Partida Rol por web

El Expreso de Hogwarts es un tren de color rojo. Es descrito como una gran serpiente roja que va desde la Plataforma Nueve y Tres Cuartos (9¾) en la estación de trenes de King's Cross en Londres al pueblo de Hogsmeade. En él, los alumnos viajan  al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Anteriormente, los alumnos se dirigían a Hogwarts por medio de escobas, aparición, hipogrifos, Thesthrals y otras criaturas mágicas, hasta la imposición del Estatuto Internacional del Secreto en 1692. Es en este momento cuando el encontrar un modo más discreto de transportar a cientos de niños del mundo mágico desde todo el Reino Unido a su colegio secreto de las Tierras Altas de Escocia se volvió prioridad.

Por consiguiente, se situaron Trasladores en puntos extratégicos en toda Gran Bretaña. La logística supuso grandes problemas desde el principio. Todos los años a un tercio de los estudiantes le era imposible llegar, o bien no llegaban a tiempo para efectuar el transporte a la hora establecida o no habían encontrado el discreto objeto encantado que los transportaría al colegio. También estaba el desafortunado hecho desafortunado de que muchos niños se mareaban (y todavía se marean) con ellos y la enfermería se encontraba abarrotada durante los primeros días del curso, mientras que los estudiantes se reponían de sus ataques de histeria y de las náuseas.

Aunque el Ministerio de Magia admitió que los Trasladores no eran la solución ideal al problema, este fue incapaz de encontrar una alternativa aceptable. Volver a la situación de viaje sin regularizar del pasado era imposible, pero los sucesivos directores, que no deseaban que se violara la seguridad del castillo, se resistían fervientemente a establecer una ruta más segura de entrada en el colegio (por ejemplo, permitir que se pudiera entrar a través de una chimenea gracias a los Polvos Flu).

Finalmente, la Ministra de Magia Ottaline Gambol, a la que le intrigaban las invenciones muggles en gran medida y vio potencial en sus trenes, sugirió una osada y controvertida solución a este espinoso problema. De dónde salió el Expreso de Hogwarts, exactamente no se ha logrado probar nunca exactamente. Sin embargo, es un hecho confirmado que hay informes secretos en el Ministerio de Magia que informan de una operación masiva en la que se utilizaron ciento sesenta y siete Hechizos de Memoria y el mayor Encantamiento de Ocultación jamás llevado a cabo en Gran Bretaña. A la mañana siguiente de estos presuntos delitos, una locomotora de vapor de un brillante escarlata con todos sus vagones sorprendió a los habitantes de Hogsmeade (que tampoco se habían dado cuenta de que tenían una estación de tren), mientras que varios sorprendidos trabajadores ferroviarios muggles de Crewe se pasaron el resto del año dándole vueltas a la cabeza a la extraña sensación de que habían extraviado algo importante.

El Expreso de Hogwarts fue sometido a varias modificaciones mágicas antes de que el Ministerio lo aprobara para su uso como transporte escolar. Muchas familias de sangre pura se mostraron indignadas ante la idea de que sus hijos usasen un medio de transporte muggle, que pensaban era inseguro, degradante y antihigiénico. Sin embargo, como el Ministerio decretó que los estudiantes tendrían que viajar en el tren o no podrían ir al colegio, las objeciones fueron silenciadas rápidamente.

Poco a poco nos ibamos presentando, algunos eramos un poco corto en palabras, lo cuál me hacía sentirme un poco con más comodidad, pues entre tímidos no se notaba tanta distancia, y poco a poco ganábamos confianza.

La chica de la profecia me miró y sonrío, creo que pensaba lo mismo que yo. Todos necesitabamos nuestro espacio, incluso alguien a quien la prensa le había robado todo ese espacio haciéndolo demasiado publico en realidad.

Uno de los chicos comentó que para llegar debíamos de cruzar un lago, lo cuál me parecía espectacular, y me llenaba de ganas de por empezar aquella aventura.

Empezaron a hablar sobre las casas a las que nos gustaría pertenecer... Mi familia era normalmente adjuntos a Ravenclaw, aunque sabía por Rob, que no dependía de la familia, sino de aquello que encontrara el Sombrero Seleccionador en nuestro interior.

