Partida Rol por web

Efectivamente, el enano detectó daños importantes en la estructura, causados por la sustancia que intuían sería ácido -No se equivocaban-

Luego de una inspección rigurosa, el enano determinó que podrían cruzar siempre y cuando lo hicieran de uno en uno y no estuvieran muy cargados.

Rivoel y Morgan miraban fijamente al agua y la guerrera detectó una pequeñisima onda en el agua, seguida por otra onda más suave aún, la tercera onda fue casi imperceptible. En aguas tan calmadas podía significar 2 cosas: O algo perturbó el agua de forma muy suave o habría un pequeño túnel que dejaba entrar el viento desde el exterior...

Cuando el enano informó sobre el estado del puente, Códice respiró aliviado: no le gustaba en absoluto la idea de meter siquiera un pelo en aquellas negras aguas, y no por su salubridad (ya que no era de la opinión de Abrahel), sino porque temía que, a la manera de las arañas con sus telas, la bestia tras la que iban fuera capaz de detectar la presencia de una criatura por las perturbaciones en el agua. Así, y porque quería contribuir de alguna manera a aquella expedición, y una forma de contribuir era elevando la moral del grupo, el clérigo se ofreció para avanzar primero por el puente.

—Los más lentos primero —comentó, tratando (con éxito moderado) de poner un poco de humor en sus palabras—. H-hay un dragón que cazar.

«Si alguien como yo es capaz de mantener buen ánimo, ellos no podrán mostrar flaqueza», pensó.

Ains... - De corazón hubiese deseado que Dorn les hubiese dicho que no se podía pasar por allí; que el solo contacto de un pelo con el puente haría que éste se viniera abajo. Pero no, al parecer podría soportar sus pesos. Tendrían que continuar en aquella cacería que a cada paso que daba se le antojaba menos apetecible. Por algún motivo intuía que aquella aventura, más que reportarle algún beneficio económico, acabaría saliéndole cara. En la maldita hora que decidí unirme a aquellos mercaderes… - Mientras se maldecía, el norteño sujetó la antorcha que portaba el sirviente de Rivoel y se dispuso a seguir a Códice. No fue hasta que el clérigo estuvo al otro lado que el guerrero se puso en camino.

Rivoel permaneció atento a cualquier ruido o perturbación del agua que pudiera significar la cercanía del dragón mientras esperaba su turno para cruzar el puente.

La guerrera asió con más fuerza su arma y levantó su gran mano izquierda para detener a Códice, luego intentando restar gravedad a su gesto susurró unas palabras con media sonrisa.

-Gracias hermano pero si hablamos de peso posiblemente gane. -una clara alusión a un hipotético intento del mestizo de eludir hablar del peso de una 'dama'.

Y como durante todo el camino avanzó la primera, sin prisa pero sin pausa, atenta al margen izquierdo y al frente. Pendiente de lo que les deparaba el siguiente recodo.

La paladina asintió a las palabras de Códice antes de mirar a la guerrera mestiza, quien se había ofrecido a avanzar en cabeza.

-Una vez cruce, iré tras ella- al fin y al cabo, la armadura le otorgaba más peso, si hacía caso a lo aportado por la semiorca. Por otra parte, Rivoel y Liriam necesitaban la antorcha para ver, así que mejor era que al menos encabezaran la marcha aquellos que podían ver en la oscuridad.

Cruzar aquel puente la inquietaba, pero no les quedaba otro remedio. Abrahel resopló, resignada, esperando que Morgan llegara al otro lado sin problemas.

Dorn escucho a sus compañeros y puso una mano amiga en la espalda de códice - Me temo que debo disentir compañero creo que la mejor opción es que pase la señorita Abrahel , probablemente la mas ligera y rápida, puede ver en la oscuridad además, al igual que yo, puede sondear en busca de mal como todos los paladines de los dioses - A Dorn le encantaría no poner en riesgo a otro miembro del grupo pero sería un grave insulto a la Paladina no reconocer su valor u obcecarse en solo arriesgarse el mismo - Justo después creo que deberías pasar tú Morgan, luego Lirian, ese ser invisible, Kraum o Rivoel, Códice y por ultimo yo - Dorn volvió a repasar mentalmente el orden, de ese modo pasaban escalonadamente sus fuerzas y los escudos se equilibraban a ambos lados, pasando primero los que pudieran replegarse antes y por último los que mas les costara, apretó los dientes, odiaba ser el último en pasar pero era lo mas sensato, sin embargo mientras se lo comentaba a Códice Morgan empezó su avance.

El grupo fue cruzando uno a uno el puente que al final resultó siendo más macizo de lo que aparentaba en un principio. El Enano era quien más sabía, así que decidieron hacerle caso en cuanto al orden de marcha. 

Avanzaron un poco más y pudieron ver que el pasillo no se ensanchaba mucho. El agua estaba a nivel del suelo y por momentos mojaba la roca, volviéndola ligeramente resbaladiza.

