Partida Rol por web

En ese momento, veis que unas cortinas vuelan hacia fuera en el ventanal que está al fondo de la habitación.

Las ventanas de donde os encontráis están cerradas, por lo que seguramente, esas cortinas sean las de la habitación de al lado.

Tal vez la inquilina haya abierto las ventanas para que entre el aire.

Edie asiente con la mirada clavada en el policía.

-Esta bien.- Asiente antes de ponerse en pié. -Vamos, Lucy. Seguro que la policía está detrás de la buena pista. Dejemos trabajar a los profesionales.-

Acto seguido se acerca a la puerta y la abre con intención de dejar pasar a la pequeña.

-Muchas gracias por todo, agente.-

Después de que Edie le hiciera la pregunta, Lucy Maria se mantuvo con la cabeza gacha moviendo los hombros mientras sus ojos, escondidos detrás de su flequillo estaban clavados en el inspector. No es que no creyera en lo que les decía, pero no se fiaba de que no supiera nada más... Estaba claro que se había concentrado para escudriñar su mente. 

Miras en su mente, quitandote de encima los recuerdos que no tienen nada que ver con el caso, hasta que llegas a lo que querías ver.

La verdad es que no sabe nada más.

Eso, todo lo que te ha dicho, estaba en el informe. Pero no te ha ocultado nada.

Lo notas confundido, como si en realidad, tampoco supiera por dónde atajar el caso.

De nada. Dijo el agente.

Después miró a Lucy María y sonrió.

Disculpe, caballero, podría hacerle una pregunta. Titubeó. A solas. Dijo después mientras miraba a la chica.

Señorita, podría esperar en esa sala de allí. Dijo señalando una puerta acristalada. En esa sala, sí, detrás de esa puerta, junto a la puerta de la escalera.

Lucy dejaba de mirarlo de aquella forma para mirar a Edie, una mirada significativa: no ocultaba nada. Se pasó la mano por las mejillas húmedas, ya más tranquila... y se sorprendió ante la petición del detective. 

No esperó que Edie respondiera. 

Esperaré a fuera... - decía con su dulce voz, sonriendo a su "hermanito" y al detective. 

Mejor no jugar con la suerte, si quería hablar con él, que hablara... si veía que Edie le mentía se metería en su mente para saber la verdad. Así pues salió del despacho cerrando la puerta y dejándolos solos para sentarse en una de las sillas de allí. 

Cuando sales en dirección a la sala que te han indicado, no sabes muy bien que pasa, pero lo que pasa, es demasiado rápido para que puedas hacer algo.

Una mano te coge de la cintura, mientras que otra mano, te tapa la boca para que no puedas gritar.

El tirón es bastante fuerte, y puedes ver como un pie cierra la puerta del cuarto de servicio, dejándote apoyada de cara a la misma una vez cerrada.

Sientes el pecho de alguien apoyado en tu espalda, alguien fuerte, y una respiración entrecortada junto a tu oído.

No grites.

Abre los ojos sorprendida cuando nota que alguien la coge y la arrastra suficiente fuerte y rápido para meterla dentro del apestoso servicio. Por ser una comisaría, parece que les faltaba alguien que limpiara. Eso es lo primero que pensó al entrar allí... al fin y al cabo, Lucy Maria sabía mantener la calma, y lo que era mejor, es que sabía que no iba a pasar nada si intentaban hacerle algo... De hecho, si quería solo tenía que levantar el codo para clavárselo en toda la barriga. 

Pero sentía más curiosidad que miedo. Así que ni siquiera hizo ademán de gritar... solo se concentró para saber qué tipo de planes tenía aquel individuo en su mente, esperando que apartara su mano de su boca y la soltara para hablarle. 

Lees los pensamientos del que te había atrapado y lo primero que sientes en su mente es una canción.

Shhhhhh. No digas nada, que voy a quitarte la mano de la boca. Dijo el chico mientras separaba poco a poco la mano de tu boca. Soy yo.

No necesitabas mirar mucho más sus pensamientos para saber quién te había cogido por la espalda.

No tengo mucho tiempo, pero la verdad, es que me ha encantado encontrarte.

Mike te da vueltas despacio, hasta quedar entre él y la puerta, muy pegados.

Lucy abría los ojos sorprendida al escuchar aquellos pensamientos, ni siquiera dijo nada cuando le apartó la mano de la boca, solo se dejó girar mirándola sin poderse creer quién tenía delante. 

