Partida Rol por web

Mamá me lo había dicho, yo sabía que esto iba a pasar y por ello estaba preparada para lo que fuese. Cerré unos segundos los ojos y tomé aire por la nariz de manera lenta, después lo solté. "Relájate, todo está bien" Me repetí mentalmente un par de veces antes de abrir los ojos y mirar al chico que me hablaba. Algunas caras me eran conocidas, pero solo eso. Viniendo de una familia tan conocida como los Collingwood, era muy triste que mis mejores amigos fuesen Aurores y una gata.- No te equivocas, cómo bien dices, soy Gwendolyn.-Saqué la mano de debajo del cuerpo de mi gata y la extendí hacia Andrew, cómo de costumbre mis manos iban cubiertas por guantes a juego con la boina y la bufanda que protegía el cuello del frío.- Es un placer.-"Modales, formas... Pero todos me tratan como la elegida" Pese a mis pensamientos mi sonrisa permaneció sobre mis labios.

Algunas reacciones provocaron que sonriese un poco más y que incluso soltase alguna risita nerviosa, pero aún así me mantuve atenta a las palabras del joven que me hablaba.- Es una pregunta difícil de responder  ¿No crees? Creo que dentro de mí hay un poco de todo. Al fin y al cabo, estamos apunto de ser parte de la Escuela de Magia y Hechicería... Y creo que es el sueño de cualquier mago o bruja.-Intentaba ser calmada, no dejar salir mis nervios. Pero en ocasiones mi voz vibraba y mis manos aferraban con algo de fuerza a Mimetalia.- Aún así, sí estoy nerviosa y ansiosa. Pero no siento miedo ¿Debería?.-Pregunté a la par que llevaba mi mirada unos segundos hacia Adrien.

Al parecer se notaba mi "agobio" o "inquietud". Hice un leve gesto con la cabeza a modo de agradecimiento y sonreí de manera calmada. Eso mismo también lo hice con la otra niña, a la cual sonreí de manera amigable cuando abrió tanto los ojos.- Gwendolyn Jane Collingwood..-Dije hacia el grupo cuando se dieron las presentaciones. Para mí eso era una total y completa tontería, pues seguro que muchos ya me conocía... Pero era educación, era educación.

Miré de nuevo a Andrew a la espera de la respuesta, si es que quería dármela, claro.

Observe atentamente a todos y sonrei, nujca habia estado con mas chicos de mi edad y eso me gustaba.

Hola zoey, soy Andrew. Hola Theo y Adrien esperando ansioso por llegar Miro a Gwendolyn. Pues nervioso y ansioso... Mis padres me comentaron que cruzaremos el lago para llegar al castillo y que debajo de este se encuentra una criatura Y con una mano me rasco la nuca.

¿A que casas han pensado ir?... ¿O se imaginan entrar? Mi mirada iba por todos los chicos, creo que me iba a encantar este año y mas cuando conoces a personas que a primera vista parecen geniales.

Por cierto ella es Kara mi lechuza Y la señalo.

- Primer Set Ball salvado. - pienso sonriendo al ver como Gwendolyn salva la primera de las muchas aproximaciones que tendrá antes y sobre todo después de que entrase en Hogwarts.

Visto lo visto es hora de presentarme.

- Soy Jack Chambers. - digo. Pero no suelen usar mi apellido pues mi padre tiende a "acapararlo" dada su posición. - añado sonriendo mientras miro a Gwendolyn, Adrien y al resto de hijos de Aurores, a los que conocía de vista de alguna reunión aunque por desgracia apenas había tenido trato con ellos.

Luego miro a Andrew.

- Mi hermano está en Gryffindor. - comento. Aunque he tenido familia en el resto de casas. - prosigo. Así que no tengo ninguna preferencia.

Evelyn había sido la primera en llegar y fue viendo con visible curiosidad los que iba llegando. No sólo los niños, si no miraba a sus padres y a algunos los reconocía. Se habían reunido muchas familias importantes, a parte de los Collingwood. Éso hizo que el curso cobrase interés por momentos. A medida que saludaban les saludó con la mano sonriente. Luego, sin dejar a Nairna en el suelo, fue memorizando los nombres de los que se presentaba. 

