Capitulo I

Miel y Azucar

La noche había caído hacía una o dos horas ya. Al verano le quedaba poco, y el otoño cercano se hacía notar con una noche de viento. No es que hiciera frió, pero lo ideal era estar abrigado. Toda la última semana el clima había estado rebelde e incluso la noche anterior había habido una tormenta. Ahora solo quedaba el cielo despejado y el viento.

Muchos ya estaban por cenar, o incluso ya cenando. Los que veían televisión, estaban en horario estelar, viendo el programa de turno o solo las noticias. Por suerte, dentro de las casas el clima era mucho más cálido....

La joven sacerdotisa estaba con un delantal atado a la cintura, y freía algo de apio con otras verduras para hacer la cena, salteaba las verduras moviendo el asalten con gran precisión, mientras en una olla se hacían el arroz agridulce con el sazón que a ella le gustaba darle. Un pequeño televisión estaba  encendido con el noticiero, pero Hotaru estaba más atenta delo que estaba cocinando, ese día le tocaba preparar la cena, además, ya tenia lista la sopa que les serviría  a todos y el té.

- está lista la cena - exclamó la joven, gritando hacia el comedor en donde deberían estar Ogami y Yami, aunque no sabía si su abuela estaría ni tampoco si Lucius compartiría con ellos, la joven suspiró, y comenzó a servir todo en los platos, para poder llevarlo a la mesa, sabia que los chicos no necesitaban de esa comida, pero también sabían lo feliz que era Hotaru cuando les cocinaba y de ese sentimiento, quizás no tan intenso como el amor, el odio o el deseo, no era un gran bocado, pero si uno..

Hotaru suspiró, y se sacó su delantal y arregló su cabello detrás de la oreja, Yami la estaba ayudando mucho con Ogami, aunque aun no podían determinar muy bien como impedir que pierda el control y queme todo, pero ella ya estaba estudiando hechizos y el espejo que contuvo a Ogami tanto tiempo. Suspiró, y se tocó la muñeca, tenía la piel normal, los chicos se habían alimentado bien ese día. 

- ¿me ayudan? - pregunta de nuevo al ver que su primer grito no ha hecho moverse a sus amigos.

Me encontraba en las montañas mirando todo el lugar, al parecer todo estaba tranquilo, la brisa hacía volar mi capa y cabello, así también como las hojas de los árboles y las flores de cerezo.

Desaparecí y aparecí encima de un templo, caminando por los bordes del techo y notando el silencio, todo parecía estar calmado, pero siendo lo que era y habiendo vivido tantos años sabía que la calma solo antecede a la tempestad y en los últimos días había sentido energías extrañas en el lugar, más allá de la de aquella chica que era recientemente humana.

Hacía ya 5 años que no me acercaba tanto a los humanos y en un común acuerdo nunca dicho Akari y yo decidimos alejarnos a fin de poder olvidar, pues pese al tiempo y el ser ahora amigos, ninguno olvidaba el tacto y afecto del otro y a pesar de ver a una anciana delante de mi, no podía olvidar aquel cuerpo adolescente que virginal se entregó a mi, ni mucho menos lo que sentí por vez primera por una humana, una que fue distinta al resto.

Pero eramos de mundos distintos y así como yo tenía que cumplir un deber, ella tenía el suyo, por más que hubiera abusado del hecho de que las reglas de su mundo no fueran las del mío y por eso la pudiera seguir viendo.

Miré el cielo y saqué la mano de la capa para poder sentir el viento, la brisa paso por entre mis dedos mientras la luna se reflejaba en mi anillo y la luz se perdía en mis negras uñas.

Algo esta por pasar...lo se...

Volví a desaparecer a fin de ir a la tienda de Kanado, quizás el pudiera saber algo.

Estaba impaciente dando vueltas por la sala. Con cada respiro, sentía que se me hacía agua la boca al verme obligada a inspirar el aroma del curry que se estaba haciendo. Pero aún le faltaban unos leves momentos para estar en su punto justo. Le había puesto un extra de patatas y carne de pollo, cortados pequeños y con paciencia para que se cocieran rápido. Las especias solo potenciaban el tentador aroma, haciendome desesperar. Intenté concentrarme en la casa...en esos años, la había acondicionado de a poco de lo que era antes -gris y abandonada- a algo que realmente podía llamar un hogar cálido. Tomé la muñeca que yacía en su cuarto (aquella fea y vieja, de trapo) y la dejé sobre el televisor, el cual me había procurado hace poco con bastante ahorro, justo a un lado del estuche con aquella pluma.

