Partida Rol por web

Día salvaje, semana de la muerte, estación Oscura

Cada vez se aproximan más a la gran cordillera occidental, un muro de apariencia infranqueable que se prolonga más de mil kilómetros para rodear todo Ralios por el norte y luego por el oeste. Y muy poco antes de llegar a ella, otra cordillera, de apariencia pequeña al compararse con las Montañas Petrificadas, pero cuya longitud no bajará también del centenar de kilómetros.

La carreta que les precede les ha conducido a las proximidades de una montaña aislada, en mitad de la tierra que se conoce como Vustria. Parece que el objetivo de rodear las tierras de los dragones que caminan está a punto de cumplirse, pues el rumbo ahora es claramente al oeste, hacia la cordillera que precede a las Petrificadas y que forma un pequeño valle entre ambas formaciones montañosas.

Como siempre, el campamento es preparado a conciencia y las guardias se cumplen a rajatabla según la disciplina mostali. El lugar en las proximidades de la montaña es algo escarpado, y la carreta debe avanzar con cuidado siguiendo sinuosas sendas para evitar desniveles y pedregales. Además, el terreno es propicio para las sorpresas y las emboscadas, pues resultaría fácil ocultarse en las irregularidades del terreno y acechar en las proximidades sin ser visto, así que Hal y Obendiya se proponen mantienen más cerca de la carreta en esta jorada como precaución.

Sin embargo, apenas se ha levantado el campamento y echado a andar la carreta cuando se observa un nutrido grupo avanzando hacia su posición desde el norte, levantando una gran polvareda. Parece evidente que cuentan con jinetes y que se dirigen directos hacia ellos, por lo que no hay posibilidad alguna de escapar. Krunk ordena que se adopten medidas defensivas por si hubiera que luchar, pero conforme se acercan más los recién llegados, parece evidente que no habrá lucha alguna: se trata de una enorme caravana de criaturas reptilianas, muchos de ellos, unos ocho o nueve con aspecto de guerreros montados en unos seres bípedos y plumíferos, a medio camino entre aves y reptiles. Otros van montados en tres monstruos enormes como casas que atronan con sus pesados andares y cuyas anchas cabezas lucen tres cuernos: dos sobre la frente y otro sobre el hocico. Parecen usar a dos de estos mastodontes como bestias de carga, pues llevan sobre sus lomos lonas, cajas y bolsas bien aseguradas para un viaje. El tercero parece llevar el palanquín de alguien importante, cerrado con cortinas o mosquiteras y construido con un diseño y una forma exótica y peculiar. Y finalmente también hay otros de esos seres reptilianos que van a pie. Estos, unos diez o doce, son de menor envergadura que los que tienen apariencia de guerreros y parecen someterse a sus órdenes, pues al llegar a la altura de la carreta de los mostalis, algunos les dan órdenes de explorar los alrededores y estos las cumplen al instante. Parece que van a tenr un encuentro con los dragones que caminan después de todo...

Los dracónidos visitantes no parecen tener una actitud manifiestamente hostil, pero sí se comportan como si dominaran la situación, rodeando la carreta y observando fijamente a los ocupantes y a sus dos jinetes de escolta.

De la gigantesca criatura que transporta el extraño palanquín, que se ha deteneido a unas decenas de metros junto al resto de la comitiva, surge una figura alta y envuelta en ropajes a diferencia de sus congéneres. Sale de espaldas y parece hacer una reverencia a alguien que permanece en el interior del palanquín. Baja con habilidad por el costado del mastodonte valiéndose cuerda anudada y se aproxima a la carreta con parsimonia, dándose tiempo para observar a los mostalis y a sus acompañantes humanos y dejando que a su vez ellos le observen a él. Dos guerreros se bajan de sus monturas bípedas, que quedan custodiadas junto a sus lanzas por los ejemplares de menor tamaño que antes han procedido a explorar el entorno, y se unen a modo de escolta al extraño que se aproxima. Finalmente, las primeras palabras son pronunciadas, en lenguaje comercial con un extraño y chirriante acento jamás escuchado por los oídos de los humanos o mostalis presentes.

- Ssaludoss sseñoress, ssoy Ixlavish, alto repressentante de ssu excelencia -dice señalando al palanquín del que se ha bajado, sin mencionar el nombre de su patrón- y traductor de ssuss desseoss. Lamento interrumpir ssu viaje, pero cumplimoss una missión de ssuma importancia, para la cual necessitamoss de colaboradoress. Colaboradoress como vossotross -dice señalando con una mano de largos dedos coronados de garras extendida alternativamente hacia los mostalis y los humanos. Doss de vossotross ssereiss loss afortunadoss para acompañarnoss en nuesstro largo viaje. Pero antes de ssaber ssi ssoiss dignoss de uniross a nossotross tendrémoss que mediross en combate.

