocuente, le traigo un delicioso trago para que lo tenga presente. ¡Es mi regalo!

Y dicho esto y con todas sus fuerzas, arrastró una taza con su plato, por encima había cosas sueltas y debajo un líquido rojizo. La lirona aceleró el paso y esquivó un botijo. Y en un periquete, llegaba a la altura de la reina. ¡Qué reunión de alto copete, qué mujer cómo se peina!

- ¡He aquí un gazpachito de remolacha! -que me ayudó a hacer cierta muchachaUna bebida muy galante, para que vaya bebiendo entre plato y plato - Cuidado no se atragante y le vuelen los zapatos- Y con esto servido yo me retiro. Tenga un buen banquete su majestad.

Me voy no me contagie su necedad. Y se alejó como un torpedo, hasta llegar al sombrerero, para esconderse dentro de su bolsillo, ahí podía dormir hecha un ovillo. Pero antes susurró en su oreja para que no escuchase la vieja. 

Buenas noches sombrerero voy a dormir un ratito, cuando ocurra "eso" despiérteme con un grito. No me perdería esta bella función, que todos han preparado con pasión.

Se lanzó al bolsillo de un salto, quedó fino no basto.

Cargando editor
08/03/2021, 02:28
Reina Roja
Cargando pj

Su Majestad Bermellón
se sentó con aire indolente a la mesa emplatada
escrutando con su astuta y encendida mirada
aquello que se le entregaba.

A medida que los invitados se acercaban
uno a uno y sus ofrendas extendían
una mueca de hastío deseaba poseer su rostro
mientras ladeaba la cabeza contemplativa.

Pero he aquí que...
¡Un gato sonrisón,
pérfido y remolón
sus labios de grana besó
con total desparpajo y a traición!

Su nariz comenzó a gotear
sin otro remedio dejar
que su pañuelo
de seda púrpura sin igual
a su nariz llevar.

¡Atchís!
Se oyó.
¡Atchís! ¡Atchís!
Retumbó.
¡Atchís, atchís, atchís!
El eco del fin se presentó.

-¡Felino del demonio!- rugió y golpeó la mesa con su puño.
Luego, recobrando su compostura se irguió
altiva y elegante
en su lugar como una rama de cerezo en flor,
retorcida y exhuberante.

Diversos platos y manjares
fueron colocados por delante,
y a cada uno de ellos la reina ofreció
circunspecto y enigmático talante.

Y cuando todo hubo terminado... algo pasó.

Algo horrible.
Algo indecible.
Algo espeluznante.
Algo pavoroso y horripilante.

La reina roja lloró.

Unas lágrimas de vivo rubí bajaron por sus mejillas rígidas y magníficas. Los naipes se apresuraron con los frascos hasta donde ella se encontraba y los fueron llenando con sus lágrimas para que se unieran con la arena de mar, el polen y los susurros de hada y luego pintar las flores blancas alrededor.

Cuando todo hubo terminado la reina alzó la cabeza -¿De verdad han preparado todo esto ustedes para mí? -inquirió maravillada y conmovida, una expresión que pocos habían tenido el honor de contemplar. -¿Por qué? -inquirió luego.

Cargando editor
08/03/2021, 06:24
Sombrerero loco
Cargando pj

El sombrerero miraba impactado el despliegue coral de alimentos que los invitados ofrecían a la Reina, más no pudo hacer otra cosa que sonreír cuando vio aparecer a la pequeña lirona arrastrando una taza de un líquido que si bien era rojiplático... blerg, tenía una dudosa presencia para todo eso que entra por el ojo... No perdía de vista a la Dama rojinegra, ni a la flor ni al caballero, mucho menos a la cocinera. Se puso a reír cuando la lironcita saltó sobre su chaqueta y se ovilló donde pudo. Pero... oh, pero si está llorando la Reina, ¿Será efecto de la alergia al gato? ¿Qué osado el animalejo? ¿Tendrá mal de prosa roja? No puedo dejarla así tan en verso...

"-No consiento que se apene

pues pondrá todo perdido,

la merienda le han servido,

ser la reina es lo que tiene-

la respiración contiene

mientras suelta una risita

pues la situación le excita,

cosquillas en el bolsillo,

y una rima en el colmillo

para su inquietante visita...

