Partida Rol por web

Firefly: El Vuelo del Orfeo

Chap. 3: De Camino a la Perdición

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11/05/2011, 15:51
Julian Crautchin
Sólo para el director

[Conjunta Julian&Cassia - Parte 2]

Julian: Me dejo echar para atrás, apoyándome un poco en ella.
- Así que puedo decidirlo ¿ves? - susurro y giro la cabeza para mirarla - Si estuviéramos en peligro y te pidiera que te fueras de la nave al menos por un tiempo ¿lo harías?

Cassia: Decido darle el regalo de mi duda, pero realmente tengo claro lo que acabaría haciendo.
-No puedo asegurarte nada; debería estar en la situación, supongo.-contesto sin mirarle, como si fuera más interesante mi mano ascendiendo desde su nuca hasta la coronilla.

Julian: - ¿Tendrías dónde quedarte en Lilac? - le pregunto ahora, sin haber apartado mi mirada de ella.

Cassia: Me detengo en seco, alzando la mirada hacia él, buscando sus ojos. No me gusta cómo ha sonado eso.
-¿Por qué iba a tener donde quedarme en esa ri shao gou shi bing de luna?-murmuro.

Julian: Trago saliva mirándola.
- Yo qué sé, eres una Acompañante... Deberías poder estar segura en cualquier parte - encojo los hombros - ¿Y si tuvieras otra nave en la que ir a otro sitio mas seguro?

Cassia: -Julian.-le tomo del mentón para no perder sus ojos. Con mi misma mirada ya le hago la pregunta; ¿qué está pasando?

Julian: - En la Skyplex me cargué a un tio muy raro, con guantes azules...tenían un aparato con el que te hacían estallar el cerebro o algo así; eran dos. Casi nos matan - empiezo a contarle - He ido a hablar con Kaplan y con Miller... Eran agentes especiales que trabajaban para unos laboratorios, iban tras Kaplan - sigo con la mirada en sus ojos - Estamos en peligro, todos. Quiero dejar a toda la gente que pueda antes de que pase algo. Y... - aprieto los labios - no quiero que sigas en la nave hasta ver qué pasa.

Cassia: Frunzo el cejo cuando empiezo a comprender lo que me explica, sin soltar su mentón ni apartar la mirada, buscando sentir su preocupación para hacerme entender a mí misma la magnitud del problema. Como si eso pudiera ayudarme a decidir qué hacer.
-¿Quieres decir...peligro mortal?-susurro muy flojo.

Julian: - Ian y yo somos los únicos, junto al Fed, que hemos sobrevivido a ellos - le contesto sabiendo que así entenderá que sí, que es un peligro de esos.

Cassia: Me muerdo el labio inferior y le suelto al fin, mirando ahora a la nada, pensativa. Claro que no me gustaría morir, pero...
-¿Y qué harás tu, entonces?-pregunto, aún en bajo, sin mirarle.

Julian: - Esperar - le contesto como si fuera obvio.

Cassia: Lo pienso más, hasta que incluso a mí me da algo de dolor de cabeza. Pero al menos sé que sigo resuelta a mi primera opción. Sin decir más, paso los brazos alrededor de su cuello y entrelazo mis manos en su pecho.

Julian: Me da la sensación de que puede sentir mi corazón algo acelerado por toda la situación cuando cruza sus manos sobre mi pecho.
Yo alzo una de las mías y cojo las suyas.
- No quiero que te pase nada - susurro - No me lo perdonaría.

Cassia: -Lástima...-suspiro lento, y suelto mis manos para coger la de él con una de las mías.-Yo tampoco quiero que te pase nada...

Julian: - No lo entiendes - niego - Tengo el peso de esto sobre mis hombros y... tengo que evitar que... - apreto su mano y busco su mirada - Ya perdí a Steve. ¿Sabes cómo sienta eso? ¿Sabes cómo me sentiría si te...perdiera a ti? - recorro sus ojos con los míos - Solo... Un tiempo - le pido - Volveré a por ti.

Cassia: Casi le suelto que todos hemos perdido a Steve, pero...de pronto su mirada y sus últimas palabras se me clavan en el pecho y cortan de primeras mi intento de decir nada.
-No...-cierro los ojos, apoyando mi cabeza en la suya.-No puedes prometerme que volverás a buscarme. No puedes prometerme que volveré a casa.

Julian: Giro medio cuerpo soltándome de su mano, casi impulsado por los latidos de su corazón golpeando mi espalda.
Acaricio su mejilla y le beso la otra, apoyando yo ahora mi frente en su cabeza al sentirla sollozar.
- Por favor - susurro - Déjame ponerte a salvo. No quiero ser el culpable si te pasa algo. Ya es bastante sentir que no deberías estar en esta nave.

Cassia: Me siento temblar levemente cuando me besa y acaricia el rostro, y es al fin ahora que me doy cuenta; estoy al borde del llanto. Mierda de estúpidos dos últimos días; está claro que no voy a recuperarme pronto a este paso.
Sólo...sólo quiero que llegue el jodido Día U de una maldita vez...
-Créeme, Julian; no se me ocurre un lugar más seguro en el Verso para mí que la Orpheus.-susurro, sin abrir los ojos aún.

Julian: - No, ahora no - niego y empiezo a ponerme un poco nervioso - No es segura, ahora no. No me hagas... Cassia, no me hagas ser yo quién decida que no puedes estar aquí.

Cassia: Chisto para calmarle cuando siento que se altera, abriendo los ojos y acariciándole la cabeza de nuevo.
-¿Qué harías tú si esto fuera a la inversa, Julian? Si yo estuviera en peligro y te pidiera que te fueras, ¿me harías caso?

Julian: - No - contesto rápido aunque me joda - No... No te haría una mierda de caso.

Cassia: -Creo que has tenido seis meses para darte cuenta de que no somos tan distintos el uno de otro.-sonrío con un deje triste.-Tú no puedes prometerme que volverás, y yo no puedo prometerte que podrás dejarme segura y sola en alguna luna de mierda como si eso fuera seguro para mí. Queda bonito sobre el papel, pero sabemos que la probabilidad juega en nuestra contra.

Julian: La miro y vuelvo a llevar mi mano a su mejilla. No voy a hacerla entrar en razón... Y eso me da rabia.
Acaricio sus labios con mi dedo pulgar.
- Sabes de sobra que si no fuera por la situación te querría aquí, siempre.

Cassia: Mi sonrisa se vuelve algo más amable ante su caricia, y mi mano va directa a coger la que él ha usado para ello.
-Sabes que me encanta vivir aquí, aunque la gente no lo entienda.-le acaricio la palma con mi pulgar un momento antes de rodearle con mis brazos y volver a echarnos los dos.-Nadie va a morir, ¿de acuerdo? Ian ha sobrevivido a ello...-bromeo, con una risilla discreta.-No puede ser tan difícil.

Julian: - Ian sobrevivió escondiéndose detrás de mi - murmuro cogiendo sus brazos al volver a rodearme - La gente...dice demasiadas cosas, sí. Mas de las que deberían.

Cassia: -Bueno, no soy especialista en esconderme, pero puedo hacer un esfuerzo y agacharme.-bromeo de nuevo, intentando aliviarle un poco esa carga. En el fondo tenía razón; una sola taza de té y un masaje no iban a poder quitárselo de la cabeza.-La gente que habla demasiado es la que más complicaciones propias tiene.

Julian: - Deberían saber que hay cosas que hacen daño.

Cassia: -Date la vuelta y deja que reboten en tu trasero; tú sabes por qué estoy aquí.

Julian: - Lo intento - respondo - Pero sé que a veces tienen razón.

Cassia: -¿Por ejemplo?

Julian: Niego con la cabeza, sin querer contestar.

Cassia: Aprieto un poco mi abrazo, permitiéndole no contestar. Tampoco creo que sea necesario; si yo ya recibía comentarios sobre por qué alguien como yo volaba en un pedazo de mierda como la Orpheus, Julian debía recibir lo mismo con mucha menos educación.
-Son celos, capitán.-apoyo otra vez mi cabeza en la de él.-Porque me tienes gratis, y a todas horas. Mejor aún, recibiendo dinero tú a cambio.

Julian: Sonrío un poco, aunque vuelvo a negar con la cabeza.
- No, yo no te tengo.

Cassia: -Me quedaría en Athens mismo si no me tuvieras.

Julian: Cierro los ojos cogiendo aire al escucharla. Subo la mano a acariciar sus brazos y sus propias manos.

Cuando creo que he cogido el aire suficiente, junto al valor, vuelvo a girarme entre sus brazos. Pongo mi mano en su cuello y acaricio su nariz con la mía un momento, sin decir nada. Mi siguiente movimiento es besarla muy despacio, superficialmente.

Cassia: Definitivamente ésta había sido una mala idea, pero en la situación que me ha explicado Julian tampoco puedo hacer como si no hubiera deseado esto desde hace ya algún tiempo.
En un movimiento plenamente egoísta estimulo el movimiento de nuestros labios, y aunque sigue siendo un beso lento, es algo más representativo de todos nuestros sentimientos: el miedo a perdernos el uno al otro y a nosotros mismos, junto a aquello que nunca hemos dicho en voz alta.

Julian: Le añado un poco mas de intensidad, ya que ella ha respondido y no me ha separado.
A la mierda todo ya. Si va a pasar algo, al menos no dejaré nada sin decir. Subo mi mano de su cuello a su rostro, en una indicación de que no se separe de mi.

Cassia: El estómago se me pone del revés y me escuece como si hubiera recibido una herida de arma blanca; sé perfectamente por qué, pero eso no me detiene al rodearle el cuello con los brazos para apegarle más a mí.
Después de esto, ya no puedo simplemente irme. No quiero salvar mi vida a expensas de la de alguien tan importante para mí otra vez.
 

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11/05/2011, 23:32
Julian Crautchin
Sólo para el director

[Conjunta Julian&Cassia - "El después"]

Cassia: Llegó el momento en el que yo misma tuve que decirme que ya estaba bien, que probablemente me arrepentiría y que esto había acabado pareciendo que eramos dos idiotas desesperados, muy asustados de la muerte.
Eso no impedía, claro, que mi cuerpo ignorase hasta cierto punto mi lógica una vez habían probado los labios de Julian y habían sentido su cuerpo. En estas circunstancias, yo al menos no calificaría esto como "algo"...por mucho que me haya encantado, que haya aliviado mis propios miedos durante un buen momento.

El caso es que lo paramos a tiempo, pero no nos separamos el uno del otro. Julian se quedó dormido prácticamente al instante reposando sobre mi pecho, cuando volví a acariciarle la cabeza, y yo no tuve fuerza ni gana alguna para moverle con el riesgo de despertarle. La presión que debía cargar era demasiada, y al menos de esta manera conseguiría algo de reposo.

He llegado a pensar muchas cosas (una buena cantidad de ellas, y no pienso entrar en detalles), pero nunca pude imaginar a Julian dormido. La verdad es que pierde bastantes años de edad aparente, y tiene esa expresión de ingenuidad infantil con preocupaciones sencillas y ni un sólo recuerdo que pueda suponerle una tortura.

Le acaricio un poco la mejilla con un dedo, suspirando por la nariz.
Soy...soy muy idiota, en serio.

Julian: Me remuevo un poco al sentir algo que no puedo identificar pasar por mi mejilla. Entonces el recuerdo de lo pasado viene a mi. Debo haberme dormido y aunque quisiera seguir haciéndome el dormido para no apartarme de ella, sé que tengo cosas que hacer y gente con la que hablar.

Abro los ojos y llevo mi mano a coger la suya que me acaricia, suspirando un poco.
- Me he dormido sobre ti... - sonrío frotándome los ojos con la otra mano - Perdona.

Cassia: -Espero haber sido cómoda y no haberte dificultado el sueño.-le sonrío un poco también, aprovechando que se ha despertado para reacomodarme. Tengo el cuerpo dormido.-¿Te encuentras mejor?

Julian: Asiento con la cabeza y me separo ligeramente para dejarla espacio.
- Mucho mejor y mi cabeza ya no protesta, al final el té no estaba tan mal... - bromeo sonriéndole.

Cassia: -Te lo dije.-me doy algo de importancia, claramente en broma.-Te he dejado dormir un rato; espero que no haya interferido en tus cosas de capitán.

Julian: Río un poco, suave, y ladeo mi cabeza mirándola.
- Claro que no - niego y llevo una mano a su mejilla - Me has dado tranquilidad, que era lo que necesitaba - añado en un susurro.

Cassia: Dejo que me acaricie mientras le sostengo la sonrisa, pero no me atrevo a hacer gran cosa más. Mi típica vocecilla interna, mezcla de conciencia y demonio, me dice que ya he hecho por él lo que tenía que hacer para aliviarle y que puede marcharse.
-Bueno, para eso estoy...

Julian: Dudo un poco pero creo que una vez he probado sus labios, no podría olvidarme de ellos, de su tacto.
- Debería irme - le digo ahora pero hincho mi pecho de aire sin separarme de ella, cogiendo valor para preguntarle lo siguiente que pienso - ¿Puedo volver? - susurro acercando mi rostro al suyo.

Cassia: Imagino que por la impresión y el recuerdo aún fuerte de lo ocurrido hace media hora su presencia tan cercana me echa hacia atrás un poco.
-Si...si es lo que deseas.-asiento un poco con la cabeza, sin haber dejado de mirarle en ningún momento.

Julian: Sonrío cuando responde y rompo la distancia para besarla. Supongo que tenía miedo de que durante el tiempo que había dormido, ella hubiera cambiado de opinión.

Cassia: A pesar de que no le niego el beso tampoco lo alargo. Necesito que se vaya; ahora soy yo quien tiene la cabeza demasiado confundida como para que no le duela. Probablemente aproveche para lavarme un poco.
-Después repartiré el resto del té para todos, si necesitas más.-le informo, realmente por nada.

Julian: Aprieto un poco los labios pero no voy a decir nada, supongo que ya lo de antes se había salido de lo permitido entre nosotros.
- Está bien - asiento - Muchas gracias por todo - vuelvo a besarla pero esta vez en la mejilla, y me levanto estirándome una vez estoy en pie - Volveré un rato...después.

Cassia: ¿Qué cojones...? ¿DESPUÉS? ¿Como "después hoy"? Jooooder...Me paso una mano por el pelo, esta vez sonriendo con algo de nerviosismo. Definitivamente, ne.ce.si.to un aseo. Y no puede ser un aseo decente, porque incluso yo tengo que entrar en modo racionamiento de agua.
-Mei wen ti.-le digo, despidiéndole con la mano. Y luego me miro la mano.
Soy MUY idiota.

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12/05/2011, 21:34
Angel Drake

Miramos en otro camarote y por segunda vez en la cocina. Empezaba a aburrirme de dar vueltas sin sentido por la nave. No quería decepcionar a Kratos, pero siendo sincera conmigo misma, estaba cansada y, si iba a seguir despierta, se me ocurría alguien a quien me apetecía más ver que al famoso capitan. Vale, era muy pronto, pero tapoco había dicho cuándo quería que me pasase. Haría sólo una visita rápida de cortesía. Y puede que luego le comentase a Helena, si es que la encontraba, que podíamos organizar nosotros una comida de bienveida, para ue todo el mundo tuviera ocasión de conocerse y se alivasen un poco las tensiones. Tiré de la manga de Kratos.

- No creo que le vayamos a encontrar hoy. ¿Y si vas a descansar y ya le buscamos mañana? Son diez días de viaje, hay tiempo de sobra - le dije con una sonrisa cansada - Y si quieres probaremos técnicas de relajación - aprete su mano - Si necesitas ayuda o alguien con quien hablar ya sabes dónde encontrarme.

Me despedí con un abrazo rápido y me fui en dirección a la lanzadera. Habíamos pasado antes delante de ella, asi que no podía ser muy dificil encontrarla...

Notas de juego

Nota: Como Atrok esta desaparecido, he decidido poner ya una individual para que aura pueda subir nuestra conjunta. Bss

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12/05/2011, 22:06
Cassia Ren-Shen

{Conjunta Angel Drake/Cassia Ren-Shen}
|Lanzadera de Cassia|

Angel: Me detuve delante de la puerta de la lanzadera, dudando. Estaba nerviosa. Aunque no había ningun motivo racional, no podía evitar sentir el pulso acelerado y presión en el estómago. 

Levanté la mano para llamar pero la bajé inmediatamente. Me habia invitado, tenía todo el derecho del mundo a estar ahí. Qué diablos, solo había ido a ver su trabajo ¿verdad? No, para nada. Al menos tenía que ser sincera conmigo misma. Era inteliente, atractivo y me estaba comprtando como una colegiala idiota. 

Miré hacia atrás, no había nadie. Si Helena me viera se reiría. Lucy habría abierto la puerta y me habría empujado y yo me habría muerto de vergüenza. Por suerte, no se escuchaban pasos por la pasarela metálica que accedía a la lanzadera. 

Respiré hondo, deseando ser una de esas mujeres seguras y confiadas, como la acompañante, que no tenía problemas para atraer todas las miradas. Pero toda la confianza que tenía en temas académicos, investigación u organizando cosas, se desvanecía cuando estaba delante de alguien que me gustaba.

- Mierda - murmuré.

Me alisé la bata blanca que llevaba sobre mi ropa. Visto objetivamente era ridículo, sólo tenía que llamar. Y no es como si fuera más difícil que encontrar proveedores, negociar un contrato o conseguir contactos. En realidad debería ser más fácil. Volví a levantar la mano para llamar. Esta vez, no tuve tiempo de arrepetirme porque la puerta se abrio de golpe. Esbocé una sonrisa nerviosa. 

- Umm, ¿hola?... - miré a la acompañante por un segundo, había que joderse, encima me había equivocado.

Cassia: Había tenido que conformarme con un aseo de prioridad baja (es decir, un par de pasadas de esponja para ahorrar agua pero no sentirme una perra sucia), así que todavía me estaba toqueteando el recogido que me había hecho para disimular el pelo sucio cuando abrí la puerta de la lanzadera...y casi doy un grito al casi ir a dar un paso contra una mujer que estaba frente a la puerta de mi lanzadera, con la mano alzada, imagino que a punto de llamar.

Tengo que reirme para aliviar mis propios nervios, llevándome una mano al pecho. Había pensado una tontería muy gorda. Como que tenía un cuchillo en la mano que mantenía en el aire.

-Vaya...-suspiro, rascándome un poco el pecho.-¿Necesita algo?

Angel: Me dí cuenta de que aún tenía la mano levantada y la bajé. Mi mente recorrió a toda velocidad las clases de etiqueta que, en ese preciso momento, se me antojaron absolutamente ineficaces. Vamos, que no tenía ni la más remota idea de qué hacer o decir. Esbocé una sonrisa tranquilizadora, eso solía funcionar casi siempre. Luego decidí presentarme, no nos conocíamos, luego tampoco podía ser demasiado erróneo.

- Siento haberla asustado. Soy Angel Drake - dije con voz calmada, suave. Volví a sonreir; parecía que tenía una risa nerviosa - Disculpe, ¿se encuentra bien?

Cassia: -¡Oh, claro!-vuelvo a reír, pasándome esta vez la mano por la frente.-Bueno, no llevo una buena racha para mis nervios, precisamente; con todo este caos no tengo siquiera tiempo para meditar como es debido...-inclino yo la cabeza a modo de saludo con un toque.-Cassia Ren-Shen; encantada.

