Partida Rol por web

Firefly: El Vuelo del Orfeo

Chap. 3: De Camino a la Perdición

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03/05/2011, 11:17
Cassia Ren-Shen

|Lanzadera-Comedor|

No dejo de acariciar a Ivy hasta que estoy convencida de que se encuentra bien y cómodamente dormida; luego me levanto y saco un poco las sábanas del lado contrario de la cama para cubrir a la chica, apartándole el pelo de la cara para darle un suave beso en la sien antes de salir de la lanzadera. Cuando dudo de por qué sigo trabajando en esto, me acuerdo del bien que hago cuidando a las personas cuando las preocupaciones de su vida pueden con ellos y me convenzo de que no me sentiría mejor haciendo otra cosa.

Regreso al comedor para limpiarme las manos en el fregadero y considerar el tomar uno de los cuencos que la mujer tuerta había servido antes; la verdad es que tras tanto dormir, habiendo comido sólo una manzana (¡mi última manzana!) al despertar, debía llenar mi estómago con algo más si quería continuar con mi misión. También debería presentarme debidamente, al menos al nuevo miembro de la tripulación, que según he podido entender en la reunión, debe ocuparse del mantenimiento de la nave ahora.

Como sentada en la mesa, tranquilamente, observando la partida de póquer desde ahí.

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03/05/2011, 21:42
Angel Drake

Sentarme y un cuenco con comida caliente. Sienta bien el poder descansar un poco, pero no consigo desconectar del todo. La actitud pasota de Ian... me preocupa. Es como si estuviera de vuelta de todo. Era cierto que probablemente no fuera nada, pero si no era alergia, si era cualquier otra cosa... el espacio de la nave era reducido y ya teníamos demasiados problemas.

Cerré los ojos, no, no debía pensar así. Estaba cansada y estaba siendo negativa. Me concentré en saborear la sopa, me parecía haber probado antes una parecida. Tarde un momento en hacer la conexión: "sopa de piedra" o lo que era lo mismo, era cosa de Helena. Esbocé una sonrisa cansada, la había probado en nuestra última partida de pay shó, después de que ella engañase a vete tú a saber quién para conseguir algo que echarle. Lástima que no terminasemos porque apareció aque cazarecompensas que quería matar a Helena. Aunque había sido menos aparatosa que la del minero con un brazo y unos dedos de la otra mano amputados y sin duda menos problemática que la vez que nos acusaron de traficar con opio, cosa que bien pensado probablemente era cierta. Y luego toda la gente que se empeñaba en interrumpir porque vamos a ver, ¿de qué iba lo del viejo Robertson pidiendome ser su quinta esposa?  Hice un gesto instintivo de desagrado, ya no se podía ser amable con nadie y que te dejaran jugar tranquilo.

En realidad, ahora que hacía recuento, nunca habíamos terminado ninguna, siempre sucedía algo. Dejé el tazón vacío, tal vez este viaje sería nuestra oportunidad de poder jugar tranquilas. Rebusqué en mi bolsa, la mayoría de las cosas estaban revueltas. Me mordí el labio en actitud pensativa y terminé por vaciar el contenido sobre la manta vieja que me había agenciado para dormir. La había puesto detrás de unas cajas, lo justo para estar fuera de la vista de la gente. No porque me importase demasiado que me vieran, si no porque prefería tener cobertura si los de la partida de poker terminaban peleandose.

Estudié el contenido disperso. Iba a tardar una eternidad en organizarlo. Suspiré y puse algo de música en el terminal público mientras empezaba a revisarlo todo y comenzaba a guardarlo con cuidado y, esta vez, con algo más de orden. Umm, ¿una boa de plumas? Ni siquiera recordaba que la tenía, pensé mientras lo apilaba en un montón. Y luego estaban los pantalones de cuero negros que había comprado para escandalizar a mi padre. Me reí para mis adentros recordándolo. Jabón, algo de ¿incienso? Olí la varilla. Umm, si era probable que lo de traficar con opio fuera cierto. La puse en el montón de "cosas raras con las que no sé que hacer".

Tarareé una estrofa cuya letra en realidad no conocía bien y examiné un cristal de colores relucientes, debía haberse descosido de la camisa blanca, la que había tenido que tirar porque no salían las manchas de sangre. Qué lástima, pensé, era bonita. Pero encajaba perfectamente en el atrapasueños, así que tras unas puntadas, sonreí satisfecha y continué con mi clasificación.

Miré la botella de Lucy, etiqueta dibujada a mano, vidrio de colores y contenido... abri el tapón y olfateé. Solo del olor me mareé un poco, a saber qué llevaba, esencia de sueños y deseo líquido no era todo lo descriptivo que debiera. Despegué una de las plumas de la boa que se había quedado enganchada en la etiqueta. La sostuve frente a mi y soplé, luego me encogí de hombros "cosas raras con las que no sé que hacer".

Poco a poco me iba sintiendo algo mejor y ya casi había terminado de organizar mis cosas, aunque el montón de "cosas raras con las que no sé que hacer" había aumentado considerablemente. En el lado positivo de las cosas, había localizado el tablero de pay shó, contra todo pronóstico, aún tenía todas las piezas. Sonreí y subí un poco el volumen de la música, desconectar era un alivio.

Notas de juego

Si, sé que es un turno que no lleva a ninguna parte, pero me apetecía. Próximamente y si a atrok le parece bien, subiré nuestra conjunta.

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03/05/2011, 23:02
Jack Wolf

Cuando la joven se acerca a la mesa, Jack concentrado ya en sus cartas, apenas la ve llegar, pero cuando se presenta y les de la bienvenida a bordo, se levanta, se inclina ante ella y dice:

- Sheh Shen, Cassia Shao Jeh. Es un placer estar a bordo.

Después me siento y cuando ella se va acariciando durante levemente a Dariel, Jack se permite una pequeña sonrisa, un recuerdo fugaz de tiempos mejores, cuando se aleja dejando atrás el aroma de su perfume y el sonido de la campanilla atada a su pantalón, se gira hacia Dariel y pregunta con curiosidad, antes de volver a concentrarse en las cartas que ha repartido Rousseau:

- No quisiera ser impertinente, pero ¿que hace una mujer como ella en la Orpheus?

Notas de juego

Sheh Shen, Cassia Shao Jeh: Gracias, señorita Casia

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04/05/2011, 09:51
Kratos Syn

La puerta del dormitorio se cierra tras de mi. Los dientes todavía me chirrían con el roce, mientras murmuro para mi mismo.

- Helena...

La rabia me consume. Hasta el capitán me ha fallado. Pensaba que confiaba un poco más en mi criterio. Lanzo un zurdazo contra el saco de entrenamiento que cuelga del techo de mi habitación.

- Jum - Un pequeño gruñido por el esfuerzo al golpear. Me imagino que es ella la que recibe los golpes. Izquierda, derecha, derecha, izquierda.

- Jum, jum, jum, jum. - Un segundo para respirar - Zorra. - Y vuelvo a pagar mi frustración con el saco. Derecha, izquierda, gancho, rodilla, cabeza.

Noto cómo mi cuerpo empieza a exudar ira. Pero hay demasiada acumulada. Distintas caras pasan por el saco mientras lo golpeo. Helena, Kaplan, Thornfinn, Julian... Tras casi 20 minutos golpeando la machacada tela, mis puños empiezan a resentirse. Pero me gusta esa sensación. El dolor es sencillo, ayuda a concentrarse. La adrenalina debería ser excitante, pero a mi me relaja. Me ayuda a centrarme en lo importante y dejar el resto de lado. Ahora sólo veo una cara, la de Dariel. Recuerdo la razón por la que estoy aquí. Lo que le debo. Recuerdo cuál es mi sitio. Lanzo un par de puñetazos más, ya casi sin fuerza. Me limpio un poco el sudor con una toalla amarillenta y la lanzo contra la pared.

Me tumbo sobre la cama y miro al techo. Intento dormir. Pero hay demasiada actividad en mi cabeza, mi cuerpo aún necesita más tralla. Me incorporo de nuevo. Me refresco un poco antes de salir de nuevo. Cojo mi pistola, compruebo el cuchillo, meto una linterna en el cinturón. Me cambio de camiseta y salgo por la puerta. Es hora de hacer una ronda, con algo de suerte quizá alguien me de motivos para golpearle.

Notas de juego

Cuando quieras V ^^

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04/05/2011, 21:08
Angel Drake

 

Ángel: Había encontrado un rincón tranquilo junto al terminal publico de cortex. Bueno, todo lo tranquilo que podía esperar. Estaba agotada pero me sentía de buen humor y, por fin, podría descansar un poco. Me conecte y busqué algo de música, no había demasiado dónde escoger, pero tampoco me importaba demasiado. Al instante esbocé una sonrisa y subí el volumen.

Poco a poco y casi sin pensarlo empecé a moverme mientras iba organizando mis pertenencias, siguiendo el ritmo de forma instintiva. Realmente echaba de menos el irme de fiesta y no tener que pensar nada. Cerré los ojos un segundo, aún sonriendo, moviéndome en la penumbra al ritmo de la música. Sí, me hacía mucha falta. Quién sabe, tal vez en Athens.

Kratos: El caos seguía reinando en la nave. Hacía mi ronda habitual. Aunque no el ruido de tanta gente me aturdía. Un constante zumbido recorría los pasillos de la Firefly. Un zumbido que daba la sensación de espesar el aire y me obligaba a caminar despacio. O quizá fuese el desánimo. Me dirigía a la bodega de carga, donde la mayor parte de los “invitados” se agolpaba. No me apetecía una mierda tener que vigilar, una vez más, al grupo de heridos que habíamos tenido que refugiar. Anhelaba el silencio. Volver a mi habitación. Abrir el armario de armas y limpiar las armas una a una. En especial, echaba de menos a Jessy. Todavía no había podido sacarla a cantar y la pobre iba a quedarse agarrotada.

Mientras pensaba en dos o tres personas a las que me gustaría que viesen cantar a mi pequeña, llegué a la bodega. Por ella una tipa esmirriada bailaba como si estuviese sola mientras escuchaba música de un cachivache extraño. Música. ¿Es que en esta nave no puede haber un minuto de silencio? Me paré cerca, poniéndome en su trayectoria, esperando que en su movimiento se chocase conmigo. Era una forma como otra cualquiera de romper el hielo.

Angel: De pronto me choqué con algo o, mejor dicho, alguien. Abrí los ojos, ¿por qué tenían que arruinar mi momento feliz? Estaba en un rincón, no en medio. Y la música tampoco estaba tan alta. Miré al tipo, era bastante grande y tenía pinta de tener todos los músculos agarrotados, en especial los del entrecejo. Era una de esas personas de las que parecían un polvorín a punto de estallar.

Y estaba allí, como si esperase alguna reacción por mi parte. Pero el caso es que seguía sonriendo y bastante más feliz que hacía un momento. 

-       - ¿Querías algo? – pregunté con cierta curiosidad, no tenía pinta de estar despistado. No, en absoluto. Y seguía ahí, todo rígido, envarado. – Umm, tanta tensión no puede ser buena - murmuré

 Kratos: Miré desde arriba a la chica. Tenía una sonrisa agradable. Pero eso sólo me irritaba más. Yo trabajando y ella perdiendo el tiempo. Moví la cabeza a ambos lados, estirando el cuello para marcar los músculos. Medio sonrío.  ¿Tanto se notaba lo cansado que estaba? Con tanto trabajo apenas había dormido estos días, y no me acordaba. Quizá fuera eso. Vaya, ahora tenía ganas de coger la cama. Y todavía me quedaban un par de horas de ronda.

 - ¿Quién eres? – En realidad tampoco me importaba una mierda – ¿No tienes nada mejor que hacer?

La miré de nuevo. La felicidad y la energía de la muchacha transmitían cierta paz, cierta relajación. Tampoco veía necesidad de ser rudo. Ya me habían echado la bronca por tratar mal a los posibles pasajeros. Debería aprender.

 

- Soy Kratos, jefe de seguridad.

No sabía si tenderle la mano. Tampoco hacía falta ser tan amable. Hice un gesto de cabeza y gruñí ligeramente. Debía ser suficiente.

Angel: Seguía rígido, con expresión de haber masticado piedras. Apretaba tanto la mandíbula que pensé que se rompería un diente. Y cuando estiró el cuello casi pude escuchar cómo crujían las contracturas. Era un decir, claro, porque la música seguía sonando.

 -       Angel Drake – respondí estirándome – Y aún quedan muchas horas para mi guardia en la enfermería – guardia que, por otra parte, hacía sólo por ayudar, no es que fuera mi trabajo. – Y tampoco es como si hubiera muchas alternativas de ocio por aquí. - Me reí un poco. Cada vez parecía más tenso, incluso incómodo – Deberías relajarte, fuerzas los músculos. No hay motivo para estar tan serio.

 Kratos: ¿Y ahora qué intentaba, psicoanalizarme? Tenía una extraña mezcla de sensaciones. Algo me decía que estaba perdiendo el tiempo, que me largase de allí y terminase la ronda. Pero otra parte de mi decía que me quedase. Hablar con Angel me tranquilizaba. Quizá lograse una salida no violenta para mi tensión. Ni sexual. La examiné de arriba a abajo. No, definitivamente era demasiado delicada para mí.

 - Bueno, hay mucha gente, mucho que organizar. – Cambié el peso de pierna y relajé un poco la expresión. – ¿Eres médico? ¿O psicóloga? Si estuvieses pasando por el infierno que estoy pasando, no dirías eso.

 Miré el acceso a la terminal de cortex, que parecía seguir reproduciendo una música que no era capaz de reconocer.

 - Aunque está claro que no es tu caso.

 Angel: Vale, sabía reconocer una petición de ayuda cuando la veía. Bueno, no siempre, pero este era un caso extremo. Sabía que iba a arrepentirme de preguntar, pero en el fondo parecía desamparado. Hice un gesto raro cuando preguntó si era psicóloga.

 -       No, es que tienes una vena que parece a punto de estallar – dije señalando su cuello. Le cogí de la mano y le indiqué la manta cutre que me había apañado. – siéntate, lo que sea puede esperar y no parece que vaya a explotar nada en las próximas horas

 Puse la mano en su hombro y presioné un poco para indicarle que se sentase. Luego me coloqué detrás suyo y pasé la mano por la espalda y las cervicales. Todo nudos y contracturas. Meneé la cabeza.

 – A ver, cuéntame qué es todo eso que hay que organizar. ¿El espacio? ¿Las provisiones? Puedo hacer echaros una mano si me dejáis. No es tan complicado. – Apliqué una ligera presión sobre los hombros, intentando relajarle un poco – Lo importante es resolver los problemas uno a uno…

 Kratos: No tenía claro por qué me había dejado sentar en aquella silla. Pero cuando una chica te lleva tan dulcemente a su cama, lo menos que puedes hacer es seguirla. Noté sus manos por mi cuello. Eran suaves pero recias. Un escalofrío recorrió mi espalda, y noté horas de tensión acumulada resbalar por mi piel.