A medida que avanzaban, un tocón pudo (o no) llamar la atención de alguno. En primera instancia parecía un tronco flotando en el agua, pero más adelante se darían cuenta de la realidad:

Justo de la nada, el tocón salió disparado del agua, convirtiéndose en una criatura alada, escamosa y siniestra, sus ojos eran rojos y se proyectaban sobre las llamas de la antorcha. Un escalofrío recorrió el cuerpo de todos los aventureros, la hora de la verdad había llegado, el momento más peligroso de toda su carrera. Enfrentarse a la muerte misma de forma alada y de escamas negras....

Tras unos metros más por el túnel algo parecía flotar en el agua, algo que apareció de repente y cuya repentina aparición  extrañó a Rivoel, que no le perdió ojo. Parecía un tronco de árbol flotante pero de repente, el supuesto trozo de madera creció y salió del agua en forma de reptil. Ese fue el modo con el que La Bestia Oscura, Escamanegra se dio a conocer a Los Compañeros de la Pluma Blanca. Majestuosa emergió del agua para sorpresa del grupo de aventureros. El momento de la verdad había llegado. Ahora solo quedaba derrotar a la bestia o que ella derrotara a la compañía...  

Las salpicaduras que levantó el dragón al salir del agua llamaron la atención de Lirian demasiado tarde. De hecho, de no haber sido por la luz de la antorcha, el norteño no habría sabido muy bien ni hacia dónde mirar. Sólo notó la excitación y la respiración contenida casi al unísono de sus compañeros. El qué pasaba lo tenía bastante claro, pues debía ser Escamanegra, pero el dónde...el dónde era otro cantar. No fue hasta que Rivoel llamó la atención del resto cuando el guerrero comenzó a reaccionar.

Finalmente, después de un cruce silencioso de miradas entre las dos mujeres del grupo, Morgan cruzó el puente detrás de la paladin. Iba atenta al camino y al lago que se iba abriendo por delante del grupo, quizás por eso no se percató de que la criatura los rodeó y los atacó por la retaguardia hasta que sus compañeros dieron la voz de alarma.

Cuando miró en la dirección adecuada dio gracias a los dioses porque el último era el enano, el más resistente del grupo, ella estaba demasiado lejos del ser para atacarlo cuerpo a cuerpo.

-Rivoel y Kraum a cubierto contra la pared. Necesitamos espacio, esto es muy estrecho.

En su voz se podía distinguir la rabia por tener que luchar en un campo tan poco favorable -Shóndakul, ojalá pudieses otorgarme tu capacidad de desplazarte con los aires-.

Su mente todavía estaba pensando en lo afortunados que eran por pasar el puente de forma tan fácil cuando el salpicar del agua le dejo todo el pelo mojado - pero que demonios - su mente tardo un poco en hacer las conexiones sobre la causa del chaparron

Códice, que pretendía ser el primero en cruzar, fue al final el penúltimo, y no tuvo claro si eso fue porque realmente había inspirado a sus compañeros o porque los paladines y Morgan temieron que se pudiera hacer daño. En todo caso, aceptó el consejo y esperó a que todos, salvo Dorn -que protegía la retagurdia-, cruzaran antes de hacerlo él mismo. Una vez en el otro lado, rápidamente alcanzaron la altura del río. Temiendo resbalar, Códice centró su atención en la roca mojada: así fue que no vio al dragón en el agua. Sólo el ruido del agua a su espalda le hizo darse la vuelta.

—¡Iiiiiiiiiiih...! —chilló, de pura impresión.

Escamanegra no era más grande que un asno, ciertamente, pero el clérigo tampoco se habría sentido muy seguro en las inmediaciones de un asno. La mayoría de los asnos, además, no tenían un aliento corrosivo.

Dragooon!!!!! Gritó Rivoel al ver como muchos de sus compañeros no se habían percatado todavía de la presencia de la reptiliana criatura. Aunque no parecía ser de gran tamaño seguramente por su juventud, la figura alada esbelta e imponente del joven dragón atenazó por un momento al bardo, que poco podía hacer frente a aquel animal nacido para ser uno de los más feroces y peligrosos del mundo conocido. Instintivamente se echó a un lado y cerró los ojos quizás para no ver la magnitud del peligro que tenía frente a él. ël no tenía posibilidad alguna de hacer frente a la feroz criatura, ,pero sí podía hacer algo para que sus compañeros pudieran hacerlo. Fue entonces cuando el bardo tragó saliva y comenzó a entonar una canción guerrera con la que poder transmitir al resto el  coraje y valentía necesarios para enfrentarse a semejante enemigo. 

https://www.youtube.com/watch?v=z0PvZGVPiJU

EMPUÑAD VUESTRAS ARMAS

COMPAÑEROS DE LA PLUMA BLANCA

PARA HACER FRENTE A LA  BESTIA

ESCAMANEGRA LLAMADA.

