Partida Rol por web

X-Men New First Class

C 1, E 1. La academia.

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05/03/2017, 21:56
-Narrador-

El terreno donde yace la mansión ocupa un estrecho de 4 cuatro kilómetros entre Graymalkin Lane (la carretera que lleva a la mansión) y el lago Breakstone, sobre 200 acres de bosque. El terreno alrededor de la casa, que lleva hasta el lago, está podado; pero el resto del territorio, particularmente cerca de los límites de la propiedad, sigue siendo un bosque. Al este, sobre la estribación de una montaña, los suelos de la propiedad son elevados.

Los edificios visibles desde la superficie incluyen la cochera, la casa marina y las torres de comunicación.

La joven chica que se había presentado como Mística os había proporcionado los medios para llegar hasta ella. Esto incluía vehículo propio con un chófer contratado para recogeros desde vuestro punto de llegada a Massachussetts y conduciros hasta las puertas de los terrenos de la mansión.

Mística debía de ser una mujer adinerada o para ser capaz de mantener una morada como aquella. Frente a las puertas habían colocado unas mesas en las cuales habían sentadas dos mujeres, una rubia que reconocísteis y otra morena. 

Notas de juego

Ok, pues iréis llegando en orden de posteo. Puede haber coincidido que los coches lleguen casi a la vez.
 

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05/03/2017, 22:52
Soon Hee

Aquellos días tras lo sucedido con Mística fueron un poco extraños para Soon Hee. Hablo con sus padres y estos al principio desconfiaron, pero gracias a la documentación que la mujer le había dado pudo convencerles que la dejaran ir, a fin de cuentas, no todos los días recibían la noticia que su hija había recibido una oferta de una escuela privada para estar en ella con todos los gastos pagados, lo que sin duda le garantizaría no tener problemas de residencia allí en los EEUU al menos durante el tiempo en el que estuviera estudiando.

Sus padres, como era de esperar le compraron muchas cosas, ropas de toda clase y todo lo que Soon Hee quiso y pensaban que iba a necesitar allí, a fin de cuentas, era su ojito derecha. Ella estaba muy ilusionada e inquieta por ir a la escuela, sin embargo, no les dijo a sus padres que el motivo real era que tenía ciertas habilidades especiales y que allí iría también a aprender a usarlas; ya que desde que despertaron sus poderes había roto más de un objeto por no ser capaz de controlarlos.

El viaje fue largo, pero en realidad tranquilo, fue cuando llego a Massachusetts que empezaron las sorpresas ya que había un coche esperándola para llevarla. Al principio no se lo creía, ya que era la primera vez que veía algo así, sin embargo, algo bueno que tenía llamarse como se llamaba era que no había forma de equivocarse y que era ella sin duda. El conductor no le dijo demasiado, solo que la llevaría a los terrenos de la escuela. El lugar era impresionantemente grande y bonito, Soon Hee iba con la boca abierta mientras lo miraba todo y susurraba:

Vaya… que casa más grande… y que terrenos, la señorita Mística debe ser realmente rica si todos estos terrenos son suyos… vaya, es increíble.

Finalmente, el coche se detuvo en la puerta y Soon Hee se bajó de este mirando el paisaje que tenía ante si mientras observaba como el chofer sacaba sus bastante numerosas maletas. Ella se había vestido con un traje de colores y llevaba puesto encima una rebeca de color marrón claro. Se aparta un poco su larga melena lisa y negra y observa le lugar

Vaya… que sitio más impresionante

Entonces se da cuenta de la presencia de Mística y otra persona mas, se acerca y tras inclinarse levemente de forma bastante inconsciente dice con una gran sonrisa:

Hola… buenos días Señorita Mística

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06/03/2017, 10:39
Dahlia

Era un fastidio estar metida en una de aquellos coches, ruidos con ruedas que lanzan pedos humeantes que asfixian el verde. Pero no tenía opción. Yo no sabía dónde estaba Mística, y ahora que había perdido el contacto con mi comunidad sólo la tenía a ella. Me había sacado de la jaula con ese truco suyo de ser cualquier persona, así que le debía lo más importante que hay en el mundo, mi libertad. O por lo menos ir a verla, luego ya vería.

El señor que conducía el coche tenía un disfraz divertido, con una gorra y un traje muy planchado, pero en realidad no era nada divertido. Hablaba poco, conducía mucho y tenía cara de agobio. Es normal. Si yo tuviera que conducir todo el tiempo metida en una caja rodante, sin poder escuchar a los pájaros ni oler el viento, también tendría una cara como ésa. Lo bueno fue que en seguida nos metimos por el campo, y el coche tenía agujeros para sacar la cabeza y saludar a los árboles del camino. Y lo malo era que al conductor no le gustaba nada que lo hiciera y me cerró el agujero con un cristal, diciendo no sé qué de educación y la juventud y fumar puerros.