Es nuestra casa ahora, pensé contenta. Escuché en ese momento un ligero "tic" casi musical, señal del temporizador de 

que estaba preparado. Entonces troté a la cocina a probar un poco del curry de la olla tras soplar bien...mi estomago emitió un sonoro rujido en respuesta. Rápidamente llevé esta y los pocos utensilios que necesitaba a la sala, y un cuenco con arroz, donde ya la mesa para uno estaba preparada. Esa noche iba a comer hasta no poder mas. Prendí la tele, y quité las telenovelas y las noticias, hasta que encontré lo que buscaba: el canal de dibujos animados. Comenzé a comer con ganas poniendole mucho curry al arroz, y eventualmente rompía a reir con los sucesos cómicos en la pantalla.

Mira que llevo siglos en este país y aun no entiendo las porquerías que comen. Donde están los riñones con salsa...los pasteles de carne, las salchichas rezumantes de grasa...que tiempo aquellos. Por no hablar del alcohol y no esa birria que tienen y que producen del arroz. Sabe tan soso como el propio alimento.

Yo te ayudaría Ama, pero es que no quiero. Fregar y ayudar en la cocina es cosa de mujeres. Hago un gesto con la mano para reafirmar la negación y continuo viendo las noticias con una sonrisa en los labios. Es la única cosa divertida que pasa en esta casa. Ni una maldita videoconsola tienen. Heeey, se ha suicidado otro grupo de estudiantes capullos. Ocho esta vez. Dos no lo han conseguido...torpes bastardos. Saco el papel donde llevo la cuenta de los tontos que se han suicidado este año en los institutos. 102...creo que este año batimos un récord.

Yami era impasible conmigo, no me permitia volver a casa a menos que estuviera saciado por completo. Lo cual no era de extrañar. Habia perdido dos veces el control y dos veces habia dañado a Hotaru, no volveria a hacerlo si estaba en mi mano impedirlo. Como cada noche Yami me explicaba cosas del mundo humano...almenos dejaba de mirar mal al televisor y intentar golpearlo....

Hotaru nos llamo a la mesa, pedia ayuda para coger las cosas. Lucius no se movio de su sitio mientras anotaba alguna cosa en un trozo de papel. Quitando en el sueño, no habia tenido oportunidad de relacionarme mucho con el, pero en estos momentos tenia un cruce de emociones....y me decian que no era bueno...

-Te ayudo... Dejo de mirar la television y intento cargar la comida en mis manos, antes de ello me coloco un paño en las manos. Una vez coloco algunos platos tiro el paño a la fregadera y levanto la manecilla del agua. Para variar, no podia tocar las cosas durante mucho tiempo.....

-Voy mejorando.... digo mientras sonrio debilmente. Pero me alejo rapidamente del agua....

El día del alta médica de Riki había llegado, Sakura había estado muy ansiosa los últimos días limpiando y ordenando todo en la casa. Mas de una vez Natsuki tuvo que hacerla frenar para descansar, a sabiendas de que Sakura no conocía sus propios límites y tendía a sobre exigirse. No le costó mucho convencer a los padres de Riki de que él fuera a vivir con ella, pero si tuvieron algunos reparos. A la media tarde pasó a buscar a Riki por el hospital, los padres ya tenían un bolso con ropa que habían comprado cuando él despertó y algunas pertenencias que podía extrañar y ayudarle a recordar sus memorias perdidas. Les tomó solo unos minutos en taxi llegar hasta la casa de Sakura y, a pesar de que era de noche, ella había dejado todo preparado para la cena de antemano.

La casa de Sakura era verdaderamente grande para una sola persona, una familia entera podría vivir en su interior sin inconvenientes y aún así sobraría espacio. Entre la reja a la calle y la entrada de la casa había un extenso jardín con flores, plantas y árboles de diversos tipos. El jardín rodeaba la casa y continuaba en la parte de atrás. Al abrir la puerta, ingresaron a un pequeño recibidor con lugar para dejar los zapatos, paraguas y abrigos.

¡Bienvenido, Siro-kun! Le sonrió. Debes quitarte los zapatos aquí, guardarlos allí y utilizar este calzado para caminar dentro de la casa. Jamás entres a una casa con el calzado que has utilizado en la calle. Es muy importante que recuerdes eso. Al cambiarse ella misma el calzado, le guió hacia el comedor.

