El escudo debe ser de una casa reciente o demasiado pequeña para que la conozcas, pues no tienes conocimientos de ella.
El maestre no tardó mucho en añadir una coletilla a su compañero: -También si no es... Demasiada molestia me gustaría saber sobre vuestra casa. -Tras rascarse brevemente el mentón se dispuso a aclarar su petición- Veréis, estoy especializado en el estudio de la Heráldica, y es la primera vez que veo vuestro blasón, me atrevería a decir que sois una casa nueva ¿verdad?
- ¿El pez sombrio? ¿Cuantos eran? - pregunto agitado ante la posibilidad de ser asaltados por el camino - ¿Evitasteis un saqueo mayor... eso quiere decir que aun así os han robado? Pensaba que estas tierras eran algo más seguras, puede que nuestra comitiva no sea lo suficiente como para seguir más al norte. Respecto hacia donde nos dirigimos, pues hacia el norte - digo con una amplia sonrisa - Nada importante la verdad, vengo a devolver un favor a un viejo amigo, bueno en realidad un viejo amigo de mi señor que es el que me ha dejado el servicio de estos nobles señores, y ya de paso ver como se le soldó la pierna. Sí, yo también preferiría seguir en la fortaleza tranquilamente dándome baños de agua caliente... pero bueno, lo amigos son los amigos, ¿no?- me recoloco en la silla del caballo "ya estoy hasta la coronilla de este maldito animal, sí ya sé que la culpa no es tuya que soy yo, si en realidad eres muy bueno...".
- Oh, el blasón, si... bueno, tanto como una casa no diría yo Maese Hoster, es el balsón de aquí nuestro buen Sir Symon y estos hombres que le son leales, pero no llamaría yo casa a una docena de bueno hombres- digo sin perder la afabilidad de mi rosto.
- ¿Entonces estabais alarmando a los campesinos de un posible ataque?- me llevo la mano al mentón- ¿Mm... Robert no?-
-"Protegiéndolos mejor dicho y tratando de cazar a los responsables, últimamente algunas de las tierras han sido saqueadas, terminada nuestra labor aquí debemos volver a Aguasdulces a reportar a Lord Umber sobre lo sucedido, luego de eso iremos a nuestro hogar en Invernalia a fin de hablar con nuestro señor, si van hacia alli pueden venir con nosotros, si no les molesta el detenerse en Aguasdulces antes de seguir..."- dije mientras comenzaba a organizar a los hombres con señas para que vayan tomando sus cosas.
- Vaya, una gran labor la vuestra. Os agradezco por adelantado la labor que realizáis. Y bueno... aunque no tengo mucha idea de geografía creo que sí estaríamos más seguros si viajamos en caravana, es difícil encontrar buena gente y mejor compañía en estos tiempos tan difíciles. ¿Que opináis señores, nos unimos a estos buenos hombres?- digo mientras me giro sobre el caballo para mirar a los caballeros que me acompañan.
Carraspeo con la garganta antes de hablar. - Señor, le recuerdo que por motivos de nuestra misión nos urge un poco de prisa. - Intento ser escueto y reservado para no molesta ni levantar sospechas, aun desconfío un poco de esta gente.
Escucho a ambos y no puedo estar mas de acuerdo con Marcus, ademas le habia parecido que ya habian pasado Aguasdulces.
Hemos escuchado de los bandidos que asaltan las tierras de los rios, aunque hemos tenido suerte d no encontrarnos con ninguno. comento mientras seguia pensando en la propuesta.
Lamentablemente pero es mejor que no retrocedamos en nuestro camino al norte y aunque nos aliviaria la compania de alguien que pueda conocer la zona...Debemos declinar la invitacion. dijo para Robert aunque lo suficiente fuerte para que escuchara el grupo entero.
-En ocasiones el camino más corto no es la línea recta que une ambos puntos. Pero... Como queráis. Menos personas que vigilar
Una cosita, vosotros ya habéis descubierto al pez. Podéis seguir repartiendo alimentos o dirigiros directos al norte. Incluso podéis dirigiros allí por caminos separados.
Tened en cuenta que tenéis total libertad.
Por mi parte me gustaría ir directamente al norte como dije antes, el maestre aún no rindió lealtad a su rey y va a ponerse a su servicio.
- ¡Bien dicho maestre Hoster!- felicito al anciano con premura - ¿Has oido eso Sir Symon? Aunque supongo que la última palabra la teneis vos, aunque bueno... Supongo que un camino algo más directo podría satisfacernos a ambos, ¿no vale con enviar un cuervo a Lord Umber? Bueno... Suongo que solo es una idea, al fin y al cabo no tengo el mando de esta espedición- tapandone la boca para que no me vea Sir Symon aunque se oye perfectamente - ¡Por desgracia!- intento liberar las tensiones de los grupos encontrados, aunque a decir verdad tampoco son tantas.
