Partida Rol por web

Altes Gestein

Escena I - Buscando la Vieja Roca

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15/12/2011, 22:39
Nuruk ex Merinita

"Tiene miedo" repitió Nuruk, despacio, como si aquello fuera lo único de lo que estaba seguro. Él también lo tenía por la niña, y más aún, miedo de no poder encontrarlas. "Y no sé dónde está. Algo va mal."

El mago volvió a perder la mirada hacia el Este, y luego, al Oeste, tras los sabuesos.

Notas de juego

Este es sólo para Enelya.

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15/12/2011, 22:46
Nuruk ex Merinita

Nuruk tocó con suavidad el hombro de Enelya para calmarla.

"Así no sirves" dijo, como tantas otras veces cuando, demasiado nerviosa, o triste, erraba un disparo.

Luego miró fijamente a los ojos a Kuansor.

"La pregunta no es qué... sino dónde, ¿verdad?"

Su rostro se tornó decepcionado. Había sentido mucho respeto e incluso cierta simpatía por aquellos dos magos, pero ahora, que los veía capaces de... (no quería ni pensarlo) con tal de fundar una Alianza, había desaparecido. Estaba seguro de que Kuansor no podía encontrar la Vieja Roca (al menos mágicamente), al igual que él no podía encontrar a Liara.

"Gloria, ¿tan importante es para ti? ¿incluso así?" dijo, sosteniendo su mirada violeta en los ojos de la hechicera unos segundos.

"Vamos a buscarlas" dijo, esta vez para sus compañeros "Creo que ya sé dónde están"

Y se encaminó hacia el Oeste, pero se detuvo, una vez más, un instante, para mirarlos con desprecio antes de continuar el camino bajo la nieve.

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15/12/2011, 23:17
Nuruk ex Merinita
Sólo para el director

La voz del mago azul resonó en la mente de Gloria y Kuansor, más allá de la noche helada

"Me dais muchísima pena. No merecéis nuestra ayuda. No lo esperaba de vosotros. Pero hay algo que sí podéis esperar de mi: si le ocurre algo a esas niñas, no habrá sombras que destruyan vuestra Alianza y vuestras vidas. Yo mismo lo haré. Lo juro."

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16/12/2011, 00:18
Cristóbal

“Calma, querida Enelya, las encontraremos. Dios guiará nuestros pasos y nos protegerá”

Tras intentar tranquilizar a la joven, Cristóbal se apresuró a seguir los pasos de Nuruk, no sin antes entonar una alabanza a Dios:

“Ataca, Yahveh, a los que me atacan, combate a quienes me combaten; embraza el escudo y el pavés, y álzate en mi socorro;  blande la lanza y la pica contra mis perseguidores. Di a mi alma: Yo soy tu salvación."

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16/12/2011, 00:51
Ludwig

-¡Quietos aquí! -exigió Ludwig a los perros-. ¡Silencio!

Ignorando el excitado caracolear de sus animales, el montero se inclinó junto a los cuerpos. ¿Qué marcas eran aquellas? ¿Qué clase de bestia osaba entrar a un poblado de aquella manera y era capaz de matar de forma tan brutal y silenciosa? Sin duda un ser muy especial, muy inteligente, muy peligroso, y nada natural. Instintivamente volvió el rostro hacia el corpulento hombretón que le había seguido en su carrera. ¿Un ogro quizá? Tal vez un Werwolf o algún otro tipo de Doppelgänger.

Luego avanzó un poco más, cavilando lo que había visto. Un blanco manto cubría los campos y la carretera que llevaba a la puerta. Una sonrisa lobuna, codiciosa, se dibujó en los labios de Ludwig, y salió a buscar el rastro que sin duda los pasos del monstruo habían escrito sobre la nieve. Un fino copo, apenas visible, cayó bailoteando ante él. Otro más tocó su rostro con una caricia fría.

-Maldita mi suerte -masculló para sí mismo-. Una nevada ahora puede arruinar la pista. Hay que apresurarse.

