Partida Rol por web

La gente se apartó asustada al veros llegar, teníais una pinta un tanto sospechosa, y vuestra actitud tampoco ayudaba demasiado. Algunos cuchicheaban, aunque era bastante inaudible, pero si que pudisteis diferenciar un algo más claro "¿habrán sido ellos?". Fuera como fuese, todo aquello pasó a un segundo plano cuando descubristeis lo que habían estado observando. Allí había un par de cadáveres, uno, el de un adulto vestido de una forma un tanto ridícula. Su disfraz estaba repleto de parches que daban vergüenza ajena, y aunque portaba un enorme arma, esta parecía estar conectada por tubos a unos botes de salsa. De echo, el cañón del arma aun goteaba algo de mostaza y ketchup.
Aquel tío tenía varios disparos en el pecho, a la mayoría de los miembros de vuestro equipo aquello les hubiera marcado, pero vosotros habíais sufrido demasiadas desgracias en esta vida como para que os fuera a quitar el sueño. No obstante la expresión de terror en el rostro de aquel tipo no era algo fácil de olvidar.
Junto a aquel pintoresco personaje estaba el otro cadáver, este si impactaba más, pues se trataba de un chaval de unos trece años tremendamente canijo, en particular en la zona de sus piernas, que parecían finas ramitas a punto de romperse. El chaval parecía haber recibido un disparo en el pecho, y allí permanecía, boca arriba con la mirada perdida en el infinito. Lo más curioso era que el color de su cabello enseguida os recordó a vuestro compañero y líder, Marvel Jr., pero era el único rasgo en el que el chico se parecía al líder del equipo Gamma de la Young Justice.

-Fue horrible...- Tartamudeaba una de las personas, la cual estaba especialmente sobrecogida.

Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, con gafas y aspecto de chupatintas, el cual estaba evidentemente conmocionado.

-Fue Boogeyman... él... él los mató...- Sollozó el hombre enterrando su cabeza entre sus manos para llorar desconsoladamente.

Al menos parecía que no os echarían la culpa de algo por el momento. Pues la gente comenzó a comprender que no habíais sido vosotros los que habíais cometido el brutal asesinato.

En aquella situación, necesitado de afecto tras haberse topado con un cadáver de frente y ahora incrédulo ante la opinión que los medios propagaban de los jóvenes héroes, Tommy se mostró muy atento - Estoy algo mejor, la verdad. Me ha sentado bien salir a tomar aire, ¿esta ciudad siempre apesta o soy yo? - algo que Gary agradecía indudablemente dado su tono de voz tan suave como desmotivado, sus gestos tiernos a la par que tristes y una mirada que reflejaba todo lo bueno o lo malo de su edad, su extrema ilusión sumada a una gran vulnerabilidad. La opinión de su compañero acerca del morboso reportero, que hacía todo lo posible por tener mayor protagonismo que la noticia en sí misma, logró sacarle una sonrisa - Sí que lo es y un gilipollas, un manipulador y un payaso - y unas palabras que le sirvieron para calmarse al soltar un poco su frustración contra la pantalla. El vídeo era en riguroso directo, desde luego, por lo que un montaje quedaba descartado como opción a pesar de que fuese difícil creer lo que mostraba - Vale, es un vídeo real aunque no sea fácil fiarse de Jack Ryder. Lo que no entiendo es por que hacen algo así y temo que hayan podido ser controlados mentalmente - y eso logró reactivar la ferviente creatividad del muchacho. Su luz era más tenue, pero escucharle decir algo así era buena señal.

Comenzó a caminar hacia la carretera, cuando Tommy sugirió que siguiesen buscando a su compañero desaparecido y observó a ambos lados - No me extraña que no pudiese resolver este caso el mejor detective del mundo. Suceden cosas extrañas sin parar y se nos han sumado los compañeros manipulados a la lista de tareas. Por no mencionar, que la policía nos estará siguiendo el rastro como si fuésemos unos delincuentes - buscando algo que les permitiese dar un paso hacia adelante en el difícil enigma en que se habían visto envueltos. De repente chasqueó los dedos - Seguir el rastro, ¡claro!. Marvel Jr. perseguía al Rey Condimento, ¿cierto?. Debería de haber salsa derramada por el suelo, algún reguero de mostaza o algo así. No han podido llegar muy lejos, Marvel Jr. le habría alcanzado tras una corta persecución de escasos segundos - al pensar que podría haber dado con la clave que les llevaría hasta el chico peliazul. 