Ponte cómodo, ¡Enseguida me pongo con la cena! Ya tengo todo medio listo, solo me falta calentarlo y en unos minutos cenaremos.

Buscó con la mirada a Natsuki, preguntándose donde estaría y, aún mas preocupante que eso, como haría para cenar con ambos si entre ellos no eran capaces de interactuar.

Natsu, sintiendo la presencia de Sakura, sonríe alegre, porque sabe que está con su amigo de la infancia, Oreki-kun. Sería bastante divertido, aunque le prometió a Sakura que no le haría muchas tretas, ya que el pobre muchacho sufrió amnesia, así que se contendría. Se levantó de su lugar favorito en el jardín, a la sombra de un almendro, y entró en casa sin abrir la puerta, haciendose intangible, directamente en la cocina. Allí estaba ella, con una cara un poco agobiada.

- ¡Buenas noches, Sakura-chan! *besa su mejilla y la abraza* ¿Ese es Oreki-kun? Es bastante mono ^^ ¿Quieres que te ayude a hacer la cena? Podríamos hacerlo con cuidado para que él no viese cacharros flotantes- y se ríe de manera dulce, mientras retrocede un poco - He estado provándome ropa de la tuya, y me gusto este conjunto, ¿crees que me queda bien?-

Riki llevaba toda el día bastante ansioso, la verdad era que estaba deseando irse a vivir con Sakura y por fin aquel día le daban el alta, durmió poco  y mal, la verdad es que no necesitaba tampoco hacerlo demasiado.

Al fin llego Sakura, y su corazón le dio un vuelco, como cada vez que veía a la muchacha, sin duda estaba preciosa, y eso no le ayudaba a calmarse, como mucho le alteraba mucho mas, el viaje a su casa fue en silencio, se sentía bastante nervioso, por ir a un sitio nuevo en una especie de caparazón metálico que se movía... y que llenada mas aun su cabeza con dudas.

Al fin cuando llegaron, acompaño a Sakura por el sendero, hasta la puerta principal de aquella casa enorme, me extrañaba que ella viviera en un sitio tan grande estando sola, pero no dije nada, sin duda ella tendría un motivo, seguí sus indicaciones, y conforme me enfundaba las zapatillas que ella me encomendaba apareció una chica con... colas? ella me ignoro y hablo con Sakura...

-Gracias por lo de mono... dije timidamente a aquella extraña chica...

-Sakura... a que os referís con cacharros volando?la mire extrañada y.. porque... tiene colas? aquí hay mas chicas así? y la típica mirada curiosa de Riki asomo en sus ojos...

Edward poseía un apartamento cerca del centro de la ciudad, pequeño pero muy cómodo para una sola persona. Aunque bien decorado, el interior era sencillo pero acogedor, ya que aunque no pasara demasiado tiempo en casa gustaba de sentirse realmente cómodo cuando se encontraba allí.

El rubio ya había terminado su cena hacía unos pocos minutos pero se encontraba sentado aún en la mesa con un libro abierto entre las manos. Junto a él tenía un racimo de uvas e iba cogiendo una para llevársela a la boca. Era habitual que se las tragara tras masticarlas un poco, teniendo cuidado de no morder las pepitas pero ingiriéndolas de igual modo.

Aquel libro era de su biblioteca privada, era más bien un diario, trataba sobre un hombre que había buscado transferir a un espíritu al cuerpo de un humano hueco, sin alma, para 'devolverle a la vida'. El diario era una amalgama de textos mal escritos, a veces ilegibles, pero de vez en cuando había conseguido rescatar cosas muy interesantes.

Con él se encontraba Yuuki, que normalmente le acompañaba en las comidas y las cenas dando algo de conversación a Edward. El librero siempre le contaba todo lo que estaba estudiando, así como las cosas que le parecían más curiosas y la manera que tenía de poder imitarlas o superarlas. Alguna vez había pensado que debía mantener a la youkai lejos de todo aquello, pues si alguna vez se lo contaba a alguien estaría en un grave problema. Pero por un lado confiaba en ella, por el otro sentía la necesidad de contarle aquellas cosas a alguien, ser él de verdad con una persona, aunque fuese un espíritu.