Notas de juego

Creo que no hace falta, pero precisaré las preguntas implícitas en el turno:

-¿Quién, quienes o qué puede haber abierto las puertas, asesinado a los guardias en silencio y presumiblemente raptado a las niñas llevándoselas a la carrera?

-¿Por dónde llegó/se ha ido? Teniendo en cuenta que puede haber llegado recientemente o no, y también puede ser una pista falsa y no haber salido aún de la ciudad.

Si son necesarias tiradas indíquemelo, señor Director. Estoy a su disposición.

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16/12/2011, 10:20
Khalek ex Bonisagus

 Pongo mi mano en el hombro de Enelya para tratar de confortarla y le pregunto a Gloria y al oso, con cara de pocos amigos:

 - ¿De que va todo esto?. Si la niña corre algún peligro. es mejor que lo digáis...

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19/12/2011, 21:47
Director

Con la nieve cayendo sobre su débil cuerpo, Otto se movió hasta el final de la calle, que parecía más larga de lo que recordaba. Llegando a la esquina por la que la extraña mujer había desaparecido, se asomó, apoyándose contra la pared para descansar. Su aliento formaba suaves nubes ante su viejo rostro.

No había nadie. Solo una calle vacía…

Oyendo voces, volvió la vista atrás. Bajo la nevada nocturna, e iluminados por las antorchas de la ciudad, varios de sus compañeros avanzaban como una procesión fantasmal. A los lejos, oyó los ladridos de los perros que suponía de Ludwig. Al parecer, procedían de las puertas occidentales de Rottweill… la dirección que llevaban sus compañeros.

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19/12/2011, 21:47
Director

Las palabras de Nuruk parecieron traspasar a Gloria, que bajó la vista al suelo. Aquella no era la mujer decidida que habían conocido, solo una sombra de lo que fue… o de lo que iba a ser. Kuanstor ni se inmutó mientras el grupo se alejaba tras el mago árabe. Solo Khalek se mantuvo un momento atrás, mirando a los magos con cierto odio.

-¿De qué va todo esto? Si la niña corre algún peligro, es mejor que lo digáis...

Gloria pareció no oírlo durante unos segundos, casi como si su atención estuviera puesta en otro sitio. Entonces, volviendo en sí, miró al mago.

-No lo sé, Khalek ex Bonisagus –dijo con simpleza, sacudiendo la cabeza con tristeza-. No es así cómo…

Kuanstor le puso una mano en el hombro, y Khalek los dejó, uniéndose al grupo que seguía a Nuruk.

Bajo la nevada nocturna, e iluminados por las antorchas de la ciudad, avanzaron como una procesión fantasmal. A los lejos, oían los ladridos de los perros que suponían de Ludwig. Al parecer, procedían de las puertas occidentales de Rottweill.

Fue entonces, cerca de éstas, cuando vieron por un callejón lateral a Otto, solo y jadeante, al fondo de la calle.

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19/12/2011, 21:48
Director

Con premura, Ludwig azuzó a sus canes para no perder el rastro. Yaun Elur lo siguió de cerca, mientras Johann se quedaba atrás.

-Tengo que encontrar a Otto –dijo el hombre con cierta preocupación, antes de hacer un ademán con la mano-. Ya os alcanzaré… ¡encontradlas!

En efecto, había un rastro en la nieve. Varias huellas de personas, algunas pequeñas, y otras de…

-Algo que vuela –gruñó el gigante, agachándose con todo su pesado cuerpo junto a unas ligeras marcas-. ¿Wyverns?

Ludwig asintió, pero ahí había algo más. Unas huellas que no conocía, y que parecían cambiar cada pocos pasos: vio lo que parecían huellas de lobo, o perro; otras de algún tipo de equino, otras eran claramente garras…

El rastro se perdió finalmente, aunque la dirección era obvia. Yaun Elur puso palabras a sus negros pensamientos.

-Schwarzwald.