 

- ¿Qué? ¿Organizar? ¡Bah¡ ¡Hay que organizarlo todo! La nave se ha convertido en un maldito caos. Y yo… – me permití un momento de relajación – yo debería estar haciendo mi ronda. Con tanta gente en la nave, seguro que se acabará liando alguna.

 Sus manos me hicieron entrecerrar los ojos. Por un momento imágenes de lo que había sucedido aquél día pasaron por mi mente. Había sido largo, muy largo. Todavía no había podido echar un trago. Debía tener un par de botellas de ron todavía en mi habitación. Quizá fuese un buen momento.

 

- Me apetece un trago. ¿Te apuntas?

 Angel: Me tomé mí tiempo en responder mientras mis nudillos descendían por su espalda para luego subir poco a poco amasando el músculo. No era ni de lejos tan buena como Lucy, pero sabía lo básico. Dejé que el sonido de la música llenara el silencio unos segundos más.

 

-       Shh, todo va a salir bien. – dije con voz suave.

 

No era tanto lo que decías si no cómo. Mis dedos subieron por la nuca y se hundieron en su pelo para regresar luego al cuello. Notaba que poco a poco se iba relajando.

 

– Primero vamos a establecer prioridades. Lo más importante es cubrir las necesidades básicas. – Enumeré con un tono de voz calmado, tranquilizador – Es fácil, puedo ayudarte. Controlar las provisiones de agua y comida, revisar la provisión de aire. Y para que la gente no dé problemas, hay que mantener la ocupada. No puedes estar en todas partes, tienes que confiar en otros, ¿no tienes quién te ayude?

 

Kratos: Los músculos se relajaban, los nudos desaparecían, la tensión se esfumaba. Sus ágiles manos recorrían mi espalda, mientras mi mente empezaba a volar de nuevo. No podía quitármela de la cabeza. Intenté imaginar que las manos de Angel eran las suyas, pero eran demasiado suaves. Intenté hacerlo con la voz, pero era demasiado dulce.  Entonces empezó a hablarme de organizar nosequé cosas, de provisiones, de comida, de aire…

 

- ¿Pero qué? No, no, yo me encargo de que nadie mate a nadie sin permiso del capitán. Y de que nadie coja nada que no debe. Mucho más sencillo, eso de los números no es lo mío. – Respiré hondo y solté un pequeño gruñido. – Para esas cosas deberías hablar con Jules.

 

- Por cierto, ¿cómo has acabado en la nave?

 

Lo cierto es que tampoco me importaba, pero temía que si la mujer terminaba de hablar, se acabase el masaje.

 

Angel: Había conseguido relajar los hombros y había pasado a las lumbares. De vez en cuando se le escapaba algún que otro gruñido. Medité durante varios minutos, escuchando la música. Estaba claro que le costaba hablar y aún más confiarse en una desconocida. Tampoco iba a forzarlo, pero estaba claro que necesitaba hablar.

 

-       Nadie va a matarse – le aseguré – el único peligro de que alguien muera será de aburrimiento – añadí con una risa – La gente aburrida puede causar problemas. ¿a parte del alcohol qué entretenimientos tenéis por aquí? Algo haréis en los ratos libres.

 

Gruño un poco cuando deshice una contractura especialmente grande. Para mí que cuando acabase el masaje caería dormido.

 

-       ¿El capitán? ¿Ese que se ha encerrado en su camarote desde que llegó? – pregunté – No parece muy accesible.

 

Volví a subir las manos hasta el cuello y la nuca. Incluso ahí tenía tensión, aunque ya no parecía que tuviera una vena a punto de explotar.

 

-       Necesitaba transportar mi carga a Whitefall. – respondí a su pregunta.

 

Kratos: Empecé a pensar que debía haber hecho algo muy bueno, porque el karma estaba siendo especialmente amable conmigo. El nirvana debía ser algo muy parecido a esto. La sensación de paz me recordaba a cuando era pequeño. Me acordaba de Haven. De la pequeña chabola a la que llamaba hogar. De las noches junto al fuego, cuando aún mi madre vivía. No pude evitar murmurar entre dientes.

 

- Mamá.

 

Me di cuenta según la palabra se deslizó entre mis labios, y esperé que Angel no me hubiese escuchado. Intenté zanjar el tema antes de que hubiese tiempo de ahondar en él.

 

- Hay gente peligrosa a bordo. Hay demasiada gente y alguien podría liarla. El aburrimiento es malo, sí, pero no hay mucho que hacer. Hay quien juega a las cartas, pero esta nave no es un crucero de recreo.

 

Expulso aire por la nariz cuando sus manos vuelven a mi nuca.

 

- Sí, ese. Aunque ha sacado su cabeza de ahí. Pero no sé dónde andará. Si no le conoces todavía, deberías ir a verle. Es de cortesía que sus pasajeros al menos le saluden.

 

Angel: No era la primera vez que alguien me llamaba mama, aunque sí la primera que ese alguien era mayor que yo. No le di más importancia, estaba claro que le faltaba cariño. Por su rápido cambio de tema entendí que se avergonzaba. Era una suerte que no pudiera ver mi sonrisa divertida. Y mis dedos recorriendo su nuca habían conseguido que cerrase los ojos.

 

-       ¿Quién es peligroso? – pregunté con cierta curiosidad. – La gente peligrosa no tiene porqué ser irrazonable, seguro que se puede encontrar una forma de mantenerles tranquilos.

 

No es que no le creyera, pero no creía que nadie fuera a causar problemas cuando tenían varios días de viaje por delante. No era como si pudieran irse a ninguna parte si las cosas se ponían feas.

 

-       Que la nave no sea de recreo no implica que no puedan existir entretenimientos. ¿Tal vez películas? ¿Música? – pregunté.

 

Luego pensé sobre su comentario de saludar al capitán. En los cruceros en los que había estado, era el capitán quien daba la bienvenida, generalmente en una comida o cena a tal efecto.

 

-       En realidad, según protocolo debería ser la tripulación quien saluda. Los pasajeros no conocen la nave ni el reparto de tareas – expliqué – si todos van de uno en uno a saludar, bien pueden estar interrumpiendo algo que esté haciendo… Y sigo pensando que no es alguien accesible, para empezar ni siquiera sé quién es.

 

Kratos: Preferí ignorar la pregunta sobre quién era peligroso. Quizá si no hablaba de ella, desaparecía. Pero se equivocaba si pensaba que todo el mundo era razonable. Ella no lo era, era… era… ¡era el demonio!

 

- No hay mucho más que hacer. Aquí trabajamos, dormimos o bebemos. Cada uno se arregla su entretenimiento como puede.

 

Me callé la siguiente frase. ¿Yo me dedico a limpiar mi arma? Mejor no dar pie a comentarios jocosos.

 

- Bueno, si quieres que te enseñe la nave… - hice un gesto con la cabeza – te presentaré al capitán.

 

Dicho lo cual, me levanté y con la mano le indiqué que me siguiese. Y ahora, relajado y feliz, ni el ruido de la gente que teníamos amontonada en la bodega de carga me importaba. Era un día brillante. Seguro que en algún planeta brillaba un sol espléndido y soplaba una brisa fresca. Seguro que en Haven mi padre estaba disfrutando de un té en casa, charlando con alguno de sus viejos amigos. A veces me tomaba la vida demasiado en serio y eso seguro que producía una úlcera o algo así.

Notas de juego

Bueno, que sepáis que ahora Angel tendrá que buscarle una novia a Kratos, que le ha visto falto de cariño XD

Nota Master: V, rectifica tanto esta jugada como la anterior, por fa. Con los 20 créditos que pagaste por el pasaje no tienes derecho a colchón de ningún tipo, tan solo para dormir en el hangar, como mucho con una manta por encima.

Y en cuanto a la tableta que compraste, no tiene aplicación de ningún tipo para música. Es una tableta básica con procesador de texto y poco más. Básica a más no poder, vaya. Ten en cuenta que no es ni un portátil ni un terminal de cortex, se acerca más a un ábaco electrónico que a un ordenador.

No es por ser tiquismiquis, pero es que son detalles a tener en cuenta ;)

V: He hecho un apaño, pondrá la música en la terminal de cortex publica y dormirá en una manta.

 

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04/05/2011, 22:34
Ian Green

~ Conjunta Ian & Fed/Eileen ~

Ian: La acompañante Cassia aparece, excusándose y llevándose a Ivy poco después. Yo sigo ahí, sentado en el suelo y observando el camino por donde han desaparecido. Dejo salir el aire y me levanto, poco a poco y sin ninguna prisa. Estiro un brazo, otro, me froto el cuello y me dirijo sin prisa pero sin pausa hacia la enfermería.

- Me han dicho que alguien tiene una reacción en la piel. ¿Quién es? -Pregunto, completamente aburrido. Curar granos... pff!

Sanji, uno de los feds apostados en la Orpheus, no para de rascarse el cuello y las manos, y cuando oye la voz del Dr. Green preguntando, levanta la mano.
-Yo, doctor, soy yo- dice con el semblante serio y una mirada y sonrisa nerviosa. Se acerca hacia Ian -Siento molestarle pero es que este picor me está matando, no paro de rascarme y me estoy empezando a hacer sangre y todo...- dice éste.

Ian: Esbozo una sonrisa y le hago pasar dentro, donde le obligo a sentarse en la camilla.
- Vale, el primer paso es dejar de arrascarse. Ahora, desnúdese de cintura para arriba, haga el favor -Mientras, voy a mi mesa y comienzo a hacer las anotaciones pertinentes en mi libreta-. ¿Ud. se llama...?

- Sanji, mi nombre es Sanji- responde éste mientras se desabrocha la chaqueta y la camisa que lleva debajo, para dejar el pecho y la espalda al descubierto. No entiende muy bien porqué le hacen desnudar de ese modo para una alergia pero confia en que el doctor sabe lo que hace, al fin y al cabo ha salvado a unas cuantas personas...

Ian: Compruebo su piel a simple vista, aunque también le tomo algo de sangre y le hago las pruebas más comunes de alergias (al fin y al cabo, el material es limitado) descartando alergias a ácaro, cereales, pelo de animal...
- Verá, señor Sanji, tal y como pensaba incluso antes de verle, tiene usted una reacción alérgica. No le sabría decir a qué, ya que las pruebas a las que le puedo someter son muy limitadas en la nave. ¿Tiene conocimiento alguno de ser alérgico a algo?

- Le recomiendo -Me interrumpo para abrir un cajón y coger un tubo de pastillas antihistaminico, las cuales se las lanzo al fed- dos de éstas al día, no más, por mucho que le pique. Si en un par de días no nota mejora alguna, venga a verme de nuevo -Vuelvo mi atención en la libreta, donde hay apuntado "buenorro" justo al lado de su nombre, hasta que al cabo de dos segundos vuelvo a mirarle y añado: -. Ya puede ponerse la camiseta y salir, si así lo desea.

Eileen se acerca a Sanji y a Ian, se sube en la camilla que está fijada a la pared, en un lateral, y de un saltito se sienta en ella. Sonriendo como un gato que se ha comido una sardina se los queda mirando a ambos.
- ¡Yo también quiero caramelos!- levanta la mano, como pidiendo la palabra.

Sanji coge el bote al vuelo y lo deja en la camilla, se viste de nuevo.
-No sé a qué tengo alergia, mi madre solía decir que era a los viajes...- sonríe levemente, como si pensara en una broma privada -Muchas gracias, doctor- finaliza, con un gesto de cabeza, con amabilidad.

Ian: Me quedo mirando a Eileen, a la cual siento cierto rencor por la marihuana que me había robado. Me acerco a ella y le sonrío con amabilidad hasta que el fed se despide, momento en el que le doy una palmada en el duro trasero, cual entrenador personal y le digo:
- Ánimo, en nada estarás pegando tiros por ahí.
Una vez se ha pirado, miro a Eileen y me agacho hasta ponerme a su altura.
- Te daré caramelos con una condición. Que me devuelvas las plantas decorativas que tenía en mi habitación y la enfermería.

Sanji se queda algo sorprendido con la palmada en su culo pero como buen militar no protesta, simplemente sale algo nervioso de la enfermeria pero contento de tener el medicamento adecuado, así que se va a tomarse la primera dosis. Eileen por su parte se queda mirando fijamente a los ojos a Ian, al ponerse éste a la misma altura que ella.
*-Qué plantas decorativas?- balbucea, con cierto candor en la mirada.

Ian: Suspiro.
- Las únicas plantas que puedes encontrar en la Orpheus, a menos que la señorita Cassia tenga algunas en su habitación. Ya sabes: verdes... plantas... fotosíntesis... colocón. Vaya, plantas.

Eileen mira a Ian sin comprender demasiado que le está diciendo, o eso parece. Se encoge de hombros.
-No he visto ninguna planta. Es una nave, no un jardín -responde ésta, como si fuera la mayor lógica universal -Me da mis caramelos?- alza la mano y la expone para recibir lo que ha pedido.

Ian: Vuelvo a suspirar
- Nop -Respondo, negando con la cabeza-. Ya te dije que si no me dabas mis plantas, no había caramelos. Lo siento, pero el juego es así. Y ahora, discúlpame, tengo muuuucho trabajo y no tengo tiempo para un estira y afloja. Si me recuperas las plantas, yo te daré caramelos. Hasta entonces... -Me levanto y me alejo, sentándome en mi silla delante del escritorio.

Eileen se echa a llorar desconsoladamente y a patalear.
- Eres malooooo!! me prometiste caramelos! Soy una niña y engañas a los niños!!! Eres malvado!!!- se la oye por el hangar, llamando la atención. Su carita se llena de lágrimas en un momento y parece realmente disgustada.

Ian: Entorno los ojos y permito que proteste todo lo que quiera, pataleando y demás. Sé por propia experiencia, que si les dejas hacer caso, dejan de hacerlo. ¿Que cómo lo sé? Nadie ha vivido con Candy, ¿verdad?
- Jamás te he prometido nada. Y si te doy caramelos, es a cambio de mis plantas, ya lo sabes. Cuando me las dés, tendrás tus caramelos. Y ahora, por favor, me resultas molesta. Piérdete -Le hago aspamientos con la mano para que se pire. Malditos críos. Ya tuve suficiente con Candy, no quiero ahora una Candy/Eileen.

Eileen mira con odio a Ian y llora aún más y grita y se queja aún más fuerte, sin parar.
-Eres muy maloooo, Eileen ha sido buena, tú eres una persona muy malvadaaaa!!- más lloros a moco tendido.

Ian: La ignoro completamente, intentando aislar su voz para no escucharla. Al ver que es imposible, simplemente me limito a observarla en silencio, hasta que se calle y se marche.