En realidad yo no fumo puerros, pero fumo hierba. Miré la bolsita que guardaba en el bolsillo, y él volvió a decir eso de los puerros, y que no le extrañaba que estuviera loca o algo así. Y yo le respondí que los puerros no se fuman, pero que están ricos si se comen. Entonces él me dijo que no decía puerros, que era otra palabra, y que yo parecía tonta, y discutimos. Pero poco, porque llegamos en seguida a la mansión.

Salté fuera de aquel cacharro y subí descalza las escaleras de piedra. Me gusta cuando la piedra se calienta con el sol, porque da calorcito en las plantas de los pies. Entonces llegué arriba, al porche, donde estaba Mística y otras dos chicas que no conocía. Me alegré mucho de verla, así que sonreí un montón. El conductor me había dicho que mi sonrisa me hacía parecer boba, pero eso no me importa. Le di un gran abrazo a Misty, y luego sonreí a otras dos chicas. "¡Hola!", les dije agitando la mano. Una era una chica morena que estaba detrás de una mesa, y la otra era una asiática super bien vestida que parecía muy delicada. "¡Me llamo Dahlia!", les expliqué, y luego comparé el precioso vestido de la asiática con mi camiseta de asas negra y mi falda roja y arrugada, torciendo la nariz antes de volver a sonreír. "¡Eres muy guapa, pareces una muñeca de porcelana que vi una vez en una tienda!. ¡Quise comprarla, pero valía muchos de esos papeles y pequeñas galletas de metal que usa la gente!", asentí riéndome.

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06/03/2017, 15:01
Izumi Subosaki

Tras ser acompañado al aeropuerto, un coche negro  me recogio a la puerta. Por su estilo y marca debía pertenecer a alguien con mucho dinero. Será Mistica una persona rica? Me preguntaba al verlo. Aunque no era una persona de muchos lujos, me sentía a gusto alli dentro. Me pasaba el rato viendo el paisaje y como era tan diferente a mi pais natal. Aunque seguian habiendo rascacielos, el ritmo parecia igual de agitado. La gente yendo de arriba abajo de prisa.

Al llegar a la mansión no pude mas abrir mis ojos como platos. De verdad iba alli a estudiar? Realmente podrían curarme de mi enfermerdad? Lo majestuoso de todo el edificio asi como el enorme jardín delataban de la riqueza que debía poseer su propietario. Andé admirando todo hasta donde estaban dos mesas con dos chicas sentadas. La rubia era Mistica sin duda, pero la morena no la conocía. Tambien dos jovenes, una asiatica, y otra pelirroja deambulaban la zona. Al llegar hago una pequeña reverencia en señal de saludo y me presento a las mujeres sentadas: Soy Izumi Subosaki. He sido enviado por (nombre de la mistica) a estudiar en esta academia. Vengo de Japón, mas concretamente de Osizuka.

Deje en el suelo mi mochila y me quede esperando confirmacion. Aunque sabia que alli estaba mistica, mi cultura y mis habitos me hacian ser bastante pragmatico a la hora de las normativas.

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06/03/2017, 19:06
William Oppenheimer Montalban

- ¿En serio? ¿Ni una sola palabra? - Golpeó el cristal con los dedos de ambas manos unidas. El motivo saltaba a la vista, y esque por algún motivo el chofer había pensado que era una buena idea llevarlo esposado todo el camino. - Encima carreteras secundarias. Nadie con quien hablar. Nada que escuchar. ¡No has puesto ni la radio! ¿Pero tu sabes cuantas horas llevamos de viaje? - retomó sus quejas, esta vez golepando el cristal con los pies, haciendolos temblar pero quedando muy lejos de hacerles nada. No era un coche normal, ni un cristal normal, claro. Llevaba muchas horas de aburrimiento en la parte trasera de un Cadillac del 58, y su acompañante había decidido no parar, no comer, no beber, no dormir y lo que era peor: No hablar.

Al cabo de las dos horas, se dio por vencido, golpeado por el más viejo enemigo de un adolescente: El aburrimiento. - Ella me lo había pintado mejor ¿Sabes? - Se quejó, acercándose a las ventanas para curiosear el paisaje, mientras de tanto en tanto forcejeaba con las esposas por si podía quitárselas. Sin éxito, claro.

A saber de que estaban hechas.