Cargando editor
08/03/2021, 18:35
Mr. Teapot Strafford
Cargando pj

Escucha pequeño peluche

le dijo al blanco conejito

Aquí dentro de mi buche

No sufrirás ni un poquito

 

Una cálida luz iluminaba

el interior de la tetera

tan a gusto que se estaba,

no importaba lo de fuera

 

Ya sabéis esto todos

Pensó muy intensamente

No pierdo ni a los bolos

pero nunca mato gente

 

Esta vez me callaré 

seré cómplice si muere

Pero nunca perdonaré

éste plot twist que tanto hiere

 

Cargando editor
08/03/2021, 19:22
Alicia
Cargando pj

Ya llegaba, ahí la veía. Como una reina en el juego del ajedrez, la monarca descendía con su séquito por la colina carmesí con rapidez y sin esfuerzo. Sin embargo, una reina tonta que no sabía controlar su ego no podía alzarse vencedora y los wonderlandianos lo sabían; y he aquí un esplendorosísimo y letal menú dedicado a la más maravillosísima Reina. ¿Le quedaría apetito para su pregunta?

La pequeña Liddle siguió a Cosinerra por detrás como su pequeñito gatito Sena lo hacía con ella y, ultimando los detalles de la mesa, dispuso coloridos y susurrantes insectos que parecían sisear encantamientos.   No era la muchacha muy mañosa con las masas, puesto que prefería leer y observar las plantas pero pensó, ¿por qué no le presento yo también un plato a la Reina? Así que se dijo…¿con qué podría culminar el banquete sin mucho esfuerzo? Sí, quizás…un té; un maravilloso té con el que acompañar las pastas pero que no invitara a la sobremesa y que quizás, con algo de suerte, lograse dar el golpe de gracia.

Estrujando las bayas y las raíces de las matas de un arbusto adormecedor y tomando prestado un puñadito de agua caliente del ardiente Mr.Teapot, no sin previo permiso, aguardó, escondiéndose bajo los pliegues del sombrero del Sombrerero que empezaron a hacerle cosquillitas en la punta de la nariz.

– ¡At-CHUS!- exclamó. El sombrero saltó por los aires en el momento en el que la Reina se echaba a llorar. No podía ser que la cruel y malhumorada soberana se hubiese emocionado tanto. ¿O quizás sí?– Majestad.- hizo una pomposa pero torpe reverencia, estirándose de malas formas la falda del vestido.– Oh, no se aflija. Es una tarde especial porque usted está aquí y nos hemos reencontrado.- ¿retomaremos la partida de ajedrez?- Tome, he aquí un té de gotas de rocío y frutas rojas del alba para relajarse y relamerse con los deliciosos pasteles que le han preparado sus buenos amigos.- o más bien sedarse, que es mejor para tranquilizarse y desaparecer...

 

Cargando editor
09/03/2021, 03:04
Reina Roja
Cargando pj

La respuesta del Sombrerero no se hizo esperar y la reina una expresión indescifrable en su rostro dibujó, separó trémulos sus labios del color de las ciruelas maduras, aquellas dulces y ácidas que regala el estío, sus ojos del color de las brasas -negrorojo-brillaron intensamente poniendo a todos sobre ascuas y cuando iba a hablar... un estornudo desvió su atención, una vocecita que creía conocer se hizo presente junto con una figura que no esperaba.

Se puso de pie de un salto, recogió un poco su falda con sus manos y dio unos pasos hasta la jovencita analizándola en detalle, le dio una vuelta en redondo y luego se detuvo delante de ella -Así es... Nos hemos reencontrado- musitó con una sonrisa de lado, pero no la dejó hablar -Veo que has cambiado, yo también lo he hecho, el tic-tac del reloj finalmente alcanza a todos en este reino, si no es en sus cuerpos, es en sus mentes y si no, en sus corazones -explicó haciendo un ademán con su mano -¡Ay de aquellos que pasan los años sin cambiar...! -se lamentó -Tenemos mucho de qué hablar -le pidió que se sentara con un gesto.

-Probaré vuestras delicias pero primero...¡Dónde está el Maestro Catador! -gritó volviéndose hacia los naipes que comenzaron a temblar y a mirarse entre ellos confusos -Oh, no está -se llevó su mano a su boca con fingida circunstancia y miró a un lado y al otro, la sonrisa se ensanchó, a saber qué planeaba -Pues, no puedo comer si alguien no prueba la comida primero, son las reglas... ¡YA SÉ! -chasqueó los dedos -Cada uno de ustedes probará su plato primero y luego lo comeré yo.