Angel: Esbocé una sonrisa tranquilizadora, la misma que usaba cuando venía la gente nerviosa porque había habido un accidente o cuando se avecinaban problemas, los nervios nunca ayudaban... lo que hacía aún más patético mi situación anterior delante de la puerta. Claro que esa era una de esas cosas donde la racionalidad y las emociones no estaban equilibradas. Mi postura era relajada y poco amenazadora, ya era la tercera persona de la tripulción sobrepasada por el estres. Primero Ian, aunque eso era más justificable, tenía mucha presión con tanto paciente. Claro que su actitud dejada era algo preocupante. Luego Kratos, que claramente se sentía poco apreciado y con exceso de trabajo. Y ahora Cassia. Incliné la cabeza imitando su gesto, eso solía ser un buen método para hacer que la gente se sintiera más cómoda. Luego decidí que era mi deber intentar solucionar el problema, porque los nervios y la tensión eran algo contagioso. En una nave tan llena de gente, la energía se transmitía con rapidez. 

- Tal vez pueda ayudar con un poco de psicomagia y rituales de purificación. Debes dejar que tu energía fluya y desbloquee tus chakras. 

Cassia: Casi no me lo creo cuando la oigo. Alzo las manos y la mirada un momento hacia el techo.

-¡Gracias!-resoplo.-Me estoy estancando por momentos; me parece que por mí misma soy incapaz de reestablecer mi equilibrio interior, y eso sólo termina de bloquearme aún más.-pongo los ojos en blanco.-Me parece que mi lanzadera es demasiada pequeña para una limpieza de este calibre.

Angel: Empezaba a confirmarse mi intuición inicial de que el karma me había guiado hasta aquí. Debía estar aquí porque tenía trabajo que hacer. La cogí de la mano con suavidad. En realidad me estaba tomando ciertas libertades pero creo que, en el fondo, siempre había sido así. Tampoco pensé que le importase demasiado. 

- El espacio es sólo una limitación si tu permites que lo sea. Debes liberar tu espíritu de las ataduras autoimpuestas por tu mente. - la guie hacia el interior. Tenía una habitación muy bonita, se notaba que cuidaba los detalles. Le indiqué que se sentase  miré a mi alrededor. Preparar una infusión, preferentemente un poco de roibois.

- Cuéntame, ¿qué te preocupa? ¿Tienes algo para preparar infusones? Creo que llevo algo, pero me temos que mis reservas son... poco habituales - bueno, era una forma de decir que no tenía identificdo la mitad de mis hierbas porque me las había enviado Lucy.

Cassia: En realidad estaba huyendo de otra cosa del interior de mi lanzadera, pero tampoco era como si fuera a decirle "¡No! ¡Ni hablar! ¡El olor me está torturando y no me deja pensar!"...Así que no tengo más que acceder y arrodillarme otra vez en el lecho de cojines. "Mierda...", pienso.

-Agradecería una no infusión, realmente...-me masajeo una sien, volviendo a sentir ese maldito dolor de cabeza.-Tomé como tres o cuatro tazas de una infusión que hice yo misma, de melisa, y tila...no sé qué más le eché; estaba bastante desesperada por dormir, y me quedaba poco que mezclar. Y acabo de gastarlo todo en hacer una última remesa de ello; lo he guardado para compartirlo más tarde con el resto. Conseguí dormir, y muy bien, pero odio el té. En serio.

Angel: La observe por un segundo, no estaba en equilibrio y se notaba que se esforzaba demasiado en obtener una calma artificial en lugar de dejar que las cosas fluyeran. Pero no importaba, tenía más recuersos para lograr la calma. Sonreí de forma cálida y reconfortante. 

- No te preocupes, probaremos otra cosa. Voy a emplear unas técnicas de reiki para canalizar la energía positiva a través de tu cuerpo y desbloquear tus chakras. Después podemos hablar sobre lo que te esta perturbando y encontraremos una solución a los problemas. - la hice tenderse sobre una alfombra. Luego me froté las palmas de las manos para después extenderlas hacia arriba. Ahora estabamos rodeados de estrellas y energía, pero por costumbre seguía levantándolas hacia arriba. Por último, coloqué mis manos sobre ella, dejando que la energía fluyese - relájate,-susurré- deja que la energia se lleve la tensión, los nervios. Todo va bien.

Cassia: Vale, voy a decir una cosa...Nadie me hacía esto desde que estaba estudiando. Y al ser consciente de ello, de pronto, siento que sólo tengo quince años. Inspiro y expiro controladamente.

-Tengo el maldito anajata saturado de negatividad...-murmuro, como si acabara de percatarme de que mi chakra del pecho es mi puto problema.

Angel: Efectivamente, podía notar el bloqueo y una extraña resistencia a dejar que la negatividad saliera. Mantuve mis manos sobre anajata y la miré con calma. Sin dejar de canalizar la energía hacia ella, le dije:

- Ya sabes lo que debes hacer para liberarte de esa energía negativa. Háblame sobre ello, deja que todo salga. - mi voz era dulce, intentaba transmitirle algo del equilibrio que necesitaba.

Cassia: ¿Hablar sobre ello? Bufo, cerrando los ojos. Eso no es lo mío...Yo suelo estar donde está ella, y no la que está echada. Es muy extraño, pero creo...creo que ahora mismo lo necesito mucho.

-Supongo...bueno, es que en el fondo no me extraña que tenga el anajata sobrecargado; es lo que acaba sucediendo cuando te educan para que tus sentimientos no sean tomados en cuenta.-empiezo, pero sin saber cómo. Como tengo quince años, no tengo coherencia ahora mismo. Creo que me dominan las hormonas. Era bonito poder echarle siempre la culpa a ellas.-Y claro, te tienes que callar cosas. Y la gente habla contigo de lo que siente, pero tú no hablas con ellos. Y si te enamoras, tampoco puedes decirlo.

Angel: Asiento comprensiva, era algo que podía entender y estaba claro que debía trabajar sobre ello. Vuelvo a levantar las manos canalizando la energía del universo, completamente concentrada en la tarea. Mi mente ha dejado atrás todo lo que no sea sanar aquella herida emocional. 

- No puedes negarte a ti misma, debes dejar que tu corazón y tu mente se equilibren - dijo - Sé que notas la necesidad de expresarte, de hacer saber al mundo quién eres, cómo eres y de compartir esos sentimentos. No te niegues a ti misma. El universo es demasiado grande para encerrarnos en nosotros mismos.

Cassia: -Tú mismo mereces tanto amor como el resto del universo...-recito automáticamente; conozco ese discurso, y supongo que por eso no entra en mi cabeza ni ejerce ningún efecto purificador en mi anajata. Eso sí, al menos estoy menos inquieta. Incluso puedo ignorar 'su' olor.-Si me negase a mí misma creo que las cosas hubieran sido distintas. Quizá mejores, y no estaría donde estoy; elegir entre mis sentimientos y mi oficio.-abro los ojos para mirar la lámpara del techo.-Aún estoy pagando mi deuda con el karma por la última vez que elegí mis sentimientos.

Angel: Su voz sonó sin emoción, sin fuerza. Era evidente que se aferraba al lastre emocional que la impedía estar en equilibrio. En cierto modo, era como si temiera la libertad y se escondiera. Por un momento tomé conciencia de lo que nos rodeaba. Al igual que cuando había dicho que estaba harta del té, parecía que no se sentía cómoda en su propio cuarto. Era como si aquella habitación estuviera decorada para otros, no para ella misma. Decía no negarse pero, de hecho, su afirmación sobre elegir entre sus sentimientos y su profesión, demostraba que sí que lo hacía. Medité por un segundo antes de continuar. 

- Escúchate, recitas palabras en las que no crees. Si tu oficio entra en contradicción con tus sentimientos, en ese caso puede no ser la elección correcta. Es una falsa dicotomía, porque tanto tu lado racional, responsable, como tu lado emocional, son parte de ti. ¿Acaso el karma no te estará diciendo que no puedes seguir negando una de tus dos partes? Antes dijiste "si te enamoras, tampoco puedes decirlo" ¿por qué no? ¿qué te lo impide? ¿o qué te impide hablar ahora de cómo te sientes? Ser una acompañante no significa que no puedas sentir o amar y, quien de verdad te quiera, debería aceptar también esa parte de ti, tu profesión. Asumiendo, claro esta, que esa profesión te guste, pero eso es algo que sólo tu puedes decir. - por un momento esbocé una sonrisa divertida - Yo odiaba la administración, pero al final eso forma parte de mi tanto como lo demás y aprendí a usarla de forma que sentía que merece la pena. En el fondo es lo mismo, debes buscar el modo de que lo que haces te aporte algo positivo y no renunciar a la mitad de ti misma. 

Cassia: Ladeo la cabeza hacia el lado contrario, hinchando el pecho...finjo que es porque el recogido me molesta para estar boca arriba, pero es porque necesito mirar algo totalmente inanimado para pensar. Me fastidia un poco que todo el mundo lo vea tan fácil, pero nadie comprende realmente el coste y sacrificio que supone ser acompañante.

-Adoro mi trabajo...-susurro, llevándome un dedo a la boca para acariciarme los labios distraidamente.-Sé que no lo parece por todo lo que digo, pero es gratificante cuando tus palabras y tu arte sirven para aliviar un corazón cansado. Pero admitir en voz alta que estoy enamorada sólo me traería una galaxia de problemas; nadie paga por algo que otro ya tiene por gratis. También sería egoísta por mi parte hacerle pasar a él por semejante tortura.-me paso la mano por la cara. Estoy donde estaba antes de intentar salir de la lanzadera.

Angel: Escucho con atención. Poco a poco iba sacando lo que le preocupaba y era cuestión de tiempo que llegase a la respuesta que necesitaba para recuperar su paz. Modifiqué la posición de mis manos, adaptandome a su nuevo estado de ánimo. 

- Si tu trabajo te hace sentir bien, entonces no debes renunciar a él. Pero tampoco debes renunciar a tus otros sentimientos. - me mordí el labio un segundo, sabía que ayudar a otros podía ser duro y tenía sus sacrificios, pero no significaba que tuvieras que renunciar a tus propios sentimientos - Saliéndome de lo que es curación en sí misma, no estoy de acuerdo en tu apreciación económica. Existen las modas y el efecto imitación. Sin contar con que tengo entendido que el servicio de las acompañantes es personalizado y diferente de cliente a cliente. Pero eso es otro asunto, creo que aquellos que necesiten tu ayuda la buscarán igualmente y, los que dejen de hacerlo, tal vez no la merecieran en primer lugar. Respecto a lo de "pasar semejante tortura", ¿a qué llamas tortura? Si él te corresponde, te aceptará tal y cómo eres, sin renunciar a esa otra parte de ti que es ser acompañante. El amor sano jamás puede ser posesivo. Y es una decisión que no puedes tomar por él. - suspiré - No digo que sea fácil, pero no podemos dejar que el riesgo o el miedo determinen las elecciones que hacemos en la vida. - la miré a los ojos por un momento  - ¿Acaso me recomendarías que regresase al núcleo porque aquí hay problemas aún sabiendo que no es lo mejor o lo que siento que debería hacer? 

Cassia: Lo medito en silencio, sin percatarme siquiera de que realmente había empezado a respirar con más tranquilidad. Por lo menos ya no estoy de los putos nervios.

-Una debe hacer lo que siente que deba hacer.-le respondo, sonriendo un poco. Y aunque siempre he sabido esto, es como si acabara de descubrirlo nuevamente.-El capitán puede no ser exactamente maduro a veces, pero tampoco aprenderá si no le permito que aprenda.

Angel: Me alegré de notar que empezaba a aceptar lo que su corazón ya sabía. Naturalmente eso no significaba que el problema ya estaba resulto, pero la menos había dado el primer paso para la recuperación. La noté más tranquila, casi en calma. Decidí que ya había empleado suficiente reiki y que debía pasar a otro tipo de trabajo para equilibrar sus chakras. Con cuidado la hice sentar, con las piernas cruzadas. Luego me senté frente a ella, en la misma posición y cogí sus manos. 

- Aunque pueda existir un conflicto inicial, todo saldrá bien - dije con completa convicción - Incluso cuando nos equivocamos tenemos un crecimiento personal. - luego esbocé una sonrisa conocedora - Respecto a la parte comercial yo diría que no tienes de qué preocuparte, diría que la nave esta llena de oportunidades. Aunque no he requerido los servicios de acompañamiento nunca, sé que reconocer a los posibles clientes forma parte del entrenamiento - esbocé una ligera sonrisilla recordando cómo las había visto rodear a mi primo mientras que sistemáticamente ignoraban al socio gay de mi padre - Pero si realmente lo necesitas, podría intentar conectarme a la terminal publica de cortex para ver si puedo localizarte clientes en Athens. Lo del capitán... bueno, es un trabajo que le corresponde hacer a él mismo. Y considerando lo poco accesible que es, no puedo ofrecerte hablar con él - me permití un suspiro recordando el intento fallido de Kratos por presentarmelo.

Cassia: -Tranquila; puedo buscar clientes yo misma desde mi terminal.-tomo sus manos también, corrigiendo mi postura para poder tomar aire correctamente.-Realmente no sé qué encontraré, pero habrá que intentarlo; cuanto más gane más podré ayudar a reponer provisiones en la nave. Con respecto al capitán...-suspiro, cerrando los ojos.-No es necesario. Tendré que hablar con él de todas formas más tarde. Pero agradezco la intención.

Angel: Sonreí con satisfacción, el ver que volvía a encontrarse en condiciones de enfrentarse a los problemas y dificultades era una señal de que estaba mucho mejor. Comparado con cómo estaba justo cuando me la encontré en la puerta de la lanzadera era un gran avance. De hecho, en aquel momento comprendí que el motivo de mi equivocación era la forma que tenía el karma de enviarme al lugar en el que debía estar. Tenía perfecto sentido y supe que, de algún modo, lo que había sucedido ahora, afectaría a lo que sucediera después en la nave. No cuestiones el karma, me recordé. Sonreí satisfecha, feliz. 

- Si vas a hablar con el capitán, sería bueno que le transmitieras la preocupación de... - dudé un momento y decidí no dar nombres, la discrección era importante para generar confianza - alguno de los tripulantes sobre la gestión de reservas y provisiones, así como del control de los pasajeros. Creo que es necesario reequilibrar el feng shui de la nave para que se diluya el estrés y tensiones de la nave. - sonreí de forma amistosa - si necesitáis ayuda podría intentar organizar algo pero es muy importante aportar tranquilidad, seguridad y sensación de que todo irá bien, tanto a tripulantes como pasajeros.  Ahora creo que deberíamos entonar un mantra de agradecimiento por todo lo que hemos aprendido hoy. 

Cassia: Suspiro hondamente cuando menciona el feng shui de la nave, como si fuera una vieja historia gastada. En mi mente lo es, pero intento discutir con Julian de eso lo menos posible desde la última pelea que tuvimos al respecto.

-Bastaría con eliminar el bloqueo del comedor para que todo fluyera con más suavidad y se armonizase la energía de la Orpheus; hace seis meses que lo vengo diciendo, pero no es información que el capitán tome en serio.-le explico, pero algo me dice que eso no le bastará. Tampoco me bastó a mí el primer 'no', ni el segundo.-Veré que puedo hacer al respecto, de todas formas.

Mucho más decidida, recupero mi compostura para disponerme a seguir el mantra que ella elija. Desde luego, será mucho más efectivo que cantarlos yo sola.

Angel: Personalmente creía que para re-equilibrar el feng shui, habría que trabajar en el conjunto de la nave, no sólo el comedor. Pero sin duda aquel era el lugar más conflictivo. Con todo no convenía darle más vueltas de momento, era mejor trabajar de forma constante pero continua. 

- Si el capitán no toma en serio el bienestar de sus pasajeros y tripulantes, tal vez debamos buscar nuevos modos de transmitirle ese mensaje. Por otra parte, si se ve sobrepasado en el ejercicio de sus funciones, tal vez necesite ayuda. En realidad creo que la experiencia de hacer más acogedora la nave podría ser una experiencia muy positiva para todos y que sirva para crear y mejorar los vínculos entre las personas que viajamos en ella. Eso y que la gente ocupada no se mete en problemas.

Cassia: -No hará demasiado si no están todos receptivos a ello; es posible que haya otras actividades comunes que hagan mejor ese papel.-observo, porque puedo visualizar ya perfectamente caras de asqueo total a lo de ordenar.-Tampoco hay tanto por hacer; el comedor no permite el flujo correcto desde la sala de máquinas al puente, y el paso hacia abajo queda impedido por un bloqueo general en el cuello y en las escaleras que llevan a la enfermería. Pero si se te ocurre alguna manera de que el capitán entienda eso, estará bien oírla.

Angel: En realidad no veía tanto problema, era más un asunto de inmovilismo. Estaba claro que al famoso capitán del que todos hablaban pero al que no había visto por ninguna parte, le aterraban los cambios, incluso aquellos que podían ser positivos. Ese era el motivo de que estuvieran todos tan nerviosos. 

- ¿Has probado a decirle que una mayor armonía y orden le ofrecerían más posibilidades de negocio? Un mejor aprovechamiento del espacio supone una mayor capacidad de carga, así como dar una imagen de eficiencia y transmite la idea de que se cuidará mejor la carga. Por lo que he escuchado, estaba buscando nuevos clientes y parte de eso es vender una imagen...

Cassia: Todos esos argumentos ya se los había dado a Julian con el tiempo, pero creo que ahora sería un buen momento para volver a sacarle el tema. Y desviarle un poco del otro.

-Creo que sabré abordarlo.-asiento, sonriendo un poquito.-¿No íbamos a cantar un mantra?

Notas de juego

Me siento en la obligación de disculparme por tanto ir y venir...apufff...

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13/05/2011, 21:20
Stan el Fed

Stan mira sus cartas, absorto en sus cosas. Como buen pre-jubilado prefiere mantenerse al margen de discusiones, ya tuvo suficiente con el disparo sufrido. Aún le duele la herida pero se siente tremendamente afortunado por haber sobrevivido, a pesar de todo.

-Bueno, hora de empezar a alegrar el juego, no creen Señores?- dice éste a Rousseau y a Jack, que parecen ser los jugadores que quedan en pie, tras la marcha de Dariel y luego de Cassia. Pone un par de billetes, subiendo la apuesta iniciada por Rousseau, y vuelve a mirar sus cartas. Luego se da por satisfecho.

-Pronto será el Dia de la Unificación. Nos tocará vivirla aquí dentro, harán algo en especial?- pregunta éste, como forma de dar algo de conversación. Es un tipo afable y agradecido con el Verso, en cierto modo.

Notas de juego

Bueno, por fin le veis la jeta a Stan, q debe ser el pnj anodino más duradero de la historia del rol xD

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14/05/2011, 09:59
Joseph "Pinky" Rousseau

Y ya se ha marchado de nuevo Cassia, aquí aun han de aprender lo que es una buena timba

Igualo la apuesta de Stan con gesto indiferente y cambio una carta, mientras espero a que Jack hable niego con la cabeza

-¿ya llega el dia de la Unificación? nunca he sido demasiado patriótico la verdad. Y en esta nave espacial, cortos de comida, de bebida. Y la tripulación no parece muy animada la verdad. Y de todos modos no creo que sea el pasaje quien tenga que organizar actividades a bordo-

Claro que el capitán tampoco me ha dado muy buena impresión como para verle organizando una fiesta por el dia de la Unificación

-¿tu no luchaste en la guerra Jack? igual deberías hablar con el capitán y montar algo-

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14/05/2011, 20:42
Angel Drake

Angel: Vale, tras visitar la lanzadera equivocada, no me quedaba más remedio que aceptar que no sería hoy cuando volviera a verle. De hecho, era tan lamentable que ni siquiera sabía cómo se llamaba. Y no es que no pudiera investigarlo, pero habría estado fuera de lugar. Desande el camino hasta el hangar. La partida póker seguía como si nada había pasado desde la última vez que había pasado por allí. La misma gente con la misma cara de aburrimiento. Y entonces me di cuenta de algo.

 

Atravesé la habitación hasta la mesa de póker y me planté delante de Rousseau con las manos en las caderas.

