Partida Rol por web

(2ª parte de la actualización)
Los primeros en llegar delante de la puerta cerrada de la enfermería habían sido Steve y Giorgio. Llevando a Jackson en un estado catatónico.
Al momento habían llegado Pilni, Nao Shen y Duarte, llevando con ellos a Mathew que tenía bastante mal aspecto, a un hombre de avanzada edad, con una herida bastante fea en forma de cruz sobre el pecho, y con Macario, en el mismo estado que Jackson.
Apenas habían empezado a hablar los dos grupos habían escuchado pasos procedentes de más allá de la curvatura del pasillo tubular. Quién había aparecido era Alex, cargando con la asiática, que también estaba en aquella especie de coma. La ayudáis a llevar a Shan Mei junto con los demás, y cuando os dice que Ciara, la joven de mirada enigmática, también está en ese estado, la acompañáis para traerla también a la puerta de la enfermería.
Mientras, las informaciones van saltando de unos grupos a otros: el joven Cristiam, el chico tímido que había hablado solo al principio de las presentaciones había muerto, al igual que Diana, la médico de L-Bloque. Alex lleva la tarjeta de la joven, la pasa por la puerta, escribe un código, y la puerta se abre.
Buscáis por las puertas del pasillo: el despacho, un almacén lleno de medicinas y útiles de medicina, el dormitorio de Diana y por último a la derecha, una sala llena de pequeñas camillas donde depositáis a:
-Macario,en estado catatónico.
-Jackson, en estado catatónico.
-Ciara, en estado catatónico.
-Shan Mei, en estado catatónico.
-Mathew, consciente pero por lo que parece muy cansado.
-El hombre de avanzada edad con los cortes en el pecho, lleva una camisa sobre la herida que detiene la sangre, pero esta tan mojada de la misma que practicamente se le pega a la piel dejando ver la herida. También consciente
La sala de la enfermería es de piedra grisacea, tan pulida que os refleja en dobles simétricos que parecen colgados hacia abajo. Las paredes están pintadas de un azul tan claro que da frío solo de verlo. El techo está pintado de una tonalidad un poco más oscura. Del mismo cuelgas cuatro luces azuladas que apenas dan para llenar la habitación con las sombras de vuestros cuerpos y de las camillas; Estas son pequeñas y ruidosas, tanto que cuando ponéis a los enfermos sobre ellas jimen con sonidos metálicos, como si fueran a caerse a trozos. Pero no lo hacen. Al menos las sabanas blancas de las camillas, el suelo y las paredes, todo está muy limpio.

Los demás: Pilni, Nao Shen, Duarte, Steve, Giorgio y Alex, estáis allí de pié. Perdidos y confusos llenos de dudas.
¿Que era aquel lugar?
¿Donde estaban El Puño y Annete?¿Habrían muerto en sus literas al igual que Diana y aquel joven?¿O estarían detrás de aquello?
¿Lo sucedido había estado programado, había habido algún error o era algún tipo de sabotaje a L-Bloque?
¿Despertarían aquellos que estaban en coma?
¿Donde estaba Mich?
¿Realmente todo aquello que habían visto podía ser obra del hombre?
La grabación había dicho que se acababa la renovación de aire. ¿Eso quería decir que el oxígeno iría agotándose?¿Habría para cinco meses?
¿Alguien dormiría otra vez en una de esas literas?
¿Si no aparecía el personal de L-Bloque, se terminarían los alimentos?
Alex os había comentado que tenía algo importante que decir sobre que le había sucedido a esa gente, algo sobre el sueño...además ella había abierto la enfermería acertando el código.
...
...

