Partida Rol por web

-Bueno, nadie me conoce... ¡por ahora!, dijo contestando a Jet mientras se sorprendía al ver que el coche en el que estaba escondido arrancaba y se dirigía hacia uno de los pandilleros.

-¡Oh, vaya!, exclamó mientras saltaba hacia otro coche para evitar con éxito los perdigones de la escopeta. Finalmente, asomó la parte superior de su cuerpo y lanzó un virote de hielo contra aquel que le había atacado, impactando de lleno en el pecho del individuo.

-¡¡¿Qué os apostáis a que estos de aquí no se olvidan de nuestras caras?!!, Aquastar estaba bastante emocionado, todo parecía estar yendo bien (sin tener en cuenta los daños materiales, claro...).

En el preciso instante en el que su compañero le alertaba sobre uno de los focos de peligro, la muchacha observó como una enorme placa metálica caía sobre ella. No estando del todo segura de su capacidad de vuelo, Birdie se dejó caer y rodó por una parte de suelo que estaba relativamente intacta. Gracias a dios, aunque el suelo tembló levemente, no se vino abajo, mientras que la enorme placa quedaba clavada en el suelo. De haber pillado a alguien de por medio probablemente lo habría degollado.

Hincando su rodilla en el suelo y elevando con dificultad las manos hacia el foco que había señalado Tommy, e instantes después había estado apunto de acabar con su vida, Birdie comenzó a hacer uso de su poder. No era perceptible a simple vista si la mirabas a ella, pues solo contemplabas a una chica con una considerable cara de esfuerzo, intentando levantar un algo imaginario. Pero si mirabas aquella zona del techo la cosa cambiaba. Podías ver como el propio techo se iba compactando, apretando... De tal forma que todo quedaba bien sujeto, aunque aquello también podía ocasionar otros pequeños derrumbes, pues toda la estructura temblaba levemente.

-Quédate quieto de una vez...- Protestó en un susurro con cara de pocos amigos, mientras una gota de sudor caía por su mejilla.

El peligro comenzaba a ceder, y no parecía que los héroes fueran a tener mucho problema en solucionarlo.

Lo estaban logrando, de eso no le cabía la menor duda - ¡Ese es Tommy!, ánimo que has salido del hoyo - menos aún cuando su compañero respiraba, al fin, con cierta calma sobre el suelo. Aquella sensación de pisar el suelo era un lujo que no iba a permitirse Gary en aquel momento, ya que aún tenía que acabar de reparar el resquebrajado techo.

Confió en la red de seguridad que había colocado a su espalda y sobre sus hombros, como si fuese todo un profesional de la construcción. La malla no era lo suficientemente compacta y algunos pedazos de pequeño tamaño se colaban por sus agujeros, pero por suerte no llegaron a dañar al muchacho - A ver si acaba esto pronto, que dudo que nos paguen por la reforma - que con un vaivén de su spray acabó con el problema. Flexionó sus rodillas para observar su obra desde otra perspectiva, falto de convicción frente a ella - Le falta algo que la haga mía - hasta que supo dar con el detalle definitivo. Corrigió la pintada con una potente rociada de su aerosol y descendió por la escalerilla con una sonrisa pícara imposible de disimular - Almacén librado de la catástrofe más absoluta por el héroe de Gotham. Ahora más heroico, más varonil, con más barba - en parte por haber evitado el derrumbamiento de aquel edificio.

Me reí inevitablemente ante el fastidio que le acababa de proponer al chico. Mientras veía cómo lograba solventarlo, a la vez que escuchaba al de aquellos pandilleros de poca monta pedir/casi suplicar que entraran en acción. -¿Tanto los hemos asustado?- pregunté de forma divertida al aire.  Uno de ellos, el que me miraba con ojitos de pollo, vino a por mí. Era demasiado predecible, así que lo esquivé fácilmente, quedándome detrás de él. 

