Partida Rol por web

Dubitativa, me encuentro con el guantelete.

Le doy un mordisquito en una esquina. Es el truco que se usa para distinguir el oro del latón. Y si me parece oro ¡Me lo pongo!
"¡MOLA! ¡Oro!" pienso "Para una persona de la super-realeza como yo, tan sólo el oro está a mi altura"
"La plata es para los meros burgueses, y el cobre para la plebe. A mi, que me den oro"

Con estos pensamientos, tras ver como me queda, decido que ya que lo tengo, voy a lucirlo. Busco en mi armario un vestido que realmente resalte con el brazal, y por supuesto unos tacones que me den la altura que merezco y que la estúpida de la naturaleza me ha negado.

Y decido salir a algún sitio, a divertirme y a lucirme.

"Que hermosa soy. Aunque aun sigo pensando en la chica del sueño"

La chica la observaba detenidamente, escuchando atentamente las preguntas y respondiéndolas:

Podrás usar el poder para lo que desees, si decides hacer el bien lo usaras para el bien… si decides usarlo de forma egoísta podrás hacerlo

Sobre el miedo a tus hermanos… eso es algo para lo que no necesitas poder, solo confianza y convicción…

El mundo puede ser un lugar mejor o peor… puedes influir en el, o quizás no, eso es algo que el propio mundo decidirá

Ante la pregunta sobre si aquello le hacia una heroína o una villana la chica simplemente sonríe y dice:

Eso es algo que el mundo decidirá… quizás seas una villana para alguien y una heroína para otra persona… ahora, cuando quieras el poder recuerda esas palabras, recuerda la respuesta que me has dado y repítela con todo tu ser

La chica se acerca y de un rápido movimiento besa en los labios a Miaka, justo en ese instante una gran luz dorada surge cegándola por completo.

Y despierta, el día ha llegado y Miaka se encuentra acostada en su cama, sin embargo, aun siente los cálidos labios de la chica en los suyos.

El extraño animal parece sorprenderse y dice:

No me digáis que no habéis soñado con ellas…

Mira a los dos unos segundos, pero detiene su mirada en el hermano y dice:

No soy una mascota… soy el guardián de tu hermana y estoy aquí para protegerla y cuidarla… tu si quieres puedes marcharte…

Después mira a Hana y añade:

Anoche tuvisteis que soñar con una representación de vuestro poder interior… esa es vuestra transformación… a ver… como lo digo… piensa con fuerza en lo que te gustaría conseguir y entonces tienes que decir una frase que te evoque ese sentimiento…

Se acerca un poco a Hana y hace un gesto como para animarla y dice:

Vamos…. Vamos, inténtalo seguro que a ti te sale… a él no creo

La chica sonríe y chasquea los dedos mientras dice:

Bien… recuerda ese sentimiento y cuando quieras mi poder solo tienes que pensar en aquello que quieras conseguir y expresarlo… decirlo en voz alta, pero para ti mismo

Justo cuando la chica termina de hablar una gran luz de color dorado lo inunda todo cegando a Aki. Cuando por fin se despeja todo el chico está en su cama, es ya de día y parece que acaba de despertarse, sin embargo, aun tiene esa sensación que rodeaba a aquella chica por todo su cuerpo.

Kazuko escucha el grupo, por su expresión parece que le agradaba bastante, se queda en silencio hasta que termina y finalmente dice:

Mándame el enlace a mi móvil es este….

Da un largo trago a su bebida y observa a Makoto para decir:

Si… te refieres a tocar de teloneras… no es mala idea, de hecho no sería la primera vez que lo hacemos aquí… el problema es que normalmente son los grupos los que traen sus propios teloneros… tendría que convencer a alguno de los grupos grandes que van a tocar para que vosotras seáis sus teloneras…

Se queda unos momentos pensando mientras saca su teléfono móvil de nuevo, Makoto puede ver que realmente está mirando su agenda o la del local que parece bastante llena, tras unos momentos dice:

Cuando me pases el enlace del canal con los videos tendré tu numero… te llamare en unos días, tengo que ver donde os puedo meter y que grupo os quiere de teloneras…

Porsu-decía cuando la joven y preciosa mujer se abalanzó a besarme. No es que no quisiera, pero fue extraño, ¿era uno de esos sueños?, no lo parecía. 

Al despertar, estaba más consciente que de constumbre, solía trabajar de noche, era cuando más lúcida estaba, y cuando había acumulado notas para escribir, por lo que las mañanas no eran lo más importante del día, aunque hoy era diferente.