 

- No me digas que aún no te has pasado a que te cambien el vendaje ¿es que quieres perder la pierna? - eché un vistazo al resto y luego medité un momento - Bueno, creo que tengo algunos vendajes. Si quieres puedo hacerlo yo.

 

Rousseau: Pareja de reinas, no es mala jugada. Seguro que mejor que la de Stan, el pobre es muy fácil de leer. Jack en cambio resulta más complicado. Mientras estudio mi jugada alguien me interrumpe. Angel creo que se llamaba.

 

-¿la pierna?- miro hacia mi pierna vendada, ahora que lo dice la noto entumecida, pero nada como una partida para olvidarse de los males del mundo y propios -¿seguro que no puede esperar a que acabe la partida?-

 

Angel: Niego con la cabeza, el póker a fin de cuentas era mera estadística, nada de estrategia con el pay shó, pero sabía de sobra lo fanática que podía ser la gente con estas cosas. Me encogí de hombros.

 

-      Puedo cambiártelo aquí mismo. Bájate los pantalones – le indiqué mientras sacaba mi botiquín con yodo y vendas. Luego eché un vistazo por encima de mi hombro, tenía las cartas boca abajo pero no se movía – Vamos, ¿a qué esperas?

 

Rousseau: Enarco una ceja y miro a mis compañeros de juego que parecen muy interesados con el trascurso de la conversación. Vuelvo a mirar mi mano, estoy seguro de poder sacar un trío... Maldiciendo entre dientes dejo las cartas en la mesa y me levanto, demasiado rápido pues una punzada en la herida me hace recordar que igual si tiene razón Ángel. Mi frente se perla de sudor y me pongo un poco pálido, me siento de nuevo.

 

-          bueno, caballeros, supongo que no verán nada que no hayan visto en otra ocasión, y además...- dejo las cartas en la mesa poniendo unos créditos mas -subo- ya con las manos libres empiezo a bajarme los pantalones -adelante, supongo que tampoco veras nada que no hayas visto ya-

 

Angel: Levanté una ceja ante la escenita. Con un par de dedos moví las cartas, aun boca abajo y sin levantarlas hacia un lado. Luego aparté un poco las fichas y coloqué mi equipo.

 

-          En tu caso no, te hice los primeros auxilios en la skyplex ¿recuerdas? -  olfateé un poco – Espero que no estés mezclando el alcohol con los analgésicos – me agaché y eché un vistazo al vendaje sucio, realmente necesitaba cambiarlo.

 

Rousseau: un poco fastidiado por la forma de actuar de Angel sigo su mirada, la verdad que el vendaje tiene mal aspecto.

-¿vas a poder cambiar las vendas aquí? sino acabaremos esta mano en un momento. ¿Vais?- lo último se lo pregunto a Jack y a Stan, empieza a ser incomodo jugar así.

 

Angel: Me detengo un momento y le miro aún agachada. ¿Era su forma de recordarme que la primera vez no fui capaz de sacar la astilla? Y si podía dejar  la partida a medias ¿a qué diablos se baja los pantalones en público?

 

-          Una camilla o una cama sería mejor,  pero no es como si nos sobrasen en este momento. Me da lo mismo dónde cambiarte el vendaje. Y si hubieras pasado por la enfermería como Stan no estaríamos discutiendo.

 

Rousseau: Vaya, Stan ha sido un enfermo bueno, lo miro de reojo la situación se me empieza  a hacer un poco incómoda y voy a replicarle algo desagradable, pero verla entre mis piernas me hace dudar, demasiadas partes sensibles a su alcance

 

-          bueno, espero que estés contenta, has conseguido arruinarme la partida-

 

Me vuelvo a levantar y me subo los pantalones notando de nuevo el pinchazo de dolor en la pierna

 

-          vamos a la enfermería y hagamos esto bien - -me retiro caballeros, disfruten de mi dinero- odio perder, esta noche tendré que recuperar ese dinero

 

Angel: Pongo los ojos en blanco y recojo mi equipo, estaba casi segura que lo estaba haciendo por el espectáculo. Porque si desde el principio podía dejar a medias la partida. ¿No podía haberse ahorrado lo de antes?

 

-          No me culpes por lo de la partida, cualquiera puede calcular las probabilidades con sólo tres jugadores. Además, ya te dije que sí que podía cambiarte aquí los vendajes. – sostuve su mirada.

 

Por un momento se me pasó por la cabeza que si dijera que no me culpase por la mala mano le habría ayudado con mi mentira, pero me abstuve de hacerlo. Luego, cuando veo que le cuesta sostenerse en pie, me acerco para sujetarle.

 

-          No deberías apoyar tanto peso en la pierna aún –  paso su brazo por encima de mis hombros. Pesa demasiado para mí.

 

Rousseau: Le miro con furia, ya estamos con lo de las probabilidades, lo típico que dicen siempre los que no saben jugar al póker, se olvidan por completo del factor humano. Casi  me apetece dejar que me sostenga ella sola, pero es evidente que no podrá y le señalo la muleta que improvise esta mañana para poder moverme por la nave.

 

-          ya me ocupo yo gracias - Apoyándome en la muleta voy a la enfermería a saltitos

 

Angel: Le ayudo con la muleta y niego con la cabeza, no entendía por qué ponía tantas dificultades para algo tan sencillo como cambiar una venda. Le sigo a su ritmo, con paciencia.

 

-          No sé porqué te molesta tanto. Es por tu bien ¿sabes?

 

 

Rousseau: Suspiro, se que ella tiene razón, siempre me tomo demasiado en serio el poker, por eso me dejo mi primera mujer, y la segunda

-          Si, tienes razón. A veces... bueno, me meto demasiado en el juego-

 

El que me lo hayan dicho tantas veces y haber ido a terapia de desintoxicación no hace que volver a decirlo sea menos incómodo

 

-          venga, prometo portarme bien mientras me cambias el vendaje-

 

Una vez lejos de la mesa de juego  me relajo visiblemente

 

Angel: Cuando llegamos saludo a Wladimir y le dedico una sonrisa agradecida. En realidad era probable que Rousseau fuera más el tipo de persona que él necesitaba.

 

-          No te preocupes, ya me encargo yo – le digo a Wladimir. Después ayudo a Rousseau a sentarse la camilla. Dejo que se baje los pantalones – De todas formas esa partida tampoco parecía muy animada, no creo que estuvieras tan metido en ella – comento distraída mientras empiezo a retirarle el vendaje

 

Rousseau: Me siento en la camilla y más relajado dejo que Angel vaya haciendo lo necesario.

 

-          no, la verdad que el ambiente no acompaña nada. Pero una partida es una partida-

 

Me encojo de hombros como si eso lo explicara todo, aunque dudo que ella comparta mi opinión.

 

-oye, ¿y tú? me parece que no eres miembro de la tripulación, o que no lo eras al salir de skyplex al menos, ¿cómo has acabado aquí?-

 

Mirándola no parece encajar con este ambiente, incluso menos que Cassia, de algún modo.

 

Angel: Dejo el vendaje sucio a un lado. En el núcleo lo normal habría sido tirarlo, pero me resistía a tirar nada que pudiera ser reciclado de algún modo. Luego busco algo para limpiar la herida. Esta mejor que la última vez que la vi, al menos ya esta cicatrizando.

 

-          Umm – respondo absorta mientras estudio la herida – No, no formo parte de la tripulación, estoy de camino a Whitefall. Solo estoy echando una mano en la enfermería. Tiene mejor aspecto, Ian sabe lo que hace.

 

Rousseau: Miro la herida y asiento, supongo que tiene mejor aspecto que antes, aunque es difícil de decir.

 

-supongo que si, aun no le he dado las gracias al doctor. Camino a Whitefall, ¿que hay en whitefall?-

 

El nombre no me dice nada, tantos planetas, y supongo que ese no entrara dentro del circuito de póker, no en el importante al menos

 

Angel: Busco algo con lo que limpiar la herida.

 

-          Esto escocerá un poco, aunque con lo que has bebido no creo que lo notes demasiado. Deberías tomarlo con un poco más de calma. ¿No se supone que para jugar es mejor tener la cabeza despejada? – Luego me doy cuenta de que he ignorado por completo su pregunta – No demasiado, unas cuantas minas y granjas. – Y si, estaría bien si le das las gracias a Ian, ha estado trabajando muy duro con tantos heridos.

 

Rousseau:

 

-el alcohol no me afecta- como desmintiéndolo doy un pequeño salto en la camilla al notar el escozor en la herida -el alcohol bebido- aclaro

 

Pongo mala cara cuando describe whitefall -suena como un agujero lleno de paletos, ¿para qué diablos vas ahí? no creo que ellos te merezcan, ni que tú te los merezcas a ellos- me pone malo pensar en esos planetas subdesarrollados, es como si les gustase ser unos pordioseros medio-analfabetos.

 

Angel: Me detengo por un momento para mirarle a la cara. Estaba claro que era otra de esas personas que despreciaba todo lo que no fuera del núcleo.

 

-          ¿Y por qué no iba a ir ahí? Que tengan menos recursos no significa que no merezcan ayuda. Suenas como mi padre. Apuesto a que le caerías bien con todo ese rollo sobre los colonos – esbozo una sonrisa irónica – Pero si tan poco te gustan, ¿qué haces tan alejado del núcleo?

 

Rosseau: Suspiro, una idealista, genial. Aunque supongo que le pega.

 

-          eso me gustaría saber a mí, estos últimos años han sido bastante raros, de un lado a otro, de una competición a otra. Estar alto en el top del circuito es complicado ¿sabes?

 

Ya estamos hablando otra vez de mí, esta chica parece muy inocente, pero se las apaña para sacarme información con demasiada facilidad. Decido girar la conversación, o intentarlo de nuevo

 

-          ¿y vas a Whitefall con esa psicópata tuerta o solo coincidiste con ella en la estación?-

 

Angel: Seguía concentrada en limpiar bien la herida. Esta vez no levanté la vista mientras me hablaba sobre el circuito de póker. Estaba claro que en el fondo le apetecía hablar, probablemente hasta lo necesitaba o, al menos, esa era mi experiencia con la gente que insistía en autodestruirse con él.

 

-          Se llama Helena y no es tan mala. – me muerdo el labio, vale, no era del todo cierto, sabía de sobra que tenía mala reputación pero, qué diablos, a mi me había ayudado varias veces, aunque también me metiera en líos – La vida fuera del núcleo puede ser dura, pero seguro que viajar también tiene sus alicientes ¿no?

 

Rosseau: Miro mientras me venda la pierna, tiene madera de enfermera, o de trato con la gente en general. Un par de años en esos mundos subdesarrollados acabarán con todo su encanto, lo he visto demasiadas veces

 

-          En la mitad de los planetas apenas hay nada mejor que ver que algunos núcleos donde los ricos se esconden del resto del planeta. Pero en la otra mitad si suelen encontrarse cosas y personas que merecen la pena. La mitad del verso son muchos planetas - Me rio por mi propio comentario -se te nota que eres del núcleo, ¿porque te vas a un planeta de mala muerte? y no me digas que a ayudar, se puede ayudar en el núcleo. La gente no cruza medio verso para eso. ¿Huyes de alguien?-

 

Angel: Era evidente que no entendía absolutamente nada. Era incapaz de ver que había algo más que reuniones sociales encorsetadas y vidas programadas. Saco una venda limpia y comienzo a ponérsela.

 

-          Tampoco es como si escondiera mi origen, pero te equivocas. Incluso diría que eres tu quien huye. – le miré a los ojos – No hay más ver cómo te comportas. Eres tu quien no está cómodo aquí. Es evidente que odias todo esto y, sin embargo, aquí estas. – Esta vez no reanudé mi tarea y me quedé a ver su reacción.

 

Rosseau: Pongo cara sería como si hubiera encajado un golpe, luego hago un intento de risa y finalmente vuelvo a ponerte serio

 

-          vaya, ¿psicóloga? si, es cierto que esto no me gusta, perdí mucho dinero en skyplex, me hirieron, una loca casi me mata y he acabado hacinado en una nave que huele a establo-

 

Es evidente que no se refiere a mi situación actual en particular sino a mi vida en general, pero me esfuerzo en ignorarlo

 

-          bien ¿y qué propones para salvar mi alma? ¿medicación tres veces al día y un grupo de ayuda?-

 

Me estoy poniendo a la defensiva, no me gusta, y sigue desviando la conversación a hablar de mí.

 

Angel: Decido ignorar el hecho de que ya es la segunda persona hoy que me confunde con una psicóloga. Es como si aquí la gente no hablase entre ella, no dejase fluir la energía.

 

-          Podría ser peor, podrías estar muerto o haber perdido la pierna. Creo que en el fondo tuviste suerte. – sonreí ligeramente. – El dinero va y viene. Si no fueras tan negativo, verías una de las ventajas de no estar en el núcleo. Puesto que aquí nadie sabe quién eres, puedes permitirte el lujo de ser tu mismo.

 

Reanudo el trabajo de vendarle, creo que es probable que eso le haga sentir más cómodo y relajado. Así le facilito que hable de lo que necesita.

 

-          ¿Acaso no hay nada de este viaje que te guste?

Notas de juego

La pongo en dos partes porque salió muy larga.

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14/05/2011, 20:43
Angel Drake

Rosseau: Miro a Ángel unos segundos pensando en su pregunta con más atención de la que le he prestado hasta ahora.

-          Algo que me guste- murmuro mirándola con más atención y finalmente sonrío -supongo que la compañía no está mal del todo. La tripulación parece una panda entretenida, con suerte ese Kratos pondrá en su sitio a Helena. Aunque no sé si el capitán le dejará. Jack es un buen tío, no solo sabe jugar además da confianza. Y tú tampoco estás mal. Aun no me has dicho porque te vas a ese planeta, ¿no será por un chico?-

 

Es como si de repente recordara que es una mujer, y además una bastante atractiva, y mi sonrisa pensativa se queda en mi cara.

 

Angel: Ajusto el vendaje lo justo para que no quede flojo ni apreté demasiado. Incluso sin ver su cara noto que se está relajando, lo que es bueno con toda la tensión en la nave.

 

-          Con suerte no se peleen – respondo a su comentario sobre Kratos y Helena, lo último que hacía falta era eso. Por un momento sonreí, sonaba mucho menos negativo. Luego paré lo que estaba haciendo y le miré desconcertada - ¿Un chico? ¿eso es lo que parece? – negué con la cabeza y me reí un poco – Huidas, chicos, como si tuviera que pasar algo para salir del núcleo. Pero si quieres saberlo, primero tendrás que contarme por qué odias tanto las colonias.

 

Rosseau: No hay manera de hacer que hable de ella, es como un muro. Pero ahora ya no me desespero por eso, lo ha conseguido de nuevo.

 

-          ¿necesitas algún motivo para odiar las colonias? son pobres, incultos y además parece que estén orgullosos de eso, excepto cuando piden, comida, medicinas, dinero. Como si fuera culpa de la gente del núcleo que ellos prefieran irse a vivir en la pobreza. Tienen todo lo necesario para vivir bien, pero insisten en su pobreza para poder echárselo en cara a la gente del núcleo-

 

Suelto el discurso con facilidad y sin dar muestras de tensión o de que me afecte, es un hecho, como hablar de algo tan normal que cualquiera lo sabe y lo da por sentado.

 

-          tu quieres ir y ayudar, para ser mejor persona o algo así, tal vez para demostrarle a tus padres que eres mejor que ellos o para ganar el corazón de alguien. Adelante, cuando estés un par de años en las colonias te darás cuenta de que no merece la pena-

 

Paso la mano por el vendaje como comprobando que está bien puesto, aunque mis ojos no se separan de los de Angel.

 

-          ¿me equivoco en algo?-

 

Estoy seguro de que me dirá que si, pero bueno, creo que los dos nos conocemos un poco mejor ahora.

 

Angel: Levanto una ceja, definitivamente podría ser uno de los múltiples amigos de mi padre. Pero hacía tiempo que había renunciado a que lo entendieran.

 

-          Apuesto a que nunca has visto cómo viven realmente. No hay tanta diferencia entre los colonos y la gente del núcleo, no es tan simple como elegir ser rico o pobre. – Noté que estaba a punto de entrar en una de esas discusiones que nunca llevaban a ninguna parte. Entonces sonreí de forma ligeramente desafiante – Te apuesto que no aguantarías un mes viviendo como ellos, con la misma falta de recursos.

 

-          En el fondo no importaba demasiado quién ganase esa apuesta, la experiencia   sería enriquecedora para él. Ensanché mi sonrisa, con un poco de suerte – Noté que estaba a punto de entrar en una de esas discusiones que nunca llevaban a ninguna parte. Entonces sonreí de forma ligeramente desafiante – Te apuesto que no aguantarías un mes viviendo como ellos, con la misma falta de recursos.

 

En el fondo no importaba demasiado quién ganase esa apuesta, la experiencia   sería enriquecedora para él. Ensanché mi sonrisa, con un poco de suerte sería lo suficiente orgulloso para aceptar. Aunque, la verdad, no había pensado en qué apostar.

 

Rosseau: ¿Pero que se había creído? que viniera con su moral de libreto sin tener ni idea de la vida real pasaba, creo que todas las adolescentes pasan por alguna etapa así. Pero que encima quisiera apostar conmigo...

 

-          claro que no aguantaría un mes en esas condiciones. Yo a diferencia de esos desarrapados si me esforzaría por mejorar las condiciones de mi vida. No me quedaría rascándome la barriga y quejándome por mi mala suerte-

 

Me doy cuenta de que voy en muy mala dirección, pero eso de las apuestas me puede

 

-          de todos modos no creo que nada que puedas apostar merezca la pena pasar un mes entero en uno de esos nidos de pulgas.

 

Sin embargo la miro calculador, ¿que podríamos apostar que mereciera la pena para algo así?

 

Angel: No pensaba echarme atrás. No era como si no hubiera visto esa actitud otras veces. Y la mayoría de las veces por parte de gente que no tenía ni idea de cómo eran las cosas fuera.

 

-          Un mes de trabajo en Whitefall, entonces. Apuesto que no eres capaz de conseguir, pongamos, 1000 créditos sin recurrir a los contactos del núcleo o al juego. Solo con trabajo – luego adopté una expresión tranquila – Si los consigues te llevaré a Londinum un mes para que puedas apostarlos porque a diferencia de ti, no estoy huyendo de nada.

 

Había improvisado un poco. En realidad volver con invitados a casa podía suponerme un buen sermón de mis padres, pero ya pensaría en algo en el hipotético caso de que sucediera.

 

Rosseau: -¿un viaje a Londinum?¿qué te hace pensar que no podría volver a Londinum si quisiera y en el momento que quisiera?-

 

Ya me imaginaba que no tendría mucho que ofrecer, aunque al menos me ha confirmado que es del núcleo, de Londinum nada menos. Al fin saco algo de ella.

 

-          a ver, vivir en whitefall un mes, ganar mi dinero sin recurrir al núcleo. 1000 créditos, ¿eso debería tener una recompensa acorde-

 

Sonrío sabiendo exactamente que pedir a cambio.

 

-          ¿sabes lo que es un gancho en el póker?- mi sonrisa ladina es amplia

 

Angel: Y también era la segunda vez que me pedían que tomase parte en un timo. Empiezo a pensar que doy una impresión incorrecta a la gente. Pero no importaba, era por una buena causa.

 

-          Así que si lo consigues esperas que te ayude a ganar las partidas, ¿es eso? ¿quieres que también diseñe un sistema fiable de conteo de cartas? Puestos a pedir… - le estaba provocando y probablemente no era la mejor de las ideas, pero qué diablos.

 

Rosseau: Bufo pero sin perder la sonrisa, al menos ella no me robaría las ganancias, no parecía de esas.

