Partida Rol por web

La chica sonríe a la presentación y dice con natural:

Sí, yo sé tocar la guitarra aunque no soy muy buena… empecé hace algunos años y aunque no soy muy buena reconozco cuando alguien es bueno… aunque no es tan bueno como alguien que conozco que es aun mejor… diría que es la persona que mejor toca la guitarra… pero es muy buena la chica.

El comentario de que ella también tocaba la guitarra hizo que la chica sonriera aun más y colocase una mano en el hombro de Kou mientras decía:

¿Sí? Vaya que bien, que suerte, que casualidad encontrar a al quien que toca la guitarra también

El contacto con la chica hizo que se le erizara la piel, era extraño, sentía que esa chica tenía como una especie de energía, como si estuviera “cargada de energía”. Con un enérgico movimiento de cabeza dice:

Soy de la Prefectura de Aichi… pero llevo ya unos cuantos años aquí en Tokyo, soy toda una Tokyota de pro ¿y tú de dónde eres? Ah, si quieres tocar aquí, el dueño te va a pedir una prueba o así… vamos que le enseñes como tocais y demás… aunque la verdad me gustaría mucho escuchar a tu grupo.

Tras una busqueda no muy complicada encuentran quien es el manager del grupo

AKimoto Yasushi

Uno de los hombres mas importantes dentro de la industria del entrenemiento a nivel nacional.

Mientras tomaban algunas aspirinas la chica que miraba la televisión dice:

Si… me acuerdo que me lo comentaste… ¿pero seguro que era esa chica? No se… parece que según  dicen le dio una paliza a esos tipos… ¿te dio la sensación de ser una chica tan fuerte como para eso?

Estaba un poco aturdida por el dolor de cabeza, pero aun asi parecía un poco preocupada por su amiga:

De todas formas ten cuidado… no creo que sea muy buena idea que digas que la conoces… no se, a lo mejor quieren hacer que lamente lo que ha hecho a esos tipos ¿no?

Suspiro, mirando al cielo en una actitud que suplica paciencia -aunque estoy segura de que los cielos incluso sienten a veces envidia de mi. 唯我独尊 (Yuiga Dokuson¹). Nos hemos esforzado en seguirlas. Son la única pista que tenemos para la cosplayer, y no me gusta esforzarme inútilmente

"Ya que hemos llegado ¿Por que no entrar? No debe de ser complicado."

"En primer lugar, vemos que clase de edificio es. Y si es una agencia, anunciamos que nos gustaría probar suerte como Idols. Que demonios, fijate en los Gay Jins. A finales de siglo tenian una Girl Band... de chicos" digo pensando en los infames BackStreetBoys.

La joven sonrió emocionada al escuchar a Moa decir que ella también tocaba la guitarra. Aquello era algo que no hubiera imaginado, por lo que era bueno para Kougou el conocer a otra persona que apreciaba el tocar la guitarra, incluso si decía que no era tan buena. - De seguro eres buena tocando. Sólo estás siendo humilde. - Comentó en un tono gentil, mostrándose ciertamente agradable con la chica. Aún no sabía qué era aquella sensación extraña que Moa le transmitía, aquella atracción, si bien no dejaba de parecerle alguien con la que podría disfrutar conversar, en especial cuando estaba sola en la ciudad, sin conocer a alguien mientras la mayoría de sus amistades se encontraban en otro lugar. - Me gustaría conocer a esa persona que mencionaste, si dices que es la mejor tocando la guitarra. - Aseguró entusiasmada ante la posibilidad de poder conocer no sólo a una, sino a dos personas aficionadas a dicho instrumento, ni hablar de que, tal vez, podría aprender algo de esa persona, incluso si la joven guitarrista tenía bastante confianza en su propia habilidad con la guitarra, al punto de desear ser famosa en el futuro. Ahora que poseía aquel extraño poder, aquello no sería un sueño lejano, ya que podría abrir las "puertas" necesarias para facilitar su camino a la fama... entre otras cosas que deseaba hacer. Por fin tendría algo de control sobre su vida, luego de tantas injusticias.

