Partida Rol por web

Altes Gestein

Escena I - Buscando la Vieja Roca

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27/02/2012, 18:51
Yaun Elur
Sólo para el director

Notas de juego

¿Siento que todas mis heridas han sanado? ¿o solo parcialmente?

 

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27/02/2012, 18:57
Director

Notas de juego

Todas, aunque tienes algunos rasguños menores aún.

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27/02/2012, 18:58
Yaun Elur

No era el momento para llorar. Sin poder reprimir una mueca de asombro el gigante se puso en pie, estirando sus músculos, sorprendido de seguir vivo, y rápidamente empezó a traer al lugar en donde los magos se encontraban todos los restos de los sátiros que encontraba mientras se movía con lentitud, pero aprovechando su mayor envergadura, con cierta destreza

- ¡Monje! - dijo a Tadeus- Asómbrate luego. Esa niña morirá si no haces algo - dijo apresurándose, y mirando cual era la situación, y quienes seguían vivos, y cuantos de ellos estaban heridos

Notas de juego

Vendría bien un listado sobre como esta cada uno. Vaya masacre :)

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27/02/2012, 20:09
Nuruk ex Merinita

Nuruk trató de mantener la compostura. Bernardett olía a musgo y flores silvestres... y estaba demasiado fría. El mago la abrazó, cubriéndola con su propia capa.

"No, no me necesitas, pequeña" dijo con ternura."Te pueden los sentimientos. Pero mira..." señaló a Tadeus, sonriendo "...lo hemos conseguido."

No era difícil imaginar lo horrible que podía ser esa situación para una muchacha tan tímida, así que devolvió la mirada a Tadeus encarando una ceja, con cierta burla. La respiración de Bernardett, agitada, delataba que la hechicera estaba extenuada. Nuruk le acarició el pelo, sintiéndola vulnerable por primera vez desde que comenzó aquel extraño viaje. No pudo evitar estrecharla un poco más. Quizá era él quien la necesitaba a ella.

"¿Puedes caminar?" preguntó, reaccionando ante las palabras del gigante. No podía ver ni a Liara ni a Johann, y también necesitaban su ayuda. Bernardett le impedía moverse, pero no quería apartarla. Era peligroso dejarla, agotada y desnuda, sobre la nieve helada.

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28/02/2012, 00:04
Otto
Sólo para el director

Aquello dolía, pero dolía de verdad. No era como el dolor producido al cuerpo cuando una espina se clavaba en los dedos o un cuchillo filoso penetraba en la piel, ni siquiera el dolor de haber visto a su nieta muerta y sin el corazón había sido tan real como lo que sentía ahora. El dolor dejó paso a la ira una ira originada en aquel dolor. Quería detenerse, quería llorar, acurrucarse en el suelo y compadecerse de él y su dolor pero se obligó a continuar. Los magos se encaminaban hacia el, el humo empezaba a brotar pero todavía quedaba cerca de una docena más de engendros latientes, engendros que no eran otra cosa que una vida inocente destruida. Haciendo acopio de sus últimas fuerzas y consciente de lo que debía hacer se dedicó a apuñalar todos los corazones que fuera capaz antes de que los magos o el humo lo detuvieran.

-Si puedes hacer algo para ayudarme Bastet- dijo dirigiéndose a la gata mientras cobraba impulso para continuar con su tarea -....- las palabras no salieron, su fuerza, su voluntad, su ser completo se habían concentrado por completo en la tarea que tenía por delante

