Partida Rol por web

Un torreón apartado del patio principal, unos seres pequeños vestidos con túnicas oscuras y harapientas entran y salen a todas horas de la torre. aquí es donde vienen los habitantes del castillo a curarse...

Nada mas entrar, un viejo gnomo esta sentado a una gran mesa, con una caja de metal detrás y multitud de papeles con números desperdigados por encima.

Una voz desde la oscuridad de la habitación dice:

La tarifa por consulta son 5 mo. Silgrus, cobrarles.

El semiorco, aún herido por las heridas del lobo se adentró en el templo - Solo necesito curarme un poco, ya direis cuanto os deberé pagar -

Alfren miró a su alrededor y esperó la respuesta. Las mordeduras del lobo habían sido profundas y antes de pensar en cualquier combate debería recuperarse un poco.

Son 10 mo por el tratamiento, Silgrus cobrale.

Una mano con varias yagas te toca la frente y al instante te encuentras mucho mejor…

El semiorco mira con algo de aprehensión la mano que se le acerca, pero al notar como su cuerpo se recupera un remedo de sonrisa se dibuja en su rostro - Pues bien, aquí están vuestras monedas - contesta mientras las saca de una pequeña bolsa en su cintura

- Si es necesario volveré a visitaros... solo espero que no haga falta. Espero que me entendais - intenta sonreir - realmente, y a riesgo de ser maleducado, espero que entendais que prefiero no NECESITAR volver aquí - como de costumbre, Alfren utiliza las palabras de la peor manera, así que finalmente se encoje de hombros y sale del lugar, dispuesto a dirigirse a la tienda de insumos...

Tranquilo... de una forma u otra... volveras...

Querida Meriele... deberiamos hablar... tengo algo que quizas te interese.

Con esas palabras, el estraño ser con capucha te despierta y al ver que te has despertado sale de tus aposentos...

Ven al templo cuando estes lista, pero date prisa o se te adelantaran.

Aún dudando si sólo se ha tratado de un sueño o si aquel clérigo la ha llamado realmente, la seductora y provocativa elfa sale de la cama y, después de asearse como es debido, se dirije al templo con celeridad en busca de respuestas y, ¿quién sabe?, quizás sea cierto que allí encuentre algo que atraiga su interés.

-Espero que se me ofrezca algo que ayude a conseguir las llaves...--medita la mago de guerra sonriendo pensativa cuando está de camino--o, al menos, la diversión que una joven solitaria necesita tan amenudo.

Veras joven maga, necesitamos de los servicios de "alguien" que puede explorar toda la ciudadela. Como aspirantes no solo podeis acceder al trono, sino que ningun sitio de la ciudadela os esta vedado... no se si me entiendes.

Un interesante negocio te propongo... si estas dispuesta a correr unos pocos riesgos la recompensa puede ser muy jugosa.

Tu diras, primero tienes que aceptar antes de que entremos en detalles. Pero por nuestra parte te proporcionaremos "equipo" que peuda inclinar la balanza a tu favor...

-...ningún sitio de la ciudadela os está vedado...

-¡Vaya, vaya! Ciertamente interesante, sí señor.--se guarda para su fuero interno la elfa de los tatuajes.

-¿Correr unos pocos riesgos? ¡Ja! Me temo que la vida en sí misma ya es un riesgo estos días, caballero--afirma Meriele al clérigo con ironía.

-Adelante, expón el negocio del que hablas, pues aceptaré de buen grado cualquier incentivo que pueda ayudarme a conseguir mi objetivo. Por supuesto, el gesto será tenido en cuenta cuando llegue el momento--concluye la mago de guerra haciendo clara referencia a una posible recompensa si al final llegase a convertirse en la reina.

Bien joven maga…

El antecesor a Shui fue un gran clérigo de nuestra orden, llevo el esplendor y la gloria a muchísimos rincones del impero. Construyo debajo de la fortaleza todo un templo dedicado, hay toda una ciudad debajo pero nos esta vedada la entrada a todo el mundo… excepto a vosotros los aspirantes. Que podéis ir donde os plazca…

Eventhan hizo construir casi una ciudadela debajo de esta, con multitud de pasillos y habitaciones y salas… pero lo mas importante es que poseía un libro con toda la historia y entresijos de nuestra orden…y necesitamos recuperarlo.

La entrada principal esta debajo de la torre de guardia, cuando estés lista te llevare. Pero no podré acompañarte. Debes buscar el libro que si no esta en el altar mayor estará cerca. Por tu bien no lo abras esta fuertemente protegido y con solo ojearlo las peores maldiciones pueden caer sobre ti…

Si nos traes el libro… que decirte… estaremos en deuda contigo y haremos lo posible para que alcances el trono… y cuándo estés allí esperemos que te acuerdes de nosotros…

¿Supongo que no hay ningun problema no?

