Partida Rol por web

Amai asiente orgulloso ante la pregunta sobre si era un protector, despues parece que pone cara triste y dice:

Si… bueno… como te lo explico… a ver, tiene podere, ¿vale? Y el mundo no es como en los dibujo, no hay grande enemigo del espacio exterior, entonce, ¿Qué pasa cuando tiene poder? Pue que hay gente que abusa de ello… Myao es fuerte así que decidió ayuda a la gente atrapando criminale y cosas así, sin embargo, esta chica que te digo…

Se queda unos segundos pensando, era en cierta forma extraño ver a un perro pensando tan profundamente:

¡Si, ya me acuerdo bien! Sakura, ella era… bueno, creo que es aun mala… pue ella usa su podere en su propio beneficio sin importarle si hace cosa malas o no… por eso creo que es mala… una vez ella y Myao se pelearon… ¿por cierto, que vas a hacer tu con tus poderes?

El guardia de seguridad mira a Miaka y hace un gesto como que no sucede nada, después le responde:

No se preocupe señorita, pero tiene que tener más cuidado la próxima vez, puede hacerse daño. Claro, disfrute mañana de la actuación

El resto de la noche pasó bastante normal, la encargada no tuvo problemas en dejarle salir antes, simplemente le dijo:

Ten mucho cuidado y vete directamente a casa… si quieres tomate un par de días libre, porque con esa clase de gente no se sabe… y a lo mas mínimo llama a la policía… intenta no ir por sitios oscuros ni ir tu sola por la calle.

Cuando se estaba cambiando pudo ver como la máscara estaba allí, en la taquilla, era extraño, sentía como si cierta energía emanara de ella, era como en esas películas donde los objetos llaman a las personas, ella se sentía en cierta forma asustada y parecía que la máscara la llamaba a ser usada.

Justo en ese instante una intensa luz blanca ciega a los dos hermanos. Y ambos se despiertan en sus respectivas camas, había llegado el nuevo día, un día soleado y agradable, aunque podía verse perfectamente que según avanzara el día el calor iba a ir en aumento hasta la temperatura que se espera de un día de verano como ese.

Todo era normal en casa de los dos, sin duda empezaron con su rutina de por la mañana, sin embargo, parecía que no había nadie en la casa, el servicio no parecía estar por donde estaban ellos, aunque sí que escucharon algo de ruido en la cocina, seguramente alguien preparándoles el desayuno. Sin embargo, al llegar pudieron ver como no había nadie, lo que tuvo que ser el desayuno estaba prácticamente comido y en la mesa sentado mirando hacia ellos había un extraño gato

Con una voz ronca como de hombre mayor el gato habla:

Hola chavales, ¿como estais? se os han pegado las sabanas eh

El tipo se queda mirando a la chica mientras saca un cigarro y lo enciende distraídamente, cuando Makoto termina dice:

Vaya… vaya… parece que la chica tiene cojones… eso me gusta… por cierto, me llamo Kazuto

El tipo da un par de vueltas alrededor de la chica como examinándola con cuidado, para terminar de nuevo delante de ella y dice:

Vale… dices que eres buena tocando ¿no? Pues escuchémoste tocar la guitarra… pero eso no me va a servir… si eres buena con la guitarra escuchare algo de tu grupo… y si me gusta… podrán venir a que las escuche en directo

Decía con un tono de voz tranquilo, se notaba que no daba nada por su actuación, sin embargo, la “intensidad” de la chica le había llamado la atención:

Y no intentes trucos baratos… se cómo se toca una guitarra, era el guitarrista principal de High and Mighty Color

Por suerte, el trabajo me ayudó a pasar el mal trago de la experiencia con esos dos yankees sin problema. Menos mal que me gustaba mucho el trabajo. Pero aún así, agradecí que la encargada me dejase salir un poco antes, y todos sus consejos -Así lo haré, muchas gracias. Quizás me venga bien tomar esos días libres... y no se preocupe, no tenía pensado ir a lugares oscuros- le dije a la encargada agradecida.

Me fui a mi taquilla y me cambié, guardando el uniforme en mi mochila. Y cuando iba a terminar de guardar todo... vi la máscara que era lo último en meter... pero lo notaba. Notaba algo raro en ella... raro, que no malo... como si me llamara.

Ciertamente ya lo había pensado, el usarla para pasar "desapercibida" (más bien para que no reconocieran mi cara)... pero ahora, creo que si que decidí que la usaría. Así que la guardé en mi chaqueta, y cuando salí por la puerta de atrás del local para no encontrarme con que me esperaran... me la puse.

