Partida Rol por web

Era culpa mia. Yo había sabido que la chica era un engaño. Debí haberles impedido ir. Debí haber intervenido.

Pero no, tenía que tener un estúpido plan, como si fuera una especie de héroe de los tebeos. Idiota. Mi padre tenía razón. Mi poder es tan útil... como el de Cifra. Y todos sabemos como acabó Cifra. Virgencita, por favor, que no les haya pasado nada. Estoy seguro que tienen que estar aquí. No perdamos la calma. Si han ido juntos y esos seres tenían poderes, entre ellos no hay duda que está el de la esfera aquella. ¿Y por qué no el de invisibilidad? En realidad el problema es que ellos saben lo que hacen, y nosotros no. Ni siquiera hemos ensayado por el amor del cielo.

Vamos, apareced de una vez, que no os haya pasado nada. Vamos.

-Sí, volvamos a la cabaña para empezar a buscar desde cero. Miraremos desde allí a ver si vemos algunas huellas.- dice Hana volviendose hacia atrás en el camino.

Tras el drefaudante intento que habia experiemando al intentar encontrar algo , necesitando solo un pequeño empujon de mis compañeros , decido no darme por vencido.....Hago gestos indicando que alguien me empuje hacia arriba. Algun voluntario?...solo necesito un empujoncito para poder alzarme hasta mas alto que los arboles.....

- No tiene sentido volver a la cabaña - respondo a Hana y a Ethan- Yo les seguí. Les seguí exactamente hasta ese árbol - digo mientras me acerco al mismo y trato de ver si aun estan las huellas de ellos, y las mias propias

- Pues en ese árbol no hay nada. Ni los vemos, ni los escuchamos, ni los olemos, y ni siquiera somos capaces de intuirlos. Se aceptan sugerencias...

 -Yo creo que lo mejor es volver hacia la cabaña, y mirar por si vemos alguna pista alrededor.- digo mirando a Ethan intentando mostrarte mi desconfianza.

-Y si no...podríamos llamar por teléfono a alguno de los compañeros que se fueron ¿no?.- pregunto algo más animada.

Están vuestras huellas, de hecho, desde que ha desaparecido lo que parecía una burbuja... podéis caminar libremente y vuestras huellas persisten, como es normal.

Empieza a pasar un aire helado... al cielo parece que lo está cubriendo una fina capa de nubes grises oscuro... que presagian tormenta... y con un poco de mala suerte, tormenta de nieve.

 -Creo que lo mejor es que volvamos a la cabaña... se avecina tormenta, y podría dejarnos incomunicados...- dice Hana.

Hace frío. Hana se pega a Ethan, intentando obtener algo de calor, y esperando escuchar las opiniones de los demás compañeros.

- Tormenta, frío y viento. Además, estamos en mitad de un monte nevado. ¿Queréis más motivos para volver a la casa? Mirad, no quisieron organizar ningún tipo de grupo, entrenamiento o algo similar. Lo que tenga que pasar, que pase, seguro que pronto aparecerán. Además, está Mark con ellos, de él me fío.

Ethan cierra los ojos con fuerza y aprieta los labios. Con sus manos protege a Hana frotándolor por sus brazos para intentar hacerla entrar en calor. Levanta una pierna, sacude la nieve en ella y se gira dispuesto a dirigirse a la cabaña antes de que llegue lo peor.

 Hana se dirige hacia la cabaña, junto con Ethan. 

-¡Vamos chicos! no podemos hacer otra cosa...- dice mirando hacia atrás.

Al final, decidís idos de allí y hacer rumbo hacia la casa, no tardáis en divisarla en el horizonte y en llegar... la calefacción del lugar os lo agradecen vuestros huesos y vuestra piel.

Un poco más arriba veis a los de la otra casa haciendo guerra de bolas de nieve.

Dentro de la casa no hay absolutamente nadie que conozcáis... solo un par de personas que bajan por qué parece que se olvidaron la bufanda.

Manuel se deja caer sobre uno de los sofás, entre triste, desolado y frustrado. Sus compañeros han desaparecido, y no tiene ni idea del motivo. Ha demostrado ser completamente inútil.

En ese estado mental no es buena compañía para nadie, pero se limita a estar sentado, esperando que alguno diga algo sobre el tema. Supone que deberían intentar encontrarlos. Pero no tiene ni idea de como

Ethan regresó a la casa resoplando, con el rostro rojo bajo la capucha de la sudadera y con las manos metidas en los bolsillos. Al entrar en la casa se sacudió la ropa y palmeó sus manos para hacerlas entrar en calor. Rápidamente le dio un beso a Hana y le guiñó un ojo de manera cómplice.

- ¿Qué hacéis aquí? ¿Y los demás? -preguntó a los chicos que quedaban.

Los dos miran a Ethan algo extrañados.

- Vamos a cenar, en la otra residencia han preparado el comedor para todos. ¿No vais a venir?

Siguen caminando tranquilos.