No obstante, en el momento en el que Moa apoyó su mano sobre su hombro, no pudo evitar estremecerse ante la sensación que aquel contacto le transmitió. Había erizado su piel, como una especie de leve descarga eléctrica. ¿Qué estaba sucediendo? No tenía una respuesta para todo aquello, excepto por el hecho de que, tal vez, la chica a su lado podría poseer alguna habilidad como ella. Después de todo, aquella anomalía había comenzado desde que había visto a esa extraña chica vestida de blanco. No sólo eso, sino que también había habido otros presentes en ese instante, por lo que era más que factible que ella no fuera la única afectada. Aún así, lo que más le pareció extraño, fue el hecho de que Moa hubiera decidido tocar su hombro con tanta libertad. Normalmente, esa clase de cosas no eran usuales, no entre desconocidos. A pesar de esa actitud directa por parte de la joven, aquel contacto no fue algo que le disgustara. Moa tenía cierto parecido a Aori, su mejor amiga, esa actitud que había hecho que fueran buenas amigas, ya que Kougou nunca habría sido la primera en iniciar una conversación con ella. - Mm, si quieres, podríamos tocar juntas alguna vez. Puede que aprendamos algo nuevo entre las dos. - Se expresó encantada con la idea, de vez en cuando desviando su mirada a la mano sobre su hombro, no sabiendo muy bien cómo reaccionar, no cuando ella no acostumbraba a actuar de esa forma tan directa.

- ¿De Aichi? Yo soy de Kagoshima, de la ciudad del mismo nombre. - Respondió en un tono suave, ciertamente disfrutando aquella conversación que estaba manteniendo con la joven a su lado. Era muy parecida a Aori, por lo que era normal que disfrutara conversar con ella, aún más cuando había algo especial en ella, algo similar a lo que ella poseía. - Nací en Tokyo pero... tuve que mudarme cuando era más joven. Así que soy más de Kagoshima que de Tokyo. - Se explicó de manera neutral, no deseando recordar aquellas memorias que había decidido dejar atrás. No le gustaba pensar en su madre, ni mucho menos en aquel que había deseado ocupar el lugar de su padre. De cualquier manera, aquel pensamiento no tardó mucho en quedar a un lado, luego de escuchar a Moa decir que tendría que demostrar su habilidad frente al dueño. Kougou sabía muy bien que su habilidad tocando la guitarra no era algo para menospreciar, si bien no estaba segura de que aquello fuera, en realidad, todo lo que se podría necesitar para ser aceptada junto con su banda. De seguro, tendría que hacer uso de su poder para "facilitar" aquella aceptación, en el caso de que aquel requerimiento no fuera todo lo necesario. - Bueno, eso no será problema... soy muy buena tocando mi guitarra, aunque es cierto que siempre hay alguien mejor que otros. - Comentó con total tranquilidad, reconociendo aquella verdad. - ¿En serio? Me gustaría tocar para ti y tu amiga... aunque primero tengo que convencer al dueño de que quiera que toquemos aquí. - Afirmó con confianza en sus palabras, sabiendo que aquello no debería de ser difícil si hacía uso de su poder, incluso si no dudaría en tocar primero para probarse a sí misma. Tras decir aquello, luego de pensarlo un instante, guió su propia mano sobre la de la chica que se encontraba sobre su hombro, deseando probar si también le producía alguna sensación extraña a ella.

Tenía que estar soñando, nada de lo que decía aquel bicho tenía sentido, así que por eso mismo lo intenté, puse todo mi empeño en que aquello que decía el tal Amain se hiciese realidad.

Cierro los ojos y susurro.

- Me gustaría ser aceptada, destacar entre los demás...

Estaba segura de que no iba a suceder nada, pero si estaba en un sueño, o pesadilla ¿qué tenía que perder?

Aki arruga la frente ante la suposición de Natsumí que el edifico podría alojar una agencia. Hace un gesto con la mano hacia el edifico. “Se llama el Teatro AKB48”, señala con el dedo la fachada con su rótulo, y también el cartel en la fachada indicando que en la planta 8 está el teatro del grupo al que se interesan.