Hana apartó la cara protegiéndose de esa luz cegadora y cuando a través de sus párpados creyó que se había disipado los volvió a abrir para descubrir que estaba en su cama. 

Se acurrucó dentro de sí misma añorando los tiempos en que aun podía dormir con su hermano y lanzó una mano a la almohada para abrazarla unos minutos antes de levantarse. 

La pereza fue desapareciendo por su propio pie y mientras se estiraba y buscaba la verticalidad, Hana, volvió a pensar en ese sueño y sintió el sabor de las violetas encapricharse de su lengua. No se dio ninguna prisa en vestirse pero una vez el uniforme estaba impoluto sobre su cuerpo arrampló la certera con fuerza y se apresuró a bajar las escaleras para desayunar.

- Buenos días - gritó a la casa conforme se movía por ella-.

- Buenos días, ¿has dormido bien? - preguntó más dulce al encontrar a su mellizo- He soñado cont~ - su explicación quedó a medio camino al ver a esa especie de gato.

Un grito se formó a cámara lenta en su garganta que liberó al tiempo que le lanzaba la cartera al animal con la esperanza de que el golpe le asustase y desapareciera de su impoluta casa.

Kengo despertó de golpe, agitado, saltando como un resorte hasta quedar sentado y alerta en el colchón de su cama. No había nadie más en la habitación con ella, cuya respiración agitada la llenaba por completo. Se encontraba empapado en sudor. Inquieto se puso de pie de inmediato, necesitaba tranquilizarse, necesitaba tomar distancia con la cama en un intento de dejar atrás ese maldito y extraño sueño. Jadeando aún se fue directo al baño, abriendo el grifo de la ducha con la clara intención de dejar que el agua fría se llevara toda esa alteración.

Veinte minutos después recorría la casa con animo renovado, se había puesto unos pantalones de pijama limpios pero al ir a buscar una camiseta limpia no aparecieron por ningún lado y al tratar de dar con alguien del servició la casa parecía vacía. Entonces el ruido en la cocina atrajo su atención.

-¿Nana? ¿es usted? - preguntó con su habitual educación y respeto hacía la mujer que los había prácticamente criado a él y su hermana

Un grito en el piso de arriba le indico que su hermana también estaba despierta, así que decidió seguir su camino a la cocina donde seguro terminaría ella tarde o temprano. Y así fue. Para cuando Hana le daba los buenos días la mirada de Kengo estaba fija en aquel felino de lo más extraño, posando una mano en el vientre de su melliza para que no avanzara. Eso solo hizo más que precipitar el caos, sin darle tiempo a reflexionar o decidir si aquello era un sueño o habían tomado algo la noche anterior y estaban alucinando con efecto retardado.

-quedate tras de mi Hana...¿que haces aqui, demonio? - pregunto comprobando que la extraña bola de pelo con anteojos esquivaba el certero lanzamiento de cartera de Hana – sea lo que sea que quieras sal de esta casa...

El extraño gato esquivo sin problemas el objeto lanzado contra el, sin embargo, en su rostro podía verse cierta expresión de fastidio, comenzó a mover el pequeño abanico mientras hablaba:

Hey hey tranquilos… joer que violenta la chica…

Pese a todo parecía bastante tranquilo, como si aquello no fuera la primera vez que le pasaba, mirando a ambos dice:

En realidad… he venido por ella chico… pero veo que si estáis los dos aquí es porque los dos sois especiales… que curioso… ah y no soy para nada un demonio ni nada de eso… no me digas que a tu edad y aun crees en demonios…

Entonces se ríe y coloca el abanico delante de la boca como para ocultar esa risa, vuelve a mirar a los dos y dice:

De hecho soy todo lo contrario… soy un guardián… bueno, de ella… mi nombre es Cong Gong Min Sumato… pero podéis llamarme solo Sumato.

En cuanto Shimako se puso la máscara sintió una sensación extraña, como si fuera más fuerte y mas ágil, como si pudiera hacer prácticamente cualquier cosa (cuando te pones la máscara tienes un +2 a todas las tiradas físicas), era una sensación extraña y al mismo tiempo placentera, como si realmente pudiera hacer cualquier cosa, incluso sus preocupaciones desaparecieron, sin embargo, sucedió algo más.

Casi en un instante sus ropas cambiaron, ya no vestía aquella ropa normal que llevaba, sino un kimono, como los que llevan las sacerdotisas, le resultaba familiar, aquellas ropas, aquella mascara, casi instintivamente se miro al espejo y lo vio, frente a ella siendo ella misma estaba aquella sacerdotisa de su sueño, se había convertido en ella.