 

-          No es ningún timo, aunque tal vez el nombre lleve a error. Solo sería acompañarme con un vestido sugerente, servirme las copas, darme suerte, y hacer que los otros jugadores se despisten. A mí no me gustan las trampas, el póker es pura psicología sabes, y el gancho del sexo es algo que siempre funciona con el género humano- Si yo gano la apuesta, esos 1000 créditos en un mes, tú me acompañaras en el circuito tres meses. Me parece una apuesta de lo más razonable-

 

Angel: Tres meses eran bastante tiempo, pero si perdía, igualmente podría hacer envíos y gestionar cosas mientras. Por supuesto no creía que fuera la persona más indicada para distraer a nadie, no tenía ese don. Me encogí de hombros.

 

-          Hecho, pero aunque no creo tener ningún vestido que puedas considerar… sugerente – pronuncié aquella palabra como si me hiciera gracia – Y tu pagas los gastos. Ahora bien ¿Y si pierdes?

 

Rousseau: Luego menciona lo de perder, que siempre es algo que se ha de ver en una buena apuesta. Aunque en este caso lo de pasar un mes en un estercolero ya parecía bastante malo por si solo

 

-          si yo pierdo, ¿no te parece bastante? Bueno, yo he decidido lo que pasa si tu pierdes, pon tu mi pago por perder-

 

Angel: Lo pienso por un momento, en realidad había apostado porque sabía que era la única forma de que viera cómo eran realmente las cosas allí. Me encojo de hombros con una sonrisa divertida.

 

-          Es duro, pero no es tan horrible. Si pierdes trabajas para mí tres meses. Lo mismo que me has pedido. – le guié un ojo - Y al menos no elegiré tu ropa.  

 

Rosseau: -¿en las colonias? es un poco distinto, en el circuito he dicho tres meses porque serán apenas 4 o 5 partidas al mes, con suerte, en las colonias es todos los días. Un mes y acepto, me parece de lo más justo- Tiendo mi mano hacia Angel y sonrío -¿hay trato?-

 

Angel: Sonrío, en realidad y quitando el asunto del timo que planeaba Wladimir, dudaba que tuviera muchas opciones de conseguir el dinero en Whitefall. De hecho era probable que incluso si se metía en eso no sacara el dinero, porque tenía mis serias sospechas sobre quién era el objetivo.

 

-          Trato – digo estrechando su mano. Aunque se hacía raro sellar un acuerdo cuando él todavía tenía los pantalones bajados. – Gane quien gane creo que aprenderás mucho.

 

Rosseau: choco la mano -Hecho, y no descartes que tu también aprendas algo de todo esto- Con aire satisfecho me levanto y me subo los pantalones, de hecho casi ni me duele la herida mientras me voy cojeando de vuelta a la sala común. Aunque... a mitad camino se me ocurre que voy a tener que pasar un miserable mes entre piojosos intentando conseguir dinero de alguna manera. Yo... ¿qué diablos acabo de hacer?

 

-          maldita sea, lo he vuelto a hacer-

 

¿Cómo lo hago para meterme siempre en esta clase de líos en cuanto hay alguna forma de juego o apuesta por en medio?

 

-          debí hacer caso a mi segunda mujer y encerrarme-

 

Murmurando entre dientes vuelvo a la sala común bastante menos satisfecho.

 

Notas de juego

Y para los que os de pereza leer hago un resumen:

Rousseau y Angel han hecho una apuesta.

 

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15/05/2011, 18:11
Ian Green

Apuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuf.

Y ahí estaba yo, sentado en la super cómoda y para nada desagradable silla del doctor de la tripulación, con los pies sobre mi escritorio y con los llantos de la niña por toooooda la santa habitación. He intentado todo: ignorarla, pensar, ignorarla, cantar, mandarla a callar, jugar con mis figuritas, leer, tomarme la última porción de setas alucinógenas... pero nada. Que no se calla y NO pienso esperar a hacer la digestión para que sus llantos se parezcan a música.

Tras levantarme, la agarro a ella de la mano y la saco de la enfermería, usando mi tarjeta magnética para cerrar la enfermería. Aún con la tarjeta en la mano, le dirijo una última mirada:

- Mi yerba o no te ajuntaré nunca -Le saco la lengua y, sin más, ahí la dejo, sóla. Es hora de ir a tomar algo. Me dirijo hacia donde está todo el mundo-. Buenos y agotadores días.

Me guardo la tarjeta magnética en el bolsillo.

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15/05/2011, 19:21
Dariel M. Lefay

 

Helena: Una vez fuera de la sala común el pasillo principal se extendía ante nosotros -Tú dirás -Sonreí con malicia extendiendo la mano teatralmente, invitándole así a pasar.

 

Dariel: Me levanto de mi silla y sigo a Helena hacia fuera. No estoy ni mucho borracho como para perder totalmente el control de mi mismo, pero sí estoy ya en ese punto de no retorno del país de las piruletas de whisky, así que con una sonrisa maliciosa tomo la invitación de ésta para salir al pasillo principal.

-Creo... creo que deberíamos encontrar algo para relajarles, como una buena borrachera o mejor, que sean felices durante unas horas, como cuando me tomo los calmantes de doc...- respondo, intentando pensar en voz alta -Eso es, los medicamentos de Doc, eso deberíamos darles!

Helena: Me llevé una mano a la barbilla pensativa. Un buen plato de "escubo" y LSD como ingrediente secreto, todo un clásico, daba animo a los muchachos y olvidaban lo que era una noche en la trinchera. Esbocé una ancha y satisfecha sonrisa pasándole un brazo cómplice sobre los hombros.

-Creo recordar que el Capi aún no ha celebrado la "cena" de rigor -sonreí maliciosamente -en el fondo, les estamos haciendo un favor...-añadí poniendo rumbo hacia donde se suponía que estaría la enfermería.

Dariel: Mi sonrisa y mi mirada se tornan más maliciosas si cabe, tras oír la palabra "enfermería" y a la cual mi imaginación ha añadido el término "asaltar".

-Mis dos palabras favoritas...- murmuro, felizmente. Para que vamos a engañarnos, llevaba días pensando y planeando tomar la enfermería y coger como rehenes a los medicamentos del armario de acceso restringido, por favoooor! Camino hacia la planta de abajo, con Helena apoyada sobre mis hombros, con su brazo.

-Por supuesto, la cena del Capitán, aunque esto no es un crucero de turismo, aquí no se aplica ese protocolo, es una nave comercial de transporte, pero dudo que nadie se niegue a participar en una buena comida y más con las restricciones y racionamientos que nos esperan...
 

Helena: Sonreí pícara y traviesa.

-Esa es la actitud -concluí alegremente. Como si cada día nos dedicáramos a ello y con una compenetración natural, no hizo falta pararse a planear detalles ni nimiedades. La fuerza de la costumbre y el instinto guiaban cada uno de nuestros pasos hacia "El gran golpe". Observé la compuerta de la enfermería de arriba a abajo e intercambiando una mirada cómplice con Dariel señalé el panel control.

-¿Quieres hacer los honores? -sonreí maliciosamente apoyándome cómodamente y con total tranquilidad sobre la pared.
 

Dariel: La perversión se dibuja en mis labios. Yo mismo puse el sistema de seguridad de la enfermería, bueno, de toda la nave, cómo no iba a poder abrir aquella cerradura electrónica?! Sería un pecado no ser capaz de hacerlo...

-Por supuesto...- respondo, con suavidad, mientras saco una tarjeta magnética en blanco del interior de uno de mis muchos bolsillos. La introduzco en la ranura del sistema de apertura electrónico y trasteo con los botones hasta dar con la combinación. Suponía (de hecho, le recomendé fervientemente a Green que lo hiciera) que Ian habría cambiado la combinación de seguridad así que tuve que probar unas pocas veces hasta que di con la combinación ganadora.

-Y ya tenemos caballo ganador... -murmuro, sonriente, mientras doy al botón rojo de apertura. Éste se vuelve verde y la puerta de la enfermería se abre como por arte de magia -Ta-dá!!
 

Helena: Sonreí confiada mientras él trasteaba con los botones. Una vez hubo terminado, la puerta se abrió con el característico y leve zumbido de descompresión. Me acerqué hasta él y apoyándome sobre sus hombros e inclinándome hasta su oído -Resulta difícil olvidar las malas costumbres ¿verdad? ... -susurré tentadora antes de separarme para entrar feliz a la enfermería. El objetivo brillaba con un halo dorado y celestial en mi imaginación: el único armario que, como era de esperar, tenía la llave puesta. (todo aquel que se halla colado previamente en cualquier puesto de enfermería sabe que el armario de los estupefacientes siempre, siempre, siempre, o está abierto a pesar de tener cerradura, o tiene la llave puesta. Es una regla universal). Me sentía como una niña en una tienda de chucherías. Rápidamente, repasaba los nombres de los medicamentos guardados en cada estante (cada cual más sugerente), y trasteando de un lado a otro iba sacando o bien los que tenían el nombre más largo y chungo o los que tenían los colores más llamativos. Benzodiacepinas de diferentes clases, barbitúricos, opiáceos como la dolantina ..., la selección aumentaba por cada nuevo cajón que abría.

-¿que te parece? -satisfecha, dejé caer el montón de cajetines sobre una de las mesitas auxiliares.
 

Dariel: Dejo entrar en primer lugar a Helena que parece igual que una niña en un parque infantil, no para de corretear y seleccionar cosas de colores, como en una tienda de chucherías. Sonrío depredadoramente ante sus comentarios susurrados.

-Por supuesto, un lobo es siempre un lobo, aunque se disfrace de cordero- me encojo de hombros. Echo de menos los viejos tiempos como carterista, entre otras cosas, y desde luego esto es lo que más se acerca a esas "otras cosas". No siempre fui un simple piloto, que puedo decir!

-Me parece que va a ser una graaaan fiesta- río complacido ante el espectáculo de colores en forma de pastillas y drogas.
 

Helena: -Esta mi querido Dariel no será una fiesta, será LA fiesta -corroboré con una sonrisilla cómplice, alcanzando una de las bolsas que colgaban del perchero y, sin orden ni concierto, guardando el preciado tesoro. Una vez hube terminado me dirigí hacia la salida.

-Necesitaré un pinche -añadí con una media sonrisa, esperándole apoyada en el marco.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d6
Motivo: Petar sistema seguridad enfermeria
Resultado: 5

Tirada: 1d8
Motivo: Petar sistema seguridad enfermeria
Resultado: 6

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15/05/2011, 21:49
Angel Drake

Angel: Imaginé que Rousseau regresaría a su eterna partida de póker, así que regresé a mi rincón de la sala común para ver si descansaba un poco. O, al menos, esa había sido mi intención inicial. De algún modo parecía que siempre surgía algo, como si esa fuera la forma del karma de recordarme todos los asuntos inconclusos que había en esa nave.

Apenas había entrado en la sala común cuando me choqué con Ian. Sonaba raro, pero con todo el trabajo que habíamos tenido ni siquiera había tenido un rato para decirle hola o darle recuerdos de Lucy. Esbocé una sonrisa algo cansada.

-          Mi padre me dijo que habías muerto, me alegro que no fuera cierto. ¿Cómo estás? ¿Has podido descansar algo?

Ian: Esbozo una sonrisa al encontrarme de bruces con Angel. Ella suponía uno de los pocos enlaces con mi vida anterior. Sin siquiera venir a cuento, la cojo de la cintura y le doy un abrazo demasiado efusivo, levantándola lo justo para que su peso fuese demasiado contra mi fuerza y ambos cayéramos al suelo.

- Uh, recuérdame que no vuelva a hacer eso. Vivo, muerto... Todo es relativo. No, aún no he descansado mucho, pero creo que esto es el pan de cada día en la Orpheus. Igual durante unos días trabajas sin descanso que luego estás semanas sin hacer nada -Me encojo de hombros-. Lo peor es que no puedo fumar, pero lo aguanto como puedo. ¿Qué tal tú?

Angel: Me rio cuando los dos caemos al suelo, me recuerda un poco cuando salía con Lucy… o estaban liados o algo remotamente parecido. En realidad nunca terminé de enterarme. La cosa es que había estado viendo a Ian entrar y salir de casa desde que era una niña y era prácticamente como un hermano.

-          Un poco cansada, pero mejor. Eso sí, creo que esta nave tiene un exceso de tensión. Todo el mundo está nervioso. – luego noto su comentario sobre fumar. Recuerdo los submarinos que tenía con Lucy, donde no se podía ni respirar y me mareaba sólo con el olor – Bueno, supongo que somos muchos. Pero son sólo 10 días. Te diré qué, si quieres puedes probar un poco de lo que me envió Lucy. Seguro que a ella le parecería bien. Eso si, huele fuerte y no tengo ni idea de lo que lleva.

Ian: Niego con la cabeza. Ya me gustaría a mí, pero...

 

-          Por desgracia, el tanque de oxígeno de la Orpheus es limitado, así que no se puede fumar ni un simple cigarro, aquí dentro -Me encojo de hombros y suspiro. Por desgracia, es lo que hay. Busco una silla y me siento, apoyando las piernas en el primer lugar que encuentre-. ¿Qué te ha hecho abandonar el núcleo para venir a parar aquí, Angel? ¿Cómo está Lucy, por cierto?

 

Angel: Me siento sobre una caja cercana, con las piernas colgando. Luego rebusco en mi bolso, bastante más organizado ahora y le enseño una de las postales de Lucy, pintada por ella misma porque se ve que se sentía inspirada. Son motivos psicodélicos sobre una fotografía desenfocada.

-          Esta de gira. Pasó por la skyplex y dio un par de conciertos antes de salir en dirección a… - miro la postal, el nombre esta emborronado y sigue sin ser legible. Por lo que parece, estaba bebiendo cuando lo escribió. – Bueno, la verdad es que no se lee muy bien. Yo voy de camino a Whitefall, llevo unos cuantos suministros y puede que, con suerte, esta vez haya suficiente para un mes.

Ian: Miro la postal y sonrío al ver la letra de Lucy. Me alegro que siga tocando e inspirando a los demás.

- Cuando la veas, dale recuerdos míos. Yo al fin, tal y como dije, salí de las faldas de mi padre y aquí estoy... llevando mis habilidades a todo el verso -Sonrío-. Y lidiando con gente como los de ésta nave...

 

Le explico lo que sucedió en la Skyplex, que mi padre urdió un nuevo plan para evitarme hacer mi vida, incluso a costa de encerrarme en un manicomio.

 

-          Pero como ves, no lo logró -Sonrío aún más-... para desgracia del capi, claro.

 

Angel: Por un momento le miro atónita mientras me cuenta la historia. Lo de meterle en un manicomio era serio. Y también explicaba por qué corría por ahí la versión de que estaba muerto. A mí, aunque me parecía que era posible que estuviera muy estresado, no me parecía loco.  Ahora, lo que llamó mi atención, fue su comentario sobre el “capi”.

-          Eres la tercera persona que parece haber tenido… roces con ese capi. Bueno, la tercera de la que tengo noticias. – sonreí de forma divertida - ¿por qué dices lo de “lidiando con gente como los de esta nave”? Los que he conocido me parecieron simpáticos.

Ian: Me encojo de hombros y río durante unos breves segundos.

-          No digo lo contrario, pero tampoco eso quita que sean muy normales. Claro que... ¿quién es normal, en éste verso? Quiero decir... encerrar a su propio hijo en un manicomio -Me llevo una mano a la frente y retiro el pelo de mi cara-. Eso no es muy normal. Por supuesto, ¿cuándo fue normal El Sargento? -Vuelvo a reír, aunque sin ningún tipo de alegría.

 

Niego con la cabeza.

 

- No, CREO que el Capi es un buen tío... Sólo que demasiado desconfiado y poco abierto a nuevas relaciones -Me encojo de hombros otra vez-. Pero no es un mal tío. Al fin y al cabo, aunque a regañadientes, ha permitido que todos estemos aquí... ¿no?

Angel: Le doy unas palmaditas amistosas en la espalda cuando dice lo de su padre. La verdad es que a veces me pregunto cómo ha podido aguantar todos esos años. Al menos el mío, quitando esa costumbre de presentarme “posibles maridos” me dejaba bastante tranquila. Luego asiento cuando dice lo de desconfiado y siento algo de lástima por Cassia, porque parece que lo tiene difícil.

-          Mira el lado positivo, al menos puedes viajar. – sonrío intentando animarle – Y tendrían que ser muy idiotas para no ver que tienen un gran médico. Tienen suerte de tenerte, especialmente viendo las heridas que traían.

Balanceo un poco los pies mientras pienso en la gente que he conocido en este viaje.

Ian: Sonrío pero no digo nada más, al menos hasta la parte de los elogios.

- He nacido con un don, y ése don lo he de invertir en curar a la gente. Si no puedo curar a aquellos a los que puedo llamar... -¿Amigos?-... compañeros, ¿a quién voy a curar?

 

 

 

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18/05/2011, 20:37
Julian Crautchin

[Conjunta Julian&Dariel]

Dariel: Tras salir de la enfermeria, acompañando a Helena, nos dirigimos en dirección a la cocina con todo nuestro cargamento. Bueno, lo lleva todo la tuerta, que es la que se ha puesto las botas cogiendo cosas, yo sólo me he apropiado de algún que otro barbitúrico y algo de color rosa y azul que no tengo muy claro que debe hacer pero seguro me garantizara dentro de unos días, un buen viaje.
 Cruzamos los pasillos y escaleras como un gato con unas sardinas robadas en la boca, travieso y riendo por lo bajo ante semejante tontería puesta, ¡pero con unas grandes intenciones!

Julian: ¿Dónde se habrá metido este Dar? Llevo ya un rato buscándole, exactamente desde que dejé a Cassia en su lanzadera. Vale que me entretuve paseando por la nave pero aún así...

Ladeo la cabeza al verles salir y frunzo el cejo. Claro que no digo nada pero lo que sí hago es seguirles hasta la cocina.
Dejo que entren para entrar yo después con tranquilidad y sin querer ver qué han hecho para tener esas expresiones en sus rostros (conozco demasiado bien a mi amigo), me acerco para beber un poco de agua.

- Llevo un rato buscándote - le digo a Dar y saludo a Helena con un toque de cabeza antes de volver a mi amigo - Tengo que tratar un par de temas contigo así que ¿tienes un momento a solas?

Dariel: Llego a la cocina, que era nuestro destino original y nada más oír la voz de Julian a mis espaldas pego un bote en el sitio, "¡me han pillado in fraganti! ¡Mierda!". Me quedo algo dubitativo unos segundos antes de responder.
-Claro, no hay problema...- contesto finalmente -Tijeras, vuelvo enseguida, ¡prometo hacerte de pinche de aquí a un rato!- me despido de ésta, excusándome, y le indico a Julian que diga hacia donde quiere ir para charlar. ¿Por qué me huele que pasa algo malo? ¿Será por lo de la enfermeria? ¡¿Tan rápido se ha enterado?! ¡¡Es imposible!!

Julian: Engancho los dedos pulgares de mi cinturón mientras camino hacia el puente de mano. Ivy sigue descansando y ha dejado el automático puesto así que así me aseguro de que vamos a estar solos.
- No voy a preguntarte qué hacíais en la enfermería porque quiero confíar en ti - murmuro - Así que solo espero que no sea nada de lo que tenga que preocuparme - abro la puerta del puente y entro esperando que me siga - Tenemos un problema. Un problema...bastante gordo.

Dariel: Sigo a Julian hasta el Puente de Mando, parece vacío. Me encojo de hombros ante su primer comentario y cierro la puerta, deslizándola hasta que oigo el clack del cierre. Me apoyo en la puerta corredera cerrada y cruzo los brazos delante del pecho, le miro extrañado.
 - ¿Qué ha pasado?