Evelyn restó importancia al choqué lo cual respondí con una amplia sonrisa sincera, y empecé a acariciar a Nairna, notando se pelo sedoso, y un dulce olor. Algo que dentro de poco me traería consecuencias con la celosa de Sephora, pero que por el momento me hacía sentirme bien.

La chica del tropiezo, sacó la cámara y tomó una foto a uno de nosotros, lo cuál me trajo una grata sorpresa, pues pensaba que iba tras Gwendolin, pero no... Eso decía mucho de ella, ojala un día de estos pudiera acercarme a ella y pedirle un recuerdo para Tio Thob.

Una de las chicas, Liz, sacó una bolsa de Grageas de Todos los Sabores de Bertie Bott. Una emocionante y arriesgada chucería para empezar el viaje. Tras su primera apuesta encontró algo de Pescado, y otro chico encontró algo de Moco de Troll. -Menos posibilidades de encontrarnos algo como eso...-. Pensé mientras que me sentía en un grupo que poco a poco se unía cada vez más.

Estaba a punto de pedir una de las grageas a la chica que se había presentado como Liz, pero en ese momento, la prefecta nos indicó que era hora de embarcar. Nos indicó donde nos situaríamos y donde se distribuían los demás.

Asentí con la cabez, y entonces Sephora pico en mi oreja.- ¡Auch!.. -. Me rasqué mientras miraba a Sephora la cuál miraba hacía el tren y ululaba.- Ya lo sé...

Seguro que aquel picotazo era la respuesta a las caricias sobre la gata de pelo largo, fui con el resto hasta el interior del vagón donde ya un grupo parecía dispersarse entre los compartimentos. 

Pensé en entrar en el primero de ellos, pero un chico ya se encontraba saltando de un lado para otro, y pensé que Sephora lo mismo se agobiaba con tanta emoción, así que sin más tras saludarlo desde afuera con la mano, fuí hasta el tercer compartimento donde ya una chica se encontraba sentada.

Empezaba el viaje, todo empezaba allí, y se notaba mientras los nervios crujían en mi interior.

Mimetalia buscó zafarse de mis brazos, parecía tan inquieta como yo con tanta gente. De normal solo estábamos acompañadas por dos Aurores, y ellos se habían vuelto parte de la familia. Pero en esta ocasión era completamente distinto. Cuando la prefecta nos habló atendí a sus palabras, con suavidad dejé que la gata se bajarse, al hacerlo se rozó contra mis piernas y se sentó cerca de mis zapatos. Yo solo la observé y sonreí con tranquilidad "Parece que nuestra aventura empieza ahora" Me giré hacia atrás antes de empezar a seguir a la muchacha, con un leve gesto de mano me despedí una vez más de mis padres, los cuales aún estaban estáticos allí, observándome. Les dediqué una sonrisa y con paso decidido seguí a la chica que nos guiaba.

Antes de dar mucho más pasos me giré hacia el grupo y fruncí el ceño. Demasiadas preguntas. Primero miré a Andrew pues era con el que había empezado a conversar hacía unos minutos.- No tengo preferencia por ninguna casa, confío en que el Sombrero Seleccionador sabrá donde colocarme. Quizás yo quiera una casa, y él decida colocarme en otra... Sería una decepción.-Reí levemente y negué con la cabeza un par de veces. Nuevamente Mimetalia se rozó en mi pierna y maulló, tras eso se acercó a Benjamin volviendo a repetir ese leve gesto de 'confianza'. Eso me extraño, pero no le di demasiada importancia. "Si no te conociese, Mime, pensaría que estás... Demasiado extraña hoy"

- Gwendolyn solo me lo dicen algunas personas, mi nombre de pila o cómo tú dices 'mote' es Doly o Gwen. Podéis decirme como os resulte más cómodo.-Afirmé con un tono calmado, y sin perder la sonrisa. Mi nivel de estrés y agobio era elevado, pero aún así sabía como controlarme. La mirada de la joven que se había tropezado y después lanzado una foto me penetró hasta el alma, sentí un leve escalofrío, pero no quise darle importancia. Una sutil sonrisa adornó mis labios y mis ojos bajaron hacia su mascota. Era extraña, pero graciosa. Ante la 'invitación' de Liz negué con la cabeza, no tenía ganas de dulces. Mi estómago estaba revuelto y inquieto.

