Partida Rol por web

Turno 1. Domingo3- Sábado9

Llevabais unos meses en esta provincia extraña, habían sido unos meses turbulentos pues no erais los únicos que habían llegado hasta aquí y todos querían un lugar en el que asentarse y crecer. Habíais visto grupos de refugiados ir, venir, perecer. Vosotros sois aquellos que prosperaron, que lideraron pueblos sólidos y fructíferos que se convirtieron en las primeras ciudades de la provincia de Wyrd. Todos sentíais aún la inestabilidad de la provincia, de aquellos que no habían tenido la misma suerte que vuestros súbditos de tener quien les guiara.

Era el momento de expandirse, de ampliar vuestros dominios para que uno de vosotros se erigiera como el gobernador supremo e indiscutible de la provincia de Wyrd.

Los eonios disfrutaron durante décadas de la paz que el Alto Consejo había impuesto en las fronteras. Gracias a Uth habían prosperado en la tranquilidad y la armonía. No obstante, era tiempo de pensar en las amenazas que surgían más allá de los límites de Eonia, allá de donde llegaban historias de razas extrañas y malvadas, que no prentendían otra cosa que el ocaso de los hijos de Uth.

Fucanglongentre veía como su población crecía rápidamente, en principio era buena señal pero no sabía hasta que punto sería bueno en el futuro. Pensando en su pueblo quería construir una torre de magia pero aún no averiguó como, así que viendo la oportunidad de crear gremios que aumentaran los recursos de Edar, no perdió la oportunidad. Reunió al consejo y trató el primer paso a dar como ciudad Debemos construir gremios que aumenten la producción de recursos de Edar, y más adelante cuando se pueda construiremos la Torre de Magia. Todos estuvieron de acuerdo y asintieron ante la propuesta de su líder.

Con la venia, para el Sumo Sacerdote de la noble Ichtlalal:

Saludos, sabiduría, os deseamos todas las bendiciones de la Dama, así como las de vuestro dios. 

Nuestros consejeros nos instan a comunicarnos con vos, sabiduría, pues nuestras haciendas están cerca de ser limítrofes y debemos decidir de buena fe y de forma honorable cómo deseamos relacionar a nuestros dos pueblos. Por nuestra parte, es cierto que vuestro dios nos es por completo desconocido, pero la Dama y el resto de nuestros propios protectores consideran que no hay nada más ventajoso en estas lides que un pacto con voluntad de entendimiento.

Por supuesto, esto no es una súplica, simplemente una mano tendida, sabiduría. Si nos enfrentamos, los poderes que se alzan en el este se harán fuertes a nuestra costa y serán imparables cuando lleguen. Si establecemos una buena relación, de mutuo respeto y no agresión (nada más formal, de momento), podremos dedicarnos a nuestras propias expansiones y dominar cada uno una mitad de este continente sin ley. Vuestro dios puede hacerse con el norte, y nos y la Dama haremos lo mismo con el sur.

Esperamos vuestra pronta respuesta. No os demoréis demasiado, pues la estación avanza y el tiempo apremia para los ambiciosos.

Recibid nuestro respeto:

ELRIC, Primero de Eresand, con la gracia de la Dama.

La respuesta llega unos cuantos días después, de la mano de un mensajero de escamas azules, contextura agil y pies curtidos por la caminata. Hace entrega de un collar adornado con pequeños colmillos rodeando una pequeña medalla rectangular, finita y de apenas un par de centimetros de largo hecha con oro, y una piel de ciervo donde están escritas las siguientes palabras. Tras entregar el mensaje y el collar, el mensajero se retira sin decir palabra.

La Gran Serpiente Emplumada saluda a todos quienes se calientan bajo el sol. La tierra de los ancestros divinos ha sido reclamada, y por su gracia hasta hoy ha resultado agradable y provechosa.

No se desean derramamientos de sangre vanos, desperdiciar el sustento de los dioses es arriesgar nuestra propia salud.

Se acepta el mantenerse al margen de sus asuntos, si se responde de la misma manera.