- Por lo que leo, su mayor problema era que le costaba despojar al humano de su alma sin corromper el homúnculo... - dijo sin apartar la vista del libro, para entonces llevarse una uva a la boca y tragar tras masticar un poco - Según su opinión, el verdadero reto era ese y no introducir el espíritu en el cuerpo vacío. -

Observo el televisor, la noticia de la muerte de más vidas jóvenes no causa un impacto significativo en mí. La causa bien podría ser un espíritu perverso que se mueve entre los institutos. Esto significara preocupación y miedo en los pasillos de los centros de enseñanza, podemos aprovecharnos de ello. El comentario de Lucius se me antoja desafortunado. Me levanto para ir a ayudar.

-Luci deberías aprovechar un poco la libertad y las oportunidades que se te brindan.- Le digo al Oni que permanece atento a la pantalla.

Ogami está ya ayudando aunque aún continuando quemando las cosas que toca. Ahogo un suspiro de paciencia. Ha mejorado mucho en poco tiempo, pero parece que el control de sus propios poderes se le resiste. Y es complicado, cuanto más alimentado esta, más fácil es que genere calor. Busco en el congelador uno de esos paquetes fríos, y lo envuelvo en el mismo trapo mojado que ya está algo chamuscado. Se lo pongo en el cuello.- Vamos, sabes hacerlo mejor. Recuerda el entrenamiento.- Le dejo el paquete en su lugar para que lo tenga cerca y pueda controlarse solo.

Me acerco a Hotaru y la abrazo por la espalda mientras cocina. Situó mi cabeza en su hombro y aspiro el aroma de los alimentos siendo cocinados, también paladeo la sincera felicidad de ella al cocinar para nosotros.- Eso huele delicioso. Y la comida también ¿Con que podemos ayudarte?-Le pregunto sonriendo.

Sonrió ante la bienvenida de Natsuki y agradeció el beso en silencio, no quería comportarse de manera extraña ante Riki. Soltó una risa leve ante la idea de cocinar con Natsuki y lo que podía llegar a ver el nuevo integrante de la casa, sin embargo, las palabras de Riki la dejaron helada.

¿Podes ver a Natsuki? Se giró lenta y mecánicamente, mirando primero a la Kitsune y luego a Riki. Tras parpadear unos segundos, se percata  de la naturaleza de Siro y con un dedo golpea sus propios labios en un gesto pensante, susurando Claro... tiene sentido, tu tampoco eres humano. Al darse cuenta de lo que había dicho y de que podía resultar hiriente, se apresuró por explicar la situación a ambos.

Siro-Kun, Natsuki es el espíritu de un Zorro, se les llama Kitsune. Y, normalmente, los humanos comunes y corrientes no pueden ver espíritus. Supongo que tu si puedes verla porque no eres para nada común. le sonrió y luego se dirigió a Natsuki. El no es el Oreki Riki del que te hablé, su nombre es Siro y es un espíritu, al igual que tu, solo que proviene de otro mundo. No sabe bien como llegó hasta aquí, ni como es que logró ocupar el cuerpo de Oreki Riki.

Sabía que estaba dando toda la información de golpe y que podía llegar a resultar incómodo, pero de algún modo debía poner en claro aquella situación para todos.

Siro-kun no comprende nada de este mundo y me he ofrecido a ayudarle, enseñarle y cuidar de él. No necesitaba decir mas nada, Natsuki comprendía bien la naturaleza protectora de Sakura con quienes estaban solos y mas todavía con seres "especiales". Así mismo, sabía lo culpable que se sentía Sakura por el accidente de Oreki Riki, por lo que no era de extrañar que decidiera cuidar de Siro, quien ocupaba su cuerpo.

Natsu escucha a la chica con la cabeza ladeada. Se acerca despacio al que una vez fue Riki, se arrodilla frente a él y le mira a los ojos. Tras unos segundos, sonríe y le toca la nariz
- Así que un espíritu. Siro es un nombre precioso, ¿lo sabías? se sienta con las piernas cruzadas, guiña un ojo a Sakura, y toca la nariz de Siro-kun - Me gustaría saber cosas de tu mundo. Después de todo, no puedes conocer por completo a alguien si no sabes de donde viene, ¿no crees?- aún no se fiaba mucho del "inquilino" del cuerpo de Riki, ese muchacho con el que Sakura jugaba cuando eran niños. Su pérdida era algo triste, y a su mente llegó como una puñalada el recuerdo de...
- Bueno, creo que haré una olla caliente de bienvenida- se levanta, rápido como un rayo y con una expresión neutra en el bello rostro. Su boca era una fina línea recta y, al pasar junto a Sakura, la mira con ojos vidriosos y acaricia su mejilla, suave y brevemente.