Julian: Me giro para mirarle y suelto las manos del cinturón antes de explicarle todo lo ocurrido con respecto a lo hablado con Miller y Kaplan. Es lo importante, ya veré si añado lo de Cassia después o no.
Lo que sí añado también es eso que me dijo Kaplan de que no me fiara de "Ella".

Cuando termino de hablar, me lo quedo mirando esperando una reacción. Alzo mis cejas.
- Estamos jodidos, Puhn Yoh.

Dariel: Silbo, algo estupefacto, ante todo lo que me suelta Julian en pocos minutos. Al principio no sé qué decir...
-¡Lo sabía!- doy un puñetazo al aire, de confirmación triunfal -¡Sabía que algo no encajaba en toda esa historia!- suelto en voz alta. Como Julian no sabe de que demonios estoy hablando, intento explicárselo- Bueno, la verdad es que eso encaja con lo que le sonsaqué al fed que me interrogó en la Andrómedes... El tipo no tenía claras muchas cosas y eran contradictorias entre sí, ¡lo veía en sus ojos!
Me quedo en silencio unos segundos, pensativo.
-Hicimos bien en traernos el cadáver de aquel tipo... ¡Y vosotros queriais dejarlos allí!- sonrío levemente, malicioso.

Julian: - ¿Para qué coño queremos ese cadáver, Dariel? - ladeo la cabeza, mirándole - ¿Para terminar de delatarnos cuando nos aborden?

Dariel: Bufo exasperado. Julian a veces es como un niño pequeño; hay que explicarle las cosas despacito y de forma muy clara. A veces creo que le falta picardía o algo, no sé.
-No podíamos dejarlos ahí; le pegaste un tiro en la cabeza, Jules. Lo mejor que podíamos hacer era llevárnoslos y tirarlos al espacio, ahí nadie los encontrará y para cuando lo hagan no quedará nada que identificar. ¡No podemos permitirnos que te encasqueten un asesinato y menos de ese calibre!- empiezo respondiendo -Esa gentuza vendrá de todos modos, cuanto más podamos retrasarlo, ¡mejor!

Julian: - Tenemos que sacar a toda la gente que podamos antes de que eso pase - respondo - No quiero ser el culpable de un montón de muertes, Dar... No viste funcionar ese cacharro que llevaban... Podrían matarnos a todos y dudo que sintieran el mas mínimo remordimiento.

Dariel: ¿Cacharro? ¿Qué cacharro? ¡¿Siriusly?! Me quedo mirando a Julian sin acabar de comprender del todo, al fin y al cabo, para cuando yo llegué a las celdas, aquellos tipos ya estaban muertos. Me parecieron de lo más común, aunque claro, que llevaran trajes caros e impolutos y ningún arma encima visible, me pareció tremendamente sospechoso... Así que me creo lo del cacharro mega-poderoso, es la única explicación razonable. "La más simple suele ser la más certera..." pienso para mis adentros.
 -Dejaremos al máximo posible en Athens, para evitar más daños colaterales aunque tendrá que ser una bajada rápida, para evitar que nadie más se nos cuele. Este viaje cada vez me hace menos gracia... Y dentro de dos días será el Dia de la Unificación y nosotros asediados de feds...- gruño por lo bajo.

Julian: - Sí, lo sé... Es una mierda - respondo alzando las manos - Ma Fuhn, siempre Ma Fuhn - bufo poniendo los ojos en blanco y luego vuelvo a él - De todas maneras, me buscan a mi por cargarme a uno de los tipos, y a Kaplan; solo a los dos - le miro - No quiero arrastrar a la tripulación a esto - trago saliva esperando que Dar entienda lo que estoy intentando decirle.

Dariel: Meneo la cabeza en signo de reprobación. Lo dicho, hay que explicarle las cosas muy despacito y con claridad.
-¿Y crees que vamos a dejar que cargues solo con eso? ¿En serio?- le digo de forma suspicaz y algo ofendido con la duda acerca de nuestra lealtad, bueno, más bien de la mia -¡Joder Jules! Hemos pasado muchas cosas juntos... ¡Esto no va a acabar con nosotros!- protesto.

Julian: - Dar, en serio... No viste lo que hacían, no lo viste. Acojonaba... Mucho. Y sabes que yo no me acojono tan fácilmente - me acerco a él un poco mas - ¿Y tu hermana? ¿También te da igual? No lo creo - niego con la cabeza.

Dariel: Mi hermana, sí, claro que me importa, no quiero que le pase nada. Miro con detenimiento a Julian, muy serio.
-Te creo, te creo, pero tendremos más oportunidades de sobrevivir si estamos juntos que yendo por separado. E Ivy sabe cuidarse muy bien ella solita...- respondo, aunque claramente tanto él como yo sabemos que jamás dejaría que Ivy estuviera en semejante situación, antes la ato a una silla y la encierro en un bunker hasta que pase todo... -No te dejaré solo con semejante marrón, Ghuh-Ghuh. O vivimos todos o caemos juntos, somos una familia, ¿recuerdas?

Julian: - Jing Chai - digo en tono ácido. Otro como Cassia. Les odio...a muerte; a los dos - ¿Qué vamos a hacer? ¿Esperar? No tengo muy claro si Miller podrá aguantar demasiado desviándoles de nosotros - suspiro - Joder, Dariel... No es muy alentador saber que tanto tú como Cassia estais empeñados en... - me callo y suspiro aún mas fuerte, soltando el aire despacio - No me pelearé mas con ese tema, vale.

Dariel: Enarco una ceja. Esa sí que no me la esperaba. ¡¿Cassia?! ¡¿Juh Shi Suh Mo Go Dohng Shee?! ¡¿Que pinta ella en todo esto?!
-Joo Koh- acompaño mis palabras con un gesto de la mano de "Soooo caballo".
-¡¿Cassia?! ¿Qué sabe Cassia al respecto?- le pregunto, en un tono más que inquisitivo.

Julian: - Muy por alto, se lo he explicado muy por alto - le respondo - Solo quería...intentar que se tomara unas vacaciones de la Orpheus pero va a ser que no; que es cabezona como tú...y como yo, vale. Al final morireis por imbéciles pero - alzo de nuevo las manos - no será culpa mía, yo os he avisado.

Dariel: Bufo algo cabreado, si es que de verdad, ¡no puede evitarlo! Tenía que involucrarla, como siempre!
-¡Ta ma duh! ¡Eso no se le dice, Sah Gwa! Simplemente se la deja en tierra con sus cosas y punto, ¡en un sitio seguro! Es que nunca aprendes, en serio...- respondo, con una mirada de resignación y algo molesto. "Es que no pueden ni dispararme que todo se vuelve del revés, ¡joder! ¡Me disparan y ya a la primera cae en brazos de Ren!" gruño mentalmente, enfadado.

Julian: - ¿De verdad te crees que iba a dejarla tirada en cualquier sitio sin darle un motivo? - alzo las cejas sonriendo de lado.

Dariel: Cierro los ojos, mejor eso que tener que responder lo primero que me viene a la cabeza. Me pellizco el puente de la nariz con mi mano libre.
 -Me parece mentira que te tenga que decir yo esto... - murmuro por lo bajo -Sí, exactamente eso. ¿Quieres salvar las vidas de la gente de la nave? Cuanto menos sepan mejor. ¿Qué crees que pasará si los atrapan y los interrogan? La mayoria no saben mentir ¡y Ren menos! Si le preguntan dirá la verdad, ¡está en su naturaleza! La has condenado, Ja Hwo- intento hacerle entender el motivo de su error táctico -Si no sabe nada, nadie le hará nada. Si esos tipos son tan peligrosos ¡¿qué crees que hacen con todo el que sabe algo?! En un caso así, la ignorancia no sólo es felicidad, es supervivencia, Ghuh-Ghuh- finalizo. Sólo rezo porque se haga una luz en el interior de su cabeza...

Julian: - Les da igual. Les da igual que sepas y que no sepas. Les da exactamente igual. Iban a matarnos a todos y fui el único que hablé - me defiendo - Estaba jodido ¿vale? Estaba hecho una mierda y ella apareció. Quizás no se lo hubiera contado a ella si tú hubieras aparecido pero no...estabas robando en la Enfermería - le echo en cara ahora, aunque supongo que es mas por joderle que por otra cosa.

Dariel: Respiro hondo ante su intento lamentable de insultarme con lo del robo.
-La nave es nuestra, ¿desde cuando coger algo prestado es robar? No te puedes robar a ti mismo...- respondo, en tono sarcástico. "Ya se ha puesto en modo defensa, osease, atacar a todo lo que se mueve... ¡Y me va a tocar a mí recibir las ostias!".
-Eh! Tampoco me buscaste, que yo sepa no me he escondido en mi bunker ni nada parecido como para que no me encontraras para contármelo, ¡dude!- me defiendo -Y lo he hecho por el bien de la tripulación y los pasajeros, ¡que conste!- añado, finalmente, algo indignado.

Julian: - Me gustaría saber exactamente qué consideras que es el bien de la tripulación - digo y me paso las manos por la cara - No cambia nada que Cassia lo sepa o no lo sepa ¿me oyes? Nada. A ellos les da igual. Vendrán, cogerán lo que les interesa y reventarán la puta nave - añado serio, sin dejar de mirarle - No dejarán a nadie vivo - remarco, porque no quiero sentir que la he cagado diciéndoselo a Cassia y porque lo último que me falta es echarme encima el que puedan ir a por ella por mi culpa.

Dariel: Vale, esa cara y ese comentario no son los más adecuados, es el Capitán, esto hay que arreglarlo de algún modo.
-Está bien, Cassia sabe cuidarse ella sola, y desde luego sabe guardar un secreto, de eso tengo constancia, así que corramos un tupido velo al respecto -concedo finalmente -Pero no hay que decir nada al resto, cuando hayamos soltado a todos los pasajeros, entonces y sólo entonces, les diremos lo que hay para que puedan decidir por si mismos lo que quieren hacer, si permanecer en la Orpheus o bajarse en Whitefall para que puedan coger otra nave y buscarse la vida por otro lado... ¿Te parece bien?- esta vez levanto la mirada y clavo mis ojos en los suyos.

Julian: Asiento. Prefiero esto que seguir discutiendo.
- Me parece bien.
Eso sí, por listo se queda sin que le cuente nada acerca de lo que ha pasado con la Embajadora.
Me giro y avanzo para sentarme frente al panel de mandos.

Dariel: ¡¿Me lo parece a mí o está poniendo morros de enfadado?! ¡¿Juh Shi Suh Mo Go Dohng Shee?!
-¡¿Y ahora qué pasa? ¿Quieres contarme de una vez lo que realmente te carcome? ¡Y no me digas que es toda esa historia de los trajeados y Kaplan! ¡Nos hemos visto en peores, durante la Guerra!- le increpo. Empieza a dolerme algo la cabeza, entre el alcohol y la herida en el pecho. Saco el bote de calmantes y saco una pastilla. Me la trago sin agua ni nada, me da igual que sepa horrible, necesito no sentir más dolor.

Julian: - Me he liado con Cassia - le suelto dándole la espalda, aún sentado y mirando nada en el panel - Un poco... Soy gilipollas.

Dariel: ¡¡¿SHUH MUH?!!
-¿Un poco? ¡¿Como que un poco?! ¡¿Cómo cojones te puedes liar un poco?! ¡¡Me lo quieres contar!! O te lias o no te lias. ¡Punto y final!- estallo de repente. Casi me atraganto con la pastilla al saltar de ese modo cuando estaba intentando tomarme el calmante. Toso un buen rato hasta que consigo hacer pasar la pastilla por donde toca. Respiro hondo tratando de recuperar la calma.
-Dime que es una broma Jules...- le miro de forma algo demente.

Julian: - ¡Pues un poco! - respondo sin girarme - Yo qué sé... Nos besamos y... Luego me dormí - frunzo el cejo - Vale, así suena muy mal, fatal pero...estuvo bien - ahora sí giro el asiento para mirarle - No es broma.

Dariel: Mi cara es puro poema de lo descompuesta que se me queda. Ya no sé como justificarme a mi mismo lo que mi mejor amigo es capaz de hacer sin pensar en las consecuencias...
-Vale, esto aún se puede arreglar, claro, se puede arreglar, no ha pasado nada, toooodo está bien...- murmuro en tono demencial -Sólo es un beso, no significa nada, claro, es eso, no significa nada...- mi nerviosismo claramente visible está dominándome, pero trato de pensar en voz alta para encontrar una salida, una coherencia, una racionalidad a todas estas confesiones.
-Y bueno, ¿qué piensas hacer? ¿Casarte con ella y hacer de Ren una mujer de bien?- vale, mi humor negro y cínico no creo que vaya a ser de gran ayuda, pero es lo mejor que tengo ahora mismo.

Julian: - Muy gracioso, Dariel - le digo levantándome de nuevo. Lo último se merece un puñetazo en la cara pero no se lo voy a dar porque le aprecio - ¿Tú también vas a decirme la mierda que soy en comparación con ella? Porque si es así, puedes ahorrártelo; me lo han dicho demasiadas veces en poco tiempo.

Dariel: ¡¿Ein?! Paso de la demencia a la incomprensión absoluta.
-¿Perdón? ¡Querrás decir que más bien ella no te merece a ti, palurdo! ¡¿Te recuerdo cual es su oficio?! ¡Te va a comer vivo y luego escupirá tus huesos, Huen Dahn! No pue...- me callo de golpe, eso no sería apropiado decirlo. "No es mi secreto ni mi código", me recuerdo a mi mismo -Eso, mereces a alguien mejor, a alguien que realmente esté siempre a tu lado, ¡que te cuide y te haga feliz, que no te traicione ni te traiga amarguras innecesarias a la mesa!- añado, tratando de sonar coherente.

Julian: Agacho la mirada y aprieto los labios.
- No hace falta que me recuerdes nada - trago saliva - ¿Ha sido un error? - vuelvo a alzar la mirada hacia él, esperando la respuesta. Y no puedo ver mi expresión pero estoy seguro de que no es el colmo de la alegría.

Dariel: Resoplo, nervioso. Si le digo que sí, me pegará y encima no volverá a hablarme, si le digo que no será una mentira cochina...
 -Eso sólo lo puedes decidir tú; si es un error o no. Yo sólo puedo recoger tus pedazos cuando te rompas, nada más. Esa es mi tarea en esto- respondo, encogiéndome de hombros -Puede que no esté de acuerdo pero es tu vida y tu corazón el que está en juego, no el mío. Yo... no soy ese clase de "tipos", supongo -respondo finalmente, algo más calmado, quizás entristecido, no lo tengo muy claro.

Julian: - Ya... - murmuro agachando la cabeza de nuevo - Está bien, Dar - hago un gesto para que salga del puente mientras me giro para volver a sentarme frente al panel.
 

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22/05/2011, 20:51
Director

  [UNIFICATION'S DAY]

Han pasado ya cuatro días desde que huyeron de una incendiada Andromedes. Los habitantes de la Orpheus se han ido adaptando poco a poco a la vida apretada y algo racionada en su interior, y todo parece algo más ordenado, aunque las tensiones siguen todavía muy presentes. Más, finalmente el Dia de la Unificación ha llegado, esa fecha señalada anual para celebrar la victoria de la Alianza frente a los rebeldes independentistas, los browncoats (ó la excusa de éstos últimos para emborracharse por la derrota flagrante y humillatoria y montar alguna que otra reyerta sin sentido). La cuestión es que es un día especial para todas y todos, sin excepción. 

  

Los heridos que hay en la zona de carga cada vez están más recuperados y tanto el Dr. Green, como sus dos ayudantes, Bob y Angel, cada vez tienen menos faena y empiezan a tener más tiempo libre y descanso, el ritmo de trabajo para ellos ha decaído por completo, apenas quedan 4 ó 5 pacientes serios a los que atender diariamente.

La tripulación de la nave, aunque padece las tensiones de la sobrepoblación de la nave y en especial con algunos de los pasajeros, más o menos consigue ir tirando y haciendo sus tareas como buenamente puede, dedicándose en concreto a las tareas de mantenimiento de la Orpheus, es un buen modo de olvidarse de la situación que están padeciendo.

Noah, con algo de apoyo por parte de Dariel, revisa las instalaciones y aunque sus conocimientos de mecánica no son muy grandes, su formación como técnico le ayuda a ver que la nave ha sufrido algún tipo de revés incongruente en relación al depósito de combustible, pero para saber más tendría que confirmarlo y revisarlo con más profundidad.

Kratos, agobiado con todo el tema de Helena, no para de hacer guardias y turnos, tratando de demostrar su versión a todos respecto a la tuerta del parche pero lo único que logra es encontrar cosas fuera de lugar, como su Jenny en el cuarto de los trastos, botellas de whisky en la zona de las duchas, ó una enfermería algo revuelta.

Los pasajeros tratan de entretenerse como pueden, en un intento futil por no aburrirse de tanto encierro en una nave pequeña de transporte (es obvio que no es lo mismo que ir en una nave de turismo, donde hay actividades varias de ocio para realizar). Los dos jugadores, Jack y Rousseau parecen felices en su mundo mientras tengan créditos que apostar y juegos, aunque éste último cada vez tiene más presente el tema de la apuesta con la chica de Whitefall, Angel. Podría tirarse hacia atrás y alegar que estaba bajo los efectos del alcohol o de los calmantes, pero probablemente su exceso de confianza le haría caer de nuevo en alguna que otra apuesta aún más absurda, lleva el juego en la sangre.

Wladimir, en cambio, parece estar muy tranquilo, aunque había hecho un primer acercamiento a Angel, parece haberse vuelto más cauto y no ha intentado relacionarse con nadie más, tras su turno de guardia en la enfermería.

En la única cocina de la firefly, situada en la Sala Común, está Helena ocupada cocinando una cena muy "especial" para el día de celebración. Esta vez Kaplan no la está ayudando, desde que tuvo la "charla" con el capitán no se le ha vuelto a ver por la nave, parece haberse encerrado en el cuarto que comparte con Miller y se niega a salir. Si Miller no le hubiera llevado comida de vez en cuando, probablemente habría muerto de hambre...

Cassia, tras mirar en su cuenta privada del Gremio, vía cortex, encuentra tres clientes viables para la zona: el primero es un viejales ricachón con aspecto de sapo arrugado y mirada de pervertido que vive en la capital de Athens, Newmark; el segundo es un hombre joven y apuesto pero de maneras algo desagradables y ofensivas, que vive también en Athens pero de otra ciudad, Luxor; y el tercero, un caballero de mediana edad, de maneras agradables pero que manifiesta claramente que no puede pagar enteramente la tarifa reclamada por sus servicios, procedente de Whitefall, en la ciudad de Redhorn. Pero ante la bella acompañante se alzan algunas decisiones esenciales: tenía que elegir clientes para ganar dinero pero sería capaz de hacerlo teniendo en cuenta lo que había pasado recientemente con el Capitán? Sería un obstáculo o la disciplina aprendida en la Escuela de Acompañantes sería suficiente para superar toda esta situación tan extraña? Y más aún, como se lo tomaría Julian?

 

Notas de juego

Bueno, teneis tooooda la semana, hasta el domingo que viene, para celebrar el Dia de la Unificación ^^ tras pasar la semana, volveré a hacer un avance de tiempo para pasar al siguiente evento, a ver si en este mes conseguimos terminar el capitulo 3, que aún queda lo más interesante por venir, en el siguiente capítulo, el final :P

 

IMPORTANTE: ojo, este evento está justamente preparado para que TODOS sin excepción jugueis vuestros prejuicios y complicaciones de la ficha al respecto, no me vale el "es que soy chachiguay y no tengo prejuicios", todos los teneis por ser de donde sois cada uno (planetas del núcleo y planetas del borde y del Rim). Contará mucho para el reparto de PX's y PD's de este capítulo, ya os aviso de antemano ^^u

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22/05/2011, 21:45
Cassia Ren-Shen

[Conjunta retrasada Julian & Cassia. Situación: Final del día (el que estábamos jugando)]

Julian: Me tapo la boca bostezando mientras paseo por la pasarela, pensando en irme a mi cuarto tras un tiempo bastante largo e intenso a solas en el panel de mandos antes de decidirme a caminar sin rumbo por mi nave.

