Partida Rol por web

La chica a la que ayudaste aparece por la puerta. Se ha cambiado de ropas y aunque anda con dificultad intenta disimularlo. En cuanto se sitúa junto a la mesa, Behelna le ofrece un poco de te a ella también.

Pasáis unos minutos en silencio y el silencio se rompe con la tranquila voz de Behelna.

-Extranjero -dice con tranquilidad- estoy tranquila porque me lo puedo permitir, digamos que mi situación en esta ciudad es especialmente privilegiada y que tengo buena gente que me cuida.

Te mira fijamente a los ojos.

-Te diré que no me gusta que la gente no sea clara conmigo y menos cuando he dado la oportunidad para que se me digan las cosas. Esa chica -señala a Mizhara- es mi hermana menor, que me ha contado lo que ocurrió.

-Y ese té- señala esta vez a la tetera- tiene un veneno que elaboro personalmente.

Los ojos de Mizhara se abren como platos al escuchar esas palabras a lo que su hermana continua.

-Eres estúpida Mizhara, una inconsciente e imprudente, así que te mereces este castigo tanto como él.

-Os doy la opción de realizar un trabajo para mí y entonces os daré el antídoto. Si no, os aseguro que el veneno tarde o temprano os matará, lentamente y con dolor y por supuesto tendréis que salir de mi casa inmediatamente

-No me sorprende su reacción y actitud, no esperaba menos de usted... al final todos son iguales. Ya esten dentro o fuera de los muros, llevan dentro la maldad. Desde un principio sabía que el té estaba envenenado... y aún así lo tomé, por usted. Esperaba un castigo por lo acontecido a su hermana, injustamente claro está, ya que fue ella quien se lo buscó. He recorrido mucho mundo y conozco muy a bien a sus gentes... dicen ser justos pero se toman ellos mismos la libertad de impartirla. sonrio.

-Siento curiosidad, dice necesitar algo de mi, que realice un trabajo por usted... o moriré. Acaso cree que le tengo miedo a la muerte? Qué la hace ser mejor que el violador de su hermana, que incluso la envenena para qué, para escarmentarla? No es suficiente escarmiento el que recivió entonces...

-Pudo habermelo propuesto antes de envenenarme y esperar que yo le diese una respuesta entonces. Ahora quiere "obligarme".. jeje No me conoce. Hable...

Ahora que nos entendemos... me relajo esperando que exponga lo que tenga que decir. Me cruzo de brazos y espero como si no ocurriese nada.

-Haberos envenenado me será útil para asegurarme de vuestro regreso- dice mientras recoge las cosas del te ante la mirada de su hermana- Y si no tienes miedo a la muerte, solo tienes que salir ya por esa puerta o no regresar a mi casa y terminarás tus días en esta tierra.

-Dices que conoces muy bien a la gente de estas tierras, y dices que has recorrido mundo y parece que saber mantener la compostura, son tres cosas que aprecio de ti y por ello estoy convencida de que he hecho bien mi jugada

Verás extrangero, lo que te voy a encargar seguro que es muy sencillo para alguien como tu. El asalto finalizará en no más de un día y los cristianos tendrán que retirarse. Ya sabrás que junto a un ejercito, viajan muchas personas y que...bueno, no me entretendré con esos detalles.

Uno de los campamentos cristianos, está formado por todos esos acompañantes y es donde se encuentran las carretas de carga y los caballos de tiro, lo que quiero que hagas es soltar a esos animales para que los cristianos no tengan ningún medio de huida rápida.

Mi hermanita te ayudará a esa tarea, ya que si no lo hace, morirá, así que te garantizo que te prestará su ayuda para llegar a ese campamento y no hará ninguna tontería más.

Al decir esto, echa una mirada fulminante a su hermana, la cual, asiente con al cabeza y en silencio.