Habia demasiadas cosas raras, por un lado, la chica de ayer, por otro el sueño de hoy, aunque era científica, necesitaba datos, y esos datos tenían que ser experimentales.

Me preparé para darme una ducha, una larga y fría, había pensamientos que nublaban mi mente, y eso era malo, salí y me vestí como siempre, con lo que pillé en el armario, después, intenté recordar donde estaba mi coche y bajé a por él. 

Tras montarme, saqué el móvil y busque un lugar alejado, aunque dentro de la ciudad, debía ser abierto, y sin apenas personas. Tras encontrarlo, me dirigí a él buscando las palabras que tenía que decir, por si funcionaba. 

Durante el trayecto era imposible no pensar en que pasaría, la hipótesis era 'nada', aunque hasta que que no lo descubra no lo sabré. 

Aki no podía creer de verdad en lo que acababa de suceder, o lo que creía que había sucedido en su sueño. ¿Realmente había encontrado a esta chica que parecía poseer poderes mágicos y que le había dado el poder de… ¿de qué, justamente? Que todo se pare. Que el mundo se congele durante unos instantes, en el día a día ajetreado o toda clase de situaciones que le agobiaban a él, Aki, para poder respirar, para poder reflexionar y decidir qué hacer.

Qué sueño más raro…, pensó, más aún por el sentimiento que no le quitaba de haber de verdad encontrado a este chica. Como si no hubiera sido un sueño.

Se levantó de la cama y se preparó para ir a sus cursos en la universidad. Tampoco había olvidado que por la noche tenía una cita en el teatro para ver al grupo ese de las chicas Idols.

Tras pensárselo un momento, tomó el móvil y envío un mensaje a Natsumí y a Miaka: “Tenemos reservadas las entradas para hoy por la noche. ¿El plan queda en pie? Yo voy, de todas formas.”

Creó necesario preguntar otra vez porque tal vez las chicas que habían decidido negar la experiencia rara que habían tenido en común ayer.

Miaka sabia cual era el lugar perfecto para lo que queria hacer y no era otro que el Parque Yoyogi El espacio verde más grande de la ciudad y un lugar en donde la gente iba a pasar un buen rato. El parque era muy conocido por las tribus urbanas y las tendencias que de él salían. Se decía incluso que muchas marcas de moda occidentales como Zara tenían a personas dando vueltas por el parque en busca de nuevas tendencias, lo que si estaba claro es que aunque había gente el tamaño del parque permitía que encontraras algún lugar en el que estar totalmente tranquilo.

Entonces el movil de Miaka suena, es un mensaje de Goro

“Tenemos reservadas las entradas para hoy por la noche. ¿El plan queda en pie? Yo voy, de todas formas.”

Al ponerse el objeto se queda unos segundos extrañada, realmente notaba como si ese objeto fuera especial, se sentía agusto con él y le quedaba perfecto, es entonces cuando al pensar en aquella chica de su sueño surge algo. Nota como si una corriente eléctrica le rodeara, como si saliera del guante y le cubriera todo el cuerpo, nota como su pelo se arremolina y termina flotando y es cuando un leve destello de luz dorado surge y le rodea.

Apenas un segundo después se da cuenta, ella se ha transformado en aquella chica, tiene no solo su aspecto, sino sus ropas y se siente mejor, más fuerte, más ágil.

Justo en ese instante su móvil suena con un mensaje de Goro

“Tenemos reservadas las entradas para hoy por la noche. ¿El plan queda en pie? Yo voy, de todas formas.”

El mensaje fue enviado a las dos chicas con normalidad. Frente a Goro se encontraba un dia como otro cualquiera, salvo por el hecho de que tendría que ir a esa actuación por la noche. Mientras desayunaba en las noticias locales hablaban de lo sucedido la noche anterior:

En la zona de Akihabara un establecimiento fue atracado por unos atracadores, sin embargo, no llegaron a perpetrar el hecho ya que alguien intervino e impidió que escapasen, según testigos presenciales se trataba de una chica con aspecto de ser de secundaria que vestía con ropas que suelen llevar los Yankees, una chaqueta larga de color blanco. Los testigos apuntan a que la chica era muy ágil y fuerte y les dio una paliza a los ladrones.

Me quedo de piedra.

Al ver que mi apariencia ha cambiado -para quedarse casi igual- y que yo, siempre yo, he sido la chica de mis sueños tan sólo puedo acercarme al espejo.
Mirarme, contemplar cada poro de mi piel. Contemplarme a mi misma, en toda mi magnificiencia y mi absoluto ser.