Un regalo dorado ha viajado con el mensajero así como el sol viaja cada día con el viento, como símbolo de buena fe.

Que sus días sean soleados, sus escamas resistentes, y sus plumas brillantes.

En rojo oscuro, la estampa de una mano flacucha, con garras y escamosa cierra la carta a modo de firma.

Construcción de Distrito Gremial. 

Desde la llegada de los hombres lagarto a la Sagrada Itchlalal, varios edificios habían permanecido inexplorados, dado que los siglos de abandono hicieron que la jungla taponara o derrumbara sus entradas. Una a una, esas entradas están siendo despejadas, revelando más y más regalos divinos.

La primera en ser abierta contenía una gran variedad de semillas guardadas en sacos y herramientas de cultivo, y el edificio adyacente contaba con herramientas de hilado, albañilería y alfarería y otras artes prácticas. El tercer edificio resultó ser una armería, con boleadoras, lanzas, cuchillos y macuahuitls, esperando a volver a ser usados para alimentar a las hambrientas deidades. Pero la verdadera maravilla fue la encontrada en el cuarto zigurat abierto. Habitaciones enteras forradas de suelo a techo en oro y plata, cuyas paredes talladas mostraban las viejas historias de los dioses, así como otras nuevas, desconocidas hasta ahora. 

—¡La Serpiente Emplumada nos ha bendecido con sus viejas posesiones!— anunció Tenoxonotl desde una de las terrazas de la ciudad, extendiendo los brazos bajo el sol del mediodía— La Serpiente y sus hermanos vivieron aquí, como hoy lo hacemos nosotros. Y como ayer lo hicieron ellos, nosotros también debemos organizarnos hoy. Los que Siembran deberán sustentarnos usando el agua, la lluvia y la tierra para hacernos crecer y multiplicarnos, como las plantas mismas que ellos cuiden. Ellos serán nuestra sangre y nuestra carne— el gran sacerdote hizo una pausa, señalándose brazos y piernas, mientras la multitud permaneció muda, sabiendo que no había concluido.— Los que Construyen nos proveerán de los refugios y herramientas que necesitaremos para ser y vivir como genuinos habitantes de esta ciudad, La Sagrada Itchlalal. Ellos serán nuestro ingenio y nuestra astucia— prosiguió, golpeandose las sienes al tiempo que hablaba.— Los que Matan nos mantendrán a salvo de todo aquello que quiera dañarnos, defendiendo a nuestra gente, pero también dando el sagrado alimento divino, que corre por las venas de todo lo que respira. Ellos serán nuestras escamas, nuestros dientes y nuestras garras— declaró, mientras con gestos exagerados mostraba él mismo sus dientes y garras.— Y por último, los que Hablan, quienes mediarán los conflictos entre las otras partes para mantenerlas unidas, así como también deberán dirigirnos hacia la inevitable reunión con nuestros dioses. Ellos serán nuestro juicio, nuestra alma, y nuestras alas— concluyó, señalandose primero el pecho, y luego estirando los brazos a ambos lados del cuerpo, para emular aquellas alas que aún no tenían.

Construcción de Embajada. 

Con la llegada de un hombre extraño, trayendo las palabras de un gobernante que no había venido, Los que Hablan comenzaron a entender que quizás el mundo fuera más grande de lo que habían creído. Ellos también necesitarían alguien que llevara sus propias palabras más lejos de lo que sus voces les permitían. Así se determinó que uno de los edificios sería llamado el Hogar de los Vientos, donde podrían alojarse los extranjeros que hablaran, y donde se enseñaría a algunos pocos afortunados para llevar la Palabra Dorada de Los que Hablan allá donde ellos mismos no alcanzan, así como el viento arrastra el sol por el cielo cada día para alcanzar cada rincón del cielo y la tierra.

Agrego una Red de Espías (-3 Mente).

Los centinelas se abrieron paso sigilosamente entre la maleza circundante. Habían escuchado de los primeros exploradores que unas criaturas extrañas habitaban el norte. El Alto Concejo decidió enviar más vigías para averiguar que especie era esta y si de verdad existía. Quizá, solo fuese un mito producto de la imaginación de algunos pocos.