Mio que un chico castaño se quedaba mirando fijamente a su gata. Le sonrió y le tendió a Nairna por si quería acariciarla. Por lo general siempre era una gata cariñosa cuando estaban juntas, pero cuando la gata estaba a su bola era más reacia.
-Puedes acariciarla si quieres...-le sugirió mientras otros niños iban llegando. Pero de pronto se oyó un revoloteo y se topó con ella. Le ayudó a ponerse erguido de nuevo con una mano.
-¡No te preocupes! No pasa nada, no me has hecho daño-exclamó con una amplia sonrisa-¿Sephora? Es preciosa...- comentó mirando al animal con ojos absortos. Nairna ronroneaba en sus brazos.

Llegaron más niños que saludaron, pero no dijeron mucho. El primero fue un chico rubio que llegó a toda prisa. Le pareció divertido verlo llegar tan apurado. Le miró a él y a Adrien.

-Encantada. Yo soy Evanna, Evanna McIntyre de Glenoe. Pero llamadme Evelyn, es más corto-comentó con una sonrisa-Aunque...¡más largo es el tuyo! ¿Igneus dijiste? Se me ha olvidado el resto-se dirigió al chico rubio que había llegado a toda prisa-Respira, o no llegas a Hogwarts-bromeó viéndole tomar bocanadas de aire. Se presentaron el resto y mientras les saludaba memorizaba sus nombres. Quería saber sus apellidos para saber de qué familias venían. 

Cuando Zoey habló tan bajo no pudo evitar mirarla.
-¿Te encuentras bien?-preguntó al verla tan compungida. Luego miró a Gwendolyn y pensó que quizás estaban impresionados por ella. Evelyn no lo estaba. Nunca la había visto como un profeta o un salvador, sino alguien curioso, con una historia particular. Otro chico, un tal Andrew hablaba también con ella. Quedó unos segundos pensativa- Gwendolyn también es muy largo, ¿no tienes un mote o algo? Es bonito, pero muy largo... ¿Tal vez Gwen?-le preguntó con familiaridad. Luego recordó que quizás no la habían escuchado-Yo soy Evelyn, un placer- dijo por cortesía al grupo y a los cuatro que acababan de llegar-Mi familia ha estado siempre en Slytherin. Creo que es una gran casa, y me alegraré de entrar en ella-su voz denotaba seguridad, como si lo tuviese asumido por muy aleatorio que fuera. «Claro, hay un calamar gigante en el lago. Y muchas cosas más. Quiero ver el calamar» pensó para sí: había leído tantas veces que le parecía de cajón, pero no quiso decirlo en voz alta.

Todos parecían nerviosos, incluso el chico del libro sólo se había presentado. De reojo miró con suspicacia a los dos  útimos niños que habían llegado, puesto que parecían muggles corrientes. Mentalmente se preguntó si no se habrían equivocado, pero prefirió no centrarse en éso.

Álex siguió sentada en el banco, acariciando a la ratita que seguía comiendo sus pipas. El animal parecía nervioso, parecía que sabía que estaba rodeado de todos sus depredadores. La niña intentó calmarla con sus caricias, mientras observaba todo con ojos despiertos y atentos. No pudo reparar fijarse en la Elegida, la evaluó con la mirada totalmente fija en ella. A decir verdad, no parecía demasiado extraordinaria. Era una niña de su edad en su primer día de escuela... Seguramente no supiese mucho más de magia que el resto de los que estaban allí. Tenía un gato que descansaba en su regazo, un baúl que iba a ser cargado en el tren, seguramente una varita nueva... Si no supiera quien es, la tomaría como una niña más. Sin embargo, algo tenía que tener, ¿qué era aquello que la hacía extraordinaria? Alexandra no podía dejar de darle vueltas a ello, sin dejar de mirar a su nueva compañera. Sus ojos azules la escrutaban de arriba a abajo, intentando detectar algo que la hiciera distinta a los que estaban allí presentes... ¿por qué ella y no el muchacho con el que hablaba, o la niña que se había presentado en un susurro, o el chico despistado? Algo debía haber. 