Y finalmente el día paso, todos hicieron lo que tenían que hacer hasta que llegaron a sus casas (o quizás otros lugares) y decidieron acostarse, mañana seria otro día y por la tarde a las 16.00 tenían esa cita para ver el espectáculo de las Idols.

Como siempre Goro se quedo dormido, había sido un dia ajetreado, cayo en un profundo sueño, sin embargo, era consciente de lo que soñaba, era uno de esos sueños en los que eres plenamente consciente que estas dormido y que estas soñando. Se encontraba en una gran sala hecha con suelo, paredes y techo de losas negras, el lugar estaba completamente vacio salvo por su propia presencia, hasta que alguien aparece a lo lejos y comienza a caminar, se trata de una chica.

La chica tiene aspecto de ninja y camina con seguridad, tanta que llega casi a la altura del chico sin inmutarse apenas y le observa de arriba abajo:

Así que así eres… soy Luna… y por fin he despertado… por fin tu esencia interior y poder interior ha despertado… dime, ¿Qué es lo que más deseas obtener?

Como siempre Natsumi se quedo dormida, había sido un dia ajetreado, cayo en un profundo sueño, sin embargo, era consciente de lo que soñaba, era uno de esos sueños en los que eres plenamente consciente que estas dormido y que estas soñando. Se encontraba en una gran sala hecha con suelo, paredes y techo de losas negras, el lugar estaba completamente vacio salvo por su propia presencia, hasta que alguien aparece a lo lejos y comienza a caminar, se trata de una chica.

La chica se parece mucho físicamente a Natsumi, sin embargo, lleva ropas que podrían ser atribuidas a cualquier súper heroína de cualquier serie o película, la mujer camina con una gran seguridad hasta colocarse frente a ella:

Parece que has despertado realmente tarde… de hecho apenas te queda tiempo… apenas unos tres años para que pueda ayudarte a conseguir lo que realmente deseas… dime Natsumi… ¿Qué es lo que realmente deseas obtener?

Como siempre Miaka se quedo dormida, había sido un dia ajetreado, cayo en un profundo sueño, sin embargo, era consciente de lo que soñaba, era uno de esos sueños en los que eres plenamente consciente que estas dormido y que estas soñando. Se encontraba en una gran sala hecha con suelo, paredes y techo de losas negras, el lugar estaba completamente vacio salvo por su propia presencia, hasta que alguien aparece a lo lejos y comienza a caminar, se trata de una chica.

La chica caminaba con tranquilidad, tenía aspecto que podría recordar a alguna cantante de pop famosa o alguna clase de celebridad, al llegar a la altura de Miaka dice:

Hola… parece que al final te han hecho despertar… me alegro… dime Miaka… ¿Qué es lo que realmente te gustaría conseguir? ¿Que es lo que más deseas?

Contemplo a esta mujer. Es preciosa. Es la mujer más hermosa que he visto jamás. Cada cabello, cada uno de sus pasos, su mirada y su voz son hipnóticas. Podría mirarla durante toda la eternidad y aun así cada instante me tendría embelesada.
La imagen de ella es, sin ningun ápice de duda, la imagen que tiene el amor.

"Yo.. yo soy Natsumí"

Digo algo dubitatiba, casi temblorosa. Nunca me había sentido tan trasroscada por alguien, nunca había nadie que me había robado el alma y el corazón, mucho menos con un sólo acto de presencia. Esta es la mujer ideal, con la que quiero pasar mi vida entera, cada dia de mi vida

"Soy Natsumí y quiero la victoria. Quiero que todos me admiren, quiero que todos sepan lo grandiosa que soy. Lo quiero todo"
"Quiero... LA VICTORIA!"

Entonces empiezo a digerir lo que mi mujer ideal ha dicho

"¿Tres años? ¿Me voy a morir?"
"No me importará morir en tres años, si es contigo"

Estaba hablando con un gato. ¡Estaba hablando con un gato! La situación era insostenible para la mente racional de Kengo, empezaba a dudar que hubiera despertado de aquel extraño sueño y lo que estaba viviendo era una estúpida continuación pero sentía que no era así. Estaba sucediendo de verdad.