Eileen sigue llorando desconsoladamente, sin moverse del sitio. El pelo rubio le tapa la cara al agachar la cabeza para seguir con sus acciones de lloriqueo. Su vestido de flores amarillas y mariposas lilas yace en la camilla, como una nube.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d10
Motivo: Inteligencia
Resultado: 7

Tirada: 1d12
Motivo: Medicina + Ventaja
Resultado: 1

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05/05/2011, 22:27
Dariel M. Lefay

Dariel sonríe de forma enigmática ante la pregunta de Jack acerca de la presencia de Cassia en la Orpheus.

-Bueno, eso debería preguntarselo a ella y no a mí- me encojo de hombros. Sí, definitivamente Cassia siempre provocaba esa reacción en la gente, todos se quedaban embobados a su paso, oliendo sus dulces y embriagadores perfumes. No son los primeros pasajeros que tenemos que les cae la baba ante su presencia. Separo tres cartas y las tiro al centro de la mesa, como descarte.

-Si puede pagar sus servicios, aproveche que es un pasajero, no tendrá muchas oportunidades con alguien como ella, créame. Aunque, eso sí, le aviso que es mejor que vaya con los bolsillos bien cargados de créditos -respondo finalmente.

-Dame tres- pido al que reparte las cartas.

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05/05/2011, 23:51
Dariel M. Lefay

[Conjunta Dariel & Cassia - Comedor]

Dariel: Tras perder un par de manos, me levanto para acercarme a la zona de la cocina. Me muero de sed, ya no hay más alcohol y me empieza a doler el pecho de nuevo. Necesito tomarme uno de los calmantes del bote que me dió Ian para aguantar el dolor.
-Paso para ver- respondo a mi turno de apostar -Ahora vengo. Tiempo de descanso -les digo a los otros jugadores. Tras ponerne en pie con dificultad y llegar al armario, cojo mi taza marcada con los Rocket Nuke, un equipo menor de Pyramid, y me acerco al grifo-depósito de agua y la lleno hasta la mitad de esta. La apoyo en la encimera y saco el bote de calmantes. Lo abro y saco una de las pastillas y me la meto en la boca, bebo un trago de agua y con ello la pastilla. Entonces veo a Cassia de retorno, pero sin mi hermana.
-Ya has vuelto? Donde te dejaste a la pecosa de mi hermana?- sonrío levemente.

Cassia: Había empezado a comer, así que tengo que esperar a tragar para poder responder a Dariel.
-Hecha pedacitos y a salvo en mi baúl de viaje.-le sonrío, burlona, limpiándome un poco la comisura de los labios con un dedo.-La llevé a mi lanzadera y le hice un masaje para que se relajara; se ha quedado dormida.-dejo el cuenco en la mesa y termino de girar mi cuerpo hacia él, metiendo una pierna bajo mi trasero para usarla de cojín.-Deberías hablar con ella.

Dariel: Enarco una ceja ante la respuesta de Cassia. Bebo otro trago de agua, no está la cosa para desaprovecharla, y más ahora que somos demasiada gente y probablemente sea la mitad de mi ración en varios días.

-Y eso? Qué le has hecho ya?- suspiro exasperado. Siempre igual, a saber qué le está pasando ahora por la cabeza.

Cassia: Abro la boca con exagerada ofensa, con una mano en el pecho.

-Sólo le he hecho un masaje.-río un poco.-No, en serio, no lo sé...me ha parecido que lo apreciaría; hablaba como si no fuera a preocuparte dónde estaba si se quedaba dormida en mi cama.

Dariel: Acabo la última gota de agua y guardo mi taza, en donde estaba. Miro con detenimiento a Cassia y el semblante algo más serio.

-Está estresada y cansada, le ha tocado hacer su turno y el mío en el Puente, sólo dice sandeces -respondo, medio murmurando. Me hace sentir cierta exasperación cuando se pone en ese plan mi querida hermanita, a veces creo que no la entiendo en absoluto.- Y tu no deberías dejar que durmiera en tu cama, tiene la suya. Además eso arruinará tu negocio, yo ayudándote a ganarte clientes entre los pasajeros con "pasta" y tu tienes okupas en tu cama... muy mal Ren, muy mal!- finalizo en tono burlón.

Cassia: -¡Oh, venga ya! Sólo estoy intentando relajar los ánimos de la gente antes de que la Orpheus implosione por culpa de la carga negativa.-chasqueo la lengua, negando.-¿Y por qué me estás consiguiendo clientes?-me inclino un poco hacia adelante para bajar el tono.-¿Desde cuando quieres ser mi manager?

Dariel: Me encojo de hombros. Miro hacia la mesa de la partida y mis cartas apiladas en una esquina, bocabajo.

-Porque alguien tiene que ganar dinero en esta nave. Si tu tienes clientes, pagarás tu renta y nosotros seremos menos pobres -lanzo una sonrisa algo torcida -Bah! Sólo pensé que al menos no todos perdiéramos nuestros negocios con este viaje imprevisto a Athens y esos dos tipos de ahí parecen tener unos cuantos créditos en los bolsillos. Les queman en las manos, es obvio.

Cassia: -Aún tengo dinero del último trabajo; la renta no es problema.-suspiro, ladeando la cabeza para disimuladamente mirar hacia la partida otra vez.-De hecho hasta podría ayudar al reponer provisiones cuando pisemos tierra. Pero es cierto que no me vendría mal trabajar...creo que seguiré dejando que el Gremio haga mi papel de chuloputas, sin embargo, a menos que quieras ocuparte tú de investigarles.-alzo una ceja.

Dariel: -Está bien, está bien, aunque podría hacerlo, sabes que soy capaz de ello, pero no es mi objetivo hacerte de chuloputas, así que, que te parece si ocupas mi lugar en la partida mientras yo voy a tener esa "famosa" charla que me recomiendas que tenga, con mi hermanita la quejica?- le lanzo una de mis miradas penetrantes.

Cassia: Como un poco más y me levanto, encarando a Dariel (claro que es una manera de hablar; Dariel es una de esas personas a las que tengo que mirar agachando la cabeza) con una sonrisa juguetona.
-No me eches esas miradas, Dariel; vas a conseguir que me sonroje...-murmuro, divertida, aunque le guiño el ojo para indicarle que haré lo que me pide y que puede ir a mi lanzadera.

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06/05/2011, 17:01
Julian Crautchin

[Julian&Cassia - Flashback "La noche tras la Skyplex"]

Julian: Tras soñar y dar vueltas en la cama sabiendo que no iba a volver a dormirme, decidí que era una pérdida de tiempo. Fuera la hora que fuera. Para estar aquí tirado, podría estar con Dariel.

Bajo la pica y abro el grifo para pasarme un poco de agua por la cara, mirándome un momento al espejo. Mientras me pierdo en mis ojos, las escenas de lo que había pasado mas el maldito sueño perturbador que he tenido pasan por mi cabeza mezclándose.

Me separo y me rasco la barba antes de subir las escaleras para salir del cuarto. Cuando ya he salido, me doy cuenta de que mi preciosa nave está llena de heridos que he de transportar. Trabajo para Feds. ¡Para los Feds! Intento darle menos importancia a eso, y valorar mas el hecho de estar ayudando a toda esta pobre gente.

Mi primera parada es para mi colega, que duerme. Recuerdo durante unos segundos la bala impactando en su pecho y analizo en frío lo que sentí, lo que siento ahora solo con recordarlo. Podrían haberle matado por ir a buscarme ¿y entonces qué? ¿Qué habría hecho yo sin mi hermano?

Después, mientras camino hacia la cocina recuerdo el abrazo de Cassia cuando llegamos a la nave. El alivio al ver que estaba bien, que mi tripulación estaba a salvo.

Ya en la cocina, cojo un poco de café que alguien ha dejado hecho y sin calentarlo, lo sirvo en mi taza para sentarme en la mesa con la mirada perdida.

Cassia: No sé cuánto llevaba mirando el café que había hecho, sentada en la mesa del comedor a oscuras. Me había quedado algo quemado, porque realmente no le estaba prestando atención, lo mismo que ahora...Realmente tenía la cabeza muy lejos, probablemente en otro sistema.

Supongo que es por eso que no me percato de que ya no estoy sola en el comedor hasta que alguien retira una silla para sentarse también en la mesa.

-¿Julian?-le llamo, extrañada.

Julian: - ¡Joder! - exclamo al escuchar a Cassia, dando un bote en la silla - Dios... Cassia ¿qué haces aquí a oscuras? - me paso una mano por la cara, sentándome bien en la silla.

Cassia: Aún no tenía los nervios del todo estabilizados, a pesar de haber dormido prácticamente sedada (con té) un buen tiempo, así que su propio susto me hace dar un respingo a mí también.
Como respuesta, levanto mi taza de café y dibujo una mueca con los labios.
-Acabo de despertarme, así que...zaoan.-hago como que brindo con un toque agotado y decido probar el café. Bueno...se deja beber.

Julian: "Buenos días, sí...", pienso ácidamente. No creo que sean buenos para nadie... O casi nadie. O nadie de esta nave, al menos.

Luego pienso en que hace mucho que le debo una bronca que encima se ha acumulado. Pero ahora mismo no me apetece ni preguntar qué ha pasado para llegar a la situación actual.

Bebo un trago de café y suspiro pero no digo nada.

Cassia: Intento relajarme sobre el respaldo de la silla mientras doy un segundo trago a mi taza, uno largo, en el que casi la vacío a excepción de dos dedos de contenido. El intenso olor tostado del café me abre el hambre, así que me levanto de la mesa para ir a coger la última manzana de mi cajón de comida.

De pronto, como en una epifanía de baja división, con la manzana en la mano, me percato de algo.
-Bu xunchang de...-murmuro, mirando a Julian desde donde estoy.-No me estás riñendo.

Julian: - No... - respondo - No me apetece, la verdad. ¿Por qué me lo recuerdas? - pregunto extrañado. Si yo fuera ella, ni siquiera lo mencionaría, por si acaso. Lo que no voy a decir es que dudo que lo que ella necesite sea una bronca, ni yo tampoco. No me hace falta saber qué ha pasado para intuir que ninguno de mis chicos ha tenido una velada ideal y tranquila.

Cassia: Sonrío irónica para mí misma, mirando al techo, antes de girarme a lavar la manzana.
-Durante los últimos seis meses, el tono sutilmente más grave y alto de tu voz ha sido la banda sonora de mi vida diaria. Entiende que me sienta extraña.-me encojo de hombros, regresando a la mesa y dándole un mordisco a la fruta. Esto no va a quedar bonito, pero sigo hablando antes de tragar.-Pero lo entiendo; no te encuentras bien.-alzo las manos un momento.

Julian: - Si quieres que te embronque, puedo hacerlo - digo antes de darle un trago largo al café.

Cassia: Me lo pienso un poco (si, me lo pienso), pero acabo negando con la cabeza.
-Sabe el universo que siempre estoy dispuesta a escucharte, pero creo que tendré que pasar unas horas sin tus broncas. Será bueno también para el ambiente de la nave que no empecemos a gritar.-juego con la ramita de la manzana hasta arrancarla.-Con la afluencia de desconocidos y heridos...

Julian: - Eh, eh... - la paro alzando las manos - Estoy en Mi nave - recalco - Si quiero gritar, voy a gritar - miro a Cassia en la oscuridad - Pero no... Tienes razón, no estoy...de humor.

Cassia: -Sui bian...-sonrío de lado, con un poco de incredulidad, y muerdo otra vez la manzana. Esta vez sí espero a tragar para seguir.-¿Dariel...-empiezo, no muy segura de si hago bien haciéndolo.-está bien?

Julian: - Sí... Bueno, mas le vale a Ian que esté bien, claro - murmuro clavando de nuevo mi mirada en el café - Pero sí, estará bien - asiento y pienso ahora en Ivy. Hasta que Dariel no se recupere tendrá que llevar ella la nave. Debería ir a verla después y llevarle un café.
Con ese pensamiento, me levanto de la silla para comenzar a hacerlo.

Cassia: Vuelvo la mirada a la manzana, suspirando por la nariz. Estará bien. Supongo que eso es mejor que nada. Las cosas realmente se han salido de madre en muy poco tiempo, y este es un caos difícil de equilibrar con tanta gente y tantas emociones encerradas en una nave que aún no entiendo cómo ha sido capaz de despegar sólo viendo lo ocupada que está la bahía.

Termino el último trago de mi café, me levanto también de la mesa y me dirijo a la pica para lavar la taza, acabando irremediablemente cerca de Julian.
-¿Qué se supone que vamos a hacer?-le pregunto de repente, mirándole de reojo.

Julian: - Dejar a esta gente y toda la que sobra en Athens - respondo - Y luego seguir con lo que estábamos haciendo, seguimos necesitando el dinero de los trabajos.

Cassia: Ese es el plan, pero las cosas no acostumbran a ir según el plan. Yo sólo llevo seis meses aquí, pero lo sé; seguro que Julian también. Seco un poco la taza con un trapo, la dejo donde estaba y vuelvo con el capitán, posando una mano en su hombro y apretándosela un momento.
Sin decirle nada, escribo con el dedo un caracter en el mismo lugar, encima de su tatuaje.
-Será mejor que volvamos al camino pronto, sí...-observo casi para mí, volviendo a la mesa para recuperar la manzana. Puedo terminármela en la lanzadera.

Julian: Me quedo parado al sentir la yema de su dedo en mi brazo y aunque quisiera evitarlo, se me eriza la piel. Apreto las manos la encimera, mirando el café hacerse y me giro cuando ella va a coger su manzana.
- Cassia - la llamo y me lo pienso un par de segundos - No te confíes, seguro que dentro de unas horas me animo para poder reñirte - le sonrío y me acerco a ella - Intenta descansar ¿vale? - alargo una mano para darle una caricia en la mejilla y el mentón.

Cassia: Sé que debería sonreír como si me hiciera gracia que me avisara sobre la bronca que eventualmente me caerá; mi cerebro le ha enviado la orden a mis músculos, pero no le obedecen de inmediato. Primero me dejan la expresión algo confusa, quizá atontada por el contacto de él sobre mi rostro. En el plazo de unas horas yo ya le he tocado dos veces, pero él a mí...
-Cogeré fuerzas para cuando vengas a por mí.-le digo al sonreír también, apartándome para seguir con mi intención de retirarme. Por vergüenza.

 

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06/05/2011, 16:23
Ivy LeFay


[Dariel&Ivy - Lanzadera de Cassia - Bunker hermanos LeFay]

Dariel: Mi única respuesta es lanzarle a Cassia una de esas sonrisas mías, tan pícara como encantadora. Salgo de la Sala Común y me dirijo hacia la lanzadera de Cassia. Me toma unos cuantos minutos llegar hasta ella pero bueno, ahora mismo ninguno tenemos nada mejor que hacer, con tanta gente a bordo. Bueno en realidad sí tenemos muchas cosas que hacer pero estoy de baja médica, qué pasa? Acciono el mecanismo de apertura de la puerta que conecta la nave matriz con la lanzadera. Cuando la puerta se abre entro, con sumo cuidado, en silencio, hasta llegar a la cama de Cassia. Miro a mi alrededor, sigue sorprendiéndome el interior del cuarto de Cassia, para que voy a mentir. Me siento en la cama, al lado de Ivy y con la mano libre masajeo el cuello de mi hermana, con suavidad.