Me lleve la mano al mentón, analizando las posibilidades, a decir verdad aun quería escuchar las cosas que mis hombres me tenían que decir, pero conocía a todos y cada uno de ellos, habían sido compañeros míos antes que me designaran como líder, por lo que podría preguntarles cuando quisiera y la posibilidad de enviar un cuervo era tentadora, después de todo nuestro deber estaba cumplido, en parte.
-"Bueno, si el maestre puede encontrar la forma de enviar un cuervo a Aguasdulces, entonces tras repartir los alimentos de los carros, podemos acompañarlos hacia el norte, viajo con 9 exploradores más, suficientes para ser la escolta de 3 caballeros, no creen?"- dije con una sonrisa amigable.
Me empiezo a poner nervioso ante las palabras del maestre. - Disculpen, señores, podemos hablar un momento a solas. - Les comento a mis compañeros e inmediatamente después me dirijo a los caballeros que nos acabamos de encontrar. - Si no les importa me gustaría hablar un momento con estos señores. - inmediatamente doy unos pasos atrás y espero un momento para que Jean, Sir Symon y Konrad se me acerquen. Cuando termino de comentarles mis inquietudes volvemos con el resto.
Una vez solos les comento lo más bajito posible. - Perdonenme, pero creo que no les hemos comentado a estos buenos caballeros que viajamos con un gran ejercito hacia el norte. Se me ocurre que quizás y solo quizás, cuando se enteren y se den cuenta de que les mentimos en ese aspecto puede que se cabreen un poco. Si, lo más seguro es que estén de nuestro lado, pero no quiero correr riesgos. Y si yo estuviera en su pellejo pensaría lo peor al ver el resto de las tropas.
- Solo un momento señores, ahora mismo venimos, disculpen las molestias- digo mientras tiro de las riendas del caballo haciendole girar sobre sí mismo y alejandonos a la parte de atrás de nuestros hombres.
P.d.:nosotros vamos también 9 yo, mis tres caballeros y otros 5 hombres, más tres caballos de refresco, para que lo tengais en cuenta.
- Bueno Ser Edmun - digo refiriendome a él con el nombre que me había inventado no sea que tengan el oido más fino de lo que parece - Veinte hombres de nuestra casa, más los tuyos (no sé cuantos eran, pero pocos no?) más los de nuestra Lady, yo lo considero un destacamento... Aunque aquí sois vos el hombre de guerra. - hago un pequeño parón.
- ¿De todas formas que mejor que exploradores Norteños? Directos a Invernalia, nuestro destino, imposible perdernos, conocen el terreno, el clima, las ciudades, tendremos entrada directa en la ciudad y no solo parecen buena gente es que si no lo son, lo podemos vencer por número... No tendrían oportunidad... Al salir del pueblo los avisamos y listo, decimos que vamos a por el resto de nosotros y ya está, en ningún momento hemos dicho nada de que solo fueramos nosotros... Sois mi escolta ahora mismo, los demás son extras - digo con sarcasmo, recordando a los inmaculados que lleva Missandei.- Dejadme hablar a mí y ya está... ¿Si es lo que gustais claro? No creo que a nustra lady le guste que perdamos nueve exploradores y un maestre...- termino dejando caer las últimas palabras.
Seguid así y, cuando lo tengáis todo decidido, pasamos a lo siguiente :)
Es un truco algo peligroso. comento respecto al plan que sugeria Jean.
Pero por otro lado si recibimos la comida ya tendremos nuestro objetivo cumplido. Aunque luego los norteños decidan que no nos quieren acompañar. concluyo dando sus pensamientos.
Hable usted Jean que parece saber bien como convencerlos. comento al final con una sonrisa. Ser Edmun? pregunto a Marcus para ver si tenia algo mas que agregar o podian volver rapido para que no se alteren los demas.
Asentí con la cabeza, para comenzar a repartir los alimentos a los aldeanos y reagrupar mis tropas...
-En ese caso buscaré por aquí, estoy seguro de que alguien tendrá un buen cuervo que podamos emplear para mandarlo a Aguasdulces. -Mientras el maestre se alejaba, parecía no ser consciente de que nadie le escuchaba. -Es una pena haberme dejado mis cuervos allí pero no estaban preparados para una misión de tanto subterfugio.