Partida Rol por web

Yaavid levanta las manos resignado viendo que ya tomaron una decisión

Ese no es mi camino, no me llevo bien con el señor ni su palabra, asi que te quedas solo con eso. Eso si… si quieres llevarte los esclavos para que vallan con la iglesia adelante, es mas, me sacarias un peso de encima. Yo por otro lado tengo otros problemas con salir de esta ciudad realmente no es algo facil. Pero tampoco muy complicado –explica como siempre con gestos teatrales, aunque no tan exagerados como antes ya que aun siente algo intimidado

Bueno entonces ¿te los llevas tu o yo?

La calle queda extrañamente tranquila, el compañero de Yaavid, Tarkhan Kezan observa lo que alli ocurre pensando que la pelea entre ellos saltaria en cualquier momento aunque sin ganas de tener que verla, mas bien parece que tiene mas ganas de poner manos a la obra

-Eso tiene facil solución, exclamé mientras volteaba una moneda al aire... podeis dejar que sea la fortuna quien decida por vosotros o .. resolverlo a palos, qué decis? Pero cada segundo que permanecemos aqui ponemos en peligro la vida de todos. Sea el que sea el camino escogido os acompañaré de buen grado...

Una sonrisa cruzó fugazmente el rostro de Dariel al ver que Marcus le apoyaba y que a Sontash... A él le parecerá bien hagamos lo que hagamos Suspiró por unos instantes, apreciando el hecho de que ambos estuvieran dispuestos a acompañarle- Muy bien, se vendrán conmigo -le contestó a Yaavid, mirándole con una mezcla de decepción y resignación- Si realmente quieres abandonar tu propia ciudad después de lo que has escuchado, y aún sabiendo que habrá muchos otros que no tendrán la suerte de poder ponerse a salvo, ahora eres libre de hacerlo

Y sin pronunciar ni una sola palaba más, se apresuró a coger el camino de vuelta al almacén donde aquella pobre gente esperaba. Cuándo empezó a correr, la advertencia de Lien resonaba aún en sus oídos "Cada segundo que permanecemos aquí ponemos en peligro la vida de todos..."

¡Jum! Como quieran, ya no es asunto mio

Responde resignado pero de una manera no tan infantil como de costumbre. Llevando su mano al bolsillo agarra la llave del almacen donde estan los prisioneros y se la arroja a Sontash

Les daria alguna palabra de aliento o algo como “Que dios este con ustedes”… pero claramente dios esta con ellos, asi que solo les dire suerte
Dice mientras empieza a caminar apresurado hacia el otro lado de la calle haciendole señas a Tarkhan para que le siga, el cual solo opta por levantar sus hombros y seguir al rubio personaje

Viendo por el rabillo del ojo como Sontash atrapaba las llaves, Dariel no pudo más que sentir una inesperada decepción: por un momento había deseado que el llamado Tarkhan decidiese acompañarlos, o que Yaavid cambiara de opinión, pero al parecer ya no había vuelta atrás. Decidido a cumplir con lo que habían acordado, el joven se detuvo un momento para dejar que sus compañeros llegaran a su altura y después apretó el paso en dirección al almacén.

¿Seguirán allí? Su mayor preocupación era que aquella pobre gente hubiera abandonado su escondite con la intención de escapar por su cuenta, pero en el fondo no creía que se hubiesen atrevido a salir Han sido demasiado maltratados, y seguramente la mayoría de ellos ya no tenga la voluntad necesaria para intentar huir...

Terminemos con todo esto. -Te vaya bien en el camino que escoges. Con las llaves en mano me dirijo junto al resto al almacén para solventar este asunto lo antes posible. Esta pobre gente no tiene la culpa, es este gobierno.

-Quieres hacer los honores? Le pregunto a Dariel ofreciendole las llaves.

Una ligera sonrisa respondió a las palabras de Lien- Claro -aceptó las llaves de buena gana, mirándolas fijamente en cuanto éstas estuvieron en su poder- Sontash, hasta ahora no he querido molestaros con preguntas, pero la verdad es que siento mucha curiosidad -su ritmo disminuyó para poder hablar sin sentir que le faltaba el aliento, y su mirada se desvió hacia los dos hombres que le acompañaban por igual- ¿De dónde sois? ¿Por qué estabais en la plaza cuando esto empezó? Y bueno... -el joven titubeó un momento- ¿Habéis tenido... problemas... con la justicia? Lo siento, es que no estoy acostumbrado a que la gente se tape el rostro...

Dariel abre la puerta del almacén y la luz vuelve a iluminar los tristes rostros de los esclavos que alli se encuentran. Los ojos de aquellas pobres almas se quedan fijos sobre los tres aventureros, impacientes por saber que es lo que les estan a punto de decir… quizas puedan ser al fin liberados de su esclavitud y puedan vivir como el resto de las personas, o quizas puedan aprovecharse de su desventajosa situación para atarle devuelta a las cadenas de la esclavitud y todo alla sido una farsa

Intimidado por el silencio sepulcral de sus compañeros, Dariel decidió que lo mejor era concentrarse en lo que habían venido a hacer- Vamos a llevaros fuera de la ciudad -les comunicó a los que aguardaban apiñados dentro del almacén- Allí os reuniréis con otras personas y por fin estaréis a salvo -Es mejor no contarles demasiado se dijo Tal y como están ahora podrían entrar en pánico al saber del ejército que espera a las puertas.