Ahora sí que sí; pienso irme a mi cuarto y dormir hasta que el techo se me caiga encima. O hasta que alguien venga a molestarme, vamos.

Doy un traspiés y casi me voy de morros. Chasqueo la lengua.

- Yi Dwei Da Buen Chuo Roh - maldigo entredientes antes de seguir caminando.

Cassia: Volvía de la cocina, para dejar el té que había hecho calentado y a disposición del que lo quisiera, cuando de vuelta a la lanzadera pillo a Julian subiendo la pasarela. Imagino que iría a su habitación; tiene la misma cara de cansado que cuando vino antes a verme.

Rápidamente mi cabeza hace una conexión: no había vuelto a mi lanzadera como había dicho (¡me había lavado y cambiado de ropa por él, ta mah duh!), y por el aspecto que trae, imagino que habrá estado quizá demasiado ocupado.

Le sonrío cuando se incorpora al casi caer y puede verme. Realmente esperaba que esto fuera más incómodo.

Julian: Me quedo mirando a Cassia y hago una ligera mueca. No es que no me haya escuchado nunca usar este vocabulario pero ahora lo encuentro algo...no sé... No sé, no quiero rayarme; da igual.

Le devuelvo la sonrisa y observo que se ha cambiado. Cosa rara, no suele andar por la nave con vestidos... 

Me obligo a dejar ese hilo de pensamiento.

- Es tarde - murmuro - Deberías ir a dormir.

Cassia: -He estado meditando; no estoy cansada.-bajo los últimos escalones que descienden del comedor hasta la pasarela, acercándome un poco a él como excusa para bajar el tono. Soy una sucia embustera; no he meditado nada por cambiarme de ropa y esperarle.-¿Ya te ibas a dormir?-le pregunto, mirándole a los ojos.

Julian: Aparto la mirada de sus ojos, agachando incluso mi cabeza cuando me encara. Me paso una mano por el cuello y miro a un lado antes de asentir con la cabeza.

- Sí, ya me iba a dormir.

Cassia: -Si estás muy cansado...-desvío mi mirada suavemente hacia la puerta de mi lanzadera.-Estaría mal que cayeras rendido en mitad del comedor; además...quería hablar contigo.

Julian: Sé de sobra lo que ha insinuado con esa mirada. Además, es cierto que había quedado en pasar por su lanzadera y no lo había hecho. Quería evitarlo a toda costa y ahora...me doy con ello en las narices.

Abro la boca pero no sé qué decirle. O sí que lo sé pero no quiero.

Dudo un momento.

- Está bien, vale - asiento y camino hacia su lanzadera - Hablemos.

Supongo que puedo decirle después que me voy a mi habitación ¿no?

Cassia: Le abro para dejarle entrar primero, como antes, aunque debo decir que esta vez sí que tengo el corazón alterado cuando cierro una vez estamos dentro. Aprovecho ese momento para no sonreír demasiado y no ponerme demasiado nerviosa, antes de girarme para al fin atenderle.

-Ven, siéntate.-le invito cuando llego hasta él, guiándole a la cama cogiéndome de su brazo.-Te invitaría a tomar algo, pero he dejado el té en la cocina para quien lo quisiera...

Julian: Mierda. Joder.

Dejo que me lleve a su cama pero no me hace demasiada gracia.

- No importa, no me apetece nada - le respondo antes de sentarme, algo nervioso y un poco incómodo.

Cassia: Asiento, soltándole al sentarse, pues yo me tomo un momento para quitarme las sandalias y subir las piernas al colchón de mi cama.

-Mei wen ti; lo entiendo. Estás cansado...-llevo una mano a su cabeza, como había hecho en su anterior visita.

Julian: - ¿De qué querías hablar? - le pregunto con rapidez, porque quiero irme de aquí ya pero...joder, no quiero tratarla mal. No quiero tener que apartarme, ni tener que irme sin más.

No puedo hacerlo.

Cassia: -He estado dándole muchas vueltas a lo que dijiste.-comienzo, aunque hablo mientras le acaricio y le miro.-Creo que si hay un momento para limpiar la nave debe ser ahora. No necesitamos más mala suerte.

Julian: - ¡Oh, venga! - digo con tono cansado. No puede ser verdad que me haya hecho entrar para esto - Deja la nave en paz - le digo - No quiero que cambies los muebles, ni quiero que muevas nada. Está bien así.

Cassia: -¿No estás harto de que nada salga bien? No creo que en la situación en la que estamos quieras más percances.-he percibido su tono, y es ese tono que me molesta, pero opto por ignorarlo y bajar mi caricia a su mejilla.-Considero que vamos a necesitar toda la buena suerte del Verso para esto, si estás tan preocupado...venga de donde venga. 

Julian: Ahora sí me aparto de ella y me levanto de la cama.

- No tiene nada que ver con cómo estén colocadas las cosas ¿vale? - le digo mirándola - Si todo es una mierda es porque nada de lo que me rodea puede ir bien. Nunca - bufo - Mira ¿sabes qué? Haz lo que quieras. Pon la mesa patas arriba si es lo que crees que hará que llegue la suerte - hago un gesto con la mano y me giro - Buenas noches.

Cassia: -Oh...Julian, espera.-me levanto y le sujeto de la muñeca para que no se vaya.-Es que...no quiero nos ocurra nada.-me pego al brazo que sujeto, acariciándolo con la otra mano.

Julian: - Ya te he dado el maldito permiso - le digo cabreado porque no me deje irme sin mas.

Cassia: -No lo has hecho.-murmuro.-Sólo me has dicho lo que quería oír como si fuera una cría.-sin soltar su muñeca, le rodeo para ponerme frente a él y buscar sus ojos.-Sé que esto no debe ser nada fácil; tanta presión...estuve en ese lugar durante el altercado de la skyplex, y sólo eso ya era más de lo que podía soportar yo sola...Pero para eso estoy aquí.-la sonrisa que esbozo es pequeña, no demasiado alentadora, pero cariñosa.

Julian: - No - niego - No puedes... No me digas eso ¿vale? Y no vas a estar, porque he decidido que te dejaré junto a los que quieran irse de la nave cuando les cuente lo que pasa - trago saliva - Me gustaría que tú misma decidieras el lugar al que quieres ir.

Cassia: -Ya hemos hablado de ésto...-frunzo levemente el cejo.

Julian: - Sí, y cedí pero he cambiado de idea.

Cassia: Aprieto los labios, soltándole para colocarme bien el chal y abrazarme a mí misma.

-Ya te dije que no era tu decisión...

Julian: - Sí lo es, soy el Capitán; yo decido quién está en mi nave y quién no - le contesto con más dureza de la que mi pecho me pide. Aparto la mirada de ella - Y yo no...no quiero que sigas en mi nave.

Cassia: Vale. A cuadros. Mis brazos caen sólos por su peso a ambos lados de mi cuerpo, tirando mi chal al suelo sin que me importe nada. No es negación; sé que no ha querido decir lo que acaba de decir.

Cogiendo nuevamente fuerzas, le tomo del mentón para que vuelva a mirarme.

-Repítelo.-mascullo con los dientes apretados, sin mover a duras penas los labios.-Repítelo.

Julian: - Ya lo has oído - digo porque no quiero repetirlo, o no puedo hacerlo si tengo que decirlo mirándola a los ojos.

Cassia: -No, Julian; mírame a la cara y dime que no quieres que esté en la nave.

Julian: Le sostengo la mirada aunque no puedo evitar que mi expresión sea triste. No la voy a engañar... Es una mierda.

- No quiero que estés en mi nave - digo sin pensármelo demasiado y vuelvo a apartar la mirada aunque ella me sujete el mentón.

Cassia: -Shuo huang zhe...-le espeto, soltándole el mentón tras aprovechar para empujarle hacia atrás. Aunque sé que miente, me cabrea.-Mira, ¿sabes qué? Guan wo pishi.-alzo las cejas, y con un movimiento rápido invado su espacio personal para hablar rozando sus labios.-Deberías ya saber que esto no te sirve de nada, porque soy una mujer adulta y no del todo indefensa como para tomar mis decisiones.-susurro, clavándole mi mirada, asegurándome de que no la pierdo.-Sé lo que quiero y sé a quién quiero. No vas a ser tú quien me impida defenderlo.

Julian: - Guan wo pishi - respondo como ella ha dicho - Me da igual cómo te pongas, Embajadora - susurro - En un par de semanas estarás fuera de aquí así que vete pensando en empaquetar tus cosas.

Cassia: -Ni gei wo gun.-le ordeno, acercándome un milímetro más como si quisiera echarle con mi cercanía.

Julian: - Claro, no te preocupes - respondo sin moverme al principio - Pronto me largaré de tu vista y no tendrás que volver a verme - le sonrío de lado y no me muevo aún.

Cassia: Soy yo quien se aparta, pero para cruzarle la cara de una bofetada. ¿Moderación? No, he decidido olvidar esa palabra unos segundos, porque este nao can venía pidiendo una hostia desde hacía un rato. Por terco.

-Ni. Gei. Wo. Gun.-le repito, remarcando cada sílaba.-Y no se te ocurra intentar controlar lo que hago NUNCA más.

Julian: - No, no lo voy a controlar nunca mas - niego. Au...cómo pica, me cagüen... Se supone que las Acompañantes son finas ¿no? Y no deberían pegar esta clase de hostias. Me acerco a ella y cojo una de sus muñecas, para que me mire. Ahora ya he empezado, ahora ya no me cuesta tanto 

- ¿Quién sabe? Igual el capitán de tu siguiente nave sí te deje meter mano en el orden de la nave para atraer la suerte - le digo - O quizás deberías quedarte en algún planeta con un par de clientes fijos que te hagan la vida mas fácil. 

Cassia: Mi rostro cambia unos segundos al pánico absoluto cuando me coge de la muñeca; es una expresión que me lleva un par de segundos controlar y cambiar. Qué mierda de todo, joder.

Me zafo de él de un tirón brusco cuando recupero el control, apuñalándole con mis ojos. Sé que busca hacerme daño...pero saberlo no basta para que yo no me sume hasta que se vaya y me deje hacer lo que me salga de entre las piernas.

-Quizá mi siguiente capitán me tenga lo bastante en cuenta como para no obligarme a nada que no quiero hacer.-le empujo.

Julian: Antes incluso de que ella misma me apartara, ya había captado su expresión y estaba soltando su muñeca. No la estaba apretando...¿No? No se me ocurriría eso... Ni de coña.

Estoy a punto de rectificar pero al escuchar lo siguiente que dice...

- Quizás tú le tengas lo suficientemente en cuenta a él para darte cuenta de cuándo intenta hacer algo por ti - aprieto la mandíbula y los dientes, mirándola - Tan en cuenta como para no jugar con él - la señalo y me doy cuenta de que como siempre, me termina perdiendo la boca. Cierro los ojos y niego con la cabeza - Elígelo bien.

Cassia: Aunque no lo siento, las perspectivas de todo esto me llevan a reirme. Por no echarme a llorar. Porque cuanto más avanza esto más tengo claro que, cuanto más entiendo lo que hace, menos quiero alejarme de él.

-Estoy hasta los putos ovarios de vosotros, ¿vale? No voy a volver a pasar por esto.-alzo las manos, resoplando, cansada ya.-Para empezar, ¿tu por qué coño crees que no me quiero ir? 

Julian: - Porque eres lo suficientemente idiota como para interponerte entre lo que venga y yo - respondo, porque lo había dicho en nuestra conversación anterior - Porque eres tan idiota que no te das cuenta... - me callo a tiempo y trago saliva antes de apretar de nuevo mis ojos. - Da igual. Se acabó la conversación - la miro de nuevo pero solo un momento - Yo decido en mi nave - dicho esto me giro, ahora sí, para quitarme de su vista como me ha pedido dos veces.

Cassia: -¿Que no me doy cuenta de que quieres protegerme y ponerme a salvo?-termino por él, cruzándome de brazos donde estoy.-¿Que no me doy cuenta de que no podrías vivir con el peso de mi muerte encima? ¿Tu te crees que el registro de acompañante lo rifan o qué?

Julian: Sin girarme, sonrío ácidamente. Ojalá fuera eso. Ojalá solo fuera eso.

- No presumas tanto... - murmuro.

Cassia: -A lo mejor te refieres a que soy tan idiota y que debí aprobar mis exámenes a base de sexo oral porque no me doy cuenta de que lo haces porque me quieres.-pongo los ojos en blanco, dejándome caer en la cama para sentarme.-Debería darte vergüenza que sea yo la primera en sacar esto a la luz.

Julian: - Me da vergüenza el ser tan idiota como para haber caído - me defiendo poniéndome completamente a la defensiva ahora aunque lo cierto es que me he quedado clavado en el sitio, aún dándole la espalda. No me atrevo a mirarla - No decirlo es inteligente.

Cassia: -Pues vale, lo siento, ¿te hace sentir mejor echarme la culpa, como si hubiera decidido seducirte o algo?-cojo uno de los dos últimos conos de incienso de manzana de mi mesilla y se lo tiro a la cabeza.-¡Qu si!

Julian: Me giro cuando siento algo golpear mi cabeza y apreto los puños antes de avanzar hacia ella con rabia. 

- Estoy en el infierno - le digo mirándola y antes de decirle lo otro que iba a decirle, la beso con la misma rabia contenida.

Cassia: Claro que yo también siento rabia, a unos niveles bastante peligrosos (ahora que por fin había conseguido tranquilizarme otra vez...), y supongo que es por eso que respondo inicialmente a su beso...hasta que le aparto, empujándole levemente con una mano en el pecho.

-Si lo único que consigo es hacer de tu vida un infierno, ya puedes coger la puerta y cerrar al salir.-murmuro.-Eso no significa que acepte la posibilidad de que te maten estando lejos de mí.

Julian: Niego con la cabeza y cojo la mano que me ha apartado para volver a pegarme a ella.

- Si después de todo sigues creyendo la mitad de las gilipolleces que digo, es que me conoces menos de lo que quieres hacer parecer- murmuro, aún enrabietado - He tenido una bronca con Dariel por esto, por lo de antes. Y aún así...aún así me acojona pensar que si cruzo esa puta puerta, me mandarás a la mierda - la empujo con mi cuerpo para tumbarla en la cama y apoyo mis manos en su colchón a ambos lados de su cuerpo.- Tú provocas esto y aún así sí, te quiero - asiento sin dejar de mirarla - Y es una puta mierda, un infierno. Y te sigo queriendo. ¿Cómo quieres que me sienta? Estoy enamorado de una mujer que se vende para hacer creer a los hombres que está enamorada de ellos. Pero seguro que ninguno siente lo que yo siento por ti y ¿qué mas da eso? Ellos tienen lo que quieren y yo tengo que acarrear mi frustración porque no tengo nada que ofrecerte salvo estupideces; que es lo que se me da bien. No haces de mi vida un infierno, simplemente eres quién quiere apagarlo y no tiene medios. Deja de intentarlo, Cassia; por los dos.

Cassia: Demasiado fácil consigue echarme Julian sobre la cama, porque otra vez siento miedo del de verdad, de ese que consigue romperme para dejarse ver en mi cara mientras me encojo y me apego al colchón. Yo he estado ya aquí...más o menos. Sólo rezo por que no acabe igual.

-Lo...lo siento...-susurro, con la voz temblorosa.-Lo siento mucho, de verdad. Yo...nunca quise provocar semejante frustración en ti...-cierro los ojos con algo de fuerza; ojalá eso me bastara para desaparecer.-Nunca quise hacerle esto a nadie.-inspiro hasta hinchar todo mi pecho por la nariz. Suelto el aire y vuelvo a tomarlo con ritmo lento para poder semi incorporarme, abrir los ojos y mirarle. Y aunque trato de mantener la mirada firme, los brazos me tiemblan al sostenerme.-Este es el momento en el que debería confesarte lo que siento; desearía poder hacerlo si no fuera a costarte la cordura y...a mi quizás la vida.-no sé cómo he conseguido decir esto sin entrar en histéria. Mi propio entrenamiento disciplinario se impone sólo como defensa.-No deseo otra cosa que la libertad de decírtelo, romper cada cadena de miedo, desaparecer del mundo que conozco y yo qué sé lo que nos esperaría después...Pero no la tengo. Y sin esa libertad, no quiero condenarte a soportar de una manera más intensa la tortura de mi oficio por hablarte de mis sentimientos por ti.-hago una pausa para recomponerme, cerrando los ojos un instante.

Julian: - Entonces no vuelvas a decirme que te tengo - le digo mirándola a los ojos, tal y como he estado durante el tiempo que ella misma me ha hablado - No me mientas.

Cassia: -Eso no es mentira; si lo fuera podría recuperar mi corazón de entre tus manos e irme.-bajo la voz.-Y no puedo.

Julian: Trago saliva, mirándola. No es esto lo que necesito, preferiría que me dijera que sí, que me miente constántemente, que no la tengo ni la tendré porque no le pago como los demás.

- Vas a hacerme daño - murmuro recordando lo que Dariel dijo.

Cassia: -Es lo que he querido evitarte estos meses, pero ya no sé cómo hacer que esto no sea una mierda para los dos. Es mi culpa, y está en mi mano que deje de doler tanto...pero no sería inmediato.-suspiro. No sé cómo no he pensado antes en esto. Supongo que es porque, aunque el Gremio haga el papel de padre que me prostituye, le debo respeto y lealtad. Es mi padre. No quiero pensarlo ahora mismo.-Quiero estar aquí cuando recupere mi libertad, y quiero haber hecho lo posible para asegurarme de que tú también estés.

Julian: Frunzo el cejo sin terminar de entender lo que me dice ahora. - ¿Qué quieres decir con eso? - pregunto.

Cassia: -Haré un último trabajo.-le explico.-He intentado ahorrar poco a poco lo que he ido ganando los últimos meses, pero no es suficiente. Uno más y se acabó para mí.

Julian: La miro con asombro, alzando las cejas. No, no me lo esperaba... Para nada. - ¿Cuándo has decidido eso? - pregunto ahora, en un hilo de voz - No...habías dicho nada - no puedo evitar sonreír un poco y agacho la mirada como intentando esconder que pueda ver que me alegro aunque es totalmente imposible. Vuelvo a mirarla después y hago el amago de ir a besarla pero termino abrazándola contra mi.

Cassia: Dejo de temblar inmediatamente cuando le abrazo, aunque la tensión relajada ahora me ha dejado bastante débil.

-En realidad era un plan a largo plazo que tomé hace tiempo...pero el dinero que ganaba se iba en comprar mis mierdas para conseguir otros clientes y ahorrar más dinero, porque en realidad no tenía dónde ir...-murmuro, sin saber exactamente qué estoy sintiendo ahora mismo. Un enorme vacío en el estómago, eso sí.-Pero aquí me siento segura; siento que tengo un hogar y una familia. No necesito mucho más dinero para ir tirando, hasta que aprenda otro oficio.

Julian: Ahora que la he abrazado no me apetece soltarla. Me siento algo mal por las cosas que he dicho hace apenas unos minutos pero a la vez siento que quizás puedo arreglarlo.

Acaricio su espalda con mis manos y paso mi nariz por su mejilla antes de besarla despacio en la misma.

- Está bien, no te preocupes - le susurro - No...te obligaré a irte si no quieres porque supongo que soy lo suficientemente egoísta como para quererte aquí ahora que me has confesado esto - la abrazo mas contra mi.

