Partida Rol por web

El hombre del traje gris

Proyecciones

Cargando editor
07/09/2009, 13:10
Director

[...]
hasta que aquella bici de mi niñez se fue quedando sin frenos
y en la peli que pusieron después nunca ganaban los buenos.

Una de Romanos, J. Sabina

Cargando editor
07/09/2009, 13:11
Director

Habían reconstruído la cinta de ambas bobinas utilizando un poco de celofan, tal y como Agustín sugiriera. Fue más difícil encontrar entre todos aquellos trastos un viejo proyector Super 8. Una vez enchufado decidieron que verían allí mismo la película. Con una mesa vieja y usando la pared del fondo como pantalla improvisaron una pequeña sala de cine. En la oscuridad, iluminados tan sólo por la luz del proyector, la escena se hacía a la vez entrañable y siniestra. Una cierta espectación flotaba en el ambiente cuando la bobina empezó a hacer su ruido característico y las imágenes aparecieron en silencio.

Tenían un color difuso, exagerado, típico de una película rodada por una de las primeras cámaras en color de los 70. La escena era inconcreta: en un principio parece una vieja iglesia. Alguien hacía una toma desde fuera. La iglesia se caía a cachos, a todas luces abandonada. La imagen de la pantalla cambió bruscamente: era el interior de la iglesia. Por dentro estaba peor. En el altar destacaba una enorme cruz dorada bellamente ornamentada y varios cálices de plata. Alguien los había traído hasta allí porque el resto de la nave estaba en ruinas totalmente. Una vidriera rota dejaba entrar la luz pálida de una tarde nublada, o quizás de un amanecer gris. No había nadie en la escena: sólo el altar y el torpe movimiento del cámara que intentaba apoyar el trípode probablemente sobre un lecho de piedras y cristales rotos. Finalmente pareció lograrlo y durante un minuto la escena permaneció igual, estática, como a la espera.

Agustín y el Chapas callaban. Hasta este punto era lo que habían visto en la mansión.

Un pequeño salto de imágen sobresaltó a todos. Era el trozo unido por el celofán. Se oyo un murmullo en el escaso público, una risita nerviosa quizás de la Maca. La escena continuaba igual: mostraba el altar.

De pronto una imagen entró en escena. Un tipo alto y delgado, vestido con una túnica negra. Su cara descubierta y sonriente mostraba una mandíbula exageradamente pronunciada. Su cabeza calva parecía estirada hacia atrás. Recordaba el perfil de un faraón egipcio en los jeroglíficos. Incluso sus ojos almendrados, tremendamente prominentes, casi reptilianos, transmitían una señal de antigüedad. Era evidente que aquel hombre, si se podía llamar así, sufría unas terribles malformaciones. No se parecía al individuo de la casa del sanatorio, aunque compartían la deformidad de las manos, con dedos alargados como el Nosferatu de Mournau. El hombre se volvió hacia la cámara. Levantó el caliz por encima de su cabeza. Simultáneamente el exterior se oscureció más. ¿Una nube? ¿Un efecto de la película? Depositó el caliz sobre la mesa y rasgo limpiamente su muñeca. La sangre manó libre y roja hacia el caliz. Mucha sangre. Domingo había visto casos de suicidio y nunca había constatado que alguien que perdiera tanta sangre se mantuviese tan erecto, triunfal. Cuando el caliz pareció estar lleno la sangre, simplemente, dejó de manar. ¿Efectos especiales quizás? El oficiante alzó nuevamente el caliz.

Entonces todos lo notaron. Se oía una música de violín. La película, evidentemente, no era sonora. Pero se escuchaba una música de violín cadenciosa, repititiva... Procedía de más allá de la pared sobre la cual se realizaba la proyección. Era una música inquietante, desafinada, como si el intérprete temblase y marcase algunas notas fuera de la cadencia natural.

Cargando editor
07/09/2009, 13:23
Ricardo el Chapas

- Me cago en la puta...- susurró el Chapas visiblemente asustado - Es la puta música de la mansión... Joder... ¿Qué cojones pasa?

Cargando editor
07/09/2009, 13:24
Director

En la pantalla el oficiante seguía con la copa en las manos, extendida hacia la cámara. Parecía mirar fijamente a quienes, a su vez, no quitaban ojo de la proyección...

Cargando editor
08/09/2009, 10:25
Domingo Torres

Anonadado, Domingo seguía con atención el metraje de la película. Pese a ser un montaje casero era bueno. Parecía que las cosas estuviesen pasando realmente conforme avanzaba la cinta, parecía estar escuchando una canción tocada por un violín, incluso todo pareció oscurecerse por el paso de la nube.

