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Hogwarts: La profecía

Prologo I: Anden 9 y 3/4

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18/02/2015, 22:44
Director

En el Andén Nueve y Tres Cuartos se toma el Expreso de Hogwarts que lleva a los estudiantes hacia la estación de Hogsmeade y desde ahí, si son estudiantes de primer año son guiados a través del Lago Negro, o si son estudiantes de segundo a séptimo año, son llevados en los carros tirados por Thestrals hasta el castillo.

Este andén se encuentra entre las estaciones 9 y 10 de King's Cross. Al inicio del curso escolar y al final, los estudiantes pasan a través de una pared entre las paradas 9 y 10 de la estación de trenes, la cual solo aparece para los magos y brujas.

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18/02/2015, 22:45
[A-R6] Helena Steel

Lugar - Londres

Ubicación - Anden nueve y tres cuartos

Fecha - 1 de Septiembre

Hora - 10:15


 

Para algunos era la primera vez en el Anden nueve y tres cuartos, para otros no pues habian acompañado a sus hernos mayores años anteriores. Pero fuera la primera vez o no, aquel año era unico y mas especial que cualquiera pues...

¡Era vuestro primer año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería!

¡Uno de los mas prestigiosos Colegios de Magia en el mundo!

¡Y la primera vez que iriais en el Expreso!

Quedaban unos cuarenta y cinco minutos para que el tren pusiera rumbo a su destino, pues a las once saldría hacia la estacion de Hogsmeade.

Algunos llegais con vuestros padres, otros con vuestros hermanos mayores o primos, y algunos con otro familiar que os acompaña hasta la estacion. Lo que no había duda es que estaba repleta de gente ahora mismo y mas que iban apareciendo. El encargado de estacion solicitaba a los familiares que fueran despidiendose de sus hijos y dejando el lugar libre, que los Prefectos se encargarian de la acomodacion de los alumnos por cursos en los vagones. Aunque muchos ya estaba despidiendose y entrando donde sabian que era su lugar, mas bien los de primero eran los unicos que aun no entendian muy bien donde tenian que ir.

Todas las pertenecias quedaban a un lado para ser metidas de forma ordenada en el tren y enviada despues al colegio, lo unico que se pedia es que llevarais encima lo que necesitarais para el viaje y las tunicas para ponerlas antes de llegar al colegio.

Pocos minutos despues de llegar una chica rubia comenzo acercarse a los que pareciais mas jóvenes - ¡Buenos días! Soy Helena Steel, Prefecta de Ravenclaw, y encargada este año de guiaros, por favor, los de primero comenzar a despediros y colocaros en esta zona al lado del banco con el numero tres sobre el, en unos minutos os indicare cual sera vuestro vagon. - Su tono era agradable y tenia una alegre sonrisa en el rostro mientras seguia caminando e informando a los mas pequeños.

Pero aquel año había algo que no habían años anteriores, este era el año que Gwendolyn Collingwood iria a la escuela y la espectacion era muy grande, muchos miraban a la familia Collingwood, los cuchicheos eran muy grandes, y la vigilancia del anden mas grande que nunca, pues podian verse Aurores repartidos en distintos puntos. La escuela era uno de los lugares mas seguros que había, eso nadie lo dudaba, pero aun asi, seria la primera vez que la niña estaria lejos de su familia.

Por suerte el Ministerio consiguió mantener a la prensa fuera de allí.

Notas de juego

¡Empezamos! Podeis llegar al anden con quien queráis :)

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18/02/2015, 23:35
S1º Evelyn McIntyre

  

Los McIntyre de Glenoe llegaron con la calma, sin prisas. Evelyn llegaba acompañada de sus padres, Robert Owain y Lysanor, y el hermano mediano, Keith. Aunque Evelyn ya había estado anteriores veces en el andén, ésta era su primera vez como alumna, así que la ilusión se reflejaba en los ojos de la pequeña. La pelirroja familia caminaba con tranquilidad por el bullicioso andén. El padre se volvía a saludar muchos conocidos, puesto que él era el  Jefe del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas y parecía no ser el único del Ministerio de Magia en despedir a sus hijos en el andén. Lysanor, por su parte, caminaba del brazo de su esposo y saludaba con una sonrisa a los que conocía, pero su pensamiento parecía estar en otra parte, lejos del andén o su despacho en las oficinas del Profeta. Keith, el muchacho pelirrojo, caminaba con un brazo por los hombros de la pequeña, charlando animadamente con ella, quien llevaba en sus brazos una gata preciosa.

-Keith, espero que no le estés dando malas ideas a tu hermana...-inquirió la madre, consciente de que el muchaho tenía fama de ser especialmente revoltoso y a veces problemáticamente bromista en la escuela. Éste se limitó a reir y guiñarle un ojo a su hermana como señal de guardar un secreto.

Eran una familia unida, y sobretodo conocida como una de las grandes y antiguas familias de magos de Gran Bretaña, especialmente de las Highlands escocesas, donde gozaban de un reconocimiento de nobleza. El McIntyre era un apellido de un antiguo linaje, formaba parte de las más antiguas. Así que no era de extrañar que recibieran saludos de gente a su paso, pero no era algo en lo que se regodearan. De hecho, era la presencia de los Collingwood que les suscitaba curiosidad. Su historia había corrido como la pólvora entre las familias importantes y de hecho habían tenido algunos tratos con ellos a raíz de la grandeza de ambas. Pero a raíz del incidente se habían distanciado, comprensible tras tan mala experiencia.

Los padres de Evelyn, tras murmurar entre ellos, tomaron a su hija y se despidieron afectuosamente de ella tras la presentación de la prefecta de Ravenclaw. Su hija quedaba en buenas manos, de modo que prefirieron dejarla tranquila y así volver a sus puestos de trabajo. La familia habló entre sí, se despidieron entre besos y abrazos y finalmente los padres se alejaron, de nuevo con gestos de despedida con los conocidos.

Evelyn por su lado se giró hacia su hermano, quien la acompañó hasta el banco.
-Te dejo aquí, ¿de acuerdo Eve?-le revolvió el pelo con una mano-Te veré en la Escuela, pequeña. No te olvides de lo que hemos estado hablando antes y recuerda, si alguno de tus nuevos compañeros te molesta, ¡sólo dilo y lo convertiré en un pastel de calabaza!-bromeó para diversión de ambos. Se alejó poco, solo lo justo para saludar a compañeros y desde allí poder vigilar a la pequeña. Por su parte, Evelyn se sentó en el banco con los pies inquietos, tamborileando en el suelo. Vestía con unas medias negras y una falda a cuadros con el tartán familiar; por encima una chaqueta azul marino que contrastaba con su pelo rojo. De su espalda colgaba una mochila de cuero que le iba un poco grande.