Cassia: -No es egoísta. Si tiene que pasar cualquier cosa, a mi me gustaría estar cerca de tí, y creo que te pasa igual. La impotencia de no haber tenido la ocasión de intervenir y de no ver lo ocurrido con tus ojos puede ser mucho más derrotante y duradera que el dolor.-le tranquilizo, apoyando las manos en sus hombros para separarle lo suficiente para volver a encararle.-Vamos a poner todo de nuestra parte para que nada malo ocurra, ¿de acuerdo?-le sonrío ligeramente.

Julian: Asiento con la cabeza y le sonrío un poco, como ella ha hecho. Llevo una mano a acariciar su mejilla y su pelo, pensando sin quererlo en todos los hombres que han podido tocarla anteriormente.

Es por ese mismo pensamiento, que tengo que robarle un beso de sus labios. Porque quiero tenerla y necesito sentirlo así.

Cassia: Esta vez respondo con más suavidad que antes a su beso, tomándole del mentón, y disfrutándolo al fin con la calma y paz momentánea que no me había permitido antes. Estoy inclinada sobre un acantilado bastante alto y escarpado; soy consciente...pero creo que necesito caer para avanzar en mi vida.

Que voy a cumplir 32 el mes que viene. Coño. No quiero que esta sea toda mi vida.

Notas de juego

Parte I de II. Perdón la extensión, pero vimos importante el desarrollo del momento.


¡Nuevo vocabulario chino se ha agregado a tu inventario!

Mei wen ti=Sin problema/No te preocupes

Shuo huang zhe=Mentiroso

Guan wo pishi=Me importa una mierda

Ni gei wo gun=Lárgate de mi vista

Qu si=Vete al infierno

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22/05/2011, 22:16
Julian Crautchin

Nota de aviso: Aunque en un principio esto sea solo para el Director, cuando terminemos estará a la vista así que no me queda mas remedio que decir que las siguientes líneas tienen contenido sexual específico. El que crea que puede sentirse ofendido, que no continúe leyendo a partir de esta nota.

[Conjunta retrasada Julian & Cassia. Situación: Final del día (el que estábamos jugando)]

Julian: Cuando me besa, me siento mucho mejor. La suavidad, el cariño... A pesar de todo lo que hemos hablado hasta ahora y de lo que nos hemos hecho sentir.
Me separo un poco de ella pero solo un poco, y no digo nada, vuelvo a acariciar su rostro y nos apoyo a ambos de nuevo sobre el colchón. Bajo mi mano por su costado para besarla otra vez.

Cassia: Me remuevo un poco en el colchón para terminar de subirme a él. No tengo tan claro como antes dónde voy a querer parar esto...si es que al final no decido no pararlo.
Paso los brazos alrededor de su cuello para acercarle más, manteniendo el beso tal como habían sido los anteriores en los cojines: sin otras connotaciones más allá del amor que sentimos.
Tras acariciarle un poco la espalda, deslizo los brazos hasta acabar mis manos en el cuello de su camisa y el primer botón. Sólo juego con él; no lo desabrocho.

Julian: Que juegue con el botón de mi camisa no sé si me pone nervioso o me hace replantearme ciertas cosas. Porque no sé a dónde llegará esto aunque realmente ahora mismo...me da un poco igual. Prefiero que la situación hable por sí sola.
Y es la misma situación la que hace que mi mano termine acariciando una de sus piernas al haberse subido ligeramente el vestido con el que me la había encontrado por la pasarela.

Cassia: Dejo de besarle cuando se me escapa todo el aire del cuerpo por su caricia en mi pierna; era mi primera intención al ponerme vestido, pero no esperaba sentirlo tan...no se me ocurre la palabra.
Aún con la boca entreabierta, posada en la suya, tengo que tomarme un momento antes de volver a besarle. Mierda. Le deseo.
Acabo soltando el primer botón y bajando al segundo al reanudar el beso, atreviéndome a buscar el camino al interior de su boca con mi lengua.

Julian: Mi lengua encuentra enseguida la suya y me reafirmo un poco en mi posición sobre su cuerpo. Alzo su pierna para que rodee mi cintura.
Dios, creo que llevo tanto tiempo sin esto que he olvidado prácticamente todo...
Mierda. Mierda. No tengo que pensar eso.

Y para no hacerlo, es que decido perderme un poco por su cuerpo así que llevo mi boca a su cuello dejando aún un espacio para que siga desabrochándome la camisa.

Cassia: Suspiro hondamente cuando empieza a bajar por mi cuello; de repente mi mente queda en blanco, jugando con el segundo botón de su camisa...No sé por qué es, pero se siente como si yo no supiera nada de estos juegos y las sensaciones me nublaran.
Me muerdo el labio, reaccionando, soltando al fin el botón y no entreteniéndome tanto con los siguientes, mientras mi mano vuelve a perderse en su pelo en caricias más pasionales que relajantes.

Julian: Subo de nuevo por su cuello y beso su mejilla, apoyando después la frente en la suya, mirándola y aprovechando para deshacerme de mi camisa habiendo terminado ella de desabrochármela.
Me hago a un lado de su cuerpo, girándome hacia ella y le sonrío mientras llevo una mano a acariciar su piel, subiendo la falda de su vestido.
- Vas a tener que ayudarme un poco... - le pido en un susurro - No quiero decirte el tiempo que llevo sin hacer nada parecido a esto.

Cassia: -Oh, vamos...-río un poco, mientras me incorporo para lentamente sentarme sobre él a horcajadas. Recojo bien la falda del vestido; no sólo para mostras bien mis piernas, sino para no cubrir su torso y que no me impida recrearme un poco.-Espera, ¿va en serio?-subo la vista de su abdomen a sus ojos.-Eso no es algo que puedas olvidar; no te preocupes.-paseo las manos por su vientre.-Está dentro de nosotros.

Julian: Subo las manos por sus piernas, acariciándola y subo mis ojos de ellas a los ojos de Cassia disfrutando de la sensación de sus caricias.
- No se me dan bien las mujeres ¿qué quieres? - me defiendo un poco, divertido.

Cassia: -¿Se te dan mejor los hombres?-pregunto, ladeando la cabeza. Y no era mi intención; tampoco lo esperaba...pero es que acabo de hacer una broma y me hace gracia, cubriendo como niebla por un buen instante mi preocupación. Río entre dientes muy discretamente...pero río.

Julian: Cabrona. Río y me semi-incorporo colando mis manos de nuevo bajo su vestido, subiéndolas por su espalda para sacárselo. Después, hago que pegue su pecho contra el mío.
- Embajadora... - niego despacio con la cabeza y le sonrío de lado - ¿Has visto la escenita con Kratos? Sabes que ellos aún se me dan peor - digo por seguirle el juego y atrapo su labio inferior muy suave con mis dientes.

Cassia: -Yo he sentido mucha tensión sexual en ese confrontamiento. Casi el mismo que cuando la mujer tuerta y él se amenazaban con las miradas.-bromeo, volviendo a reír. Así que funciona de esta forma...Muchas veces me he dedicado a hacer esto para alejar los miedos y las marañas mentales de otras cabezas, pero ahora que funciona también para mí, veo lo útil que es.

Hago que me suelte besándole brevemente, abrazándome después a él para acariciarle la espalda desnuda mientras me apoyo en su hombro.

Julian: Cierro los ojos cuando me abraza y acaricio su espalda con la yema de mis dedos, escondiendo un poco mi rostro en su cuello para mimarla con besos suave en él y su hombro.
- Has tenido fantasías conmigo y con Kratos ¿eh? - río suave, bromeando.

Cassia: -No lo sé. Es posible.-susurro, girando la cabeza para posar mis labios en su hombro. Le muerdo muy suave, con picardía.-Estaba demasiado ocupada viendo tu cuerpo desnudo que no me fijé en el otro.

Julian: Río de nuevo y giro la cabeza hacia el hombro en el que ella se ha apoyado.
- Era demasiado verme por la nave en gayumbos ¿eh? - sigo con la broma - Luego volvías a tu lanzadera para fantasear - muerdo su cuello y vuelvo a reír, juguetón.

Cassia: -¿Nunca has fantaseado conmigo fantaseando contigo?-digo con mucho cuidado, mirándole divertida.

Julian: ¡Hala! Menuda pregunta... Y yo solo puedo reír un poco, avergonzado y declarándome solo con eso.
Me escondo en su cuello de nuevo.
- Calla...

Cassia: Río yo también al sentir su turbación, volviendo a acariciarle y moviendo la cabeza para encontrar sus labios. Por muy adorable que me parezca, tengo que ahorrarle el momento de vergüenza, y el silencio que pide se lo doy en un beso.

Julian: Agradezco el gesto y respondo su beso, volviendo a pegar su pecho al mío.
Suspiro un poco entre sus labios pensando en el tiempo que hacía que no me sentía así..., tan bien. Y aunque no termine de creérmelo, soy consciente de todas las sensaciones que me transmite ahora mismo.

Cassia: Vuelvo a echarnos en el colchón en lo que dura el beso, pudiendo sin dudas confiar en que su cuerpo podrá aguantar el mío apoyado encima. Sólo apoyo los codos a ambos lados de su cuerpo para poder moverme sobre él, estimulándole con el movimiento sutil de mi cadera.

Julian: Suspiro mas hondo y llevo las manos directas a sujetar su cadera aunque no la sujeto realmente, solo acompaño su movimiento.
Hago nuestros besos mas pasionales con el juego de nuestras lenguas y la ayudo a apretar su cadera contra la mía.

Cassia: Mantengo el mismo ritmo un rato, mientras alterno nuestros besos en la boca con mis labios trazando largos y sinuosos caminos por su rostro y mandíbula hasta el cuello y tras la oreja.
-Relájate...-le susurro al oído. No me parece relajado precisamente.-Escucha a tu cuerpo y haz lo que te pida.

Julian: - Qué fácil suena ¿eh? - susurro y sonrío de lado, dejando que me bese y me mime - Solo...no quiero defraudarte.

Cassia: -No vas a hacerlo.-le respondo, muy segura.

Julian: Sonrío mas al escucharla y dejo escapar otro suspiro ante sus atenciones.
Voy a contestar pero decido que no hace falta. Bajo mis manos hasta su trasero y la aprieto contra mi haciendo yo también un leve movimiento hacia adelante con mi cintura a la vez.
Al mismo tiempo, giro mi rostro para buscar sus labios con los míos y volver a besarla.

Cassia: Julian corta el suspiro que abandona mi boca al besarme, pero no por ello dejo de sentir ese escalofrío que me ha provocado el sentirle moverse también. Dejo de darle tanta importancia a mi propio movimiento ahora que él se ha animado para acariciarle el costado con una mano, bajando lentamente hasta enganchar el borde de su pantalón. Jugando, cuelo un dedo hasta donde me permite lo apretado de la tela.

Julian: Sin dejar de moverme despacio, subo de nuevo mis manos por su espalda para llegar a su sostén y desabrochárselo.
Apreto mis manos en sus costados en una caricia intensa, intensificando a su vez el juego de nuestras bocas.

Cassia: Volviendo a apoyarme en las rodillas alzo un poco mi cuerpo del suyo para poder desplazar mi mano hasta su bragueta y apartar mi sostén ya suelto. Hago lo mismo que con el botón de su camisa; juego con el enganche, igual que le froto intensamente con la palma de mi mano al ritmo de nuestros besos.

Julian: Llevo mis manos a sus pechos para acariciarla siguiendo el ritmo ya de nuestros besos y su caricia por encima de mi pantalón.
Vuelvo a suspirar pero esto ya es mas parecido a un bufido o un jadeo, por su intensidad. Llego a levantar un poco la cabeza de la almohada como si el contacto entre nuestros labios aún no fuera suficiente y necesitara mas.

Cassia: Mi respiración comienza a alterarse, y realmente empiezo a pensar que no pasaría nada (por mi) si pasáramos de este punto. Quizá si, quizá esto sea precipitado...pero en esta situación, procrastinando las cosas, tal vez nos las perdamos.
Termino de desabrochar su pantalón, colando mi mano en el interior cuando me separo un poco de sus labios.
-Quiero sentirte encima de mí...-le susurro, acariciándole la nariz con la mía.

Julian: Me semincorporo al escucharla, despacio, como si no fuera a hacerlo o como si quisiera dar un par de vueltas antes de eso.
Claro que lo que hago es mimar un poco su piel con mis labios y tras un momento, girarnos poco a poco sobre el colchón.
Termino de sacarme los pantalones y me coloco entre sus piernas, jugando aún con la tela de nuestra ropa interior por el medio.

Pego mi cintura a la de ella y luego la separo para besar su cuerpo, volviendo a pegarla después, originando un suave pero intenso roce para volver a bajar mis labios y besar su pecho.

Cassia: Profiero un largo suspiro que se va apagando poco a poco al quedarme sin aire. Oh, Buda sagrado...no puedo evitar sentirme algo patética por la forma en la que Julian consigue...Si, vamos a decirlo; consigue ponerme demasiado, y aunque lo controlo, yo sé perfectamente qué es lo que está pasando en mi cabeza.

Le doy un momento, pero después incorporo medio cuerpo para volver a reclamar su boca, entrelazando mis piernas alrededor de su cintura para mantener bien pegado mi sexo al suyo. Vuelvo a moverme contra él, y espero que no note demasiado las ganas que realmente le tengo.

Julian: Como ella, porque lo he notado, yo también me quedo sin aire un momento recuperándolo también al robarlo de sus labios. Apoyo los codos en el colchón metiendo los brazos bajo su almohada y empujo mi cadera contra ella.

Tengo que decir que creía que podía alargar mas esto, no hacerlo tan...no sé... Ahora mismo no me sale la palabra. El caso es que estoy deseándolo y aunque quisiera controlarlo, no puedo.
Bajo mis labios a su cuello.
- ¿Dónde tienes...? - pregunto en un susurro, imaginando que entenderá a qué me refiero.

Cassia: ¡Si! ¡Jing chai! Mi corazón parece haberse saltado un par de latidos por la expectación que ha provocado su pregunta.
-¿Condones? Yo no uso de eso...-le respondo en un murmullo, y sonrío aprovechando que no me mira.

Julian: Alzo la cabeza y las cejas para mirarla. No me lo creo, pero no lo digo en alto pues creo que mi expresión se lo dirá todo.

Cassia: Río un poco entre dientes al verle la cara; soy mala.
-En la mesilla.-le respondo al fin, mirando un momento a la izquierda para indicárselo tras darle un toque en el mentón.

Julian: Entrecierro los ojos para mirarla cuando la veo sonreír entredientes y le muerdo el mentón antes de apartarme y estirarme para abrir el cajón de la mesilla que me ha indicado.

Al abrir y no mirar, solo meter la mano, me encuentro con que hay mas cosas de las que podría imaginar en un primer momento. Y no sé aún por qué (ya que pinta de condones no tenía, supongo que fue pura curiosidad), saco... Algo que en un primer momento no tengo ni idea de qué es. Hago una mueca.
- ¿Qué...? No, espera - hablo - No lo digas, creo que no quiero saberlo - niego con la cabeza y estiro uno de mis brazos para alzarme mas y poder, ahora sí, encontrar los preservativos entre todos aquello...juguetes sexuales.

"La curiosidad mató al gato" y un día, hará lo mismo conmigo.

Cassia: Tuve que volver a reírme, pero esta vez con ganas, porque no me esperaba que fuera a echar la mano ahí mismo, entre mis juguetes. Es que el pobre hombre ha abierto el cajón que no es; los condones sueltos los tengo en el otro cajón. Ahí tengo las cajas sin abrir.

-Eso es...-Julian me frena antes de que pueda decirle que ha cogido un vibrador anal, lo que me pareció más divertido incluso de entre todo lo que podría haber sacado.-Vale, está bien; dejaré que sigas siendo inocente. Me gusta más así...-le llamo con la mirada, bajando un poco mis bragas con los pulgares pero sin quitármelas. Prefiero que lo haga él.

Julian: Me tomo un momento para abrir la caja y sacar uno, dejando el paquete sobre la mesilla y el preservativo cerca, sobre la almohada.

Bajo por su cuerpo y llevo la lengua a jugar con el piércing de su ombligo mientras la mano que no se apoya le quita las braguitas.

Vuelvo a subir y la beso, pegándome de nuevo a ella pero sin haberme deshecho yo de mi ropa interior, volviendo a jugar con ella y con su paciencia... Aún sabiendo que una acompañante es capaz de controlar todas esas cosas.

Cassia: Un fugaz flash pasa por mi mente, cargado de preguntas e incertidumbres además de miedo, cuando siento su lengua por donde mi colgante. ¿Vería la cicatriz que baja de mi ombligo? Sé perfectamente lo bien curada que está, pero aún así sentí esa duda mayor que cualquier otra.

En un intento de alejarle de ahí deslicé una mano hasta el colgante, cubriéndolo protectoramente con los dedos antes de acariciar el rostro de Julian para distraer su atención.

El capitán vuelve a jugar conmigo; sí, esta vez ÉL juega con mi paciencia del todo.
-Hazlo.-le pido entre beso y beso, con los ojos bien cerrados.

Julian: No espero mas cuando me lo pide, vuelvo a apartarme un poco, haciendo fuerza con uno de mis brazos, y me quito los calzoncillos. Con la misma mano, cojo el preservativo y lo abro antes de ponérmelo para volver a cubrir su cuerpo con el mío.

Me acomodo bien entre sus piernas, apoyándome también de manera que no la aplaste demasiado y juntando mi frente a la suya.
La penetro muy despacio para dejar que se haga a tenerme dentro y solo con eso, ya jadeo muy suave.

Cassia: Mi primer gemido suena algo doloroso por el hecho de que me he avanzado a pedirle que me penetre. Esperaba que eso bastase para apartar cualquier pensamiento de mi cabeza que se haya podido quedar tras el flash...pero no; todavía siento perfectamente cómo mis músculos rodean perfectamente el miembro de Julian.

Me abrazo a su cuello, manteniendo los ojos cerrados para mantener oculta mi mirada. Sé que me preguntará si estoy bien...
-Sigue...-suspiro, entreabriendo los ojos para sonreirle.

Julian: - ¿Segura? - pregunto en un susurro, no me había parecido que estuviera demasiado bien a pesar de su sonrisa.

Cassia: Asiento, pasando la punta de mis dedos por su nuca. No le digo nada más; estiro el cuello lo suficiente para juntar nuestros labios y perderme así en su beso. Que eso consiga llevárselo todo.

Julian: Aprovecho el nuevo beso para seguir con mi movimiento entre sus piernas, aún pausado y suave.
- Si en algún momento va mal...solo dilo - le pido aún susurrando.

Cassia: Expulso el aire de golpe en una bocanada, mirándole. Iba a responder, pero al relajarse un poco mis músculos, las sensaciones consiguen distraerme momentáneame...y al ser lo que busco, dejo que me pierdan.
-No te preocupes.-consigo decirle al fin, moviéndome yo también con él.

Julian: Ahora sí le sonrío y llevo mi boca a su mejilla para besarla y morderla con cariño, hundiendo después mi rostro entre su cuello y su hombro, mimando su piel.
Me concentro así para seguir con lo que estoy haciendo, poco a poco intensificando cada embestida; que siguen siendo cuidadosas.

Cassia: Al fin me permito abandonarme al placer, poniendo la mente en blanco y dejando que mis manos paseando por su espalda y sus brazos sean mi contacto con el mundo real. En realidad esto suelo hacerlo para tener el control de mi orgasmo, pero ahora mismo es igual de válido.
Así no me cuesta demasiado disfrutarlo de verdad. Acompañando a mis manos, mis labios también miman su piel, por el cuello, los hombros y por la línea de la mandíbula.

Julian: Pego un poco mas mi pecho al suyo para tener el mayor contacto posible con su cuerpo, por el que me me estoy volviendo mas loco de lo que creía. También es que la negación que ambos teníamos ante todo esto tiene un papel importante.