-Por lo que deduzco que ese equipo que podría desequilibrar la balanza a mi favor sería la recompensa por el trabajo, no el anticipo. ¡Vaya decepción!

-¡Mmmm!--parece meditárselo durante un instante Meriele.

-Bueno, al fin y al cabo es una misión bastante sencilla en principio. Me llevas a la torre guardia, desciendo al nivel inferior, busco el altar y te traigo el libro. ¡Fácil!

-¡Venga! No perdamos ni un minuto más, clérigo. Estoy deseando ganarme los primeros aliados para cuando ostente el trono. Una no puede controlar todos los rincones del reino sola y, a buen seguro, que tu ayuda será de lo más necesaria--deja caer la elfa de los tatuajes para ganarse la confianza del hombre.

-¡Ah!, y no te preocupes. Ni se me ocurriría inmiscuirme en los escritos. Entiendo perfectamente el lugar que cada uno de nosotros ocupa. La fe es para el clérigo, la magia para el mago y las armas para el guerrero. Yo me dedico a canalizar el Arte en combate, no a sumergirme en libros sagrados. Ciertamente, ésa será una de tus labores como Sacerdote Supremo de la Reina en el futuro, ja, ja, ja.

Tras esperar unos segundos...

El clerigo te tiende dos botellitas...

Agua bendita... sigue a mi acolito tengo que ir a buscar a alguien...

Lo hablado entre tu y yo... que se quede entre tu y yo... para cualquier otro estas en pros de la tercera llave.

-De acuerdo, --conviene Meriele al clérigo a la vez que asiente con la cabeza y se guarda los dos viales en la mochila.

-Gracias por las redomas, pero espero no tener que emplearlas--afirma con sinceridad la mago de guerra despidiéndose del hombre con un guiño antes de darse la vuelta para dirigirse junto al acólito indicado.

Alguien le trajo hasta este lugar. Quizá fueron las almas caritativas que aún permanecen y sobrevuelan este gran Reino.

Su rostro estaba manchado, tierra, sangre... Manchas de varias batallas. El pequeño notó lo que son esos largos y fríos dedos de la muerte, esa otra vida que muchos dicen que no es tan diferente a la vida de los vivos.

Allí, a las puertas del Templo descansaba el cuerpo del Batidor, rendido, muerto..

El dolor poco a poco fue desapareciendo, cada vez con mas fuerza los latidos del corazón se hacían mas intensos... empezaban a llegar los sentidos.

El sabor de la muerte en los labios...

El suelo estaba frió....

La habitacion oscura...

El triste gotear rompía la calma...

Y el olor a sangre impregnaba el ambiente...

Volvías a estar vivo.... tus sentidos volvían a funcionar...

Poco a poco un pequeño resplandor empieza a impregnar la habitacion... el amanecer llega...

En una habitacion redonda 11 camas... once oponentes desnudos...

En mitad una figura encapuchada , exhausta en el suelo... al intentar levantaros las pierna las flaquean... al levantaros lo veis... un símbolo pequeño negro en el dorso de la mano... una mancha... una x... antes no estaba ahora si...

Allí estáis todos los de la cena... todos resucitados... desnudos con vuestras pertenencias a los pies de la cama...

Y una figura negra en mitad de la habitacion... inconsciente... con algo brillante en la mano...

El semiorco abrió los ojos aún pensando en la flecha que se le había clavado en la espalda y furioso consigo misma por no haber sabido evitarla

- Que? Donde? Como? - las preguntas se sucedieron sin que pudiera responderlas, aunque al ver al resto de los contendientes a su alrededor, poco a poco, empezó a darse cuenta de lo que podía haber sucedido

- Que es esto? - la última pregunta es más concisa, la vista de Alfren en el dorso de su muñeca le hace entender que, por algún extraño motivo lo han marcado... y no le gusta en lo más mínimo. Con las pocas fuerzas que tiene intenta rascarse la marca, verificando si es posible desprenderse de la misma.

Con esfuerzo, el guerrero se levanta y, lentamente mira a su alrededor. En el centro de la habitación una figura y un brillo. Sin reparar en su desnudez se aproxima lentamente y mira con curiosidad Que será eso?

Meriele abre los ojos y, dando un grito ahogado, se incorpora súbitamente hasta quedar sentada en el camastro. Como acto reflejo, la mago de guerra se lleva una temblorosa mano al punto de su estómago a través del que el acero de Sebastian le sesgó la vida. Y es entonces cuando se percata del extraño símbolo que le ha sido inscrito. ¿Otro tatuaje?

-Pero, ¿qué coño...?--meditaba para su fuero interno la elfa.

De pronto, Meriele se da cuenta de que no está sola. El resto de aspirantes al trono también se hallan en la sala, ¡desnudos como ella!.

-¿Qué obscena broma es ésta?--exclama en voz alta al tiempo que recoge las sábanas alrededor de su cuerpo a forma de improvisado vestido.