Partida Rol por web

El ladrón en las sombras

La fuerza de reserva

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07/08/2014, 22:26
Vaerles

Las caídas de Groth sobresaltan y desmoralizan al mercader peloriano y, cuando finalmente se agarra al extremo de la cuerda para iniciar la ascensión, pensamientos funestos invaden su mente. Con lo que me duele la pierna... -piensa-. Y lo alta que es esta torre. No llegaré nunca arriba con esta ventisca. Vaerles mira hacia arriba con incredulidad.

Finalmente, se lanza a subir, pero se ve totalmente incapaz de colocar bien los pies en los nudos mientras la nieve y el viento le azotan el rostro con violencia. Al segundo intento fallido, está a punto de dejarlo correr. Si no sé ni por dónde empezar, ¿cómo voy a llegar hasta arriba del todo? -se pregunta. Entonces cierra los ojos con fuerza y piensa en Hal... y en Gábriel. Es hora de devolver el favor y hacer algo por ellos. Es hora de vengarlos.

-¡Etyries! Viajera incansable, dame fuerzas para subir esta torre y acabar con el mal que habita en su interior... -murmura. Empelido por la fuerza de su devoción, o tal vez es el espíritu de los fallecidos que lo ayudan, el mercader trepa por la torre sin ningún problema ni contratiempo. Una vez arriba, sonríe para sí, da las gracias a la diosa y a los espíritus, y luego comenta-: Bueno, al final la subida no ha sido tan difícil como esperaba...

- Tiradas (6)
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08/08/2014, 08:40
Director

Thorkegar es el primero en subir, y uno a uno la van siguiendo los demás. Groth es el único que tiene problemas serios para subir, y se hiere en un brazo al caer, teniendo que curárselo para poder continuar.

Cuando van llegando arriba, el espectáculo que contemplan es terrible. El pobre Johen yace en el suelo con la cabeza brutalmente aplastada en un charco de sangre. A su lado uno de los guardias está tumbado con el rostro amoratado y los ojos como platos, la boca abierta y la lengua de color violeta asomándole por la boca. Solo presenta una herida en el vientre curada con un vendaje provisional. Dispersos por la azotea hay varios miembros amputados y completamente cubiertos de vendajes amarillos, procedentes de las dos criaturas vendadas y embozadas en túnicas negras que también yacen inertes y destrozadas. Solo uno de los cuatro defensores de la azotea permanece con vida: desarmado, con el brazo izquierdo goteando sangre de una herida y de rodillas, Heenshen le tiene sujeto por el hombre y con su daga pinchándole el cuello. Argörath y Holguer están a su lado, al parecer el mercader quiere interrogándole, mientras que Holguer solo está pendiente de continuar el asalto.

En una zona de la azotea hay una pequeña estructura que sobresale y que alberga la puerta de acceso. Junto a ella, una solitaria lámpara azotada por el viento provee la escasa iluminación que hay aquí arriba. La puerta es de madera sólida, sin cerradura alguna, con un par de visagras de bronce y una argolla desde la que tirar para abrirla... cuando desde dentro abran el pestillo que la mantiene cerrada, claro.

Notas de juego

NOTA: se cierra la escena y todos los personajes pasan a la escena "La vanguardia del ataque"