Partida Rol por web

El guerrero asiente con semblante preocupado. El alivio de tener que enfrentarse con menos enemigos se compensa con la certeza de su excelente organización.

- Sí, son un ejército en miniatura. Soldados de línea, apoyo mágico y... sospecho que fuerza bruta. Equipos de búsqueda, exploración y combate, compuestos por los mismos elementos ¿Qué grupos son capaces de algo así? ¿La Iglesia de los Hechiceros? ¿Shesnela? ¿Alguna secta? Esto no es cosa de orlanthis, eso seguro -se levanta y se sacude el polvo de la ropa- De todas formas, eso no cambia nuestros planes. Sigue conviniéndonos separarlos de sus caballos y averiguar más sobre ellos y sus capacidades. Por lo menos ya estamos seguros de que no son trolls.

"Y si tienen tratos con la Muerte... les conduciré ante Ella definitivamente muy gustoso".

La anciana se incorpora, parece que algo espabilada ya, con tanto parloteo... y empieza a conducir la conversación del grupo por donde a ella más le interesa, por supuesto:

- Deberíamos aclarar algunas cosas entre todos... y hacerlo cuanto antes - argumenta - Para empezar ¿Alguien se plantea todavía la posibilidad de utilizar el engaño, o algún tipo de argucia, para fingir un encuentro casual en estos remotos lares? Porque a mí me parece que lo más probable es que se pongan en alerta y nos amenacen si no desaparecemos inmediatamente... o bien que nos ataquen sin más...

La vieja levanta uno de sus huesudos dedos para enfatizar su discurso.

- Pero creo que aun hay algo que nos dejamos pendiente, algo fundamental que debemos decidir antes que nada... ¿Os conformaríais tan sólo con informar a nuestro patrón Uz de lo que hemos visto... o pretendéis realmente recuperar el libro robado? - dice alzando una casi despoblada ceja que dibuja aun más arrugas en su faz - Porque si pretendemos hacerlo, vamos a tener que luchar. Y matar.

Entonces se yergue con los brazos en jarras, lo que no hace sino poner en evidencia su espalda encorvada y su corta estatura, añadiendo:

- Así que en primer lugar debemos dejar claro si son nuestros enemigos - dice con una extraña expresión en su feo y arrugado rostro - Si estamos hablando de acabar con todos ellos...

Parece que la jodida vieja se ha levantado guerrera...

- Exactamente - responde Gábriel - Yo no me conformo sólo con avisar al uz. Quiero saber que es ese grimorio, y no me quedaré tranquila, tanto si está en manos uz como si está en manos de hechiz...malkionitas o lo que sean, sin saber antes que tipo de magia contiene - entonces se dirige a Groth - Lo mejor es que tú y yo nos adelantemos. Cuando estemos a la distancia adecuada, llamaré a los vientos, y según lo que escuchemos, Alëu espantará a los caballos - hace una pausa - Por tu silencio, Onaekko, adivino que no vendrás con Groth y conmigo... - la cazadora sigue meditando en silencio - Ahora que estoy tan cerca, tengo que averiguar si ese grupo pertenece a la Cadena. Y si les damos captura, aunque sólo sea a uno de ellos, bien sabe Vinga que le tiraré de la lengua hasta que confiese si esos temblores en el Bosque de Arstola tienen algo que ver con los trolls, y con la Cadena.

Por un momento la mirada del guerrero se torna fría y afilada como el acero. Su voz adquiere un tono más bajo y amenazante de lo que es habitual en un ánimo por lo general jovial.

- Para contestar a Alëu, primero debo saber más cosas sobre ese grupo... y sobre todo, sobre esas criaturas vendadas. Creo que hasta que no alumbremos las áreas oscuras, no podremos tomar una decisión, como he dicho antes. Todo lo demás es gastar saliva.

Después parece relajarse, sacude la cabeza como alejando un mal sueño y vuelve a sonreír.

- No creo que El Hombre y Medio quiera perderse la diversión ¿verdad, amigo? ¿Y tú, Suk? ¿Nos acompañarás? Puede que nos seas útil.

Sabe que el trollkin hará lo que le pida, pero no puede renunciar a su creencia orlanthi arraigada de independencia. Tal vez pueda despertar algo parecido a una personalidad en el enlo. No sería el primero...