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28/02/2012, 13:58
Cristóbal

El grito de la joven hechicera rasgó el gélido silencio de la Selva Negra, haciendo que el cruzado dirigiera su mirada, por primera vez desde que se concentrara en la ardua tarea de arrancar los cuernos de las diabólicas criaturas, hacia el lugar en el que se encontraban el Merinita y el malogrado Tadeus. Lo que sucedió a continuación sólo podía aparecer a los ojos de Cristóbal como un portentoso milagro, reforzando la idea que el veneciano tenía sobre la magia: era un Don Divino, entregado por Dios a hombres y mujeres excepcionales, y no un diabólico poder en manos de seres maléficos.  Sin duda era Dios el que, a través de Bernardett y Nuruk, había obrado el portento, era la gracia divina la que despertó del sueño pétreo al asturiano. Cristóbal, con su alma inundada por el gozo, se abalanzó, a trompicones por el nevado sendero,  hacia Tadeus para fundirse con él en un abrazo. Sus lágrimas, ahora de alegría por el reencuentro, corrieron por sus mejillas vadeando las  cicatrices que surcaban el viejo rostro del cruzado. El veneciano sintió como la vida volvía a latir en el cuerpo de su amigo, vida que la piedra gris no había podido apagar.

“Tadeus,... querido amigo”- fue lo único que acertó a decir Cristóbal.

El Brazo del Emperador se enjugó las lágrimas y miró agradecido al merinita y a la muchacha que yacía junto a él. Todavía había trabajo por hacer, y los heridos necesitaban ayuda. Fue entonces cuando oyó un lastimoso quejido procedente del grupo que atendía al valeroso Johann.  Cristóbal conocía muy bien, pues lo había visto demasiadas veces a lo largo de su vida, el tono extremadamente pálido que había adquirido  tez  del guerrero. Aquel ya no era el rostro del capitán, sino el de la misma muerte. Aun mutilado y tendido sobre la nieve ensangrentada, el cuerpo de Johann se presentaba imponente, con su rubia cabellera bañada por aquella luz irreal que hacía pensar que el alma de aquel hombre ascendía por ella para disfrutar de la gloria eterna. Aquella visión contrastaba, desde luego, con el infierno en el que se encontraba el grupo. El cruzado avanzó hacia la mallorquina. Tal vez él no pudiera servir de ayuda a la hora de curar a los heridos, pero confiaba poder reconfortar el alma de su amiga en un momento tan duro. Cristóbal puso su mano en el hombro de la joven y dijo:

-"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.” Enelya, Johann era un gran hombre, seguro que su alma vivirá y nos acompañará siempre”

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28/02/2012, 23:23
Caduceo ex Jerbiton

Agotado por los últimos esfuerzos caduceo tuvo que sentarse en el suelo a tomar aliento mientras poco a poco recuperaba la respiración a la vez que notaba como se enfriaban sus posaderas. Observo como el merinita salvaba al monje y se sorprendió por ello pues pensaba que ya había pasado mucho tiempo para poder traerlo de vuelta pero fue el último aliento del fiel johann lo que más le afecto pues sus miradas se cruzaron en el último momento cuando la vida abandona al muchacho.
A lo largo de su vida caduceo había visto morir a bastantes personas. La primera de ellas fue un mendigo congelado en la calle. Bueno, en realidad ya estaba muerto cuando le vio pero el recuerdo de observar un cuerpo sin vida por primera vez es algo que perdura por siempre en la memoria. Ya se sabe, el primer muerto siempre sera el primero.

Tal vez por eso el cruce de miradas fuera tan dramático. Johann había muerto dando su vida por protegerlo y eso solo conseguía ponerle nervioso. ¿Acaso su vida era tan valiosa como para que otros se sacrificarán por él? ¿Que se suponía que debía hacer para que toda esta gente diera su vida por él?
Para despejar las dudas y centrarse en los asuntos más acuciantes caduceo cerro los ojos y empezó a meditar en silencio intentando pensar en cuales deberían ser sus próximos movimientos ahora. Un poco de concentración y meditación le vendría bien para recuperar el aliento y tener la cabeza despejada.

Cristobal:
-"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.” Enelya, Johann era un gran hombre, seguro que su alma vivirá y nos acompañará siempre”

Amen -  pensó caduceo que pesé a no ser un hombre de fe había escuchado los rezos lo bastante como para comprenderlos y respetarlos.