Se tumbó en el asiento de atras, acomodándose como pudo debido a lo pequeño del coche, lo grande que era él y las esposas que llevaba en las muñecas. En aquel momento de silencio, tumbado, se sintió solo. Acostumbrado a tener gente a su alrededor, a escucharlos y estar con ellos. No supo valorar el verdadero valor que tenía aquel silencio para él. A Bill lo recogieron en la calle, en una esquina con aquel mismo coche. Solo llevaba una mochila con cuatro cosas y algo de dinero. No tuvo que darle explicaciones a nadie. Así era más fácil para todo el mundo. Aun no tenía demasiado claro como había acabado esposado, o en que momento exacto, pero la verdad era que eso le molestaba y preocupaba a partes iguales. La misma pregunta que se repetía cada vez que acababa tumbado boca arriba sin nada que hacer y sin nada que escuchar. ¿Que estás haciendo con tu vida, Bill?

No quería contestar a esa pregunta, porque ahora mismo no conocía la respuesta. Y lo que era peor, intentar pensar en ella, dándose cuenta que las últimas decisiones lo habían metido en aquel coche, con un tio que no podía oir y esposado, le cabreaba. Tanto que se incorporó. - ¡Déjame salir! - Y golpeó el cristal con ambas piernas. Estaba esperando el segundo arranque de rabia para volver a golpear cuando vio algo por el cristal.

- ¡La madre de... ! - comenzó a decir, callándose ahora y volviendo a mirar al conductor, cuando se dio cuenta que aquella mansión era su destino. - ¿En serio? - Golpeó con los brazos el cristal. - Jo jo jo... Feliz Navidad y eso que soy judio. Ha merecido la pena aguantarte, Bob. - comentó entre risas, ahora cerca de la ventana para ver el lugar. Su percepción sobre su destino había mejorado significativamente al ver que no era una prisión federal, un reformatorio o algo mucho peor: Nueva Jersey. - Debe limpiarse el culo con el Señor Benjamin Franklin. - Soltó, mientras observaba con atención los terreno, y comenzaba a escuchar otra vez a la gente. Aquello le tranquilizó, dejándose caer en el asiento mientras cerraba los ojos y dibujaba una diminuta sonrisa, limitándose a oir a los demás.

Cuando el coche se detuvo, allí ya había varias personas. Y como si de un animal enjaulado, desvió la mirada hacia el chofer con cierto nervio e impaciencia, esperando a ser liberado de aquel coche. Así que cuando el hombre abrió la puerta, él estiró diligente y con una amplia sonrisa las manos hacia adelante para que le quitara las esposas. - Me portaré bien, de verdad. - Le aseguró, mientras era liberado. Ahora si, salió del coche y dio un par de saltitos para estirar.

Recibió la mochila cuando el chofer se la lanzó y la levantó a modo de despedida. Después se giró hacia la compañía, avanzando hacia ellos mirando a un lado y a otro. Se le hacía raro ver allí a orientales. Hasta donde él sabía, debieron pasarlas muy putas cuando eran jóvenes. - Como se lo ha montado la amiga... - reconoció, mirando hacia la casa, ahora de pie frente a ella. Miró a los presentes, haciendo algunas muecas y asintiendo con la cabeza en algunos de los casos.

- Ey. - Saludó a los presentes con un golpe de cabeza.

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06/03/2017, 20:22
Ethan Drake

Despedirme de mi madre fue bastante difícil, hasta ese momento siempre habiamos sido nosotros contra el mundo y sobretodo, contra mi padre. Pero saber que estaría rodeada de su família, que cuidaran de ella, facilitó las cosas.

Así que cogí mis pocas pertenencias, una mochila con algo de ropa y mi guitarra y me subí al avión en dirección a Boston.

Era consciente de que iba a encontrarme uchas sorpresas y situaciones inesperadas, pero no tan pronto ni de esta manera cuando quién me recibe en el aeropuerto es un chofer trajeado. Y, para mi frustración, tras un par de bromas sin respuesta, resulta que no es Raven usando sus poderes, sino un estirado uniformado que, casi instintivamente me pone en tensión. Mis intentos de que simplemente me dé la dirección y ya me las apañaré yo para llegar son recibidas con la misma neutralidad e insiste en que entre en el coche. Meto mis cosas en el portaequipajes y, sin pensármelo me siento a su lado en el lugar del copiloto. Joder, me niego a sentarme detrás como si fuera un señoritingo o algo.

Mientras conduce intento establecer conversación con él, averiguar algo más de hacia donde me lleva, sobre Raven, pero las respuestas son escuetos monosílabos. Aunque eso, en lugar de amedrentarme, hace que el trayecto se convierte en un extenso monólogo por mi parte, sólo roto por las pausas de una pompa de chicle explotando o cuando espero una de sus escuetas y escasas respuestas.

Cuando finalmente llegamos, el recelo que había sentido al ver el tio uniformado, no hace si no aumentar.

- Ostia puta. - digo, levantando las gafas de sol para asegurarme de que es verdad lo que veo.