Vaerles niega con la cabeza ante el sorprendente discurso de Aleü y las palabras de Gábriel.

-¿Qué necesidad hay de entrar en combate? Si luchamos contra ellos y si los dioses nos ayudan a salir vencedores, muy bien, tendremos el libro, pero habremos incumplido los términos de nuestra misión. Es decir, nuestro patrón no nos pagará lo pactado, habremos hecho este viaje tan largo para nada y lo peor de todo: nuestra reputación en Naskorion se verá muy afectada. Y si atacamos y la situación se tuerce... -el mercader hace una pausa larga para dar más énfasis a las siguientes palabras-: será aún peor.

Luego inspira aire antes de proseguir:

-Por favor, os ruego que controléis vuestras ansias de sangre. Os pido serenidad. No me gustaría tener que volver a Marost cargando con cadáveres de compañeros, y aún menos por culpa de una decisión precipitada. Es verdad que sospecharán de nosotros si nos acercamos a ellos fingiendo ir a vender mercancías hacia algún punto del noreste, pero incluso eso me parece menos arriesgado que lanzarnos a cortarles el cuello, por mucho que logremos hacer huir a sus caballos -afirma mirando a la anciana-. El combate debería ser nuestro último recurso, no el primero. ¿Sabéis por qué? Porque no somos vulgares bandidos como los que nos atacaron hace semanas. No estamos tan desesperados. Además, si nos acercamos a ellos pacíficamente, podremos averiguar mucho sobre sus intenciones y sus recursos -añade mirando a Groth.

En definitiva, me parece más inteligente alcanzarlos y hacernos pasar por mercaderes. O también podríamos fingir que nos hemos perdido... o que andamos buscando tierras donde asentarnos, como si nos hubieran desterrado por algún crimen. Por supuesto, debemos ser precavidos y tener pensado un plan detallado para reaccionar rápidamente a un ataque. Aun así, no creo que nos ataquen sin más. Sobre todo ahora que sabemos que no son diecisiete... -comenta guiñándole un ojo a la anciana en gesto travieso-. Parece que tienen prisa por llegar a su destino y un enfrentamiento podría salirles caro.

La anciana observa al mercader de dorados rizos con evidente escepticismo antes de hablar:

- Y decidme... ¿Qué pensáis decirles exactamente cuando "casualmente" nos encontremos con ellos en medio de ninguna parte, en un erial rocoso sin testigos ni leyes?

- Seria importante que escuchásemos primero sus conversaciones. A lo mejor nos da una clave para saber si es mejor atacar o seguir tras ellos. Y creo que si no nos damos prisa, sólo escucharemos sus ronquidos... - comenta la cazadora.

- Entonces deberíamos dividir el grupo para que los que puedan viajar más ligeros se adelanten sigilosamente - propone la anciana - Porque es imposible que con los carros lleguemos hasta ellos sin que nos vean...

Bosporus mira a unos y a otros mientras dialogan... se queda pensativo un segundo y dice - Podriamos escucharles como dice la cazadora, y conseguir informacion antes de actuar... y por supuesto luego encontrarnos con ellos "por casualidad" diciendoles que creemos que nos persiguen unos trolls y no sabemos por que, quizas sean cazadores de estas tierras.... o no. Despues de su argumento Bosporus sonrrie ampliamente y continua - Asi quiza podamos ver su reaccion ante nuestra mentira. ¿Que os parece? Termina diciendo el mercader.

- De acuerdo entonces - consiente la vieja - ¿Quiénes formarán parte del grupo de espías que se avance al resto?

- Debemos ir sólo los más sigilosos. No queremos que nadie nos descubra - hace una última observación - Yo iré.

Mueve los hombros con cierta incomodidad, empieza a cansarse de estas discusiones interminables.

- Yo no soy sigiloso, pero solo necesito acercarme a distancia de tiro de flecha -dice con voz cavernosa- Quiero comprobar una cosa que puede ser importante. Yo voy también.

Su tono de voz no admite réplica. Ya no tiene ganas de bromear.

- Entonces con el silencioso gigante agimori somos cuatro - suelta la vieja, segura de sorprender a todos al incluirse - Tranquilos, os aseguro que no os retrasaré... además, Groth, deberías traerte a tu mascota... ese maloliente enlo... puede sernos útil.