Tras esto pensé rápido en lo que tenía a mano. Mi teléfono móvil. Lo agarré y lo sobrecargué hasta el punto de explosión, y se lo lancé, directo a la espalda. -Toma monada, te llaman.- me burlé, con un guiño de ojo y una suave mordida de labio inferior.

Distraido por la explosion del telefono, Jim recibio una rozadura de balazo. Se volvio con mala cara hacia quien disparo, y trono los huesos del cuello con deliberada lentitud antes de lanzarse hacia el con una patada voladora.

Aún jadeante por el esfuerzo de subir y con los brazos cansados y casi sin fuerzas, pude oír crujir nuevamente el techo. Aún quedaban zonas por arreglar.

- Felicítame cuando estemos a salvo Glow! - y es que no estábamos aún exentos del peligro de derrumbe del edificio.

Me pareció ver un punto en el cual, si conseguía que una daga quedase clavada, frenaría un nuevo derrumbe y nos daría tiempo para terminar de asegurarlo. Saqué una ligera y fina daga, más bien era un cuchillo arrojadizo. Útil para llegar más lejos, con más velocidad y precisión que cualquiera de las dagas que llevaba.

Pro el cansancio de mi cuerpo me hizo fallar el lanzamiento. El cuchillo voló alto y firme, pero no con la suficiente fuerza como para llegar a impactar en el lugar que debía, golpeando en la pared y cayendo al suelo. Al menos podría recuperar el arma si el edificio no nos caía encima.

La lluvia amainaba por momentos, aunque se habían formado grandes charcos, y el goteo desde el ruinoso techo seguía siendo constante. Pero la calma comenzaba a adueñarse del lugar, ahora sin el estruendo de la caída constante de escombros, y sin la escandalosa tormenta.
Un pequeño pedazo de techo se descolgó hacia la cabeza del más joven de los héroes, probablemente a causa del pequeño temblor que causaba Birdie al centrar nuevamente su poder para reducir aquel foco.

Esta vez el poder de la joven heroína fue increíblemente efectivo, consiguiendo que aquella zona quedara increíblemente compacta.

-Creo que ya está...- Dijo dejándose caer al suelo mientras respiraba agitadamente y miraba el cielo.

Pero entonces algo acabó con la momentanea calma.

Un estruendoso relámpago cruzó el cielo rompiendo la calma del instante. No importaba lo acostumbrado que uno estuviera a una tormenta, aquel relámpago retumbó con una dureza inusitada, haciendo que por unos instantes quedarais paralizados, como quien sabe que si se mueve un milímetro puede poner en peligro su vida. Pasados unos instantes Birdie rompió el silencio sepulcral solo interrumpido por un leve goteo.

-Pero ¿que demonios ha sido eso?

Aunando esfuerzos, los jóvenes miembros del equipo Gamma, lograron poner fin a la inminente catástrofe. Green Glow estaba preparado por si necesitaban su ayuda y se acercó poco a poco, sin pisar demasiado fuerte, a sus compañeros - Lo hemos logrado, ¡somos los mejores! - justo a tiempo para comprobar como zanjaban el asunto. De repente, un último cascote cayó sobre su cabeza. El impacto fue absorbido por el verdoso casco que llevaba, librándose del más mínimo daño posible. Extendió su brazo, alzando el dedo pulgar y guiñando un ojo - Para que digan que no estamos preparados - con una inmensa sonrisa que servía como válvula de escape a sus ganas de ponerse a saltar.

Hasta que no saliesen de aquel lugar, sería mejor no dedicar mucho tiempo a las celebraciones. Siendo más cuidadoso en esta ocasión, deshizo los no pocos constructos que había dejado por el lugar y volvió a rociar pintura luminiscente que mantuviese iluminado el almacén - ¿Tenéis alguna idea de lo que estamos buscando? - lo que les permitía seguir investigando. Cuando un inmenso relámpago pareció partir el cielo en dos, el aerosol se le cayó de las manos del susto - Eso mismo me pregunto yo, Birdie - ya que aquello, fuese lo que fuese, no parecía normal.

