Partida Rol por web

Tras mas de una semana de camino vuestro pequeño grupo entra en la tierra de los Ríos. Vuestras raciones empiezan a escasear y vuestros corceles están fatigados, al igual que vosotros. El sentido común os dice que paréis en alguna ciudad para reponeros y descansad pero vuestro nuevo objetivo os apremia a avanzar.

El rey, Quentyn, parece estar movilizando a sus tropas, aunque nadie sabe exáctamente contra quien.

El viaje habia sido largo pero sabian que recien estaban en mitad de camino hasta su objetivo. El objetivo que la mayoria en esta comitiva desea, excepto él. Pero su honor como caballero le obligaba a obedecer las ordenes dadas por el consejo, los miembros habian puesta una responsabilidad. Por eso haria todo lo posible para que Lady Missandei llegara al norte.

Poca gente sabia lo que pasaba en la capital, aunque tuvieron suerte con un comerciante que les habia contado del movimiento de las tropas de Quentyn. Lamentablemente no podian estar seguros a donde se dirigían. Pero ese no era nuestro mayor problema en este momento.

Como hubo un alto a la marcha, empezo a invitar una charla entre los lideres para ver que harian respecto a la comida. Deberían reunirse en la carpa mayor que pertenecia a Lady Missandei.

Konrad tratando de aliviar la carga de su amigo fue ha hablar con Lady Missandei para pedirle la carpa de ella para realizar una reunion.

El caballero nunca habia creido que formaría parte de un grupo de esta importancia aunque estaba mas emocionado que Symon por el viaje. La oportunidad de gloria esta lista para ser tomada por cualquiera y le gustaria que no fuera el unico que pensara en ello.

Habia hablado con los demas "soldados" cuando acampaban por la noche, cada uno tenia  muchas razones distintas para encontrarse en este viaje. De los muchos entrenamientos que habían logrado realizar cuando estaba bajando el sol, habien examinado bien la pobre disciplina que tenia el grupo. Symon y él habían hecho todo lo posible para que aquello cambiara, pero tomaria mas tiempo.

El río manaba fluidamente corriente abajo, el rocio de la mañana no se había levantado todavía y cada vez que respiraba un halo de vaho salía de mi boca, me arrebujo en la túnica, pero realmente todavía no hace frío, es el fresco matutino, aunque cada día que pasaba resultaba ser un frío matutino que duraba cada vez más a lo largo del día. "Pero bueno, estamos subiendo ¿no?" me pregunto a mi mísmo mientras alzo la vista del libro algo ajado que sostengo entre mis manos, hasta donde se puede ver hay una vista totalmente encomiable, incluso con el frío, todas las plantas eran completamente verdes, especialmente verdes como con un brillo propio y especial. 

Pasaba las primeras horas de la mañana recostado en algún árbol cercano a los riachuelos cerca de los campamentos leyendo hasta que levantabamos campamento e iniciabamos la marcha. 

"Que mierda... venga igual es tu última oportunidad al fin y al cabo" Reuniendo el poco valor que me deja el fresco matutino, desato mi cinturón, quito mi túnica y mi cuerpo queda expuesto a los cuatro vientos. "Que sea lo que quieran los siete, o R`hllor, o los anti..." pienso mientras me tiro de cabeza al río. - ¡Me caguen mi puta vida!- grito, aunque con mi débil voz apenas es un susurro alto. El agua está mucho más fría de lo que parecía en un primer momento, pero al cabo de unas cuantas brazadas y unos pataleos empiezo a entrar en calor, y es una sensación agradable, casi reconfortante. No me alejo demasiado de la orilla, nunca sabes lo que puedes encontrarte en el río. 

Finalmente salgo al ahora sí, jodidamente fría temperatura exterior "quien pensaría que hacía un momento tenía frío ahí dentro", me quito el agua como puedo y finalmente me coloco mi desgastada túnica y mi cinturón. Y me dirijo de nuevo al campamento, que por algún motivo no se ha empezado a levantar esta mañana. 