El viejo reverendo veía los rostros de aquellos completos desconocidos y veía las dudas que les sembraba su presencia. Aunque seguramente la cruz de su pecho les preocupaba más que su nombre.
Se apretó la camisa un poco más contra el pecho para taponar la sangre y tapar la herida.
Gracias chico, por la camisa, y lo siento por haberla ensuciado todale dijo a Duarte. Aunque estaba agradecido a todos por haberle ayudado a llegar allí.
Se dirigió en general a aquellos que no conocía: Soy Zackarias, entré poco antes de que se cerrara aquella enorme compuerta. Me retuvieron en un aeropuerto por no vestir el azul, pero llegué a tiempo... para entrar en loquesea que sea estopensó para sí. Con suerte no le preguntarían por aquella herida de su pecho, no iba a mentirles, pero seguro que a nadie le gustaba la respuesta. Y al propio Zackarias al que menos.
Aún así, tampoco a Zackarías le cuadraban las cuentas, junto a él había entrado otro hombre vestido de azul, por la ventisca no le había visto bien las facciones, pero era bajito y corpulento.
¿Se supone que estamos todos aquí? preguntó casi inaudible, casi para él. Ese fue el momento en que se dio cuenta de cuan débil se encontraba por la sangre que había perdido, aún así siguió sentado en la camilla sin acostarse.

Inconscientemente me acerco a Shan Mei y le cojo la mano, sacándola por un momento de la camilla. Está fría al tacto. Su espíritu no está se ha ido, así que me quedo cerca de ella para guiarlo hasta aquí de nuevo. Le seco el sudor con la otra mano y le desabrocho un poco el mono para que el pecho se mueva con libertad. Lo hago con total seriedad y con tranquilidad mientras tarareo una pequeña canción en chino.

Por otra parte intento seguir escuchando lo que los demás están hablando sobre lo que ha pasado, cosa que me interesa muchísimo.

Steve estaba mucho más callado que de costumbre y incluso su sonrisa había desaparecido de su rostro.
Se giró hacia el anciano y le respondió: Todos no...Mich se ha quedado en el comedor, no quería volver a pisar el pasillo tan pronto por...lo que ocurrió. Y el chaval de nuestro dormitorio tampoco está aquí, está...muerto. Lo hemos dejado en su litera.
Notaba el ambiente de nervios reinante en aquel lugar, pero al mismo tiempo sentía que de alguna manera, aquel horror les había unido, incluso siendo completos extraños. Solo espero que no nos haya unido para caer juntos, este cuerpazo no se merecería morir aquí.

Alex, estaba al lado de Shan Mei y Ciara, ambas en ese extraño estado comatoso. Con aire triste y lágrimas en sus ojos verdosos, recorrió con ellos a sus compañeros reunidos casi al completo allí junto a un nuevo integrante,Zackarias, deteniéndose unos segundos en los de Pilni. Le alegraba volver a verle. Por lo que parecía, todos habían pasado por una situación similar a la que ella y Ciara pasaron en los dormitorios y en ese pasillo maldito...

Vio como Nao Shen se acercaba a Shan Mei y con aire tranquilo le cogió la mano, e instintivamente bajó su mirada al suelo. Tenía que contárselo a ellos, pero no sabía ni por donde empezar. Un nudo se formó en su garganta, tosió levemente y se enjugó las lágrimas que estaban a punto de brotar de sus ojos..

- Tengo...- volvió a carraspear para aclararse la garganta- ehem..tengo una idea de lo que ha podido pasarles a los que están en coma- y con la mirada aún fija en el suelo comenzó a hablar. - No creo que estén así por el fallo en el suministro de aire...creo que su estado lo ha provocado su propio sueño. Shan Mei y Diana se acostaron nada más llegar y Ciara lo hizo mucho más tarde...por lo que Ciara debería estar bien o al menos en un estado mucho menos crítico...sin embargo las dos están igual...e incluso Diana....-un nudo se formó de nuevo y guardó silencio durante unos segundos. Cuando se vio preparada continuó-...e incluso Diana está muerta. Sin embargo ellas dos aún tienen pulso y respiran aunque es muy débil. Lo único que tienen en común es que se acostaron a dormir...Sé que es descabellado, pero Ciara y yo vivimos una situación...que junto a lo que nos contó Diana de este lugar....yo ya empiezo a pensar que cualquier cosa es posible aquí abajo..incluso que dormir puede matarte..- ahora sí, levantó la mirada y lentamente la fue posando en cada uno de sus compañeros. Seguramente pensarían que estaba loca, pero lo que había vivido...y al parecer ellos tampoco se quedaban cortos. Aún quedaban cosas por contar, quería contarles lo que Diana les dijo y lo que vivió en el pasillo, pero ahora lo apremiante era ayudar a la gente a salir de ese trance, con ver un cadáver en su vida ya había tenido suficiente.