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29/02/2012, 04:46
Bernardett ex Bjornaer

- Te dije hace poco... sirves mas corriendo... que dando desmayos en el camino… - le respondió la chica entrecortadamente ya que le costaba a causa del cansancio.

Escuchar a Nuruk la tranquilizo, que estuviera ahí, consiente le devolvía un poco la calma a ese torbellino de emociones que invadían a Bernadett. Estaba realmente exhausta, estaba tan cómodo encima del cuerpo de Nuruk que por un instante pensó en quedarse ahí y no abrir los ojos. Quizás era el calor que pasaba a su cuerpo estando ahí arropada por él... quizás era solo que por primera vez en su vida no se sentía sola.

En eso, la chica reacciona al escuchar y ver al monje ahí delante de ellos observándolos, sintió verguenza muchísima sobre todo con Nuruk.  Caer en cuenta de lo cerca que estaba de él la turbo al punto de casi temblar a causa de la pena que le dio.  Con un gran esfuerzo, se soltó del abrazo de mago, y se tumbo a un lado de él. El frio del suelo le golpeo durísimo en la piel. No había sentido frio hasta ese momento… quizás fue a causa de la debilidad que sentía a causa del cansancio… quizás fue por el calor que le daba el arropo en los brazos Nuruk.

Aun le costaba respiran, sentía mucho frio aun mas estando tendida totalmente desnuda en el suelo pero se sentía tan cansada que el solo pensar ponerse de pie le parecía tremendamente difícil… casi sintió que era mejor quedarse ahí sufriendo a causa del frio, ella no sentía que había salvado a nadie, fue por su culpa que todo salio peor y ahora todos pendian del hilo entre la vida y la muerte… se lo merecía, merecía castigarse, merecía sentir el dolor helado de la nieve… así tal vez era menos doloroso el sentimiento de culpa…

- puedo… podría caminar… - le respondió a Nuruk , volteando el rostro, la pena y la culpa no le dejaban mirarlo directamente a la cara – ... pero déjame aquí… la niña … la niña merece toda la atención que le puedas dar ahora…

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29/02/2012, 21:08
Tadeus

Los ojos de Tadeus volvieron a abrirse fruto de alguna maldición, o eso estaba pensando el monje que no entendía el sentido de todo aquello. Hace un segundo estaba sumido en una indescriptible sensación de paz y ahora por algún motivo que escapaba a su comprensión estaba de nuevo tumbado apoyando su quemada espalda en la fría nieve y rodeado de muerte y desesperación. Desesperación, eso es lo que debería de haber sentido el joven, pero no fue eso lo que sintió. El cálido abrazo de su gran amigo Cristóbal había alejado todo sentimiento de duda de su mente. Casi no pudo articular palabra de agradecimiento, mas por miedo a no ser capaz de producir sonido que por cansancio. Estaba de nuevo aquí por alguna razón,que no tardaría en aparecer. ¡Monje!,Esa niña morirá si no haces algo- Y ahí de apareció, el motivo. Con gran dificultad intentó levantarse, no fue a la primera cuando lo consiguió pero eso poco importa. Al fin consiguió alzarse y dirigirse hacía Liara, con intención de sanarla.

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01/03/2012, 00:19
Ludwig

Las tiras de cuero se le clavaban en los dedos hasta cortarle la piel, pero el lazo con que apretaba el muñón sangrante había resultado insuficiente. Ludwig notó que el hombre había dejado de respirar. Levantó el rostro hacia la noche, desesperado, y entonces percibió un cambio de colores a apenas un paso. Entre el llanto de Enelya y las oraciones de Cristóbal, el monje había vuelto a tornarse carne y, con torpeza, procuraba incorporarse.

-Maldita la puta que me echó al mundo... -murmuró asombrado.

-¡Monje! Asómbrate luego. Esa niña morirá si no haces algo.