Ahora se gira primero a un lado y luego a otro mirando a los dos guerreros que se han colocado a su lado.

- Khessyrunax y Salanth sserán loss encargadoss de mediross. Un hijo de la carne y un hijo de la roca elegireiss a vuesstro gussto y conveniencia y ambos lucharán con lass armass y métodoss que desseen contra Khessyrunax y Salanth, en combate individual. Aquel que logre matar al guerrero dragonut habrá passado la prueba y sse unirá a nuesstra caravana. Ssi muere en el intento habrá fracassado y tendremoss que elegir a otro para medirlo. Esspero vuesstra elección de candidatoss.

Se queda entonces inmóvil, observando, sin parpadear apenas.

El guerrero de verdes escamas observa impasible a los mostalis y humanos, mientras flexiona uno de sus dedos tocando con su puntiaguda garra el mango de su extraña maza, haciendo un rítmico ruido.

El dragonut que está al otro lado de Ixlavish se mantiene completamente inmóvil con la boca entreabierta y la cabeza ligeramente ladeada, observando la extraña montura del guerrero humano.

Los demás guerreros, siete en total, y los diez exploradores, se mantienen expectantes alrededor de la carreta y los dos jinetes, obserándoles y escuchando. Ninguno habla ni emite sonido alguno.

¿Cómo? ¿Qué es esto?

Arbar estaba visiblemente desconcertado... No habían abierto la boca y ya estaban siendo retados a un duelo... además si perdían morían y si ganaban se debían ir con los Dragonúts...

¿Se habrían encontrado con nuestros perseguidos? ¿Les habrían retado de igual manera? ¿habrán sobrevivido? ¿Dónde se dirigirían estos reptiles en caso de victoria nuestra y separación del grupo? ¿Por qué nosotros?

Se sacudió la cabeza, eran demasiadas preguntas en demasiado poco tiempo... Giró la cabeza hacia su capitán, que se hallaba a su lado y le comentó en voz no muy elevada...

- Mi capitan, -dijo en mostali- usted dirá lo que hacemos, pero sepa, por supuesto, que si hace falta luchar yo estoy preparado y dispuesto.

¿Cómo? ¿Qué es esto?

Arbar estaba visiblemente desconcertado... No habían abierto la boca y ya estaban siendo retados a un duelo... además si perdían morían y si ganaban se debían ir con los Dragonúts...

¿Se habrían encontrado con nuestros perseguidos? ¿Les habrían retado de igual manera? ¿habrán sobrevivido? ¿Dónde se dirigirían estos reptiles en caso de victoria nuestra y separación del grupo? ¿Por qué nosotros?

Se sacudió la cabeza, eran demasiadas preguntas en demasiado poco tiempo... Giró la cabeza hacia su capitán, que se hallaba a su lado y le comentó en voz no muy elevada...

- Min kaptein -dijo en mostali- jeg fortelle deg hva vi gjor, men vet selvsagt at hvis nodvendig kamp jeg er klar og villig.

La prepotencia de estos seres es insultante. ¿Qué clase de comportamiento es este en el que coaccionan a unos desconocidos con los que se acaban de encontrar y ponen a la vida un precio tan barato, incluso a la de sus guerreros?

Obendiya se removió inquieto sobre su montura. Miró de reojo a Hal. No entendió las palabras de Arbar, pero intuyó que estaría diciendo lo mismo que él se disponía a decir.

Si no he entendido mal, él o yo tendremos que luchar contra uno de esos lagartos sin alma...

- Krunk, si tu decisión es que juguemos a su juego, será mejor que yo me enfrente a uno de sus guerreros. Seguro que Buscasendas también puede encargarse de uno de sus guerreros, pero creo que Michabo sale ganando en comparación con esa especie de pavos gigantes en los que van montados...

Apretó el asta de su lanza fuertemente y levantó la vista hacia su punta de bronce, a la que Yelm arrancaba brillos dorados.

