Partida Rol por web

- ¡Pues quiero ser un inventor de conjuros! Al fin y al cabo, alguien tiene que hacerlo... en mi familia creemos que las ciencias muggles son las bases donde se rige la magia, porque si no existieran no podríamos modificarlas con nuestros hechizos... un concepto complicado.

Pero para mí no lo era. Desde pequeño mi madre me había obligado a estudiar ciencias muggles, en especial matemáticas y música, pero también química, biología y física, además de historia y literatura. Y lo creía con tanto fervor que claro, había conseguido que yo también lo creyera con todo mi fervor.

- Me encantaría que me enseñaras el truco papirofléxico... ya sabes... el de los animales de papel que cobran vida.

Arqueó una ceja -¿ciencias muggles? ¿pero de verdad eso puede ser interesante? - se encogió un poco de hombros auto-respodiéndose. -Quizás inventes algún hechizo tan bueno que dentro de varios años tengan que estudiarlo en Hogwarts - eso sería genial ¿no? Me pregunto si la elegida sabrá algún hechizo ya. Como es tan "importante".

Sacó de su bolsillo un pequeño paquetito que contenía drooblones. Le ofreció uno a Theo - te enseñaré encantada, le preguntaré al tonto de mi hermano como los hace - obviamente lo de tonto lo decía con un tono algo cariñoso - ¿quieres uno? son geniales para hacer globos, tardan mucho en explotar. ¿Te interesa alguna actividad fuera de las clases? - preguntó antes de meterse un drooblon en la boca. 

Acepté sonriendo, y me metí un doobleron a la boca. Era complicado hablar con la boca llena, así que es muy probable que hiciera un poco el ridículo, no se me debía entender nada de nada.

- Esho sheria ashtuhpendo.

Me aclaré la garganta con un carraspeo seco.

- Pues... no sé. Me interesan bastantes cosas, y por increíble que parezca, la biblioteca no ocupa todo mi tiempo... Espero que me quede algo para hacer cosas con los amigos. ¿A ti qué te gusta hacer?

Cuando entrasteis la niña estaba completamente concentrada escriviendo algo en un libro con tapas de cuero que incluso tenia un cierre como de cinturón, se había colocado al lado de la ventana para asi usar la mesa y mientras parloteabais parecia absorta en lo suyo hasta que cayo a su lado un pajaro de papel.

- ¡Lo siento que maleducada! - Os dijo cerrando el libro y guardándolo - En mi familia tenemos la tradicion de escribir diarios de los años en Hogwarts y despues darselos a la siguiente generacion, yo tengo los de mi hermano Lucas y el heredo los de mi padre, los mios puede que sean apra un hermano pequeño, o algun primo ¡O hijos! - Sonrio alegremente y volvio a presentarse en condiciones - Sylvana Rommar, Theo y Zoey ¿No? - Pregunto con interés.

En apellido Rommar os sonaba bastante, lo habiais visto en las portadas de muchos libros, pero ahora mismo no caiais en la tematica de estos.

La niña nada más entrar, hizo una foto del compartimento desde la puerta. Le gustaba el ambiente acogedor que ofrecía el pequeño espacio. Se dio cuenta entonces de que había más personas dentro y dibujó una pequeña sonrisa en sus labios, tímida.

- Hola. Soy Álex-se presentó, aunque ya lo había hecho antes. A pesar de la brevedad de la frase, un fuerte acento escocés se notaba en su habla. 

Se sentó en el primer sitio que pilló libre y cruzó las piernas sobre el asiento, observando con sus inmensos ojos azules detenidamente a los muchachos, uno por uno.

Soltó una risilla cuando escuchó hablar el chico, el dooblon le dificultaba el hablar. Para que no se sintiese mal, no hizo el esfuerzo de apartarse el chicle que le hacía hablar regular -puesh sho tozco el obech y... - entonces la otra chica comenzó hablar -se me olvidó que estaba ahí - con la cara roja de vergüenza, la miró - encantada Sylvana, creo que vuestra idea es genial. De mucha ayuda - sonrió sincera a aquella niña.

Entonces un flash la hizo distraerse, miró hacia la puerta y allí estaba la chica de antes que portaba una cámara - hola Álex, yo soy Zoey - señaló con la mano al gato preocupado, que con las acaricias de Theo se había ido a su lado - y ese es mi gato Whitepaw. 