Se alegró de que Natsuki tomara la situación con naturalidad, o al menos con toda la que cabía. Sin embargo, el repentino cambio de humor de la kitsune le llamó la atención. Se apresuró por tomarla del brazo, con cuidado de no ser brusca, y mirarla a los ojos, observando que se encontraban repletos de emociones.

Espera, Natsu-chan. Ya esta casi todo listo y me gustaría poder agasajar a ambos esta noche. Se inclinó y le deposito un beso en la mejilla. Ya no estaremos jamás solas... Sabía que esas palabras significaban mucho para ambas. Y debemos acostumbrarnos a la presencia de Siro-kun por aquí. ¿Porque no me acompañan ambos a la cocina y charlamos mientras yo preparo todo? Les sonrió a ambos esperando complicidad.

Hotaru termina de sacar los filetes del fuego y los ponía en los platos, cuando sus espíritus se pronunciaron sobre su petición de ayuda para poner la mesa, y claro Luciun debía salir con su comentario desagradable, pero ya Hotaru apenas lo tomaba en cuenta, es que a veces hablaba demás. La chica fue hacia el comedor y dejó el gran plato con las verduras salteadas, y luego volvió a la cocina, Ogami intentaba ayudarla,  pero aun le costaba mucho relacionarse con su entorno, con ella incluso, y evitar que hiciera un desastre era un constante temor, pero Hotaru lo trataba como a uno más, y cuando pasó por su lado, pasó su mano por sus cabellos desordenándolos, sabía el esfuerzo que hacía constantemente para poder adaptarse y Yami y ella intentaban ayudarlo lo más posible.

- Rhade-san, eres un primor- simplemente dijo a su comentario de los estudiantes muertos, de todas formas eran muchos estudiantes, cada día los indices se suicidios aumentaban, incluso en su preparatoria, cuando el año pasado se suicidaron una pareja de chicos homosexuales que no sabían como enfrentar su condición.

- oraré por sus almas - murmuró mientras preparaba  los platos, además, de que haría algunas investigaciones, no era normal todas esas muertes en esa preparatoria, que estaba cerca de templo. Pensaba en ello cuando Yami aparece y la abraza por la espalda, Hotaru sonríe y coloca su mano sobre la mano de él, acurrucándose unos instantes, antes de  soltarse para seguir preparando los platos.

- pues simple Yami- le pone su dedo en su nariz -pone la mesa, lleva los platos,los vasos y los palillos, Ogami y yo, llevamos el resto de las cosas,le guiñó un ojo y siguió sirviendo las cosas,hasta que todo estuvo servido en la mesa y con los tres en la mesa, sentados  ante la mesa de patas cortas.

-buen provecho - exclama la joven tomando un poco de las verduras para comerlo con su carne, disfrutando mucho de su propia comida - por cierto, iremos a investigar esa escuela donde sucedieron las muertes - dice con sus ojos cerrados, y con una gran sonrisa mientras comía.

Ya veo...- Dijo con interes. Le encantaba pasar el tiempo escuchando a Edward. Desde que había llegado a su lado que se había vuelto su ama de casa. Esta noche había preparado una deliciosa cena y ahora veía con interés a su amado. Los codos en la mesa, y los brazos hacia arriba, sosteniendo su mentón. -Debe ser complicado pues...los humanos somos atados a nuestros cuerpos. Son fragiles, pero son nuestra coraza...bueno...yo perdí la mia ya, y no he podido reencarnar. Mmh! Pero estoy feliz de eso, pues de todas formas estoy junto a Edward ~♥ - Se tomo las mejillas con sus manos, sonrojada. Casí se había olvidado que el estaba ahí... Retomó la compostura.-Emm..¿De-deseas un té, o un café?

Me rio con el comentario que Yami me hace. Libertad?, oportunidades?...estas seguro de que comprendes porque y como estoy yo aquí?. No tienen mucho que ver con esas dos cosas que has mencionado precisamente.
Luego contengo una arcada cuando veo que el Oni abraza a la invocadora y aparto la mirada rápidamente. Es tan...repugnante. Como hacerlo con un animal.