Los perros de Ludwig regresaron a su lado, mientras otra idea cruzó la mente del cazador: ¿Por qué las huellas más pequeñas, que seguramente debían corresponder a una de las niñas, o a las dos, parecían indicar que caminaban por voluntad propia en esa dirección?

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19/12/2011, 22:39
Otto
Sólo para el director

Vio a sus compañeros y escuchó a los perros, todos se dirigían hacia el extremo opuesto. No los alcanzaría y de hacerlo poco podría hacer. Pensó unos segundos y dirigió seguir por el callejón, quizás la suerte le sonriera y diera con algo que sus compañeros habían pasado por alto. Busco pisadas, rastros de la mujer o su mascota sobre la nieve y caminó, avanzando atento a cualquier rastro o indicio.

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19/12/2011, 23:12
Director

De repente, Otto desapareció por el callejón, doblando una esquina.

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21/12/2011, 11:10
Cristóbal

Cristóbal miró extrañado como el anciano Otto desaparecía por el callejón.
“Esto no pinta nada bien”, dijo, mientras se adelantaba a sus compañeros, haciéndoles un gesto con la mano para que se detuvieran.
“Voy a inspeccionar ese callejón, esperad aquí”.

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21/12/2011, 20:06
Caduceo ex Jerbiton

Caduceo, extrañado de que Otto perdiera el grupo o quedara rezagado, siguió a Cristóbal a una distancia prudencial, para tratar de proteger al cruzado en caso de necesitarlo y tener tiempo de reaccionar si algo les sorprendía.

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21/12/2011, 23:26
Ludwig

Ludwig se rascó con fuerza la nuca, metiendo la mano bajo la capucha. El rastro no auguraba nada bueno. Un grupo de seres capaces de asesinar a dos hombres armados se dirigía hacia lo profundo de la selva en plena noche, y al parecer sólo podía contar con un desconocido -de imponente figura, eso sí- y con sus perros. Se sorbió los mocos y escupió sobre la nieve.

-Esas niñas van porque quieren -informó a su compañero-. O porque están bajo un jodido hechizo. Necesitaríamos a los magos aquí.

¿Qué hacer? Esperar a los otros podía significar perder el rastro, si es que venía alguien más tras ellos. Seguirlo podía significar caer en las manos de una banda de monstruos sanguinarios. Miró hacia atrás, al dintel de una puerta que permanecía desierta. Habían separado al grupo nada más empezar la persecución.

-Hijos de la gran puta -maldijo, tomando una decisión-. Esos cabrones son listos de verdad... ¡Adelante, Anfänger, corre tras ellos! ¡Síguelos, Hase, ve y muérdeles el culo!

Arrancó la rama de un arbusto cercano y la clavó en la nieve lo más profundamente posible. Dejaría un rastro para los que llegaran detrás. Un rastro que hasta un ciego pudiese seguir.

Notas de juego

Disculpe mi lenguaje, señor director, pero he decidido justificar la Comunicación negativa de Ludwig mediante el uso innecesario de palabrotas.

Espero que alguno de los magi le esté siguiendo, porque si no acabará como un poco de carroña en las lindes del bosque.

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26/12/2011, 11:36
Director

Los ladridos de los sabuesos lo precedían. Caminando sobre y bajo la cada vez más densa nieve, ágilmente Ludwig, pesadamente Yaun Elur, la pareja fue marcando el terreno para sus compañeros con ramas y trozos de tela del gigante. El cazador sabía que se dirigían a la Selva Negra, pues ésta ya aparecía claramente ante sus ojos. Entonces, se dio cuenta.

-Schwarzwald no es un lugar para los humanos –dijo la grave voz de Yaun, mientras Ludwig observaba que, a pesar de la cerrada noche, aquella vasta masa de árboles brillaba levemente, con un aura blanquecina que destilaba una sensación ajena al mundo de la ciudad, al mundo de lo cotidiano y lo conocido.

Al menos, podían ver, aunque el hombre sintió una necesidad casi imperiosa de encender un fuego, como si aquello pudiera alejar los oscuros pensamientos que acudían ante la fantasmal vista, que los esperaba a una milla de distancia… ¿una milla? ¿Desde cuándo estaba tan cerca aquel embrujado bosque?