Cuando se cansó de observar a la muchacha, dirigió sus ojos al muchacho que antes había ofrecido su ayuda. No sabía cómo debía actuar ahora... ¿debía darle las gracias? No lo tenía muy claro, tal vez había pasado demasiado rato y ahora sonaría raro si se lo dijera. Dejó que sus manos actuasen antes que su cabeza, las llevó a su cámara y enfocó al muchacho que pretendía ayudarla y disparó. Sería un buen recuerdo, alguien le había tendido la mano.

No pasó por alto el hecho de que todo el mundo se estaba presentando, ¿ella debía hacer lo mismo? ¿también debía contestar a qué casa aspiraba? Realmente, su deseo era entrar en la casa de su padre pero... Sabía que no encajaba en ese molde. Tal vez la casa de las águilas o las serpientes fuese la indicada para ella. Mientras no estuviese en la de los leones, su madre estaría contenta. Realmente, tenía curiosidad de saber cómo era cada casa por dentro... ¿se le permitiría entrar en alguna de las Salas comunes de las que tanto hablaba su hermano con ese secretismo? 

Finalmente, optó por presentarse, tarde o temprano tendría que hacerlo. 

- Me llamo Alexandra McKenzie-se presentó, se le notaba un arraigado acento escocés en su voz infantil y dulce-... pero mis amigos-o los elfos domésticos de mi casa- me llaman Álex.-siempre había querido decir eso. Se reservó decir lo de la casa, pues no lo tenía claro aún. 

Dejó a Pip sobre su hombro y comenzó a hacer fotografías al azar: a la prefecta, a la gente cargando baúles, a los padres que se despedían de sus hijos, a los brazos que asomaban por las ventanas de los vagones para despedirse, también fotografió a los que iban a ser sus compañeros y a sus mascotas. Le dio lástima por Pip, parecía que no podría llevarse bien con ninguno. 

Cuando de pronto alguien cruzó el muro cayendo de bruces no pude contener una carcajada de risa que rápidamente disimulé tapándome la boca. Era una niña de mi edad que portaba una cámara. Había sido divertido verla aparecer de la nada ya cayendo.

Entonces algo alborotó el ambiente pues todos cuchicheaban y señalaban a una niña. Al elevarme con curiosidad pude ver quien era la aludida. “La elegida”. La miré con aborrecimiento y me volví a mi lechuza para darle de comer. Nenúfar se había pasado todo el trayecto alborotada cada vez que algún muggle estaba demasiado cerca.

La prefecta nos daba instrucciones para aguardar en el banco que ya estaba situada yo. Aburrida comencé a balancearme sobre mis pies, distraída en mis pensamientos, haciendo contonear mi vestido.. De pronto escucho la voz de Damien llamarme. – ¡Liz! –  grita mientras sube al tren y me lanza una bolsa de Grageas Bertie Bott.  Me guiña el ojo y desaparece. Echaría de menos jugar con él al Quidditch.

Abro la bolsa y cojo una gragea al azar, pero antes de llevármela a la boca veo que han llegado nuevos niños. Miro sucesivamente mis caramelos y al resto de niños hasta que me veo obligada a compartir mis grageas. Extiendo el brazo ofreciendo grageas al grupo sin mencionar palabra alguna. Lanzo la gragea haciéndola volar hasta atraparla con la boca.

-Mmmm…¡Puaj!-  pongo una mueca de repugnancia y dejo caer al suelo la gragea. ¡Me ha tocado con sabor a pescado! Miro al grupo con cara de querer vomitar para hacer la gracia. – Pescado – Sacudo la cabeza y lanzo otra gragea al aire para atraparla con la boca.

Poco a poco nos estábamos reuniendo todos los que compartiríamos curso, la verdad es que estaba algo nervioso, decían que la primera impresión era muy importante y a mi ¡Se me había olvidado presentarme!, aún así permanecí atento a lo que mis nuevos compañeros empezaban a apuntar, sin embargo no me iba a engañar, en algunos casos lo que más me llamaba la atención eran sus mascotas, desde algunas algo exóticas hasta otras demasiado comunes. Cualquier chico/a que me mirara tenía inmediatamente una sonrisa forjada en el nerviosismo del momento y de manera casi automática. Me notaba un poco fuera de lugar, había pasado mucho tiempo encerrado en mi castillo y estas cosas se me resistían:

-David Sm...y justo cuando iba a terminar de decir mi nombre aquella chica a la que me había acercado a ayudarla para levantarse había sacado una camara y tomado una foto, aproveche para intentar salir sonriendo aunque la escena se me antojaba extraña- Igual los chicos de nuestra edad se saludan echándose fotos- pensé mientras que me percataba de que yo había olvidado mi cámara- Mierda, sabía que algo se me olvidaba, ya se reirán de mi por no tener cámara- ese era mi mayor miedo y mi cámara estaba muerta risa en mi cuarto- ¿Para que la querría allí?. 

