Partida Rol por web

 Le miré con una sonrisa sarcástica:

 - Me da a mi que no creo que tu madre quiera que vayas por ahí... Ni yo tampoco, jovencito. Iremos a zonas menos... Complicadas, ¿entendido?.

Me gusta saber que Ramiel se siente preparado para ver aquellas zonas más..."oscuras" de la ciudad pero a la vez también me da miedo lo que le pueda ocurrir.

-Ramiel, creo que Gaheris tiene razón...ese lugar...no es propicio para que lo visitemos, además no queras hacer pasar a tu madre por algo tan terrible como tu dices-refuerzo las palabras del Sir-Lo mejor será empezar por el castillo. Seguro que encontraremos a ciertas personas que deberás conocer para tu futuro, hijo.

 Miré a Lurleen con curiosidad:

 - ¿Y en quien teníais en mente, mi señora?.

-Es importante que Ramiel conozca a los señores de todas las grandes casa y a todos aquellos que podamos considerar útiles para que su futuro sea el mejor prosible.-contesto a Gaheris.

 - Eso es cierto. - Me mostré de acuerdo. - Entonces iremos a donde vos lo deseéis.

 Le dediqué una sonrisa, mientras esperaba su decisión.

-Bien, vayamos entonces-digo mientras me levanto y salgo hacia el patio.

Fuera los hombres entrenaban y se notaba en el ambiente esa tensión que se genera cuando una guerra puede llegar a estallar pero todo está en el aire realmente.

-Dime Ramiel, por lo que sé Sir Gaheris te ha entrenado pero aun no me has dicho ¿con qué arma prefieres pelear?- le pregunto a mi hijo mientras caminamos hacia fuera de la fortaleza.

Con la espada madre -responde Ramiel sin dejar de mirar a los hombres que entrenan -aunque para ser sincero creo que aún no tengo la suficiente fuerza como para manejarla correctamente. Por ahora mi preferida es la espada corta pero espero ganar más fuerzas y poder combatir con una espada de verdad, una espada larga ¡o incluso una bastarda!

 Sonreí divertido mientras escuchaba al pequeño escudero:

 - La verdad es que tiene cierto talento, con algo más de entrenamiento y experiencia, podría ser un gran caballero algún día.

 Luego seguimos caminando hasta que propuse:

 - ¿Y por qué no vamos a un lugar tranquilo y enseñamos a tu madre lo que has aprendido, con unas espadas de madera?. Estoy seguro de que le gustará comprobar que no solo te pasas el tiempo conmigo sosteniéndome el yelmo. - Bromee. Había un pequeño, pero amplio, jardín, que habíamos descubierto los dos el día siguiente a nuestra llegada, con una fuente y unos bancos de piedra, apartado y tranquilo, que sería perfecto para la tarea en cuestión.

Miro a los dos hombres y un pensamiento me cruza la mente...Qué diferente hubiera sido todo si Ramiel hubiera tenido un padre como Gaheris...pero lo rechazo al instante.

Me parece muy buena idea- les comento con una sonrisa-A lo mejor podríais enseñarme a mi algo sobre el manejo de la espada.- añado divertida por la idea.

Hacía tiempo que no me distraía de aquella manera, estaba totalmente relajada y feliz por tener por fin a Ramiel cerca de mi.