-Mis pies no son silenciosos como leopardo. Mi tribu caza como las aves, no como gatos grandes. Si Pelo de Fuego -Onaekko señala a Gabriel- necesita mis ojos y mis oídos estaré a su lado. Si no, esperaré al acecho.

El agimori no pretende ser tan ambiguo como su respuesta, simplemente no puede expresarse mejor. Lo que está claro es que irá allá donde Gabriel ordene.

Yo no soy silencioso, pero mi hacha puede partir algún cráneo si la cosa se complica. Os acompañaré hasta cierto punto, pero estaré al acecho por si es necesario. No voy a estar paseando por el monte todo el tiempo, para ponerme a contar copos de nieve con la primera oportunidad de lucha.

Además, pensandolo bien, no está nada mal caminar detrás del lince -dice, señalando a Gábriel, haciendo notar el gusto de Horen por el movimiento de cadera de la cazadora, sin que su apreciación sea demasiado directa.
 

-Qué bien, al final solo irán "los seis más sigilosos" y nadie más, je, je, je -bromea Vaerles, divertido-. ¡Podriais haber acabado antes diciendo "vayamos todos menos los mercaderes"! ¡Ja, ja! Ay no, es verdad, que los caballos y las mulas tampoco van... Aunque tal vez si pudieran hablar también se apuntarían, yo creo que lo están deseando, ¡ji, ji, ji! -Vaerles ríe con una risa ahogada y tonta durante unos segundos, incapaz de controlarse, hasta que al final se tranquiliza, recupera la compostura, suspira profundamente y carraspea un poco-. Ejem, lo que quería decir es que creo que debería acercarse solo Gábriel -afirma en tono muy serio-. Solo si hay escondites suficientes podría acercarse el resto de los valientes a tiro de flecha con Groth, para proteger a la cazadora si la presa se enfurece. Y antes de partir deberíamos concretar cuál va a ser nuestro pretexto para estar aquí, por si acaso los ladrones descubren a Gábriel. Confío en nuestra chica, pero si por desgracia la descubren y ella huye, sospecharán aún más. La idea de Bosporus me gusta. Podríamos combinarla con que somos exploradores que andamos buscando tierras fértiles para establecernos como colonos. ¿Qué os parece?

El suspiro es tan sonoro que los miembros del grupo temen que lo hayan oído hasta los otros acampados.

- Necesito averiguar una cosa determinante -dice por enésima vez Groth- Y para ello debo acercarme a un centenar de metros. A esa distancia debería haber algo que me cubriera en plena noche, aunque fuera un mísero matorral, y muy mal lo tendría que hacer para que me escucharan. Si la Cazadora desea acercarse más, la cubriré con mi arco si es necesario.

Hensheen parece exasperado por tanta palabrería sin sentido y tantos planes de acercamientos nocturnos al campamento de las carretas que persiguen.

- A ver, si los exploradores han visto el campamento de nuestros perseguidos a una distancia tal que sea necesaria una cabalgada al amanecer para alcanzarles tardando unas horas... digo yo que caminando en mitad de la noche, porque no creo que a nadie se le ocurra arriesgar a quebrar las patas de sus monturas en una mala pisada, se hará de día antes de que se llegue hasta ellos. Así que vayámonos a dormir y si pretendemos llegar hasta ellos en la noche para espiarles, intentémoslo al acampar mañana cuando estemos más próximos.

Dicho lo cual, el joven mercader se envuelve en su manta y se cala el gorro hasta las orejas para mitigar el intenso frío mientras murmura en voz baja, acercándo el saco de dormir a la hoguera un poco más y frotándose las manos.

- Recorrer más de veinte kilómetros en la oscuridad... para cuando llegaran estaría amaneciendo... y no habrían dormido nada... y estarían sin monturas, separados del resto hasta que llegáramos los demás... mañana será otro día... mañana...

Como los atacantes sean criaturas de la oscuridad... cierta vieja va a sospechar que no fueran a estar compinchadas con ese asqueroso enlo que les acompaña... ;P
 

Pero si el pobre Suk no da para tanto, mujer! Verdad, Suk? Verdad que tu tontuna te protege de toda sospecha? XDD!!