El viaje hasta la enfermería había sido un largo peregrinaje por la oscuridad y la claustrofobia. Con más pena que gloria habían alcanzado su destino y con ellos los miembros de los otros grupos. Al menos, los que habían sobrevivido. Apenas habían transcurrido unas pocas horas y el caos se había apoderado de aquellas instalaciones. Duarte siempre había sabido que estaba solo en este mundo, pero aquella soledad obligada en las entrañas de la tierra, no era algo para lo que ninguno de los allí reunidos estaba preparado.

-De nada, padrecito -dijo al sacerdote un Duarte sudoroso por el esfuerzo de haber caminado sosteniendo a Mathew y Zackarias-. Pero hay que curar esas heridas. Su aspecto es muy feo -concluyó mientras escuchaba a la mujer sus teorías acerca del origen del coma-. Mira, güera, yo no tengo mucha escuela y no sé de razones, pero sí vi al padrecito santiguarse y en su pecho se abrió una cruz de sangre. Muchos pensarían que es un milagro, pero no. Hay algo malo acá. Y me da muy mala onda. Algún día mi gato comerá sandía, pero mientras tanto, o te chingas o te jodes -sentenció en español-. Los muertos, muertos están y estos... Yo no soy médico. Si estuviéramos en la calle, les metía un chute. Acá... no sé. Pero no nos arruguemos, hay que darle sabor al caldo -Duarte debía estar nervioso, pues sus saltos al español eran cada vez más abundantes-. Tenemos que hacer algo. Mano sobre mano, no conseguiremos nada y platicando se nos acabará el aire. Esto es una enfermería. Habrá medicinas. Si alguien me acompaña iré a buscar. Algo aprendí de acá. Solito ni al baño.

Mi cuerpo comienza a recuperarse de la escasez de oxígeno, aunque el dolor de cabeza seguirá durante unas horas y seguro que algún que otro mareo puñetero hará aparición de vez en cuando, sin embargo por lo demás mi cuerpo está sano. Aunque no se si se podría decir lo mismo de mi mente.

Escucho las palabras de Alex e inevitablemente mi subconsciente me hace recordar, me devuelve al interior de la pequeña caja de madera. Con la mirada perdida en el fondo de aquel pozo comienzo a hablar -Tal vez tengas razón Alex, si esas cosas me llegan a agarrar ahí abajo... creo que ahora mismo estaría como ellos.

Hago una pausa; lo que había dicho Alex podía explicar porqué había tenido aquel sueño, sin embargo al mismo tiempo planteaba un sin fin de nuevas preguntas sin respuesta.

Levanto la cabeza y miro a los que están en la sala y a los que permanecen inconscientes en sus camas -No se que ha pasado mientras yo soñaba, pero si que os puedo decir que pasaba dentro de mi dormitorio. Trago saliva, es extraño, normalmente no recuerdas un sueño con tanta claridad pero este... -Recuerdo que me fui a dormir, al principio todo iba bien, pero en cuanto cerré los ojos me desperté dentro de un ataúd de madera. Lo único que llevaba encima era una de esas pequeñas crucecitas que regalan a los muertos. Pongo una mano sobre el pecho como si todavía notase su contacto sobre mi piel

-Golpeé la tapa hasta que conseguí salir de aquella caja y entonces vi que me encontraba en el fondo de un pozo. El ataúd flotaba sobre el agua y... se me forma un nudo en la garganta, no quiero recordarlo, pero tal vez alguien tenga alguna idea sobre todo aquello. Me obligo a hacer memoria y a continuar el relato -... y entonces les ví: Anette, Dawne, Diana, Jackson, Shan Mei y otro par que ahora no recuerdo bien... estaban allí, debajo del ataúd, peleaban entre ellos bajo bajo la superficie del agua. Pero cuando yo aparecí se detuvieron, jamás olvidare esos ojos, completamente negros y carentes de todo rastro de vida. 