Al poco de rondar por el campamento se acerca el compañero de Sir Symon para que vallamos a la carpa de Lady Missandei. Antes de llegar a ella me encuentro a Ser Marcus yendo en la misma dirección. - ¡Buenos días Ser!- mientras hago una pequeña reverencia y nos encaminamos hacia la carpa. 

Al llegar a ella ya están esperando la propia Lady, Konrad, y Saymon Watcher. - Buenos días mis señores, ¿a que se debe este pequeño... parón en la marcha?- pregunto a los presentes para ver si alguno puede decirme a que se debe la inesperada reunión. 

La idea de reunirnos a deliberar me parece buena. Me encamino hacia la carpa de Lady Missandei. Cuando se me acerca el curandero y me saluda con un sonoro "buenos días". Le contesto con un gesto de cabeza. Recuerdo cuando era joven y tenía tantos ánimos. Pienso para mi.

Una vez en la carpa la pregunta del joven me sorprende. Sonrío antes de responderle. - Falta comida. - Es comprensible que para una persona que no ha viajado con contingentes de hombres este tipo de detalles se le pasen por alto. A continuación me giro hacia Missandei y empiezo la conversación por la cual nos hemos reunido todos. - A menos que mi información este desactualizada, que es lo más probable como sabéis, si estamos en tierras de los ríos estamos en tierras del norte. ¿Cúal es el problema de pasar por una población o por los mismos Gemelos para reponer existencias?

Si pasas por los Gemelos no encontrarás más que muerte. Os recuerdo que la Reina Daenerys, la Madre, los redujo a cenizas haciendo uso de su justa ira-recuerda Lady missandei, un hecho que representaba la ira y la justicia de la reina, aunque quedó ensombrecido por su reinado de paz -en mi opinión presentarnos en cualquier ciudad es peligroso. No sabemos como reaccionarán los vasallos de Lord Stark en estos tiempos de peligro, guerra y muerte. Tal vez crean que somos enemigos. Debemos buscar pueblos pequeños donde no os reconozcan, Lord Marcus, ni a mi. Además, he escuchado rumores de que la lealtad de algunos señores de los Ríos hacia los Stark no es tan fuerte como parece. Tal vez nos interese más dar la cara cuando lleguemos mas al Norte. Aún nos quedan provisiones para tres días, cinco si racionamos un poco.

Nos hemos detenido para que las tropas y nosotros descansemos un poco Jean. respondio cordialmente Aunque ahora deberiamos aprovechar a hablar de la falta de suministro. comento mientras lo acompañaba a entrar a la carpa de Lady Missandei.

Symon escucho a ambas partes con atención cada uno tenia su buen punto. Pero este seria el momento en que elegirían el camino a tomar.

Si se me permite. dijo educadamente antes de hablar. Creo que deberiamos pasar por algunas de las poblaciones para recolectar comida aprovechando que estamos en las tierras de los rios. En el norte me parece que seria mas dificil conseguir alguien dispuesto a darnos aun cuando nos identifiquemos ante ellos, creo saber que la comida no es tan abundante en el norte. dijo dando a entender el lado que tomaria en aquella discusión.

Talvez deberiamos pasarnos Konrad, Jean y yo por los pueblo. Ninguno de los tres tenemos demasiado reconocimiento para que sepan de donde venimos, preguntaremos por cuanta comida podemos conseguir ademas del precio y podriamos fijarnos a quien profesan lealtad cada señor. explico con seguridad mientras pasaba su mirada por Jean y Konrad que se habian convertido en voluntarios.

Konrad sonrio y asintio con la cabeza, no teniendo problema con el plan.

Estaba dispuesto a darle la razón a Missandei cuando intervino el joven caballero. - Muchacho, me gusta tu forma de pensar. La verdad me parece una idea muy buena y tienes mi apoyo. A menos que mi edad me haya jugado alguna otra mala pasada como la de Los Gemelos. - Digo meneando la cabeza con claro signo de vergüenza por el error. - ¿Qué opináis el resto?

Al escuchar la respuesta de Sir Symon me quedo absolutamente sorprendido, es un buen plan, de echo parece muy buen plan,  parece que las mentes mas insidiosas vienen de Dorne... aunqud eso suponga que tengo que alejarme del campamento. 