- Ten cuidado, amigo, si jugamos con sus reglas quizá no puedas luchar a lomos de Michabo - le comenta en voz baja a su compañero.
Tras observar al dragón-que-camina-y-habla detenidamente, eleva la voz para que note que se dirige a él.
- Ikslaviss, si los hijos de la carne, que viajan en la carreta que se ha cruzado antes con vosotros, no eran dignos, debéis de entender que no nos necesitáis a nosotros, pues somos muy parecidos a esos que van por delante, ¿por qué medirnos entonces?. También debéis de saber que los hijos de la roca no os acompañarán aunque sean dignos. La roca puede romperse pero nunca cambiará su propósito. Romper roca o carne no beneficia a vuestra misión - y dedica un pensamiento a Issaries para que meta algo de sentido en esas cabezas escamosas.

¿Qué?, ¿cómo?, ¿y esto por qué?... ¿pero qué mecanismo disfuncional ha fabricado a estas lagartijas superdesarrolladas?

Echa una ojeada rápida al capitán por si va a pronunciarse, pero se impacienta.

- Creo que ha llegado mi momento, capitán Krunk. No negaremos que desde el principio te he caído mal y me consideras indigno de ser considerado mostali. Así que si la situación con estos inesperados visitantes sólo puede resolverse de la manera que plantean, permíteme ser yo el mostali que se enfrente a una de esas criaturas.

Tres Tubos está desconcertado. De repente se encuentran entre la espada y la pared. Se ven en la obligación de embarcarse en una misión que no les concierne o morir.

Observa a los demás mientras toman la palabra y a Krunk escuchar en silencio, mientras trata de eliminar la confusión de su mente. Finalmente alza la voz en mostali para dirigirse a su capitán.

- Ninguno tendriamos que luchar. No es asunto nuestro. Aunque nos enfrentásemos a esos lagartos de dos patas y les vencieramos, nos embarcaríamos en una misión que no nos concierne ni es de provecho para Mostal. Pero si no queda mas remedio que hacer un sacrificio por el bien de nuestra misión, soy su enano, Capitán.

Tres Tubos está desconcertado. De repente se encuentran entre la espada y la pared. Se ven en la obligación de embarcarse en una misión que no les concierne o morir.

Observa a los demás mientras toman la palabra y a Krunk escuchar en silencio, mientras trata de eliminar la confusión de su mente. Finalmente alza la voz en mostali para dirigirse a su capitán.

- Ingen ville ha a kjempe. Det er ikke var businas. Selv om vi asikt de tobeinte ogler og vi overvinne dem, ville vi ta fatt pa et oppdrag som ikke angar oss, og er lannsomt for Mostal. Men hvis ikke annet valg enn a gjøre et offer for det gode for var misjon, jeg er dverg, kaptein.

El capitán parece desconcertado. Casi se pueden oir los engranajes dentro de su cabeza analizando la sorprendente y paradógica situación. Abre la boca como para decir algo Ixlavish, pero luego se arrepiente y la cierra extremadamente ceñudo. Las palabras de Buscasendas no han merecido ni un pestañeo del dragón que camina sobre dos patas, así que tampoco espera que una protesta suya tenga el más mínimo efecto. Se vuelve al grupo y parece haber tomado una decisión.

- No parece que tengamos opciones. Estas criaturas son dueñas de las tierras del norte, o incluso quién sabe si del terreno que pisamos. Son más y una confrontación acabaría con nuestra misión. Debemos aceptar un sacrificio de dos de los nuestros para poder continuar... y eso suponiendo que ambos derroten a estos dragones sobre dos patas.

Mira a los que se han ofrecido para entablar combate y los valora uno por uno.

- Un mostali y un humano... -dice mesándose la barba. Claramente Obendiya a lomos de su enorme montura parece con más posibilidades que Buscasendas, así que ya tenemos a uno. Y entre los mostalis... Swot tendrá su oportunidad de demostrarme que es digno de seguir siendo llamado hijo de Mostal. Preparáos y elegid armas y reglas para el combate.

A nadie se le escapa que Krunk ha elegido a dos miembros "externos" del núcleo principal de mostalis...

¿Swot? ¿el roto? no me lo puedo creer... pensó, cambiando su cara...

Consideraba a Swot como alguien de menos valía que el resto, así que no le cabía en la cabeza no ser el elegido...

aunque quizás me tenga por demasiado valioso para la misión, debe ser eso...

Tras su última reflexión, recompuso su torcido semblante y volvió a ponerse firme.

¡Ánimo Swot!... un hijo de Mostal puede con lo que le echen encima... ¡demuéstralo...!