-Esto no tiene ningún sentido – dijo molesto entrecerrando los ojos, en guardia – eres un maldito gato parlante y dices que vienes a por mi hermana ¿como no quieres que piense que eres un demonio o un ser endemoniado? - trato de mantener el temple cordial y agradable que lo caracterizaba, pero ese ser se lo ponía difícil - ¿guardián?...¿especiales?...- la escena de la noche anterior le vino a la cabeza de golpe, sin saber muy bien porque, mirando a Hana a su lado antes de volver a hablar encarando a Cong Gong Min Sumato – habla claro...Sumato

La joven guitarrista arrugó la nariz al ver cómo el sujeto sacaba un cigarro, antes de encenderlo. No le agradaba que alguien se pusiera a fumar frente a ella, si bien sabía que era algo que debía de tolerar, en especial en aquel ambiente en el que se encontraba. Por esa razón, evitó decir algo al respecto, tan sólo permaneciendo en silencio, mientras esperaba lo que sea que el tipo tenía para decirle, luego de haber oído lo que ella le había dicho. El enojo que el sujeto había provocado en ella, había sido suficiente como para olvidarse de los nervios, dejando atrás a la Makoto tímida de siempre, en especial ahora que contaba con el apoyo de su otra "yo". Es por eso que, cuando el hombre se pronunció, la guitarrista tan sólo asintió con la cabeza, complacida al ver que había causado cierta buena impresión en él. - Está bien, Kazuto-san. Creo que hemos comenzado un poco mal. O bien, no lo sé. Y sí, me pueden juzgar por muchas cosas pero... no me gusta que insulten mi talento con la guitarra, tan sólo por cómo me visto. - Se explicó de manera simple, dejando en claro el motivo por el cual se había mostrado de esa manera tan disgustada. No obstante, al ver que Kazuto comenzaba a caminar a su alrededor, como si estuviera evaluando su valor como música, o alguna otra cosa en particular, la chica permaneció quieta, esperando a que terminara con lo que sea que estaba haciendo, intentando demostrar que no le importaba demasiado aquella actitud.

No pensaba ofenderse porque la miraran de esa forma, no cuando parecía que había logrado cierta buena impresión en el sujeto. Tan sólo debía de evitar sentirse incómoda ante la mirada del mismo. Por fortuna, el hombre no tardó mucho en volver a posicionarse frente a ella, antes de pronunciarse de nuevo. - Sí, lo digo, y puedo confirmarlo. - Dijo con confianza en lo que había dicho, dispuesta a demostrarle que podía tocar su guitarra con cierta habilidad. A pesar de que no se vieran a sí misma como una leyenda como Jimi Hendrix, estaba más que segura que era bastante buena tocando dicho instrumento, y que, en el futuro, y con algo más de experiencia, llegaría a ser tan buena como cualquier otra leyenda de la guitarra. Tan sólo debían de darle una oportunidad. Por lo tanto, cuando Kazuto le dijo que deseaba escuchar algo de su grupo, Makoto sonrió complacida, asintiendo una vez antes de mirarle directamente a los ojos. - Puedo mostrarte lo que valgo, y tocar al mismo tiempo algo de mi grupo. Por cierto, la banda se llama "Rebel Blood". Te haré recordar ese nombre. - Le aseguró con determinación en su voz, volviendo a sonreír, a medida que abría el estuche de su guitarra, con la intención de sacar un instrumento del interior del mismo. - Voy a tomar prestado uno de tus amplificadores. Espero que no te moleste. - Le dijo al sujeto, a medida que se dirigía hacia el escenario, con la intención de hacer una demostración apropiada de su talento. Por otro lado, ahora comprendía por qué aquel rostro le había parecido conocido. ¡Era Kazuto de High and Mighty Color! Aún así, intentó mantener la compostura, como la emperatriz que se suponía que era.

Estaba claro que tendría que tocar algo original de su banda, para así demostrar de lo que era capaz ella y el resto. - Si luego estás interesado, puedo mostrarte un video de mi banda. Tenemos un canal de Youtube donde guardamos algunos de los videos de cuando tocamos en uno de los bares en Kagoshima. - Le explicó con cierta tranquilidad. - Ah y... sí, conozco "High and Mighty Color". Era una de mis bandas favoritas. Es una pena que se hayan separado. - Se expresó en un tono que dejaba en claro que sentía la separación de la banda, a medida que intentaba recordar algo más reciente sobre los integrantes de la misma. - Bueno... ¿estás listo? No necesito de "trucos baratos" para demostrar lo que valgo. Ahórrate esas palabras. - Dijo con cierta frialdad en su voz, ciertamente enojada por el hecho de que hubiera siquiera imaginado que intentaría algo como eso. Tras conectar su guitarra, sin esperar mucho permiso, se preparó para tocar, dejando que sus dedos comenzaran a correr por las cuerdas del instrumento, intentando marcar las notas apropiadas, y evitando que los nervios se apoderaran de ella en el momento menos ideal. Sus ojos se cerraron a medida que tocaba, dejándose llevar por la melodía que su guitarra y sus manos creaban en ese instante. Aquella era la oportunidad que necesitaba, tanto ella como su banda, y, viendo que no podría depender de Kougou, era obvio que tendría que depender de su propia habilidad. Una sonrisa se dibujó en su rostro, al mismo tiempo que su falanges marcaban cada uno de los trastes apropiados de su guitarra para así crear la melodía que deseaba. Mientras tocaba, no pudo evitar, de vez en cuando, sacudir la cabeza, revolviendo su cabello, ciertamente emocionada.

