Partida Rol por web

Una mañana legañosa, hastía... Te encuentras algo mal, y notas que hace un calor insufrible*... Sudas en tu cama, y crees que lo mejor que puedes hacer es salir a dar una vuelta a hacer lo que sea...
En Nueva York, las calles están salpicadas de nieve cuando Eva no necesita más que una chaquetilla para salir al exterior... Para Taylor es imposible escapar de ese infierno, puesto que el aire acondicionado se le estropeó hacía unas semanas y por vagancia u otros motivos, no llamó al técnico para que lo arreglaran.
Los Ángeles es la tierra del perpetuo sol para los norteamericanos... Y ésto es algo en lo que quizá Hawkins "se esté cagando" en éste momento... ¿Qué haréis para escapar del calor...?

¡Maldito Calor!, ¡esto tiene que ser culpa del efecto invernadero o algo así! - Salto de la cama, cojo la bata y salgo a la terraza un poco, para ver si se pasa.

Contemplo el espectáculo de luces que es Nueva York nocturno...
Espero que eso del virus sea una parida de internet.... ademas, yo soy sana, es imposible que hayan infectado algo de lo que como, al fin y al cabo es de primerísima calidad.
Me doy levanto la cabeza orgullosa e indignada por un pensamiento tan ridiculo... yo, infectada, ni que comiese basura como los pordioseros...

Tu mayordomo se acerca con tu teléfono móvil. Se refleja en la pantalla el nombre de tu padre.

- Señorita Fameite, una llamada de su padre... ¿Se encuentra usted bien? - pregunta al ver tu frente perlada de sudor.

Solamente tengo un poco de calor - digo de forma tajante y cojo mi telefono - Gracias Adam* - Cuando se da el mayordomo la vuelta, me limpio la frente con la manga de la bata y suspiro.

Me acerco el teléfono al oído y digo:
Hola papi!, ¿te has vuelto a quedar trabajando hasta tarde? Sabes que eso no es bueno, necesitas descansar

- Hola cielo... - "papi" no parece estar de buen ánimo - Cariño... Necesito saber algo... ¿Qué temperatura hace en Manhattan? Estoy ahora mismo en Jersey...

- L.A Westside, cerca de Berverly Hills.
- 09:47 AM

Esta vez pudo dormir. De hecho, cuando se lo propone, es capaz de hacerlo: sólo basta con un par de furcias y tres o cuatro botellas del "Viejo Jack". Después, la resaca: dura, recia, seca...un par de pastillas y como nuevo. O casi.

Pero hoy todo es distinto. Hace calor. Mucho calor.

Taylor despierta con un respingo, empapado. Hay una mujer en su cama.

Que...qué coño es esto?!! ¡Diosss! Estoy...estoy...

Aaaahhhh!!!!- grita con todas sus fuerzas, sentado sobre las pegajosas sábanas. La sensación de calor es casi insoportable: los rayos de luz que se filtran por las cortinas entreabiertas duelen literalmente al proyectarse sobre su cuerpo sudoroso. La habitación es un microondas y él está empezando a gratinarse.

De un empujón tira de la cama a la prostituta y se levanta fustigado por el ambiente abrasador. Hay botellas vacías tiradas en el suelo. Coge una con rabia y la estampa contra la pared, haciendo que vuelen cristales por toda la estancia.

Diosss!!!- vuelve a gritar, encolerizado, impotente. Lágrimas e hilos de sudor fluyen por su cara y se confunden. La cabeza arde. El pecho arde. Sus miembros arden.

Aparta, coño!- exclama mientras le arrea una patada a la mujer, tendida en el suelo. Le obstruye el paso hasta el mando del aire acondicionado.

No...no...no...

ME CAGO EN LA PUTA!!!. El aparato no funciona. Tira el mando hacia la consola del aire con todas las fuerzas que le da la rabia...y, mientras golpea el aparato con lo primero que tiene a mano (una silla de metal, en este caso) su cerebro experimenta un "chispazo de cordura".

Desnudo, empapado, furioso, desesperado,... suelta la silla y corre a la ducha.

Abre el grifo del agua fría.