Ivy: Sueño que estamos todos en el comedor; Dariel, Jules, Ian, Cassia, Steve, Kratos y yo. Sueño que estamos hablando, sonriendo, comiendo sin preocuparnos por las raciones. Sueño con tiempos mejores que han quedado atrás. Muy muy atrás.
Cassia se levanta y tras acariciarme el cuello abandona el comedor. Con una sonrisa en el rostro la sigo con la mirada, aún notando sus dedos sobre mi nuca. Y entonces despierto. Dejo escapar un pequeño suspiro y sonrío, aún sin abrir los ojos.

- ¿Aún no te has ido? -Murmuré.

Dariel: Suelto una leve risa por lo bajo, al ver lo adormilada que está.

-Igual debería pedirle yo también a Cassia uno de esos masajes, si te dejan así...- respondo en tono burlón. Continúo masajeándole el cuello, con delicadeza. Su cuello realmente es delgado y con la piel tan pálida y fina, tan... quebradizo. Siempre ha tenido ese aspecto de muñeca de porcelana, como las que coleccionan los ricos del núcleo. Caras y frágiles.

Ivy: Abro los ojos de golpe y me tenso al oír la voz de mi hermano. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Carraspeo y sonrío de lado.

- Quizá si que deberías, a lo mejor así dejabas de ser tan cascarrabias -Le espeto, tras lo cual le hago una mueca burlona- ¿Qué tal estás? -Miro a la pared que se encuentra en frente de mí. Perdiéndome entre los mil y un objetos que tiene Cassia en la habitación, distrayéndome para aparentar normalidad. Para que parezca que no pasa nada y que todo está bien.

Dariel: La miro ceñudo ante su respuesta acerca de mi supuesto malhumor. Al darse la vuelta y ponerse bocaarriba aparto mi mano de su cuello y le acaricio la mejilla con dulzura. Luego le recoloco un mechón pelirrojo y sonrío levemente.

-Quizás no estaría tan cascarrabias si no te hubieras llevado todo mi whisky, "ratita"- sonrío de nuevo -Me duele, no puedo decir mayor cosa al respecto. Estás muy cansada, imagino, demasiadas horas en el Puente, n'est-pas?

Ivy: Sonrío algo forzadamente ante sus caricias. ¿Por qué se estaba comportando así? ¿Por qué justamente ahora? Si sigue así hará que no pueda aguantarlo más y acabe envuelta entre sus brazos.

- Era necesario, mírate -Dirijo mi mirada hacia su pecho y luego la aparto, para volver a mirar hacia la pared- Y tranquilo, no es algo que unas pocas horas de sueño no remedie. Soy una LeFay. Esto no podrá conmigo -Sonrío- No tardarás en curarte... Mala hierba nunca muere.

Dariel: Suspiro resignado, por lo bajo. Aparto mi mano de su pelo y me la paso por mi cabello oscuro, mesándomelo ligeramente.
-Por supuesto que esto no acabará con nosotros, no lo hizo...- murmuro más para mi mismo que no otra cosa -Lo que más me fastidia es que ahora le debo una al doctor fumetas, tendré que volver a defenderle delante de Julian cuando vuelva a meter la pata -protesto, en broma. Me inclino peligrosamente hacia la cama de Cassia, la tentación de echarme es demasiado grande -Te importa?- pregunto, con indiferencia.

Ivy: Dejo escapar una leve risa.
- ¿Ves? Te dije que no era mal tipo. A veces simplemente es... demasiado impulsivo. -Sonrío, recordando ciertos momentos de años atrás con Ian.- Ya hablé con el seriamente en cuanto al tema de hacer el tonto delante de... -Me callo y mi pulso se acelera cuando Dariel se inclina sobre la cama. ¿Por qué? Joder, dormíamos juntos. Dios, maldito Ian, todo esto es por culpa de su "terapia" en el Puente de mandos- No, claro, adelante... -Murmuro finalmente con un hilo de voz.

Dariel: Simplemente me dejo caer hasta acabar de recostarme del todo, de lado, en la cama, al lado de Ivy. El colchón es definitivamente más cómodo que el nuestro, se nota. Siempre habrá categorías. Respiro más pausadamente, se me escapa algún gruñido de placer por entre mis labios. Mis huesos duelen al principio de reposarlos pero es hasta cierto punto placentero.

-Me alegra que lo hicieras, no quiero tener que volver a enfrentarme a Jules por un tema de estos...- murmuro -Y más cuando es algo que a mi mismo me dan ganas de lanzar por la escotilla- cierro los ojos, realmente se está bien en esta jodida cama, no me extraña que se quedara frita en ella.
-Estás bien, Ivy?

Ivy: Aunque trato de evitarlo el gruñido que sale de entre sus labios hace que finalmente acabe mirandole. Noto un nudo en la garganta, y tengo que carraspear nuevamente antes de responder porque, joder, tengo la puta boca seca.

- Estoy perfectamente... ¿por que no tendría que estarlo? -Fuerzo una sonrisa- En serio, no tienes que preocuparte por mí. Ivy es fuerte.

Dariel: Escucho las palabras de mi hermana, medio adormilado.

-Entonces porque Cassia cree lo contrario, Ivy Yo soy Fuerte?- respondo, con algo de exasperación. Cuantas vueltas que da siempre cada vez que le pregunto algo, por favor! "Mataré a Cassia como sea una de sus tonterias del equilibrio karmico...".

Ivy: Suelto una teatral carcajada.

- Oh venga ya, ¿nunca te ha dado la sensación de que tanto incienso a veces la deja un poco tocada? -Bromeo, quitandole hierro al asunto- A veces ve cosas donde no las hay, simplemente eso. -Aprovecho que aún sigue con los ojos cerrados para no quitarle el ojo de encima- ¿Tan mal aspecto tengo para ir dando lástima por ahí?

Dariel: Sonrío algo cínicamente. Abro los ojos y giro la cara para mirarla.

-Pareces un alma en pena y se te cae el pelo, nuestro cuarto es testigo de ello, está lleno de pelos tuyos por todos lados. O también vas a negar eso?- digo algo más serio -Cassia puede estar un poco tocada, tiene sus motivos para ello, pero dudo que esta vez se equivoque. Deja de jugar al gato y al ratón conmigo y suéltalo de una vez... Qué te carcome por dentro?

Ivy: Me incorporo, quedando sentada en la cama con la espalda apoyada contra la pared. Aprovecho tal movimiento para que el gesto de apartar mi mirada de la suya sea menos evidente.
Cuando se ponía realmente serio era difícil aguantarle la mirada y sobretodo si ocultabas algo. Otros habrían salido por patas de la estancia con cierto tufo característico a mierda en los pantalones porque Dariel daba miedo. Aunque no a mi. Nunca podría tenerle miedo.

- ¿Te recuerdo que aquí atrás tuvimos un inquilino llamado Noah? -Cruzo los brazos contra el pecho- Él también tiene el pelo largo. Y a su edad no sería nada raro que estuviese comenzando a tener cartón...

Dariel: Bufo por lo bajo y le lanzo una mirada de reprobación ante su comentario.

- Sólo estuvo una noche, tampoco es para tanto, mei-mei- respondo, algo fríamente -En algún lugar tenía que dormir nuestro nuevo pseudo-mecánico, ahora que hemos perdido a Steve, acaso lo has olvidado? -la verdad es que no entendía que había podido pasar con Carson para que la perdiéramos en la skyplex pero la cuestión es que ya no estaba aquí y en cierto modo la echo de menos. A ella y sus comentarios sarcásticos y sus gritos, y especialmente esos eructos cada vez que pasaba por la Sala de Máquinas...
-Y ahora con quien me emborracharé?- murmuro por lo bajo, algo entristecido.-Noah no es mal tipo, dale una oportunidad...

Ivy: Enarco una ceja y le miro, incrédula. ¿De qué cojones me estaba hablando ahora?

- ¿Cómo me voy a olvidar de Steve? -Alzo ligeramente la voz. El simple hecho de que insinuase algo así me había ofendido completamente. Joder, ni que no tuviera corazón.- ¿Sólo te preocupa que ya no esté porque no tienes con quién emborracharte? -Alzo otro poco más el tono- A veces pareces gilipollas. -Arrastré las piernas al borde de la cama y me quedé sentada en él con las manos apoyadas sobre la cama, dándole la espalda.- ¿Eso es lo que te importan las personas? -Concluí con un hilo de voz mientras apretaba la sábana entre mis manos.

Dariel: Ahora sí que suelto un gruñido de cabreo. Las borracheras con Steve no eran simples borracheras, eramos amigos, muchas veces le soltaba cosas ocultas, secretos (a sabiendas de que al día siguiente ninguno de los dos se acordaría de lo dicho), eramos confesores el uno del otro o lo que conseguía hacer el alcohol por nosotros. Era mi momento de relax absoluto.

-Está claro que no entiendes la importancia de ello. Lo dices como si fuera un puto alcohólico, como Benson -respondo, haciendo referencia a uno de los viejos colegas de Badger. Acabó muerto, beber en exceso y traficar no es buena idea, acabas consiguiendo que te peguen un tiro en la cabeza pronto o tarde, mayormente pronto.

Ivy: Cierro los ojos temblorosamente al recordar el final del colega de Badger. No es un final tan descabellado. Puede pasarle a cualquiera en este Verso y la simple idea de que pueda volverse realidad me da escalofríos. De hecho, estuvo muy cerca de que así fuera.

- Puede que no, que no la entienda -Murmuro- De todas formas... -Cojo aire- Lo que le pasó a Benson no está nada lejos de lo que casi te ocurre a ti, ¿no? -Me muerdo el labio, tratando de hacer así que pare de temblarme- Casi acabas como él... -Prosigo en un susurro- ¡¿Qué cojones se supone que tendría que haber hecho yo si tu hubieras muerto?! -Grito- ¡Dime, que coño hago yo sin ti!

Aguanto la respiración durante unos segundos. Estoy a punto de llorar y eso es algo que no quiero que vea nadie, y menos él. Son momentos difíciles para todos y mostrando debilidad ni arreglo nada, ni ayudo. Joder.

Dariel: Respiro hondo, tratando de serenarme. No me gusta verla así, siempre ha sido una de mis mayores debilidades, por no decir la mayor de todas. Cierro los ojos unos segundos, me pinzo el puente de la nariz con la mano libre y me incorporo algo bruscamente. Hago un gesto de dolor al notar la punzada de la herida. Demasiado rápido, demasiado precipitado. Me paro un segundo para respirar hondo de nuevo. Cuando las punzadas paran me acerco a mi hermana, y me siento a su lado, en el borde de la cama. Le paso un brazo por los hombros.

-Yo no estaba borracho, sólo tuve algo de mala... suerte. Le puede pasar a cualquiera. Y Jules cuidaría de tí, estoy seguro de ello. No estarás nunca sola...- le susurro, cariñosamente y le doy un beso en la sien, en el pelo -Aún sigue oliendo bien...- sonrío complacido.

Ivy: Cierro los ojos y trato de tranquilizarme, aunque los golpeteos que siento en el pecho debido a mi agitación hacen que me desconcentre varias veces. Por no hablar de su brazo en mis hombros. La niña de mi interior quiere más que nunca salir para comenzar a llorar y gritar para finalmente tirarse en sus brazos. Tomo aire tras su beso y finalmente vuelvo a abrir los ojos.

- Ponte en mi lugar. -Busco sus ojos con los míos y le mantengo la mirada- Si yo muriese... ¿Te serviría que Cassia cuidase de ti?

Dariel: Bajo la mirada y suelto una risa por lo bajo.

-Touché. Tienes razón, aunque no es lo mismo y lo sabes. Está bien, prometo ir con más cuidado la próxima vez, te parece mejor así?- esbozo una leve sonrisa algo pícara, sin apartar la mirada de ella -Sabes que no me iría a ninguna parte sin ti, mei-xing. Eres lo único bueno que tengo, recuerdas?- la abrazo con algo más de fuerza.

Ivy: Cuando sonríe lo único que puedo hacer es lo mismo. Maldito cabrón.

- No... no es lo mismo -Sonrío algo amargamente para luego cambiar completamente a un tono totalmente jocoso- Claro, como te has quedado sin whisky ahora soy lo único que merece la pena, ¿no? -Bromeo mientras con un dedo le doy un leve golpecito en el estómago- ... Te echaba de menos -Reconozco cabizbaja por la vergüenza.

Dariel: La acerco aún más a mi, estrujándola más fuerte, aunque una punzada de dolor en el pecho me recuerda la realidad. Aún así, no la suelto en mi abrazo.

-Y yo a ti, mi pequeño lucero...- apoyo mi cabeza sobre la suya -Qué tal si volvemos a nuestro bunker y dejamos que Cassia recupere su cuarto de hacer negocios?- vuelvo a sonreír, algo más animosamente.

Ivy: Acaricio su rostro cariñosamente antes de finalmente separarme de él.

- Aún no entiendo cómo Badger no dijo que me metiera a Acompañante, a la larga habríamos acabado forrados. -Me levanto de la cama y tomo a mi hermano de la mano, esperando que él también se levante- Y durmiendo en camas como esas -Le echo un último vistazo- Aunque si te digo la verdad... Si tuviera que elegir entre nuestro bunker o esto, no tengo la menor duda de cuál elegiría. -Sonrío tímidamente.

Dariel: Me la quedo mirando unos segundos, mientras me ayuda a levantarme. No es que Badger no lo hubiera insinuado en su momento, es que sabe a ciencia cierta cual habría sido mi respuesta. Y tan seguro como que Helena siempre acababa contando historias que involucraban unas tijeras, mi respuesta habría conllevado un cuchillo de combate clavado en alguna mano y alguna botella rota en las tripas de otro.

-Si he de elegir entre una cama de lujo y prostituir a mi hermana, creo que prefiero dormir en el suelo, sinceramente- gruño, como único comentario -Tal vez no nos hagamos nunca ricos, pero lo prefiero así. Para Cassia esto está bien, es su vida, no la tuya.

Ivy: Me río por lo bajo. Tan protector como siempre.

- Tranquilo, no me van a tocar más de lo necesario -Contesto, tras lo cual le saco la lengua- Ahora en serio, dije que no tenía ninguna duda sobre qué elegiría, pero no di mi respuesta. -Tiro de él hacia la puerta de la lanzadera, pero justo antes de salir me detengo y me giro para mirarle, aún sin soltar su mano- ¿Qué te hace pensar que escogería esto en vez de nuestro bunker?