-Finalmente... ¡por fin me toca a mí, Nairna!-murmuró a su gata, quien ronroneó tranquilamente en sus brazos.

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19/02/2015, 00:24

  

Apenas había dormido esta noche, Zoey estaba muy nerviosa por su primer día en Hogwarts y ademas James no le era de gran ayuda, contándole mil y una mentiras de que debía hacer el primer día. Así que andaba por King's Cross hecha un flan, con la jaula de Whitepaw en los brazos. Cuando cruzaron al fin al andén y vio aquel despliegue de personas, sintió un en el estómago. Su padre, Scott Beauvclerk, se paró un momento a saludar al señor McIntyre, para después volver junto a su esposa y sus hijos.

Entonces la prefecta de Ravenclaw dijo que era hora de despedirse. Miró a sus padres y sonrió un poco tímida.

- Escribiré para deciros en que casa he sido seleccionada...  - le dio un par de besos a sus padres y un abrazo de despedida y después estos se encargaron de repetirle una y otra vez al hermano mayor que cuidara de su hermana (a lo que James resoplaba angustiado de tanta cantinela). 

Miró a su gato - espero que no intentes comerte ninguna rata de alguno de mis futuros compañeros... - la única respuesta del gato fue un perezoso bostezo. Entró al expreso, buscando un lugar donde sentarse con la mirada.

Notas de juego

Bueno yo también pongo los PNJ ^^

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19/02/2015, 00:44

Apenas podía caminar con un baúl tan pesado como aquel por King's Cross, e incluso tuve miedo de que al entrar al andén 9 y 3/4 el carrito se descontrolara y virara el rumbo, pese a los hechizos que mi madre había lanzado sobre él.

Ya creía saberlo todo sobre Hogwarts.

Todas las personas que me conocen hubieran pensado que lo he leído en alguna parte, pero no. Una buena conversación puede ser tan instructiva como cualquier libro, pese al defecto de la efemeridad perdida en el tiempo. Pero mi madre ya había pasado siete años en Hogwarts, había estado todo el verano acosándola a preguntas.

Una vez pasé al otro andén (¡por las barbas de Merlín!) tuve que contener el aliento, recostado contra mi baúl. Carraspeé un par de veces, e incluso llegué a toser para quitarme la sensación seca de mi garganta. Con ayuda metí al tren mis trastos, a excepción de un par de libros para leer por el camino.

Mi madre se despidió de mí con un sonoro beso que intenté repudiar, y sin dejar de leer me encaminé a uno de los vagones, chocando sin querer con algunos y tropezando con tantos otros.

La aventura estaba a punto de comenzar.

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19/02/2015, 01:02
G1º Adrien Gael Hudson

   

Llevabamos todo el día de excursión. El tío Thobias y Rob se habían empeñado en hacer unas compras de última hora en el mundo muggle, según Thobias, allí era donde podríamos encontrar ropa al agrado de Rob y mía.

Londres era una ciudad muy mágica a pesar de estar dentro del mundo muggle, el río Tamesis cruzando sus calles como un gran general, el imponente reloj que aguardaba como un vigia, toda aquella gente que rondaba por sus barrios sin inmutarse de quien estaba a su lado.

Un lugar donde descansar, supongo que por eso y no por otra cosa el tío quería pasar aquel último día allí. Se suponía que dentro de unas horas en Hogwarts comenzaría la ceremonia de recepción. Este año era mi primera año allí, aún llevaba la carta en mi bolsillo, la cuál apretaba con la mano algo impaciente pues las horas corrían sin importar las excursiones del tio Thob, ni sus agobios ministeriales.

Llevabamos meses bombardeados por la noticia de que la chica de la profecía ya tenía edad para ir a Hogwarts y todo aquello mantenía con gran agobio de trabajo al ministerio y a papá.

¿Tío Thob... no crees que es hora de irnos ya?.- Estaba impaciente y más aún al ver que cada vez que preguntaba Rob se revolvía entre risas y se erguía como triunfante ante aquella situación.

Tío Thob miró su reloj, y dijo, tras mirar al frente.- Tienes razón, es hora de que os vayáis ya... - Sacó unas monedas de su bolsillo y se las cedió a un hombre que había a nuestro lado, el cuál a los segundos sacó dos grandes carros de maletas, donde podía intuir mis maletas y las de Rob, además de la jaula donde Shepora, aguardaba con su mirada inquisidora.

Tío Thob me estrechó contra con solo un brazo y me dijo mientras empujaba el carro delante de mí.- Bienvenido al Expreso de Hogsmeade.

Rob cogió unos de los carros y se adelantó, mientras me miraba y se reía al señalar mi cara de incomprensión.

- Pero... ¿Entonces no vamos a Hogwarts...?.- Dije sin comprender. El año en el que mi primo fue por primera vez a Howgarts yo no había ido por petición de mi tío, decía que ese momento siempre es bonito la primera vez... pero para mí ahora todo demasiado confuso.

Entonces todo parecía resolverse sin necesidad de palabras, una chica cogía un carro de maletas y atravesaba una pared, y tras ella unos cuantos más.

A su lado la gente parecía seguir esperando el tren, pero sin inmutarse de lo que pasaba a su alrededor, y entonces lo ví... Allí estaba papá, delante de las vías, con semblante recto y mirada zigzageante de un lado para otro.

Si había algo que pudiera mejorar aquel día era que él estuviese allí, era difícil coincidir con él... pero al menos aquel día fue así. Escapé de los brazos de Thobias y fue junto a él, me situé a su lado y lo salude alzando mi mano, pues a pesar de los años aún no había la confianza para llegar hasta un abrazo sin más.

El agachó por un momento la mirada y luego siguiendo escudriñando el horizonte mientras me decía.- No te separes de tu Tío, y centrate en le viaje. No sería muy apropiado perder el tren... - Hizo un gesto con la mano y como despedida solo terminó diciendo.- Vamos... ve.

No hacía falta ir, pues Thob ya estaba recogiendome mientras negaba con la cabeza y echaba una mirada de desaprobación a su hermano.- Solo hacía falta un gesto de apoyo, Petter... 