Ya en la periferia de Kalnas, la ciudad más al norte del mapa, quien explorara estaba destinado a encontrarse con una barrera rocosa y alta lo suficiente como para destacar un par de metros desde el suelo raso; la muralla, no obstante, poseía además complejas instrucciones grabadas sobre la piedra, agua corriendo por sus grietas y celeste luz que daba vida a los confusos símbolos que obviamente no pertenecían a una cultura "local"...

— ¿Quién se acerca a la ciudad viviente? — 

De pronto resonó una voz enunciando palabras imponentes pero no precisamente agresivas, de hecho la falta de emoción en tales era curiosa.

Súbitamente, de la misma dirección de donde salió antes la voz el crujir de las rocas tomó protagonismo en el espectro auditivo para luego dar paso a la separación de una parte del muro: la piedra entonces tomó el aspecto antropomorfo de un robusto guardián, inhumano ser que con ojos de carmín encendido parecía mirar a todos y hacia ningún lado, sin embargo a pesar de sus enormes puños se mantenía tranquilo...de momento.

Entre el follaje de los árboles cercanos brotó una voz melodiosa y firme.

-Elegí el nombre de Fenris, explorador de la Guardia de los Caminantes. ¿Qué intenciones posees, golem de la montaña? ¿Quién es tu señor, si es que tienes alguno?

El bosque se mantuvo incólume, nada se podía ver entre sus hojas. Aquellas criaturas se ocultaban a la perfección en el verdor de la arboleda.

— No soy un golem — la criatura replicó — soy un Milzis encargado de guardar este lugar: tomando en cuenta ello mis intenciones son las obvias, sin embargo no conozco las de los Caminantes... — hablaba en la dirección desde donde percibía aquella voz, la del dichoso Fenris, sin embargo no era como si pudiese verlo gracias al camuflaje elegido...pero tampoco necesitaba hacerlo.

— En nombre de quien gobierna este sitio, Kalnas'Monarhs, insto a que me sea devuelta la cortesía de una respuesta más clara a fin de evitar suposiciones inquietantes... — 

El sujeto dio un paso adelante, se trataba de una criatura humanoide, de rasgos afilados y bellos, porte elegante y gráciles movimientos. Guardó sus armas de inmediato y realizó un amplia reverencia, tomándose el vientre y elevando la mano libre al aire como si fuera un bailarín.

-Me presento ante tí, y me disculpo por la confusión -indicó-. No era mi intención desconocer tu raza, pero me resultas toda una novedad.

Hizo una pausa, echando un ojo en la muralla y sus misteriosas marcas.

-¿Milzis? ¿Es eso un oficio o el nombre de tu pueblo? -inquirió- Soy solo un explorador de los eonios, protectores de todo lo bueno y todo lo bello. Me costó poco ver en tí la hermosura de los hijos de Uth. ¿Acaso eres una creación de la Madre?

La genuina curiosidad del eonio se demostraba en su rostro juvenil.

-¿Kalnas'Monarhs? ¿Es un sabio entre tus ancianos? ¿O quizá el administrador de tu ciudad?

El contraste entre la dureza de uno y la gracia del otro era tan obvio como la diferencia en el cielo nocturno y el amanecer, sin embargo, al igual que estos mismos cada ente poseía su propio encanto peculiar; sin acotar nada en ese momento el así llamado Milzis inclinó un poco la cabeza pues no podía devolver la reverencia paso a paso, más intentó que su intención fuera clara.

— Es natural, Fenris el explorador, desde que mi raza no pertenece a las originarias de este mundo — reveló — Milzis es lo que soy y lo que son el resto de seres similares a mi, pero quizás también podría tomarse como mi trabajo... — el enorme ser ladeó apenas la cabeza como intentado dilucidarlo por él mismo — en cualquier caso, dada mi procedencia exterior no tengo conocimientos de eso a lo que llamas "Uth" pero tampoco de "la Madre"... mi esencia está formada por Bree, lo que generalmente llaman "energía"  — aclaró — pero esta no viene de ningún ser supremo, es solo la canalización óptima de los recursos que proporciona la misma naturaleza que forma este ecosistema, un proceso impulsado por la evolución... —

Al igual que aquel eonio, el ser mineral daba muestras de guardar cierta curiosidad hacia el ajeno, especialmente por la apariencia alargada y a la vez majestuosa de este...