Sigo mirando la tele mientras Ogami y Yami acuden como perritos amaestrados al llamamiento de su ama. Niego con la cabeza y no hago comentarios en voz alta. Una cosa es que tengamos que estar atados a ella y otra que nos tome por el servicio domestico o sus mascotas. Ademas...tres Oni varones?. Esto que es, el festival de la salchicha de Frankfurt?. Casi me entran ganas de ir a buscar a Natsuki.

Hablando de lo cual. Oye jefa...esta noche me gustaría hacer una visita al clan Ishida. Hace tiempo que no me paso y van a pensar que no les presto la debida atención. En caso de que te parezca mal, añado que tengo el permiso, incluso la invitación de su zorrita para que vaya. Si no lo hago van a pensar que no se les aprecia en lo que valen. Mi historia con ese clan es casi lo único divertido que me ha mantenido cuerdo durante siglos.

Me retorci antes el contacto con el trapo humedo. Que sensacion mas desagradable.... Pero era compensada con el echo de que no habia quemado nada en el dia de hoy.

Una vez mas el pinchazo en el pecho, ya era la segunda vez....Si seguia pasando deberia preguntarle a la abuela o algo? o solo dejarlo pasar? Sacudiendo la cabeza me siento en la silla.

Una vez sentados en la mesa comence a mirar los alimentos, supongo que en el idioma humano se podria considerar que era "apetitosos" pero iba introduciendo la comida en mi boca sin prestar atencion a lo que hacia. Hotaru menciono el ir a la escuela aquella noche, no me importaba la verdad, estaba lleno hasta los topes de energia no necessitaba cazar esa noche. Ademas salir un rato era refrescante.

-De acuerdo.....sera divertido salir.... digo mientras asiento.

Lucius pretendia ir a visitar a la familia Ishida, no las conocia personalmente pero no me hacia falta conocer ni escuchar la historia para saberla. Tenia otras fuentes de informacion.

-ya no estan enfadados contigo, Lucius? No quieres venir con nosotros? ladeo la cabeza mientras espero respuesta.

Me giro para mirar a Ogami sintiéndome algo desconcertado. Que no están enfadados conmigo?...y eso que tiene que ver con que yo quiera matar a la Natsuki y hacer que se vuelva loca a la Ishida. No lo entiendo. Me rasco la cabeza confuso tratando de ver donde esta la lógica de lo dicho por Ogami. Ademas, a estas alturas es una tradición que vuelva loco al Ishida de turno. Si no lo hago van a pensar que no me importan lo suficiente o algo.

Con gesto inconsciente me toco el cinturon, en cuyo interior esta trenzado el pelo de la cola que le corte a Natsuki en nuestro ultimo encuentro. Ademas...esa zorrita aun tiene 6 colas mas que llevan mi nombre.

Ayudo a poner la mesa, y a acomodarnos para comer. Asiento mientras voy comiendo de lo que Hotaru nos ha servido.- Supongo que algún espíritu está aprovechando para alimentarse a conciencia y sembrar el miedo. Debe estar dándose un buen atracón. Conseguiremos mucha energía.- Decido no prestar atención a las protestas del Lucius. El sabrá si prefiere estar encerrado en el mundo onírico y en su ataúd o tener la oportunidad de respirar, comer y sentir. Pero su ultimo comentario es demasiado.

Lanzo una mirada asesina al Oni. Una mirada fría que avisa de una muerte próxima.- Esta vez no. No te acercaras de nuevo a ella.- Mi voz se torna fría, profunda y oscura. Mi propia aura negra se manifiesta mientras hablo.- Si Hotaru no te detiene lo haré yo. Eres un perro rabioso y si no se te controla yo mismo te sacrificare y devorare hasta la última fracción de tu energía. Te perseguiré incansable.-No me percato de que he abandonado mi disfraz hasta acabar. No ha sido una amenaza, ha sido una afirmación. Mis ojos aun brillan azules por el poder manifestado.

Me giro a Ogami y Hotaru. Hago un reverencia.- Disculpad.- Salgo de la casa al patio y dejo que el aire frío me calme y me arrope. Lucius es un enemigo temible, pero yo también. Espero, por todo, no tener que enfrentarme a él. Y es Hotaru quien debe controlarlo, ya he visto como trata a quienes sostienen su cadena. Debe aprender modales, pero…