Partida Rol por web

-Comprobemos que llevan encima estos tipos, ¿de acuerdo? -dijo Thokk mientras se arrodillaba ante el que había matado y comenzaba a registrarlo con todo el cuidado del mundo- puede que fueran rechazados por otros a los que intentaron saltar, o puede que haya otra cosa por aquí.

Mientras tanto inspeccionaba las armas y objetos que llevaban esos tipos.

- Sí, es una lástima que hayan caido, ahora quizás ya nunca sepamos por qué estaban en tan mal estado. -comento con curiosidad mientras recojo mi propia flecha ensangrentada del cadáver del bandido. Pobre tipo.

Después hago caso al gigantón y rebusco en sus bolsillos. Quizás haya algo allí que nos resuelva las dudas.

Espadas cortas eran sus armas y armaduras de cuero sus protecciones. Además, en sus bolsillos llevaban 208 po en total, una daga de plata, 4 anillos de oro (uno cada uno) y un obelisto cde jade roto de más o menos 1' de largo, con incrustaciones de plata en un lado.

Joder, tomo mi arma del cuerpo y la parte que me corresponde. Mmmm  la primera vez que ataco bien,  tengo mala suerte en los tiros... ahora supongo que estos no son los que buscamos.... Lo que tenian estos tiene buena pinta... mucho robo afortunado... al parecer...

Miro al rededor y busco en el suelo y en el sector alguna pista

aunque pueden ser del grupo, hay que estar pendientes.

Lúthien observaba la talla de jade rota, eso le restaría valor... mucho valor, pero aun así podían sacar cierto beneficio de ello.

-Guardemos esto-sugirió en voz baja mientras Lordo parecía rastrear la zona para averiguar la dirección de origen de los bandidos que tan absurdamente habían ido a buscar la muerte.

-¿Lordo?-preguntó cuando hubo pasado un tiempo prudencial en el que su compañero bien podría haber encontrado alguna respuesta de las que buscaba.

Lordo no tarda en descubrir el nuevo el sendero que habíais seguido y continuáis por el camino. Tras un buen rato caminando, el terreno empieza a descender abruptamente en la orilla del mar de la Luna. Pero, antes de empezar a descender, Lordo descubre lo que parece una torreta de vigilancia.

Tras embolsarme mi anillo de oro y mis 52 monedas correspondientes, sigo a mi compañero que ha encontrado el camino de nuevo. Caminamos con sigilo y precaución, acompañando a nuestros caballos por el sendero, con los sentidos alerta para no caer en una nueva emboscada.

Al cabo de un rato, cuando divisamos de nuevo la inmensidad plateada del Mar de la Luna, Lordo nos alerta de la presencia de una torre de vigilancia. Detenemos la marcha para observarla y yo me fijo atentamente a ver si descubro algún movimiento en las alturas.

Puedes ver cómo se mueve una figura en lo alto de la torre. Pero, para ver que hay más allá de esa torre, ver dónde desemboca ese terreno, tendríais que seguir avanzando.
 

Murmuro.

Cuidado, agachaos... ¿veis?, ahí hay una torreta de vigilancia,  es posible que ellos puedan vernos primero, si no tenemos cuidado, si alguno es bueno con el arco podría matar a los guardias.

Lordo tenia un arco, pero su suerte con el mismo no habia sido muy buena.

- Allá arriba se mueve alguien. ¿Qué hacemos, intentamos escabullirnos sin ser vistos? -no veía hacia dónde continuaba el sendero más allá de la torre, pero sospechaba que no debíamos estar lejos del campamento principal. Escucho la sugerencia de Lordo de disparar.- Podría intentarlo, si queréis. El caso es que yo sólo he avistado un vigía, pero no puedo estar seguro de que no haya más.

Y, si no una flecha, aquel vigilante bien podía llevarse un bolazo de fuego.

Si alguno sabe magia sería tambien ideal, he pensado que si nos deshacemos de esos guardias podemos entrar más facil y seran unos menos a la hora de entrar al campamento, no sé cuantos sean, pero si eliminamos de a grupitos puede ser mejor. Digo murmurando.

Thokk intentó esconderse cuando le dieron el aviso del vigía, pero más bien pareció que decidió hacer todo el movimiento posible y tirarse encima de unos arbustos en lugar de esconderse tras ellos. Eso era malo, si estaba mirando hacia ellos le habrían visto seguro.

-Lo siento -murmuró mientras intentaba observar al vigia- Creo que esa idea del arco estará bien, seguro que me han visto...

Lúthien chasqueó la lengua e intentó esconderse mientras caminaba con mucho cuidado.

-No hagáis ruido- aconsejó, sin conseguía acercarse un poco sin que les detectaran bien podría dormir al vigía.

Pero para eso no podía ir montando una fiesta.

La maniobra de Luthien me pilla con un ojo cerrado, la lengua sobresaliendo un poco de la comisura de los labios, el arco tenso y la flecha preparada apuntando a la atalaya, en un esfuerzo de concentración para no fallar el tiro.

Tras sus palabras, relajo los músculos y bajo el arma, a la espera de lo que mi hermana se trajese entre manos.

La figura del guardia se queda quieta y sentís como si os observara. Lúthien sigue moviéndose sigilosamente, evitando pisar arbustos o tropezar con la maleza, alejándose de Thokk y su manera de esconderse. La torre tiene unos 10' de alto y podies escuchar cómo se tensa una cuerda. Parece que os han descubierto.

No le daba tiempo, no le daba tiempo y pese a ello despegó los labios cantando para el vigía. Podía servir para nada, para salvarles el culo en cierto modo o terminar de condenarles.

Parece que se han dado cuenta de nuestra presencia. Estoy a punto de tensar de nuevo la cuerda del arco, cuando la suave voz y el dulce tono del canto de Luthien me relajan a la par que me hacen pensar que el tipo de la torre merece una oprtunidad: mejor dormido que muerto. Nunca es agradable segar una vida si es posible evitarlo.

Qué noble me siento cuando tengo pensamientos como éste.

Thokk pensó en quedarse como estaba y donde estaba... par ano hacer más ruido, pero si se quedaba tumbado sería un blanco fácil, por lo que optó por, con mucho cuidado, intentar ponerse en cuclillas y, así, poder evitar un flechazo.

Además, la canción de Lúthien parecía llevar algo extraño, había escuchado algo sobre cantores que hacían magia con la voz, pero siempre había creído que era una metáfora.

Lúthien se acerca entre los árboles hasta acercarse lo suficiente. Desde allí, empieza a cantar. Su melodiosa voz llena el bosque y os conmueve. Pero al guardia parece afectarle más.

Veis cómo se agarra a la barra de la torre de vigiliancia y deja caer su arco. Sin poder resistirse más, cae dormido. Aunque de forma catastrófica. Al caer, se vuelca por la torre y cae al suelo, donde comienza a roncar sin importarle el golpe.

Suspiró apagando poco a poco su voz, apoyando una mano en la garganta controlando la vibración de la voz al salir. El golpe fue cuanto menos aparatoso y bien podría haberse matado aunque el tío seguía roncando pese a la caída.

-...-se llevó un dedo a los labios con una sonrisa cómplice