Dariel: Ando unos pocos pasos, cogido de la mano de mi hermana pequeña hasta que se detiene, frenandome a mi también. Clavo mis ojos claros en los suyos, tras su comentario.

-Yo no he dicho que crea que elegirías esto, sólo he dicho que jamás lo permitiría. Nada más. No pasamos penalidades para acabar así, con todo el perdón de Ren-Shen -no es que menospreciara el trabajo de Cassia, pero si alguno de nosotros se acerca remotamente a lo que eso le ha supuesto a ella, soy yo quizás. Conozco el precio que está pagando por estos lujos -No quiero eso para ti. Ya sabes, mejor pobre pero feliz- intento encogerme de hombros, pero eso me trae otra punzada de dolor y una mueca por mi parte como respuesta.

Ivy: Sonrío dulcemente como respuesta a lo que dice. Todo lo que pudiera decirle ya lo sabía. Bueno en realidad no, pero sabe lo que tiene que saber.
Al ver su mueca de dolor me acerco a él y tras colocar su brazo alrededor de mi hombro, paso mi mano por su cintura.

- Será mejor que te deje en algún sitio donde puedas descansar. Y yo mejor vuelvo a mi puesto de trabajo, por si las moscas. -Sonrío.- Estaré cada poco encima de Ian para que te revise las veces que haga falta. -Continúo hablando mientras abro la puerta de la lanzadera para finalmente salir de ella y cerrarla tras nuestro paso.

A paso lento pero seguro acabamos llegando a nuestro bunker. Una vez ya se ha acomodado lo mejor posible en la cama me dirijo hacia las escaleras.

- Y si alguna vez necesitas algo, lo que sea, por favor cuenta conmigo. -Le digo casi suplicante justo antes de abandonar la sala dirección Puente de Mandos.

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09/05/2011, 22:43
Cassia Ren-Shen

|Comedor| 

Esperé a que Dariel saliera del comedor para acercarme otra vez a la mesa en la que se disputaba la partida. Él había dejado sus cartas boca abajo en un rincón, y ya con sólo verlas tengo un mal presentimiento. Claro que no dejo que eso varíe la expresión dulce de mi cara.

-Espero que no les importe que sustituya a Dariel un par de manos, y que sepan perdonarme por mi juego.-bromeo, sentándome. Siempre lo hago; queda bonito disculparse, aunque no especifiques si será porque vas a desplumarles hasta el último crédito o porque vas a sufrir una derrota tan humillante que será hasta ofensivo para el honor de ellos. Con una sonrisa, tomo las cartas que había dejado nuestro piloto para examinarlas. He tenido cosas peores entre manos.

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09/05/2011, 23:06
Jack Wolf

Cuando Dariel se va, Jack mira a Rousseau levantando una ceja, parece que la partida está maldita, no hay forma de jugar una mano tranquilamente.

Pero cuando Cassia se sienta en la mesa, y coge las cartas que ha dejado el piloto, Jack sonríe levemente.

- Por supuesto que no nos importa, Cassia Shao Jeh. - Jack se levanta para recibirla y se inclina levemente hacia ella. - Al contrario, nos sentimos honrados con su presencia. - Tras sentarse de nuevo, una vez que ella está sentada a la mesa, dice: - No tiene de que preocuparse, esta es sólo una partida para matar el tiempo.

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09/05/2011, 23:29
Cassia Ren-Shen

-Oh, es bueno saberlo, entonces. Matar el tiempo es una de mis especialidades, aunque mi habilidad con las cartas sea caprichosamente intermitente-sonrío al hombre, echándome el pelo tras el hombro.-Lo siento; con mi breve visita de antes no tuve la ocasión de oír su nombre...

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10/05/2011, 21:07
Jack Wolf

Miro con sorpresa a Cassia, y me levanto nuevamente, me inclino ante ella y permanezco inclinado mientras hablo.

- Mil perdones, Cassia Shao Jeh, le pido disculpas por mi grosería. Mi nombre es Jack Wolf, y actualmente soy lo que se puede llamar un "jugador profesional". Aunque también he tenido otras profesiones en el pasado, algunas no tan sedentarias, y es probable que tenga otras nuevas en el futuro. - Digo mientras pienso en el documento que me acredita como dueño de una granja en Atenas.

Tras esto me incorporo y vuelvo a sentarme en la mesa.

Notas de juego

Cassia Shao Jeh: Señorita Cassia

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10/05/2011, 21:35
Julian Crautchin
Sólo para el director

[Conjunta con Máster: Julian&Kaplan&Miller]

Ashton estaba muy nervioso por lo de la reunión, no había parado de limpiar "cosas" en la zona de cocina hasta llegar a pulirlas de tanto restregarlas, limpiarlas y secarlas una y otra vez. Levantó la cabeza al oír la voz del Capitán dirigiéndose a él, está algo sorprendido porque se acerque a él. Se lo queda mirando un minuto largo, con los ojos muy abiertos, fijamente.
-Ehm... cl-claro- balbucea, nervioso -¿Qu-Qué quiere?- tartamudea un poco. Ladea un poco la cabeza, como si escuchara algo, pero no se oye nada aparte del grupo que está jugando a poker -¿De qué... qué quiere hablar conmigo?

Julian: - Mejor en otro sitio - le digo a Kaplan y le hago un gesto con mi mano para que me siga - Vamos a mi cuarto, hay demasiada gente... Por todas partes - suspiro y me engancho los pulgares al cinturón antes de salir, esperando que él me siga.

Ashton se queda callado por unos segundos, muy serio, meditando la respuesta. Se acerca la mano al mentón y pone pose de "estoy pensando muy seriamente tu propuesta" durante un par de minutos, sin decir nada más que algún "uhm" de vez en cuando, hasta que por fín se decide.
-Está bien- y sigue a Julian como un perrillo hacia donde sea que quiera llevarle.

Julian: Le guío hasta mi habitación y le invito a pasar para entrar yo después, invitándole a sentarse con la mano en una silla que tengo allí. Mi silla de pensar. O de rayarme... Depende del momento.
Yo me siento frente a él, en mi catre y me inclino hacia adelante.
- Guantes azules ¿qué te sugiere? - le pregunto sin rodeos.

Ashton entra en el cuarto, con algo de desconfianza. Nada más estar dentro del bunker privado empieza a mirar alrededor, con la cabeza muy alzada, como un perrito de la pradera. Olisquea el sitio y luego mira a la silla. Pasa un dedo por ella, se mira el dedo y lanza una mirada de desaprobación. Se sienta en la silla, se remueve un poco durante unos minutos, parece estar buscando una posición cómoda o algo así. Finalmente cruza una pierna por encima de la otra y apoya sus manos de dedos largos y delgados en el regazo, una encima de la otra y mira con calma a Julian, como si Kaplan fuera el psiquiatra, Crautchin su paciente y aquel cuarto su consulta.
-Que no están de moda este año?- responde con su voz nasal.

Julian: Sonrío de lado, como si me hubiera hecho gracia su salida pero acto seguido, alargo una mano y le engancho de la camisa con fuerza.
- Mira, no estoy de humor - le digo - Dos tipos con guantes azules y un cacharro que casi nos saca el cerebro por las orejas o...la nariz - tiro de él para acercarle a mi - Preguntaron por ti y eso antes de que los Feds me acusaran de cubrir tu desaparición - alzo las cejas - Habla o te juro que te tiro por la escotilla. Como habrás visto, sobra mucha gente en mi nave. Quiero saber por qué y por quién he estado a punto de morir y he matado.

A Ashton se le abren los ojos como naranjas cuando Julian reacciona tan violentamente y le coge de la ropa para presionarle. Le empieza a doler la cabeza horriblemente poniendo gesto de dolor.
-¡¡Notengolaculpa, notengolaculpa!!- grita histérico -¡Sonasesinos,ellosvinieron,son ellos los malos! ¡Ella escapó!- responde éste de forma inconnexa, rápida y enloquecida -Two by two, hands of blue...- canturrea, en murmullos, de forma continuada. Su mirada parece perdida mientras canturrea.

Julian: Le suelto y pongo la mano en su pecho, pero esta vez en mas un gesto para calmarle.
- Vale, vale... Está bien, cálmate - le pido sintiéndome algo mal al ver su reacción. Si es que soy gilipollas. A mi intentan matarme por su culpa y va y me da pena después de todo - Tienes que contarme la verdad, Kaplan. Necesito saber si va a venir alguien a por mi por haberles matado. Necesito saber...por qué te buscaban. Te he abierto las puertas de mi nave, necesito que me cuentes la verdad.

Ashton está ensimismado canturreando y mirando al vacío, no parece ver a Julian, ni las paredes metálicas del bunker ni los muebles que puedan haber. En cuanto el Capitán le suelta, se hace un ovillo y empieza a balancearse sin dejar de canturrear lo mismo.
-Two by two, hands of blue...- ya no sólo es que se haya puesto nervioso, es que parece aterrorizado de verdad -Noesculpamia, ellos, dolor, agujas, nosquerian. Miller...- murmura, mirando a Julian a los ojos y cogiéndole del brazo -Un enorme Sol Azul nos engullirá a todos...- le susurra -Miller, sí, él lo sabe, él nos ayuda...- afirma con la cabeza, demencialmente.

Julian: Joder... Suspiro. ¿Tendré que ir uno por uno o qué? Porque si mete en esto a Miller, me tocará entonces hacerle una visita a él. Al menos espero que no se ponga loco como este... Porque al final el que acabará loco seré yo.
Miro a Kaplan sintiendo la presión de su mano sobre mi brazo.
- ¿Un...sol azul? - le miro sin entenderlo.

Ashton agita la cabeza afirmativamente, mirándole como un demente.
-Ellos volverán, siempre lo hacen. No, ella escapó, a saber, soy una pulga...- vuelve a responder, aceleradamente -El Sol Azul viene a por nosotros, a por Todos. Nadie está a salvo...
Suelta el brazo de Julian y vuelve a su posición original. De nuevo se balancea y mira al vacio, como si no hubiera nada a su alrededor.
-Miller, él es mi amigo...- mumura de nuevo -Two by two, hands of blue...- vuelve a canturrear, ensimismado por completo. No parece que vaya a salir de ese estado fácilmente.

Julian: Vale, no sé si empieza a acojonarme en serio. Frunzo el ceño y me levanto para agacharme frente a él, con mis manos en sus hombros.
- Espera aquí ¿vale? - le pido - Voy a buscar a Miller - dicho esto me separo de él para salir en busca del nombrado.
Me froto la frente con una mano, el dolor de cabeza ya casi parece permanente.

Ashton se queda en la misma posición, sin decir nada más.
Julian cruza la nave, buscando a Miller, y aunque tarda un rato en dar con él, lo encuentra donde siempre está, en su cuarto. Al entrar en el cuarto, apenas reconoce el dormitorio de pasajero que supuestamente está arrendado. Está todo lleno de cables y un cortex de terminal que desconocía que estuviera ahí. El cuarto está bastante a oscuras y Miller está sentado en la única cama que hay en la estancia. Tiene una pequeña PDA conectada con un cable al terminal de córtex "ilegal" y está muy concentrado en la pantalla haciendo "cosas" que Julian no alcanza a entender de ningún modo. Henry ni se percata de que ha entrado en su recinto privado...

Julian: Alzo las cejas al ver tal escena, en lo que ha convertido Miller el cuarto que me alquiló para viajar. Todos esos cables y el córtex... Sacudo mi cabeza sin enterarme de nada, o de qué se supone qué hace, o qué pretende.
- ¿Miller? - digo sin alzar mucho la voz para no asustarle, parece que no se ha percatado de mi llegada.

Miller da un respingo al oír la voz de Julian. Aparta la mirada de su pantalla y gira la cabeza para mirar a Crautchin.
-¡¿Ca-Capitán Crautchin?!- responde, sorprendido -No... esperaba su visita -añade, calándose las gafas -¿Necesita algo más?- se levanta repentinamente, dejando su PDA y la pantalla del terminal encima de la cama. Salta por entre los cables e intenta ordenar, en vano, el cuarto, como si fuera aquello una inspección sorpresa de un superior en un cuartel militar.

Julian: - Bueno - me acerco a él - Me gustaría que vinieras un momento conmigo, si puedes. Tengo a Kaplan algo nervioso, temblando y diciendo insensaseteces en mi cuarto... Me ha dicho que tú podrías resolver mis dudas.

Miller mira sorprendido a Julian tras oír su petición.
-Sí, claro entiendo, de hecho era algo que esperaba que cayera en algún momento...- semimurmura -Ashton tiene... una mente "frágil". Le acompañaré, no hay problema -responde, muy solicito. Desenchufa su PDA del cable que lo conecta a la terminal de córtex y se la mete en el bolsillo de su chaqueta gris. Luego con rápidos movimientos de dedos, cierra una serie de prestaciones en la pantalla de córtex y la apaga. Tras realizar todo eso, espera a que Crautchin salga para seguirle.
-Usted dirá...

Julian: - Si esperabas que cayera en algún momento, podrías imaginar por qué ¿no? - le miro mientras caminamos - Le he preguntado sobre dos hombres de guantes azules que vino preguntando por él a la Skyplex, que casi nos matan y tuvimos que matar nosotros... Primero intentó disimular y bueno... Ya ves que llevo un día algo loco así que...me puse algo duro con él y...se puso como está ahora. Pero no lo pretendía, no...yo no lo sabía - niego, porque no quiero que crea que he hecho algo tan fuerte como para que Ashton esté así.

Miller se queda pensativo, mientras escucha al capitán, caminando a su lado aunque algo por detrás suyo. Se cala de nuevo las gafas y mete la mano en el bolsillo, buscando el "cálido" tacto de su PDA, tranquilizándolo.
-Es... un tema complicado, Capitán Crautchin -empieza éste a responder -El Sr. Kaplan, Ashton, bueno,..- mira hacia los lados, como si estuviera comprobando que están solos y nadie les escucha, pero lo cierto es que cualquiera podría estar haciéndolo, al fin y al cabo, la llena estaba más llena que cuando embarcaron en Perspehone -Ha sufrido mucho. No es él mismo últimamente -casi le susurra esto último -Su bunker es seguro, Señor?- finalmente le pregunta a Julian, de forma muy seria.

Julian: - Bueno, creo que con toda la gente que hay en mi nave es difícil encontrar un sitio seguro pero en mi búnker no suelen atreverse a entrar...así que imagino que sí - asiento volviendo a mi habitación y esperando que Kaplan se ha ya relajado aunque sea un poco - Estaría bien que me terminaras de contar lo que él ha empezado porque estoy algo confuso.

Miller hace un gesto con la cabeza, afirmativo.
 -Le entiendo perfectamente Capitán Crautchin y teniendo en cuenta todo lo que ha pasado, es lo mínimo que puedo hacer por usted y su tripulación. Merece saber la verdad al respecto -responde éste, siguiendo en la línea de seriedad máxima, poco propio de su timidez habitual -Pero cuando lleguemos a su cuarto, a salvo de oídos y miradas ajenas, por favor. Prometo no omitir detalle alguno.