Respiré aliviado cuando vi que Birdie controlaba la situación. Me sentía tan fustrado en aquel momento por fallar con mis dagas como aquel día en el simulador, cuando nos enfrentamos a los matones, Cheetah e Inertia. Si no hubiese sido por Gary y Jet... Arqueé una ceja cuando vi a Gary celebrarlo con tanto entusiasmo y recordé que fue precisamente eso lo que nos metió en ese lío. Pero parecía que el joven había aprendido la lección. Por las malas eso sí.

Me incorporé del suelo. Mi abrigo... mi ropa... estaba lleno de ceniza húmeda. Me iba a costar limpiar aquello. Necesitaré ropa de repuesto. - Me lamenté de aquello pues era algo en lo que no había caído hasta el momento. Gary iluminó el lugar mientras Birdie tomaba tierra. - Te repito, Bird. Eso que haces se llama volar. - Dije mientras caminaba hacia donde había caído mi cuchillo, con intención de recuperarlo, al igual que recuperaría las dagas clavadas en los cimientos del edificio, las cuales me permitieron salir de aquella incómoda situación.

Tras guardar el cuchillo en su funda, regresé al agujero del que había salido y me agaché a su lado. La primera daga era fácil de coger, la segunda debería tumbarme en el suelo para ello. Realmente no me importaba, la ropa ya daba asco... por un poco más de polvo, mierda y ceniza no iba a lamentarme. - Pues... algo que no encaje... como el payaso ese que salió corriendo de aquí y casi te derriba. - Respondí a Gary mientras agarraba la daga para sacarla de allí.

- Con tanto jaleo no recuerdo bien de que esquina salió, pero sería una buena idea mirar allí. ¿Alguien recuerda...? - En ese intrante, aquel trueno resonó con fuerza por todo el lugar, haciéndome guardar silencio. - ¿Pero que coj...? - No terminé la pregunta recordando que estaba con "menores", aunque no eran idiotas y sabían perfectamente que palabra había omitido.

- Ni idea. - Respondí mirando hacia el hueco de la puerta y dándome cuenta de que la vibración generada por el relámpago aquel había sido tan fuerte como para liberar ambas dagas de la estructura del edificio. Una quedó en mi mano, la otra... se perdió en el vacío. Me puse en pié y caminé hacia la puerta en silencio. Había dejado de llover con aquella intensidad y suaves gotas golpeban el suelo y los charcos generados por la lluvia.

- Seguid buscando dentro. - Les dije a mis compañeros mientras salía a mirar fuera un momento, con la esperanza de que aquel relámpago, que pareció caerles al lado por el ruído generado, no hubiese destrozado nada cerca. Pero no estaba realmente seguro de que aquello lo hubiera causado la tormenta.

Probablemente una de las peculiaridades de aquel relámpago fue que a continuación no hubo ningún otro. Tan solo la calma, y aquella fina lluvia, ya casi imperceptible, que cualquiera pensaría que estaba demasiado asustada para seguir saliendo. Fuera como fuese, y aunque habríais jurado que había caído muy cerca, no se apreciaba ningún rastro de destrozo, así como tampoco ningún fuego a causa del mismo.

Al menos el almacén ahora parecía seguro, y aunque no estabais seguros de por donde había salido corriendo aquel extravagante personaje, no había muchos huecos al descubierto, por lo que solo podía haber surgido de una pequeña habitación al fondo, la cual antaño había sido el cuarto de la limpieza, pero ahora mostraba una trampilla oculta medio derruida que parecía bajar por una también destartalada escalera. Fuera como fuese, era probable que aquel camino condujese al mismo lugar donde habían caído los escombros, así como una de las dagas de Tommy.

La muchacha no quiso contestar a Tommy, sobre sus capacidades para "levitar", no era precisamente la chica más sociable del mundo, algo que ya había entendido por las malas su ex compañero, Nightwing. Se levantó algo angustiada, no sabía por que, pero aquel relámpago le había puesto más tense que el hecho de que se le cayera un almacén encima, ridículo...

