Partida Rol por web

Dejáis a la chica en el suelo y la misma se encuentra con los ojos abiertos, vueltos hacia atrás, completamente en blanco. Debajo de sus ojos, unas enormes ojeras negras denotan que hace siglos que no duerme, por no hablar de la palidez de su piel.

Todo muy extraño.

Entráis a la habitación de al lado junto con la chica y os dáis cuenta que es idéntica a la anterior, dónde estabáis antes. Sin embargo, en esta si se pueden ver algunas cosas que indican que estaba habitada, por lo menos no hace mucho. Hay plantas frescas en los jarrones, un abrigo colgado de un perchero que está claro que no es de la mujer y algunas cosas más. Ahora podéis estar seguros que estáis en el lugar correcto.

La mujer, en cambio, aún sigue con los ojos completamente en blanco y con algo de babilla saliéndole por la boca. Parece estar completamente en un estado catatónico y sin signos de poder responder.

En una mesilla auxiliar en el centro de la habitación, podéis ver una botella de vino abierta.

La recepcionista sigue a lo suyo al ver que no le preguntáis nada.

En ese momento, una mujer bastante elegante y guapa, sale del ascensor directo al último piso. Estáis bastante cerca para ver el logotipo del hotel en la llave que lleva en la mano y además, también os dais cuenta que esa llave electrónica es del penthouse. Aunque no estáis seguro si es la casa del profesor o la otra que se encuentra al lado.

La mujer coge la llave, y se acerca a la recepción para dejarla.

Después, sale del hotel por la puerta principal y mientras las puertas se cierran, podéis ver como la señora os mira fugazmente.

- Qué coño ha ocurrido - digo jadeante. No tengo ni zorra idea de loq ue ha pasado. Ni siquiera recuerdo si he conseguido evitar que la mochales se estampara contra el suelo. Apenas puedo respirar y es como si me hubieran arrancado las vísceras por la boca y me las hubieran vuelto a meter con una escoba. Escucho entonces a Layla, aunque apenas la llego a entender. necesito unos segundos para tener conciencia del significado de las mismas -. Sí, o eso creo.

Y de repente me doy cuenta de que estoy arrodillado en el suelo. Intento ponerme en pie, pero me siento débil como un niño o quizá sería mejor decir que como un viejo con un piano encima. Finalmente, con esfuerzo, consigo alzarme, aunque necesito apoyarme contra la pared para tenerme sobre mis pies. Y es en esa poco digna posición y con una cara que debe estar como el papel, que veo a nuestra suicida favorita. De algún modo debo haberlo conseguido. Una pena que no pueda acordarme. La tía tiene un aspecto deplorable. Posiblemente, bastante peor que el mío. Blanca, ojerosa y con la naba cayéndosele por la comisura de la boca. La tía casi que parece un zombie de película.

- Tal vez deberíamos meterla dentro. Y atarla con algo, no vaya a ser que le dé por salir volando de nuevo - digo al tiempo que me meto dentro del apartamento que ojeo superficialmente. Flores, un abrigo colgado en un perchero y una botella de vino abierta -. Parece que está vacío. Layla, ayúdame a meter a esta tiparraca y la dejamos en el sofá. Cógela de los pies, eso es. Yo de los brazos. A la de una, a la de dos y la de... tres.

Con menos esfuerzo del que pensaba, la levantamos entre ambos y la ponemos en horizontal en el sofá. Vuelvo a mirar la botella. Suspicaz, me acerco y la olisqueo. No es que vaya a empanarme de nada, pero si el vino estuviera drogado tal vez debería oler a algo. Aunque, ¿por qué iba a estar drogado? Creo que empiezo a emparanoyarme seriamente. Claro que la tía casi se dedica al vuelo sin motor, aterrizaje forzoso de por medio y todo. Y vista las pintas que gasta, a algo se tiene que deber.

Layla pone los ojos en blanco al ver como el carcamal se pone a darle órdenes.

Sí, abuelito...

Murmura mientras coge a la pija estúpida y la arrastra hacia el sofá.

Alejandra, vigílala. Y cierra la puerta del balcón.

Sí, ella daba órdenes. ¿Y?

¿No es un poco pronto para el vino? -Bromea con una media sonrisa.

Mientras el viejo pretende emborraxarse, Layla se acerca al abrigo que hay colgado y mete las manos en los bolsillos. Incluso busca en un posible bolsillo interior por si encuentra algo que les pueda ayudar a saber si su dueño es la persona que buscan y qué le pasó exactamente de ser así.

Dios pobre Jose Luis, lo he dejado hecho 1 trapo , debería disculparme, pero , pero... si lo hago tendría que explicárselo y yo, yo no estoy preparada, apenas los conozco, no si quiera se lo conté a alguien en el orfanato...