Y no me equivoco, una gigantesca mansión y los enormes terrenos que la rodean.

- Al menos no es una base militar. - musitó para mi mismo intentando encontrarle un lado positivo a la situación.

Pero cuando bajó del coche, cargando con la mochila y la guitarra, pronto le veo el lado positivo. Con una amplia sonrisa mientras voy mascando chicle me acerco hacia Raven, que se encuentra acompañada de otras tres chicas preciosas. Bueno, y de un par de chicos.

- Buenas gente. Soy Ethan. - me presento, dejando la mochila en el suelo y levantando las gafas para admirar mejor a las chicas - Espero que no tengamos que estudiar mucho, porque con compañeras como vosotras, será imposible concentrarse en libro alguno, ¿verdad tíos? - termino, dirigiendo la sonrisa hacia los otros dos chicos.

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07/03/2017, 21:53
Nathan Grend

No había pasado más que un par de semanas, pero a Nathan le parecia más. Desde que conoció a Raven su vida había sido muy intensa. Y nunca le podría agradecer lo suficiente lo que hizo por él, por más que ella no le diera importancia.

Estaba sumido en ese tipo de pensamientos mientras regresaba a la mansión, cuando vio que había movimiento. Entonces recordó la fecha que era. Ya le había advertido Mistica que iban a llegar más alumnos, pero se le había pasado por completo. De hecho era una afortunada coincidencia que llegase a tiempo. Se habría mosqueado si no estaba para la presentación.

Subió medio corriendo medio volando el último tramo de escaleras. Y se fijó que era el último.

Vaya. Creo que estoy en un lio.

También estaba la Dra.Mactaggar, con lo cual lo mismo se libraba. Por el momento.
Así que se acercó a saludar a los nuevos estudiantes. Aunque no es que él fuera uno antiguo.

Hola.
¿Qué tal estáis? ¿Habéis tenido buen viaje? Una casa chula ¿verdad?

 

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08/03/2017, 19:19
Izumi Subosaki

Mientras esperaba informacion al respecto, me giro al ver como llegan dos chicos más. Al sentirme mas a gusto con los de mi género, me acerco a ellos al ver hablar uno. Con una reverencia le saludo:

Me llamo Izumi Subosaki, encantado de conocerte. El viaje fue tranquilo y aburrido. Se me hizo largo por las horas de vuelo desde Japon. Eres americano?

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08/03/2017, 20:36
Soon Hee

Soon Hee estaba esperando cuando llego una chica que parecía bastante alegre, le llamo mucho la atención el hecho que caminara descalza por allí, eso era algo poco común, o al menos que nunca había visto, de la misma forma la chica no dejaba indiferente, llamaba bastante la atención por su atuendo. Fue cuando le miro y le hablo que realmente se sorprendió, le dijo que era bastante guapa y que parecía una muñeca de porcelana, ella sonríe dulcemente y responde:

Esto… gracias… no sé, siempre he tenido este tono de piel… yo soy Soon Hee

Realmente no sabía muy bien cómo responder a ese cumplido, su madre siempre le había dicho que ella tenía un muy buen tono de piel por ser tan pálida, pero también había escuchado de sus compañeros que era muy pálida, aun así a ella le gustaba su tono de piel. La chica le explico que las muñecas de porcelana eran muy caras, o al menos eso era lo que entendió que le explico, asiente a sus palabras y dice:

Si… dólares… son muy caras, yo tenía una cuando era una niña pequeña, fue un regalo de un amigo de mi padre

Dijo en un tono amable mientras se daba cuenta de cómo llegaba alguien más, se fijó que era también asiático, lo cual le sorprendió, pero cuando este saludo no pudo evitar poner mala cara, era japonés y aunque ella no había vivido lo que paso durante la guerra si sabía lo que los japoneses habían hecho con su gente, por lo que se vio claramente como arrugaba el gesto mirando al chico, de hecho no le respondió el saludo y prefirió mirar hacia donde estaba llegando otro chico que parecía estar hablando con el chofer para después llegar y saludar con la cabeza, ella volviendo a la sonrisa amable que tenía antes responde:

Hola

Casi de inmediato llego otro chico que llevaba una guitarra y que saludo haciéndole un cumplido a ella y a Dhalia, no pudo evitar sonrojarse ante lo dicho por este y decirle:

Gra… gracias, pero no es para tanto.

Un chico más llego en ese momento, por su forma de hablar y de moverse parecía que conocía el lugar desde hace tiempo, tras sus preguntas ella le mira con una sonrisa y responde:

Muy bien gracias… ha sido un viaje tranquilo.

Entonces el nipón se gira al último chico y le responde, ella no puede evitar entornar los ojos cuando le escucha hablar.