Las palabras del Chapas sacaron al policía del trance. La música seguía sonando y eso puso algo nervioso a Domingo.

—¿También oyes la música, Ricardo? —acabo diciendo entre susurros—, ¿habéis escuchado esa música antes y, sobre todo, de que mansión hablas?

Cargando editor
14/09/2009, 08:38
Agustín Morales Sierra

-Que mierda?

Miro a ambos lados de la habitación buscando de donde provenía el sonido pero no puedo identificar ningún lugar en especifico, le devolvió la mirada a los hipnóticos ojos del tío deforme en la película, como esperando que les diga un BOO! pero eso seria demasiado retorcido... ¿demasiado retorcido? todos están escuchando música provenir de ninguna parte, tal vez que les diga algo seria lo menos retorcido

Cargando editor
14/09/2009, 22:50
Ricardo el Chapas

- Es la puta música que escuchamos en la mansión del Portugués.. Es la misma.

Ricardo no podía disimular que estaba aterrado. Se levantó mirando fíjamente para la pantalla.

- Joder... ¿No os da la sensación de que le pasa algo raro?

Cargando editor
14/09/2009, 22:52
Director

Efectivamente pasaba algo raro. Ya no era sólo la música: era la imagen. La pantalla parecía ganar en profundidad. Pese a que los colores seguían teniendo los mismos tonos desgastados y viejos el efecto visual ahora era amenazadoramente real. Parecía, más que una proyección, una enorme ventana por la cual estuvieran asomados mirando aquel ritual. El individuo del caliz seguía alzándolo mientras en el exterior de la iglesia en ruinas la oscuridad iba alimentándose de la poca luz que quedaba en la escena. Y entonces lo sintieron: una ráfaga de aire procedente de la pared...

Notas de juego

Tirad todos EGO.

Cargando editor
15/09/2009, 00:35
Agustín Morales Sierra
Sólo para el director

Notas de juego

mmmmm ¬¬

Cargando editor
15/09/2009, 10:06
Domingo Torres

Miraba a los lados tratando de buscar una explicación. Siempre había acabando encontrando una explicación para cosas que no la tenían, formaba parte de su trabajo.

Cada vez había más indicios que implicaban al portugués en la intriga que estaban investigando pero Domingo se paró a pensar un instante.

—Venga viejo, no irás a pensar ahora que esto es una pista. Céntrate en la película y olvida el entorno —se recriminaba en su interior.

Se levantó de la silla y se acercó a la imagen intentando memorizar la iglesia; quizá relacionarla con una iglesia local.

—¿Alguno conocéis ese sitio? Estoy dándole vueltas a la cabeza y no logro encontrar una relación.

 

Cargando editor
15/09/2009, 21:16
Elías Bonabre

Miró sin comprender a Domingo durante unos segundos. Le estaba impedido analizar en esos términos aquella situación. El viaje desde la Torre de Babel hasta la comisaría lo había aplacado. No estaba fino. Y por supuesto, aunque había esperado visionar algún tipo de ritual, jamás hubiera imaginado que la película pudiese provocar tal efecto en él: de temor y temblor, ¿de orgullo ante el ofrecimiento de lo que parecía ser un ser antiguo, más que humano? Vigiló de soslayo el haz del proyector, acaso impregnado de un poder que, disolviendo la hosquedad del muro, convertía en realidad las imágenes que sus entrañas iban desglosando a una velocidad de dieciocho cuadros por segundo.

El soplo en su rostro estuvo a punto de hacerle saltar de la silla. ¿Era real, o se trataba de un delirio provocado por la suma de los antiinflamatorios, los gin-tonics y las emociones del día? El arco de aquel violinista frotaba sus nervios y su mente pudiera estar muy bien a punto de claudicar.

Cargando editor
16/09/2009, 21:24
Director

Todos intentaban mantener el tipo ante aquella aberrante proyección. Desechando incluso el hecho del soplo de aire el caso es que el efecto era turbador, mareante... El que peor parecía llevarlo era Agustín, que se dobló sobre si mismo y vomitó todos los cubatas que se había tomado en la torre de Babel. Esto provocó que todos apartaran por un momento la mirada de la pantalla. Un ruído extraño resonó en ese momento y cuando volvieron a mirar la proyección era distinta... Veían ¡la sala en la que estaban! Como si fuera un reflejo en la pared veían el proyector encendido y las sillas. ¡Pero estaban vacías! Después miraron a su alrededor ¿qué estaba pasando? Ya no estaban en la sala de proyección. Estaban en un edificio de paredes agrietadas y mohosas. La puerta, que ocupaba el mismo lugar que había ocupado la puerta de la sala de proyección, era de madera vieja, casi medieval, con una grotesca cerradura en forma de garra.