Siempre he sido yo misma. El objeto de mi amor, de mi pasión, siempre he sido yo.

"Nah, si ya lo sabía" me digo con una pose y un tono ligeramente prepotente "¿Quien si no Natsumí podría ser el verdadero amor de Natsumí?"
"Pero cuando tengo esta identidad, estos superpoderes, es mejor tener un nombre distinto. Yo seré... yo seré... &WONDER STAR!"

Por suerte esto no es una serie animada ni una pelicula de acción real, y nadie me escucha pronunciar el "&"

Durante un rato, frente al espejo, practico. Practico ver si puedo volver a ser Natsumí y &Wonder Star por voluntad propia, o si tengo que ponerme y quitarme mi Brazalete del Infinito.

Y entonces, sólo entonces, me arreglo, me maquillo bien, me peino (Un peinado flamante, pero distinto al de &Wonder Star) y voy con el resto
"Esto es increible. Tengo que ponerme a prueba. Tengo que ver hasta donde llegan mis nuevos superpoderes! Pero mejor no hacer el loco. Aun no" pienso mientras me monto en mi coche, moto, limusina, taxi o autobus, o lo que sea que use para moverme por la ciudad

Hana evitó mirar a su hermano cuando le pidió que se deshiciera del animal para no tener que confrontarle; fingió no haber oído nada y tomó asiento frente al gato parlante. 

Escuchó atentamente asintiendo en lo relativo al sueño y pidiéndole paz con la mirada cuando menospreciaba las capacidades de su mellizo. 

La muchacha no necesitó más que el inicio de las indicaciones sobre cómo debía conectar con su poder para cerrar los ojos con suavidad y buscar el latido de su corazón con ambas manos. Se concentró para volver al sueño de la noche pasada. Para recordar esa fuerza que había sentido, esa determinación y el fuerte vínculo con su hermano. 

Había visto a las chicas que parecían flores, había sentido como la violeta la llamaba, y entonces había llegado ese lazo. Kengo estaba con ella como siempre había estado, como siempre estaría. Nunca se había sentido más segura, más poderosa y ,ás amada. 

Ese era el jardín de su poder, el amor de la familia. La felicidad de su mellizo. La eterna unión entre ellos que había nacido mucho antes que ellos.

Hana retiró la silla, se puso en pie y levantó una mano por por inercia con los dedos bien estirados.

- ¡Sumire-chan! - invocó y en ese momento sintió como un pétalo azul se posaba en su mano el cual recogió con todo su amor - Por el poder de las flores: prepárate para sonreír.  - terminó el ritual y en ese momento su cuerpo se cubrió con una hermosa enredadera de hojas azules y flores liliáceas que confeccionaron el vestido de la joven que había soñado, sintió como la cinta azul de su cuello cosquilleaba en su garganta alterando el sonido de su voz para darle una más femenina incluso que la suya propia y finalmente de su dedo meñique cayó un pétalo rosado que desapareció entre suaves luces chispeantes y que generaron en el corazón de Sumire-chan la dolorosa sensación de ser solo una mitad incompleta. 

Al principio se miraron extrañados... me dio miedo, porque podría significar que no les había hecho nada y los poderes que creía tener no eran verdad...

Pero entonces, para mi sorpresa, los chicos se empezaron a disculpar -Con esta máscara no debo dejar que me vean sorprendida... ¡pero guau, ha funcionado!- pensé mientras observaba a ambos hombres que abandonaban su chulesca y prepotente personalidad para disculparse por lo que hicieron -Si os encontráis así, quizás deberíais pedirle disculpa a esa camarera... seguro las acepta y no os guarda rencor. Podéis tranquilizaros- dije de forma seria y serena, intentando también que con mi poder tan raro se tranquilizaran de verdad y me dejasen ir -Si me disculpáis, me debo marchar... un placer hablar con ustedes...- terminé diciendo, esperando a ver si me dejaban ir o no para poder llegar a casa.

Escuche la explicación de aquel perro, parecía que le había gustado que le llamase protector, eso era mejor que ser un informante o un mero acompañante.

-¿Así que se puede hacer lo que uno quiera con los poderes no?- dije rascándome el mentón -Supongo que haré cosas buenas- dije encogiéndome de hombros.

"Si cambio de aspecto y me dedico a salvar a chicos guapos seguro que se enamoran de mi y me van todos detrás, no importara si soy rara o tímida, si soy una super heroína" Pensé sonriendo hacia mis adentros y fantaseando sobre tener a un séquito de chicos guapos a mis pies.