La voz de Layla me saca de mis pensamientos y clavo la mirada en el suelo avergonzada Si ya voy... digo caminando hasta la ventana, para cerrarla y correr las cortinas Si no encontráis nada raro igual ha sido alguna clase de psíquico, parece demasiada curiosidad que esta mujer este en un lugar que parece tener relación con el desaparecido y acto seguido se intenta suicidar, aunque creo que esta mujer nos estaba observando antes mientras estábamos en el vestíbulo y parecía estar bien...

Layla se pone a mirar a la chica, pero se da cuenta que poco puede hacer, por lo que decide arriesgarse en buscar entre las cosas de la habitación.

En su búsqueda, encuentra una serie de cosas que pueden ser interesantes.

• En uno de los abrigos del armario, Layla encuentra un billete de tren. Parece que pasó desapercibido a los agentes de la ley ya que en el bolsillo en el que se encontraba, hay un agujero por donde entro el billete quedando entre el forro y la tela. Este es un billete con destino a Santa Ana.
• En el doble fondo de un cajón, hay un revolver Smith & wesson del .357 cargado y con munición extra.
• Entre los libros del escritorio, está oculto un libro titulado "La Persecución de la Inquisición". En ella se relata como la Inquisición perseguía a los sabios españoles por brujos y los quemaba en la hoguera. Hacen referencia que los sacerdotes se dejaban comprar por nobles y acusaban falsamente a los hombres de ciencia por practicar la magia negra y pactar con el diablo. Incluso hay una lista de hombres perseguidos por la Iglesia Católica. Pero al libro le falta una hoja, la cual ha sido arrancada. En la contraportada hay un nombre: "La Cripta".

Layla mira todas las cosas y las deja tiradas en la cama sin demasiado cuidado, antes de sentarse en ella con las piernas abiertas y totalmente espatarrada... en una posición para nada femenina.

- Vale, este tío sabía que lo perseguían. Y quería huir a Santa Ana. Y luego tenemos la pista del sitio ese... La Cripta. ¿Qué coño es eso? ¿Os suena a alguno? Quizá el tío estaba huyendo hacia allí... Pero lo pillaron. ¿No? Tenemos que seguir sus pasos. Y ver a donde iba.

Deducciones Layla®. Apoyada en sus manos con los brazos extendidos, echa un vistazo a la mujer del sofá.

¿Se os ocurre quien puede ser esta tia? Mira a ver si lleva papeles o algo.

Me acerco a la cama y observo todo lo que ha encontrado Layla. El billete a Santa Ana, la pistola y el libro con la hoja que falta y que ha sido arrancada. Finalmente, asiento a su petición y me acerco a la tía tumbada, no sin antes ver dónde ha dejado el bolso tirado y cogerlo al vuelo.

- Vamos, nena, veamos que escondes por aquí - digo arrodillándome junto al sofá y abriendo el bolso para ver lo que contiene. Si no hay documentación, tocará registrar sus bolsillos. Y estando como está, dudo que vaya a poner muchas quejas. Miemtras busco, comento la jugada con Layla -. Ni idea de a qué puede referirse eso de La Cripta. Lo que me resulta llamativo es la página que falta. Deberíamos buscar ese mismo título. Supongo que la biblioteca es un buen lugar para empezar y quizá consigamos saber de qué va esto. En cuanto a lo de que lo perseguían, vista el arma, sí, el tipo podía sospechar que le vigilaban. O quizá tenía miedo, pero en general. Esta es la tierra del gatillo fácil, aunque me sorprende que un extranjero lleve armas. ¿Tendría licencia? Lo dudo. Y entonces, ¿dónde la consiguió? En cuanto al billete, ¿has mirado la fecha? Era evidente que tenía intenciones de desplazarse allí antes de que desapareciera. De todos modos, Jiménez desapareció entre Santa Ana y Black Rock el 15 de septiembre. ¿Cómo llegó allí?

Si vamos a una biblioteca podemos buscar información acerca de esa tal "cripta", tal vez descubrió algo que estaba escondido en ese lugar, en cuanto a lo del arma... No creo que sea muy dificil encontrar a quien venda un arma sin hacer muchas preguntas si tienes el dinero suficiente.

En cuanto a la mujer, su comportamiento ha sido demasiado inusual, yo casi apostaría a que alguien la quería quitar del medio, tal vez tengamos suerte y sea una amiga del desaparecido, pero a saber como reacciona , cuando se despierte con tres desconocidos, aunque si no os importa voy a echarle un ojo a ver si consigo saber en que estado se encuentra o que le ha pasado...

Tras decir esto me acerco dispuesta a hacer un reconocimiento a la mujer y tratar de ayudarle a que se recupere*

Lucy miró aquella mujer que salía del ascensor... La siguió con la mirada hasta que dejó la llave en recepción, después en cómo salía del hotel para salir a la calle. Miró a Edie. 