“Bueno, entonces, consigamos entradas, busquemos a las chicas y preguntémosles sin rodeos ni miramientos, como concertado, si saben algo de la Cosplayer esfumada. Si encontramos al manager, también podemos preguntarlo a él.”

Levanta el pulgar para darles ánimos a las chicas y a sí mismo. Y se adelanta entrando en el teatro.

Cuando mi compañera me preguntó por aquella chica... creo que mejor continuaba sin decirle lo que pasó. Así que me encogí de hombros -No lo se... no la vi ni durante más de dos minutos. Creo que tendría mi constitución... aunque claro, obviamente más alta. Pero no se, quizás exageran las noticias... a lo mejor el tío se resbaló cuando le pegó un puñetazo a este- le intenté buscar la lógica... y eso si que lo hacía con sinceridad. Una cosa era que una máscara rara me apareciera de la nada después de soñar con ella... otra cosa era una justiciera yankii.

Entonces, sonreí un poco cuando escuché a Bi preocuparse por mi -¿Y que voy a decir? Si solo la conozco de vista... y dudo que esa chica tenga mi número de teléfono... y si lo tiene habría que ir a la policía- le dije en broma, sonriendo -Tranquila Bi, que no me pasará nada- le terminé diciendo a la chica con una sonrisa, aunque luego me masajee la cabeza -Auch... dame una aspirina a mi Bi, porfi- le pedi que pasara el blister para tomarme también una aspirina. Menuda borrachera ayer... ni siquiera estoy segura de que día es.

"Estoy de acuerdo contigo, Goro-chan"

"Creo que lo mejor es ir directos, sin paliativos. En serio, si estas mozas tienen una respuesta a si es una broma, si quieren que les sigamos, o si nos explican por que narices seguimos teniendo calambres, esto no nos lo dirán con esquivas, con medias tintas y con evasivas"

"¿Como se da un puñetazo? Pues directo a la cara"

¡Bien! Vamos allá. Estaba tan emocionada, hacía tanto tiempo que no hacía alguna locura, últimamente todo era odio a mis hermanos, odio al mundo, tristeza por la muerte de mis padres y trabajo. También hacía falta sentirse especial de vez en cuando. 

¿Que tipo de música hacen? Si el manager me pregunta pareceré subnormal. Dije mientras caminaba hasta estar a la par de ellos. 

El primogénito de los Kinomoto podía ser la misma imagen de la calma y la serenidad, pero al contrario que su melliza el no se había podido relajar al abandonar a tan variopinto grupo de desconocidos. Veía las luces de los edificios, y neones multicolor, pasar reflejándose en los cristales tintados del vehículo con aire distraído. El resoplido de Hana lo trajo de vuelta alzando una ceja con incredulidad, mirando su reflejo enfurruñado, antes de girar el rostro parar mirarla divertido.

-¿así que hacer amigas era todo lo que querías? ¿eh? - rio con malicia mirando las sonrojadas mejillas, suponía que de indignación o tal vez decepción, tentado de meterse un poco con ella y acentuarlos más pero el dichoso picor que aún sentía bajo la piel y que le incordiaba sin cesar le hizo cambiar de idea – si no se ha fijado en ti es que tiene un gusto pésimo en mujeres – dijo con desagrado volviendo la vista al frente – o que el pobre es gay. Cualquiera que se la razón mereces algo mejor, de eso estoy seguro.

Después de eso guardo silencio el resto del trayecto, pensativo, respondiendo cortésmente a la conversación que Sin'ichi o Hana pudieran darle. Una vez en casa se excuso con Hana y se fue directo a su habitación, había resultado un día muy largo e intenso. El entrenamiento de aquella mañana, aunque nada fuera de o usual, había dejado sus músculos de la espalda algo cargados y tener que cargar con las cosas de Hana de tienda en tienda no había ayudado para aliviar la molestia. Así que Kengo se preparo él mismo un baño calienta, para no dar trabajo a esas horas al servicio, dejando que el cálido agua se llevara toda la pesadez de su cuerpo.