- Vamos, Mime.-Le dije a mi gata cuando empecé a caminar, pero al ver que no me prestaba atención me rasqué la nuca.- ¿Mimetalia? Venga, deja de olisquear... Tienes todo un año para hacerlo.-Con paso elegante se acercó de nuevo a mí y se dejó coger en brazos. Tras eso me alejé tranquilamente tras la prefecta. Al subir al tres mis ojos se abrieron completamente, era la primera vez que me subía a algo así y podía decirlo tranquilamente ¡¡Estaba flipando!! Miré a Mimetalia y sonreí con ilusión.- ¿No te parece fascinante, Mime? Vamos a estar en Hogwarts.-Ella maulló con suavidad y me dedicó unos ronroneos. Mientras caminaba por el pasillo mi mirada buscaba un vagón vacío, necesitaba unos segundos de calma.

Me encaminé hasta el cuarto vagón y abrí despacio la puerta.- ¿Te parece bien? -Le pregunté a la dulce gata. Ella maulló y ambas nos metimos en el último de todos.

Negó con la cabeza un par de veces cuando Evelyn le preguntó si estaba bien. -No te preocupes, es que estoy nerviosa - forzó una sonrisa. Entonces cuando Liz y David hicieron que esa sonrisa fuese sincera cuando con una completa cara de asco, comentaron el sabor de sus grageas. -Gracias por el ofrecimiento, pero no me apetecen ahora mismo la verdad - no quiero ir durante todo el viaje con sabor a vómito en la boca. 

Cogió con fuerza a Whitepaw, que estaba mirando a Pip con las pupilas muy dilatadas. - Ni se te ocurra...- susurró. No quiso responder en que casa quería estar, quizás Ravenclaw como su hermano. - Mejor que Ravenclaw no o James no dejará de molestarme.- Suspiró, lo único que esperaba era hacer amigos, no se imaginaba hablando todo el curso solo con su gato (que parecía que siempre le miraba con pena todo el tiempo). Siguió a la chica hasta el tren y Zoey no pudo evitar a todos lados, por dentro era un preciosidad. Se asomó a los distintos compartimentos y pasó de largo al ver el primero, demasiado nervioso como para estar tantas horas de viaje con él. Así que sin decir nada, se metió en el segundo compartimento.

Sigo pendiente de todo.

Rechazo coger una grajea de las que Liz me ofrecía.

- Quizás más adelante. le digo a Liz con una sonrisa.

Ahora tan sólo quería subirme al tren y empezar el viaje hasta Hogwarts.

Miro el andén y observo que todos los alumnos han subido ya y sólo quedamos los de primero. Pronto será nuestro turno.

Cuando la prefecta nos lo indica subo al primer vagón junto al resto de compañeros.

- Por fin. - pienso.

Recorro el pasillo hasta llegar al Cuarto Compartimento y entro en él justo tras Gwen.

Estaba sencillamente maravillado.

Había viajado bastantes veces en tren, desde luego, pero no era eso lo que me maravillaba. Había gente de mi edad. Quizás demasiada gente, pensé, pero para una persona como yo, que se había criado sólo con su madre era algo totalmente novedoso. Durante muchos años había encontrado consuelo en los libros. Acostumbrado al trato con adultos, no sabía ni por dónde empezar. Quería caer bien, como cualquier niño deseaba tener amigos, pero no sabía cómo hacerlo. Sencillamente, la vida me había surtido con grandes conocimientos teóricos y con pocas experiencias de verdad. Experiencias mágicas, según ciertos autores, denominadas amor o amistad. Había sido duro, pero ahora estaba allí. Camino a Hogwarts.

Cerré el libro casi por el final. Se titulaba "Cerrydwen", y era una verdadera obra de arte. Mi madre me lo regaló al cumplir los 11 años. Estaba convencida de que en sus páginas estaba la clave para desvelar el origen de la sangre mágica, pues la historia narra que ella es la madre de Taliesin.

Leí la última página del libro en voz baja:

Soy el primero de los bardos ante Elphin,

y mi patria es el país de las estrellas del verano.
En su día me llamaba Merlín
Y hoy me llamo Taliesin.

He estado en el Cielo y en el Infierno
Estuve con Noé, durante la construcción del arca
Conozco los nombres de todas las estrellas
pero yo sigo siendo una maravilla inexplicada.