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08/03/2017, 20:48
William Oppenheimer Montalban

Aun estaba pasandose la mano derecha por la muñeza izquierda, aliviando el dolor de las esposas durante horas, cuando llegaron dos chavales más. Dio un paso atrás, aumentando el diametro de aquel ruedo imaginario creado a base de personas, y con un gesto de la cabeza saludó a Ethan al llegar. - Ey. - Le saludó, viendo como de lejos venía otro chaval más. Cuatro chicos y dos chicas. Miró hacia el colegio, y torció el gesto de la boca. Seguro que dentro había más. Pero debía romper una lanza en favor a lo dicho por el chaval, la pelirroja si estaba simpática de ver.

- ¿Estudiar? - Preguntó, alzando una de las cejas en dirección a Ethan. Aquello no era algo que le hubieran contado. Estudiar, libros, profesores. Aquello era una trampa, pero al menos debía reconocer que era una trampa mejor que acabar metido en algún lugar solo y en silencio. - Nadie me había dicho nada de "estudiar". - comentó, cuando llegó hasta ellos el otro chaval. Lo miró durante unos instantes. - Demasiado silencio y demasiado encerrado. Pero no esta mal la Kely que tienen aquí montado. - A pesar de verlo salir de la mansión, no lo incluyó en la ecuación. A punto estaba de añadir algo más, cuando habló el japonés.

Los nombres japoneses siempre le parecían jodidísimos, por no decir que con los apellidos ni probaba suerte. Por suerte, para re-pronunciarlos solo tendría que volver a leer. Lo siguió con la mirada cuando hizo la reverencia. Alzó ambas cejas con cierto aire impresionado, e imitó el gesto. Ahora los japoneses eran sus aliados, la campaña del pacifico había terminado y las historias de terror para llevarlo a la cama antes de que llegaran los japoneses, se habían difuminado con el tiempo. - Me llamo Bill. Encantado de conoceros. - Acabó por presentarse, esta vez incluyéndolos a todos.

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08/03/2017, 22:56
Mística

Las dos figuras femeninas estaban absortas en su conversación y advirtieron tarde vuestra llegada. Se apresuraron entonces en dejar sus asientos para caminar hasta vosotros. Nathan se había adelantado, parecía el único que conocía el lugar y que había pasado un tiempo ya alojado.

La mujer rubia, Mística, era más joven que MacTaggert pero su frente mostraba determinación y porqué no decirlo, se la veía un poco preocupada en general.

- Bienvenidos a la academia. Ha debido ser un viaje difícil así que venid, vamos a sentarnos para tomar algo y después guardamos todo vuestro equipaje.

Con un gesto os invitaba a pasar hasta la zona frente a la entrada en la que habían dispuesto esas mesas y numerosas sillas. Suficientes para todos vosotros.

- Os presento a Moira MacTaggert. Ella forma parte del personal de la academia.

Ellas dos se miraron un poco apesadumbradas.

- Estoy muy agradecida de que hayáis venido. Os puedo explicar que vamos a intentar poner en marcha el plan de un amigo nuestro. Realmente él es el dueño de este lugar pero está indispuesto, ni siquiera está aquí.

Con una sonrisa agria alcanzó una silla y se sentó. Nadie sabía a quién podía referirse, ni siquiera Nathan.

- Pero vamos a conseguir que esta academia funcione y estar preparados para los retos que se presentan a los nuestros.

Sonrió incluyéndoos entre los suyos.

La doctora Moira, a la que la mayoría no conocíais, fue presentándose uno a uno.

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09/03/2017, 09:42
Dahlia

Llevaba un buen rato mirando con la boca entreabierta una bandada de estorninos que daba vueltas por el cielo, piando y haciendo ruidos raros y cambiando de dirección inesperadamente, así que no me di mucha cuenta de la gente que había ido viniendo hasta que Soon Hee se dirigió a mi. En seguida volví a sonreír de oreja a oreja, "Uoo, ¿tu padre te regaló una muñeca de porcelana?, ¡geniaal!. ¡Ojalá mi padre hubiera tenido tantos dólares!", asentí con fuerza. Luego me quedé un poco pensativa, dándome golpecitos en el incisivo con la uña. "Bueno, y se hubiera parecido un poco al tuyo. ¿Tú crees que aquí habrá muñecas de porcelana?, parece un lugar de muchos dólares". Miré la mansión y los campos de alrededor, interesada.

Entonces me di cuenta de que había un montón de gente allí. "¡Anda!. ¡Hola!", sonreí de nuevo. Había un chico de ojos rasgados, muy parecido a Soon Hee y a un surfista con el que me lié una vez, que parecía muy rígido y hacía reverencias. Aquello era divertido, así que le sonreí y empecé a pasar la vista entre él y mi compañera, algo extrañada. "¿Sois parientes?", pregunté interesada.