Me estremezco al pensarlo, pero no me detengo, es como si tuviese la misma prisa por acabar que la que sentí por salir del sueño -Intentaron lanzarme al agua junto a ellos, zarandeando el ataúd de un lado a otro y subiendo sobre él. Yo salté contra las paredes del pozo y me dirigí hacia la única salida posible, comencé a escalar. Me miro las manos por décima vez desde que desperté, están intactas; sin embargo recuerdo el dolor, la roca arañándome la piel y las uñas encajadas entre las piedras. Cierro los puños con fuerza -Sin embargo cuando llegué arriba comenzó la verdadera pesadilla... Estaba atrapado dentro de la cápsula, el panel para abrirla no funcionaba y yo no podía respirar. Lo siguiente que recuerdo es que me desperté sobre el suelo de la habitación antes de venir aquí.

Cuando termino de hablar suspiro y cierro los ojos, "¿Podría volver a dormir después de aquella experiencia? Si solo hubiese sido una pesadilla..." 

En ese momento recuerdo otro detalle -Hay una cosa más, cuando estaba en la cápsula intenté abrir la compuerta de todas las maneras posibles, me coloqué para golpearla con los pies y entonces vi un botón bajo el televisor. Al pulsarlo cayó una pequeña botella de aire con 5 minutos de oxígeno, sin duda el haber encontrado aquello me salvó de morir asfixiado.

En estos momentos, decir que Steven era un hombre de color era un mero tecnicismo, estaba tan blanco que podría pasar por alguien con un leve bronceado.
Yo...fui al baño solo.. dijo respondiendo a Duarte... y no pienso volver a hacerlo. Recordó con horror al ser que arañaba el espejo desde dentro del mismo, como si en vez de ser un espejo fuese una ventana al infierno...ni mirar ningún espejo. la nuez del cuello se le subió prácticamente hasta las amígdalas cuando tragó saliva Si no se ofrece nadie más, te acompaño a buscar.
Escuchando el relato de Mathew se había horrorizado, pero el hecho de que le diera la razón a Alex en su teoría era la peor de las noticias. Entonces, ¿debemos permanecer despiertos...cinco meses?
Oh genial, en un par de días nos estaremos matando por el último capuchino de la máquina

Miró al negro. La mirada oscura de Duarte pareció recorrerlo de arriba abajo y lo que pensó se quedó en el pozo de sus ojos. Estaban en juego demasiadas cosas.

-Vayamos entonces -dijo con su marcado acento-. No creo que estos estén para esperar. Espero que la pinche puerta esté abierta, pero puede que tu tarjeta nos haga falta y el código.

Mientras Duarte y Steven salían para la enfermería, a Alex le vino a la cabeza una cosa que el chico mexicano le había dicho "...los muertos, muertos están...", e instintivamente no pudo evitar pensar que quizá aquello no era tan correcto como aquel muchacho pensaba...a la mente le volvió el recuerdo de lo vivido con Ciara...Aún con restos de lágrimas en los ojos, tomó aire y con la voz algo baja pero firme, les habló a los demás.