Sin dedicarle más tiempo se agachó y me señalo y obligó a mirar para que olvidase aquella situación aquella pared donde mi primo me hacía burla y desaparecía frente a la pared, y me dijo.- Ves a Rob... pues sigue hacía el muro como hace él, no tengas miedo, no te detengas y ten fé... Al otro lado te espera el Expreso que te lleva a Hogwarts, tranquilo, y si nos necesitas, Shepora nos avisará.... ¿Vale?. - Revolvió mi pelo y sonrió mientras me daba el billete del tren y decía.- Yo me quedo a este lado, tengo unas cosas que hacer, suerte campeón.

Tomé aire mientras ordenaba todo lo que me había dicho, e intentaba olvidar aquel nuevo vacío en aquella situación importante por mi padre otra vez.

Me giré para despedirme y allí aún estaba Thob, mirandome con los brazos cruzados mientras me gritaba entre el bullicio.- Saluda a la Señora Swann de mi parte... dile que la he echado mucho de menos... 

Al menos aquella broma me hizo sacar una sonrisa y fuerzas para comenzar a andar. Sabía perfectamente que mi abuela la Señora Swann, no simpatizaba mucho con el tio Thobias, bueno ni con él ni con nadie que yo supiera.

Con una sonrisa en los labios apreté las manos contra la barra del carro y lo empujé mientras cruzaba esa pared. Solo fueron unos segundo, y tras el otro lado, sin choque alguno, estaba el filo de otra estación, allí una chica rubia daba instrucciones a los de primer año, es decir a los chicos como yo.

Dejé las maletas donde el resto, comencé a andar, mientras llevaba conmigo lo indispensable, como la chica nos indicaba.

Luego fui hasta el banco número 3, donde esa misma chica nos indicaba esperar.

Allí ya esperaban dos chicas, miré hacía atrás y vi como Rob, esperaba en un lado confirmando que llegara a donde debía de llegar. Un gesto de con su cabeza a modo de despedida y salió echando el brazo sobre el hombre a un grupo de amigos que parecían esperarle para dirigirse a otro lugar. Al parecer ellos no montaban en el mismo vagón.

Confirmé la bolsa de deporte con algo de picar, la ropa oficial, y algo de dinero. Miré a las chicas y dije.- Buenas... .- Hubiera dicho algo más, pero notaba como el calor me ardía en el rostro e intenté relajarme mirando a uno de los gatos que lucia con una gargata y faldón blanco y unas motas marrones a modo de bisoñé sobre su cabeza, su pelo parecía muy mullido y su mirada inquietante.

Notas de juego

Copio el formato de Eve para que se vayan conociendo los pnj... ^^

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19/02/2015, 01:08
S1º Elizabeth Rochester

Anne nos apremiaba para llegar pronto a la estación, mientras Damien, por el contrario, andaba aún aletargado por madrugar. Yo, nerviosa, cargaba con la jaula de Nenúfar hasta llegar al preciado tren.

-¿Por qué no ha venido papá?- inquirí saber al ver que anden estaba repleto de familias y padres despidiendo a sus hijos.

-¡Ya lo sabes Liz! Tiene mucho trabajo.- me dijo casi reprendiendo Anne. Y sin más se fue a ejercer como prospecta de Slytherin para los nuevos alumnos en el tren. Casi me alegré de que se fuera. Durante aquellos días Anne andaba más repelente de lo normal, este año sería el último para ella en Hogwarts y estaba totalmente concentrada en sus exámenes.

Busqué a mi hermano que también había desparecido entre la multitud cuando lo encuentro saludando entre risas y 

bromas a otro grupo de alumnos de su edad con los mismos colores en sus ropas. Rojo y amarillo. Damien fue elegido para la casa Gryffindor, para decepción de nuestro padre.

Eso me hizo recordar que ese mismo día, el Sombrero Seleccionador me nombraría una casa. Un escalofrío me recorre por la espalda cuando pienso en la posibilidad de decepcionar a papá…

Traté de calmarme con un enorme suspiro y miré a mí alrededor y me fijé en los alumnos que parecían tan nuevos como yo. Los delataba que todavía no tenían los colores de las casas, como yo.

 

De pronto, alguien tapó mis ojos desde atrás. Y sin mencionar palabra algún supe de quien se trataba.- Eneas – y una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro. Eneas era mi primo favorito, el hijo menor de mi tía Agatha.

-¿Nerviosa?- me pregunta con una sonrisa, enseñando sus perfectos dientes blancos. Asentí tenuemente. – Todo irá bien. Ese viejo sombrero sabe lo que se hace.- Miró hacia atrás, donde un grupo de alumnas atolondradas con él lo llamaban entre risas y murmullos. Eneas tenia una gran fama en el colegio como rompecorazones pero también se habia ganado la mala fama de arrogante y presuntuoso. Sin embargo hacia mí siempre guardaba cariño y ternura como a una hermana. – Tengo que irme. – besó mi mejilla. – Nos veremos en las Mazmorras de Slytherin – dijo dando por hecho que me seleccionarían para Slytherin como a él y a casi toda la familia Rochester. Y se fue.

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19/02/2015, 03:54

 Era el tan esperado día desde que tengo 5 años, desde que descubrí mis poderes mágicos y mis padres me contaban sobre Hogwarts. Que podía decir era un lugar encantando que con cada palabra nueva me hacía viajar a mi imaginación y buscar entre ellas una imagen de lo que creería ver.

 Cuando tenía 5 mi familia estaba como loca porque todavía no mostraba señales de poseer ningun poder mágico, mis padres estuvieron a punto de darme en adopción pero no fue hasta la cena familiar de fin de año cuando misticamente logre levitar por la sala. Ese día mi padre lloro, y desde entonces ellos me comentaban lo bueno que era el castillo. Con sus pasajes y caminos, incluso el bosque prohibido tenia su lado encantador en las historias.

 Pero como todo quería que el tiempo fuera mas rapido y así llegar hasta este día donde por todo un año mi padre no podrá correrme por la casa intentando que estudie mas de lo que debería o que mi madre me acose a consejos sobre las chicas y sobre los cuidados dentro del lugar. 

  

 Mi padre poseía un caracter especial, el podía ser muy bueno cuando las cosas salían como el quisiera pero cuando me equivocaba o hacía algo que le molestara era peor que tener al señor tenebroso a mi lado.

 Richard: Hijo ya sabes que hacer, debes comportarte y estudiar para tener excelentes notas. No quiero que ningna nota posea un aceptable o de lo contrario te castigare cuando llegues a casa, ademas si quieres ser triunfador debes dar hasta la ultima gota de aliento que puedas poseer.

 Mire a los ojos de mi padre, se que parte de el intentaba ayudarme a superarme cada día pero muchas veces dejaba en claro que no quería que lo avergonzara o de lo contrario me echaria.