¿No es momento de que uses tus poderes? Deberíamos intentar coger la llave que ha soltado esta señora, quizás sea la del profesor. 

Lo miró a los ojos después de decir aquello, con una sonrisa de medio lado. 

Primero, José Luis inspecciona la botella de vino, la cual no parece tener nada de malo y después, revisa los bolsillos de la chica, los cuales están completamente vacíos. Allí no hay pista alguna que os ayude en la misión.

Pocos segundos después, Alejandra se acerca a la mujer para intentar y en ese momento, sus ojos, aún blancos, comienzan a inyectarse en sangre. La chica comienza a temblar en el suelo como si estuviera poseida por alguna especie de demonio y tras unos segundos, su cuerpo se queda blando en el suelo.

Su cabeza cae hacia un lado, mientras que de sus ojos caen lágrimas de sangre que recorren sus pómulos y hacen un pequeño reguero en el suelo, como un caminito de hormigas.

Ha muerto.

En ese momento, el teléfono de la habitación suena un par de veces.

Al no cogerlo, el constestador automático salta y una voz femenina como la de la recepcionista, os deja un mensaje.

Han dejado un mensaje para usted, señora. Lo tenemos en la recepción si desea recuperarlo.

Edie no sabe que hacer, está pensativo pensando en alguna solución.

En ese momento, veis como la recepcionista presiona un botón de la consola. Es un botón único, al lado de otro. No tenéis que ser grandes detectives para saber que está llamando al ático.

Tenemos un mensaje para usted, señorita. Por favor, pase por el mostrador a recogerlo.

La recepcionista cuelga el telefonillo y continúa con sus cosas.

- ¡Joder! ¡Vaya mierda! - comento en voz alta ante lo infructuoso d mi registro -. Aquí no hay nada. Ni idea de quien pueda ser esta mujer y tamp... ¡Dios!

Me callo de golpe. Súbitamente, soy consciente de que ellla ha muerto y la imagen que ofrece, con sus lágrimas de sangre, me provocan un escalofrío. Y pena. No sé, es como si todo estuviera conjurado para que ella muriera. Bien arrojándose por la ventana o muriendo sobre el sofá. Como si sus destino fuera inevitable. Triste, muy triste.

- Buff, vaya susto - digo cuando el silencio que se ha hecho es roto por los timbrazos del teléfono -. Esto empieza a parecer cada vez más una serie de estas de suspense, que te pegan un susto en el momento en que menos te lo esperas. Chicas, creo que lo mejor será irnos de aquí cuanto antes. Va a ser difícil justificar nuestra presencia en esta habitación, en el caso de que alguien aparezca. Volvamos al otro cuarto por la ventana y salgamos. En recepción será cosa de intentar pillar ese mensaje. Intuyo Layla que estás preparada para repetir tu número de velocidad. Mmm, se  me olvidaba - digo al tiempo que saco un pañuelo y borro mis huellas de la botella de vino y de cuanto he tocado -. Sí, muy peliculero, pero por si acaso - digo encogiéndome de hombros -. Descansa - acabo murmurando en dirección a la difunta, al tiempo que me santiguo. Y es que la educación familiar es lo que tiene. Valores arraigados, aunque resulten anacrónicos. Y es lo menos que la mujer se merece.

Un último vistazo, recoger todo lo encontrado por Layla y meterlo en la mochila y dando media vuelta, salir a la terraza y pasar a la otra habitación es cuanto nos queda por hacer.

¡La Ostia!

Exclama al ver el ataque que parece sufrir la mujer.

¿Serie de suspense? Deberías ver menos la tele. Y por cierto, claro que puedes quedarte con todo lo que yo he encontrado...

Layla pone los ojos en blanco al ver como Jose Luis vuelve a tomar las riendas que nadie le ha ofrecido y se adelanta a él para pasar al otro balcón la primera.

Dejate de intuiciones y mierdas. Haré lo que tenga que hacer sin que tú me digas nada...

Parecía que la muerte de la mujer no la había afectado en absoluto... pero el comportamiento y los aires de Jose Luis volvían a irritarla. A través de las gafas de sol que no se ha quitado en ningún momento, se intuye una mirada aborrecida.

No sabes muy bien que es lo que pasa, pero a tu mente viene las imagenes de Edie y de Lucy Maria.

Están en la recepción, junto a la recepcionista.

Te parece extraño, ya que nunca habías tenido imágenes mentales.

¿Tal vez sea otro poder?

Veis como Alejandra se queda algo traspuesta.

Como si estuviera viendo algo... algo que vosotros, está claro que no veis.

A tu mente llegan unas imágenes.

Layla, José Luis y Alejandra están en la habitación del ático.

Nunca habías recibido imágenes de este estilo en tu mente...

¿Será cosa tuya?