He tomado todas las formas posibles,
Estuve muerto y a la vez vivo,
Seguiré en la tierra hasta el juicio final,
Nadie sabe si soy pescado o carne

Fui llevado durante nueve meses,
en el vientre de la bruja Cerridwen
Entonces me conocían como el pequeño Gwyon

Pero ahora soy Taliesin.

Cuando levanté la cabeza comprobé que los demás niños estaban entrando en los diferentes compartimentos. Con un rápido gesto, cerré el recién leído libro y entré con torpeza en el primer compartimento que encontré, el número dos. Ya había allí gente, dos niñas, y cuando entré me puse nervioso. Con bastante torpeza, se me enganchó la túnica en la puerta, y el libro cayó pesadamente al suelo. Sentí mi cara arder de vergüenza. Tenía muchas cualidades, pero siempre eran mis defectos los que salían a relucir, además de una constitución débil y propensa a las enfermedades.

Si dos palabras podían definirme eran torpe y despistado.

Asenti con la cabeza ante lo que Gwen contesto y luego vi como una chica daba grageas para todos, levante la mano en señal de que no queria.

Bueno es hora de entrar en accion Luego sin decir mas comence a meterme a un compratamiento.

Evelyn los miraba con curiosidad. Cuando Alex se prresentó como una McKenzie poco le faltó para lanzarse a abrazarla, pero se contuvo. Las reuniones de los clanes esconceses eran habituales, pero no estaba segura si aquella chica era o no asídua a aquellas celebraciones, así que se contuvo. Era agradable tener gente de las Highlands cerca, o almenos descendiente.

Finalmente llegó la hora de subir y de hecho subió al vagón de dos saltos, entusiasmada por la aventura. Tenía ganas de explorar Hogwarts, de probarse a si misma, de divertirse y quizás hacer unas cuantas trastadas, y queria hacer todo eso. Quedaban muchos años por delante, era estimulante.

Cuando subió dejó a Nairna en el suelo y vio como empezaban a entrar alumnos. Estaba a punto de seguir a Zoey y a Theo, pero vio que el chico que se había topado con ella estaba solo en el compartimento, así que a riesgo de perder un ojo por la celosa lechuza decidió entrar con él. Tendría tiempo en la escuela de hablar con el resto y pensar qué compañeros eran más interesantes, pero prefirió simplemente pasarlo bien.

-¡Compartimento número III! ¡Para aquellos que van a por todas!-exclamó en voz alta, animada. Sentía dentro desí un reto que empezaba a tener la forma de Hogwarts.

Antes de subir al vagón no puedo sino buscar con la mirada a mi tutora y tras localizarla y despedirme de ella sin querer retrasarme demasiado subo a este. Al subir al vagón de los chicos de primero una sensación cálida inundó primeramente mi cara y finalmente se extendió por el resto del cuerpo, en contraste con el frío del exterior la calefacción del expreso se sentía... hogareña. Mis temores eran fundados con algo de perplejidad dejé que los demás fueran escogiendo compartimento primero y el vagón de la elegida se había copado de inmediato, me hubiera encantado poder charlar con ella, pero tendría un año por delante... ¡seguro que se aburría de mí!- pensaba mientras acariciaba suavemente a mi aguila la cual parecía lago molesta en la gran jaula que portaba y se me hacía difícil, pues no estaba acostumbrado a tenerla tanto tiempo encerrada.

Algunas caras me parecían conocodias, sobre todo la de Evelyn que por el acento parecía provenir del mismo lugar que yo, y me suena que en alguna reunión habíamos coincidido pero hace ya más de cinco años, entonces mis recuerdos eran algo confusos y difusos, pero me sonaba de haber jugado con una chica de pelos pelirrojos... ¿Sería ella?

Cogí una gran bocanada de aire y me dispuse a entrar en el compartimento uno que parecía estaría algo más solo sin embargo en un último instante observe el tercer compartimento en el que había entrado Evelyn y otro chico igual de tímido que yo... y empezó un debate interno entre la soledad y timidez vs la posibilidad de hacer amigos y la vergüenza. Así que hago el truco que tantas veces me habían enseñado, tomo una moneda de mi bolsillo: cara me quedo en el vagón 1 y cruz me voy con ellos al vagón 3. Lanzo la moneda al aire y justo antes de ver que había resultado analizo mi reacción, quería que saliese cruz, así que no lo dudo y tras guardar la moneda en mi bolsillo encamino algo asustado pero más decidido mi destino hacia ese vagón.