Claro que mi interés no dura mucho tiempo, me cuesta un poco concentrarme, así que pasé mi atención a los demás recién llegados. Había un chico alto que decía "Ey" todo el rato, y aquello también era gracioso. "Ey", le dije asintiendo sonriente. "Hola Bill, yo soy Dahlia. Como la flor. A mi tampoco me gusta estudiar, lo hice una vez y me dio dolor de cabeza". Entonces me di cuenta de que había otro chico que nos estaba radiografiando a Soon y a mi, así que le dí un codazo a ella para que se diera cuenta. "Mira Soon", le susurré. "Ése quiere tema", asentí. Luego se presentó como Ethan y dijo que con nosotras allí no podría leer, supongo que porque éramos guapas, así que me reí muy alto y le señalé con el dedo. "Eres un playboy. ¡Gracias!. Vosotros también sois guapos todos, parecéis modelos de Calvin Klein que vi una vez en una revista. Mis amigos de antes eran más de perro y flauta y eso, pero ahora están en la cárcel. ¿vosotros vais a ser mis nuevos amigos?". Por un momento pensé en la comunidad en la isla, y empecé a ponerme triste, pero entonces...

¡Llegó un chico volando por las escaleras!. Como yo no había visto nunca a un chico volando me quedé ojiplática y boquiabierta y no pude articular palabra. Luego miré a los estorninos, que seguían allí arriba volando. El de delante se había ido detrás, y ahora había otro pájaro mandando la bandada. Empecé a preguntarme si Nathan podría mandar una bandada de estorninos. Era divertido imaginárselo allí arriba agitando los brazos, así que me reí un poco por lo bajini, y terminé despistándome de nuevo un rato. Cuando volví a la realidad había una mujer dándome la mano, que decía que se llamaba "Doctora Moira". Sonreí un montón, porque me gusta que me den la mano, es de gente importante, como muy formal. "Hola Doctora Moira", le respondí intentando parecer seria, aunque se me salía la sonrisa por las comisuras de los labios.

Luego decidí que ya me había despistado bastante, e intenté centrarme en lo que decían mis nuevos amigos.

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09/03/2017, 17:33
Ethan Drake

Después de mi comentario, me echo a reír ante la reacción de Bill al mencionar lo de los estudios. Parece atrapado como un conejo al que le han dado las largas. Aunque mi atención se centra en la reacción de las chicas. Como la morena de rasgos orientales se sonroja tímidamente y la pelirroja se ríe y me sigue la broma.

- ¿Playboy? Para nada. Creo que tengo más en común con tus viejos amigos, aunque nunca fuí capaz de aprender a tocar la flauta. - le digo riendo - Quizás algún día podamos probar alguna canción juntos. - y cuando pregunta sobre si seremos sus nuevos amigos, asiento con la cabeza a la vez que le guiño un ojo con picardía.

Entonces, se nos une otro chico, medio corriendo medio volando. Ladeo la cabeza, eso me fuerza a recordar que, pese a lo que parezca, ninguno de nosotros somos adolescentes 'normales', todos disponemos de capacidades sobrehumanas o como mierdas quieran llamarlo. Miro a los demás compañeros mientras el chico oriental habla. No puedo evitar una pizca de curiosidad por saber qué poderes tiene cada uno.

Entonces oigo los comentarios acerca de esta mansión y como respuesta tuerzo el gesto. La verdad es que toda esta opulencia sigue provocándome urticaria. Sólo espero fervientemente que no tengan mayordomo ni doncellas, si no, me veo en el primer vuelo de vuelta a Francia. Por guapa que sea Raven o las otras chicas.

Y, hablando de la rubia cambiaformas, finalmente nos da la bienvenida y nos lleva a una zona con varias sillas y algunas mesas. Mientras empieza a hablar, tomo una de las sillas, le doy la vuelta y me siento, echándome para delante y apoyando los brazos en lo alto de la espalda de la silla.

- Encantado, Moira. - respondo a la doctora cuando se presenta, levantando una mano para saludar y guiñándole un ojo - ¿De qué plan se trata? - pregunto sin andarme con delicadezas y yendo directamente al meollo - ¿Qué necesitáis de nosotros?