-Eso sí, no quiero nada peligroso, mejor cosas fáciles... que pueda hacer yo sola, no me gusta trabajar con gente- dije taxativamente.

Al notar la expresión de agrado por parte del músico, Makoto sonrió complacida, sabiendo que su banda había sido del agrado del mismo. Le tenía. Le había capturado como deseaba, gracias a la habilidad de los miembros de la banda, así como su propio talento con la guitarra. Ahora podría dar los primeros en aquello que añoraba. Tan sólo debía de dar los detalles finales, decir las palabras correctas para convencerle por completo, si es que no lo había hecho ya. Su vida estaba bajo control, ella tenía el control. Le había demostrado a Kougou que era como ella, incluso si aquello era producto de la confianza que su otra "yo" le había ofrecido la noche anterior. - Claro, te lo envío ahora. - Le aseguró al sujeto, a medida que registraba el número de Kazuto, para luego proceder a enviarle el enlace del canal de Youtube de su banda, todo mientras mantenía una sonrisa leve en su rostro, no deseando demostrar demasiado su entusiasmo, no cuando debía de actuar con seriedad y profesionalismo, si es que quería convencer a alguien como aquel músico. - Hecho. - Tras enviarle el enlace, guió el vaso a sus labios, bebiendo un poco de su agua, mientras escuchaba con atención lo que Kazuto tenía para decirle. Por dentro, se sentía como si estuviera a punto de explotar del entusiasmo, de la alegría, al saber que podría sacar a Aori y a la banda de aquel sitio, abriéndoles las puertas al escenario musical de Tokyo. No pudo evitar preguntarse lo que diría su querida amiga cuando le diera las buenas noticias. De seguro estaría muy feliz como ella, teniendo en cuenta que siempre había soñado con tocar en las "grandes ligas". Por fin iban a dar los verdaderos pasos a la fama.

- Sí, teloneras. Me parece que es la solución más conveniente. - Afirmó, descubriendo que Kazuto no parecía estar en contra de la idea, en especial luego de que le hubiera agradado escuchar la música de su banda. Si bien, al oír el dilema en el cual se encontraba el sujeto, respecto a que no sabía qué banda querría que ellas tocaran de teloneras, la joven tan sólo sonrió, como si pensara que aquello no sería mucho problema en realidad. Estaba segura que, si otras bandas veían los videos, de seguro habría una que querría que tocaran para ellos como teloneras. No debería de ser muy difícil, sólo debía de tener paciencia. - Bueno, si les muestras lo que te mostré, es posible que alguien acepte. No tengo problema en esperar un poco. - Dijo con tranquilidad, mientras volvía a beber de su agua, sin mostrarse demasiado preocupada por aquel pequeño problema, incluso si sabía que algunas bandas hacían uso de otros teloneros por cuestión de amistad, entre otras cosas. Tendría que haber una que les daría la oportunidad de tocar. - Puedes tomarte tu tiempo. No tengo mucha prisa. Sé que éstas cosas llevan su tiempo. - Le aseguró al músico, dedicándole una sonrisa gentil. Estaba bastante contenta por lo que había logrado de por sí, por lo que no iba a impacientarse por aquello, en especial cuando tenido semejante éxito al crear esa oportunidad para la banda. Luego tendría que darle las buenas noticias a su amiga, si bien, de momento, había algo que debía de hacer en unas horas. Tenía que encontrarse con la chica que le había provocado aquella extraña reacción cuando la había tocado: Moa. - Entonces esperaré tu llamada. Gracias por darme ésta oportunidad, Kazuto-san. - Le agradeció al sujeto, a medida que se apartaba de la barra antes de inclinar levemente su cabeza. - No voy a robarte más de tu tiempo por hoy. - Dijo en un tono suave, a la vez que se preparaba para marcharse, a menos que el músico tuviera algo más para decir.

El parque Yoyogi, es un buen lugar. Conduje mientras sonó el móvil, oh, es cierto. 

Paré el coche y lo aparqué en el parque, comencé a escribir antes de salir de él. 

Yo: por supuesto, tengo que trabajar esta mañana e iré allí por la noche. ¡Nos vemos! 

Después, ya estaba lista, fui a uno de los lugares más apartados, entre unos árboles que impidieran la visión de los caminos. Tampoco es que desentonara, pero mejor estar oculta. Busqué un tocón, o algún objeto alto, una estatuilla o una rama baja, puse el móvil en modo vídeo y comencé a grabar.