Volvieron a mirar hacia el reflejo de la sala de proyección. Allí estaba la figura siniestra junto al proyector. Veían ahora su boca: sonreía con unos dientes afilados. Domingo incluso avanzó unos pasos hacia la pared... pero en ese momento la figura pulsó el botón de apagado del proyector y la oscuridad total tomó el lugar donde se encontraban...

Notas de juego

Tiro por la Maca, que Unai anda un poco desaparecido.

Agustín ha fallado el EGO. Está muy mareado Tendrá un -1 a todas las tiradas hasta que se le pase el efecto (ya aviso yo).

Me parece que estáis en algún sitio chungo }:P

Cargando editor
16/09/2009, 21:39
Domingo Torres

Domingo se frotó los ojos unos instantes intentando borrar las incomprensibles imágenes de su vista. El entorno de había desdibujado y estaba tomando otra forma completamente distinta. Un sudor frío empezó a invadir el cuerpo del policía.

Estaba acostumbrado a lidiar con cosas extrañas pero reales. En su mundo que alguien se rajara las venas diciendo ser movido por un ente sobrenatural o un culto inverosímil era más o menos normal; al final no eran más que zumbados pasados de mierda. Esto era distinto.

Por primera vez Domingo sintió miedo. Miedo a lo que no podía controlar. Miedo a que su entorno no fuera todo lo físico que solía. Miedo a esta insoslayable irrealidad.

Caminó hacia la pared para apagar el proyector pero alguien pensó lo mismo antes. Un siniestro alguien.

—¿Seguís ahí? —preguntó intentando parecer calmado—, Miguel coño, no tiene puta gracia —gritó increpando al guardia de noche.

Domingo necesitaba creer que todo era poco más que una broma de algún artista del espectáculo. Hacía rato habían visto cosas en manos de un prestidigitador que parecieron reales. Buenos trucos. En eso confiaba.

Cargando editor
16/09/2009, 22:37
Ricardo el Chapas

Una llama se encendió en la oscuridad iluminando el rostro del Chapas. Un rostro pálido, aterrado... La llama era insuficiente: un miserable fósforo que consumió su vida antes de que el Chapas lo soltase con una maldición mientras confirmaba con voz temblorosa:

- Joder... decidme que sólo se han fundido los plomos... creo que me he meado...- dijo en la oscuridad.

Cargando editor
17/09/2009, 21:44
Elías Bonabre

“Un mentalista va detrás de de esta reversión de los polos, de este viraje de la perspectiva; nos sugestionó, somos víctimas de una sutil hipnosis. Alguien de entre nosotros es el gancho, siempre hay un gancho entre el público. ¿Richi, Macarena, Agustín…?”

Elías se devanaba los sesos al tiempo que manoteaba en la oscuridad, los ojos inútiles, bostezando de pánico, presto a agarrarse del brazo de quien estuviese más próximo.

-Macarena, el mechero –apremió, controlando el jadeo.

Tenía grabada en la retina la imagen habitación: ¿no había soñado él con una similar, en una torre, hacía algo así como un millón de años? ¿Y qué ocurriría si la película funcionaba como un pórtico, una trampa que se cerraba en torno al espectador? Si no se trataba de un engaño, era la única conclusión que quedaba: alguien los quería allí, en esa especie de celda.

-Mantengamos la calma, ¿ok?

Cargando editor
18/09/2009, 04:18
Agustín Morales Sierra

Agustin se volvió a erguir algo mareado, con un sudor frió en su frente y un sabor ácido en su boca a causa del vomito escupe algo de saliva en un intento de limpiarse el sabor, miro la cara del chapas iluminada por el fósforos y cuando este se extinguió, Agustin recién comenzó a asustarse y a "comprender" la situación en la que estaba, busco manotear a su alrededor tratando de agarrar a alguno de los que estaban sentado a su lado.

-Vamos a tomarnos de las manos gente, sigan hablando

Sus piernas comenzaron a temblar

Cargando editor
21/09/2009, 16:23
Macarena

Mientras se tomaban de las manos la Maca sacó su mechero y prendió la llama. No parecía muy convencida del efecto:

- Si se calienta la piedra saldrá disparada... a ver si encontramos algo para quemar...