El joven se hizo a un lado para que pudieran ir saliendo, al tiempo que les animaba a colocarse en una fila ordenada- Vamos, debemos darnos prisa...

Habéis llegado al almacén y tras abrirles la puerta, conducís a la gente hacia el exterior.

Al escuchar las palabras de Dariel, alguno se queda extrañado.

-¿Sacarnos de la ciudad?¿Cómo?¿Cómo vamos a evitar a los guardias? Lo mejor será que nos separemos y cada uno lo intente por su cuenta.

Ante esas palabras, hay voces que se alzan diciendo lo mismo. Sin duda alguna este momento de descanso y el alimento que han ingerido, les ha servido para coger fuerzas y renovar esperanzas. Además, el dinero que les han entregado es suficiente como para sobrevivir un tiempo en la ciudad y eso hace que no estén dispuestos a arriesgarse demasiado. 

-Si eso es lo que quieren, que así sea. Nosotros poco más podemos hacer por ellos. Lo que me hace preguntarme si nosotros deberíamos irnos tambien.

-En serio quieres saber que hacía en la plaza? sencillo, me disponia a saciar mi sed. Acabo de llegar de muy lejos y necesitaba reponer energías...

-No, nosotros ya hemos hecho suficiente.

Dice el joven mientras observa como se marchan todos, cada uno por su cuenta y riesgo.

-Y sinceramente...si hay un ejercito cristiano rodeando la ciudad...lo mejor será tomar una decisión rápida.He de reconocer que podría ser interesante apurar hasta el final...mucha gente dejando sus cosas atrás por el pánico...

-Yo creo que me quedaré en la ciudad un poco mas...

Como otras veces habia hecho ... jugueteo con mi habitual moneda y pensativo en mis cosas... sin darle importancia, la oculto de mi vista y en un momento indeterminado sigo tus pasos, qué quieres que haga? lanzo la moneda al aire y espero su respuesta (...)  que así sea!

Afirmo con la cabeza.- Quizas nuestros caminos vuelvan a juntarse algun dia! Ve en paz!

Me despido de ámbos y sigo calle abajo.

Vuelves a estar solo caminando por las calles de una ciudad enloquecida. La gente va de un sitio a otro y observas como algunos ciudadanos comienzan a organizarse en grupos para decidir. Giras una calle y un grupo de familias está cargando sus pertenencias dispuesta a salir de la ciudad. Giras otra calle y otro grupo distinto se está armando y colaborando con algunos guardias para preparar las defensas de la ciudad.

Sin duda alguna toda la ciudad sabe que todo va a cambiar en unas horas.

Mi señor Eriol, tuya es mi senda. Tuya mi vida, tu providencia me ha traído hasta aquí. Dos fuerzas se baten en duelo por el control de esta ciudad, sonrío, a cual deseas que apoye? Miro mi moneda, no me respondas! Que ella decida por nosotros... se guia en mi camino y elige mi participación... lanzo la moneda al aire y tras sus peculiares giros la recojo mostrando su resultado ... que así sea!

(...)

Guardo mi moneda y me dirijo hacia el tumulto donde hay varios guardias.- No quiero interrumpirles, pero quien está al mando? Le pregunto a uno de los ciudadanos.
 

-¿Al mando?-pregunta uno de los guardias sorprendido por la pregunta-nuestro oficial ha desaparecido, así que creo que yo mismo estoy al mando de los guardias de esta zona.

Otros guardias le echan una mirada curiosa, pero no dicen nada. Sin duda alguna es uno de los hombres más veteranos del grupo y eso vale mucho.

-¿Qué ocurre ciudadano?

-¿Desaparecido? No habrá desertado y abandonado la ciudad. ¿Donde fue visto por última vez? Me acerqué porque quizas estuvieran interesados en mis servicios. Y... ¿hay alguien por encima de su oficial al que pueda ofrecerme?

-Si, probablemente habrá desertado, así qué creo que soy el que puede decirte que si, necesitamos la ayuda de todo aquel que sepa empuñar un arma y esté dispuesto a defender esta ciudad de los invasores.

El grupo de guardias (una docena) parece dispuesto a sacrificarse por la ciudad, aunque sus caras muestran pocos ánimos.

-Pues... usted dirá! A menos que prefiera que me vaya!

-No no, quédate, ya te digo que necesitamos tu ayuda. Intentaremos defender esta zona de la ciudad para que los que no la han abandonado y no quieren dejar sus casas tengan algo de protección. Prepararemos barricadas y esperaremos a que llegue el enemigo.

Se acerca hacia ti -uno de los hombres ha ido al centro a pedir refuerzos, espero que no huya- y te ofrece su mano en muestra de saludo- mi nombre es Inyihid.