El vozarrón de Yaun Elur sacó a Ludwig de su estupefacción. Se incorporó de un salto, sin percatarse que sus heridas habían sanado, y tomó del brazo a Tadeus. Casi a rastras lo condujo hasta la pequeña. La niña aún vivía, aunque sus ojos azules permanecían entrecerrados. Una mancha oscura de sangre se secaba en su vientre. Alguien había extraído ya la flecha.

-Curadla, padre, maldita sea -le imploró el cazador-. Decidme qué hacer y yo os ayudaré.

 

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01/03/2012, 02:30
Yaun Elur

Yaun murmuró algo entre dientes. Que desastre. Que maldito desastre. Al menos la mayoria estaban vivos. No debía tocar a los heridos que aun no estaban curados. Calculó mentalmente, y se acercó hasta la tendida en la nieve Bernadett, sin poder evitar escuchar la conversación entre esta y el otro mago, el tal Nuruk. Sin decir una palabra se acercó a esta y la tomó con sus grandes manos, poniéndola sobre sus hombros y dándole algunas pieles que llevaba en su zurrón para que pudiera combatir el frío. El gigante actúa con naturalidad y no hace caso alguno a las protestas de Bernadett, las haya o no.  

- Eres una idiota - rezongó- y por mucha maga que seas alguien debería azotarte hasta que fueras capaz de controlar tu poder de transformación. Pero si piensas que sentirte mal ayuda a alguien estás equivocada. Además, si no fuera por ti, estariamos muertos. Consuélate con eso, si puedes, y descansa en mis hombros. Abrígate con las pieles, y recupera fuerzas. Necesitaremos tu magia pronto. Y espero que además de tu truco de convertirte en una máquina de matar de poder brutal seas capaz de hacer otras cosas. Porque necesitamos magia, y mucha, para poder salir con bien de esto. Con bien relativo, quiero decir. - el gigante, desde luego, sabía hablar y no parecía decir muchas tonterías. Al margen de su vozarrón se notaba que no era idiota- La próxima vez no se si te quitaré del camino de una piedra que te abra la cabeza - rezongó nuevamente recordando el dolor del golpe sobre su cara, y luego se las arregló para medio sonreir y dar una suave palmada a la chica-  Bromeo, recupera fuerzas y anímate  

Tras estas palabras se acerca a donde está la niña y el cazador

- Lo de animarse tambien va por ti Ludwig. Sin ti y sin mi no habríamos encontrado la pista de la chica, y ella estaría muerta. A ver si nuestros magos pueden salvarla. Pero lo principal es seguir vivos todos los que podamos. No es momento para caer en la tristeza 

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01/03/2012, 05:03
Bernardett ex Bjornaer

Bernardett ante semejante sorpresa y desapacible gesto de Yuan, solo puede mirarlo con los ojos abiertos como platos por la sorpresa. Con cada palabra que decía el gigante, la chica lo miraba mas fríamente, la impotencia aumentaba con cada palabra… aunque era más rabia lo que sentía. Como se atrevía a comentar algo sobre lo que el no podía siquiera comprender… como venia a decirle que solo se consolara por el haberles “salvado” la vida… que sabia él de sus problemas y de lo que podía o no hacer… para Bernardett mas que un bofetón para ayudarla, fue mas una intromisión de su parte… el no tenia derecho a juzgarla y mucho menos echarle en la cara todo el problema que atormenta su existencia… Bernardett podía ser tímida, callada y hasta tonta en muchas cosas… pero era orgullosa hasta la hasta la ultima de sus vertebras, era lo único que había erado de su madre… para su desgracia. Además, ella no era mujer de bromas…

A Pesar de todo el enojo que sentía, no le respondió, muy en el fondo sintió que el gigante tenia razón, cosa que le molestaba y no encontrar palabras para debatirle era lo que mas impotente le hacia sentir. Solo permaneció ahí, callada y mirándolo intensamente, era evidente que no le gustaba ni un poquito lo que decía…