Notas de juego

PNJ. Como Unai parece algo liado esta temporada lo llevo como PNJ hasta que dé señales de vida.

Cargando editor
21/09/2009, 16:24
Director

Siguiendo las indicaciones de la Maca todos miraron alrededor. ¿Dónde estaban? La llama del mechero no era una maravilla pero permitía atisbar unos muebles viejos y desvencijados. Un reflejo les devolvió el rostro asustado de un grupo de personas cogidas de la mano: eran ellos mismos vistos en un espejo de pie, con marco plateado oxidado. En algún momento se atisbo una enorme cruz de madera en una pared, un cristo de los antiguos, de casa rural... Pero las paredes eran de cemento enyesado... o eso parecía.

La luz del mechero se apagó de nuevo acompañada de un juramento de la Maca. Hubo un momento de tensión y nuevamente la débil llama alumbró la escena. Ahora la Maca la había acercado a una mesa. ¡Una lámpara de aceite parecía burlarse de ellos sobre la mesa! Antes de perder nuevamente la fuente de luz la Maca se abalanzó sobre ella y comprobó, aliviada, que tenía combustible.

Segundos después la débil llama de la lámpara iluminaba la estancia. La pared de la proyección estaba ahora vacía y por todos lados se amontonaban viejos muebles, algunos cubiertos por sábanas. El suelo era de madera y en muchos puntos crujía sin dar demasiada fiabilidad. Parecían encontrarse en el desván de una casa antigua. La puerta, ahora que la veían con algo más de calma, era ostentosa pero no llegaba al término de medieval... aunque moderna no era lo que se decía moderna. Su cerradura enorme y el picaporte de madera insistían en una antigüedad considerable.

Cargando editor
21/09/2009, 18:09
Domingo Torres

Estaba a punto de volver a incriminar al guardia de noche cuando la Maca encendió el mechero y, después, la lampara. Nuevamente se frotó los ojos enérgicamente intentando limpiar la sucia huella de irrealidad que la situación estaba dibujando sobre ellos.

—¿Qué... —empezó a decir mientras se contemplaba anonadado en el espejo.

Se echó las manos al cinturón en busca de la radio.

—Mierda —pensó.

No estaba de servicio y no solía llevar la radio cuando no estaba de servicio. El corazón del viejo policía empezó a latir con fuerza, nervioso. Ora miraba al espejo donde misteriosamente se reflejaba una realidad distinta, ora miraba al resto en busca de una explicación.

Una vez más se frotó los ojos pero no funcionaba. Se quedó mirando unos instantes al espejo estupefacto. Avanzó un paso. Luego otro. Uno más. Definitivamente estaba frente al cristal reflectante y extendió la palma de la mano sobre él.

—Elías, ¿qué razón puedes encontrarle a este sinsentido? —preguntó sin mirar al argentino.

Cargando editor
22/09/2009, 11:09
Elías Bonabre

Elías se soltó de las manos de Ricardo y Macarena y se alisó el cabello, un punto angustiado. Se adelantó en un impulso y se deshizo de las vendas, estudiándose en el espejo, al lado de Domingo, quien lo requería.

-Tengo que concentrarme -resopló. -Si se trata de un número, su ejecutor ha hilado muy fino. Por ejemplo: ¿robaron estos dos la película o les indujo a hacerlo? El mentalista (el portugués, caracterizado grotescamente tal como lo hemos visto) pudo deducir entonces que la visionaríamos en la comisaría. Y haría falta un gancho, claro está. ¿Qué tal Ricardo? Él insistió en meterse en la boca del lobo y nos informó de la reunión, del lugar… ¿Nos querrían a todos allí y nuestra cita con el holandés los obligó a improvisar? –Negó con la cabeza y declaró: -Es imposible.

Arrugó el ceño, mirando sin ver su propio reflejo. Así durante unos segundos, hasta que sus facciones se suavizaran y pasara a comentar con un suspiro:

-En un principio pensé que habíamos viajado en el tiempo. ¡Una auténtica locura! Ahora discierno que este escenario responde más bien a un entorno rural. Por eso, mientras nos reponemos del shock, ¿qué os parece si, eventualmente, dejamos en suspenso la cuestión acerca de la realidad de esta situación? Enfoquémonos en distinguir el propósito: ¿qué quiere el artífice de nosotros más allá de la dichosa carta? ¿Qué quiere mostrarnos, qué que creamos? Averigüémoslo, intentemos salir de esta pieza.