- Creo que sería una opción muy acertada sir Symon, solo necesitaremos una carreta y algo de suerte... Bueno y algunos dragones de oro- digo con una sonrisa. 

"Al fin y al cabo podía ser una buena idea que Sir Symon ocupase un puesto en el consejo. "

Lady Missandei parece reflexionar antes de responder -No es mala idea, Sir Symon. Sin embargo no estoy del todo segura, las noticias de asaltos por partes de bandidos en esta zona se multiplican. No me parece lo mejor que nos separemos aquí y ahora. Os propongo una cosa, cuando lleguemos a la altura de los que ahora son las ruinas de Los Gemelos, buscaremos un poblado menudo y compraremos comida, todos juntos.

El bárbaro que os acompaña, uno de los señores, se lleva la mano a una de sus armas y añade con soberbia -Si aparecen bandidos mataremos bandidos. No debemos temerlos. Sin embargo si deberíamos temer a los ejércitos de Quentyn. Los rumores de pequeños grupos de hombres que se dirigen al norte nos revelan que, si permanecemos mucho tiempo aquí, podemos correr peligro. La cabeza de Lady Missandei, de Lord Marcus y, especialmente, la de su hijo, deben de tener un alto precio en dragones. No quiero enfrentarme a ningún ejército, mis armas se desgastarían y no me gusta ensuciarme las manos.

Escucha las aceptaciones de su idea aunque no esta todo concluido.

Pero habra comida esperándonos en los pueblos de los gemelos? Si hay bandidos rondando la tierra de los rios, los gemelos un lugar sin protección de nobles seria el primer lugar para atacar. Comento aunque si lo que contaban de los Freys eran cierto suponía que no eran de los que le importaba el pueblo.

Escucho al bárbaro, un poco sorprendido por sus ultimas palabras. Pero sin negar la verdad en sus palabras.

Se mueven desde la capital aunque tomen el camino del rey, deberian tardar un tiempo en llegar. Aunque tienes razon no tenemos tiempo que perder. Correspondió para luego mirar a los demas esperando sus opiniones.

Aunque la idea de Sir Symon era una brisa de aire fresco y una estrategia interesante, ciertamente el plan conservador de la lady le parecía más seguro, al fin y al cabo, que podían hacer unos bandidos contra su pequeño destacamento. Nos preocupabamos de que nos reconocieran pero un bandido te reconozca o no te roba igual... 

Con un pequeño carraspeo y voz débil comienzo a hablar - Podemos seguir todos juntos, y cuando lleguemos al pueblo comprar la comida solo unos cuantos, siete o diez hombres, no levantaremos muchas sospechas, y si preguntan por el pueblo tras nuestra partida seríamos unos cuantos hombres que nos dirigiamos al norte en lugar de un destacamento, posiblemente con algún blasón reconocido. Si la situación se torciese vosotros estareis esperando en los alrededores para acudir en nuestra ayuda y si no fuera necesaria, que es lo que espero, no tendrán ninguna información sobre nuestro grupo. - digo metiendo finalmente las manos en mis anchas mangas y cerrando la boca a la espera de que sopesasen el híbrido plan que acababa de surgir de la misma. 

Buridan tiene razón, es la mejor forma de actuar. Una vez lleguemos al Foso Cailin revelaremos nuestras intenciones y seremos, o al menos eso espero, acompañados por los norteños hasta presencia del Rey Bran Stark-añade la señora, tratando de zanjar la situación. Su voz siempre tiene un toque autoritario que os hace ver que ella es la que lleva el mando de esta expedición y que solo actuaréis si ella lo ordena.

Parecía que la Lady no dejaba opción a ruegos y preguntas. Por lo que agacho la cabeza asintiendo. "Esta mujer tiene algo... Que no sé si es excitante o intimidante... O tal vez ambas" pienso mientras mi vista se dirije a sus poco abultados pechos "aún así sigue teniendo algo..." mantengo mi gesto serio e impasible.