Vio las piles y las tomo, pero no se las coloco encima…  Aunque su voz aun era débil y frágil a causa del frio y el cansancio, la forma en como respondió fue totalmente seco y con tono autoritario… y sin dejar de mirarlo en ningún momento…

- No soy yo la que necesita esto, es a esa niña a la que tienes que sacar de este suelo húmedo y frio… arrópala a ella con tus pieles…

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01/03/2012, 13:20
Yaun Elur

- Hay otros cuidando a la niña. Necesita algo mas que estar seca. Se está muriendo. Si se logra salvarla, nos preocuparemos que entre en calor - dice el gigante en absoluto intimidado- Y cuando todo esto termine, y estemos vivos, ya decides si matarme o convertirme en sapo o lo que quiera que hagais los magos con quienes les ofenden salvándoles la vida, y dándoles algo que necesitan - gruñe el gigante- Pero por ahora conservad vuestras fuerzas, puesto que todos las necesitaremos

O el gigante era alguien de una extraordinaria voluntad, o se había enfrentado a algo mas intimidante y poderoso que Bernadett alguna vez en su vida. No había otra explicación

 

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01/03/2012, 16:51
Enelya

Enelya notaba como la vida de Johann se apagaba sin que ella pudiera hacer nada, el valeroso guerrero moría como un gran capitán, empuñando su espada. Las lágrimas no cesaban mientras le colocaba la espada sobre su pecho. -Requiescat in pace –dijo casi inaudible. Sobre su hombro notó el calor de las palabras de ánimo de Cristóbal.  A su alrededor todos se removían sobre la pequeña, pero Enelya, arrodillada en el frío suelo y con la mirada perdida en la nieve, se vio sin fuerzas para levantarse una vez más, quedó exhorta durante unos instantes. Aunque en su interior buscó fuerzas para levantarse, solo pudo recordar el sonido de la risa de Liara.

– Ya basta- dijo con severidad la arquera a las voces que discutían, contenía sus ganas de mirar a la causante de la muerte de Johann -Debemos darle una sepultura digna a los caídos- ordenó al grupo. Se levantó y se dirigió hasta Liara, junto al monje y el cazador. Agarró la mano de Liara y esperó respuesta a la pregunta de Ludwig a Tadeus.
-Decidme qué hacer y yo os ayudaré.-

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01/03/2012, 17:46
Director

Tosiendo por su propio veneno, Otto siguió apuñalando corazones, uno a uno. Con cada órgano destruido, temblaba la caverna, como si ella misma fuera un gran corazón, acuchillado por aquel pequeño insecto que era Otto: una insignificante criatura en el plan maestro del Antiguo, cuyo brazo palpitaba en Ira y Dolor. Cada vez más agotado, Otto siguió con su férrea misión suicida, ahora arrastrando a causa de la ponzoña que inundaba su cuerpo, y de algo más. Un peso que no podía describir cargó sus hombros, sus brazos, sus viejas piernas. Cuando tosió, la sangre surgió negra de su interior. Fuera lo que fuera aquello que sentía, lo estaba matando por dentro, más rápido que su propia toxina.

Bastet

La palabra resonó en su mente, y le hizo gritar de dolor. También sintió el sufrimiento de la gata ante la llamada de Él, pero en ella el dolor no fue físico. Había, lo sentía el anciano herborista, una especie de conexión entre los dos seres, una atadura más poderosa que cualquier unión física o mental.

Bastet

Otto cayó de rodillas, cuando solo dos corazones quedaban palpitando en la cueva. Diversas rocas cayeron sobre él, golpeándolo, aunque por fortuna ninguna fue lo bastante grande como para acabar con él. Pero para su castigado cuerpo, cada golpe era sentido como un duro latigazo que rasgaba su piel.

Bastet

La gata estaba a su lado, cumpliendo una promesa no hecha de no abandonarle. Los encapuchados, oscuros bajo sus telas azabaches, fueron cerrando el círculo alrededor del extraño animal y del anciano. Lentamente, sus túnicas cayeron al suelo, mostrando unos cuerpos extremadamente pálidos, de esqueléticas manos y ojos vacíos. Sus bocas, sin dientes, gritaron en silencio.