Prefería no saber lo que Aqualad tenía que decirles - Estamos perdidos, no quiero ni saber lo que le responderá - quien debía estar realmente enfadado ante tanta desobediencia y los problemas que aquello había generado. Guardó cierta distancia mientras buscaba tomate, mayonesa o lo que fuese que chorreara de la indumentaria de aquel extraño sujeto. Nada le libró, ni tan siquiera apagar el intercomunicador temporalmente, de escuchar las frías palabras de su líder. Volvió a encender el transmisor - ¿Eso era telepatía?. Como mola - emocionado por la experiencia a pesar de las severas directrices que les habían dado. Miró a sus compañeros - ¿Lo de no movernos incluye que no pueda regresar a la acera? - desde el centro de la carretera del puerto, encogiéndose de hombros de manera jocosa.

Aquello no parecía ir a mejor. Mientras Gary expresaba su opinión sobre Ryder, miré a Birdie. A pesar de ir siempre de dura, no podía olvidar que también era una niña de catorce años. Con la excusa de seguir viendo que ocurría, de ver a Virus seguir cagándola de aquella manera en su móvil, me acerqué a ella y la pasé el brazo sobre los hombros, atrayéndola hacia mí con disimulo. No iba a decirla nada, sabía que el gesto sería suficiente para ella.

- Dudo mucho entonces que ese tipo sea el mejor detective del mundo, Green Glow. Tres criajos hemos llegado más lejos que él... y no nos siguen a nosotros. Van a por ellos. - Señalé con mi cabeza el móvil de la chica. Pero aquello pareció animar al chico, así que no le detuve cuando quiso buscar rastro del loco al cual persiguió Marvel Junior.

Tras mi aviso, la respuesta fue instantanea. No me gustaba nada que nadie se metiese en mi cabeza. Era mía. Guardaba mis secretos, mis sueños, mis recuerdos... cosas que no quería compartir e incluso cosas que quería olvidar. Verme tan vulnerable en ese sentido me hizo enojar, pero me dolieron más las palabras de Aqualad. Para mí habíamos obrado bien, en consecuencia, al menos en lo que nos correspondía a nosotros tres.

Logramos mantener el edifico en pie, no tener bajas... salvo Junior, pero él es el líder y sabe lo que hace..., encontramos pruebas y sí, quizás debí salir en busca de Marver Jr. antes que bajar allí, pero... las pruebas eran importantes, al menos para mí y para la misión. No era justo que se enfadase así con todos. Sonreí ante las palabras de Gary. - No creo que le moleste que vengas a la acera. Y de ser así, que le jodan. Primero es tu seguridad y donde estás parado no es para nada un lugar seguro. Vente, vamos. - Le hice un gesto con la cabeza para que se uniese a Birdie y a mí mientras esperábamos a que nuestro castigo se materializase delante nuestro. - Salvo que hayas encontrado rastro del loco aquel de los condimentos... entonces quizás lo mejor sea seguirlo antes de que vuelva a llover y se borre todo...

Corrí hacia la posición de Aquastar cuando levantó el muro de hielo, negando con la cabeza. -Si no los toco no.- respondí mientras me estrujaba la cabeza para buscar algo alternativo, o alguna forma de salir de aquella situación. Aunque no me dio tiempo a nada en realidad, pues una voz se coló en mi pensamiento, e invadiéndome por completo. Miré a Aquastar con cara de "¿Que es esto?", comprobando que él también estaba escuchando lo mismo que yo, y me limité a obedecer lo que decía.

El atlante visualizó una estupenda ruta de escape, pero no era fácil de tomar, quizás un atleta nato como Nightwing lo habría hecho, pero a él le quedó extremadamente grande.
Los móviles captaron su vergonzoso intento de huida, mientras su compañero explicaba los límites de sus poderes y la policía llegaba hasta ellos, tanto los agentes que habían rodeado el muro como nuevos coches patrulla que derraparon para quedar de tal forma que sirvieran como parapeto, antes de que se dieran cuenta estaban totalmente rodeados entre el muro y un montón de agentes de la ley que los apuntaba con una muy mala expresión.