- Está bien...no puedo aguantarlo más, pensareis que estoy loca, pero tengo que contaros todo...- carraspeó - Poco antes de que Diana se fuera a dormir, nos contó una historia sobre este lugar. Nos dijo que antiguamente habían habido casos de trabajadores que se habían vuelto locos e incluso se habían suicidado, porque decían que tras estar expuestos a la H-Energía, sentían presencias junto a ellos, que se adherían a ellos y no los dejaban en paz,dejándolos cada vez más débiles. Nos dio a entender que esa energía nueva viene de las almas humanas...o así lo entendí yo - miró a sus compañeros y continuó - Ciara y yo sufrimos una fuga, no sé de qué, mientras estábamos explorando la planta, y justo antes de que la alarma saltara, oímos lamentos y quejidos de dolor y pena...nos salvamos por los pelos... Si esa fuga fue de energía y Diana tenía razón, explicaría todo lo que vivimos... - y de nuevo hizo una leve pausa - Después de eso se fue a dormir y las saqué así de sus cápsulas...menos a Diana..Y si seguimos con las teorías descabelladas..¿esas cápsulas en las que se acostaron el resto, podrían ser medios para "robar"..- hizo las comillas con los dedos -..nuestras almas?-

Pensaba que se había pasado un poco con todo ese jaleo,pero quizás ahí podía estar la clave para despertar a los dormidos.

- Sé que todo esto parece una locura, y aún habiéndolo vivido, yo misma lo creo. Pero puede que en algo de esto radique la forma de despertar los durmientes...en volver a traer su alma a nosotros...- y en ese momento se fijó en Zackarias, el cura...quizá el tuviera alguna idea.

Pilni había entrado en silencio, sentándose a un lado y quitándose la mochila, que en un primer instante se había colgado a la espalda antes de darse cuenta de que sus compañeros casi morían en las capsulas. Cartas y un bloc de notas a lo sumo fue lo que el muchacho había llevado, así que tomó el bloc y lo miró, con una mueca de dolor arrancó las páginas usadas y las dejó dentro de la mochila. De nada le iban a servir dentro del infierno que los demás relataban, así que decidió empezar a tomar notas sobre el lugar donde se encontraban. Las teorías de Ciara, de Alex, el sueño de Matt... Todo tenía importancia para él ahora.

-Se dice en algunas religiones que el alma es un medio de energía, eso estoy seguro. Pero de ahí a decir que la H-Energía está compuesta de almas. Sería raro que hubiesen conseguido algo como eso.-

El chico hablaba con una voz relativamente en calma, aunque se notaba por la tensión que estaba a punto de gritar o llorar, nadie lo sabría decir con certeza. Con un carraspeo continuó, ahora un poco más tranquilo

-La reencarnación del alma es una buena teoría. Pero por ahora, dejemos que los durmientes duerman. Tenemos que encargarnos de varias cosas; coserle el pecho al reverendo, estabilizar los signos de los durmientes... Y encontrar la manera de salir de acá o de protegernos. Si la energía nos va a volver locos, pues tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo para sellarla y evitar que nos afecte. Los métodos tradicionales de protección serían pijamas de plomo... ¿Alguna idea?-

A medida que Alex hablaba mi cara iba alcanzando nuevos niveles de incredulidad. Es cierto que cuando me mandaron investigar la industria de L-Bloque sabía que sería toda una experiencia, pero esto...

Mientras soñaba y escapaba de aquellas imágenes medio muertas de mis compañeros, pensaba que si me atrapaban no despertaría nunca. Pero había asumido que seguramente se tratase de un acto reflejo de mi subconsciente para despertarme ante la falta de oxigeno que rodeaba a mi cuerpo.

Aunque en el fondo se que eso no justifica el extraño carácter de la pesadilla necesito encontrar algún sentido a todo esto. Si empiezo a creer en fantasma y cosas que se te pegan a la espalda y te succionan las fuerzas terminaré por volverme loco.

-Habéis estado hablando de una alarma. Desde dentro de mi cápsula yo no pude escuchar nada ¿a qué se debió? Me giro hacia Pilni y el sacerdote -Fue por esa alarma que pudisteis abrir la compuerta?

A medida que mi mente y mi cuerpo se despejaba nuevas preguntas iban aflorando -Alex, dijiste que estabais con Diana ¿ella dormía en vuestro mismo dormitorio? ¿no dijo nada de dónde estaban Dawne o Anette? 

