Partida Rol por web

Cuando llegó a la habitación, su sonrisa se ensanchó. Era enorme, muy abierta y acogedora. Sin poder evitarlo, corrió hacia su cama (supuso que sería la suya, ya que ahí estaba su equipaje) y se dejó caer sobre la cama. Una pequeña risita se le escapó, era muy mullida como esperaba y no puedo evitar girar un poco sobre si misma, hasta llegar a los pies de la cama. Después cayó en la cuenta de que no estaba sola y se ruborizó bastante.

Carraspeó un poco y bajó de la cama para coger a su gato. Se lo colocó entre sus brazos y se sentó en la cama con él -¿te gusta tu nuevo hogar, Whitepaw? - el gato siempre perezoso, solo bostezó y se hizo una bola para dormir. - Esta vez te daré la razón, es mejor irse a dormir... mañana va a ser interesante.

Miró a Gwendolyn y dibujó una sonrisa algo tierna - buenas noches, mañana nos espera un gran día.  

Al llegar a la habitación observo que tal y como dijeron mis cosas están allí.

Al verme Isis ronronea y maulla.

- Hey pequeña, ¿como estás? - digo acariciándola la cabeza. Mañana será un Gran Día.

La doy un poco de comida y enseguida me acuesto a descansar mientras Isis se tumba a mis pies como hace cada día.

Amanece un precioso dia en Hogwarts, es el primer dia de curso y el movimiento ya se escucha, los veteranos ya conocen a la perfeccion como va todo, y muchos incluso trasnocharon ayer en las salas comunes poniendose al dia unos a otros sobre el verano que habian pasado.

Pero ahora llega el momento de levantarse y prepararse para las clases ¡El primer dia de clase para vosotros! Un dia que seguramente recordareis el resto de vuestras vidas.

Por fin empiezan las clases.

Me levanto y acaricio a Isis.

- Buenos días. - le digo.

Después de asearme me visto y tras comprobar que llevo todo v lo necesario me dispongo a salir de la habitación.

Me acerco a mi compañero de casa y clase*.

- Venga, vamos, es hora de empezar a puntuar para la Casa Hufflepuff.

Abrió los ojos mucho y se puso en pie de un tirón, haciendo que el pobre gato blanco se cayese de la cama muy asustando. -Ya es de día, hoy podré explorar el castillo - pensó muy animada la niña. Sin hacer ruido por las que aún pudieran estar durmiendo, se fue a cambiarse y asearse. Una vez lista cogió sus cosas para clase, le dio unas palmaditas en la cabeza a su gato y salió de allí tan rápido como pudo, con una completa expresión de ilusión en su rostro. 

Miró a todo lados a ver si había alguien ya durmiendo, no quería molestar. Dejó la carta bien guardada, mañana la enviaría antes de irse a desayunar. Soltó un pequeño bostezo y se preparó para ir a dormir, no si antes dedicarle unos mimos al pobre y olvidado Withepaw. 

En cuanto entro en el dormitorio Isis se enrosca entre mis piernas mientras ronronea.

- ¿Como estás pequeña? - pregunto hallando respuesta a modo de ronroneos y maullidos.

La acaricio y tras darle de comer y jugar un rato con ella me dispongo a acostarme para descansar de cara al día de mañana.

No sé cómo había llegado al dormitorio. El caso es que poco después de meterme en la cama y coger el libro que el abuelo me había regalado, me había quedado dormida con él encima y Mimetalia acurrucada en la almohada. Por la mañana cuando abrí los ojos el libro estaba a un lado de la cama, alcé un poco la cabeza para ver si mis compañeras seguían en el cuarto y para mi sorpresa así era. "Al menos no soy la última en despertarse" pensé mientras me sentaba en el borde de la cama con los ojos cerrados. "Estoy agotada..." Llevé ambas manos hacia mis ojos y me los froté en un intento de quitar las legañas.

- Buenos días, Mime...-La gata se frotó contra mí cómo cada mañana, ante eso la acaricié unos minutos y poco después me levanté de un salto a la par que me estiraba. El día estaba precioso por lo poco que se veía desde la ventana... Pero lo que más me gustó fue el suave aroma del desayuno. Miré a mi gata y tras eso me retiré con mi muda. Me aseé perfectamente y me vestí con el uniforme antes de salir al cuarto.- Mime baja...-Susurré antes de ponerme a recoger mis cosas. Hice la cama con cuidado de no hacer ruido y dejé el pijama doblado sobre almohadón. Costumbres y costumbres.

Tras calzarme tomé mis libros y antes de salir de la habitación dejé sobre el uniforme de Zoey una pequeña bolsita con dos bolas de chocolate, y una nota. 

Buenos días, te dejo dos bolitas de chocolate ¡¡No hay nada mejor que un dulce al despertar!! Nos vemos en el Gran Comedor.

D.C.

 Tras eso salí hacia la Sala Común y de allí hacia el Gran Comedor.

Se desperezó al despertar, estirando ambos brazos y piernas al máximo, haciendo que su gato cayese al suelo - _{lo siento...}- susurró a modo de disculpa a su mascota. Se puso en pie, lista para cambiarse y asearse. Alzó una ceja cuando vio aquella nota y la bola de chocolate. No pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa y dejo la bolsita encima de la cama, para más tarde. Cuando estuvo lista, cogió sus cosas para clases y la carta para sus padres. A toda prisa se dirigió a la lechucería para dejar la carta y después desayunar. 

Un nuevo día amanece y este será un día completo pues a la tarde me espera el Club de Duelo.

Me incorporo y tras asearme salgo directamente al desayuno.