Sacó de nuevo la bolsita de drooblones y le ofreció a las dos niñas. -Así podremos entretenernos haciendo pompas ¿a qué casa creeréis que vais a ir? - ahora no me importaría ir a Ravenclaw, si va Theo, me cae muy bien... - pensó de nuevo al sacar otra vez el tema. 

Como veo que va a ser complicado hablar, intento hacer un esfuerzo para esconder el dobloon bajo la lengua y que se me entienda mínimamente. Después me acerco a Syl y a Álex y les tiendo la mano.

- ¡Hola Sylvana, hola Álex, encantado! Me llamo Theodore Wilbur Delacroix, pero todo el mundo me llama Theo. Mi lechuza es Arquímedes.

Después me vuelvo a sentar donde estaba, justo enfrente de Zoey, balanceando las piernas como un niño pequeño. Luego me quedo mirando a la recién llegada y le ofrezco el único sitio libre, el de al lado de donde estoy sentado. Parece una chica simpática. Sin duda debo de tener un aspecto algo bobalicón, pero lo cierto es que estoy tan feliz que no puedo dejar de sonreír.

- Yo espero ir a Ravenclaw, pero tengo entendido que sólo las mentes más brillantes van allí, así que no sé dónde iré a parar... Espero que sea cual sea la casa, hacer amigos, aunque espero sinceramente que también haga amigos en otras casas...

Ése último comentario iba por Zoey, aunque... tenía que confesar que me gustaría ir con ella a cualquiera de las cuatro casas, no me importaba a cuál.

- ¿Rommar? Me suena un montón, de haberlo leído en algún libro... Me gusta mucho leer, soy todo un librófilo. Pero lo cierto es que ahora no le pongo título... ¿puede ser?

Hmmmm... Rommar, eso lo he leído por alguna parte. ¿De qué me suena?

La niña sonrió levemente por el recibimiento de los presentes, aunque aún había una niña que no se había presentado... pero parecía llamarse Sylvana, aunque aún no se hubiese presentado. Estrechó la mano de Theo y luego se la tendió a las otras dos muchachas, Zoey y Sylvana. Álex observó al niño que tenía a su lado, era el que se había metido directamente en el vagón, seguramente sin darse cuenta. A partir de ahí, la muchacha dedujo que parecía alguien despistado, o que se atrapaba fácilmente en la lectura... sería un buen Ravenclaw según lo que decían sobre las características. Miró a su mascota, tenía nombre de científico. Tal vez él no lo haga, aunque Álex creía que sí por el momento, pero su familia quizás si que hubiese pertenecido a Ravenclaw. Dejó de mirar a Theo para fijar su mirada azul en la niña que se había presentado como Zoey. Antes se había presentado con un hilo de voz, de forma tímida y bastante escueta, y sin embargo ahora parecía estar muy cómoda en el compartimento con Theo y Sylvana, lo que le decía que la muchacha parecía ser como ella misma... prefería los grupos pequeños antes que las grandes multitudes. Miró a su mascota, un gato con unas manchas muy divertidas en la cara, Álex sonrió al verlo.

La niña ofreció una bolsa de drooblones y Alexandra decidió tomar uno, aunque en sus bolsillos tenía una bolsa también. Luego ofrecería ella. 

- Gracias-dijo con voz fina, tomando uno de la bolsa. Se llevó una mano a la capucha y sacó a Pip, que estaba entretenido con una pipa-. Él es Pip-lo presentó y volvió a meterlo en su capucha para que siguiera comiendo.

Se quedó pensativa ante la pregunta de la casa, de nuevo, no sabía qué responder.

- Em... supongo que Ravenclaw o Slytherin sería donde mejor encajaría...-respondió vagamente, encogiéndose de hombros-. Pero hasta que no lleguemos al castillo y pasemos la ceremonia es difícil saberlo con certeza.-sacó la cámara e hizo una foto del paisaje que se veía por la ventana. 

- Mi padre es el dueño de una de las editoriales en el mundo magico, tenemos desde libros de historia, criaturas o cuentos - Respondio la niña de forma amable a Theo mientras cogia uno de los dulces que ofrecia Zoey - Gracias.

Ante la pregunta sobre la casa comenzo a masticar el chicle pensativa - La verdad es que no tengo preferencias, mi padre fue a Ravenclaw y mi madre a Slytherin, pero tengo tios y abuelos en Gryffindor y Hufflepuff tambien, asi que supongo que dejare que el sombrero vea mas claro el lugar para mi, pues a mi con tal de comenzaren el colegio ya me llega para estar ilusionada ¿Como os imaginais el castillo? ¿Sera tan grande como parece? - Parecia que la muchacha estaba bastante contenta y os miraba todo el tiempo alternativamente pensando en que alguno podia ser compañero suyo de casa, incluso todos.