— Kalnas'Monarhs o el "Monarca de Kalnas" — tradujo a la lengua común — es un Milzis que porta gran sabiduría y destaca por sobre todos los de mi tipo, nuestra máxima figura de autoridad — curiosamente la cavernosa voz de la figura colosal adquirió un tono solemne — el titán que cayó del cielo, que nos guía — así continuó — ¿posee tu raza algo similar, Fenris el explorador? — pero finalmente buscó de nuevo retomar el equilibrio entre lo que sabían el uno del otro...

Inicio: Eresand: 5UPC Humanos.

La misma naturaleza de Eresand y su pueblo, de su fe en los Fata y su poder, casi forzaba la mano del rey Elric. Cada vez eran más los jóvenes nobles que se echaban las espadas al cinto y marchaban en busca de un troll al que retar por el dominio de un puente. Cada vez eran más las damas y doncellas que aprendían las sendas de la magia feérica o se covnertían en señoras de bestias mágicas. Las Fatas querían héroes, y el pueblo de Eresand estaba deseoso de complacer. Así pues, eresand celebró la creación de su primer Gremio de Aventureros en la Taberna del Dragón Gordinflón, a las afueras de la ciudad. (-4 Recursos).

De la misma forma, tal vez espoleadas por la agitación del pueblo, las pequeñas hadas voladoras, los pixes, los nises y los trasgos de las minas empezaron a extenderse. La Dama les conminaba a auxiliar a gentes aledañas para volverlas más receptivas a los pactos. Los brownies entrarían en las casas; los jinetes sidhe patrullarían la foresta para proteger a los nobles en peligro... y a cambio, descubrirían cómo vivían los forasteros, qué deseaba, qué deseos se escodían en las monedas que arrojaban a los pozos. Así, cada vez que el rey Elric visitaba el Lago de los Auspicios, su Dama se aprecía ante él y tenía nuevos secretos que contarle, secretos traídos por su Red de espías. (-3 Mente).

Satisfecho con la recaudación, el rey también dispuso la creación de un Distrito Gremial en el que artistas y artesanos pudieran desarrollar sus talentos. Inspirados por los Fata, los herreros, los escribas y los tejedores crearían obras tan bellas y tan útiles que todo el mundo sabría que Eresand era la potencia destinada a heredar Wyrd. (-3 Mente, -1 Recursos).

Los caballeros de Eresand celebraron un gran torneo para que los Fata bendijeran la creación de un ejército que avanzara sobre las poblaciones vecinas en primavera. En este torneo se proclamó que la Gran Serpiente Emplumada del Norte podría demostrarse un amigo de Eresand, si todo ocurría de acuerdo a los planes de la Dama.

Final: Eresand: 5UPC Humanos, 4 Unidades de Alimentos, 1 Recursos, 0 Mente.

El eonio observó con absoluta fascinación al gigante mientras este hablaba. A pesar de su exterior duro y tosco sus palabras resonaban graves pero con exquisito estilo y un léxico propio de un erudito.

-Debo decir que las apariencias engañan, Milzis -respondió Fenris con una cálida sonrisa-. Tus paabras son elegantes y magestuosas, sin dudas producto de una gran inteligencia. Los eonios deberemos contar a tu pueblo y a tí entre las cosas bellas del mundo.

El explorador volvió a hacer una grácil reverencia.

-Mi gente responde toda a los designios de los sabios del Alto Consejo -continuó-. Su conocimiento supera grandemente al de cualquiera de nosotros y por eso poseen tales facultades. Son ancianos, antiguos seres que habitan el mundo desde tiempos pretéritos. El primero entre los sabios es el Portavoz, alguien semejante a tu Monarca, por lo que entiendo. ¿Crees que sería conveniente que nuestros sabios hablaran? Los eonios somos protectores de todo lo bello y bueno de este mundo y tu pueblo sin dudas es eso y mucho más.