 Katherine: No seas así con el Richard ya lo has atormentado durante mucho tiempo ademas recuerdo que cuando eramos mas jovenes tu sacastes 2 aceptables en las MHB.

 Mi padre se lleva una mano a la cara y luego puso una de pocos amigos. Y ese día descubri el otro uso de las escobas Muggles. Mientras reía por el anden.

 Yo: Es hora de irme padres, espero que me escriban y por lo menos si tienen comida me la pueden mandar, es broma aunque espero sus cartas todos los días. Comence a moverme para tomar el tren pero una mano la de mi padre se coloco en mi hombro. 

 Acuerdate de no hacer amigos de sangre sucia... Nuestra familia lleva generaciones de sangre pura y no queremos que nuestro hijo la rompa. Mire a mi padre y luego ofendido por su comentario me fui.

 Cuando llego al tren y miro a mis padres bastantes alejados vuelvo mi vista a mi lechuza.

 

 

 Bueno Kara es hora de partir a nuestra nueva aventura donde podras hacer amigos como yo, espero que solamente este tranquilo y que no me molesten. Mientras miro a los demas chicos y saludo aquellos parecidos en edad a mi.

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19/02/2015, 10:03
R1º Alexandra (Álex) McKenzie

A diferencia de otros muchos días, Alexandra estaba de buen humor y contenta. Este año volvía a la estación, pero no solo para despedir a su hermano, sino para irse ella también y conocer el que sería su hogar durante los próximos siete años. A pesar de su aspecto serio, la niña estaba realmente feliz y emocionada, llegó a la estación andando con pequeños brincos, sujetando su vieja cámara con fuerza, dispuesta a retratar todos los momentos importantes (y los no-tan-importantes); sin embargo, tras la severa mirada de su madre, Álex dejó su alegre brinco y comenzó a caminar con la cabeza gacha. Podía imaginarse la bronca de su madre sin siquiera haber abierto la boca... "Deja de comportarte como un animal", "No me avergüences más", "Un verdadero Blackwell sabe comportarse en cualquier situación." 

A Álex, aunque aparentaba que le daba igual pertenecer a la conocidísima y rica familia, realmente le afectaba mucho más de lo que aparentaba. Quería ser una Blackwell, quería pertenecer a ese grupo en el que la excelencia era el mínimo exigido para poder considerarte miembro de este. No es fácil para una niña de once años sentir que no encajaba en su propia familia... o al menos de lo que debería ser ahora su familia. 

Cuando se encontró ante el andén, fue corriendo a cruzarlo pero debido a que su hermano le puso la zancadilla, la niña atravesó el muro cayendo de bruces. 

Pero qué torpe eres...-murmuró su hermano con una risita divertida al pasar por su lado. Álex lo atravesó con la mirada mientras se levantaba y comprobaba que su cámara no hubiese sufrido ningún daño, por fortuna así era. 

Mientras se sacudía el polvo de las rodillas, su madre apareció y llevó a cabo el papel que interpretaba tan bien.

Pero cariño...-la llamó con voz preocupada, inclinándose a su lado-. ¿Te has hecho daño?-preguntó. Las familias pasaban a su lado, algunos intentaban evitar una risa al haber visto como la niña caída, otros parecían más preocupados, mientras otros se mostraban indiferentes ante el hecho. Su madre saludaba a las familias que conocía, es decir, a las más influyentes y otros compañeros del Ministerio. Volvió a centrar sus ojos en Álex, ojos que la niña veía tan similares a los suyos, pero que le atemorizaban... aunque estos eran los únicos momentos en los que se sentía querida por su madre-. Ten cuidado la próxima vez, cielo. Ahora ve con los otros niños, tesoro. Te escribiré mucho y espero que me respondas las cartas, ¿vale?-sonrió de forma cariñosa-. Ven aquí, anda-la atrajo a sus brazos y la estrechó entre estos. Álex sabía que era de esos abrazos de mentira, pero prefirió creer que era de verdad. Cerró los ojos y rodeó a su madre, tímida y temerosa, disfrutando del contacto. Entonces, un frío susurro de su madre rompió el idílico momento que la niña había imaginado-. Como hagas algo que me deje en evidencia, te juro que no verás la luz del sol en mucho tiempo. Allen te estará vigilando, ¿me has entendido?-Álex se separó lentamente de su madre y asintió lentamente, cabizbaja. La mujer volvió a esbozar esa sonrisa de madre afectuosa que tan bien sabía hacer-. Muy bien, pequeña. Yo también te echaré de menos, no estés triste, ¿vale? Nos veremos en Navidades-besó su frente antes de darle una pequeña palmada en la espalda, empujando a la niña a que caminase hasta donde estaba el resto de los niños de primero. 

Mientras caminaba, metió la mano en el bolsillo y comenzó a acariciar el suave pelaje de Pip, que seguía entretenida comiendo las pipas que Álex le había dejado esa misma mañana. Con sus grandes ojos comenzó a observar a su alrededor. Cogió su cámara y enfocó al tren para después pulsar el botón y hacer una foto de la gran máquina. En cuanto vio a Gwendolyn, no pudo evitar acordarse de su padre y lo que le había contado, volvió a colocarse la cámara ante los ojos e hizo una foto a la niña. Le costaba creer que una chica de su edad tuviese esa gran responsabilidad. 

Hizo una foto a la prefecta que les daba indicaciones y a los niños que estaban sentados en el banco. Ella tomó asiento y, tras mirar a ambos lados para asegurarse que ni su hermano ni su madre miraban, sacó a Pip del bolsillo y la puso sobre su regazo para comernzar a acariciarla con el dedo. Sonrió por el suave contacto de la piel del roedor en su dedo. A pesar del mal comienzo, seguía estando feliz y con muchas ganas de seguir adelante y comenzar la aventura que sería el nuevo curso en Hogwarts. 

Escuchó el saludo de uno de los niños y Alex lo miró con sus inmensos ojos azules cargados de curiosidad. Estuvo un rato mirándolo fijamente, estudiando al muchacho. Finalente sonrió de medio lado y respondió al saludo:

Hola-dijo, simplemente, con una voz fina y pequeña.