Como había supuesto Gwendolyn ya era el alma de la fiesta y algunos se arremolinaban alrededor de ella, preferí dejarla tranquila por el momento y fijarme detenidamente en su gato, parecía sobreprotector pero sus ojos, eran la mar de curiosos, ya le preguntaría cuando tuviera el momento, ahora era mejor no agobiarla.

Lo más extraño de todo fue la mascota que Alex sacó de sus ropas, era ¡¡¡¡¡¿¿¿¿UN RATÓN???!!!!! Pero si yo alimento a Trueno con eso a diario... No seas tonto y le vayas a decir algo así, seguro que sale corriendo, así pues de momento decidí ignorar este hecho aunque si tuviera un momento le preguntaría el porque tener comida como mascota, Igual es que los chicos de mi edad ahora tienen como mascota la comida... Aunque después me daría mucha pena matarla para dársela de comer a otro animal- pensaba, aunque esto no lo entendía muy bien.

Aún así me acerqué a Theo y con sumo cuidado me acerqué a su mascota:

-wwoooww, Arquímedes es increíble, que plumas tan interesantes y esa mirada... parece como si me considerara su comida- dije de broma tratando de romper el hielo con Theo, pues me parecía uno de los más tímidos como yo- ¿Puedo?- dije mientras acercaba mi mano hacia su plumaje a la espera de que me diera permiso para poder tocarlo.

Finalmente no desistí en el intento de coger una gragea de la bolsa que Liz amablemente nos proporcionaba, jamás tenía suerte pero quien sabe, igual hoy cambiaba, así que tomando una no sin antes dar las gracias por ello, me la llevo a la boca y una expresión de asco recorre rápidamente cada uno de mis músculos faciales en una mueca mezcla de horror y repugnancia:

-¡BUAJ! Moco de troll- algunos podrían preguntarme como sabía que era eso, y es que mi mala suerte era notable y no era la primera vez que encontraba una así...

Helena se despidio de su compañera y os miro a todos antes de echar una ultima visual, el ese momento uno de los revisores le hizo una señal dando unos toques a su reloj y ella asintió.

- ¡Venga pequeñuelo, detras de mi! - Os pido mientras se encaminaba al tren - Este sera vuestro vagon, es decir el segundo en el primero suelen ir profesores, empleados del colegio y empleados del tren, este años tambien iremos la mitad de Prefectos, despues cada vagon que sigue es de un curso superior hasta el ultimo que es donde normalmente vamos todos los Prefectos y este año pues ira la otra mitad.

Se paro ante la puerta del tren dandos paso hacia el interior - Hay cuatro compartimentos de cuatro personas, despues el del baño y por ultimo el de carga de vuestras cosas, asi que venga a repartirse en los compartimentos que salimos en unos minutos, cuando arranquemos pasara la señora Moffen con el carrito de comida y los periódicos - Escuchasteis el primer aviso del tren sonando con fuerza, indicando que ya no quedaba nada para salir.

Los primeros en seguir a la Prefecta fueron los dos ultimos niños en llegar que parecian escucharla con suma atención, subieron al tren y el mas activo entro ya directamente en el primer compartimento mirando todo curioso y acercandose a la ventana, el otro por su parte de fue hacia el final del tren entrando en el ultimo compartimento.

Sylvana opto por entrar en el segundo para asi dejar libre que el que quisiera compartir con ella entrara y el que no, pues no. La otra niña encambio mire elevando una ceja el primer compartimento donde el niño ya casi saltaba en los asientos de la ilusión nego con la cabeza y siguio andando, paso mirando el segundo compartimento y opto al final por entrar en el tercero.