Bastet

La gata maulló, y Otto lo supo.

Ya venían.

Las sombras.

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01/03/2012, 17:47
Director

Liara todavía vivía, por fortuna. Tadeus y Ludwig lo supieron nada más llegar a ella. Con premura, terminaron de vendarla, con el monje aplicándole un ungüento en su malherido pecho. El cazador no hizo caso a las palabras que procedían del resto del grupo, por lo que no supo si discutían o no. Necesitaban fuego para…

Liara abrió los ojos, más azules que nunca antes. El miedo brilló intensamente en ellos.

Él las ha llamado —dijo, con su boca seca—. Otto lo está matando, y Él las ha llamado para matarlo.

Algo cruzó el bosque, cerca del sendero. Algo oscuro.

Luego, al otro lado, otra forma negra pasó entre los árboles.

Y otra, y otra. Y otra.

Entonces, aquellas cosas gritaron.

Más oscuras que la propia noche, las sombras corrieron hacia el interior de la Selva Negra, ignorando a los aventureros. Las mismas sombras que habían atacado Altes Gestein en el pasado, o quizás en el futuro. Ludwig no las conocía, pero no tardó en sentir el fatal temor que transmitían.

Más que verlas, las sintieron. Las sombras no tenían forma definida, y eran terribles a la vista, cambiando de forma según avanzaban: a veces parecían tener varias cabezas, o decenas de extremidades, o miles de pequeñas bocas de curvos dientes. O, simplemente, parecían un desordenado caos oscuro y maligno, a cuyo alrededor la temperatura parecía descender. Esos engendros, agentes del Mal, sin embargo, ya no reían como usualmente, con esas risas gélidas y horribles.

Gritaban de angustia y, quizás, de miedo. Eran cientos de ellas.

Fuera lo que fuera que las había convocado en el corazón del bosque, estaba sufriendo.

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01/03/2012, 19:00
Otto
Sólo para el director

Uno a uno los corazones fueron cayendo bajo su daga, por un momento creyó que lo lograría, pero pronto comprendió que no sería así. Cayó presa del dolor el veneno y algo más. Algo extraño y poderoso, algo que intentaba impedir a toda costa su tarea y, lo peor de todo, es que ese algo iba a lograrlo.
Sintió aquel lazo entre la cosa y Bastet, era fuerte, poderoso y primigenio. Vio a las figuras como realmente eran, parecían hombres, seres torturados, almas en pena. No supo si eran o no humanos pero tampoco tendía tiempo para detenerse a evaluarlo, después de todo ya ni siquiera importaba.
Tan cerca y tan lejos a la vez.
Se lamentó con un gruñido bajo cuando una piedra golpeó su hombro, casi pierde el cuchillo pero logró sujetarlo a tiempo. Rodeado por sus enemigos, con sus fuerzas agotándose y siendo consumido por dentro por un extraño poder, Otto se desoriento y perdió contacto con la realidad por unos segundos. Segundos que le dieron paso a una idea, quizás tonta, quizás no tanto.
Abrazó a Bastet con su brazo izquierdo, la miró a los ojos y con un débil murmullo dijo.

-Lo siento, debo hacerlo-

Su mano diestra se movió hacia adelante enterrando el puñal el pecho de la gata, buscando destruir su corazón. Cuando creyó que lo hubo logrado incorporó la parte delantera de su torso, colocó el cuchillo entre el suelo y su pecho y se dejó caer.
No había tiempo para nada más.