Julian: - Sin problema - capto su seriedad y le llevo a mi búnker, invitándole a entrar antes de hacerlo yo. Cuanto mas veo de todo esto, mas me preocupo... y mas ganas de saber lo que está pasando tengo. Porque ambos me lo están pintando realmente mal.

Al llegar abajo, lo primero que hago es buscar a Kaplan con la mirada para comprobar si está mejor. Quizás este rato de calma le haya tranquilizado.

Kaplan sigue sentado en la misma posición, no parece haberse movido del sitio y sigue ensimismado, canturreando lo mismo, para sí mismo. Miller entra cuando Julian se lo indica, bajando los 4 escalones que llevan hasta el bunker. Se queda mirando a Ashton con algo de lastima en el rostro. Respira hondo y se acerca a él.
-Ashton, soy William. Estás a salvo... Ellos no están aquí- le dice a éste. Se pasa unos minutos susurrándole cosas y consigue que se mueva -¿Le importa?- le pide permiso a Julian para usar la cama y que Kaplan se eche en ella, para relajarse.

Julian: - No, no - digo enseguida - Claro que no - avanzo y le ayudo a Kaplan a tumbarse, poniéndole una mano sobre un hombro un momento - Aquí estás a salvo, Kaplan - le digo con un tono de voz suave - Descansa y estate tranquilo ¿eh? No vamos a dejar que te pase nada - después de un toquecito en el hombro, me separo de él para dejarle y miro a Miller, invitándole a sentarse en la silla que Ashton ha dejado libre con un gesto de mi mano - Póngase cómodo.

Ashton se deja conducir, mira de forma turbia a ambos, de forma consecutiva, pero cede sin reprochar nada más. Se echa en la cama de Julian y se hace un ovillo. Miller asiente con la cabeza y se sienta en la silla, tal como le ha pedido Julian.
-Bueno, por donde empezar? Esos hombres con... guantes azules, son agentes especiales. Trabajan para unos laboratorios, en un proyecto de alto secreto. La verdad es que tuvieron muchisima suerte al salir vivos en su enfrentamiento con ellos, no conozco a nadie que haya sobrevivido anteriormente... aparte de la Chica, claro- traga saliva, visiblemente algo más nervioso. Su mirada se dirige a sus pies, a causa de ese mismo nerviosismo.

Julian: Alzo las cejas. ¿Nadie ha sobrevivido antes? No sé si eso me hace sentirme orgulloso o me acojona.
Me mantengo en pie, delante de Miller. Suspiro un poco.
- Bueno, ahora están muertos - le digo - Y nadie sabe...quién ha sido. Salvo aquel Fed pero no creo que diga nada - niego - No parecía de esos... - sacudo la cabeza, no quiero darle vueltas a otras cosas que no sean que él hable - ¿Quién es esa chica? ¿Qué mas sabes de ellos? ¿Y por qué Kaplan reacciona así? ¡Ah! ¿Y qué es eso que dice de un Sol Azul?

Miller vuelve a tragar saliva y toma aire, en una larga y honda respiración, antes de empezar a responder a las preguntas de Julian.
-No se preocupe, me aseguré de borrar cada uno de los archivos de los interrogatorios, si... los servidores han sobrevivido a la explosión, que lo dudo, en las PDAs de los interrogadores que usaron para grabar las conversaciones no quedará nada de todos modos. Sólo testimonios visuales pero sin pruebas. Y como dijo su amigo, sin cuerpo no hay delito, no creo que puedan hacer gran cosa más, incluso aunque sepan que les ha matado usted mismo- responde éste, de forma razonada -La Chica... ehm... para decirle quien es debería contarle una historia muy larga, no sé si quiere estar tan implicado, Capitán, es un asunto realmente feo.

Julian: - Solo quiero estar lo implicado que esté ya - le respondo a Miller - O lo implicado que necesite estar - le miro, también serio - Quiero saber si mi tripulación corre peligro, porque realmente es lo que mas me importa.

Miller levanta la mirada, dejando de lado sus interesantes zapatos.
-No sé hasta qué punto están ya implicados, Capitán, pero lo cierto, es que sí, peligro corren, por eso intenté que no vieran a Ashton y así que no le relacionasen con ustedes, pero no me salió demasiado bien, por lo visto -suspira, algo desesperado -Yo... mi verdadero nombre es William y el de Ashton es James. Nos conocímos hace unos pocos meses, a través del Córtex. Él es un biólogo botánico brillante, contactó conmigo hace unas semanas para pedirme ayuda. James, junto con algunos compañeros suyos de la universidad, fueron "reclutados" para un extraño proyecto secreto. Yo... tenía que haber visto las grabaciones de las cosas horribles que les hacían. Aún tengo pesadillas donde oigo sus gritos de dolor...

Julian: - Les torturaban... - deduzco en un hilo de voz y me paso las manos por la cara antes de mirar a Kaplan sobre mi cama. Ahora le entiendo un poco mas y me siento aún peor por haberle amenazado - Está bien...vale - intento asimilarlo todo aunque sé que esto solo alargará mi dolor de cabeza - ¿A qué se refiere James con el Sol Azul? - pregunto ahora.

Miller duda por un momento, no tiene claro si debería hablar más, si lo hacia acabaría de hundir más en la miseria al Capitán y su entera tripulación.
-Bueno, no conozco todos los detalles, eso sólo lo sabe él- señala con la cabeza a Ashton- Yo sólo aproveché que la Chica estaba escapando para liberar a James. Lo que sí puedo asegurarle es que ese "virus" del que dicen que es portador, es mentira. Es un engaño que usan los agentes para colarse en las naves y darnos caza. El Sol Azul es... la empresa dueña de los laboratorios donde les tenían encerrados.

Julian: Trago saliva pensando en dos opciones muy válidas.
La primera es que lo que Kaplan quiere decir es que vendrán a por él y a por mi por ayudarle y esconderle. Así que todos están en peligro.
La segunda es que está claro que no está bien de la cabeza y que hay una posibilidad de que ese miedo...ese pánico que siente le haga ser un paranoico.
- Me alivia que lo del virus sea mentira - le digo y me rasco el cuello con una mano - ¿Qué van a hacer una vez lleguen a su destino? ¿Cómo le esconderá? - le pregunto - Si llegaron a la Skyplex... Imagino que serán capaces de remover el Verso entero para encontrarle.

Miller cierra los ojos por unos momentos, se quita las gafas de pasta negra y se masajea el puente de la nariz, se siente aliviado por haber podido soltar parte de la enorme carga.
 -Bueno, mi plan era llegar con nuestras nuevas identidades a Lilac y allí simplemente desaparecer. He intentado durante todo el viaje ponerles trabas, despistarles... De hecho, aún no comprendo cómo llegaron a la Andromedes, se supone que no deberían haberlo hecho -responde finalmente -Además, por lo poco que he podido sacar de sus bases de datos, parecen bastante más interesados en encontrar a la Chica, River Tam. Si le he de ser sincero, no tengo muy claro porqué le buscan con tanto ímpetu. La poca información que he conseguido sustraerles, no entiendo ni la mitad, son términos médicos o algo así, no es... mi campo -añade, de forma algo inconexa -Le puedo asegurar que Ashton, James, es buena persona, es inofensivo por completo, pero su cerebro no está bien ahora mismo. Le hicieron algo...que le dejó así- finaliza. Respira con mucha más calma, ahora sí se siente totalmente aliviado y tranquilo.

Julian: - No se preocupe - alzo las manos - Lo entiendo ¿vale? Ahora ya lo entiendo así que no se preocupe, intentaré que las cosas vayan tranquilas para él, para que no se altere. Gracias por su sinceridad, William - asiento mirándole - No puedo prometerle que no les encontrarán pero ya estoy metido en el marrón así que...cuente conmigo para llegar a Lilac.

Miller sonríe levemente.
 -Muchas gracias. Estaré en deuda eterna con usted, si necesita alguna vez de mis habilidades no dude en pedirmelo -asiente con la cabeza, sus ojos realmente reflejan verdadero agradecimiento. Se levanta de la silla y se acerca a la cama, donde está Ashton. Está muy silencioso.
 -Ashton, levanta, tenemos que irnos ya...- le susurra. Ashton se incorpora, se sienta en la cama y se levanta, algo despacio, con ayuda de Miller.
 Se acerca a Julian y se lo queda mirando muy serio.
 -La mujer del parche oculta algo, no se fíe de ella...- le susurra, y luego vuelve a poner su pose facial de haberse comido un limón.

Julian: Me lo quedo mirando cuando dice aquello y frunzo el cejo.
- ¿Cómo lo sabe? - le respondo también en un susurro.

Ashton le mira con cara de "¿estás bromeando?", como si fuera una evidencia del tamaño de la gran muralla china. Miller pone cara de no entender nada de lo que están hablando.
-Ella misma me lo dijo...- responde Kaplan. Miller tira de éste.
-Será mejor que nos vayamos ya, creo que hemos saturado suficiente al Capitán, James...- le pide Miller -Pero si quiere que investigue en el Córtex acerca de ella o de quien usted quiera, sólo digamelo y en nada le daré todo lo que haya registrado -claramente Miller quiere terminar ya la conversación y volver a la seguridad de su cuarto, ya han hablado demasiado por un sólo día.

Julian: - Se lo agradecería - asiento - Si pudiera darme información sobre ella, estaría bien - miro a Miller y luego a Kaplan - Intentaré tenerla vigilada.
Interiormente me cago en todo, se ha cabreado por el tema de Helena y ahora será muy difícil pedirle lo que quiero pedirle. Supongo que tendré que confiar en que podré hacer entrar en razón a mi hombre de armas.
- Que descansen, ha sido un día bastante duro... Para mi al menos - sonrío solo un poco antes de girarme y sentarme en mi cama. Creo que necesito pensar.

Miller hace un gesto afirmativo con la cabeza y tanto él como Kaplan, suben los escalones y salen del bunker de Julian, en el mayor silencio posible, sin mediar palabra.
 

 

 

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10/05/2011, 22:36
Cassia Ren-Shen

Hubiera quedado bastante feo que me riera al ver su inclinación y su presentación tan educada, totalmente inesperada por mi parte al estar acostumbrada ya a las cosas de esta nave; traté de suavizar mi risa, escondiéndola tras el dorso de mi mano y dándole incluso musicalidad.

-Mei wen ti, Wolf shian shen; no había necesidad alguna de disculparse por no haberle dado yo oportunidad de presentarse. Es un placer.-le tranquilizo con mi tono de voz, cruzando las piernas y volviendo a las cartas.

Notas de juego

Mei wen ti=No hay problema
Wolf shian shen=Señor Wolf

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10/05/2011, 22:38
Helena Tijeras

 

[Pasillo - sala comun (zona del comedor - cocina)]

 

 Dariel: Tras despedirme de mi hermana Ivy en la puerta de nuestro bunker compartido, me quedo parado unos segundos, indeciso. No tengo demasiadas ganas de entrar, echarme en la cama e iniciar una nueva ronda de autocompadecimiento por haber sido disparado de forma estúpida, bueno, peor, casi muero de la forma más tonta que pueda haber en el Verso, por una bala perdida. Me paso la mano por el pelo, entiendo que Ivy esté preocupada con el tema, pero es algo que es inevitable, no se puede hacer nada contra ello, si el karma te señala sólo puedes esperar que sea lo más rápido y menos doloroso posible... 

Finalmente doy al botón de apertura de seguridad de la compuerta del bunker para que se abra.

Helena: caminaba despreocupadamente por el pasillo recien duchada, con una camiseta limpia que, ¡hasta olía a suavizante y todo! y lavandome los dientes como si estuviera en mi propia casa (para los que se lo estén preguntando, si, la camiseta y el cepillo de dientes eran de Kaplan, el problema había llegado con los pantalones. Los de Ashton me los pisaba asique, ni corta ni perezosa, y en bragas, me dispuse a buscar otros que me valieran). 

Asique ahí iba yo, concentrada en contabilizar los segundos que debía durar el cepillado como bien se había esforzado por inculcarme mi madre, cuando casi me doy de narices con alguien. 

- ¡Dariel! -Sonreí alegremente al reconocerle.

Dariel: Levanto la mirada sobresaltado al oír una pseudo-voz femenina gritando mi nombre. Me giro hacia la voz para encararme con quien fuera. Entonces veo a Helena con una camiseta que es evidente que no es suya, en bragas y lavándose los dientes.

-No has oído que hay racionamiento de agua?- la miro con los ojos entrecerrados.

Helena: Me limpié los restos de pasta de dientes con la manga para encararle igualmente entrecerrando los ojos, bueno, el ojo más bien (¡y armada con el cepillo de dientes!, un detalle a tener en cuenta) -¿en serio? - respondí finalmente esbozando una sonrisilla traviesa -No lo volveré a hacer - concluí inocentemente antes de separarme para continuar tranquilamente con mi camino. 

-¿Sabes? -añadí estirando los brazos perezosamente -Deberíais relajaros un poco, vivireis más...-concluí burlona.

Dariel: Se me escapa una leve risa sarcástica al oír su último comentario.

-Si nos relajamos más acabaremos volando en mil pedazos y más estando tú a bordo, que por cierto, aún no me has explicado qué narices haces en la Orpheus. Y no me digas que fue mera casualidad que eso no me lo creo ni jarto de sake...- respondo finalmente, en un tono cínico a más no poder.

Helena: Ladeé la cabeza ligeramente hacia él - Tampoco me has preguntado - respondí con una sonrisilla dificil de interpretar. -además -me encogí de hombros con una expresión a mitad de camino entre la ofensa y el orgullo. No era tarea facil labrarse un buen curriculum en los tiempos que corrían...-si no recuerdo mal, que aquel carguero acabara reventando en pedacitos de chatarra no fue culpa mía, es decir -sonreí con picardía -no del todo -añadí rememorando melancolicamente aquellos momentos -ejem -carraspeé, había regresionado hasta el momento en el que, casualidades de la vida, había vuelto a perder los pantalones y, no hacía falta rememorar tanto, es más, mucho mejor si nunca jamás de los jamases volvía a salir de aquel remoto rincón de mi cerebro.

-el caso es que tú también estabas ahí -concluí cruzandome de brazos toda digna.

Dariel: Clavo la mirada en Helena, en su único ojo.

-Sí, claro, por supuesto que estaba ahí, era el carguero donde Yo estaba haciendo de co-piloto. Tuve suerte de que no me echaran a patadas por tu culpa -respondo friamente. Aunque recordar los viejos tiempos tampoco es algo que me desagrada, fueron tiempos divertidos, a pesar de que eso me llevara a ciertos "momentos" nada memorables, en cierto rincón del almacén, con ambos sudando y ligeros de ropa.

-Fue divertido, a pesar de todo...- murmuro.

