Partida Rol por web

Llego me tiro en la primer cama que veo con mis cosas, me saco la tunica y me coloco mi pijama para poder adentrarme en los vastos reinos de los sueños.

Reconoció en seguida cuál era su cama porque ahí estaba sentada Nairna, observándola con sus grandes ojos azules. La había estado esperando desde el tren diligentemente. Se acercó y la acarició y rascó detrás de la oreja, haciendo que el animalillo ronroneara.
Evelyn soltó una leve carcajada antes de ponerse el pijama y meterse en la cama. Con Nairna a su lado ronroneando no era todo tan desconocido. Se durmió sin problemas entre el ronroneo y lo que le pareció que era el sonido del agua del Lago Negro. O quizás eso lo había soñado.

Al llegar a los dormitorios no tuve problema en reconocer cual era mi cama, pues mis pertenencias estaban al pie de la cama, sobre el baúl. Casi arrastrando los pies alcancé la cama y me tire sobre ella bocabajo. Dejé caer los zapatos y me di la vuelta perezosamente. No me había dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que vi la cama.

Mi compañera de al lado era Evelyn, que acariciaba a su gato mientras este ronroneaba. – ¿Cómo se llama?-  era un precioso gato. Yo me había traído a Nenúfar, pero las habitaciones de las mazmorras no eran un buen lugar para una lechuza.

Con un gran esfuerzo me levanté para rebuscar entre mis cosas el pijama. Colgué el regalo mágico de mi tía Agatha en el poste de la cama y me volví a tirar a la cama con unos cascos que pronto empezaron a sonar levemente música de ellos.

-Hasta mañana- susurré para no despertar a las que ya estaban dormidas.

Amanece un precioso dia en Hogwarts, es el primer dia de curso y el movimiento ya se escucha, los veteranos ya conocen a la perfeccion como va todo, y muchos incluso trasnocharon ayer en las salas comunes poniendose al dia unos a otros sobre el verano que habian pasado.

Pero ahora llega el momento de levantarse y prepararse para las clases ¡El primer dia de clase para vosotros! Un dia que seguramente recordareis el resto de vuestras vidas.

Evelyn se desperezó pronto. El nerviosismo de empezar clases hacía que sintiese ése millón de mariposas en su estómago. Se incorporó y miró a su alrededor con una sonrisa. Liz estaba en la cama contígua, y se preguntó si es que anoche estaba tan cansada que no se había dado cuenta.

Salió de debajo la manta sin molestar a Nairna, quien bosezó y la miró con cierto reproche unos segundos antes de volver a acurrucarse. La pelirroja se vistió con el uniforme verde con el pecho hinchado de tanta satifacción. Se peinó, tomó el libro de encantamientos, el estuche y pergaminos. Lo puso dentro de su mochila de cuero y se la colgó al hombro antes ir a salir del dormitorio. Se giró hacia Liz, la vio dormir plácidamente.

Tomó un pedazo de papel y escribió en él.

He ido pasando, te veo en el desayuno Liz. ¡No te duermas! O la próxima vez te despertaré yo... y no seré benevolente!

Escribió divertida, juntamente con una cara sonriente al final de la nota que guiñaba el ojo de vez en cuando. Dejó el papel en la mesita de noche de Liz y se fue al comedor.

-¡¡Si!!-

Desperté de un sobresalto soñando que marcaba un punto en Quidditch. Pero al abrir los ojos quedé un poco aturdida. Mmm… ¿dónde estoy? Las camas de mis compañeras estaban vacías, y el sol resplandecía en el agua del lago que se veía por la ventana. -¡Atiza! ¡Estoy en Hogwarts!- recordé finalmente que habíamos llegado al colegio de magia.

Mi cama estaba echa un desastre como de costumbre, durante el sueño me movía mucho y en ocasiones me levantaba dormida, sonámbula. Y el reproductor de música pendía de un lado de la cama. El gato de Evelyn me observaba curioso o quizás aburrido desde la cama de mi compañera. – Hola… – me disponía a acariciarla cuando caí en la cuenta de que era el primer día de clase, y que todas ya habían salido.

Corriendo me vestí y cuando fui a colocarme el colgante de mi tía, vi en la mesilla de noche una nota de mi compañera. Reí y pensé que realmente necesitaría su ayuda para despertar todos los días temprano. Guardé la nota con el resto de libros y el reproductor de música en la mochila y salí corriendo.

 Despues de un largo dia solo queda dormir un rato y comenzar el otro. Me cambie por el pijama y luego sin mas me tire a dormir tranquilamente.