-Muy bien bichos raros, es la última vez que os ordeno que os rindáis.- Ordenó el agente al mando, que parecía deseoso de apretar el gatillo después de todos los problemas que le habíais ocasionado.- ¡En esta ciudad sabemos como tratar a la escoria criminal!

Era evidente que aquellos hombres estaban acostumbrados a lidiar con supervillano, y el conflicto se solía resolver con bajas por su parte, por lo que poner su paciencia a prueba era un claro error.
Aun así la suerte pareció aliarse en esta ocasión con los héroes, o bueno, al menos en aquel primer momento parecía suerte.

-Creo que eso no será necesario.- Dijo aquella voz mundiálmente conocida, serena y calmada, como siempre.

El héroe más famoso del planeta descendió levitando lentamente y con los brazos cruzados, daba igual cuantas veces pudieras haber visto a aquel hombre, la primera vez en persona siempre impresionaba. Transmitía paz y solemnidad, la sensación de que todo iría bien. Pero a la vez su expresión seria y su postura, cruzado de brazos, daba pavor, aquel hombre estaba enfadado, y su mera presencia era suficiente para hundirte el autoestima.
Los agentes dudaron unos segundos sobre que hacer, aquel no era el héroe de la ciudad, pero eso no significara que no impusiera casi más respeto que el murciélago. Odiaban abandonar la tarea de dejar libres a aquellos dos bastardos, pero ninguno se atrevió ni a toser ante la presencia del kryptoniano.

Superman descendió y os miró directamente, a la vez que llegaba Batgirl, quien descendía desde una cornisa con su batgancho.

-¿Estáis bien?- Se limitó a preguntar Superman, aunque enfadado, aquello no quitaba que estuviera preocupado.

A diferencia de la postura del kryptoniano, que parecía intentar controlar toda la situación, la postura de Batgirl era un poco más relajada, incluso os dedicó una pequeña sonrisa incómoda que parecía decir: "suerte".

Los agentes de la ley, ya menos confusos guardaron las armas y comenzaron a atender a sus heridos y a dispersar a las multitudes, mientras otros simplemente se dispersaban.

Ella misma no sabía que pensar sobre aquellas grabaciones que estaban viendo, si Jack Ryder era o no un capullo, era algo que se le escapaba por completo, pues no solía ver demasiado aquel tipo de cosas.
Thomas tomó el control de la situación haciendo lo más lógico, llamar a Aqualad, la verdad era que ella misma lo estaba pensando seriamente antes de que su compañero lo hiciera, por lo que no se lo tomó mal.
Cuando el chico la atrajo hacia él, estuvo a punto de protestar, pero en aquel momento era lo que necesitaba, por lo que se dejó llevar y apoyó su cabeza en el pecho del muchacho mientras suspiraba y apagaba el móvil, no quería saber nada más de aquello, aunque esperaba que sus compañeros salieran bien de aquello. Simplemente disfrutó de aquellos instantes de paz, permitiéndose cerrar los ojos.

La respuesta de Aqualad no tardó en llegar, pero no fue por el canal convencional, había pocas cosas que la chica odiara menos que el que se metieran en su cabeza, por lo que su rostro enseguida se tornó en ira, aunque este se relajó al comprender que no había nada que hacer, pues el responsable, o más bien los responsables, no estaban allí.

Que se la iban a cargar era algo que sabía sin la aclaración de su líder.

-No deberíamos movernos...- Se limitó a sugerir la chica.

Lo sentía mucho, pero ella había dado de mano por aquel día, no quería hacer nada que empeorara más aun las cosas.
Aun con todo eso algo sacó una sonrisa en el rostro de la joven, y no fue otra cosa que la pregunta de Gary, aunque no era especialmente fan de las tonterías del chico, en este momento se alegraba de verlo mejor.

-Ven aquí anda...- Dijo la chica con una pequeña sonrisa, algo poco habitual en ella. Entonces escuchó aquel comentario sobre el rastro.- No no vamos a...

Comenzó a quejarse de la idea de seguir nada, pero no pudo acabar la frase, pues algo la interrumpió.

-Tiene razón chicos, se acabó la excursión por hoy.- Dijo Flash, como era habitual en él no sabíais ni de donde había llegado.

Allí estaba, el hombre más rápido del mundo comiéndose una hamburguesa con una sonrisa mientras bajo su brazo sujetaba una bolsa del Big Belly Burger. Entonces pareció caer en algo.