Una sonrisilla maliciosa se escapa por entre mis labios.

Helena: Una sonrisilla pícara corroboró por si sola la afirmación. 

Le miré por un momento y durante unos instantes la tensión se volvió palpable, tanto,que hasta hasta podría masticarse, saborearse y olerse. Si la nave hubiera reventado en aquel instante la culpa habría sido toda suya. De la tensión, por supuesto...

Sacudí la cabeza -necesito un trago -murmuré encaminándome hacia la cocina. -¿vienes? -

Dariel: Suspiro resignado. No me quedan muchas opciones y tampoco tengo whisky en mi bunker, cortesía de mi hermana, y si una cosa buena tiene Helena es que tiene un olfato impresionante para encontrar alcohol, así que la sigo sin protestar.

-¿Y no me vas a decir el motivo de tan grata visita?- insisto.

Helena: me encogí de hombros mientras caminaba -Trabajo, ya sabes -respondí agitando la mano del cepillo despreocupadamente. 

Una vez en la sala común saludé alegremente a los que aun continuaban enfrascados en la partida de poker y sin esperar respuesta pasé de largo directamente hacia la cocina. Sin demasiados miramientos alcancé una silla para arrastrarla hasta la pica, planté las botas sobre ella y, de puntillas, alcé el brazo hasta alcanzar la parte superior del armario, separada del techo por apenas un palmo. Si alguien hubiera querido guardar algo interesante en aquella cocina aquel habría sido el lugar más indicado, y si Kaplan se consideraba un cocinero como estaba mandado, en alguna parte, y a buen recaudo, habría una botella de cognac. 

Tanteé con la mano en busca del preciado tesoro inclinandome ligeramente para poder llegar hasta el fondo. Condenado Ashton, ¿Tenía que ser tan jodidamente alto?. Puse un pie sobre la encimera en precario equilibrio cuando...

Ahí estaba, mis dedos se cerraron triunfantes sobre el frío cristal. 

Con una esplendida sonrisa y el brazo hasta arriba de polvo y roña alcé la botella -et voilà -concluí adornando el triunfo con una 

pequeña y teatral reverencia antes de saltar al suelo.

Dariel: Me quedo mirando con extrañeza lo que Helena estaba intentando hacer, a saber qué pretende encontrar ahí, aparte de suciedad y grasa. Aunque claro, como contrabandista, ciertamente cualquier hueco, por pequeño e improbable que sea, es útil para ocultar cosas. Claro que es preferible no tener una hermana que también sepa eso. O una mercenaria creadora de calamidades a su paso.

Aplaudo ante su actuación, sonriendo maliciosamente de nuevo.

-Brillante, simplemente brillante!

Helena: -es un don que tengo -una sonrisilla torcida se dibujó en mis labios.

Tras ello alcancé un par de vasos de la repisa y los restos de una cafetera que alguien había preparado en algun otro momento. Descorché la botella y rellenando los vasos generosamente con una buena dosis del alijo secreto de Kaplan terminé por aderezarlos con un chorrito de café (el desayuno, la comida más importante del día). 

Sentandome resuelta y comodamente sobre la mesa le ofrecí uno de ellos. -por los viejos tiempos -añadí esbozando una sonrisilla maliciosa antes de vaciar el contenido del vaso de un trago.

Dariel: Entro en la Sala Común y me siento en una de las sillas de la zona del comedor, al lado de la cocina. Cojo el vaso que me ofrece y con un leve  burlesco brindis vacío su contenido de un solo trago yo también. Vuelvo a depositar el vaso y cojo la botella, de entre los dedos de Helena, rozando su piel, y lleno su vaso y el mio con el licor. Alzo de nuevo el vaso, esta vez lleno.

-Por los Nuevos Tiempos!- sonrío encantadoramente.

Helena: vacié el vaso de un trago nuevamente, aunque esta vez me detuve unos instantes para saborear su contenido. Bajé de un saltito y rodeandole como un gato alcancé nuevamente la botella -por los viejos cargueros -le susurré al oido antes de rellenar nuevamente los vasos.

Dariel: Levanto el vaso, intercambiando una mirada pícara con la mercenaria.

-Por los viejos cargueros- y de un trago lo apuro. Sí, por lo viejos cargueros... desde luego! Al menos ahí no estuvieron a punto de matarme por una bala perdida, ahí no se perdían, sabías perfectamente quien intentaba matarte, eso es bueno.

Helena: Regresé sin apartar la mirada hasta sentarme nuevamente sobre la mesa, frente a él. Sonreí de forma traviesa antes de rellenar nuevamente los vasos y extenderle el correspondiente -y por las nuevas firefly ... -dí un golpecito con la mano sobre la mesa, balanceando distraidamente los pies -o no tan nuevas -añadí con una sonrilla divertida. 

Dariel: Suelto una risa por lo bajo ante sus maneras.

-Las nuevas firefly no tienen ni la mitad de encanto que esta, ambos lo sabemos- le guiño un ojo, con cierta picardia. Cojo el vaso y lo entrechoco con el suyo.

-Así que un trabajo te llevó hasta la vieja Orpheus...- doy un trago, vaciando medio vaso. Me lo quiero tomar con algo más de calma.

Helena: Rellené el vaso nuevamente dejando la botella sobre la mesa. 

-y tu te burlabas de mi bonita recogechatarraespacial -respondí inclinandome ligeramente hacia atrás, hasta apoyar los codos cómodamente sobre la mesa. Mucho mejor...

Le ví vaciar medio vaso, arqueé una ceja y sonreí burlona -eres una nena -concluí antes de vaciar el mio.

Dariel: Sonrío maliciosamente y le lanzo una de esas míradas peversas mías.

-Ya me lo contarás cuando seas tú la que se baje los pantalones primero- me burlo -Y no compares la Orpheus con esa chatarra volante tuya! Es indignante y Ella puede oirte y ofenderse -suelto una risotada por lo bajo. Vacío el vaso con un nuevo trago.

-Y tú sigues sin responder a mis preguntas.

Helena: Extendí una pierna desnuda observandola detenidamente por un momento antes de volver a bajarla -eso es porque juegas con ventaja -respondí divertida -por cierto -me incorporé un poco -podrías dejarme unos, seguro que los tuyos si que me valen -añadí echandole un vistazo, podría haber sido rapido pero... rellené el vaso nuevamente, decidí que fuera más lento y recreativo, el vistazo...

-más bien la busqueda de uno -sonreí de forma traviesa -¿no te lo ha contado el capi? -terminé por incorporarme del todo nuevamente -ahora somos colegas -concluí dandole un nuevo trago al vaso despreocupadamente.

Dariel: Un frenazo mental, eso es justamente lo que pasa por mi cabeza cuando oigo sus últimas palabras.

-QUÉ?!- parpadeo levemente, con cara de No waaaaay. "Si es una broma, no tiene puta gracia. Además, si fuera verdad, Jules me lo habría dicho, joder! Somos socios! Y no es de los que se venga por algo tan absurdo como lo de Ian...".

-Muy graciosa, claro que sí -alzo el vaso, con una sonrisa cínica de las mías y bebo de nuevo, todo de un trago -Pídeselos a mi hermana, seguro que tiene unos para dejarte -respondo a su petición de unos pantalones. Ya había perdido una chaqueta, no pienso perder unos pantalones también.

-¿Y a qué se debe ese alegre acontecimiento?

Helena: Sonrei burlona -vamos, ¿vas a someterme al tercer grado y ni siquiera me vas a conceder unos pantalones? - apoyé las manos sobre la mesa con tranquilidad -además, lo dices como si no me echaras de menos...-

Dariel: Me encojo de hombros, con cara de falsa indiferencia, pero una sonrisilla pícara en los labios, que me delata.

-Porque estropear algo que ya está bien así? Los pantalones en tí están sobrevalorados...- hago una mueca maliciosa -No hay que esconder el bonito paisaje- afirmo, refiriéndome a sus piernas. Lo cierto es que tiene unas piernas atractivas, torneadas, morenas y bien estilizadas, incluso las cicatrices están bien situadas. 

Helena: sonrei de medio lado y, ni corta ni perezosa, alcé las piernas hasta apoyarlas sobre su regazo, con todo el morro del mundo. 

- asi que, sí me has echado de menos... -respondi con una sonrisilla mezcla de burla y picardia.

Dariel: Dejo que apoye sus piernas en mi regazo, tampoco es que me importe demasiado.

-Claro, cómo no echarte de menos? Se perdería parte de la diversión del Verso...- bromeo -Y del kaos. Y de la destrucción -continuo con la broma, sonriendo maliciosamente. Cojo la botella y nos vuelvo a servir. No queda ya mucho en el interior de la botella pero bueno. 

Vuelvo a hacer otro brindis con ella.

-Por... la diversión!

Helena: Caos, destruccion... Las viejas palabras y el cognac rancio traian a mi mente entrañables recuerdos: peleas a botellazo limpio a ritmo de pianola remasterizada, paneles de seguridad, soldados y cajas fuertes reventadas, banqueros desquiciados, bonitos atardeceres de asaltos al tren y entretenidas reventas en el mercado negro,( lo mas parecido a una reunion familiar), oh! Y el smash surf! El viento y la velocidad podrian arrancarte la piel a tiras pero sin duda la descarga de adrenalina merecía la pena una y mil veces.

 Alce el vaso feliz: -por la diversion! -repeti antes de vaciarlo perdida como estaba entre la nube de alcohol y los entresijos de los recuerdos.

 -¿recuerdas aquella vez en Ariel? Estoy segura de que aqui nadie juega contigo al smash surf...-añadi con un retorcido tinte de melancolia- Por cierto, te sentaba bien el uniforme de aparcacoches...- conclui con una sonrisilla a medio camino entre la diversión, la burla y la provocación.

Dariel: Me quedo mirando a Helena, que parece perdida en algún rincón de su perverso cerebro. Bebo el cognac a sorbos, deleitándome en cada momento, no queda ya mucho en la botella y a saber cuando volveremos a tener más a bordo, al menos hasta que no lleguemos a Athens. Mínimo!

-Nadie está tan mal de la cabeza como para jugar al smash surf, bonita- respondo -Las cosas aquí son diferentes y en el Rim no hay manera, la gente es asquerosamente pobre -añado en tono cínico -Por supuesto que me sienta bien, aunque a ti te hace un buen culo, no lo voy a negar- sonrío perversamente.

Helena: bufé haciendo oscilar mi flequillo -aburridos, esa es la palabra -sentencié golpeandome la mano abierta con el puño dandole enfasis a la frase. -Dariel, amigo mio -sin previo aviso y, de un salto me puse en pie, rodeandole y apoyando las manos sobre sus hombros -tenemos una misión, ¡que digo una misión! un deber para con esta nave y su tripulación -añadí en un repentino, solemne y fraternal arrebato -De no hacer algo al respecto ¿que dirían del gran Lefay y la legendaria Tijeras? -me incliné un poco sobre él, justo hasta que mis labios quedaron a la altura de su oido -solo necesitan un empujoncito -susurré tentadora -, ya sabes, relajarse un poco...-añadí divertida al tiempo que una sonrisilla maliciosa terminaba por dibujarse en mi rostro.

Dariel: Suelto una risotada ante su insinuación, bueno, en realidad nada sutil. Vale, Tijeras es el conflicto encarnado, pero he de reconocer que es la primera risotada sincera que suelto en muchos días. No se puede negar que a su lado uno nunca se aburre.

-Y aquí hay demasiada tensión acumulada, demasiadas malas vibraciones, desde luego...- le respondo en voz muy baja, casi susurrando -Alguien tiene que darle fin a ello o acabaremos estrellándonos contra cualquier roca flotante- una sonrisa malvada se dibuja en mis labios -Y sé por donde podríamos empezar...

 

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11/05/2011, 10:14
Joseph "Pinky" Rousseau

 -bienvenida a la partida Cassia-

Sonrío ligeramente y vuelvo a mirar mis cartas, espero que ella sea un poco mas seria, no esta nada bien empezar algo y luego marcharse a medias, pero parece que es la costumbre por aquí, como lo hagan todo igual así les ira en los negocios

Me hace gracia que lo primero que hace sea disculparse por su juego, eso indica que o es muy novata o sabe lo que se hace, y las dos cosas hacen el juego interesante

La chachara de Jack sobre sus trabajos pasados y futuros y el exceso de cortesías me entretienen mientras sigo con mi atención puesta en la partida, las cartas se mueven ahora con fluidez por la mesa y por fin esto avanza

Notas de juego

 vamos a hacer como que la partida avanza o siempre estaremos repartiendo cartas :p

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11/05/2011, 11:56
Wladimir Mehêtabêl Zeev

Últimamente siempre hacía cualquier cosa para evitar pensar,
incluso ayudar a los demás, si lo hubiera visto Ethel… Pero ella no estaba
aquí, y Wladimir se convenció hace muchos años que este hecho nunca le importó,
y cuando un hombre quiere creer una cosa, es muy difícil hacerle cambiar de
parecer.

Apenas intercambió unas palabras con el doctor sobre lo que
había que hacer, por suerte las cosas estaban bastante calmadas y su labor
apenas consistía en vigilar y atender pequeñas necesidades. No podría aportar
mucho más, ya que sus conocimientos médicos eran bastante limitados.

Se dedicó a observar con aire distraído lo que ocurría a su alrededor,
pero sin fijarse en nada en especial. Su mente, rebelde a su voluntad, no paraba
de recordar, y aunque esta vez fue benévola pues se limitó a su negocio, eso sí,
reprochándole el haber tomado decisiones incorrectas desde que empezó, su sexto
sentido para los problemas se había activado nada más conocer los detalles del
plan, pero por una vez en su vida, algunos dirían que cegado por la ambición,
Zeev había decidió ignorarlo.

Todo lo que podía haber salido mal, había salido peor, y eso
era el mejor indicativo de una retirada a tiempo, pero no quería hacerlo, se
había jugado mucho y lo iba a perder todo. Pero, ¿por qué iba a importarle? Encontraba
su vida carente de sentido más allá de su trabajo, pero la fuerza de los años
le había hecho perder esa excitación previa a los momentos de máxima tensión,
esos momentos en los cuales un pequeño desliz significaba un absoluto fracaso.

Por eso este iba a ser el último, pero ya había habido otros
últimos. Recordó la explosión en la terminal, los muertos, la gente huyendo,
aterrorizada por una locura, el rostro de Eileen
al mirar de frente a aquellas personas. Nunca se había podido hacer nada,
ese era el pensamiento sencillo, y a pesar de todo había gente que lo
intentaba. No los admiraba por ello.

Se sentó en el suelo, cerca de un hombre que ahora dormía
plácidamente, pero los vendajes que cubrían su rostro evidenciaban que las
horas previas habían estado muy lejos de la placidez. El lugar estaba
relativamente oscuro, y Zeev se sintió cansado, en todo el concepto de la
palabra. 