Me puse delante de la cámara, entre sonrosada y avergonzada, me sobrepuse a esos sentimientos y alcé las manos, un poder para evitar masacres y debilitar a aquellos que dicen estar arriba en la cadena. Un poder para hacer un mundo mejor. Y esperé a ver que pasaba, ¿serían las palabras correctas?, ¿la posición?, había demasiadas variables, en una premisa más mágica que realista. Pero por algún sitio tenía que empezar. 

Aki vio la noticia en la tele y se preguntó si podría existir cualquier relación entre la chica que habían visto desaparecer en la muchedumbre y esta chica haciendo huir a los ladrones. Pero quizá solamente estaba estableciendo conexiones donde no las había y imaginándose cosas que no existían.

No negaría que la mención a los sueños lo perturbo haciendo que clavara con violencia el cuchillo que estaba manejando sobre la tabla de madera.

-ya esta bien de tanta tontería...esto no tiene pies ni cabezas ¡¡¡estamos hablando con un gato parlante!!! - estallo encarando al animal – y esta es mi casa, no pienso marcharme a ninguna parte dejando a mi hermana contigo, yo soy su guardián y protector, ella es mi responsabilidad

Sí, había perdido los nervios y los papeles, algo que Kengo no hacía bajo ninguna circunstancia, nunca. Claro que aquellas no se podían clasificar como circunstancias muy normales. Estaba dispuesto a sacar a Hana de allí cuando un eco de aquel sueño se manifestó en un flash, mostrando una clara imagen de la chica de cabellos rosados sonriendo con ternura, pudo sentir el tacto de su mano cuando tomo la de ella, así como un placentero cosquilleo acompañado de una cálida sensación de paz y felicidad.

El sonido de la silla al ser a apartada por su melliza lo devolvió a la realidad, unicamente para dejarlo atónito ante lo que presenció.

-¡Hana! - exclamo ante la sorpresa cuando vio como el cuerpo de su hermana era cubierto por aquellas enredaderas dando paso a semejante transformación - ¿Hana? - preguntó esta vez dando un paso hacía la muchacha de cabellos negro azabache con reflejos azules.

Era casi tan alta como él de manera que podía sostener su intensa mirada sin tener que agachar el cuello como le sucedía con Hana. Iba a decir algo más pero en su interior escucho una voz femenina, dulce y aguda que le decía “Es tu turno, Kengo. Busca tu felicidad” Sin tiempo a reaccionar el cosquilleo que los había acompañado desde la noche anterior recorrió todo su cuerpo de nuevo al aparecer de la nada un pétalo rosado que fue a parar a la punta de su nariz.

-¿¡pero que...- sus palabras murieron cuando al tomarlo entre los dedos este brillo y como había ocurrido con Hana de la nada surgieron enredaderas que fueron rodeando por completo su cuerpo.

De las enredaderas comenzaron a florecer miles de flores rosadas de ciruelo hasta que estallaron desplegando un huracán en torno a él para de golpe pegarse a cada rincón de su cuerpo emitiendo una potente luz que lo cubrió por completo. El cuerpo ancho y masculino de Kengo comenzó a cambiar hasta curvarse en femeninas formas y su altura se vio reducida hasta algo más baja que la de Hana por escasos centímetros.

Cuando la luz desapareció Kengo había desaparecido dando a paso a Ume-chan.

-¿¡QUEEEEE!? - exclamo horrorizado el primogénito de los Kinomoto al observar su aspecto pero no fue su voz la que salió de su garganta si no la voz chillona de una chica histérica - ¿que significad todo esto? - pregunto mientras se palpaba el cuerpo sin pararse a pensar demasiado en la imagen de idiota que debía estar dando al hacerlo

Natsumi puede comprobar cómo cuando se quita el brazalete vuelve a tener su forma normal, está bastante claro que es el brazalete el que hace que pueda transformarse. Tras un rato se dirige hacia el teatro de ese grupo de Idol donde había quedado con los demás. Aunque tardo un poco en llegar por el horrible tráfico habitual en Tokyo parece que llego bastante pronto, de hecho casi media hora antes de la hora a la que había quedado con los demás.

El extraño gato observaba en silencio y cuando ambas transformaciones terminaron empezó a aplaudir mientras decía:

¿Veis? Lo que os decía… ahora sí que me crees eh chico… bueno, la verdad que ahora tienes mejor aspecto…

El gato se queda unos momentos mirándoles, como evaluándoles mientras asentía:

Bien… ¿Cómo os sentís?... seguro que mas… vitales ¿no? Ahora si creéis que sois unas chicas mágicas… y como seguro que tenéis dudas… os permito que me preguntéis cosas...