-Uy perdonad.- Se limitó a decir mientras sujetaba la hamburguesa con la boca y forcejeaba un poco con la bolsa para sacar tres hamburguesas y lanzaroslas.- Seguro que tenéis hambre.

El hombre no parecía tener ninguna intención de echaros una bronca, simplemente se limitaba a comer, y a hacer de niñero, o eso parecía, porque no hizo nada por ponerse en marcha ni os dio explicación alguna, simplemente estaba allí con vosotros.

Ver sonreír a sus dos compañeros en aquel momento resultó muy valioso para Gary - Pues no puedo, he debido quedarme pegado al suelo - quien comenzó a tirar hacia arriba de su pierna derecha con ambas manos, poniendo cara de gran esfuerzo. Les miró, siguió tirando con fuerzas y, nuevamente, volvió a cruzar la mirada con ellos mientras señalaba sus zapatos - La única solución es romper las normas - y les devolvía la sonrisa. Corrió, mirando a los lados de la carretera, junto a Birdie y Tommy para darles un abrazo ahora que podía abarcar a ambos con sus brazos - Me siento mejor, haya salido la misión bien o no. Y mejor me voy dedicando a la mímica que a la investigación, ¿verdad?, porque no he encontrado rastro alguno - en agradecimiento al compañerismo y lo cómodo que se sentía trabajando junto a ellos.

De repente pudo sentir como el aire se agitaba y la capucha de la sudadera se le echaba hacia atrás - ¿Qué ha sid...? - no teniendo tiempo suficiente de preguntarlo antes de ver al velocista escarlata frente a sus propios ojos - ..o eso?, ¡Flash! - devorando una grasienta hamburguesa. Volvió a ajustarse la ropa, peinó un poco su alborotado flequillo y le tendió la mano - Siempre he querido conocerle, conocerte, en persona. ¿Eres el refuerzo que esperábamos de Aqualad? - deseando estrechársela con fuerzas a uno de sus admirados héroes. Desde que John Stewart se convirtió en su mentor, había tenido la oportunidad de conocer a algunos miembros de la Liga y el hombre más rápido del mundo era uno de los que le quedaban. Además de veloz y simpático, resultó ser también muy atento - Gracias, pero no sé si comérmela o guardarla de recuerdo. Creo que me quedaré con el envoltorio como un souvenir, huele demasiado bien ... por fin algo lo hace en Gotham - llevándoles algo de comer para que repusiesen las energías y los ánimos.

-Uhm...,- se limitó a decir Aquastar ante la imponente presencia del mismísimo Superman. Sin duda era algo que no había entrado en sus cálculos, inconscientemente aún estaba pensando la manera de huir de allí para ayudar a encontrar a...

-¡Marvel Jr.! Digo... ¡tenemos razones para pensar que uno de los nuestros está en peligro!-, entonces se tranquilizó un poco, tomó aire y volvió a hablar.

-La situación se nos ha ido de las manos en cuestión de minutos, no tenemos excusa... Si al menos pudiera usted convencer a esos hombres, podría aliviar su dolor usando mi poder, eso me ayudaría a aliviar el peso de la culpa que llevo encima.-

Finalmente, Aquastar se limitó a suspirar, agachando levemente la mirada.

Sonreí ante la actuación de Gary en el asfalto mientras me sentía bien por la reacción de Joanna frente a mi abrazo. Aquello hizo que las palabras de Aqualad quedasen de lado, pero lo más entrañable del momento, fue el abrazo en grupo que nos dimos los tres. Y es que Gary, después de hacer el tonto un rato, se lanzó sobre nosotros y nos abarcó con sus brazos. Estrujé a ambos jóvenes, nos hacía falta después de lo visto y vivido en ese almacén... Una ráfaga de aire me puso alerta, mientras elevaba parte de mi abrigo y me revolvía el cabello.

La verdad es que si hubiese sido otro quien hubiese provocado aquella corriente de aire, ahora estaríamos muertos. Pero resultó ser Flash, quien venía en calidad de niñera. Era un héroe bien conocido y Gary parecía estar entusiasmado por su presencia, la cual no me hacía nada de gracia. No necesitábamos una niñera, no estábamos mal... - No somos nosotros los que necesitamos ayuda ni que nos vigilen. - Gruñí al final cogiendo la hamburguesa al vuelo con mi mano zurda.