Notas de juego

Wladimir pasará tranquilo el resto del tiempo que le toque  cuidar a los heridos, sin hablar con nadie por iniciativa propia. Después se retirará a su habitación a descansar.

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11/05/2011, 15:42
Julian Crautchin

[Conjunta Julian&Cassia]

Julian: Llevo un rato sentado en mi cama, pensando en todo y en nada pero ahora ha llegado un punto en el que no soporto mi dolor de cabeza. Iría a ver a Ian para preguntarle si tiene algo que darme pero no me gusta tomarme ninguna clase de medicamentos.

Salgo de mi búnker y voy a la cocina, quizás sea porque estos últimos días he comido muy poco así que será mejor que vaya a la cocina e intente comer algo...por poco que sea. No quiero que la comida nos dure incluso menos de lo que hemos estimado.

No miro a nadie al entrar en la cocina aunque estén justo al lado jugando a las cartas. Cojo algo de comida, poca, rápidamente y salgo tal rápido como he entrado.

Cassia: Normalmente no me extrañaría sentir perturbaciones en el ya abarrotado estado del chi del comedor, siendo un lugar conflictivo como es, pero ésta entra con la energía de un huracán.

Bajo mis cartas un momento contra la mesa, mirando hacia la cocina. Julian se agencia un poco de comida antes de volver a salir como ha entrado; como si con su aura pudiera derribarlo todo y realmente lo estuviera deseando.

Espero a terminar la mano, al menos, antes de disculparme con mis jugadores:
-Qingwen.

Por la dirección que ha tomado sólo ha podido meterse en su habitación, así que ahí me dirijo, tocando el metal con los nudillos para llamar.

Julian: Cuando escucho llamar, dejo mi cuenco de comida a un lado y subo para abrir y asomar medio cuerpo desde las escaleras.
- Embajadora - digo al ver a Cassia - Dime que no me traes malas noticias porque no creo que mi cabeza aguante mas por hoy.

Cassia: Iba a decir algo como que "no me había dado cuenta", pero realmente Julian tiene un tono de "no aguanto nada más" casi tan esclarecedor como la energía que emite.
Así que le sonrío. Un poco.
-Depende de lo que consideres malas noticias, capitán.-le respondo.-¿Va todo bien?

Julian: - Algo que ayudara a hacer que mi dolor de cabeza se hiciera mas fuerte y terminara de estallar - respondo - Si no es eso, entonces puedes bajar - le digo antes de desaparecer escaleras abajo.

Cassia: No, no puedo hacerle reventar así sin que se vuelva loco...bueno, no; es que sería cruel hacerlo si le duele mucho la cabeza. Pero a eso puedo ponerle remedio de forma más sencilla.
-De hecho...-me agacho para asomarme a la entrada de la habitación y mirarle.-Se me ocurre que quizá pueda hacer algo por ese dolor de cabeza. Así que no son malas noticias, ¿no?

Julian: - Depende de a qué te refieras con ese "algo" - respondo volviendo a sentarme en mi cama, aunque no recupero el cuenco de comida. Lo dejaré para después.

Cassia: -Podrías venir a mi lanzadera; tengo un té que te vendría muy bien ahora mismo.-le ofrezco, aún fuera. Bajar para volver a subir no me parece práctico.
Hacía poco habían pasado Ivy y Dariel para ir a su habitación, así que no pasaba nada si íbamos ahí.

Julian: Suspiro y me levanto de nuevo de la cama, dudando antes de subir de nuevo.
- Té...vas a quitarme el dolor de cabeza con té - digo escéptico pero termino encogiendo los hombros y terminando de subir, cerrando después la puerta tras de mi - Supongo que tampoco tengo otra cosa qué intentar, y no quiero ir a ver a Green.

Cassia: Me pongo en pie cuando veo que Julian vuelve a subir las escaleras
-Subestimas el poder de lo natural, capitán; te sorprendería saber lo que puede hacer una simple pero acertada mezcla de las hierbas adecuadas.-comento suavemente, tomando camino directo hacia la lanzadera. Ya tengo agua ahí dentro, y todo lo necesario.

Julian: La sigo a su lanzadera poniendo los ojos en blanco al escucharla, aunque me da otro pinchazo en las sienes y me callo el comentario que iba a hacer. No quiero meterme con esas cosas porque sé como se pone, y no tengo la cabeza para discutir además, ella está siendo amable.
- Si consigues que se me pase este dolor de cabeza con té, te bajo el alquiler de la lanzadera - la miro de reojo aunque imagino que interpretará que tan solo es una broma.

Cassia: Me detengo en medio del comedor mientras lo estábamos cruzando para mirarle. Es obvio que no va a hacerlo, pero voy a seguirle el juego.
-¿Es un trato, capitán? ¿O tienes demasiadas dudas sobre mi capacidad para hacer sentir bien a la gente?-alzo una ceja.

Julian: Niego con la cabeza mirándola, serio.
- No tengo dudas sobre tí pero sí sobre el té.

Cassia: -Pobre té; no te ha echo nada para que desconfíes...-bromeo ahora yo, volviendo a girarme para seguir el camino. Al llegar a la lanzadera, abro la puerta para permitirle el paso a él primero. Aún huele al incienso que encendí y al aceite que usé con Ivy.-Échate en los cojines; ponte cómodo.

Julian: Joder. Qué raro sigo sintiéndome entrando en su lanzadera, y mas habiendo sido invitado por ella. Cuando aparezco yo para molestarla un rato, me sale mas natural.

Olfateo un poco, huele muy bien, como siempre. Avanzo hacia los cojines y me siento. No me tumbo como me ha dicho, también me sentiría muy raro si lo hiciera.
Apoyo mis brazos en mis piernas y vuelvo a pasarme las manos por la cara frotándome la frente, como si así fuera a pasarse el dolor.

Cassia: Mientras él se acomoda yo me acerco al aparador para sacar la bandeja de mi juego de té. Tras dejarlo en la mesilla que tengo donde los cojines, cojo la tetera y voy hasta el contenedor de agua, que tengo cubierto con un manto rojo con una cenefa dorada sobre el que tengo mi altar.

Me agacho y abro el grifo para llenar la tetera, dejándole a Julian un tiempo de silencio y paz en mi pequeño santuario, recién cargado con relajante olor a lavanda. Una vez llena, regreso con él, arrodillándome delante al otro lado de la mesilla para empezar a preparar el té. Lo primero, encender los carbones en la pequeña cajita con arena que uso como brasero sobre la bandeja.

-Vas a destrozarte la espalda en esa postura, Julian; no necesitas precisamente ahora cargarte las cervicales.-le recomiendo.

Julian: Suspiro hondo y alzo la vista para mirarla.
- Si el dolor de cervicales sustituye a este horrible de cabeza, es la postura perfecta - le respondo en un murmuro.

Cassia: -Lo empeorará, cosa que no te recomiendo.-murmuro yo también, dejando la tetera sobre un soporte de hierro encima de los carbones y levantándome para coger el poco té con melisa que me quedaba.-Tengo un lecho de cojines por alguna razón.

Julian: En otro momento, le respondería algo así como: "Creí que lo tenías para variar de la cama de vez en cuando...", pero hoy no. No me apetece una discusión después de todo.

La sigo con la mirada aunque la aparto cuando me doy cuenta de ello y me echo sobre los cojines finalmente. Así al menos no correré el riesgo de volver a quedarme mirándola.
Suspiro.

Cassia: Le miro un momento de reojo antes de comprobar la cantidad exacta de té que me quedaba en la cajita, y sonrío al ver que al menos me ha hecho caso en eso. Vuelvo a sentarme donde estaba, y lo vierto todo en el interior de la tetera antes de taparla.
-Sientes la diferencia, ¿verdad?-le digo con voz suave.-Sé que estamos todos jodidos, pero deberías permitirte descansar aunque sea una hora.

Julian: "Y tan jodidos", pienso para mi y aprieto mis ojos escondidos tras mis manos aunque luego relajo mis brazos y las apoyo en mi pecho.
- Quiero, pero este dolor de cabeza no me deja - respondo - No hay nada peor que un dolor de muelas pero esto...se le acerca mucho.

Cassia: -No lo sé; nunca me han dolido las muelas.-río muy sutilmente, encogiéndome de hombros.-¿Te acaba de dar así, de repente?

Julian: Niego con la cabeza aunque luego recuerdo que estoy tumbado y quizás no me mire así que hablo.
- No, ya me dolía desde esta mañana... De hecho, creo que me empezó a doler hace días ya - bufo - Pero hoy molesta mas.

Cassia: -Bueno, bu yong qe qi...afortunadamente, todos los dolores que no provengan del corazón pueden mitigarse.-le miro un momento, aunque esté echado.-Si el té no te ayuda, podría hacerte un masaje en la cabeza.

Julian: - ¿El del corazón no? - sonrío un poco en mi postura - ¿No hay té para los dolores del corazón?

Cassia: -Ojalá lo hubiera.-suspiro, algo cínica.-Pero de alguna manera, sólo otra persona consigue ejercer el papel de cura. Y es una cura muy rara de encontrar.

Julian: - ¿Ojalá lo hubiera? Lo dices como si tú sufrieras de eso... - comento en un murmuro.

Cassia: -Nah...-chasqueo la lengua.-Las acompañantes no tenemos sentimientos; somos como un roboamante muy evolucionado.-pongo los ojos en blanco.

Julian: Río muy suave ante su sarcasmo.
- Mentirosa.

Cassia: -Muy bien; ¡sorpresa! Soy humana y puedo tener males del corazón como todos. ¿Acabo de destrozar tu burbuja?-río con su misma suavidad, y decido echarle un vistazo al té.-Si no te gusta muy caliente, este es un buen momento para tomarte el té.-le aviso.

Julian: - ¿Qué burbuja? - me incorporo para tomarme el té - Sí, mejor templado - asiento. No es que sea mi fuerte el té pero bueno...prefiero estar aquí que seguir tirado en mi cuarto sin parar de darle vueltas a la cabeza. Será mejor relajarme un poco e ir a hablar con Dariel y Kratos... Y este último me da mucho miedo, seguro que me manda a la mierda, o me pega un puñetazo; tendré q arriesgarme.

Cassia: No respondo a su pregunta, sino que me centro en pasar el té por el coladero al servirlo en una taza para Julian.
-Yo necesité al menos tres de estos ayer para conseguir dormirme, así que tampoco esperes un milagro.

Julian: - Tranquila, ya sabes que no tengo fe en el té - sonrío de lado antes de probarlo - Pero bueno, está rico; con eso me vale.

Cassia: -¿Acaso tienes fe en algo, Julian?-pregunto, curiosa.

Julian: Me la quedo mirando un momento, y termino encogiéndome de hombros.
- Me has pillado.

Cassia: Río mientras dejo la tetera fuera de los carbones. Me levanto y rodeo la mesilla para sentarme ahora a su lado, llevando una mano a su cabeza y pasándosela por el pelo.

Julian: Giro la cabeza para mirarla cuando se sienta a mi lado. Normalmente no la dejaría, no habría aceptado la taza de té y muchísimo menos aceptaría que me acariciara.
Creo que le echaré la culpa al dolor de cabeza, si alguien pregunta.

Cassia: Como no dice nada, no veo inconveniente en seguir acariciándole la cabeza, extendiendo y recogiendo mis dedos mientras se pierden entre su pelo. Claro que me encantaría que al menos, ya que ha cedido en el aspecto de dejarme cuidar de él, confiara en mí para escucharle...perimagino que sólo puedo pedir una cosa por turno.

Julian: Le doy otro trago al té antes de dejarlo sobre la mesa y volver a girarme hacia ella alzando la mano para pasarle el dedo índice por la mejilla.

Cassia: Se me escapa una pequeña sonrisa que apago deprisa cuando me acaricia la mejilla. Y entonces, se me ocurre algo.
Aparto la mano de su cabeza, pero para inclinarme a retirar un poco la mesilla, lo suficiente para darnos un espacio por delante. Acomodándome yo ahora con la espalda contra los cojines, le hago un gesto para que se siente entre mis piernas.
-Me vendrá mejor para hacerte ese masaje que necesitas.

Julian: Hago caso de su gesto y me siento donde me pide.
- ¿Ese masaje hará mejor efecto que el té? - pregunto en un susurro y sonrío un poco antes de cerrar los ojos.

Cassia: -Ayudará.-le sonrío, pasando ahora ambas manos por su pelo, y recojo mis piernas por si las necesitase de reposabrazos.-Pero el té no hará nada si no te lo tomas.

Julian: No digo nada, me estiro para coger el té y me lo acabo, apartando de nuevo la taza después y decido ponerme cómodo apoyando mis brazos en sus piernas y acariciándoselas muy superficialmente con las manos.
- ¿Si me duermo me llevarás en brazos a mi búnker y me meterás en la cama? - bromeo en un susurro, relajado.

Cassia: -Bu xing.-suelto una risilla breve, empezando a presionar puntos de su cabeza con las yemas de mis dedos a la vez que le acaricio.-Probablemente te encierre aquí hasta que tus problemas se hayan cansado de buscarte.

Julian: - Entonces tendrás que encerrarme toda mi vida.

Cassia: Deslizo las manos a ambos lados de su cabeza, comenzando ahora a masajear sus sienes. Me asomo por encima de su hombro para hablarle.
-No veo nada de malo en ello.-susurro.

Julian: Siento un escalofrío cuando me susurra al oído y apreto sin querer un poco sus piernas.
- Sabes de sobra que no me aguantarías.

Cassia: -Hace seis meses que te conozco, y todavía sigo aquí.-contesto con la misma suavidad.

Julian: Sonrío. Tiene razón.
- Seguro que los problemas me encontrarían igualmente - abro los ojos y giro la cabeza para mirarla - ¿Qué harías entonces?

Cassia: Esta vez sí que se me olvida borrar mi sonrisa, porque realmente no soy consciente hasta demasiados segundos después de lo que he hecho. Y justo ahora se me ocurre que esta no ha sido buena idea.
-Probablemente meterme entre ellos y tú...

Julian: Niego con la cabeza sin dejar de mirarla.
- Ni hablar, no te dejaría.

Cassia: Mis manos no se detienen en su masaje; bajan ahora hasta sus hombros y le apartan sutilmente de mí para permitirme un respiro. Le quito importancia con mi sonrisa juguetona.
-Por suerte o por desgracia para tí, no puedes decidir eso. Así funciona la lealtad.-bromeo, volviendo a subir las manos, pasando por su cuello con el roce de mis dedos.

Julian: - Claro que puedo - respondo - Podría alejarte de mi y así impediría que pudieras hacer eso algún día.

Cassia: -Bueno...-suspiro hondamente, de nuevo echándonos a ambos hacia atrás.-esa sí sería tu decisión.

[la segunda parte de esta conjunta la colgaré "solo para el director", ya que su contenido es privado ^^ Lo siento, ya sé q os gustaría ver cómo acaba esto... :b]