Vuelvo de nuevo a la conversación y salgo de mis propios pensamientos - Si no hay más que decir...- digo escuetamente ante las más que claras palabras de la mujer mientras me dispongo a salir de la tienda donde se ha echo la reunion. 

Al salir de la tienda tomo el aire fresco de la mañana, el aire demasiado fresco de echo "con el buen tiempo que hacia en el sur" tuerzo un poco el gesto. 

Al poco de conluir la reunión todo el campamento se pone en marcha en un santiamen, los hombres recojen sus pequeñas tiendas y la carpa de la Lady es desmontada en un abrir y cerrar de ojos... Nada comparado a cada noche cuando tienen que volver a montarla. 

Cojo mi pequeña mochila de cuero donde llevo algo de comida en salazón, echo un vistazo a mis desgastadas sandalias de cuero a las que le quedan una vida considerablemente corta y me dispongo a seguir la marcha junto con los demás. 

Symon asintio Es buen plan a seguir Jean. le comento de acuerdo con lo planteado, para luego dirigir su mirada a Lady Missandei. Que pronuncia sus palabras acompañadas con cierta autoridad que parece haber conseguido en esta comitiva.

"Al parecer terminare un hombre mas pio, luego de esta mision donde parece abundar la necesidad de mucha fe." penso mientras sonreía y asintia a las palabras de ella.

Espero a que los despidiera antes de salir acompañado de Konrad. Debian preparar su caballos para la marcha y debian supervisar a las tropas que Sir Hector entrego.

Escucho atentamente palabras y opiniones. Si puede que sea lo más sensato, al fin y al cabo somos lo suficientemente numerosos para evitar bandidos de poca monta. Y en caso de cruzarnos con alguna avanzadilla de Quentyn podremos defendernos.Pienso para mi.- Bueno, en ese caso, pongámonos en marcha, mientras más tiempo permanezcamos quietos más posibilidades de cruzarnos con gente indeseada tenemos. - Digo zanjando la conversación.

Tras otras largas jornadas de viaje llegáis a más o menos la altura del camino Real en la que se sitúan las ruinas de Los Gemelos.

La señora de la Casa Libertad ordena montar su carpa y el resto del campamento mientras os da indicaciones que sus hombres han recogido de los hombres del lugar sobre un pueblecito cercano. Parece que la suerte os acompaña pues, si vuestros informadores no se equivocan, hace poco ha llegado una caravana de alimentos desde el Norte ha dicho poblado.

Partís sin más demora pues os quedan un par de horas de camino. Vais vosotros cuatro, tres hombres de Marcus y otros dos de Sir Symon, un total de nueve hombres y doce caballos, preparados los restantes para cargar la comida.

"Otra vez encima de uno de estos malditos animales... Porque al final siempre acabo encima de uno... Si no me gusta, esto es para los dothrakis...".

La comitiva parece casi más un funeral, solo ibamos a por comida, si disimular era lo que queríamos no sabía si lo ibamos a conseguir, pero bueno... Finalmente el silencio se hace insoportable, me gustaba el silencio, pero a solas, tranquilo, no era normal que en casi una docena de soldados ninguno dijese nada "¿habría algo que me estaba perdiendo?" Pongo todos mis sentidos por si hubiese algo de lo que sospechar...

Pero por mucho que presto atención no parece haber nada reseñable... El crujido de algunas ramas, el batir del viento...

- Bueno, ¿parece que va a refrescar no?- pregunto iniciando aunque sea, la típica conversación de besugos, ya me estaba comenzando a incomodar todo este silencio... Me arrebujo en la capa, pues realmente yo empiezo a tener frío de verdad. "Si nos abren las puertas en invernalia... Ni de coña abondono los muros... Pienso mientras me froto las mangas de la túnica. 

Llegáis al pueblo, un pequeño asentamiento de no más de cuarenta casas de madera y barro. Allí, reunidas en la plaza del pueblo y parte de las afueras, podéis ver a gran parte de la población reunida, hablando con un grupo de soldados armados.

Aún estáis en la entrada del pueblo pero, sin duda alguna, os han visto.