El ladrido de los perros se hizo tenso, acelerado. Una serie de chillidos agudos contestaron desde el aire. Sobre los dos aventureros, tras la nieve que caía y la noche sin estrellas, unas correosas alas destellaron durante un segundo bajo la luna llena. Luego otras, y otras.

Los sabuesos regresaron junto a Ludwig, gruñendo al cielo. Yaun Elur sacó sus hachas gemelas, que sorprendentemente resplandecieron negras. En los oídos expertos de Ludwig se oyó el sonido del batir de alas, y la inconfundible resonancia casi imperceptible del descenso en picado.

Venían de todas partes.

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26/12/2011, 11:36
Director

Otto caminó lentamente por la oscura calle, bajo la nieve que caía, bajo la noche de luna llena sin estrellas. Llegó a otro cruce, pero no había ni rastro de aquella extraña mujer… hasta que oyó el peculiar graznido del wyvern a sus espaldas. La voz sonó femenina, pero dura.

-No debiste seguirme, viejo –Otto fue incapaz de moverse, aunque no supo si se debía al miedo o a otro motivo más arcano-. Están más allá de tu alcance, y ya no podréis…

De repente, los miembros del anciano se sintieron libres, al tiempo que la voz de aquella hechicera se cortaba bruscamente. Otto oyó ruidos tras él, lejos, al fondo de la calle. Mirando atrás, más allá de la mujer de la túnica carmesí, más allá del pequeño wyvern sobre su hombro, vio a Cristóbal, el veterano cruzado, y a Caduceo ex Jerbiton. La armadura de uno y la túnica de otro destellaron bajo las antorchas, atrayendo la atención de aquella mujer y de su criatura.

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26/12/2011, 11:37
Director

Moviéndose con pasos ligeros por la oscura calle, Cristóbal avanzó hacia el lugar donde Otto había desaparecido misteriosamente. De cerca, y bajo la nieve que caía desde la noche sin estrellas, Caduceo avanzaba, presto en la ayuda.

Entonces el cruzado y el mago doblaron la esquina. Para sorpresa de ambos, encontraron a Otto al fondo de la calle, a unos diez metros… pero no estaba solo. Entre ellos y el anciano, estaba la mujer de la túnica carmesí. Su rostro mostraba cierta sorpresa, mientras sobre su hombro, el wyvern les gruñía. La armadura de Cristóbal y la túnica de Caduceo destellaron bajo las antorchas, mientras la tela roja de aquella hechicera se movía suavemente bajo una ligera y fría brisa nocturna.

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26/12/2011, 11:37
Director

El grupo vio a Cristóbal y a Caduceo partir por la calle por la que, misteriosamente, Otto había desaparecido. Los vieron doblar la esquina, y desaparecieron de su vista. Bajo la nieve que caía del cielo sin estrellas, Tadeus rezó por su compañero, esperando la ayuda de su Dios.

Casi como si fuera llamado por éste, Johann llegó corriendo en ese mismo momento.

-Ludwig tiene el rastro de las pequeñas –dijo, jadeando por la carrera-. Debemos volver con él… ¿dónde está el resto?

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26/12/2011, 14:36
Otto

-Hey Niña. Estabas hablando conmigo. ¿Qué les ha hecho? ¿Qué has hecho con mi nieta?- dijo el hombre con un grito intentando atraer la atención de la mujer

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27/12/2011, 01:57
Khalek ex Bonisagus

 Miré a nuestro compañero y respondí de inmediato:

 - No lo se, lo mejor es que tú y alguien más vayáis a buscarles enseguida. Mientras tanto, el resto iremos con Ludwig para ayudarle.

 Sabía que Enelya querría ir enseguida a buscar a su pequeña y yo no quería dejarla sola sin apoyo. Además de eso, no había tiempo que perder en seguir el rastro de las niñas, tiempo que perderíamos si todos nos entretuviéramos buscando al resto del grupo.