Fenris extrajo una flauta delgada de madera clara.

-¿Puedo mostrarte algo? Creo que debería compartir algo de la cultura de los hijos de Uth -inmediatamente, entonó una melodía.

Se detuvo entonces.

-¿Te ha gustado? -preguntó con expectativa en los ojos.

— Es un halago, especialmente viniendo de alguien que se ve y que actúa como tú — modesto replicó — por cierto, mi nombre es Budëtojas — y luego sin más retraso añadió, ya que se dio cuenta que se había extendido hablando pero todavía no mencionaba su nombre como tal; — la inteligencia es de hecho un gran orgullo para mi raza, así como una meta que incasablemente perseguimos; quizás como los eonios guardan lo bello, podría decir que nosotros nos esforzamos por cultivar y aplicar el conocimiento…esta misión incluso trasciende las estrellas — aseguró.

Por lo ya dicho, escuchar la respuesta del explorador ante su cuestionamiento pasado resultó en interesante experiencia para el de cuerpo mineral, ya que si bien su presente era como lo describió primero, haciendo una regresión al pasado podía de hecho encontrar ciertos paralelismos entre la hiperbórea sociedad de Zvaigzne y el así llamado Alto Consejo, salvo por la aparente eternidad de estos últimos.

— Lamentablemente no tengo autoridad como para asegurar o negar un encuentro de esa magnitud, sin embargo podría llevar el mensaje de tu gente a la mía, y que así los de rango suficiente puedan considerarlo; al fin y al cabo no solo la seguridad, sino también la contemplación de los alrededores es algo que me corresponde naturalmente debido a las particularidades de mi puesto: como guardián fronterizo debo registrar todo eso. —

Acorde a lo anterior, apenas el voluminoso notó lo que hacía su contraparte, cierta curiosidad innata brotó en él; claramente aquello que el eonio sostenía no era un arma, pero tampoco se veía como un simple objeto decorativo. Ante la petición de Fenris el Milzis asintió para saciar la mentada necesidad de conocimientos…

— Entiendo, tal es el arte de los eonios — cuando el visitante terminó, Budëtojas declaró — ¿Uth es el viento entonces, o solo es coincidencia que la melodía transmita sensaciones majestuosas a través de dicho canal? Eso sin contar tus habilidades interpretativas, claro, que incluso desde mi punto de vista inexperto se adivinan pulidas…no me gustó, me ha encantado — aseguró — En Kalnas los que son capaces de dar “forma” a los sonidos lo hacen mayormente a través de la percusión, pero ni de lejos significa que nuestros oídos estén cerrados…seguro allí también generaría interés tu melodía — el Milzis extendió la mano para tratar de comunicar reconocimiento, quizás un tipo de ovación en su cultura — ¿cómo llamas a ese delicado instrumento? —

Fenris sonrió ante el halago de la criatura.

-Me alegra mucho que te haya encantado -dijo-. ¿Budetojas? Un nombre muy interesante, ¿qué significa?

El eonio hizo una pausa, mientras reflexionaba en todo lo que el gigante le había contado. Un silvido armónico brotó de sus labios y un ave descendió desde el cielo a toda velocidad hasta posarse amablemente en su brazo izquierdo.

Fenris susurró algo en el oído del pájaro para luego dejarlo volar. Su silueta se perdió en el cielo tras unos minutos.

-El mensaje ha sido enviado, si tu monarca lo desea y mis sabios también, podrán encontrarse en el futuro.

El eonio resopló y dio un salto hasta posarse sobre una roca cercana, flotó en el aire con la agilidad de un gato, parecía pesar tanto como la pluma de un pato.

-Uth es la madre de todo lo bueno y bello de este mundo -explicó el centinela-. Nosotros, los uthlane (o eonios en la lengua común) somos sus hijos y guardianes de sus creaciones. Ese es el propósito que nos guía. Tu pueblo es semejante el nuestro, son sabios y estudiosos, vigilantes del conocimiento, ¿cierto?