-No parece una tarea fácil, pero para nada imposible. Aunque como me explicaba anteriormente ni usted ni yo mismo somos dueños de mi senda... voy sacando mi moneda -La veo muy convencida de que los cristianos perderan y tendran que retirarse, qué la hace pensar eso? Le pregunto mientras jugueteo con mi moneda pasandomela entre los dedos. -No le preocupa que su hermana sea capturada? Como supondrá no tendran piedad alguna con ella. Espero sus respuestas mientras volteo la moneda al aire y la recojo ocultando su resultado.

(... Sea la respuesta que sea la que me de... )

-Aquí tiene mi respuesta al respecto, descubro mi mano y muestro su resolución. -Realizaré la tarea que me ha enconmendado, pero no por mi vida, sino porque... él lo ha elegido así.

La mujer se muestra carente de preocupaciones ante el peligro que pueda correr su hermana, cosa que te resulta curiosa ya que habrías jurado que algo si que la importaba.

Te cuenta que los cristianos no tienen ninguna posibilidad y aunque no entra en detalles, realmente parece totalmente convencida de ese hecho.

Cuando respondes afirmativamente a su proposición (aunque mirando curiosa tu moneda) sonríe satisfecha y te entrega un plano con unos túneles que llevan hasta unas ruinas a las afueras de la ciudad.

Al parecer el plan es que salgas por aquellas ruinas y que te dirijas hacia el campamento como uno de los miembros de las compañías libres, encargadas de exploración y espionaje, que ha capturado a una espía de la ciudad que intentaba colarse. Dado que los oficiales que permanezcan en ese campamento serán de bajo rango y que tienen asuntos más urgentes, te darán paso sin muchos problemas y podrás realizar tu tarea.

Te insta a que esperéis a la última hora del día para acceder al campamento y a que realices tu tarea antes de dos noches. No te explica por qué, pero percibes claramente que hay un motivo que cuadra con todo.

Recojo el mapa y lo miro por encima, ya lo miraré con detalle mas tarde.-Si no entendí mal deberé pasarme por un espía cristiano, es así?

-Abusaré de su... hospitalidad, hasta que su hermana esté lista. Por cierto,qué papel desempeñará ella en todo esto? Cual será su cuartada?

-Mi hermana será la espía a la que has capturado como es lógico- mira a su hermana con expresión de "¿te esperabas otra cosa?"- deberás rescatarla antes de volver. Con suerte esa será una parte sencilla si todo marcha bien.

Te acompaña a una pequeña habitación donde hay una cama llena de cojines, una palangana con agua para que puedas asearte y algo de fruta.

-Cuando empiece a caer el día, os avisaré para vuestra partida. ¿Necesitas algo más extranjero?

-No, nada más. Será un día largo asi que mejor sea que descanse.

La noche se acerca, avanzando sin pausa. La arena del desierto engulle el sol en el horizonte mientras los sonidos de la batalla se van deteniendo poco a poco. Los soldados siempre están ansiosos por luchar, pero el cansancio los alcanza a todos y siempre hay un punto en el que un bando retrocede y se crea una pequeña tregua llena de pequeños asaltos nocturnos, pero con una relativa tranquilidad.

En ese momento, Mizhara se acerca a ti para indicarte que está preparada para salir. Apenas hace un gesto con la cabeza y sin mediar palabra comenzáis a caminar por la ciudad que huele a humo y muerte. Tras cruzar unas pocas calles llegáis hasta un pequeño callejón donde hay una trampilla algo oculta. La joven se agacha y saca una extraña llave que introduce en un pequeño resquicio de la trampilla y tras un chasquido la chica levanta la placa metálica sin mucha dificultad.

Aún sin mediar palabra camináis por los túneles subterráneos a la luz de una pequeña linterna de ojo de buey.

Llevo a Mizhara por delante mio, abriendo la marcha, con unas pequeñas ligaduras en las muñecas. -Venga! Camina! No tenemos todo el día. Exclamo mientras avanzamos para ir metiéndonos en nuestro papel.