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09/03/2017, 19:33
William Oppenheimer Montalban

Miró a la pelirroja cuando le devolvió el mismo saludo. Se la quedó mirando, frunciendo el ceño durante unos segundos, para acabar sonriendo y asintiendo con la cabeza. - Tu si que dominas la jerga. - la felicitó, mientras escuchaba que a ella tampoco le gustaba estudiar. De forma inevitable, miró sus muñecas, comprobando que si también había sido esposada para ir, pero no lo parecía. La miró a los ojos durante unos instantes, corroborando aquella teoría. - Como todos. Encantado Dahlia. - Acabó por reir cuando escuchó hablar del chico así, que quería tema. Lo miró de reojo, y negó una sola vez. - Te han pillado. - acabó por decirle, mientras escuchaba a la chica preguntar si serían sus nuevos amigos. No pudo evitar echar un vistazo a su alrededor.

Amistad por agrupación geológica. La quintaesencia de las relaciones escolares. Acabo de retroceder 12 años en el tiempo. Pensó con cierta diversión. Quizás, por una vez, estuviera equivocado y por lo que había escuchado esta vez si pudiera tener unos amigos algo más afines a sus gustos. Solo quizás. - Claro. - respondió la pregunta de la chica, mientras se encogía de hombros e iniciaba la marcha hacia el lugar demandado por las dos mujeres.

Confirmado, allí iban a estudiar. Quizás ahora volvían a ser necesarias las esposas y volver a encerrarlo solo en algún agujero alejado del ser humano. La idea de haber sido obligado a ir a un colegio no le hacía la menos gracia, por buenas que estuvieran las chicas, lo cómodas de las camas o lo emocionante de las cosas. Colegio quería decir normas, civilización, imposición y obediencia. Llevaba todo eso muy, pero que muy mal.

Cuando llegó Moira a saludarle, no le tendió la mano. - Ey. - Le saludó, con aquel gesto de cabeza pero sin descruzar los brazos. No quería hacerle daño. Cambiió el peso de un pie al otro, aun con los brazos cruzados escuchando a los demás, pero cuando Ethan habló algo más alto, no pudo evitar mirarle. - "Una escuela de jóvenes talentos" - hizo las comillas con las manos. - Estamos aquí porque podemos aportar algo... más. Quiere que seamos mejores, más fuertes, más capaces y después... Hacer algo bueno por el mundo. ¿Voy bien encaminado? - Preguntó a las mujeres, encogiendose de hombros.

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10/03/2017, 17:42
Soon Hee

Soon Hee sonríe ante las palabras de la pelirroja, la chica le parecía bastante graciosa su forma de hablar y le llamaba la atención por ser tan sumamente diferente a ella, tan “libre” por así decirlo, con una sonrisa amable le responde a las preguntas sobre la casa:

Si… con una casa tan grande seguro que hay de todo, seguro que todo lo que nos imaginemos puede estar ahí dentro… el señor del coche me dijo también que todos los terrenos de alrededor de la casa son de la señorita Mística

Según conto parecía que sus amigos estaban en la cárcel, ¿por llevar perros y flautas? Realmente no terminaba de entender a lo que se refería la pelirroja, pero no lo dudo cuando pregunto si ellos serían sus nuevos amigos, y asintió mientras decía:

Si… eso sería todo un placer Dhalia.

Algunas conversaciones más fueron dando cuando llego la susodicha Mística, ella se inclina levemente para saludarla y responde:

Es un placer haber sido invitada

Les ofreció sentarse a tomar algo mientras alguien recogía su equipaje, miro hacia las maletas de todos y se dio cuenta que con gran diferencia ella era la que llevaba más cosas, pero por fortuna alguien se ocuparía de llevarla. Con tranquilidad siguió a la rubia y se sentó cuando les indico que se sentaran, escucho atentamente las conversaciones y tras saludar cortésmente a la doctora con una inclinación de cabeza para evitar darle la mano, dice en un tono de pregunta:

Con los nuestros se refiere… ya sabe a gente con… ¿habilidades?

Realmente no terminaba de creerse que había más gente con las capacidades, si, era cierto que sabía que ella y Mística las tenían y le había parecido ver a aquel chico volar, aunque no estaba plenamente segura, aunque era mejor pensar que había visto mal, pero por pura lógica sería normal que todos allí tuvieran ciertas habilidades, solo quedaba saber que podían hacer y que podían realmente hacer con ellas y para que quería realmente Mística que las usaran.

¿Y… aprenderemos a controlarlas?

En cierta forma eso era lo que esperaba, ya que no controlaba muy bien sus habilidades, de hecho, se llevaba casi todo el tiempo esforzándose por controlarla y no usarla, aunque le costaba mucho.

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11/03/2017, 12:29
Nathan Grend

La verdad es que no se esperaba que vinieran tantos estudiantes a la escuela, aunque se alegraba que hubiera algunas chicas. Pero no por ello le dejaba menos sorprendido. Claro que sabía lo persuasiva que podía ser Raven cuando quería.

Mi nombre es Nathan.