Cuando el tren se puso en marcha no habian pasado aun ni diez minutos y llamaron a la puerta. 

Una mujer mayor que tiraba de un carrito lleno de dulces y otras comidas, dejo a un lado en un asiento un periodico del Profeta y os miro con una afable sonrisa - ¿Quereis algo niños? - Os pregunto con su amable sonrisa - Tengo píldoras ácidas, Grageas de Todos los Sabores de Bertie Bott, Bolas de chocolate, Ranas de Chocolate, Droobles, Varitas de Regaliz, Varitas de chocolate - Hizo una pausa antes de proseguir - Cerveza de mantequilla, Zumo de calabaza, Jugo de arándanos, Bollos de Bath, Pastel de calabaza, Pasteles en forma de Caldero y Tritones de Jengibre.

En la portada del periodico que es lo unico que se veia sin abrirlo ya podiais ver una fotografia de vuestra compañera de primer año y su nombre y apellidos en letras bien grandes, sin duda le costaria bastante pasar desapercibida si es lo que buscaba.

Seguro que es enorme, con un montón de escondrijos y... -La chica iba a continuar hablando cuando se ve interrumpida por el carrito de dulces. Zoey negó con la cabeza -yo estoy bien, no quiero nada, gracias... - cogió el periódico y comenzó a leerlo. Leyó por encima la portada y pasó a ver las siguientes. Frunció los labios cuando leyó las dos noticias que le llamaban la noticia. Su próximo profesor de DCLAO y lo de los hombres lobos. Miró atenta la foto que aparecía del profesor, le parecía un tipo muy particular.

Cerró el periódico y se lo extendió a sus compañeros de compartimento, por si querías leerlo o hacer los juegos del final. 

Álex comenzó a imaginar enseguida lo que decían sobre el castillo. Su hermano no solía darle detalles acerca de este, por lo que tenía que conformarse con lo que ella misma se había imaginado con lo poco que había leído u oído hablar. Hogwarts era un castillo, seguro que debía ser enorme, con numerosos pasadizos y escondrijos que ocultaban secretos interesantes que la muchacha estaba dispuesta a descubrir. 

Entonces, llego la señora del carrito e interrumpió sus pensamientos. Sacudió su cabeza castaña, sobresaltada y miró a la señora. Le gustaba, parecía muy amable y dulce. Se sintió bien con su presencia, como si el aire se hubiese edulcorado. No podías hablarle mal ni aunque quisieras:

- No, pero muchas gracias, señora-le dijo amablemente, con una sonrisa. 

Dejó que Zoey leyera el periódico para luego leerlo ella. Aunque fue directamente a la parte de los juegos, le encantaban las adivinanzas. La leyó un par de veces y musitó en voz baja:

- Un juicio...

Entonces miró las noticias, saltó todas las que tenían que ver con Dorothy, pues ella misma había estado presente en su llegada a la estación. Comenzó a leerlo todo atentamente. La estructura de "El Profeta" nunca le gustó demasiado, pero la información era buena. Le pareció curioso el turbio pasado del que sería su profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, pero si había salido inocente de esos juicios (sonrió por la coincidencia entre la noticia y la adivinanza, ¿Sería a propósito?) y siguió leyendo. La escapada del mortífago, no la intranquilizó demasiado, sabía que Hogwarts era muy seguro. 

Me enfrasqué por completo en la lectura del periódico en cuanto Zoey me la ofreció. Leí cada una de las palabras con atención, y antes de decir nada resolví la sopa de letras y la adivinanza; "un juicio", lo había leído por alguna parte. Era pan comido. Por eso, cuando Álex murmuró la respuesta le dediqué una sonrisa de aprobación, una mente como la de esa chica valía su peso en galeones.

Sin duda era un vagón curioso. Era el único chico de allí, pero no me hacía sentir tan violento, Zoey me caía muy bien, y aunque tenía que conocer un poco más a Álex, me había sorprendido muy gratamente con la adivinanza. Sin duda algún tipo de mente brillante, con quien no me importaría estudiar en la biblioteca. En cuanto a Sylvana... bueno, me había ganado diciendo lo de su editorial, y el diario. Parecía buena chica, apuntaba maneras.