Sumergido por más tiempo del que había pretendido dejo su mente vagar por lo acontecido en la plaza, preguntándose, mientras observaba sus manos al trasluz del foco en el techo del baño, que sería lo que realmente había ocurrido. Se sentía extraño, como llevando la piel de otro, con ese hormigueo constantes en las fibras de su ser. Un sin sentido.

La cama lo llamaba a voces mientras se secaba el pelo con una toalla, llevando únicamente los calzoncillo como pijama. El verano en Japón era demasiado húmedo como para llevar nada más, pero aquella no era de las peores noches y podía permitirse dormir con esa prenda. Lanzo la toalla a un lado con un gesto grácil y preciso, acertando en el cesto de la ropa sucia, para luego desplomarse sobre la cama tomando el móvil de la mesita de noche. No había mensajes.

-¿habrán consigo averiguar algo útil esos descerebrados? - pregunto a la nada de su habitación antes de apagar el aparto y darse la vuelta, quedando sobre su costado

Dormir con el calor era una tarea difícil pero si además tu mente no dejaba de dar vuelta a una cosa lo complicaba aún más, finalmente y tras muchas vueltas Kengo logro caer en los brazos de morfeo.

Tal y como indico Goro nada más entrar en la 8 planta llegaron a una especie de recibidor con una pequeña cafetería y una gran puerta que imitaba un teatro, además podía escuchar música ambiente que sin duda debía ser alguna de las canciones del grupo Idol. Allí había algunas personas que parecía que esperaban a la función que tendría lugar en media hora, un pequeño mostrador con una chica sonriente estaba justo en la entrada.  

Al acercarse a la chica que vendía entradas esta les responde con amabilidad y una sonrisa:

Hola, buenas tardes, es un placer tenerles aquí… ¿desean comprar entradas? Serán 2 000 yenes para las señoritas y 3 000 para el… sin embargo, he de decirles que no tenemos entradas para la función de hoy, si no es mucha molestia tendrán que esperar a la de mañana…

La chica parecía un poco apurada y entonces parece que se le ocurre algo y dice:

Si me dicen cual de las chicas es su preferida puedo decirles que día exactamente actuara

Decía con una amplia sonrisa. Sin embargo, todos pudieron darse cuenta de algo, tras la chica había un pasillo con una serie de cuadros con las fotografías de las chicas, aparentemente estaban o quizás podrían estar todas las fotos de las chicas allí puestas.

La chica sonríe y dice:

No, no, es verdad no soy buena… lo mío es mas bailar y animar a la gente… pero voy cogiendo practica con la guitarra

Ante la petición de conocer al guitarrista que decía se queda unos segundos pensando pero finalmente asiente y dice:

Claro… a veces me da clases… creo que podrías conocerle un día… ummm voy a tener que pedirte una forma de contacto, jeje

Decía mientras sacaba una tarjeta de un bolsillo con un número de teléfono, únicamente estab escrito eso y a mano. Al escuchar sobre el origen de Kou dice:

Yo vine a Tokyo con unos 8 años más o menos… y al final me quede aquí… pasaron cosas y la verdad me divierto mucho aquí y he hecho buenas amistades, aunque no lo voy a negar, a veces me gusta volver a casa y desconectar.

Fue poco después cuando Kou toco a Moa, el contacto fue aun más intenso que cuando al toco a ella, una imagen vino a la mente de la chica, era Moa sin duda, a su lado había otra figura vestida de forma muy parecida a ella, pero era más alta, las dos estaban en una azotea cuando Moa salta y cae al suelo como si no hubiera saltado poco más que unos centímetros en lugar de metros, se gira y sonríe.

La impresión fue bastante fuerte, tanto que incluso hace que se maree un poco, Moa la observa con mirada seria, pero Kou notaba algo extraño, como iba desmayándose, como si su cerebro se hubiese saturado y estuviera “reiniciándose”. En ese momento perdió el conocimiento.