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01/03/2012, 20:33
Enelya

-Li, ¿como estas? – la joven no podía evitar la alegría de ver a Liara despierta, sacó su odre y levantó la cabeza de la pequeña para que bebiera agua. –Bebe, ¿Qué ha pasado? ¿Quién es Él? - añadió mientras las sombras pasaban velozmente. Esperó a que esta pudiera hablar y contarles algo de lo ocurrido.
Enelya miró a un desconcertado Ludwig y le explicó- Son las mismas sombras que nos atacaron en la Torre de Altes Gestein, se alimentan de las almas – la joven recordó el preciso instante en el que unas de las sombras mataba atravesando con sus garras el pecho de Rodrigo sin que ella pudiera hacer nada. - No hay forma de destruirlas con las armas que disponemos, salvo por una… – Continuó la joven señalándole con la mirada hacia el hacha del gigante.

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02/03/2012, 00:08
Ludwig

Aquellos seres, aquellas formas negras, pusieron el vello de punta a Ludwig. No sabía qué eran, pero podía percibir con claridad que eran innegablemente malignas, crueles y peligrosas. Oyendo las explicaciones de Enelya, su miedo no hizo sino aumentar. ¡Alimentarse de almas! Inmediatamente el cazador se santiguó.

-Por las barbas de Jesucristo… ¿Esas cosas van a atacar al anciano?

-No hay forma de destruirlas con las armas que disponemos, salvo por una…

El hacha negra del gigante era un arma inusual y temible, desde luego. Una idea destelló en los ojos del cazador.

-Puede, pero no dejan de ser condenadas sombras –repuso, incorporándose-. Y no conozco ninguna sombra que no se aparte de las putas llamas.

Con paso resuelto se acercó al más cercano de los árboles, y escarbó unos momentos en la nieve junto a su tronco, poniendo al descubierto una gruesa rama caída. Repitió la operación en otros lugares de las inmediaciones, reuniendo en poco tiempo un mediano haz de leña. Se agachó unos pasos más allá, lo más alejado posible de las copas cargadas de nieve, y sacando su cuchillo y un trozo de pedernal comenzó a echar chispas sobre unas cortezas. La fogata pronto estaría lista.

-Los heridos podrán descansar y calentarse, con sólo que extendamos alguna manta aquí cerca –prosiguió, soplando la vacilante llama que acababa de crear-. Los que continuemos quizá tengamos algo con lo que defendernos. Ahora deberíamos decidir, y rápido como si un tejón nos mordiese el culo. Continuar buscando a la otra niña o socorrer al viejo.

Asió una de las varas más largas, comenzando a envolverla con la maleza arrancada a un arbusto seco. Recordó la hoguera con que había asfixiado al Jabalí de Stanberg. Siempre se le había dado bien el fuego.

 

Notas de juego

Unas cuantas antorchas están en camino. Si ya habeis probado el fuego contra esas cosas, no estaría de más que avisáseis a Ludwig. //_^

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02/03/2012, 13:20
Cristóbal

Cristóbal se estremeció ante la visión de las terribles sombras. A su mente acudieron los cuerpos mutilados de los defensores de la Vieja Roca, recordó cuan inútiles eran las espadas y las flechas contra aquellas criaturas del averno. El acero las traspasaba sin hacerles el más mínimo daño mientras ellas, con una especie de sonrisa burlona, destrozaban sin piedad a todo el que se cruzara en su camino. La temperatura había descendido al paso de las grotescas formas y el cruzado se sentía impotente ¿Cómo podría él enfrentarse a las sombras? Las palabras de Liara solo hicieron que aumentara su malestar ¿Cómo era posible que se alimentaran de almas?
El veneciano necesitaba respuestas y, tal vez, el gigante pudiera darle algunas.
-“Yaun Elur, amigo, antes dijiste que no habíamos retrocedido en el tiempo, pero ¿Cómo estás tan seguro de ello? Y, lo que más me preocupa ahora, ¿Qué tiene tu hacha que puede hacer frente a las demoníacas formas que atacaron la Vieja Roca? Yo vi como hombres valientes las traspasaban con sus espadas sin causarles el menor daño. Dime, amigo, todo lo que sepas, si es que sabes algo más que nosotros, pues es importante conocer a qué nos enfrentamos exactamente.