 

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19/02/2015, 16:37

El ansiado día había llegado, recluido como había estado tantos años en el castillo y solo liberado de vez en cuando cuando mi tio, Edwyn Smith, auror me sacaba para ver mundo en alguna misión poco importante. La verdad es que mi vida había dado un giro brusco hacía 4 años cuando una serie de susodichas desdichas sacudieron al prestigioso nombre de mi familia y durante no menos de una semana inundaron los periódicos. Pero finalmente la espera había llegado a su fin, tenía claro que yo no era como mi familia, defensores de la pureza de sangre a ultranza, y por mucha pena que me diera romper con la tradición familiar, esta no sería una de las que mantendría. Aparecí con varias maletas abultadísimas en la estación tirando de ellas un hombre rechoncho al que mi querida tutora no dudo en pagar por su trabajo mientras me decía:

-Vamos David, finalmente llegarás tarde como siempre haces- era dura e inflexible y no podía andar a su ritmo por muchas ganas que tuviera, aquella mujer parecía que iba con prisas a todos lados- Ya voy, ya voy- decía mientras no me separaba de trueno, mi incansable aguila real, herencia desde hace muchos años de mi familia y blasón de la casa Smith, la posesión material más preciada para mí y por ahora mi mejor y único amigo, había nacido y crecido junto a mi, y casi casi eramos como hermanos.

Quedaba finalmente aquel impulso de fe que tenía que hacer, mis padres me contaban que lo harían conmigo pero hoy no estaba por desgracia ninguno de ellos, sin embargo con vanas esperanzas miré a lado y a lado y viendo que no estaban no pude evitar entristecerme pero ya sabía que no vendrían, así que no consiguió enturbiar mi alegría habitual de aquellos días y porque no decirlo de ese miedo que todos teníamos a no encajar, miedo que se transformó en fascinación una vez atravesada la barrera y contemplar el expreso. Estuve a punto de caerme sobre una chica que había pasado justo delante mía (Alexandra):

-Vaya, ¿estás bien?- dije seriamente pues el mal rato tendría que ser menudo, así que no dude en tenderle la mano para ayudarla a levantarse lo más precozmente. 

A todo esto había que sumarle que finalmente conocería a la elegida, mi familia había hablado mucho de ella pues nuestras casas se conocían, sin embargo y por desgracia jamás dijeron nada bueno de ella, siempre contrastando con los periódicos que decían lo opuesto y que mis padres tachaban de sensacionalistas. Tenía claro que había hecho mucho por la comunidad mágica, aunque no lo supiera aún, y ¡estaría en mi clase!, me había prometido que no trataría de agobiarla pues sería el centro de atención de todos.

Allí entre toda la gente distinguí a mi tío, Edwyn Smith, la oveja negra de mi familia, pero uno de mis heroes, auror y rescatador de mis ratos libres. Había conseguido ver gran parte de europa gracias a él y juntos teníamos la esperanza de cambiar el devenir de los Smith, pero sabía que tendría mucha oposición para ello.

Tras esto me acerqué a mi tutora, Emily y tras decirnos unas cuantas palabras y un cálido abrazo me despido de ella y de Trueno, y me acerco a donde estaban el resto de compañeros liderados por una prefecta bastante simpática:

-Hola, buenas...- dije mientras dejaba en el suelo una pequeña mochila cargada con alguna que otra chuchería que había podido garrapiñear minutos antes de salir de casa. La verdad es que me daba vergüenza hablar con gente de mi edad, pues no había podido hacerlo en varios años, pero tenía claro que conforme fuera conociéndolos podrían llegar a ser grandes amigos.

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19/02/2015, 17:02

Llego al andén 9 y 3/4 acompañado de mi Padre, Edward Chambers, , de mi Madre, Stephanie McDonald, y de mi Hermano Scott, alumno de 6º de la Casa Gryffindor, .

Según me ha contado mi padre, este año empieza también la Elegida, Gwendolyn Collingwood, nieta del Jefe de mi padre y miembro de una de las Familias más importantes de Magos en estos momentos.

Primero le toca a mi hermano.

- Adiós. - dice a mi madre dándole un abrazo y un beso en la mejilla. No te aburras mucho. - añade con un guiño de ojo.

A mi padre simplemente le estrecha la mano.

- Cuida de tu hermano. - le dice.

Scott asiente a las palabras de mi padre, gira sobre si mismo y "atraviesa" la columna.

- Es mi turno. - pienso.

En estos momentos soy un manojo de nervios. No sólo tengo que dejar en buen lugar el apellido de mi familia sino que encima voy a compartir curso con la Elegida.

Miro a mi madre y esta me da un cálido abrazo seguido de un beso en la frente.

- Ten cuidado. - me dice.

- Tranquila mamá. - respondo para consolarla. Sabes que lo haré. - añado. Tú también ten cuidado,

- Y como dice Scott no te aburras mucho. - finalizo con una sonrisa que contagia a mi madre y sonríe abiertamente.

Luego me toca despedirme de mi padre.

- Ya sabes que hacer. - me dice. Y no te metas en líos. - añade despeinándome con la mano.

- Descuida. - le contesto dándole un abrazo que le pilla por sorpresa y no le queda otra que devolverme.

Tras separarme de mi padre me dirijo hacia la columna.

- Vamos Isis, es nuestro turno. - digo a mi gata.

Cuando estoy a punto de llegar a ella cierro los ojos pues prefiero no mirar si atravieso la columna o no.

Una vez al otro lado busco a mi hermano mientras escucho a una mujer hablar, al parecer una prefecta de la casa Ravenclaw. Cuando lo localizo asiento con la cabeza mientras me coloco en donde ha dicho que nos pongamos los de Primero.

De reojo observo como mi padre, que ha atravesado la columna tras de mí, está vigilante por si alguien osara atentar contra la Elegida. Hay muchos Aurores, y entre los alumnos de Primero hay varios hijos de estos los cuales no pueden disimular el parecido con sus progenitores.

- Hola. - digo cuando nos hemos reunido todos los de Primero, o mejor dicho casi todos pues Gwendolyn Collingwood todavía no había dado señales de vida. ¿Teneís alguna preferencia para vuestra casa? - pregunto sin esperar respuesta.

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19/02/2015, 19:10

Harriet enlazó el brazo de manera elegante en su marido Douglas. Junto a ellos, la mayor de las Collingwood iba ojeando un par de hojas sueltas mientras musitaba algunas frases inaudibles. Unos pasos por detrás, pero al alcance de la mano de su padre, iba la joven Gwendolyn. Al pasar la pared sus ojos buscaron de manera rápida a sus padres, pero para sorpresa de ella, ellos estaban girados a su espera, en ocasiones era demasiado lenta al caminar.- Quieres darte prisa, Doly.-Exclamó Josephine al ver que su hermana se tomaba la molestia de acomodarse el abrigo que llevaba por encima del vestido. Harriet ante ese comentario miró a su hija con desaprobación y hizo un leve gesto con la cabeza. Ni ella ni su marido nunca habían montado una escena, y ese día mucho menos. Gwendolyn dio unos cuantos apurados y tomó la suave mano de su madre. Ella conseguía calmar cualquier miedo que pudiese tener.