Se presentó al resto para no quedar mal, pues imaginaba que los demás ya lo habrían hecho, justo antes de que Raven les hiciese pasar a una zona habilitada para charlar. Saludo a la doctora Mctaggar y escuchó como les daba la bienvenida.
Le pareció notar algo de tristeza cuando habló de su amigo, pero no la conocia lo bastante para asegurarlo. Y luego asintió cuando habló de los retos futuros y de que la academía iba a funcionar.
Miró las expresiones de los demás ante aquello y escuchó sus comentarios. En especial de la oriental.

Somos mutantes. Puedes decirlo claramente.
Si estáis aquí supongo que vosotros también lo sereis. Y no hay que avergonzarse de ello o tenerle miedo. Es lo que somos y deberíamos estar orgullosos por ello. Si los normales quieren tenernos miedo allá ellos. Pero desde luego que no se les ocurra venir a hacernos daño.

Ante la última afirmación quedaba claro que hablaba con un poco más efusividad que antes. Como si le tocara en lo personal.
 

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11/03/2017, 20:21
Moira McTaggert

La doctora saludó a Dalhia, escuchando pacientemente su discurso el cual le causó una leve sonrisa. Ya después Ethan le guiñaba un ojo y eso le hizo recuperar la serieda.

- El plan de formar a un grupo de mutantes para demostrar a la humanidad que no somos una amenaza.

Esbozó una sonrisa pero era de resignación.

- Eso es lo que Charles Xavier quería pero no está aquí. Nos vamos a ocupar nosotras dos de sacar adelante esto. Nos vamos a dedicar en exclusiva a esto. Así que sí, William, nos gustaría que hiciérais algo bueno para el mundo, que fuérais un ejemplo para el resto de mutantes.

Raven hizo ahora una ligera mueca como si Moira se estuviera pasando.

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11/03/2017, 20:28
Mística

Finalmente hizo un asentimiento con la cabeza.

- Hemos de entrenar vuestros poderes, Hee. La verdad es que... os van a marcar y lo peor que os puede pasar es que escapen a vuestro control.

Ellas dos se miraron un leve segundo y luego parecieron arrepentirse.

- Es lo que le sucedió al que tenía que ser el profesor de esta academia. Él ahora está en coma, amigos. Tiene el don de la telepatía, una gran capacidad mental y de repente todo salió mal y bueno... eso no puede volver a ocurrir. Nuestros poderes son peligrosos si no los dominamos.

Endureció sus facciones.

- Así que eso es lo que haremos aquí, entrenar todo esto y procurar ser mejores, sí.

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13/03/2017, 11:20
Dahlia

Estaba realmente contenta, porque todos parecían querer ser amigos y además íbamos a hacer algo bueno para el mundo. Asentí a Ethan, que decía que podríamos probar alguna canción juntos. "Claro, yo sé un montón de canciones, me encantan las de Joan Baez. Canto bastante bien, ¿eh?", aclaré. Luego Soon me dijo que sería un placer ser mi amiga, así que la achuché con un gran abrazo. "¡Eres un amor!, ¡Gracias!", le dije. "Nunca había tenido una amiga con dólares, vestidos y zapatos, será genial, ¿puedo ponerte una flor en el pelo?", seguro que sí, las flores le gustan a todo el mundo. Alcé la mano y le puse un clavel que tenía en la mano, bien rojo, bien fresco y bien grande, sobre la oreja. Luego me aparté y la miré girando la cabeza, con una de esas sonrisas mías que la gente dice que son bobas. "Te queda genial".

Después las cosas se pusieron serias, y el chico volador, que se llamaba Nathan, dijo que éramos mutantes. Todo el mundo puso cara interesante y empezó a asentir y a tomárselo muy en serio, así que aunque yo no tenía ni papa de lo que era un mutante asentí también para que no pensaran que era tonta. Y después hablaron de que nos enseñarían a controlar nuestros poderes, lo cual está bastante bien porque una vez me despisté e hice un tomate de media tonelada, que luego no había forma de moverlo y sabía bastante raro. No quería que me pasaran más cosas como aquella.

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13/03/2017, 18:11
Izumi Subosaki

Mutantes, sin duda es una palabra que he escuchado en alguna pelicula, pero nunca pensé que sería asociada al propio hombre. Aun recuerdo el momento en que se manifestaron y la gente de mi alrededor huyo atemorizada. Si todos los somos, algo podremos hacer respecto al mundo.

Dije al escuchar a la profesora y Mistica.

Sin duda espero afinar mis poderes y no me supongan un problema en mi vida diaria. Un placer formar parte del grupo.

Miraba a todos y veia que teniamos rasgos bien diferentes, incluso caracteres. Dudaba de si lograriamos llevarnos bien. La primera impresion parecia ser buena.