¿Mike? - esto fue lo primero que preguntó, de hecho, era la primera vez que Lucy maria se mostraba tan sorprendida delante de alguien, normalmente lo disimulaba a la perfección, pero es que ahora ni siquiera su falsa sonrisa aparecía - Qué... ¿Qué haces tú aquí? ¿Tú también trabajas por el conejo? ¿Estás buscando los desaparecidos? 

Luego sí, sonreía, una sonrisa de medio lado pero sincera... con una mirada cariñosa, que bajó hasta el suelo, triste. 

Creí que no te volvería a ver nunca más. 

Edie asintió ante la petición del policía y dejó que la chiquilla cruzara la puerta.

Cerró la puerta y se sentó de nuevo. Con parsimónia.

-¿Y bién?- Dejó caer con cuidado.

Layla observa las cortinas del otro lado y se acerca a la ventana. Tras mirar por ella y asegurarse de que nadie podría verla, la abre y se asoma para mirar al otro lado.

Quizá no haga falta llamar a la puerta...

Murmura comprobando la distancia que hay desde una ventana a la otra.

No quería decirlo delante de la pequeña, pero bueno, creo que usted es lo bastante adulto para saberlo. Yo soy el tercer policia que se encarga del caso... los otros tres... bueno, han decidido pedir unas vacaciones tras un par de semanas en él. No voy a decir que no siga con lo que está haciendo, no me he creído una palabra de su historia, pero quiero llegar al fondo de este asunto, ¿Está claro?

Malachi se mete la mano en la chaqueta y saca una tarjeta.

Manténgame informado, ¿le parece?

Ni yo, ni yo. Dijo Mike mientras sonreía. No, no estoy buscando a los desaparecidos, simplemente, te había visto entrar aquí y decidí hacerte una visita de cortesia... ¡claro que los estoy buscando! Y he descubierto ciertas cosas, mira...

Mike sacó una fotografía que había tomado en algún lugar del desierto.

En ella se veían mas de una docena de hombres con túnicas alrededor de lo que es una especie de altar de sacrificios, con una mujer desnuda atada a él.

Esto es lo que he descubierto.

Por el rabillo del ojo, justo cuando se asomaba, Layla puede atizbar la figura de una mujer que sale al balcón y se apoya junto a la barandilla.

Pero no era de extrañar, en el otro cuarto había alguien.

Lo que si era extraño es como la mujer no parece haberla visto a ella, simplemente, caminaba como atontada.

De repente, la mujer se sube a la barandilla del balcón y se queda allí de pie, casi a ochenta metros del suelo, haciendo equilibrio con sus zapatos de tacón super caros sobre una superficie de unos quince centímetros.

Lucy frunce el ceño ante su "broma", pero la ignora cuando él le muestra la cámara, abriendo los ojos sorprendida y cogiendo la máquina para verla de cerca. 

¿¡Esto no es una secta!? No será algo así como el Código da Vinci, ¿no...? ¿Dónde viste eso? - le devolvió la cámara, mirándolo - ¿Con quién estás tú? Yo estoy con un grupo de cinco personas, pero podríamos ir juntos. - hizo un amago de sonrisa. 

Crawford asiente en siléncio y toma la targeta de manos de aquel tipo.

Vaya. No ha colado la história. Pero almenos se ha sincerado.

Edie sabía que allí no iba a encontrar nada más que les fuera de utilidad. Tomó buena nota mental de todo lo hablado hasta ese momento y dió media vuelta hacia la puerta.

Yo no estoy con nadie, pero no te preocupes. Dijo con una sonrisa. Además, ahora tienes que irte de aquí, tu amigo estará por buscarte y si no te encuentra en la comisaría, seguro que se montará una gorda y terminarán pillándome. Así que, ahora vete y ya, pero estaremos en contacto.

Mike te da un pequeño beso en los labios y se separa de ti, guiñándote un ojo.

No creas que me he olvidado de tí. Ahora, sal por la puerta como si te hubieras confundido.

Sales de allí algo más confundido y te diriges hacia la sala donde estaba Lucy.

Abres la puerta acristalada y allí no hay absolutamente nadie.

¿Habrá ido al baño?

Tendría que estar allí, el policia le pidió que vaya a esperar en esa sala... ¿se habrá perdido?