Mientras caminaban por el Andén los Collingwood saludaban a algunas personas o familias, pero evitaban pararse para hablar y centrar la atención en la más joven. Por mucho que el mundo se empeñase, ellos intentaban que aquello fuese lo más natural posible, cosa complicada. Un suave maullido hizo que Gwendolyn bajase la mirada, junto a ella una preciosa gata blanca con los ojos distintos -Verde y Azul.- la acompañaba casi a la par, la niña sonrió.- Mimetalia.-La gata al escuchar su nombre maulló de nuevo y volvió la vista al frente. Ella hizo lo mismo, justo en el momento que un pequeño destello de luz la hizo parpadear un par de veces confusa, al ver esa reacción Harriet se paró y soltándose del brazo de su esposo se colocó por delante de su hija y sonrió.- ¿Todo bien, querida? Solo fue una fotografía.-La joven mostró una pequeña sonrisa y asintió.- No te preocupes, estoy bien, de verdad...-Su tono de voz era una mezcla de súplica y aburrimiento. Desde que habían salido de casa todos estaban alerta de que no pasase nada ¡¿Qué podía pasar?! Realmente nada, todo el lugar estaba vigilado por aurores... Y tenía la sensación de que hasta sabían las veces que había pestañeado desde que salieron de casa. Pero cómo si eso fuese poco, las distintas personas del lugar la observaban con curiosidad, sin duda era la reina del lugar. Para bien o para mal, pero lo era.

Nuevamente volvieron a caminar, pero antes de que llegasen Josephine se despidió de sus padres. La mujer besó su frente con suavidad y poco después la abrazó. En ese pequeño instante colocó sus labios en el oído de la muchacha y le susurró un "Cuida de tu hermana, por favor". Después de ella el hombre solo le acomodó unos mechones de pelo y le dedicó un gesto tranquilo, Douglas no era el típico hombre que mostraba cariño hacia los demás, era una asignatura pendiente, sin duda. Con un nuevo asentimiento y movimiento de mano se coló entre la gente hasta desaparecer, despedirse de su hermana menor era una tontería después de todo.

- Juraría que hasta Mimetalia me está vigilando ¿Hablasteis con mi gata para que lo hiciese? -El tono de voz de Gwendolyn era divertido. Con un suave toque en su hombro la mujer la hizo caminar de nuevo, y mientras lo hacían un par de acontecimientos se dieron frente a sus ojos, por una parte se "alegraba" pues durante unos segundos nadie la miraba a ella, pero por otra parte quería acercarse para ver como estaba la joven que se había tropezado, pero ya era demasiadas las personas que se habían adelantado a ello. Douglas al ver esa reacción por parte de su hija la miró.- No te preocupes, está bien.-Gwendolyn asintió levemente y finalmente llegaron a su lugar.

Estaba nerviosa, era la primera vez que estaría lejos de su familia. Tomó aire lentamente y después lo expulsó de igual manera, pero esa extraña sensación no se iba.- Creo que es hora de despedirse ¿No? Al menos eso dijo la Prefecta.-Gwendolyn dio un paso hacia su madre, pero poco después la abrazó con tanta fuerza como podía. Ante eso ella correspondió, cuando consiguió que la soltase esta se agachó y besó la frente de su pequeña.- Pórtate bien y estudia. Escríbenos, por favor.-Harriet no estaba convencida de aquello, pero Hogwarts era un lugar seguro, no debía temer.- Por supuesto, mamá. Os escribiré siempre que pueda.-La abrazó de nuevo unos segundos y se separó. Al hacerlo se encontró con la imponente figura de su padre, sus grandes manos se posaron en los hombros de ella. No necesitaron palabras, ella sabía lo que quería decirle y quería transmitirle. Con un suave gesto lo abrazó y poco después se separó, Mimetalia le maulló para indicarle hacia donde tenía que ir.

Mientras se alejaba una voz sonó detrás de ella, unos pasos por delante de sus padres que aún la observaban expectantes.- ¿Piensas irte sin despedirte, Gwen? -Al girarse una enorme sonrisa apareció en sus labios. Que su abuelo estuviese allí no era extraño. Con pasos rápidos se acercó a él y lo abrazó.- ¡Abuelo! -Él rió ante aquel recibimiento, pero después la separó para mirarla.- ¿Creías que no vendría? Haz caso de tu hermana, y compórtate.-Gwendolyn golpeó de manera suave su frente y después suspiró de manera pesada. Había perdido la cuenta de las veces que le habían dicho aquello.- No haré trastadas, me comportaré, atenderé en clase, haré las tareas, estudiaré ¡Pero por favor, dejar de decírmelo! -Todo aquello lo decía en un tono suave y íntimo, para que nadie los cotillease. Él sonrió y acomodándole la boina se alejó hasta donde los padres de la pequeña.

- Vamos, Mime.-Musitó la joven. Con un pequeño movimiento tomó a la gata del suelo y la sujetó entre sus brazos. Lentamente se acercó hasta el grupo de primer año, la gata la miró unos segundos y después miró a las diferentes personas mientras se acurrucaba en los brazos de su dueña.- Esto... Buenas.-Fue lo único que salió de sus labios, era una voz tranquila y cálida con un toque inocente. Ella quería mostrarse como una más y no como la "elegida". Sus claros ojos saltaron de una persona a otra y terminaron por perderse en su compañero felino.

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19/02/2015, 20:35
R1º Benjamin "Ben" Igneus Hump

Los comienzos siempre eran duros, siempre, entrar en lo desconocido y dejar atras todo lo que conocias, era un paso tremendo, y mas para alguien cuyo resto del mundo le saca medio metro de cabeza respecto a altura. Pero sobre todo era dificil, cuando no eras un huerfano o similar, porque tenias que lidiar con la imagen de padres llorando al punto de casi provocar una inundacion local con sus lagrimas.


-Quien lo diria, mis tres hijos estudiando ya en Hogwarts, aun recuerdo cuando erais unos pequeños diablillos gateando por los pasillos de la mansion. Aclamo orgulloso, mi padre, Jacob Igneus Ruflus, mientras me colocaba la pajarita y me arreglaba el peinado para atras, quizas demasiado para atras. Hoy tocaba la ropa elegante, sin preguntas, tunicas de marca, chaleco negro y camisa roja, despues de todo, hoy tenia que portarme y aparentar como un Igneus, los 364 dias restantes ya tendria tiempo de aparentar ser un mono en pijama si quisiera.