Cuando Steve y Duarte vuelven a entrar en su visita al almacén medico ven a los demás hablando entre ellos: El reverendo parece cansado, aquella herida debe de dolerle pero parece callar para no preocupar a los demás. Alex intentaba explicar todo lo vivido con Ciara, todo cuanto les había dicho Diana antes de morir. Pilni ordenaba su mente a través de sus anotaciones, lo que hiciera falta para no volverse loco. Mathew parecía más recuperado. Nao Shen es el primero en notarlo:
Shan Mei empieza a temblar, haciendo que su camiilla de sacudidas bajo ella.
Lo mismo empieza a suceder con Jackson, acostado en la litera paralela.

Mensaje solo de ubicación:
De pie y hablando:
Nao Shen, Alex, Mathew, Pilni, más Steve y Duarte que acaban de llegar.

En las camillas:
-Macario,en estado catatónico.
-Jackson, en estado catatónico.
-Ciara, en estado catatónico.
-Shan Mei, en estado catatónico.
-Mathew, consciente pero por lo que parece muy cansado.(Participa en la conversación)
-Zackarias, con un corte bastante feo en el pecho.(Participa en la conversación)

Zackarias escuchaba la conversación, pero el cansancio iba apoderándose de él. Tras haber escuchado a Alex no se atrevía a hacerlo, razón por la cual se forzó a hablar.
Nuestra alma inmortal es nuestro bien más preciado. Es nuestro eco eterno, la palabra que siempre resuena. No hay forma de arrancarla de nuestro cuerpo. Pero solo el hecho de proponerse algo así, es monstruoso, infame. Sería la peor tortura a la que se podría someter a un ser humano Energía infinita, recordó Zakarias de la publicidad de los coches que salían con baterías de L-Bloque, y un escalofrío le recorrió la espalda.
Pero... pero es innegable que aquí actúan fuerzas que no entendemos.

Duarte, acompañado por Seagal, entró en la enfermería procedente del pasillo que conducía al almacén.

-Padre, le traje esto -dijo con su peculiar acento, acercándose a la camilla en la que estaba el sacerdote, y sacando de los bolsillos desinfectante, vendas, esparadrapo y una caja con antibiótico-. Él consiguió puntos de papel, por si le hicieran falta. Déjeme mirar -pidió- y haré lo que pueda, salvo que alguien de acá sepa como sanar esta pinche herida. Hay un poco de todo allá. Y drogas. Muchas. Cogí cuanto pude, pero no tengo idea de para qué sirvan -vació los bolsillos de su mono en una camilla vacía-. Él trajo más. Si tienen instrucciones, que alguien se tome el trabajo de leerlas, que por lo visto acá a la gente le gusta mucho platicar y poco trabajar, pendejos.

Steve saludó a los demás hasta que vio como temblaban la asiática y el barbudo aquel, el tal Jackson. Ui que mal rollitooo se dijo, apartándose todo lo posible de esas dos camillas para llegar hasta la de Zackarias.
Traemos lo suficiente para curarte esa herida le echó un vistazo rápido y solo de ver tanta sangre se le doblaron las rodillas espero que alguien sepa qué hacer con todo esto. Dejó en una camilla al lado de la de Zackarias una botellita de alcohol, algodón y puntos de sutura...Duarte llevaba las demás cosas necesarias para cerrarle la herida, desinfectarla y en general, reparar a viejo.
Steve no sabía demasiado bien si quería seguir escuchando las histórias horrorosas que seguro que iban a contar, tampoco es que le hacía ilusión salir otra vez al pasillo, pero ya que era bueno en las matemáticas sentía que podía hacer algo por el grupo.
¿Alguien...me acompañaría a dar una pequeña vuelta? Quisiera medir por encima las distintas habitaciones, junto con su altura y el diámetro de los pasillos. Con eso podría calcular aproximadamente cuanto oxígeno nos queda.