Entró, buscando a Liz. Quizás había llegado cuando ella estaba durmiendo en el sofá y no se habían cruzado, como le había pasado con Andrew. Se acercó a la cama de Liz, peró no la encontró. Suspiró y se giró hacia la suya, donde estaba Nairna acurrucada. Sonrió al verla y dejó su mochila encima del baúl para acercarse y acariciarla. Su ronroneo la recomfortó, de modo que se irguió y se puso el pijama para acurrucarse con ella. Se quedó sentada con la espalda en el cabezal, dormitando. Quizás lograría encontrarse con Liz a tiempo para desearle buenas noches antes de quedarse dormida.

Al llegar a los dormitorios y al acercarme a mi cama, vi a Eve sobre su cama sentada muy inmóvil. Sobre ella estaba su gata placidamente dormida, pero a causa de la tenue luz de las velas, no conseguía saber si Eve ya estaba dormida, apenas se movía. Así que "cuidadosamente" me moví al rededor de mi cama para acercarme a ella y cerciorarme de si estaba dormida. 

Pero entonces tropiezo con mi maleta que me hace caer de boca haciendo sonar un molesto estruendo. - ¡Auch!- me había golpeado en la rodilla. La froto cuando alzo la mirada y veo a una asustada Eve. 

-Ups.. perdona. Me he caído. - le dije con una sonrisa a modo de disculpa.- Pero ya que estás despierta!-corrí hasta su cama y de un salto sentarme a su lado. - ¿Que tu día? Yo he dado un paseo por los alrededores con Andrew, ha sido guay. Le he enviado ya la carta a mi padre. -Debía ser por la azúcar de la piruleta, pero me sentía con energía.- ¿Te cae bien la pelirroja? - pregunté curiosa por saber su opinión de la hija del ministro.- Si quieres me voy.... - finalmente puse una mueca de pena para conmover a Eve.

Estaba dormitando cuando llegó Liz. Se sobresaltó y cuando se apartó el pelo pudo verla bien. Sonrió ampliamente y le saludó.

-¿Estás bien? Vaya golpe...-preguntó mientras su amiga se levantaba y se sentaba con ella. Luego se acomodó, haciéndole hueco-Genial, yo fui con algunos con el profe de Criaturas. Me chiflan, vimos hipogrifos. La próxima vez vente, con Andrew si quiere. Me gusta la compañía, pero creo que no encajo bien con otros- se encogió de hombros, acomodándose un mechón tras la oreja-¿Áine? Es maja. No se lo tiene tan creído como la elegida, ¿sabes? Y su tío es el profe, éso mola. Lástima que no sea una Slyth tan guay como nosotras- bromeó y le pasó un brazo por el hombro, medio abrazándola. Miró la hora y se sorbesaltó-Wao, mira que hora es. Buenas noches Liz, nos vemos mañana para ir a desayunar...-se despidió de ella con un beso en la mejilla de forma cariñosa.

Le gustaba Liz, sin duda. Cuando ésta hubiese vuelto a su cama se acurrucó bajo la manta para dormir.

-¿¡¡Hipogrifos!!?- exclamé sorprendida cuando me contaba que habían visto hipogrifos.

-¿¿Hipogrifos??- repetí susurrando con la misma emoción al percatarme de que mi compañera miraba las otras camas, temiendo que hubiera despertado alguna compañera.  -Que pasada, vale iremos.- Evelyn no me lo pintaba nada mal la idea.

Cuando Eve menciona que Aine no se lo tiene tan creído como la elegida la miro contrariada. -Ya le molaría a ella ser de Slytherin. Nos tienen envidia todos, ¿qué le vamos hacer?- me encogí de hombros con sincera vanidad. Slytherin era la mejor casa y todos sus alumnos lo sabíamos. Estábamos orgullosos de serlo.

Al instante miró el reloj y advirtió de que era muy tarde. Me besó en la mejilla y yo le respondí con un fugaz abrazo, agradeciéndole el gesto cariñoso.

Una vez que ya estaba en mi cama, acomodada, le sonreí antes de apagar la luz de la vela. – Buenas noches, mi pelo fuego- le dije con un tono cariñoso.

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Cuando abrí los ojos, la luz del día se calaba a través del lago que iluminaba el cuarto por las ventanas sumergidas en el lago.  Algunos pececillos paseaban por delante del ventanal mientras me estiraba y me vestía con mis colores. Metí la mano dentro de la capa y me encontré con el montón de piruletas que había guardado la noche anterior. Dejé una con sabor a frambuesa sobre la repisa de Evelyn. Y me llevé otra con sabor a regaliz a la boca.

Observé a mi compañera bastante cerca  de su cara mientras saboreaba la piruleta. La lengua se me estaba volviendo negra y el aliento con olor a regaliz negro. – Eve…. Despierta…- esperé hasta que abriera los ojos para darle un beso rápido en su mejilla y salir corriendo hasta la escalera. –Te espero en la Sala Común- dije mientras desaparecida por las escaleras. Y al momento grité -Andrew!!!-