-¡Papaaaa, me estas avergonzando delante de la gente!- Dije, en un gemido lastimero y sonrojado.


-Oh Ben, disculpanos, es solo que estamos muy orgullosos de todos vosotros.- Dijo mi madre, Linda Igneus Wright, dando un beso en la mejilla a cada uno de sus hijos e hija y limpiandoles con un pañuelo, aunque ella era quien lo necesitaba con tanto maquillaje corrido por la sombra de sus ojos.- Prometedme que os cuidareis, portaros como verdaderos Igneus, obedecereis a vuestros superiores, y recordad, no quiero oir nada de asesinatos hasta septimo.- Dijo esto, mirando a la primogenita, Ashley Igneus Hump, que puso cara de asco y los ojos en blanco.


-¡Una vez, solo fue una vez!- Se echo las manos hacia arriba, de manera dramatica.-¡Y ni siquiera contaba, para empezar, ya estaba "muerto" de por si!¡Lo unico que hice fue cambiar el "No" de no-muerto, por un "Si-Muy-Pero-Que-Muy"-muerto.- Dijo, marcando cada comilla con los dedos.

-Y tu Ben, no quiero nada de explosiones, quemaduras de tercer grado, o intentos de resucitar mascotas muertas.

-¡Oh venga ya, no he provocado un incendio desde hara siglos!¡Ya soy demasiado mayor y responsable para eso!- Me queje indignado.


-Eso fue la semana pasada.- Respondio cortante, y cejas alzadas, el aburrido de mi hermano mayor Ivan.

-Pues eso ¡SIGLOS!

-Jajaja, oh juventud, quien pudiera ser joven y disfrutar de cometer errores catastroficos que acaban en horribles masacres una y otra vez.- Se rio Jacob intercambiando una mirada cariñosa y una sonrisa a su mujer, la cual respondio cogiendole de la mano y sonriendole con la misma ternura.- Aunque quien dice que aun no estemos a tiempo de cometer algun que otro antes de marchitarnos.- Jacob deposito un beso en el dorso de su mujer, para asco y repugnancia de sus hijos.- ¡Pero basta de retrasos!¡Id mis pequeños, haced amigos y disfrutad de la atrocidad que es la adolescencia!¡Y recordar, desde matar dragones o freir salchicas, repudiado o admirado...

-Hazlas con pasion.- Repeti junto con mis hermanos, mientras padre y madre nos daba un gran abrazo grupal y nos achuchaban a todos, ya conociendonos de sobra, el lema familiar, aunque mi padre tenia a variar y modificar a su gusto, y a veces incluso se olvidaba de añadir antominos correctos, o por lo menos, creo que "Cadillac" y "Multiplicacion de 4 por 4" no lo eran.

Despues de mas lagrimas y gritos de animos, me despedi de mis padres y de mis hermanos, arrastrando el pesado baul hasta el monticulo de paquetes listo para ser empaquetados por alguno de los mayores, mientras me reunia con los demas de mi edad, como siempre ayudado por mi gato Igor, que habia tomado la sabia accion de ponerse encima de mi equipaje para darme mas peso que tirar mientras me sonreia con aquella malicia felina.

-En serio, Igor, Lucero es mas util que tu, y eso que esta se pasa los dias sobando.- Le regañe sin exito, mientras recogia la jaula de Lucero junto con mi mochila de piel de Moke, y me dirigia a reunirme con los demas, con paso acelerado, temiendo llegar tarde a la salida del tren.

-¡AH, Benjamin Igneus Hump presente!- Chille fatigado, arqueandome hacia delante, con una mano sobre las rodillas dobladas.- Esto... ¿Llego tarde?- Pregunte algo avergonzado, de la brusca entrada.

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19/02/2015, 22:31
G1º Irena Urtswith

Por fin había llegado el día. El día en que empezaba una nueva vida. El comienzo en Howgarts.

Habíamos llegado un poco tarde por el trabajo de mi padre. Pero al fin estábamos aquí. Cargada con un pesado carro con todo lo necesario para estudiar y mi gatera con Eyes dentro.

Mientras caminábamos mi madre iba dándome un sermón.

  

-

-Merl cariño y recuerda. Se abierta no solo vienes a estudiar aquí conocerás a un montón de amigos.

Arrugue el morro. La verdad es que yo lo veía mas como que aquí venia a estudiar pero tampoco quería que mi madre se preocupara. Según ella pasaba demasiado tiempo leyendo y poco con niños de mi edad.

-Si mama tranquila.

 

-Tranquila cariño Merlinda es muy sociable como su padre. Comento mi padre con una leve sonrisa.

Mi madre le miro con severidad.

 

-Eso es lo que me da miedo.Y llévate bien con tu primo. No quiero escuchar nada de peleas entre vosotros. Y cuida bien de Eyes.

Asenti a mi madre con una sonrisa.

-Si mama.

Y continuamos hablando animadamente a la espera de que fuera el momento de partir.

 

 

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20/02/2015, 00:43
[A-R6] Helena Steel

- ¡Eh tu! ¡El rubio pequeño! ¿Eres de primero? - Le dijo a Theo, suponia que si pues no le sonaba de nada  parecia de los pequeños. - Vete aquella zona con el resto de los de primera año, que sereis los ultimos en subir para no pasar por todo este caos - Le pidio la chica mientras miraba que no se le escapara ninguno mas por ahi pues despues tener que encontrarlo en el tren seria un engorro - ¡Los de primero, ir agrupandos en el banco con el numero treeeees! - Grito mientras se giraba hacia el banco fijandose en que parecian ir reuniendose unos cuantos.

En ese momento se dio cuenta de la llegada de alguien y se acerco a Josephine Collingwood comentandole algo en privado a la chica mientras no quitaba ojo a los pequeños, y de vez en cuando echaba una visual por si veia alguno mas llegar mandarlo aquella zona.

Los de ultimos años ya iban subiendo al tren y la mayoria de familiares ya se estaban marchado dejando asi mas libre el anden para que los empleados subieran las cosas a la zona de carga y para que los alumnos fueran entrando en los vagones.

Cuatro niños mas se acercaron a la zona de los de primero tras despedirse de sus familias, las dos niñas claramente por sus ropas y la gente de la que se habian despedido eran de familias Magicas, los dos niños ya no estabais tan seguros.

El primero de los chicos, uno muy moreno os saludo enérgicamente - ¡Hola! - Movia una de sus manos mirando todo con curiosidad, el otro siemplemente se apoyo en la columna de al lado del banco esperando.

