Partida Rol por web

El guerrero abre el camino bajando por la trampilla, Cale va detrás seguido por Lionit y finalmente Jacob y el mago. Bajan 3 pisos tal como les habían dicho hasta finalmente llegar a la base de la torre, allí salen por una abertura cuya puerta ya no existe.

Fuera está oscuro. Se encuentran en la ladera de la montaña a unos 400 metros del nivel del mar. Siguen un camino que serpentea hacia abajo. Desde allí no es posible ver la ciudad por lo que resulta algo difícil saber en qué dirección deberían andar para llegar. Sin embargo hay aún restos de un antiguo camino, una clara senda por la cual la vegetación es mucho menos pronunciada. Esta se aleja de la torre y llega hasta una colina a un quilómetro de distancia aproximadamente.

La marcha desde la torre se le hizo eterna al gnomo, acostumbrado como estaba a las comodidades le desagradaba la idea de viajar de noche, cansado y herido, sin ningún tipo de iluminación más allá de la luna y las estrellas, y lo peor era que aún quedaba un largo trecho hasta poder enterrarse en las mullidas sábanas y olvidarse de aquél asunto. Bueno ¿y ahora qué hacemos?

Una vez salieron, se dieron cuenta de que realmente estaban fuera de la ciudad. Lo cual podía ser un engorro al tener que volver a pasar por todo los tramites de la última vez. Sobretodo llevando prisioneros. Tenía que haber otro modo de entrar a la ciudad.

¿La torre está fuera de la ciudad? Desde luego como se las gasta este mago. Nosotros hemos entrado por unas criptas.
Muy bien, vosotros. ¿Cómo y donde os contrataron?. ¿Qué se suponía que teníais que hacer una vez nos hubiseis eliminado?

Después se volvió al gnomo.

¿Tienes alguna manera de poder entrar sin tener que pasar esa maldita guardia?. Ya pagamos demasiado la última vez.

- Fuera? Claro, la ciudad está a unas dos horas a pie desde aquí. Se sigue el camino, detrás de la colina se conecta con la vía principal. Luego de mataros... nada, cobrar y volver a nuestros asuntos. No se quién nos contrató, normalmente Julio conseguía sus contratos por contactos en los bajos. Este parecía ser un tipo importante, hacía tiempo que no conseguíamos nada que pagara bastante. Pero nosotros no sabemos nada sobre el trato ni conocemos los contactos de Julio. Era lo mejor que teníamos, incluso si las cosas salían mal - como claramente salieron - no podríamos dar una pista que guíe a alguien a quien nos contrató.

Puede que tenga algún as bajo la manga, pero no le podremos dar uso hasta que abran las puertas. Dijo el gnomo como contestación a Cale. En cualquier caso estos dos están resultando un estorbo, y ni siquiera son capaces de darnos alguna pista fiable, ¿qué tal si los entregamos a la guardia?

Cale se encogió de hombros.

Por mi bien, no tengo ninguna intención de hacer de niñeras. Ya se las verán con el mago cuando se enteren de que les ha fallado. Si ya elimina a los que le hacen el trabajo bien, no quiero ni pensar en los que la fastidian.

Lo que no sé es cómo nos tratará la guardia. Creo que no ve con muy buenos ojos las armas en la ciudad.

Andan por el camino hasta alcanzar la colina, desde allí se ve la torre con total claridad. Incluso en la noche bajo la luz de la luna.

Hay señales de que hubo una lucha bastante encarnizada allí. El cesped y las rocas manchadas de sangre, así como zonas quemadas y muertas. Parece que la lucha no se limitó a lo que sucedía dentro de la torre.

- Había gente observando, así que los demonios vinieron hasta aquí y los mataron. - explica el mago, intentando ser lo más útil posible. Quizás esperando comprar de algún modo su libertad.

- No creo que los mataran a todos - dice Jacob observando la zona - Hay huellas que bajan la colina y son humanas, o élficas o lo que sea. Pero no son tan grandes o extrañas como para ser de los demonios que vimos hasta ahora. No se cuánta gente habrá luchado aquí, es demasiado caótico para que yo pueda entender algo. Pero dos o quizás tres personas dejaron este lugar con vida. Puede que hayan visto lo que pasó en la torre.

Jacob se gira hacia atrás para observar hacia la torre

- Aunque no se cuánto podrán haber visto desde aquí y durante la noche.

Cale asiente ante las palabras de Jacob.

Si en verdad han sobrevivido al encuentro con los demonios deben ser buenos guerreros. Y si acabaron con alguno de ellos es normal que no hayan cuerpos ya que habrán vuelto a su infernal lugar de origen.

Tras pensarlo un poco, le magus se decidió.

Quizás deberíamos seguirles, tal vez hayan visto alguna cosa que nos ayude. Y si están heridos lo mismo necesitan ayuda.
Jacob, ¿serías capaz de seguir sus huellas?

El guerrero se encoje de hombros - Supongo. A menos que hayan hecho algo para tapar el rastro, no soy un cazador. Apenas se lo mínimo para mantenerme a salvo a la intemperie - dice sonriendo - Quizás un poco más. Pero habrá que tener cuidado, si lograron sobrevivir a los demonios bien podría ser que haya algunos buscándolos y terminemos topándonos con alguno. Y no creo que estemos en estado para luchar con otro como el de la torre.

En realidad es nuestra mejor opción, si nos piden explicaciones por nuestra súbita desaparición es mejor contar con algunos testigos fiables que respalden nuestra versión, y si nos encontramos con algún otro demonio esta vez seremos nosotros los que contemos con el factor sorpresa, y la ventaja numérica, aún me quedan unos cuantos explosivos con los que hacerlos saltar en pedazos. Aunque se mostraba seguro y animado, en realidad Lionit esperaba no tener que enfrentarse de nuevo con más demonios, a pesar de la magia curativa que le había proporcionado Cale con la varita, aún tenía algunas feas heridas y no deseaba ninguna otra con la que vanagloriarse cuando contara la historia.

Una vez aclarado todo, sólo quedaba ponerse en movimiento.

Si son extranjeros como nosotros no sé qué tan fiables serán en esta ciudad tan paranoica, y si son de aquí a ver si en verdad se atienen a ayudarnos.
Pero está claro que para eso primero hay que encontrarlos. Así que, sigamoslos. A ver si logramos acabar la noche sin más perdidas de las que ya tenemos.

Cale seguía con la espada desenfundada, la posibilidad de que todavía hubieran demonios era demasiado alta como para ir desarmado, y prefería sentir el tacto de su arma en la mano.