No sabía por donde había salido aquel hombrecillo ridículo, aunque si que recordó con amargura que aquel inútil los había pillado por sorpresa, esperaba mucho más de si misma.
Salió de su ensoñación cuando recibió aquella "orden" de Tommy, no sabía porque se creía que estaba al mando, pero aun así no protestó, se limitó a ojear el interior, descubriendo aquel camino, ya no tan secreto. No obstante no estaba segura de que fuera aconsejable bajar por ahí, quizás sería más seguro hacerlo por el enorme agujero de la sala.

Fue entonces cuando la enfadada muchacha recordó algo, ¿Dónde estaba Marvel?
La joven usó el comunicador que todos portaban, un pequeño pinganillo alojado en el oído.

-Marvel, ¿me escuchas? ¿Cómo va por ahí fuera?- Le frustraba bastante que él se hubiera quedado el malo y ella un simple edificio, tenía ganas de golpear a alguien, a poder ser a aquel pringado.

Los segundos pasaban sin respuesta, y aquello no era normal, así que la muchacha se acercó a Green Glow, pues era el más próximo. Y sin mirarlo directamente dijo en tono neutro.

-Creo que ha pasado algo...

En cuestión de segundos los pandilleros, o lo poco que quedaban de ellos fueron reducidos. Un acrobático ataque de The Revenant, así como la explosión del celular de Vyrus dieron buena cuenta de ellos. Así como el eficiente ataque de Aquastar, que había vencido sin ningún problema a su oponente, ahora tan solo el líder de aquella pandilla quedaba en pié, o mejor dicho consciente, pues el tío seguía tirado en el suelo mirando en todas direcciones, asustado al ver que ya no quedaba nadie a quien recurrir.
A vuestro alrededor la gente se encerraba en casa o huía aterrada, y os miraban de tal forma que parecían temeros bastante más a vosotros que a cualquiera de aquellos pandilleros.

La lluvia se había reducido considerablemente y la calma parecía adueñarse del barrio, mientras aquel jefecillo solo enterraba su cabeza entre sus brazos mientras repetía una y otra vez casi en un susurro, como si de un mantra se tratara "Brick os matará, Brick os matará, Brick os matará, Brick os matará, Brick os matará, Brick os matará..."
Pero entonces un relampago enmudeció a aquel tipo, acallando también cualquier otro ruido de fondo.

Un estruendoso relámpago cruzó el cielo rompiendo no solo la calma del instante, sino acabando también casi por completo con la lluvia. No importaba lo acostumbrado que uno estuviera a una tormenta, aquel relámpago retumbó con una dureza inusitada, haciendo que por unos instantes quedarais paralizados, como quien sabe que si se mueve un milímetro puede poner en peligro su vida.
Pero igual que vino se fue, el silencio volvió a llenar todo, solo interrumpido por el gimoteo del líder de los pandilleros, que ahora parecía un niño chico asustado por el hombre del saco.

-Bien hecho equipo... pero intentemos la próxima vez no parecer los malos, ¿vale?, Aquastar resopló mientras la lluvia comenzaba a amainar. Con delicadeza, dejó atrapadas las piernas de su enemigo en hielo, lo suficiente como para aguantar hasta que llegara la policía. Por supuesto, Aquastar ignoró las advertencias del pandillero.

Fue entonces cuando aquel relámpago aplacó la lluvia, Aquastar pudo sentirlo...

-¿Y eso? Ese rayo, debe tratarse de... ¿Shazam? O si no es él pues alguien con poderes similares. Me pregunto que estará pasando..., al principio su cuerpo tembló, sin duda era un despliegue de poder increíble, incluso a tanta distancia.

-Chicos, ese rayo ha caído muy cerca del otro equipo, voy a intentar comunicarme con ellos.- Dicho esto, Aquastar intentó ponerse en contacto con el otro equipo, usando los pinganillos que solían llevar para las misiones.