Y de pronto la luz, era de día y estaba en su habitación, acostada en su cama, con la ropa de calle puesta, pero como ella misma y en el bolsillo de su pantalón la tarjeta con el número que Moa le había dado.

Aquellas palabras fueron como un resorte, algo sucedió, en el interior de Sayako se sentía algo, era como si de pronto estuviese llenándose de energía, era una sensación calidad y extraña pero placentera, realmente era como si estuviera extasiada, una sensación fuerte e intensa que brotaba de su interior, sentía como provenía directamente de su corazón y entonces sucedió algo que quizás era más extraño.

La chica empezó a emitir una luz de color dorado como hiciera aquella chica de blanco momentos antes, la luz le rodea cegándole por unos momentos, aquella sensación que sentía le rodea todo el cuerpo y de pronto la luz se desvanece, al recuperar la visión puede ver cómo ha cambiado

¿Ves?... ahora sí que te lo crees ¿verdad?...

"Hum..." digo admirando las fotos "Lo cierto es que mis amigos, Goro y Miaka, tienen la intención de probar suerte y poner a prueba su talento"

"Todas estas chicas tienen un don. Señorita" le digo a la recepcionista "Quisiera saber... si un chico y una chica les gustase el mundo de la música, tanto como para formar parte, y se han preparado toda su vida ¿Con quien deberían de hablar?"

Lógicamente, estoy distrayendo a la portera. Les doy tiempo a los compañeros para que miren las fotos, por si encuentran a la cosplayer exhibiscionista de principio de esta aventura.

Hay demasiadas fotos, pensé al darme cuenta de lo que Natsumi estaba intentando, aún así miré cada una de ellas todo lo que pude en busca de la chica de la plaza, o cualquier otro detalle que nos diera un alguien a quien preguntar. 

Algo había sucedido, abro los ojos y observo mi cuerpo.

- ¡QUÉ HA PASADO! ¿QUÉ DEMONIOS LLEVO PUESTO? - era precioso, pero no pensaba admitirlo - E... entonces, ¿qué significa esto? ¿tengo poderes o algo así?

Me pellizco los mofletes, ¿de verdad esto no es un sueño?

No puedo dejar de mirar mis vestimentas ¡si hasta tengo el pelo rosa!

- ¿Podrías explicarme todo esto un poco mejor? 

La dulce flor Kinomoto sintió las manos de su mellizo repeinar una vez más esos pétalos de su alma que empezaban a marchitarse.

Agradeció el cumplido implícito en la crítica hacia ese chico pero no confió en que las palabras de su hermano fueran ciertas. Fuese como fuese debía quitarse de la cabeza esa cara perfecta, a fin de cuentas, se había prometido a sí misma sino mil, dos mil veces, que no le iba a entregar su corazón a nadie potencialmente famoso; con la clara excepción de Kengo, claro estaba.

Muyó el bíceps de su hermano y recostó la cabeza en él, después del entrenamiento de ese día, era más duro que cómodo pero adoraba el calor que desprendía y con el que fácilmente se arropaba para dormir todo el viaje de regreso a casa.

Una vez en la mansión, dejó escapar a su otra mitad por encontrarse, ella, todavía soñolienta del coche y casi por inercia se fue directa a preparar el baño.

Más tarde, limpia, perfumada y seca, se acostaría en la cama para hacer la entrada a su blog sobre el príncipe que esperaba.

La mañana transcurrió con tranquilidad, sin duda era agradable sentir aquello, las chicas se preparaban para marcharse cuando Eun Bi mira a su compañera y amiga:

Por cierto… tengo curiosidad con una cosa… ¿esa mascara que estaba el otro día en tu habitación es para uno de tus disfraces? Porque esta súper bien hecha, seguro que te ha costado un dineral

Decía con cierta admiración y preocupación porque no quería que su compañera se gastara mucho dinero, dinero que sin duda le costaba ganar en el trabajo que dentro de poco tendría que acudir.