Sin brusquedades, sigo haciendo de manera continua que la penetración coja mas ritmo, intentando aún controlarme. Claro que habrá que ver cuánto me dura, sigo diciendo que tanto tiempo sin sexo no puede ser nada bueno (y no, las pajas no cuentan).

Cassia: Mi cuerpo solo se aferra a él, jadeando contra su hombro, cuando ya soy todo instinto y uno por ciento razón. Mis dientes se hunden un poco en él cuando desplazo mi boca hacia el comienzo de su cuello.

Y entonces pasa. Ahí llega mi necesidad de tener el control. Vuelvo a girarnos en la cama, quedando esta vez yo encima, marcando el ritmo que yo quiero. Cojo sus manos para colocárselas a ambos lados de la cabeza en la almohada, usándolas de apoyo para mí. Cuando le imprimo un ritmo algo más rápido al vaivén de mis caderas busco su boca...para morderle un poco el labio inferior.

Julian: No lo espero aunque tampoco me desagrada ese impulso que le da.

Entrelazo mis manos con las de ella dejándome hacer y bajando mi mirada al movimiento de su pecho por culpa del baile de su cintura.

Me deshago de su agarre y le dejo las manos apoyadas para bajar yo las mías por sus costados para llegar a su cadera. No cambio su movimiento, solo lo sigo con ellas.

Jadeo algo mas fuerte por el cambio de ritmo y es cuando me doy cuenta que así solo conseguirá que se me vaya la cabeza (y todo lo demás), y que mi esfuerzo por controlarme será totalmente en vano.

Cassia: Le doy un beso breve antes de dejar mi cabeza apoyada unos instantes en su frente, abrumada por el propio calor de mi cuerpo y el suyo hasta el punto de ya no saber si aguantaré más o no. Inspiro. Control.

Sonrío cuando vuelvo a tener las riendas, y tras otro beso me yergo patinando mis manos por la fina capa sudorosa que cubre el torso del capitán, quedando como cuando me senté antes aún con el vestido puesto. Puedo moverme mejor de esta manera, y al menos así puedo echarme todo el pelo al mismo lado de la cabeza.

Julian: Mierda. Estiro el cuello, sintiendo un escalofrío y transmitiéndoselo a ella a base de apretar su cadera con mis manos.
Logro soltar una de las manos para subirla por su vientre, sus pechos y terminar en su mejilla.

Abro los ojos para mirarla y consigo sonreírle antes de separar mi espalda del colchón haciendo que sus brazos pasen a rodear mi cuello, y volver a recuperar el sentimiento de su pecho contra el mío.
Aunque la triste realidad es que me da que no aguantaré mucho mas y siento la necesidad de abrazarla y besarla para cuando vaya a correrme.

Cassia: Vuelvo a abrazarme a él, con más fuerza si cabe, pues la nueva posición me limita un poco los movimientos, imagino que al igual a él.
Lo que hago es echarme un poco hacia atrás, soltando uno de mis brazos para aferrarme a mis sábanas y confiar en mi fuerza con él para ayudarme.
Más que besarle busco exclusivamente el juego de nuestras lenguas, que se interrumpe al arquearme por un discreto espasmo.

Julian: Termino moviéndola con mis manos, siempre respetando en parte el ritmo que ella marcó desde que se puso sobre mi.

Ahora sí que siento el primer aviso que llega para hacerme temblar y cortarme la respiración un par de eternos segundos. Vuelvo a jadear y aprieto los ojos teniendo que dejar de besarla y apoyando mi boca en su cuello cuando ella vuelve a echarse un poco mas hacia atrás.

Bufo con el segundo aviso, que viene a ser el último, y abro la boca dejando escapar un pequeño gemido de liberación, corriéndome.

Cassia: Uh-oh...Yo reconozco esto. Aunque el impulso de mi cuerpo es seguir moviendo las caderas contra él, parte de mi razón regresa para confirmarme que Julian se ha corrido. Joder, ¿cuándo ha pasado esto? ¿Cuánto tiempo ha pasado?
Bajo el ritmo poco a poco hasta detenerme, besándole el rostro hasta encontrar sus labios. Muuuuuy bien, Cassia Ren-Shen; estabas tan ocupada en tí misma y en tus problemas que se te ha pasado. Brillante.

Julian: Tardo un poco en reaccionar tras mi orgasmo, disfrutándolo todo lo que puedo. Me lo merezco, yo creo.

Eso sí, cuando empiezo a ser mas consciente y a tranquilizarme poco a poco, mi mente se hace una pregunta. Bueno, realmente no es una pregunta.
- No te has... - la miro - Siento si he... - ¿qué?; ¿durado poco por falta de práctica? - Déjame arreglarlo.

Cassia: Un momento; ¿cómo cojones se ha...? Jodeeer...Aunque trato de poner mi sonrisa más tranquilizadora, confieso interiormente que me ha pillado como a una puta novata.
¿Y qué le digo? ¿Que lo arregle porque ahora mismo estoy demasiado cachonda como para dejarlo estar? No creo que eso fuera a hacerle sentir mejor.
-Tendrás que perdonarme; tal vez me he entusiasmado demasiado.-susurro, entre divertida y algo cortada.

Julian: La miro pero decido no decir lo que estoy pensando, porque seguramente sería algo que me dejaría en mala (peor) posición.

La aparto para quitarme el preservativo y me deshago de él antes de volver a coger a Cassia y someterla de nuevo bajo mi cuerpo.
La beso solo un poco y llevo una mano a masturbarla antes de que mi boca comience a bajar por su cuerpo.

Cassia: Teniendo en cuenta que ahora sí que soy consciente de lo que ocurre y que puedo "elegir" de cierta manera cuándo termina para mí, tampoco le pediría a Julian más trabajo...
Supongo que me gusta demasiado la idea de que meta la cabeza entre mis piernas como para detenerle según va descendiendo.

Mis pequeños suspiros se reanudan a su masturbación, pero realmente gimo como no lo había hecho antes al paso de su lengua. Decido dejar que llegue cuando tenga que llegar, sin retrasarlo ni avanzarlo...porque no tenía ninguna duda de que Julian ya me había vuelto loca.

Mi cuerpo se remueve entero como si una ola me pasase por encima en un orgasmo más silencioso que todo el proceso; el aire ha quedado atrapado en mis pulmones, y tarda unos segundos en salir por la nariz. Hasta que mi mano revuelve el pelo de Julian por última vez antes de apartarse.

Julian: No hace falta mucho mas para saber que ahora sí ha tenido el orgasmo. Me separo de ella, no sin antes darle un beso en uno de sus muslos y me quito de encima para dejarla respirar.

Tumbado a su lado y apoyando mi cabeza en una de mis manos, llevo la otra a acariciar su piel, observándola. Aunque de repente siento un poco de vergüenza y llevo mi cara a esconderla en su cuello, respirando su aroma mezclado con el del sexo y abrazándola.

Cassia: No me cuesta demasiado recuperarme, por lo que puedo darme la vuelta en el colchón para quedar boca abajo mientras Julian me acaricia, y yo me quedo observándole. Es una paz momentánea, que desgraciadamente no sé distinguir lo que dura a mi punto de vista...pero se agradece. Porque aunque la visión de Julian desnudo a mi lado no basta para que todo desaparezca tan sencillamente.
Río muy flojito cuando se esconde en mi cuello, abrazándole yo también con un brazo. No; ni siquiera esto puede borrar tanta mierda de mi cabeza.
-Entonces...¿esto es que me dejas limpiar?-susurro con mi tono de "bromas para aligerar el ambiente". Aunque sé que para Julian puede no serlo.

Julian: Suspiro al escucharla y saco la cabeza de su cuello para mirarla con los ojos entornados.
- Ni hablar.

Cassia: Suspiro yo también. Qué hombre más cabezón...
-¿Tienes algo en contra de los amuletos? No tocaré nada.-tercer intento. Veamos.-Y yo pensaba que acostarme con el capitán me daría privilegios...-chasqueo la lengua, y al ver el leve atisbo de su expresión, enseguida le sonrío.-Xi xue de.

Julian: - No tengo nada en contra de los amuletos, simplemente no creo en eso - le digo con paciencia y llevo una mano a apartarle el pelo, inclinándome para besar su espalda.

Cassia: -Bueno, pues yo sí creo en ellos. Y en la influencia de las energías.-aprovecho que acerca la cabeza al besarme la espalda para girarme un poco y besarle yo la cabeza.-Si no cambio nada de sitio, no debería molestarte que al menos yo me sienta un poco más segura.

Julian: Vuelvo a suspirar y apoyo una mejilla en su espalda.
- Joder, está bien. Pero no quiero que muevas nada de sitio.

Cassia: Sonrío para mí, llevando una mano a rascarle suavemente la barbita.
-Sheh sheh.-le agradezco en un susurro.

Notas de juego

Y yo también pido perdón por lo larga que ha salido la escena de sexo... Al menos se hace mas amena gracias a las bromas q hay por el medio (o eso creemos). De todas maneras, algo así tenía q ser bastante definido para q todos lleguen a entender el por qué de todo lo q pasa ^^ Hale, listo.

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23/05/2011, 22:32
Julian Crautchin

A pesar de lo vivido la noche anterior, este día en concreto siempre es igual; mi cuerpo y mi mente quedan influenciados desde que se mueven de la cama.

Intento centrarme un poco en las sensaciones nuevas pero la influencia del Día de la Unificación me toca tanto las pelotas que me pone malo. Para colmo, ni siquiera estoy con los pies en algún planeta donde podría resarcirme liándola con Dar en algún antro lleno de imbéciles celebrando este día.

Me paso las manos por la cara habiendo recogido con ellas algo de agua antes. Suspiro a continuación. Mi nave llena de Feds... Solo espero que no piensen en algún tipo de celebración, siempre puedo poner de excusa que los pobres heridos no están para fiestas precisamente.

Vuelvo a pensar en Ella buscando un poco de serenidad, pero en lugar de eso, la negatividad de este día que me pone malo, me dice: "Otro problema mas para la colección, Capitán". Y ya no quiero pensar en cuando Dariel sepa que no solo no hemos parado, sino que hemos ido a mas.

Sacudo la cabeza mirándome un momento en el espejo.
Ha dicho que va a dejarlo..., que solo hará un trabajo mas. ¿Qué puede pasar? Además, tengo problemas mucho mas jodidos, esto con la Embajadora debería servir para darme un poco de aire extra. Por muchos problemas que estén revoloteando a mi alrededor.

¿Y si me pasara algo? ¿O a ella? ¿Si nunca hubiera pasado nada? ¿Si nunca nos hubiéramos parado a ver qué pasaba? ¿Tan mal está? ¿Acaso no me merezco algo así? ¿No se merece ella un descanso después de tantos años sometida a su trabajo?

No, mi amigo puede decir o pensar lo que quiera pero lo que hemos hecho no está mal; debería alegrarse. Porque yo me alegraría si a él le pasara algo así, si descubriera esta clase de sentimientos y se dejara llevar por ellos para disfrutarlos.

Lo que está jódidamente mal es celebrar este día. Patético... Triste. Me ofende, y me ofende mucho mas que mi Orpheus esté repleta de esos... Me dan asco. Tanto que decido que en el día de hoy, no pisaré la zona por donde ellos se pasean.

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23/05/2011, 23:21
Helena Tijeras

 

[sala común - cocina]

-¿y acaso flaquearon nuestras tropas acorraladas en el Gran Cañón en Deadwood?, ¡A fe mía que ni una jauría de Reavers en celo habrían luchado con una furia y una valentía mayor -Blandí el rodillo enharinado con énfasis y entusiasmo frente a mi publico, un puñado de feds y pasajeros tan ociosos como incautos que, con una mezcla de curiosidad y temor (algunos más lo segundo que lo primero), escuchaban atentamente cada una de las palabra que esta, ahora desde aquel preciso instante también excombatiente de la alianza, es decir, una servidora, tenía para ofrecer mientras aporreaba una masa informe y pegajosa que, en un futuro próximo, terminaría por ser lo más parecido a un pastel de lo que más de uno en aquella nave vería en mucho, mucho tiempo.

-Fue ahí donde perdí el ojo -hice una pequeña pausa dramática - y yo misma se lo hice tragar a esos perros después -añadí con una sonrisa satisfecha, pasándome el trapo distraidamente sobre el hombro y atendiendo, esta vez, a la burbujeante y aromática olla que borboteaba en los fogones.

No estaba segura de la cantidad exacta que debía añadir de aquella harina tan especial y que, con tanto esmero me había dedicado a preparar tras el golpe y lejos de miradas furtivas. Abriendo todas y cada una de las capsulas indevidamente apropiadas, sustraídas o mejor dicho, tomadas prestadas de la bien surtida enfermería (todo había que decirlo). Así pues, como no estaba segura de las cantidades y como decía la siempre sabia abuela Angela Maria Cortez de Torquemada, "cuanto más mortero, mejor para el caldero" (también decía que más valía un tiro a tiempo como escarmiento),  terminé por agregar la totalidad del botín al puchero.

¿y para qué tantas molestias? habrá quien se pregunte...

No voy a negar que si bien el uso y disfrute personal habían jugado un papel relevante, el liarsela a los unionistas en su festividad más sagrada, consagrada y para que negarlo, tocapelotas de su historia, se había convertido en una especie de tradición que cada año trataba de mejorar muy concienzudamente tanto en calidad como en creatividad.

 A mi modo de ver, cualquier excusa era buena en cuestiones de hijoputismo.

-Señores, la cena de hoy pasará a los anales de la historia -sonreí como un gato mientras espolvoreaba el pellizco final de cilantro en el interior del apetitoso guiso.

 

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24/05/2011, 01:47
Ian Green

Aaaah. Cómo añoraba el no hacer nada. Quiero decir, sí, me encanta curar a la gente, es todo un reto en muchas ocasiones haciendo que se convierta en algo muy interesante, muy real. Pero ahora, comprobar cómo van las heridas y limpiarlas con desinfectante es algo que puede hacer incluso el mismísimo capitán, por lo que Bob se encargará sin dudarlo.

Puedo hacer, y hago, una de las cosas que más me gusta hacer. Tumbarme en la cama boca arriba, mirar arriba y pensar en lo guay que es vivir. Y en una nave, ahora. Fuah, es como fumarte un verde y ver... mola. No hago más que oler yerba aquí, yerba allá pero no hay yerba en mis pulmones. No. Falta de oxígeno. Siempre falta algo, si no es papel, es mechero, sino oxígeno. Todo quejas y prohibiciones. "Con lo fácil que es el vive y deja vivir".

Hoy es el día de la Unificación. El día en que los grandiosos, verdaderos, justos y caritativos admiradores de lo que hoy en día se conoce como la GRAN Alianza vencieron a los perros de los Independentistas. He de vestirme como sólo la alta sociedad, miembros de una civilización con cultura, puede lucir en un día como tal.

[...]

- ¡Feliz día de la Unificación!

Me presento al Comedor vestido cómo se merece, con mi mejor y más buen traje de "oh, mírame y flipa. Qué de pasta". Me acerco hacia la copa más cercana y la levanto, clamando al brindis.

- Por el día en que perros como mi padre consiguieron todo el poder, permitiéndoles hacer lo que quieran -Me está quedando bien, y todo, y éso que no voy drogado-. Por un mundo más justo y... -Dudo, copa en mano- por la legalización.

Bebo y me siento, a comer el plato de Helena Tijeras. Cocina muchísimo mejor que mamá, dá más miedo que El Sargento y... y... lleva un parche. La verdad es que sería interesante comprobar si los nervios de sus ojos funcionan de distinta manera*. El Día de la Unificación... lo único que se puede celebrar es el fin de asesinatos en masa.

Notas de juego

* Hay que parecer científico, empecemos con las chorradas.

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24/05/2011, 09:21
Kratos Syn

- ¿Qué mierda es ese ruido? - Gruño con la lengua pastosa.

Creo que estaba dormido hace un segundo. ¿Por qué coño tengo la cabeza metida en una campana? Ah, no, joder es el despertador. ¿Quién le ha subido el volumen? Estiro la mano para apagarlo. Golpeo una botella con el brazo, que cae al suelo. El ruido del cristal retumba en mi cabeza. Joder, el whisky. Abro un ojo y lo miro, la botella está vacía, empiezo a entender este maldito dolor de cabeza. Beber en soledad hasta caer inconsciente. Kratos, tú antes molabas. Me incorporo y me llevo las manos a la cabeza. Parece que la batalla del valle de Serenity se esté librando en mi sesera. Algo zumba en mis oídos de forma insistente. ¿Qué mierda es ese ruido? Ah, coño, el despertador. Engancho el chisme del infierno y lo lanzo contra la pared como venganza.

Cuando la habitación deja de dar vueltas un momento, miro alrededor. La fiesta que me di solito no se puede tildar precisamente de salvaje. La botella en el suelo y un vaso con un culín de whisky es todo lo que queda como testimonio. Bueno, y mi enorme resaca. Joder, yo creo que todavía estoy borracho. Me pongo unos pantalones, le dan por culo a la camiseta. Hora de desayunar.

Como puedo, salgo dando tumbos, apoyándome en las paredes a cada paso. Estoy perdiendo facultades. Eso me hace acordarme de Steve. Pego un puñetazo a una pared, el dolor en los nudillos me ayuda concentrarme. Un pie, ahora el otro. De nuevo el mismo pie, vamos ahora con el derecho... perfecto. No recordaba que andar fuese tan difícil. Me voy arrastrando hasta el comedor. Cuando llego allí veo a Helena y al médico. Bueno, ahora las cosas sólo pueden ir a mejor.

Me siento pesadamente en una silla, apoyo los codos en la mesa y mi frente sobre mis puños.

- Joder. Ian, ¿tienes algo para la cabeza en tu botiquín? - Noto la sien húmeda, me miro los nudillos. - Y pásame ese trapo para limpiarme la mano, ¿quieres?

Me fijo un poco más en la situación. Veo a la tuerta contando batallitas mientras cocina. Y las pintas del doctor son...

- La hostia. ¿Vas a un baile de disfraces? - Mi cerebro empieza a procesar poquito a poco. Tick, tack, tick, tack. - Ah, mierda, ¿es hoy el día de la Unificación? Ta Ma Duh. - Lanzo un gruñido de resignación. - Creo que voy a necesitar más whisky.

Hoy es ese grandioso día en que los estirados celebran su victoria sobre granjeros y mineros. De puta madre. Creo que voy a ver si consigo desmallarme y llegar a mañana. El ánimo no va a estar precisamente elevado por aquí.

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24/05/2011, 10:15
Joseph "Pinky" Rousseau

 Tras dias de mal humor por la dichosa apuesta con Angel por fin algo bueno, el dia de la unificación. Ni luche en la guerra ni me importo una mierda su resultado, aunque reconozco que me va bien tal como están las cosas ahora.

Pero lo importante es toda esa alegría etílica en el ambiente. Si hay algo mejor que una timba es una timba para desplumar borrachos.

Aun es un poco temprano, pero empiezo a jugar unas manos amistosas con algunos feds y quien se una al juego. Cuando beban un poco mas es cuando empezarán las apuestas en serio, y unas horas despues los lloros y enfados ofendidos. Me encanta el dia de la unificación

Entre mano y mano hecho una ojeada a la sala común, la psicopata tuerta amasa un pastel y cuenta historias de guerra, ni loco voy a comerme lo que prepare esa perra, prefiero pasar hambre, y de hecho mi dieta estos dias no ha sido muy buena, soy perfectamente capaz de cocinarme mi propia comida, pero la verdad que no queda demasiado sabrosa.

El doctor parece ir a una fiesta de disfraces y dice incoherencias, pero parece que son bien recibidas, lo que indica que todo va muy bien.

Junto a el se sienta el jefe de seguridad de la nave, kratos creo, que mala cara tiene, casi mejor no le invitaré a jugar