Las dos niñas tambien saludaron la primera que llevaba un vestido blanco con un  - Buenos días - Y la otra que tenia entre sus manos un pequeño gato negro de ojos verdes de forma mas enérgica - ¡Hola! Somos todos de primero, eso significa que muchos seremos compañeros de casa ¿no? ¡Soy Sylvana encantada!

   

Notas de juego

Podeis hablar entre vosotros, y la partida ya esta en abierto, ya podeis leer las descripcones de todos :)

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20/02/2015, 03:19

 Estaba con todos los demas y habia hecho un saludo a todos, en pocas horas ibamos a saber en que casa nos tocaria. Ya queria irme para poder comenzar la aventura pero algo me desconcerto Gwendolyn la elegida como la llamaban estaba aqui con nosotros... Claro si teniamos la misma edad y yo me habia olvidado, luego de verla nos saluda y me acerco para observarla.

 Hola Gwendolyn ¿verdad? Soy Andrew mucho gusto. Mientras miraba a la chica y como cada palabra escrita sobre ella encajaba perfecto, no habia estado leyendo mucho porque me parecia mejor conocerla por mi cuenta que por las palabras de otras personas. ¿Nerviosa?, ¿Ansiosa? o con ¿miedo?

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20/02/2015, 08:54

¡Tierra trágame!

No llevaba ni cinco minutos "de curso" cuando ya había sido llamado la atención. Menuda vergüenza. ¿A quién demonios se le ocurriría encaminarse a los vagones de los mayores? Quizá era por el libro, altamente interesante, o quizá por el despiste que me caracterizaba. En todo caso tenía que ponerme las pilas si quería no ser la risa de la clase.

Rojo como un tomate, acompañé Helena, la prefecta de Ravenclaw hasta el vagón 3, el de los nuevos. Había muchas caras nuevas. Saludé con un rápido gesto de mano y me senté rápidamente con ellos, sin mirarles a los ojos. No quería más alboroto en cuanto a pasar vergüenza, así que decidí enfrascarme en mi lectura.

Por dentro deseaba que alguien viniera a hablar conmigo, pero pronto me di cuenta que eso era altamente improbable si no hacía un esfuerzo activo para hacer amigos. No sabía ni por dónde empezar.

- Me lla... me llamo Theo - dije rápidamente, como si me faltara el aire. Tierra, trágame otra vez, ¿qué culpa tengo yo de ser tan introvertido? - Esta es mi lechuza Arquímedes.

Seguro que no les caigo bien, pensé. Y volví a leer el libro que tenía entre manos, "Cerrydwen". Era un libro fascinante.

Notas de juego

Edito para poner foto de mi pajarraco :)

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20/02/2015, 10:10
G1º Adrien Gael Hudson

Poco a poco van llegando más chicos y chicas a aquel banco, cada uno con rasgos diferentes, y acompañado de su animal. Yo sin embargo había dejado a Shepora en la jaula junto a todo el equipaje, cosa que no sería por mucho tiempo, pues la lechuza acostumbraba a escaparse de su jaula para seguirme una y otra vez.

La mayoría llegaba y saludaba y se echaba a un lado. Una chica tropezó justo al salir del muro, algo que la la mayoría miramos con ganas de ir ayudar, pero antes de que nosotros nos moviesemos, su madre la recogía y alzaba para que siguiese junto a los demás.

Poco a poco iban llegando más chicos de primero como yo. Entonces llegó la chica de la que tanto hablaban las noticias, aquella chica que día tras día salía en el Profeta mencionando una y otra vez aquella profecía. Vi como se sentía un poco observada, incluso alguien aprovecho el momento para sacar una foto de su llegada. Debía ser muy agobiante vivir así, por lo que solo respondí a su mirada con una sonrisa esperando que el espacio le ayudase a relajarse y poder disfrutar. 

Miré los ojos de su gato y mis ojos saltaron al ver el cambio de color en sus ojos. Ojala pudiese en un futuro hablar con aquella chica, pues aquello era espectacular.

Mi mente pensaba en iniciar alguna conversación referente a ello, pero entonces un aleteo irrumpió entre nuestro grupo. Cerré los ojos con fuerza esperando que no fuera lo que sabía que iba a ser, pero al sentir las garras sobre el hombro acepté la situación.

Sephora se había vuelto a escapar. Mientras se acomodaba sus alas me golpeaban y me hicieron desequilibrar y sin poder evitarlo golpeé a una de las chicas, aquella cuyo gato me había impresionado al llegar (Evelyn). Me puse rojo enseguida y dije agachando la mirada.- Per.. Perdona.- Tenía la boca seca pero tenía que explicar la situación.

Pero es que Sephora no aguanta encerrada, y es una celosa... no me deja ni un segundo sin que aparezca entre los demás.

Al segundo llegan la Prefecta y un chico pelirrojo que parecía haberse equivocado. Es una situación que me hace relajarme y descender el color de mi cara.

El chico se presenta, pero luego se encierra vergonzoso en un libro. Extiendo mi mano hacia él y digo esperando una respuesta mientras miro a aquella chica presentándome a la vez.- Adrien...

 

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20/02/2015, 14:21

Tomo nota mental de los nombres de los chicos que se van presentando.

- Sylvana, Theo, Adrien. - pienso. Y Andrew que como no empieza ya a atodigar a Gwendolyn. No ha tardado mucho.

Decido mantenerme atento a todo lo que allí acontezca. No quería que a Gwendolyn empezaran a atosigarla por el mero hecho de ser la Elegida. Si viera que todos empiezan a intentar hablar con ella la rescataría para que no se agobiara por tanto "acosador".

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20/02/2015, 14:28

Apretó los labios de la impresión cuando vio a la niña Collingwood. Sabía perfectamente quien era, su madre había escrito alguna vez sobre ella en El Profeta. Aunque no era un tema recurrente en la casa de los Beauclerk. Suspiró un poco, ella no soportaría tanta presión, seguro que tenía un auror siempre cerca. No sabía si sentir pena por ella o alegrarse de que estuviera tan protegida, a fin de cuentas era alguien muy importante. 

Siguió a los demás niños de su edad y sonrió un poco cuando vio que uno se había equivocado -los nervios... le comprendo- miró a todos sus compañeros uno a uno, para recordar sus caras y sus nombres conforme se presentaban - yo soy Zoey... - dijo con un hilo de voz casi inaudible y una expresión algo avergonzada. 

Notas de juego

Todos escribís en primera persona, si queréis cambio mi forma de redactar para ir acorde con vosotros ^^u