Tres Tubos siente una extraña mezcla de decepción y orgullo cuando Crisol Hirviente elige a Swot para derrotar al reptil. Decepción por no ser elegido el "más apto" para el combate, y por otro lado piensa que tal vez haya retos más importantes y Krunk prefiere tenerle cerca para más adelante.

No obstante los hijos de la roca tambien tienen sentimientos y no puede evitar preocuparse por los elegidos, en especial por Swot, que aunque no sigue del todo la Senda de Mostal, más bien una cercana y paralela, no deja de ser un enano. Mira a sus amigos enanos y les pregunta en voz baja, para que no le oigan los dragonuts.- Si hay alguna cosa que podamos aporrtar, para favorreser el combate deberríamos hacerlo. -se dirige concretamente a Swot y continúa- Podrría lansar un hechizo a tu hacha para que pueder cortar esa lagarrtija como si fuera arsilla mojada. Ya supongo que tu también conoces esa magia, perro si conoces otro conjurro que te ayude, puedes ahorrarte el que te ofrezco. No soy buen mago, -reconoce- perro puedo intentarrlo.

Tras decir sus últimas palabras, lanza una mirada a Argörath y cuando éste le ve, le hace un gesto en dirección a Obendiya, como preguntando si puede hacer algo por el humano.

A pesar de sus palabras ha sentido un gran alivio cuando las criaturas lo han ignorado. Un miedo instintivo y ancestral encoge su corazón, le provoca una sensación de vacío en las entrañas, por ello calla, se limita a mirar a sus amigos apretando los labios y les muestra su respeto mirandoles a los ojos y asintiendo levemente con la cabeza. Aunque se vean obligados a separarse, espera que ambos sobrevivan a la lucha.
No confía en que los otros enanos vayan a lanzar un ataque sorpresa contra los dragones-que-caminan para ayudar a sus amigos pero, se mantiene alerta y en tensión por si hubiera algún cambio repentino.

El guerrero se prepara. Palmea a Michabo en la joroba y se afianza en los estribos. Deja sus pertrechos en la carreta y se queda únicamente con su lanza, su escudo y su hacha.

¿Qué poderosa magia guardan estos dragones sobre dos patas? No dejaré que me sorprendan...

- Ixlavish, yo me enfrentaré a uno de vuestros guerreros. Lucharemos a lomos de nuestras monturas de batalla, con lanza y el resto de armas de combate cuerpo a cuerpo, pero sin armas de proyectiles o arrojadizas. Comenzaremos a doscientos pasos. Y no se hará uso de la magia.

Sin esperar respuesta, trota con Michabo a un lugar despejado para esperar a su oponente.

El dragón humanoide ladea la cabeza y eleva la mirada al guerrero que monta el extraño y peludo animal parecido a un toro. Hace una seña con la mano izquierda, y los guerreros que rodeaban al carromato de la expedición se abren para dejar paso.

- El combate sserá como desseass el guerrero cornudo -haciendo alusión al casco adornado con cuernos del mismo tipo que el animal que monta que lleva el guerrero fijados al casco.

Se vuelve hacia el dragonut guerrero de escamas verdes.

- Khessyrunax sserá el que pruebe tu valía. Mientrass tanto puede irsse preparando el guerrero de la roca, y esspecificar las condicioness de la prueba en la que sse enfrentará a Ssalanth...

El dragonut dedica una mirada rápìda al guerrero al que se va a enfrentar y se vuelve rápidamente para dirigirse a su montura, que un par de dragonuts exploradores tienen cogida de las riendas algo más atrás. Enfunda sus armas de cuerpo a cuerpo y se sube al pájaro gigante que le sirve de montura. Toma su lanza y se aleja trotando hasta el punto en el que la distancia enre él y el guerrero cornudo es la aproximada. Entonces, sin ninguna ceremonia, inicia la carga.

El pájaro parece tan rápido como un caballo y abre su enorme pico de águila en un gesto agresivo mientras galopa, como anticipando el choque que está a punto de ocurrir. La lanza del dragonut comienza a bajar cuando apenas faltan unas decenas de metros para cruzarse con el humano...

No lleva escudo y sin magia protectora no podrá resistir mi lanza si le alcanzo, ni siquiera con esas duras escamas de dragón. Tengo la ventaja y Urox cabalga a mi lado.

Obendiya se lanza a la carga y baja la lanza también cuando está cerca del objetivo, afianza el escudo mientras aprieta los dientes y apoya el asta en el filo del mismo para tener mayor estabilidad y apoyo, y cuando está cerca de sentir el impacto grita:

- ¡UROOOOOOOOOOOOOOX!