- Es a Marvel Jr. a quien hay que encontrar y parar la locura que están generando los demás. - Me quejé bastante molesto por aquello. Flash no tenía la culpa de nada, pero me fustró ver que nos habían metido a todos en un mismo saco. Miré a los dos jóvenes, tenían a un héroe de verdad delante y no quería fastidiarles más la noche. Ya habían pasado por mucho en una noche. Demasiado para chicos de su edad... Demasiado para mí.

- Toma, Green Glow. - Le dije al joven tendiéndole la hamburguesa, pues era quien más estusiasmo mostró al recibirla. - Yo no tengo hambre. - Tras desaparecer el paquete de mi mano, me alejé unos pasos del grupo, llevando mi mano izquierda al hombro derecho y masajeándolo un poco, acabé apoyándome en un muro y enfadado por como iban las cosas.

Flash no dudó ni un instante en estrechar la mano de Green Glow con una amplia sonrisa, aunque su gesto se torció al escuchar el comentario de Tommy. Parecía que ya había encontrado el gruñón del grupo, las formaciones parecían no funcionar sin ellos.

-De hecho por eso estoy yo aquí...- Contestó a Tommy, aunque su voz estaba algo más apagada.- Todos necesitáis ayuda, y es normal, solo sois chicos, yo...- Lo que fuera a decir se perdió para siempre, pues el hombre parecía haber recordado algo no muy agradable.

El héroe vio decepcionado como Tommy rechazaba su regalo, y a Birdie no parecía hacerle tampoco mucha gracia, aunque lo mantuvo en sus manos. Por otro lado Green Glow parecía el único verdaderamente contento.
Flash se pasó la mano por la cara, y estuvo a punto de hablar, pero entonces alguien le interrumpió.

-Habéis desobedecido ordenes directas, claro que necesitáis ayuda.- Dijo una voz de chica bastante mosqueada.

La voz no solo podía escucharse, sino que también retumbaba en la cabeza de los chicos. Enseguida Miss Martian se materializó, y tras ver su cara de enfado Flash simplemente suspiró.

-Esto no es un juego, os habéis puesto en peligro sin precaución ninguna.- Dijo la joven.- Indiferentemente de que el resto de vuestro equipo haya hecho o no cosas peores.

La verdad era que la excusa no iba a servir de mucho, todos eran un equipo, así que probablemente el castigo caería sobre todos por igual, y por otro lado ninguno se libraba completamente de los cargos, pues en menor o mayor medida todos habían hecho algo hoy que no debían.
Sin duda la armonía que había traído el héroe de Central City se había roto, incluso para él, que ya no parecía tener tantas ganas de sonreír.

Poco después la nave de Miss Martian, que desde hacía años ejercía de nave de todo el equipo desactivó su camuflaje apareciendo junto a los muchachos.

Tras recibir el mensaje de Aqualad, Jim le dirigio una mirada preocupada a J. Su amiga podia darse cuenta de lo incomodo que se encontraba: Aun en los peores momentos, el chico era inexpresivo por defecto, y hacia falta algo realmente grave para hacerlo reaccionar de aquella manera

-No me gusta nada esto J... murmuro para que solo ella pudiera oirlo.

Se abrio paso entre la gente entre codazos y pisotones, y llego hasta la escena. El ridiculo adulto de traje estupido era el Rey Condimento del que habia hablado Gary, seguramente.

Sin embargo, el joven muerto a su lado lo hizo abrir los ojos de par en par, con el aliento contenido. No era el primer adolescente muerto que veia: No pudo evitar que la oleada de recuerdos de lo que El Grupo le hizo vivir lo golpeara con fuerza. Vio en aquel flacucho muchacho todos los "fallos" a los que tuvo que enfrentar, a todos a los que tuvo que matar para poder vivir el otro dia.

Cayo de rodillas con un suspiro cortado al lado del cadaver, y con mucho esfuerzo extendio una mano temblorosa y le cerro los parpados con suavidad.

Fue entonces cuando noto el color del pelo del chico...

-Oh, no... dijo con voz quebrada, suplicante Oh, no no no no no...! 