El trayecto por los túneles ha sido sencillo y ciertamente habéis aparecido al otro lado del campamento enemigo, en unas antiquísimas ruinas.

Comenzáis a avanzar con cautela, manteniendo vuestros papeles en todo momento. El campamento tiene un buen tamaño, está rodeado por un montículo de arena, que sin duda pretendía ser más alto, pero que apenas alcanza el medio metro de altura. Hay un puñado de guardias apostados en diversas localizaciones, pero aparentemente todo está tranquilo.

Mientras te acercas, puedes observar que hay tres pabellones de gran tamaño donde seguramente se resguarden los civiles y media docena de pequeñas tiendas dispersas por el campamento que probablemente sean de guardias o de gente que ha ido preparada.

Cuando llegas a una distancia prudente escuchas una voz procedente de uno de los guardias, lo que te indica que no estaban muy alertas ya que apenas estas a una veintena de pasos de él.

-¡Alto quién va!

Por un momento te preocupa que te pida algún tipo de santo y seña, pero ese momento no llega, es extraño, pero te quita de problemas.

-Donde llevo a esta espia? La encontré merodeando por la zona. La muy... intentó resisitirse, esbozo una sonrisa, pero ya recivió su merecido.

-¿Y tú quien eres?-dice el guardia mientras avanza hacia tu posición con la mano en la empuñadura de su espada.

Aun así, no ha dado la voz de alarma ya que parece más interesado en la situación de la chica que en tu persona. Observa que está atada y que realmente no está en su mejor estado, así que parece algo conforme, aunque se mantiene a la espera algo más separado de su lugar de vigilancia.

-Soy aquel que me dicen que sea. El precio dicta mi ser. Se me dijo que matase infieles y fuera yo mismo.... y eso hago. Si no quereis a la chica, la dejo donde la encontré!

El guardia no sabe qué decir ante tus palabras, pero no por ello te impide el paso. Simplemente os observa avanzar y con un leve gesto de la mano te indica cuál es la tienda del oficial del campamento para que te presentes.

No tienes ningún problema a partir de ese momento. Hay poca gente pululando por el campamento a esas horas y los pocos con los que te cruzas no te prestan atención.

Cuando llegas a la tienda del oficial, un único guardia te pide que des explicaciones sin más preguntas y ante la muestra de tu captura te permite entrar sin ningún reparo, cosa que te resulta extraña, todo está siendo demasiado sencillo, pero también es cierto que este campamento se encuentra en la retaguardia protegido por otros campamentos de soldados.

Una vez dentro de la tienda, un joven de unos 24 años os mira con sorpresa y sin mucha autoridad en sus palabras comienza a hablarte.

-¿Quién eres y dónde has encontrado a esa mujer?-las preguntas te suenan absurdas y el joven te resulta endeble aun mientras intenta mantener una pose erguida y confiada.

-Me llamo Sontash y la chica estaba husmeando donde no debía. Ya ha recivido su merecido, qué quereis que haga ahora con ella? Tal vez pueda sernos útil.

El oficial se encarga de que lleven a la mujer a una celda improvisada y te agradece tu labor. Sin saber mucho más que decirte te da permiso para retirarte y te informa de que hay algo de rancho en una de las tiendas y sitio para descansar.

La mujer al parecer será llevada al día siguiente a otro de los campamentos donde se la pueda sacar más provecho.

Tras tomar algo caliente, puesto que la temperatura invita a ello, te ofrecen un lugar donde descansar: una zona de literas hechas con lonas con una manta para resguardarte del frío.

Realmente la gente de allí son la mayoría civiles despreocupados de lo que ocurre en el interior de la ciudad, incluso escuchas alguna conversación en la que descubres que a muchos les da igual el resultado del asalto, ya que sacaran provecho de cualquier manera.

Entre unas cosas y otras, la noche va avanzando, el nuevo día se aproxima y desde el exterior del pabellón en el que te encuentras empieza a escucharse un gran alboroto. 

Me levanto y me asomo para ver la causa.