-Vamos allá...

Por fin, llegaba el momento de entrar en el tren, y a partir de ahí solo tenían que esperar unas horas para llegar al mágico castillo. Aunque no lo exteriorizaba demasiado, Álex estaba realmente emocionada. Pensar que iba a dejar atrás durante un año entero su casa... era emocionante, mucho. Sonrió como toda muestra de excitación y acarició a Pip, que seguía en su hombro. Comenzó a pasear por el pasillo, intentando decidir en qué compartimento entrar... Desde luego, no lo haría en el último, ya estaba lleno y estaba la Elegida... Eso significaba mucha gente, muchas preguntas... No tenía demasiadas ganas de meterse en un gran grupo de gente el primer día. 

- ¿Qué me dices, Pip?-preguntó en voz baja a la ratita, que se movía por sus hombros. Se asomó a olisquear el compartimento que había a su derecha, el segundo. Álex echó un vistazo rápido, aún no estaba lleno-Parece un buen sitio...-le dijo. La rata, como respuesta, se metió en la capucha de Álex y la muchacha dejó en esta unas cuantas pipas para que estuviese entretenida. 

Vamos allá...

-Bleh, carbon.- Dije asqueado por la gragea, mientras sacaba la lengua fuera. Como demonios lograba esos caramelos ser comprados, estaba fuera de mi compresion. Un cubo de basura te traia menos sorpresas que los de aquella bolsa.

Iba a re-presentarme ante los demas, cuando toco la hora de subir al expreso, llegando tarde para la salida de este, asi que opte por callar y subir al tren mientras recogia la jaula de mi lechuza y llamaba mi infiel gato lacayo. Sentia que era una pena, porque juraria que el apellido McIntyre estaba unido levemente al de mi familia, y queria confirmar si era el mismo linaje McIntyre cuyo ambos de mi padres trabajaban como subordinados, aunque quizas era mejor dejarlo asi.

"Hum, no mandare mi padres a la calle, si por algun accidente quemo sin querer el pelo de Eve entre otros por algun accidente cientifico ¿Verdad?" Un escalofrio recorrio mi cuerpo.

En cualquier caso, quizas tendria mas suerte en el compartimento, tanta gente era demasiada informacion y caos para una conversacion normal ¡Y mis compañeras parecian majas, quizas puede incluso que compartamos gustos!

Reí de buena gana cuando David confesó con asco que le había tocado una con sabor a moco de Troll. Las grageas eran una caja de sorpresa que me encantaba experimentar. Probando otra me tomé mi tiempo hasta averiguar de qué sabor se trataba.

Helena nos hacía llamar finalmente para entrar en el expreso. Empecé a dar saltitos de pura alegría y nerviosismo mientras suba al tren cuando de pronto me di cuenta de que dejaba atrás a Nenúfar.- ¡Ah! ¡Mi Lechuza!- Miré atrás y allí estaba abandonada junto al banco. Todavía no me hacía a mi nueva compañera. Corrí de vuelta al banco a recogerla. -¡¡Esperadme!!- Grité con dramatismo añadido al tren cuando escuché otro aviso de salida del expreso, como si fuera a salir ya dejándome allí.

Dubitativa con la jaula no sabía qué hacer con ella, así que se la entregué a Helena inquieta por perderme la salida del tren.  – ¡Toma!- le dije casi lanzándole la jaula y eché a correr a los compartimentos para encontrar todavía hueco en alguno. Al final había sido la última en subir.

Corriendo por el pasillo mientras miraba los compartimentos tropecé con un niño rubio haciéndonos caer a los dos. En el suelo, a las puertas de un compartimento que todavía quedaban plazas– Oh mira aquí hay sitio libre – le dije levantándome sobre el niño.

-Hola- saludo con la mano a los que hay dentro cuando caigo en la cuenta que debería disculparme con el niño rubio. – Esto... Perdona.- le tendí la mano para que se levantara cuando vi su cara. Noto mis pómulos enrojecer.  ¡Qué guapo es!

Me había despedido de mis padres un poco a la carrera. La verdad es que nunca había estado mucho tiempo lejos de ellos y aunque por una parte era emocionante por otra era un poco triste. Me consolaba el hecho de que iba a poder aprender un montón. Una vez el tren arranco fuimos pasando a los distintos compartimentos y decidí entrar en el uno por que era el mas cercano.