Acromántula - 1ª línea

Streeler - 3ª línea

Centauro - 5ª línea

Aerupt - 9ª línea

Basilisco - 10ª línea

Banshee - 2ª columna

Kneazle - 11ª columna invertido

Dementor - 11ª fila y diagonal ascendente

Doxy - 10ª columna invertido

Knarl - 1ª fila diagonal descendente

Crup - 9ª columna

Uro - 5ª línea

Después levanté la cabeza con una sonrisa, y me dio tiempo a preguntar a las chicas:

- ¿No creéis que las medidas de seguridad por la Elegida son desmesuradas? El Ministerio está utilizando muchos aurores en su protección personal, y mientras tanto hay más y más ataques y fugas de Azkaban...

Tras decirlo, volví a concentrarme, esta vez en el sudoku.

- Mis padres creen que la estan usando para mantener a raya a la gente, segun mi madre no es mas que una niña y si realmente nos tuviera que salvar a todos de una epoca oscura lo logico es que el que no debe ser nombrado ya la hubiera atacado mas veces, pues es estupido que deje que crezca y pueda hacerse poderosa - Explico Sylvana reproduciendo las palabras que había escuchado decir a su madre en una conversacion de su familia sobre el tema.

- Por otro lado mi abuela cree que hacen bien, pues quizas si no hubiera tenido tanta seguridad ya no estaria viva y las cosas estarian mucho peor - Se encogio de hombros mientras miraba un segundo por la ventana para pasar a miraros despues de nuevo a vosotros.

- No se, yo tampoco le vi nada sorprendente en el anden - Pues le había parecido una niña como cualquier otra.

Zoey vuelve a encogerse de hombros ante la pregunta de Theo. Escucha atenta a Sylvana, -parecemos mayores hablando de estas cosas...- una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Después de apartar un poco el drooblon de nuevo para que no le costase hablar, intervino ella - no se si es mucha o poca, pero estaría muy angustiada si tuviese todo el día a gente a mi alrededor que no dejase de ver lo que hago - se mordió el labio inferior, acordándose de sus pequeñas aventuras cuando se escapaba. 

En mi casa mis padres no suelen hablar mucho de ella, es más ¡ni sabía que iba a estar en nuestro curso! - se cogió un mechón del pelo y se lo peinó algo nerviosa con los dedos - ¿soy la única que no lo sabía? - mis padres opinan que lo que pasa ahora es más importante, por ejemplo esa noticia sobre el profesor de Defensa contra las artes oscuras...

Se calló un momento, mirando al otro lado de la ventana - no debe quedar mucho para llegar ¿no? - volvió a mirar a sus compañeros y sonrió un poco -¿creéis que los profesores serán favoritistas con ella? seguro que si lo son, no le va a gustar a nadie... - su tono de voz sonó a que estaba bromeando sobre esa última pregunta, pero sabía que tenía algo de razón. Volvió a mirar hacia el exterior - ¿la tratará mejor el abuelo por ser "distinta"? 

Medité mi respuesta varios segundos antes de corroborar la postura de Zoey.

- Supongo que de ser favoritistas, sería una conducta deleznable, muy poco apropiada del personal docente.

Cuando veo sus caras de desconcierto, apuro a explicar. Quizá sea por haber tratado siempre con adultos, que los niños de mi edad no me entiendan bien del todo.

- No sería correcto que le pusieran mejores notas por ser quien es. O que tuviera enchufe.

Y entonces pensé en las posibilidades. Tantas medidas de seguridad con la elegida... El Ministerio desbordado por ataques de mortífagos y fugas de Azkaban, y para colmo un hombre lobo en Hogwarts. Todo eso ocurriendo sin tomar medidas ni mover un músculo, en cambio la protegida escoltada día y noche. Vaya niña más detestable, pensé, si es capaz de condenar a toda la sociedad por llevar una cicatriz. Además, lameculos como ese Jack tampoco le faltarían... de esos que sólo buscan un poco de fama personal estando a su lado.

Carraspeé un poco la garganta, tosí, y me di con el inhalador. Mi salud siempre había sido un poco frágil, y entre el viaje y los dobloons y las nuevas experiencias casi me había sentido completamente sano por un momento... Aunque claro, mi cuerpo tenía la mala costumbre de recordármelo.

- ¡Fijaos, ya estamos llegando!

Guardé el periódico en mi baúl con sumo cuidado, ¡tenía una sección de hemeroteca! Después me alisé la túnica, y me levanté hacia la ventana.