CORAJE  Y VALOR OS RECLAMO

LA FUERZA DE MI CANTO OS OTORGO

PARA QUE EL SUDOR Y SANGRE DERRAMADOS

SE CONVIERTAN EN RIO VICTORIOSO

TEMPLE Y FUERZA COMPAÑEROS

CORAJE Y VALOR  OS RECLAMO

PARA VENCER A LA BESTIAOSCURA

PARA VENCER AL DRAGÓN ALADO.

Abrahel asintió ante las palabras del enano. Sentía que Torm aún estaba velando por ella.

-Así lo haré, maestro enano- dijo, encabezando la marcha sobre el puente. Llenó de aire sus pulmones mientras se preparaba para concentrarse en averiguar si allí abajo, había algún mal al acecho.

A medida que avanzaba, intentó detectar el mal que pudiera esconderse frente a ellos, mas algo llamó su atención en el agua, algo que pareciera un tronco a la deriva, pero estaba inmóvil. La paladina frunció el ceño y aferró con firmeza la empuñadura de su acero.

Poco después la sierpe se dio a conocer, era más pequeña de lo que la tiefling hubiera imaginado, de hecho, hasta sintió cierta lástima, pero había que hacer lo que era menester.

Nadie pudo reaccionar a tiempo, solamente los reflejos de Rivoel y Abrahel permitieron que estos actuaran incluso antes que el Dragón.

El Escamanegra aún no había aterrizado en el suelo cuando el bardo alzó su voz en un poema inspirador, era el momento de la verdad y el bardo había cogido la batuta motivacional del grupo. El ligero miedo que sintieron en un inicio por enfrentar a una criatura tan legendaria, se fue diluyendo poco a poco y se fue trasformando en una actitud de heroismo extra, gracias a las frases de Rivoel.

Aún así, el Dargón inició su ataque con lo mejor que tenía. Abrió sus fauces y un chorro de sustancia corrosiva salió disparada peligrosamente cerca de Dorn y Códice. Un poco de ácido alcanzó a golpear al sirviente de Rivoel, quien inmediatamente se desvaneció.

El combate apenas iniciaba y Escamanegra ya hacía gala de su poder...

Inspirado por la voz y las palabras de su amigo y compañero de aventuras e infortunios, Códice se envalentonó.

—¡Adelante, compañeros! —clamó—. ¡La Diosa está de nuestraAAAARRGGGGH...! —El esputo fatal de la criatura le había impactado de lleno, quemándole el costado—. ¡Oh, dioses...! —lloriqueó dolorido.

Como pudo, se echó hacia un lado para dejar pasar a los demás, al tiempo que se volvía hacia el dragón y alzaba hacia él su brazo quemado.

—¡Gran Madre, ayúdanos! —oró, aterrado, elevando la voz en la tiniebla de la cueva—. ¡Da firmeza a nuestras armas y valor a nuestras almas!

Y tan pronto lo dijo, sus compañeros sintieron como si alguien les arropase, infundiéndoles coraje y guiando sus manos.

Apenas Dorn se dio la vuelta justo cuando algo no muy agradable salía de la boca del dragón gracias a su entrenamiento interpuso su escudo a todas luces insuficiente, noto como el aliento del dragón penetraba por los huecos de su armadura que quedaban expuestos, apretó los dientes y avanzo a ciegas apretando con fuerza a craneorroto mientras lo hacía se concentro en interponerse entre la bestia y el clérigo, cuando noto que el aliento dejaba de emanar aparto el escudo y en un solo movimiento golpeó su pecho con el martillo.

- No permitire que atormentes a mas gente inocente-

¡Mi...mi madre! - Lirian a punto estuvo de dejar caer la cimitarra de su mano cuando, al girarse, vio materializado sobre el puente a la peor de sus pesadillas. Pero, si pensaba que nada podía ser peor que ver a un dragón frente a frente, definitivamente se equivocaba. EL chorro de ácido expelido desde las fauces de la bestia dejó al norteño tan aterrorizado que a duras penas consiguió que sus piernas respondiesen a sus deseos. La piedra humeaba y siseaba alrededor de Códice y Dorn, consecuencia más que suficiente como para que Lirian se pensase muy seriamente el hecho de acercarse hasta la bestia. No obstante, de forma inexplicable, el canto de Rivoel y las alabanzas de Códice a la madre de la Cosecha inexplicablemente comenzaron a insuflar fuerzas en su corazón. Tomó aire un par de veces y cerró los ojos. Que sea lo que tenga que ser…

¡Aguantad! - Dicho ésto, Lirian elevó el maltrecho escudo y se obligó a colocar un pie delante del otro hasta que los tímidos pasos se convirtieron en zancadas. ¡Estoy conti... contigo! - Gritó tan pronto se encontró junto al paladín enano.