Aki no habría poder escuchar una pregunta que lo hubiera tocado de forma más profundo, en el centro de su corazón, en los abismos de su alma.

¿Qué podría responder, sino la verdad?

Sobre todo porque esto era solamente un sueño. Y en los sueños no hacía falta inventarse las cosas. No hacía falta mentir.

“Quiero que todo se pare. Porque todo me sobrepasa. No alcanzo comprender este mundo.”

Por fin, lo había dicho…

Un sentimiento que ya lo perseguía desde un cierto tiempo… ya que se había vuelto aún más apremiante con lo que había pasado ayer… de lo que no comprendía nada.

Desperté como drogada, aunque la sensación de dormida y falta de atención era clara, se me escapó una pequeña sonrisa de aquellos recuerdos de la facultad. 

Por un lado, sabía que estaba soñando, por otro, eso no era lógico, tenía que estar despierta, la falta de consciencia en los sueños era una de las pautas clave para entender que es lo que la mente hace cuando duerme. Aunque tampoco era un tema que dominara.

La sala no era en la que me había acostado, o eso creía, ¿que habrá pasado anoche?, recordaba tomar algo con los chicos que había conocido, pero después recordaba haberme acostado en mi cama, sola.

Hubo un sobresalto cuando la chica habló, tenía una voz dulce, y era guapa como pude ver, aunque como siempre al despertar, los sentidos no están al máximo, y es fácil divagar, por otro lado es el mejor momento para descubrir los verdaderos sentimientos de alguien, ya que la tranquilidad hace que puedas hablar de lo que sea. 

Yo, yo, quiero muchas cosas, quiero venganza, y saberlo todo, divagaba entre las ideas de mi mente. En realidad, solo quiero hacer del mundo un lugar mejor, unos rompen el equilibrio, y otros ni siquiera saben lo que significa. Mi blog llega a poca gente y la revista en la que escribo junto a las charlas de la universidad de Tokyo no me parecen suficiente. El mundo está mal, y nadie parece querer arreglarlo, hay pobreza, hay imbecilidad, cada día se destruyen bosques para crear edificios que quedarán vacíos, se contaminan ríos para crear energía, pero pronto no podremos beber. 

Se me escapaba una lágrima, que al secarla parecía mojar mi dedo de verdad, ya no existe la abstinencia, Samsung compra metal extraído con la sangre de niños, y lo usa para que gente como mis hermanos compren cada día un nuevo móvil, cada día hace más calor, y nadie hace nada, cada día hay más desperdicios, pero nadie los limpia, creamos islas de plástico y más plástico, y aunque el desequilibrio en el medio ambiente de un equilibrio social, es una mentira, la gente trabaja duro por su país, pero en realidad sólo agotan su mente y cuerpo para enriquecer a unos pocos. Paré en seco, miré a la chica, el equilibrio tiene muchas caras, muchos matices, pero el ser humano no consigue tenerlo en ninguno de esos matices. 

Bajé la cabeza, y susurré al aire, papá, ¿es que eras el único que creía en el equilibrio?, ¿nadie más tuvo esas enseñanzas que intentaste implantar en nosotros?. 

Perdón, mi padre murió pensando lo correcto, cerré los puños tan fuerte que una de mis uñas hicieron una pequeña herida en la palma de la mano, lo mataron por pensar así, gente que antes pensaba así, y ahora lo han olvidado todo. 

Solo quiero restablecer el equilibrio, para que vivamos en paz con nuestro hogar, y todos seamos iguales.

Extendí la mano intentando tocar la mejilla de la preciosa chica, ¿quien eres? Y ¿por qué quieres saber esto? Susurré aún en un estado noctámbulo.