El comentario de Aquastar hizo que me diera cuenta de lo que estaba pasando fuera de la pelea.-Hay que ser idiota para vernos como los malos, cuando les hemos quitado a esta gentuza de encima.-La gente era absurda, tampoco había sido para tanto el destrozo. Parecían estar viviendo a gusto siendo dominados por aquella banda de mala muerte, y escondiéndose de nosotros como si fuéramos los malos de la historia. Alcé una ceja al quedarme mirando al "jefe" de aquellos pandilleros de mala muerte sollozando como si fuera un niño pequeño. Poco pude decir sobre aquello, pues mi atención, y creo que la de todos, se vio centrada en el enorme relámpago que cayó. -No tengo ni idea de si será Shazam o no, pero normal no ha sido... Eso no es obra de la naturaleza.- advertí a mis compañeros a la vez que me subía sobre el techo de un coche y lo arrancaba con un leve gesto de muñeca. -¡Vamos!- los llamé, haciendo que las puertas del vehículo se abrieran. -Si tienes razón, necesitarán ayuda. Podrás comunicarte de camino.- añadí en respuesta a Aquastar. 

Recuperado del enorme sobresalto causado por aquel trueno, recogió su aerosol y alumbró el agujero por el que casi cae Tommy - ¿Habrá algo ahí abajo?, sería muy extraño que hubiese una línea de metro bajo el muelle. Quizás sea un desagüe o este almacén no es lo que parece - mientras recuperaba sus dagas. Al parecer una de ellas no había corrido mucha suerte - Espero que no le guarde mucho cariño - y se precipitó hacia lo desconocido.

Que aquel lugar hubiese soportado el traqueteo causado por el relámpago, significaba que habían hecho un buen trabajo de mantenimiento. Comenzó a recorrerlo con cierto cuidado, aunque no excesivo, hasta encontrarse con Birdie cara a cara. Había dado con el escondrijo de aquel ridículo villano - ¡Aquí está! - por lo que la acompañó a su interior para ver qué secretos guardaba el almacén.

La decepción sería comparable a la de encontrarse con un hombre que arroja condimento a sus enemigos, al fin y al cabo no era más que un cuarto de la limpieza, de no ser por la misteriosa trampilla que se encontraba justo en el centro - ¿Te imaginas que tenemos un laboratorio secreto bajo nuestros pies? - y servía como alimento para la imaginación de Gary. Como la chica por lo general no era muy habladora - Sería alucinante, tú también deberías pensar que es una pasada - ni parecía que fuese a seguirle el juego, se encogió de hombros y abandonó la sala - ¡Tommy!, hay unas escaleras en muy mal estado que bajan a algún lugar y parece que es el mismo al que se llega por ese agujero - para advertir a  viva voz a su compañero de lo que habían descubierto. Sin esperarlo, la ruda joven se le acercó para decirle algo con cierta preocupación - ¿Cómo que ha ocurrido algo? - mucho más importante que las creativas ideas que rondaban su cabeza.

—Los malos? Nah, lo que pasa es que la gente hoy en día está demasiado susceptible. —De una patada en la cara termino de dormir al que queda, que con lo que se tarda la policía seguramente le de tiempo de correr si no.

—Pero entonces qué? No debíamos estar investigando algo aquí? Qué sentido tienen los grupos si ya nos reunimos? Eso se supone que se hace en el clímax final.
Echo un vistazo alrededor. Si bien el rayo distrajo, pudo haberse tratado de un rayo normal, los rayos normales también hacen mucho tuído y caen desde el cielo, no? Este hizo más ruido porque cayó cerca. Y la lluvia se detuvo porque ya se les acabó el agua a las nubes, supongo.

—No sé si escucharon, pero decían que nos matarían a ladrillazos, y yo no veo que estuvieran trayendo alguno, solo armas improvisadas y una escopeta. Es extraño eso. Hablarían en código?
Voy hasta el auto, pero todavia no entro. —En serio tengo que ser yo la que les dice que dejemos hacer a ellos su trabajo allá y que nosotros hagamos el nuestro aquí?