El jugoso bocado era reconfortante y a la vez cálido, la hamburguesa estaba en su punto con una temperatura perfecta para que se le pudiese hincar el diente sin temor a quemarse el paladar. No obstante - ¡Qué rica está!, el queso se funde cuando la muerdo - no era el alimento que un joven héroe necesitaba para poder desarrollar su físico debidamente, aunque eso no le importaba demasiado a Green Glow en aquel momento. Por fin disfrutaba de algo desde que había llegado a Gotham - ¿Seguro?, las de Big Belly son las mejores - pero parecía ser el único. Rechazó la hamburguesa de su compañero - Guárdala para más tarde, te gustará - con una amplia sonrisa manchada de salsa barbacoa y migas de pan. Estaba seguro de que aquello levantaría el ánimo del duro muchacho, pero a decir verdad, aquel grasiento alimento solo le parecería bueno a un adolescente impresionable por la comida rápida.

Estaba terminando de comer, cuando una voz femenina retumbó en su cabeza para comenzar a darles un sermón a todos los presentes. Acabó con el ambiente de simpatía que les había traído el hombre con la sonrisa más rápida del mundo, a pesar de que tener una niñera - A mí lo que me importa es que un compañero está desaparecido desde hace rato y podría estar en peligro. Tampoco hemos hecho nada malo, solo necesitamos que se confíe en el equipo Gamma - no gustase a todos por igual. Cuando la misteriosa chica hizo acto de presencia, revelando una especie de nave que había estado camuflada todo el tiempo, Gary no se lo podía creer. 

Aquel día era, sin lugar a dudas, de esos que estaban llenos de altibajos como si fuesen una montaña rusa. Haber visto un muerto tan de cerca y con el rostro desencajado - Eres - era algo que tardaría en olvidar. Por otro lado, una de las cosas que le hacía más ilusión desde que vestía el verde - Miss Martian - acababa de cumplirse. Boquiabierto la observó sin saber qué más decir, al fin había conocido a un extraterrestre. 

Atendí vagamente a las palabras del heroe rojo. La verdad es que poco importaba nada ya, ni lo que vi abajo era importante en ese momento. Sonreí levemente a Gary cuando me dijo lo de la hamburguesa. - No chaval, creo que me sentaría mal comérmela. - Y es que sabía lo que ocurriría en cuanto me quedase a solas, en la seguridad de mi cuarto, donde comenzaba a pensar que vivía de prestado por el tono de voz que surgió de la nada. Era suficiente.

- No se quien te crees que eres. - Repliqué a la mujer de color verde, caminando hacia ella con seguridad y firmeza, aguantando el dolor de mi hombro mientras fingia que no me pasaba nada en él. - No hemos desobedecido ninguna orden directa de nadie. De na-di-e. - Recalqué al final. - Y si nos hemos puesto en peligro como bien dices, también hemos salido bien parados de la situación.

» No os hemos llorado y pedido ayuda con el primer tropiezo ni con el segundo. Lo hemos solucionado lo mejor que hemos sabido y podido. Y hemos dado aviso cuando hemos visto que todo se nos iba de las manos. En lugar de valorar eso, ¿preferís castigarnos? ¡Genial! - Planté la cara frente a la de Miss Martian. - Pues castígame a mí entonces. Ellos solo me han seguido y hecho lo que les he pedido. Ellos dos solitos han logrado evitar que el almacén se derrumbe sobre nuestras cabezas y se han enfrentado por mi cabezonería a algo que no debían haber visto jamás a su edad. - Estaba serio, hablaba con soberbia, como lo hacía mi padre. La diferencia entre él y yo es que él jamás se culparía a sí mismo: de nada.

- En cuanto al resto, entiendo perfectamente lo que significa equipo. Pero no me parece ni justo ni correcto que se nos culpe y castigue a todos por acciones que no tienen nada que ver con nosotros. Si mañana rompo una lámpara estando yo solo en una habitación, ¿se va a castigar a todo el equipo por ello? - Me había enfadado de verdad. - No sois más que una panda de cínicos e hipócritas por lo que veo. - Miré con rabia a Miss Grey* antes de darla la espalda, en una clara actitud de supremacía. Clavé mis ojos en Flash.

- Lo siento tío, no va contigo esta vez. - Le dije con un tono menos agresivo mientras cruzaba mis brazos, aguantando el gesto de dolor causado por mi hombro y regresando al lugar donde había estado apoyado. Los truquitos de apariciones de la nada no me sorprendían ya y ver aparecer la nave de la tipeja verde ni me impresionó lo más mínimo.