Pues no lo sé, aquí esta nevando, pero esas cosas sabes que se pueden mirar por internet... -digo, ocultando totalmente el agobiante calor que tengo - papá... ¿te pasa algo?, te noto raro... - le pregunto con tono preocupada.

mientras hablo me muevo de un lado a otro del balcón, lanzando fugaces miradas a mi reflejo en los cristales, para ver si estoy sudando mucho.

- ¡Hijo de puta! - oyes a la prostituta, levantándose aparatosamente para marcharse de un portazo de tu casa.

El agua fría logra aplacar el calor y quitarte un poco esa mala sensación, pero ese mal despertar no basta por hoy: Aún quedan más sorpresas desagradables, parece...
La puerta de la calle se abre, la escuchas... ¿Será de nuevo esa furcia...? Se oyen pasos... Pero no son pasos de una puta cualquiera, sino un taconeo felino, rítmico... Casi se adivina la elegancia de ese andar...

- Cariño... - hace una pausa tensa, no sabe cómo decirte lo siguiente... Dulcifica el tono tánto como puede - ¿Recuerdas la noticia de Leah Roe de internet...?

Claro que lo he oído, se supone que era solo un rumor ¿no? - me quedo quieta, esperando ansiosa respuesta, y aunque mi tono de voz intenta parecer casual o incluso aburrido, se nota que estoy algo nerviosa - osea, quiero decir, nadie sabe si de verdad paso ¿no?

(...)

- Cariño... Soy metahumano... Estoy infectado de lo mismo que Leah Roe... Han filtrado el virus en la fábrica de Chanel de Nueva York... No te preocupes, no afecta a los que sois normales... Yo... Te quiero muchísimo, cariño... Quiero que sepas que, pase lo que pase, todo lo que tengo y he hecho en ésta vida es para tí...

Se me saltan las lágrimas, por suerte no hay nadie que pueda ver esto...
Papa... tengo que decirte algo que decirte, ya te he dicho que esta nevando en la calle... estoy en la terraza sudando...

Me derrumbo sobre una silla, limpiándome las lágrimas con la manga. Entre sollozos le digo:
Quería decírtelo, pero no sabía si estaba bien o si era normal... no queria que me vieses como un bicho raro

- ¡OH, NO, CARIÑO...! - tu padre se derrumba... ¿Qué peor para un padre que saber que le ha contagiado una enfermedad mortal a su hija. Cuando logra reponerse, retoma la palabra, sollozando - Escucha... Haz las maletas... Llegaré mañana por la mañana, nos vamos a Europa... Si con el calor empeora, con el frío debería mejorar, y no me fío de irme simplemente a Canadá...

(...)

- No... No: Me encontarían... Pero a tí no...

¿Encontrarte?¿quién? - Pregunto cuando estoy a medio camino de entrar, cuando estaba dispuesta a llamar a Adam para que me ayudase a hacer las maletas.
Espero petrificada una respuesta, nerviosa y desconcertada.

- Unos hombres que vienen de parte de Gelus Vírica... Cariño... Ésta gente detesta a los mutantes... Quieren cargarse hasta el último, por eso distribuyen virus en los perfumes, los suministros de agua... - se oye un golpe tremendo al otro lado del teléfono - Te quiero - y a continuación un restallido del auricular, interferencias... Comunica...

papá!, PAPÁ!! - lloro desconsolada intentando llamar una y otra vez al teléfono, sin ningún éxito.

Me derrumbo apollada en la pared, llorando en silencio...

Adam llega, alarmado por tu llanto...

- Señorita, ¿ocurre algo? ¿Se encuentra bien...? - pregunta, muy diligente - Le he traído éste abanico... - te tiende uno de los abanicos de colección que guarda tu padre, eran de tu madre, por lo visto...

Le ha pasado algo a mi padre, escuche un golpe cuando hablaba con el y ahora su telefono no funciona, ¡¡tengo que llamar a la policia!! - marco el número de la policia corriendo y digo.

¿Policia? Le ha pasado algo a mi padre, estaba en Jersey, estaba hablando con el por telefono y me dijo que estaba en peligro, y.. y... - trago saliva - se escucho un golpe fuerte no puedo comunicarme con él, ¡hagan algo por favor!

- ¿El nombre de su padre y el suyo, señorita? - contesta un agente al otro lado.