Los miró a todos con una amplia sonrisa bastante malévola y se giró lentamente con grandilocuencia -Y empezaráaaaa... ¡Camelia! -la reina hundió su mano en la torta y le arrojó un pedazo en plena cara a la flor, luego empezó a reír llevándose las manos a la panza, pero no era una risa extraña ni enojada... era una risa ¿Divertida?

Notas de juego

Guerra de comida!!! XD

Cargando editor
09/03/2021, 11:46
Cosinerra
Cargando pj

-¡¡Oh, Oh!! ¿¿Esas tenemos...?? 

Cosinerra vio como la torta se estampaba en la suave y delicada carita de Camelia, y no quiso dejar la acción impune. Lo cierto es que le había sorprendido el sutil, o no tan sutil, cambio en la actitud de la Roja Soberana, y casi empezaba a darle pena que el Banquete Rojo fuera a producirle ardores, dolores, sudores, y quizá hasta estertores. Por lo que la batalla de platos era una perfecta conclusión y principio a tal desaguisado.

Un Desaguisado Mayor que el Propio Desaguisado, ¿habría algo más wonderlandiano...?

No esperó a la reacción de la linda flor, agarró un buen trozo de torta de Carne Roja con ambas manos, y ese trozo en sus anchas manos era muy grande, y lo lanzó... con los ojos cerrados.

¡¡CHOFF!!

-¡AAAAHHH, Ja, ja, ja, ja!! ¿A quién le he dado, eh, eh? Desirrme, ¿a quién le he dado...?

Cargando editor
09/03/2021, 15:11
Gato de Chesire
Cargando pj

El gato de Chesire, sibilino como era, procuraba pasar desapercibido luego de su acto atrevido ante la encarnada reina. Más la curiosidad ante la inesperada respuesta de la misma por el banquete realizado con malicia y entusiasmo le hizo acercarse más de lo que había planeado, siendo que ¡plaf! se llevara sin planearlo una bola, no de nieve, si no de pastel carmesí, manchando sus franjas y pelaje. -Diría que lo tengo merecido.- Exclamó con un suspiro, antes de extender de nuevo su sonrisa, y esta vez hundiendo la mano en el Sopa-po que con Derby había creado, sacó un puñado de gambas y siseos, lanzándolos sin ton ni son a todos lados.

Algunos con suerte sólo tendrían un crustáceo en el pelo enganchado, más otros recibirían, aún si fueran de forma inocente y no planeada, un siseo malintencionado, que habían sido largamente fraguados y lentamente calentados, de los que vulneran el alma y cuestionan las decisiones dichas y hechas. Y es que aunque lo hiciera sin querer, el gato era más gato si a su alrededor reinaba una pizca de caos.

Cargando editor
10/03/2021, 22:56
Camelia
Cargando pj

Camelia empezó a temblar cuando la Reina la escogió para probar la comida en primer lugar y las excusas empezaron a nacer en su cabecita florida. Que si soy alérgica a las frambuesas, que si las flores se alimentan de agua y no de pasteles, que si me sienta mal el bizcocho... Pero antes de que pusiera cualquiera de ellas en voz alta, el trozo de tarta le impactó en la cara y la dejó anonadada. 

—¡Cof, cof! —tosía mientras intentaba quitarse los pedazos con las hojas—. Ay, mis pétalos, manchaditos —se quejó, lastimera—. Espero que no se me arruguen. ¡Cof, cof!

Cuando se quiso dar cuenta la comida volaba de un lado a otro. Siguió con la mirada algún pedazo volador, como en un partido de pin pon... pin pon... pin pon... Y al final no se pudo resistir, cogió un trocito de galleta —bien chiquito, que con esas hojas no podía coger nada pesado— y se lo lanzó al gato a la cabeza. Jijiji, se rio para sí y luego se puso más digna.

Aún tenía un chorretón de mermelada en la mejilla, pero eran sus pétalos los que le preocupaban, así que siguió contemplando el espectáculo mientras se los alisaba. Contempló a todos los invitados lanzando el banquete por los aires y pensó en todas las cosas interesantes que había aprendido ese día. Los juegos divertidos que la habían hecho pensar y disfrutar. Los amigos que había conocido. El diente de león con forma de muchacho que sonrojaba su rostro ya ruboroso de por sí. ¡Todas las aventuras que tenía por delante!

Y la florecilla, sonrió.

Para ser su primera fiesta, no había estado tan mal.